Abrázame, como nunca me has abrazado...

30 de junio de 2022



Esperando, sólo esperando ser felices, Selena...

A través de los años y de nuestras vidas nos han enseñado que sólo importan los exitosos, los que han ganado, aquellos que lograron sus metas, aquellos que lograron todo, aquellos que han llegado a todo el mundo, aquellos que han tenido millones y millones de fans, aquellos que llegaron a Hollywood, aquellos cuyo nombre es reconocido en todos los países, en todas las lenguas, en todas las etnias... Lo mismo que en ámbitos más modestos sólo importan los que logran tener los puestos más importantes, los que deciden, los que ganaron la carrera para mandar, dar órdenes, estar allí en los lugares de poder… Y sentirse recién allí exitosos…

En estos tiempos nos han hecho creer, Selena, que lo más importante es tener todo, no se sabe qué, pero tenerlo todo y de cualquier modo. No importan los medios sino los objetivos. No importa cómo lograr el éxito. Lo importante es tenerlo y a cualquier costo, de cualquier manera. Verse, mostrarse, sentirse importante con las “vistas” y “los “me gusta”. Así, muchos harán lo que sea para lograr estar en la televisión, en el cine, en los medios, en los eventos, en todas las plataformas digitales. Lo importante es ser esa figura a la cual todos adorarán porque “están allí”. Y una vez que lo logran, ya no importa lo que dicen ni lo que hacen. Seguramente tendrán millones de fanáticos que gritarán por ellos, que querrán saber de ellos. Y gritarán y correrán de un lado a otro para encontrar algún sentido a sus vidas, algo que les dé una alegría que excede a sus propias necesidades...

Muchas veces, ante tu ausencia, Selena, busqué entre tantos artistas que convocan millones si acaso tienen algo de ti. Me pregunté si acaso podía borrar la tristeza de mi rostro, dejar de sentir el dolor de tu ausencia, si pudiera ver en alguien ese ángel, esa entrega, esa virtud, esa interpretación que sólo sabías dar tú, que nacía desde el Alma, que se expresaba con pasión, con sentimientos, con los sueños puestos en el escenario, con la necesidad manifestada desde que tú eras muy pequeña, en la que la mayor prioridad era tener un plato de comida en la mesa ... Esa necesidad, esos sueños, esos anhelos que se tenían que postergar por mucho tiempo, casi hasta que empezaras a cosechar tus primeros aplausos, cuando tuvieras tus primeros admiradores...

Y me di cuenta de que es imposible que se pueda encontrar a alguien como tú, Selena. Muchos a muy corta edad podrán lograr casi sin esfuerzo, aplicando recetas de éxito ya probadas, con caras lindas y perfectas, con una sonrisa igual para cualquier ocasión con un mensaje idéntico para cada fan sin ninguna personalización, y con una buena difusión de algún importante medio de comunicación, la cima, la fama y el dinero. También podrán encontrarse admiradores en todo el mundo, millones y millones de gente gritando por ellos sin saber por qué, acaso sin siquiera sabiendo para qué, acaso sin pensar qué es lo que están viendo, están escuchando, están admirando...

Estamos en un tiempo, Selena, en el que la inmediatez hace que la gente quiera ver todo en pocos minutos. Estamos en un tiempo en el que se necesita que el video sea lo más cortito y efectivo para ser celebrado. Queremos entrar rápidamente en ese mundo artificial impuesto y sentir algo que nos dé una alegría fugaz. No queremos preguntas, sólo respuestas. Queremos saciar nuestra sed sin gozar de lo que estamos probando. Aunque muchas veces me pregunto si esto es lo que realmente queremos o sólo estamos aceptando el mundo tal cual es sin preguntarnos si esto es lo que deseamos o sin mirarnos a nosotros mismos para saber qué haríamos en lugar de lo impuesto…

Ahora creo entender, Selena, el fastidio que tenía John Lennon en aquella primera época de The Beatles. Un John Lennon que tendría la misma suerte que tú, Selena, acaso porque era como tú diferente, impredecible, tremendamente talentoso, que tenía un carisma que excedía sus propias virtudes como cantante y como artista. Que no se conformaba con lo logrado, o que se suponía que había obtenido, y que a él no lo conformaba ... John Lennon decía que no podía disfrutar lo que hacía porque todos gritaban sin siquiera oírlos, sin siquiera apreciarlos, sin siquiera haberlos visto. Y por más que tuviera dinero, fama y amores, se sentía vacío. Sentía que sus metas no se habían logrado...

