Nadie debería irse tan pronto, Selena…



“No soporto el suicidio. El asesinato es malo, pero el suicidio es más triste. ¿Leyó esto? … Es lo que me dieron. Es el informe que me dieron. ‘Mujer de tez blanca, concertista de piano, nacida en Kenosha, Wisconsin’. Es lo que me dieron. Mire lo que hallé en el álbum de recortes. ‘La Srta. Wells, Londres, París. La Srta. Wells, la Srta. Wells’. ‘Genial. Magnífica. Talentosa. Espléndida. Fina. Delicada. Fabulosa’. Mire lo que me dio el Departamento (de Policía). ‘Mujer de tez blanca, concertista de piano, nacida en Kenosha, Wisconsin’. Mire lo que hallé en el álbum de recortes. Mire las fotos. ¡Es una chica guapísima! ¿No cree? Mire esos ojos. Ojos sensuales ... Mire lo que me dio el Departamento. ‘Mujer de tez blanca, concertista de piano, nacida en Kenosha, Wisconsin’ … No hay tintura. Es el color de su cabello. No hay miedo. No hay exceso de maquillaje. Una chica con un cuerpo atractivo, con dinero y una carrera. Aquí hay notas que muestran qué clase de gente la seguía. La mejor gente. Duques, condes, políticos. Gente importante. Eso es todo. ¿Qué falta? … Un hombre. El hombre. Una persona, alguien. Una mujer como ésta tiene que tener a alguien. ¡Con esos ojos! … Así soy yo. Paranoico. Cada vez que veo un cadáver pienso que fue asesinado … No puedo imaginar a nadie quitándose la vida. Especialmente, una joven como ella. ¡Qué ojos preciosos! Así soy yo. Me gustaría ver que todo el mundo muriera de viejo…”

Esas palabras no surgieron de alguien que realmente manifestó su congoja por la muerte de alguien, que se presumía un suicidio pero que no podía ser. Esas palabras no surgieron por la perplejidad de alguien que ve que se va una persona tan joven y que ante la triste realidad no encuentra explicación. Esas palabras que bien podrían haber sido aplicadas por la partida de nuestra Selena salieron de un capítulo de la serie “Columbo”, en el primer capítulo de la segunda temporada, denominado “Étude in black”, protagonizado por Peter Falk y John Cassavetes en el año 1972. Tal vez en esas imágenes y en esas palabras queden condensadas todas las sensaciones que nos produce la muerte, la irracionalidad, la violencia, el sinsentido, pero sobre todo, la partida de alguien tan joven y que tenía tanto para dar. En todas las temporadas de la serie “Columbo” el legendario detective nunca tuvo muchas palabras para hablar de sí mismo o para mostrar su costado más íntimo, mostrando todos los sentimientos que le pueden provocar un hecho, un acontecimiento, una simple imagen. Entre las pocas veces que manifestó eso y la única en la que dedicó tanto tiempo para expresarlo fue en esta ocasión, al ver la foto de una concertista jovencísima y con mucho talento asesinada brutalmente. Al ver esas fotos, al ver esos recortes de diario, al ver el presente y el futuro de esa joven mujer, Columbo no podía dejar de mostrar su perplejidad, su indignación y su lamento por esa realidad de esa mujer y ese frío papel del informe del Departamento de Policía que nada decía de lo que significaba ese ser humano: alguien con sueños, con proyectos, con anhelos, con ganas de vivir y de hacer que fueron quitados de esta vida con esa impunidad que tiene cualquier ser humano para resolver sus propios problemas. Columbo no se preguntó sobre la vida privada de esa mujer. Columbo, por su propia profesión, debía indagar en esas cuestiones para saber quién había hecho esto y por qué. Pero Columbo no cuestionaba a la gente por su vida y por lo que hacía con ella. Hasta llegó a querer y a respetar a algunos de los asesinos a los que tuvo que apresar (caso del capítulo que protagonizara con Jhonny Cash en “Swan Song” en el que el asesino tenía un pasado y un presente terribles), porque en definitiva cada uno tiene el derecho y el deber de hacer de su vida lo que quiera, y a hacerse cargo de las consecuencias. El límite siempre estará en la libertad de los demás, límite que muchos lo transgreden como lo hizo el director de orquesta que asesinó a la joven concertista, que prefirió matarla con tal de que no se develara sus siniestros planes personales y de que nadie supiera lo que hacía jugando con la fe de mucha gente que creía en él y a la que supuestamente ese director quería…