Hoy busco a alguien que me transmita lo mismo que tú, Selena, y sólo escucho y veo el mismo mensaje de siempre. Y nada de eso me emociona, nada de eso me alcanza. La felicidad de todo lo que me transmite cualquier medio de comunicación no me llega a mí. Siento que me falta algo, que aquello no me satisface. Tal vez porque ello es superficial, no es espontáneo. Simplemente no es real, no es sincero. No surge de la necesidad de cantar, de expresarse, de sentir, de ser felices con lo que se tiene, con tener la ilusión de que con trabajo, esfuerzo y dedicación todo se logra. Que con esos valores nada nos detendrá. Que con eso no tendremos que gritar ni ponernos felices por ver una imagen, por ver una sonrisa repetida por miles en todo el mundo. No seremos felices por sentirnos haber satisfecho la misma necesidad. Simplemente seremos felices por lo que tenemos, por lo que somos, por lo que sentimos...

Y siento que no podré hallar a alguien como tú, Selena ... Nunca encontraré aquella niña que ponía todo su corazón para cantar, que entendía que cada persona era eso, una persona a la que había que respetar y a la que había que dar todo de sí para hacerla sentir feliz. Que cada palabra dicha en tu canto, aunque no fuera expresada en tu idioma original, debía ser dicha con su real significado, ese que sentía la gente. Que cada palabra debía ser dicha con pasión, que debía representar lo que cada uno del público sentía todos los días, cada hora, cada minuto. Y para eso había que sentir lo mismo que ellos, padecer lo mismo que ellos, soñar como todos ellos. Y tú, Selena, no sólo lo sentías ... Con tu dulce voz expresaste como nadie lo que cada hombre, lo que cada mujer sentía. Y por eso todos comenzaron a quererte. Porque tú les expresabas su sentir. Y paradójicamente les hablabas en su mismo idioma...

Me pregunto, Selena, si acaso algunos hoy en día harían tu mismo recorrido. Si acaso harían tu mismo sacrificio. Si acaso tendrían esa misma sonrisa que exhiben congeladamente por Internet si tuvieran que vivir en un micro todos los días para ir de pueblo en pueblo para cantarle a la gente, para alegrarles la vida después de muchas jornadas de sacrificios y frustraciones, eso mismo que tú sentiste, Selena, en toda tu infancia, en toda tu adolescencia, en toda tu corta vida. Me pregunto si serían capaces de tener un contacto cara a cara con esa gente, de alegrarse con lo que ellos se alegraban, de disfrutar de tener una conversación con ellos, de tener la mejor predisposición para escucharlos, de darles todo su tiempo para hacerlos sentir a ellos tan protagonistas como los "famosos". Me pregunto, Selena, si acaso podían ser como tú. Si podían darle un autógrafo a cada uno, de preguntarles por sus vidas, por elogiarles su vestimenta, de compartir las alegrías y las tristezas. Me pregunto, Selena, si alguien puede ser como tú...

Busco y busco hoy en día, Selena, si alguien está dispuesto a dar todo de sí, si alguien está dispuesto a ser diferente, a no conformarse con ser más de lo mismo, con no conformarse con ser famoso a cualquier precio. En definitiva, si alguien quiere sacrificarse por ser alguien en la vida, por tener un nombre, por jugarse por un ideal, por un sueño, por una meta. Me pregunto si hoy en día alguien quiere seguir tus principios, Selena. Me pregunto y busco hoy en día si hay alguien que no se conforme sólo con tener una buena figura y usufructuar con ella. Me pregunto si hay alguien como tú que, en pleno ascenso en su carrera, diga que no quiere que la vean como una figura sexy, que desea que la quieran por lo que expresa en el escenario, en la vida. Me pregunto si hay alguien que tenga valores, que sea coherente entre lo que dice y lo que hace. Me pregunto si alguien quiere saber que el camino al éxito tiene un límite ético, que la fama también genera obligaciones y que el camino que uno ha hecho para lograrlo tiene que ser un ejemplo para los demás, o bien prefieren aceptar resignadamente que ese camino es algo vergonzoso pero aceptado por este mundo del vale todo, en el que el fin justifica los medios...