Yo estoy seguro de que alguna vez Selena debió haber visto este capítulo. Y seguro de que nunca se hubiese imaginado que tal vez a ella le podía suceder lo mismo. Pues como explica muy bien Columbo allí, nadie imagina que se puede morir tan joven y de esa manera. Es cierto que tal vez Selena sabía que difícilmente podía sucederle eso pues nunca estaría enredada en historias enrevesadas, plagadas de relaciones en las que prima la traición, la pasión, el desamor, la codicia, el poder, el asesinato, la paranoia, la posesión y la muerte. Es cierto que Selena habría pensado que a ella nunca le sucedería eso pues ella nunca mentía, nunca hubiese aceptado sostener una relación en la que primara el engaño y la mentira. En un punto Selena no tenía mucho que ver con la vida de la protagonista del capítulo de Columbo, quien fuera asesinada para que no divulgara su relación con un hombre casado, que era el director de la orquesta en la que trabajaba y mostraba su talento. Por eso Selena debe haber pensado que a ella nunca le pasaría eso … Lo que sucede es que aun siendo honesto, aun diciendo la verdad, aun no engañando a nadie, aun yendo con la frente en alto con las convicciones y la palabra empeñada, eso nunca nos quitará de que podremos ser víctimas de gente que nos puede usar para sus propios fines y objetivos. Uno puede tener muy en claro lo que quiere, uno puede tener muy en claro cómo son las cosas, qué es la verdad y la mentira, quién es bueno y quién es malo, medir a la gente con la misma vara, ser probo y justo, no tener ni maldad ni querer hacer daño a los demás. Y sin embargo, ni aun con todo esa claridad de conceptos, nos exonerará ni nos hará inmunes de cualquier ataque, hasta el más despiadado que nos pueda hacer alguien. Aunque tengamos todo controlado, aunque establezcamos pautas de convivencia con los demás, eso no nos asegura que el otro las cumpla, que el otro pueda traicionar a los demás y de la peor forma. El que nos ama hoy, nos puede odiar mañana. El que nos jura Amor hoy, nos puede matar mañana. Poco antes de que nos dejara Selena, ella nos cantó proféticamente una historia similar en “A boy like that” (allí cantaba “un muchacho que mata, no puede amar; un muchacho que mata, no tiene corazón; un hombre así matará a tu hermano; encuentra a alguien que es como tú; un muchacho así te dará tristeza; conocerás a alguien mañana; cuando termina te deja sola, triste y sola; un muchacho así matará a tu hermano; un muchacho así te dará tristeza; un muchacho así te matará…”). Nadie tiene asegurado nada en la vida. Selena y toda la familia confiaron en alguien que nunca imaginaron que cometería un acto semejante. Nunca pensaron que haría ello. Y sin embargo, cuando se les apareció por primera vez José Behar, presidente de Emi Latin, dispuesto a contratar a Selena, ella pensó que era un embustero porque se presentó ante ella tal cual era y eso podía ser lógicamente sospechoso. El que menos se imaginaban que podía ser bueno con ella hizo todo para que Selena tuviera difusión, promoción, contratos importantes, posibilidad no sólo de sacar discos en español sino en inglés. Si no fuera por José Behar para Selena hubiese sido más difícil todo. Y a la persona que más confiaron, a la persona que no se presentó tal cual era en realidad, a la persona que toda la Familia Quintanilla le abrió las puertas para que compartiera una mesa familiar, la intimidad, los conciertos, los proyectos, el viejo sueño de Selena diseñadora plasmado en Selena Etc., tuvieron como respuesta ese acto aberrante, ese castigo que nadie hubiese imaginado que Selena alguna vez recibiría. Si Selena hubiese visto ese capítulo de “Columbo”, jamás hubiese imaginado que recibiría una agresión aun peor. Selena nunca hubiese imaginado que habría un frío papel que dijera: “Selena. Cantante, artista y diseñadora de Corpus Christi, Texas, denominada la Reina del Tex-Mex”…