En este mundo en el que los grandes ideales son apenas palabras que son frases hechas que nadie cumple en la práctica, me pregunto quién está dispuesto a defender los derechos de los niños, de la mujer y de la vida como lo has hecho tú, Selena. Hasta dónde llegarían con su compromiso, hasta dónde estarían dispuestos a llegar, más allá de las declaraciones políticamente correctas. ¿Lo harían como tú, comprometiéndose en la participación de programas de inserción de los niños a escuela, visitando cada colegio personalmente y ofreciéndoles un concierto sólo para ellos? ¿Estarían dispuestos a dar una charla formal e informal con cada medio periodístico para hablar de los planes personales, artísticos y sociales? ¿Estarían dispuestos a poner su cara como apoyo para la defensa de los derechos de la mujer en cada ámbito, en cada lugar, y para que se denuncien abusos y excesos? ¿Estarían dispuestos a postergar su fama para abrigar todas esas causas? ¿Querrían ser un ejemplo para los demás? ¿O simplemente ser una imagen para vender, una imagen para adorar? ¿Estarían dispuestos a expresar ideales como tú, Selena, para que las grandes marcas, las grandes empresas, apoyen tus iniciativas, o aceptarían mansamente cumplir el rol que les imponen éstas para ser lo "correcto", lo previsible, lo impersonal, el mensaje sin contenido, sin compromiso, sin alma?

Me pregunto si en un mundo tan elitista como el de ahora tendrían tantos planes, tantos sueños, tantas ganas de arriesgar. Yo recuerdo que muy pocos comprendían el que quisieras cumplir tu sueño de ser diseñadora y crear “Selena Etc.” antes que ser exitosa como cantante y famosa en todo el mundo como artista ... Hoy hasta un chico de 15 años aceptaría mansamente lo dado en la vida. Y el que llega al éxito repetiría la fórmula hasta el cansancio y no haría más de lo que le indicarían sus innumerables managers, consejeros, gerentes, canales de televisión, multimedios, multinacionales, plataformas digitales. No se plantearían nada nuevo, no pondrían en marcha sus sueños de niño. Sólo se limitarían a cumplir lo que se les ha impuesto sin hacer correr su imaginación. En cambio tú, Selena, tu increíble éxito en el mercado hispano, tus conciertos multitudinarios en México y Estados Unidos, apenas eran para ti un paso más en tu vida. Un paso que te abría el camino a la siguiente escala de tu carrera profesional: tu disco en inglés, aquel que le prometiste a tu público en el concierto de San Antonio en 1991 luego de cantar brillantemente y con tanta emoción "Where did the feeling go?", y tus presentaciones en toda América latina. Tenías la resistencia de Emi Central para seguir tu carrera en inglés. Ellos querían que te limitaras a usufructuar tu éxito en español, lo cual era lógico en un punto. Ese éxito te llevaba a otros mercados que con el mismo éxito facilitaría tu carrera internacional. Ante esta situación, le planteaste el sueño, que era de tu padre en realidad, a José Behar, presidente de Emi Latin, y le insististe sobre tu objetivo. Muchos te preguntaron si acaso eso era un capricho. Y tú dijiste, con la franqueza de siempre, que sí. Que era el sueño de muchos años y que no había que desaprovechar el momento. Y cuando se te decía si no era arriesgado poner en juego tu fama, tú les decías que más importante era lo que se habían propuesto, que encima costaría el doble de trabajo pues debían hacerlo paralelamente a su continuación con el proyecto en español. Nada te habían regalado, Selena, y encima tu apuesta te llevaría el doble de sacrificio. Porque tú llevaste la carga de los sueños de todos desde el mismo momento en que fuiste la cara visible de “Selena y Los Dinos”. Los de Emi Central cedieron y le dijeron a José Behar que siguieras adelante con ese sueño, pero que tú te hicieras cargo de tu suerte. Y tú, Selena, lejos de ser una artista dócil que estaba dispuesta a no permitirse soñar, seguiste adelante con tu proyecto y lo anunciaste a cuanta persona quisiera escucharte...