Tal vez lo más triste de todo sea precisamente eso. Que toda esa vida de ensueño, todo ese primer paso con tantos sacrificios, proyectos que parecían una quimera y muchas privaciones quedaron reducidos a un frío papel en el que trata de explicar y resumir todo aquello … Es como entrar en cualquier diccionario de Internet que nos explique quién es Selena. Nunca podría haber alguna enciclopedia que intentara explicar lo que era Selena. Nunca podríamos poner las palabras exactas de lo que significaba Selena como artista y como persona. No alcanzarían los mejores elogios, las más grandilocuentes palabras para explicar lo más justamente posible lo que significaba Selena para toda la gente. Los sentimientos no son fáciles de explicar. Se sienten y se expresan, se viven y se reciben. Pero ni con la persona que más amamos podemos expresar en palabras exactas lo que significa para nosotros ... Tal vez sea mejor así ... Tal vez si pudiéramos expresar en palabras lo que significa lo más trascendente para nosotros, y creer que todos los sentimientos lo podemos definir en un papel, en una página de Internet, entonces, tal vez aquello tan trascendente no sea todo lo importante y significativo que creamos. Las palabras pueden acercarnos pero nunca llegan a explicar todo lo que sentimos por alguien. Eso diferencia el verdadero Amor de la posesión, la admiración del fanatismo, el cariño de la adoración. El que ama de verdad nunca daña. El que es fanático puede llegar hasta odiar, puede sentirse engañado por algo que supuestamente hizo ese artista, ese ídolo que ese alguien “adora” y puede eliminarlo sin más, como si esa persona que tanto quería pasara a ser una cosa que se la quiere sacar de encima. Y no se detendrá allí. Luego llorará por lo sucedido, dirá que se arrepiente por lo hecho o que lamenta lo sucedido sin que necesariamente sienta remordimiento por ello. Y conforme pasa el tiempo, no tendrá ningún inconveniente en seguir lastimando, seguir disparando o hiriendo una y otra vez, en ejecutar no sólo con un arma sino con palabras, en no sólo dejar en la nada a una vida, sino en lastimar a toda una familia destrozada por la pérdida … Se suele decir que no hay nada peor que una mujer despechada. Yo más bien diría que no hay peor cosa que una persona que adora, que es fanática de alguien, que siente que es dueña de la persona a quien dice querer, y que por despecho, por sentirse engañado, por asegurar que lo han traicionado, elimina a ese ser para que ya no lo “moleste más”, para que ya no haga más nada si no es con esa persona. Ejemplos hay a raudales. Lamentablemente, uno de ellos es el de nuestra Selena…

Y ese horrible paso del tiempo va haciendo que ese frío papel se ponga amarillento, se haga más distante con definiciones que pueden ser muy elogiosas pero que ya no tienen la cercanía de semejante artista, ni suenan tan potentes y sentidas esas palabras. Lamentablemente, el paso del tiempo hace que si buscamos una definición de Selena o buscamos su nombre en google o en youtube se lo confunda con Selena Gómez. El paso del tiempo hace que para muchos Selena sea Selena Gómez. Hasta el vertiginoso avance de la Informática le juega en contra a Selena. Hoy cualquier artista, por más joven que sea y por más que no haya hecho tanto por falta de tiempo, o simplemente por no mucho talento, puede tener millones de páginas de Internet, millones de videos y millones de seguidores. Y cada página, cada video y cada seguidor se reproducen casi minuto a minuto. Y sabemos que eso no sucede con Selena al menos con esa velocidad, pues a pesar de lo que significa para tantos millones de personas, ella ya no está entre nosotros y ya no está para encantarnos con su presencia y para generar nuevas canciones, nuevos conciertos, nuevas ideas, lo que hace muy difícil que sea el ícono para las nuevas generaciones que quieren ver a su artista favorito. La cruda realidad nos muestra la verdadera cara de nuestra Selena. Una realidad que leí de una fan de Selena, que decía que se peleaba con su hija pues mientras para ella Selena es “nuestra Selena Quintanilla”, para su hija Selena es “Selena Gómez”. El paso del tiempo también reserva los mejores homenajes a nuestra Selena, pero también pone a Selena en algo que seguro hoy ella no querría estar en sus jóvenes 40 años. En un frío mármol, en un frío bronce, en unas frías palabras. Es como ir hoy a wikipedia y ver lo que se dice de nuestra Selena. Y por más que sean palabras elogiosas, esas palabras no tendrán ni la emoción ni la vigencia de una Selena con nosotros, no tendrán el recuerdo con el llanto desgarrador y el sentimiento en carne viva de los primeros tiempos de Selena sin nosotros, no tendrán ese sentimiento de tristeza y desolación. Tendrán, eso sí, esas palabras de reconocimiento y esa invitación de recordarla no con tristeza, sino con alegría y a través de sus canciones … Lamentablemente, el ser humano tiene que curar sus propias heridas para poder seguir viviendo. Luego de mucho llanto y de mucho dolor, el ser humano despierta y sabe que tiene que seguir a pesar de todo, tiene que seguir andando, creyendo, soñando. Es allí cuando ese llanto y esa tristeza se transforman en palabras, en recuerdos, en diálogos y en volver a sonreír otra vez. Se dirá que es la ley de la vida. Y vendrán los necesarios recuerdos, las estatuas, las estrellas, los premios “pos mortem”, las nuevas canciones, las versiones actualizadas, los remixes. Y tal vez podamos permitirnos seguir recordando a Selena con alegría pues, como dice aquel tango, “tus ojos se cerraron y el mundo sigue andando…”. Pero como dice el mismo tango: “Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi tormento. ¡Todo es mentira, mentira ese lamento! Hoy está solo mi corazón…”. Ese tango lo cantó Carlos Gardel, alguien que se nos fue pronto en un absurdo accidente, cuando también estaba por conquistar el mundo y nos quedó su sonrisa inmortalizada, como la de Selena…