Me pregunto si hoy en día alguien es tan profesional como tú para decidir qué hacer con tu vida, cómo hacerlo, para qué. Me pregunto si algunos dirían a los 23, casi 24 años, en pleno éxito artístico, que pensarían en armar personalmente otro proyecto ambicioso, como tú con tu cadena de boutiques y de diseño. Si en vez de quedarse sentados en un gran sillón disfrutando de sus éxitos pensarían en cuáles son sus sueños de toda la vida, qué era lo que los ponían felices y pondrían esos sueños en marcha a base de ideas, de ganas, de entusiasmo. Me pregunto si en un mundo en el que parece todo hecho, prefabricado, impuesto, uno va a poner tanta energía en hacer algo nuevo, innovador, hecho con amor propio, con ganas de progresar, de hacer cosas nuevas, de dejar grabado su nombre para siempre en su vida. En un mundo en el que el mayor esfuerzo es mover la mano y prender una computadora o encender un celular para que se le abran los sueños, para alegrar sus vidas, para que se le dibuje una sonrisa en el rostro ante la aparición de algo que les satisface, ¿cuántos tienen ganas de ir más allá, de cumplir sus sueños por iniciativa propia sin esperar que otros se las cumplan por ellos, sin esperar que otros les generen las ganas, las expectativas, los sueños, la vida? ¿Cuántos están dispuestos a ser forjadores de sus vidas, forjadores de su felicidad?

E insólitamente, en un mundo tan avanzado tecnológicamente, en el que hay respuesta para todo, en el que parece que todo se sabe, que todo está controlado, te miran a ti, observan tu absurda suerte, y sacando a relucir sus miedos más primarios y teniendo en cuenta que para ellos sólo cuenta el éxito, el triunfo, la meta, piensan absurdamente que tu camino no conviene, que no traen buenos augurios, que es inviable. Cruzan sus dedos y se preguntan por qué no te conformaste, por qué no disfrutaste tus 10 minutos de fama, por qué no te hiciste asesorar con los que saben lo que es el "negocio". Te endilgan por qué no fuiste más práctica, por qué seguiste tus sueños. "¿Acaso no supo que el sueño terminó?", se preguntaron parafraseando paradójicamente a John Lennon, pero no siguiendo sus pasos precisamente, ni los tuyos, sino ojeando secretamente los dichos hipócritas de esa persona que te quitó cobardemente por la espalda todo lo que ella nunca obtendría en siglos...

Y cuando observo ese mensaje impiadoso, cuando me muestran esa realidad, cuando veo esa felicidad prefabricada, falsa, de plástico, como modelo a seguir, y muchos te muestran a ti con la triste realidad de tu suerte, con imágenes espantosas para demostrarnos cuánto se puede lastimar a alguien, cuánto se puede ultrajar, qué les pasa a aquellos que se permiten soñar y ser diferentes, qué es lo aconsejable, a quiénes hay que escuchar, cuando le siguen dando espacio a esa persona para decir tantas barbaridades y que huiría espantada si te viera nuevamente sin siquiera atreverse a mirarte a la cara, yo rescato tu figura, yo sigo tus ideales. No me importa si no pertenezco al elenco de los "exitosos". No me importa seguir el sueño de los otros. Sólo quiero seguir lo que me dicta el corazón, sólo quiero expresar el sentimiento de una persona que con su canto, su arte y su mensaje de vida marcó mi corazón para siempre. Tal vez no hayas llegado a la cima mundial, tal vez para muchos no hayas logrado el "éxito mundial", tal vez no hayas disfrutado las mieles de la adoración de todo el mundo, tal vez para muchos tu verdadero éxito no lo has visto. Pero date por seguro, Selena, que llegaste al corazón de todos. Y ese es el verdadero éxito, el que no se puede comprar con todo el oro del mundo, esos que pocos logran, esos que pocos pueden conquistar...

Por eso estoy aquí, Selena, para recordarlo todos los días, como el mejor modo de tributarte y de seguir tu camino…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)


Esas palabras que llevo en mi corazón, Selena...


Sé Selena que hay muchas formas de recordarte, de tributarte. Estás en cada ámbito de mi vida y ese es motivo suficiente para que en cada acto se reflejen mis más puros sentimientos hacia ti...

Sé también que muchos de los que te queremos tanto no ahorrarán palabras y muestras de gratitud por todo lo que has hecho por nosotros. En cada recordatorio estará expresado tanto cariño hacia alguien que generó tanto Amor...

Pero todos necesitamos ese lugar de intimidad, ese lugar en el que podamos estar contigo, sólo contigo, para poder decirte todo lo que significas para nosotros, todo lo que sienten nuestros corazones, la necesidad de manifestarte personalmente nuestros más puros sentimientos, lo que nos dejaste y expresarte con toda el Alma nuestras más puras muestras de cariño hacia ti.

Y para mí, ese lugar es el gravesite. Como verás Selena, mi propio dolor me impide decirlo en mi propio idioma. Prefiero llamarlo así, porque dicho lugar significa para mí morada, ese lugar en el que tú descansas y en el que estás siempre presente, ese lugar en el que está expresado nuestro Amor y también nuestro dolor...

Puedo estar muchos años, toda mi vida, escribiéndote, recordándote. Puedo estar noches enteras viéndote, escuchándote y admirándote. Puedo no dormir en mi recuerdo hacia ti. Pero aún así no estaré satisfecho. Pues no descansaré en paz hasta poder estar contigo en el gravesite para expresarte todo lo que mi corazón tiene guardado para decirte, todo lo que te quiero manifestar. Es como si mañana tuviera la oportunidad de verte. Creo que recién allí podría decirte lo que siento por ti. Recién allí podría realmente mostrarte en lo que me he convertido gracias a tu canto, a tu carisma, a tu personalidad, a ese Amor que transmitiste y que no olvidaremos jamás...

Y así como alguna vez dije que si me encontrara contigo sólo tendería a abrazarte sin poder decirte nada, y sólo expresaría mi dolor y mi sentir en forma de lágrimas, el tener la posibilidad de ir a tu morada haría descubrirme para dejarte todos mis sentimientos. Para no guardarme nada. Para dedicarte mi persona en toda su dimensión por tu recuerdo. Para demostrarte que te tengo en mi corazón...

Sueño, deseo, ruego a Dios poder ir a Corpus Christi para encontrarme contigo en el gravesite para poder decirte todo lo que siento por ti... Me gustaría estar cerca de tu lugar para primero sentir que estás allí, abrir y cerrar mi palma de la mano, y agitarla a uno y otro lado imitando tu saludo al público en concierto, y decirte no sin antes llorar, llorar por todas las veces que lloré por ti, lo que hace tiempo tenía tantas ganas de decirte...

Selena. Estoy aquí, estoy aquí para decirte que te quiero. Vengo de un lugar muy lejano, de Argentina. ¿Recuerdas Selena que dijiste que ibas a venir? Debo confesarte que muy a mi pesar te conocí por tu triste noticia años después y te juro que desde ese mismo momento una gran angustia se apoderó de mí, pues aunque no sabía quién eras, el solo hecho de saber lo que te había pasado, de lo que te habían hecho, fue algo que siempre me generó mucha tristeza. Desde ese mismo momento sentí que había perdido algo aunque no supiera lo que representaras, y ni siquiera supiera quién y cómo eras. No sé por qué, pero ya sentía algo por ti aun cuando no tuviera recuerdos, no tuviera una visualización de tu figura, no pudiera reconocer tu voz. Y aun sin conocerte deseaba en aquel momento que al menos pudiera ver que dabas conciertos en Buenos Aires, aunque me preguntara con incredulidad quién eras, me preguntara por qué eras un éxito. Al menos eso me daba la seguridad de que estabas entre nosotros. Eso me generaría una tranquilidad aunque no te conociera. Prefería eso que vivir esta triste y densa realidad de tu ausencia, una ausencia que no puede cubrirse con nada ni con nadie...