Y no es que el recuerdo no sirva, no es que el recuerdo no tiene sentido … El recuerdo es lo más valioso que tiene el ser humano para no olvidar lo que ha significado una persona en nuestras vidas, lo que ha dejado en nuestros corazones y en nuestras Almas. Sirve, pero sirve si están siempre vigentes todos los sentimientos que nos ha dejado la persona en cuestión. Si queremos mantener viva a Selena, no hay que recordarla sólo con alegría, con sus canciones, escuchando sus discos y mirando sus videos. Hay que recordarla también por la pérdida, por la vida que no fue, por los sueños que no se pudieron cumplir, por todo lo que no se pudo lograr, por la familia que no se pudo plasmar con hijos, con una familia destrozada para siempre, con un matrimonio feliz al que se le quitó todos sus sueños y proyectos, y se lo dejó en la más absoluta tristeza, con una asesina despiadada, como toda psicópata, que resalta y alimenta la más absoluta maldad poniendo en duda una de las cosas más valiosas de Selena: su honestidad, su culto de la verdad y de la transparencia, su repudio a la mentira y a la falsedad. Lamentablemente, todo esto debe ser recordado, pues forma parte del recuerdo de cada admirador de Selena que se desparrama por todo el mundo. El que ama a Selena ríe, pero también llora. El que ama a Selena recuerda y festeja el 16 de abril, pero no olvida y llora cada 31 de marzo. Los dos días forman parte de la vida de Selena. Es más. En aquel 1995 para Selena hubo un 31 de marzo pero no hubo un 16 de abril. Si no queremos que el recuerdo sólo quede en los fans de Selena, si no queremos que cada año que pasa las líneas que se le dedican a Selena sean menores y sea menor la cantidad de tapas dedicadas a su recuerdo, si no queremos que las nuevas generaciones o gente de países que no la llegaron a ver no entiendan quién y qué significa Selena, o se la confunda con otra artista, si no queremos que cuando hablen de Selena sólo digan que era “La Reina del Tex Mex”, “La Reina de la Cumbia”, o que en un informe sólo digan “Selena. Cantante famosa nacida en Corpus Christi, Texas”, tendremos que recordarla con toda la carga que llevaremos por siempre en nuestras vidas. La alegría y la tristeza, la vida y la muerte, las risas y el llanto siempre estarán presentes en el recuerdo de Selena. Si somos tan honestos como lo fue Selena, a la hora de darle su merecido homenaje todos estos sentimientos tendrán que estar presentes, y si es así todo el mundo, todas las generaciones, sabrán de que se trata cuando hablamos simplemente de Selena, la única Selena, la única mujer que tiene la suficiente personalidad como para llevar y sostener ese nombre…