Selena. Tú robaste mi corazón. Lo robaste desde el mismo momento en el que te vi actuar por primera vez en aquel inolvidable concierto en el Houston Astrodome en 1995. Había visto la película que se hizo en tu recuerdo, había leído mucho de ti. Hasta había visto algunos videos, pero nada se compara con la sensación que me dejaste al verte en esa entrada triunfal, en ese saludo y en esa actuación que tuvo un inicio digno de una artista única e irrepetible. Tu voz, tus movimientos, tu carisma, tu personalidad, tu talento, tus miradas, tu energía, tu ir a uno y otro lado del escenario me subyugaron. Nunca vi a alguien como tú, Selena ... Hasta conocerte a ti mi música había sido el rock, y sólo escuché y vi artistas de ese estilo musical. Había escuchado a otros artistas de otros estilos y nadie me llamó mucho la atención ... hasta que te vi a ti. Desde allí todo fue distinto para mí. Mi vida comenzó a estar dedicada a ti. Cuando vi lo que eras como artista, cuando vi lo que eras como persona, supe que lo menos que podía hacer por ti era recordarte, que la gente que no te conoce sepa de ti, que vea lo que eras y que experimente lo mismo que he sentido yo...

Selena. Haría lo indecible por tenerte aquí. Muchas veces desee poder tener la posibilidad de volver el tiempo atrás para evitar la locura que se ha hecho contigo. Que imaginé una y otra situación. Que pensé en mil posibilidades. No importa si son vanas. No importa si son imposibles. Yo no me resigno a verte nuevamente entre nosotros. Cada vez que te veo en un concierto, en una entrevista, en un video, en cada aparición tuya que me genera sonrisa, alegría, admiración, una mueca de incredulidad, dolor y desazón se apodera de mí. Y el dolor es inmenso. Es ahí cuando me digo y te digo Selena que no me resignaré a verte feliz, a verte viviendo tu vida, a que puedas gozar de aquello que tantos sacrificios te ha dado. Que me gustaría tener la oportunidad de tener en mis manos tu destino ... sólo para ofrecértelo, sólo para que esté en función de cambiar tu destino. Sería capaz de hacer lo que sea, de hacer cualquier sacrificio ... Varias veces me imaginé tener que hacer un papel desagradable para ti, tener que hacer algo en el cual te enojaras conmigo, pero que eso te permitiera vivir hoy. No me importaba si quedaba mal contigo, pues el solo hecho de verte feliz me alegraría sobremanera. Tampoco dudaría en intervenir en ese fatídico acto perpetrado por esa infame el 31 de marzo de 1995. Todo sea por ti Selena, todo sea por tu vida que merecía ser vivida…

Las cosas de la vida, Selena… Quién iba a decir hace unos años que iba a estar aquí tributándote, que por estas cosas del destino yo iba a estar aquí recordándote, llorándote, buscándote. Muchas veces pensé que por aquella desgracia yo estoy aquí. Muchas veces me dije que si tal vez esto no hubiese pasado yo apenas sabría de tu existencia, que tal vez sólo me llamaría la atención tu fama y me preguntaría por qué. Pero ahora sabiendo lo que eras, seguramente me hubiese llamado la atención tu figura, tu voz, tu talento y tu don de gente. No hubiese podido ser indiferente ante tu figura, esa figura a la cual era inevitable mirar, era inevitable reverenciar, era inevitable sonreír. Y sabiendo eso, lamento profundamente no poder experimentar esa sensación, de esa realidad en la que todos hoy invocarían tu nombre y te admirarían...

Selena. Yo te vine a decir que te quedes tranquila. Sé que te has ido de este mundo con una horrible sensación, una sensación que yo también siento. Porque lo que te hicieron a ti también me lo hicieron a mí. Yo también voy por este mundo con la sensación de que todo está perdido, que ese ideal que tú transformaste en acción quedó en un sueño, en una quimera...  Que ser bueno, talentoso, honesto, responsable, genuino no sirve en este mundo. Que es un sueño, pura ilusión… Pero trato de sacar fuerzas, las mismas fuerzas que sacaste tú para correr hasta el lobby del Days Inn y no quedar en manos de esa insensata, de esa pérfida. Y te puedo asegurar que yo haré lo que sea para tu obra no quede como algo que se ha hecho en vano. Yo haré lo indecible para que todo lo que has hecho quede grabado, tallado en piedra, marcado en nuestras Almas. Te demostraré en cada escrito, en cada acto de mi vida, en cada tema que vea y escuche, en cada difusión que se haga de tu obra en todos los ámbitos en los que me mueva que lo tuyo ha tenido sentido, que caló hondo en nuestros corazones, y que somos miles y miles de personas que te recordamos en todo el mundo, que todos los días nos dedicamos a tributarte, que ponemos nuestros más puros sentimientos para mantenerte viva, que no nos resignamos ante la dura realidad y el paso del tiempo, que nos hemos propuesto continuar tu legado de Amor, que jamás te dejaremos con tu miedo de que no eres querida o de que se han olvidado de ti. Que estamos aquí Selena en todas partes del mundo demostrando que eras la mejor, una artista y persona única e irrepetible, y que nadie podrá emularte...

Selena. Yo sólo estoy aquí por ti. Estoy aquí para que no te sientas sola, para que no te sientas vacía. Que yo, como tantos otros, he decidido acompañarte y hasta mis últimos días dedicarme sólo a ti. Estoy aquí para quererte, para darte todos los tributos que sean necesarios, para cumplirte tus sueños, para que lo imposible sea posible. Que ninguna excusa hay para abandonar aquello que tanto significa para ti. Que lucharé para que toda tu obra se conozca, para que tus sueños de diseñadora se cumplan, para que seas una mujer feliz habiendo logrado todo como artista y como persona. Que haría lo indecible para que tengas tu casa, tu familia, tus animales, tu boutique, tus discos, tus videos, todo a disposición tuya y de tu gente. Quiero que tu nombre siga figurando en todo el mundo como si aún estuvieras aquí. Quiero que te sientas orgullosa de ti, de la gente que siempre te ha querido, de tus fans, de todo lo que has generado. Quiero devolverte algo de todo lo que tú diste en tan sólo 23, casi 24 años. Que diste demasiado Amor y ese Amor debe ser correspondido ... Y no me resigno a verte feliz, a que todo lo que has anhelado lo puedas ver y disfrutar. Que no me voy a quedar con la sensación de resignación, de ver que todo se ha terminado cuando apenas asomabas tu cabeza en este mundo injusto. Que tú mereces la vida que te propusiste y aquí estamos para cumplirte tu dorado anhelo...

Selena. Estoy aquí porque quiero que en tu recuerdo se rescate que tú eres la única protagonista de tu historia… Y paradójicamente la única víctima... Pues en el recuerdo a ti, tú, Selena, estás por encima de todos y de todo. Que todo hecho, gesto, actitud, sacrificio, dedicación debe ser puesto en función de la exaltación de tu figura, de tu vida y de tu obra. Porque todos comprendemos que eres tú la que no tiene voz, eres tú la máxima figura, eres tú la que necesita a gente que defienda tu obra, que exalte tus virtudes. Y es entonces que todos nosotros, la familia, los admiradores, los artistas que han trabajado contigo, los músicos, los medios, todos deben contribuir a la exaltación de tu vida. Todos debemos erigirnos y ser portadores de tu voz, de tu posición frente a las cosas, a la vida. Tenemos que representarte por lo que fuiste y ser meros instrumentos para tu recuerdo, y para eso debemos ir tras de ti en ese camino sin estar nunca por delante ni ser nosotros las figuras. En el recuerdo a ti la única figura eres tú, Selena... Por suerte puedo decir que esto se está cumpliendo, que se te recuerda como artista y como persona, que llegaste a lo más alto siendo tú misma, con tus aciertos, con tus errores, con tus virtudes, con tus miedos… Y que no hay necesidad de exaltar tu figura como mito, como leyenda… O sólo por tu música… Que hay que recordarte como una chica que fue por su sueño, como una gran mujer que sólo quería ser feliz, como una artista única e irrepetible que dio todo para ser amada… Y lo ha logrado…