Siempre nos impactará la desaparición de alguien tan joven. Y más si ese ser joven es una mujer. Tal vez porque nos lamentemos que en muchos casos no haya tenido hijos, no haya podido formar su vida ... La mujer y la juventud constituyen un símbolo muy preciado, un símbolo de belleza y plenitud, un símbolo de alegría, un símbolo de un estado en el que todo es posible y todo se puede lograr, un símbolo de esperanza .... Y cuando eso no se da, cuando eso se interrumpe por un acto de violencia semejante, entonces el sentimiento de pérdida, de la vida que no fue, de la belleza perdida, de la plenitud avasallada, de la desaparición de una mujer joven, que es siempre bella y siempre buena, y la sensación de tristeza y de desolación serán inevitables. No es necesario conocer a esa persona. No es necesario haberla visto antes. Es saber su historia y lo que ha pasado para sentir y compartir el dolor de la pérdida. Tal vez ése sea el valor de la escena de aquel capítulo de Columbo. Él no conocía a esa mujer. Recién había sido notificado del caso, hacía unos minutos que estaba en la casa de la joven, le habían comentado que supuestamente se había suicidado y sólo había alcanzado a ver el informe del Departamento de Policía, la supuesta nota de suicidio, y el álbum de fotos y de recortes que guardaba la joven. Él ya sabía que no había sido un suicidio, que era un típico caso de homicidio. Pero se había quedado impactado de sólo verla y de lo que había logrado en tan poco tiempo. No podía sacarse de la cabeza de que era joven, bella, talentosa, talentosa y famosa. No podía sacarse de la cabeza que una persona así podía también morir. No podía sacarse de la cabeza todo lo que podía haber hecho y no pudo hacer por aquel aberrante acto … Es inevitable ese sentimiento que nos puede movilizar en muchas cosas y hasta nos puede cambiar para siempre nuestras vidas. Yo también conocí a Selena de ese modo. Tiempo después de que Selena nos dejara y abandonara este mundo supe, a través Gilda, aquella cantante de cumbia argentina, también desaparecida, de su historia, y sin saber quién era, sin haberla visto ni oído cantar, quedé estupefacto por lo que le había pasado. No podía entender que a alguien tan joven y en su mejor momento le pudiera pasar algo semejante. De a poco me metí en su historia y la fui conociendo. Leí las notas que se le habían hecho y vi la película que la recordaba. Empecé a quererla, pero seguía sin entender lo que le había sucedido. No había prestado mucha atención a lo que había hecho pues creía que lo más importante era entender el porqué de todo lo que le sucedió. Pensé que lo más trascendente era el “caso policial”, lo que no pudo hacer, lo que dejó como proyectos inconclusos. No se me ocurrió pensar que lo más importante era lo que había generado y lo que representaba, como sí lo había hecho Columbo con la Srta. Wells. Cuando pude verla en concierto, cuando pude ver a ella en los reportajes, cuando pude ver cómo trataba a la gente, cuando pude ver cómo hablaba y cómo cantaba, cuando pude ver qué clase de persona era, entendí por qué todo, por qué había impactado tanto su pérdida y lo que ella había generado en la gente. Entendí el origen y el desarrollo de su historia. Me cambió la vida, cambió mi forma de ver las cosas, pasó a ser Selena lo más importante. Empecé a saber mucho de su vida como artista y como persona. Empecé a admirarla y pasó a ser, por obra de su Amor, la razón de mi vida. Eso lo plasmé en recuerdos y en homenajes a Selena todos los días, todas las semanas. Había encontrado un lugar en el mundo, y ese lugar me lo había dado Selena sin estar presente, sin que yo pudiera agradecerle en persona todo lo que me había dado. Me hizo una persona más feliz, pero jamás enteramente feliz. Pues entendí todo pero seguí sin comprender el origen de toda esta historia, el motivo por el cual yo me había acercado a Selena. Seguí sin entender cómo le había sucedido semejante cosa. Y cuanto más sé de Selena, menos entiendo lo que le pasó. Nunca entenderé que una persona que había dado tanto Amor recibiera tanto odio y tanta sinrazón…

Yo también soy paranoico. Yo también querría que todos murieran de viejos, y máxime sin son tan talentosos, tan llenos de vida y con tantas ganas de dar. Estas cosas nunca deberían suceder. Dios alguna vez debería entender que a algunos deberían darle una segunda oportunidad en la Tierra antes que darles el paraíso eterno en el Cielo. El Cielo puede esperar, el Cielo debe esperar que toda joven como Selena primero disfrute del encanto de la imperfección antes de gozar del paraíso eterno y sin imperfecciones que Dios nos ofrece después. Todos tenemos derecho a la vida. Ese derecho y ese pedido de segunda oportunidad lo pierden aquellos que osan quitarle la vida a alguien. Alguna vez las cosas en la Tierra deberían ser más justas e igualitarias para que el Paraíso Eterno tenga más sentido y sea un justo premio para aquellos que hicieron lo justo y lo correcto en el tiempo que les tocó; los que hicieron lo que les gustaba sin evitar que los demás hicieran lo propio, y que a través de sus obras artísticas facilitaron a todos el camino para que elijan su destino y luchen denodadamente para lograr todos sus sueños…

Yo sigo esperando y rogando para que Selena tenga esa segunda oportunidad. Pues no soporto pensar que ella se nos ha ido, que ella no vuelva nunca más. Prefiero pensar en imposibles antes que subsumirme en la más absoluta y absurda realidad…

Es que soy así. Yo simplemente quiero a Selena. Y quiero que ella sea feliz con todo lo que ella ganó por merecimiento y buena fe. Sólo quiero eso…

Y con mi recuerdo yo sigo clamando por Selena en la seguridad de que algún día ella volverá…

Y así será, Selena, así será…

Simplemente te recuerda con Amor, como tú querías…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)



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