Quiero decirte Selena que el Amor hacia ti no tiene dimensión, no tiene límite. Va más allá de nuestras vidas y de nuestros propios sentimientos. Nosotros podemos armar nuestras vidas, nuestras familias, amar y ser amados, pero eso no quita que no te llevemos contigo, que no tengamos siempre un lugarcito en el corazón reservado sólo para ti. Tal vez nuestro entorno no lo entienda, pero si acaso supiera o entendiera todo lo que eres para todos nosotros lo aceptarían sin más. Tal vez, Selena, aún recuerdes aquel admirador que fue a verte el 26 de febrero de 1995 en el Houston Astrodome. ¿Lo recuerdas? Era un admirador tuyo de Los Ángeles que se había ganado unos boletos para verte en un concurso que había organizado el programa Onda Max. Pero lo curioso es que él no había mandado la carta para participar en el concurso... Lo había hecho su esposa. Ella, sabiendo cuánto te quería, no dudó un instante en hacerlo participar y hacerlo acreedor de la posibilidad de verte. Y así lo logró. Esa persona entendió que si quería a su ser amado también debía verlo feliz estando contigo… Porque el que te quiere no puede abandonarte, no puede dejar de expresarte su cariño, no puede dejar de quererte con toda el Alma...

Selena. Perdóname si a veces me expreso con tristeza, pero mi dolor me impide hablarte con la dicha con la que querría expresarme. Es que por más que tratemos de recordarte con alegría, por más que gocemos cuando te vemos actuar, por más que nos riamos con tus ocurrencias, por más que nos contagies con tus ganas de vivir, por más que sintamos orgullo de ser tus admiradores, por tu ejemplo de vida, de trabajo, de sinceridad y de honradez, no podemos, Selena, no podemos en cada recuerdo olvidarnos del nefasto 31 de marzo de 1995. No podemos. No podemos aceptarlo. No podemos asumirlo. No podemos resignarnos a volver a verte. Yo no puedo resignarme a no ver tu promocionado concierto en Los Ángeles, yo no me resigno a ver un concierto en el que presentes "Dreaming of you" y "I could fall in love". Yo no me resigno a volver a ver interpretaciones como las de "Where did the feeling go?" de San Antonio 1991, la de "Missing my baby" en Corpus Christi de 1993, la de "Como la Flor" en Festival Acapulco 1994, la de "No debes jugar" en el Far West Rodeo 1994, la de “¿Qué creías?” en Odessa 1994 o la de "Si una vez" en el Houston Astrodome 1995. No me resigno de volver a verte tan linda cantando "Si una vez" en el programa "Un nuevo día" en noviembre de 1994, de "Fotos y recuerdos" en "Padrísimo" en marzo de 1995, o rememorar tu concierto en el programa "En vivo", de Ricardo Rocha, en noviembre de 1994. No me resigno. Pero lo resignaría si todo eso lo pudiera abandonar a cambio de algo mucho más importante ... Que me den la seguridad de que puedas ser feliz viviendo tu vida, esa vida que tú sí la sabías vivir: la de vivir cada día como si fuera el último. Esa vida que la vivías con toda intensidad, con toda pasión, esa vida que tanto merecías vivir, esa vida a la que estaría dispuesto a dar todo para que tuvieras una segunda oportunidad...

Antes te dije, Selena, que tú robaste mi corazón. Y no es así. En realidad, yo te lo ofrecí en cuanto te vi. Y vine hasta aquí para verificar que lo tengas... Y para decirte que puedes quedarte con él, pues contigo sé que está en buenas manos...

Te doy un besito con mi mano, alzo mi brazo imitando tu saludo personal a tus fans y cierro mi mano tocándome mi mejilla en señal de recibir tu beso. Y me despido poniendo mi mano en mi corazón y te digo: "Hasta pronto, Selena, cuídate muchísimo y nos veremos muy pronto". Sé que será así. El poder de tu Amor lo logrará…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)