Selena y Chris

31 de agosto de 2008

Una Selena sola…

Selena se sentía sola y, a la vez, asfixiada en el Big Bertha. Podía con sus risotadas disimular su verdadero sentir, como siempre. Pero ella sabía en su fuero más íntimo que no se sentía bien. Que le faltaba algo, que le faltaba mucho. La vida anormal que vivía desde los 8 años de edad le podía dar satisfacciones que acaso soñarían muchos jóvenes de su edad. Pero Selena tenía 18 años y tenía que ver desde afuera lo afortunados que podían ser los jóvenes de su edad. Esos seres anónimos que podían disfrutar de sus salidas, de las fiestas, de sus primeros amores, de sus escapadas fuera de sus padres. Selena no tenía esa posibilidad. Vivía arriba de un bus de concierto bajo la vigilancia estricta de su padre. Encima si quería aprovechar cualquier circunstancia para irse a otro lado, no podía hacerlo. O pedía permiso o no salía. Si pedía permiso lo más probable era que se la negase. Abraham Quintanilla siempre utilizó el argumento de la “inseguridad de las calles” para tener vigilados a sus hijos las 24 horas. La excusa era que él sabía lo que era la “violencia del que vive afuera” y no quería ese futuro para sus hijos. La consecuencia lógica de ese argumento era tenerlos encerrados bajo su vigilancia y encima ellos tenían que tocar y cantar para la banda. La ironía es que el tiempo se encargó de echar por tierra esa excusa. Como sabemos, la violencia puede darse o generarse en cualquier lado y no sólo afuera. Lamentablemente, Selena lo experimentaría en carne propia poniendo al desnudo lo inútil, tonto y maligno de ese argumento. Lo cierto es que Selena no podía ser libre. Si tenía que ser feliz era bajo el “manto de protección” que generaba su padre. Fuera de él no se podía hacer nada. Selena comenzaría a darse cuenta que así no podía salir formalmente con alguien nunca. Si lo hacía clandestinamente, no duraría nada y era un riesgo enorme. Y si era para salir convencionalmente con alguien, corría el riesgo de la negativa de su padre. El panorama no podía ser más desalentador...

Aparece Chris Pérez en Selena y Los Dinos

... Y apareció Chris Pérez. Él aparecería en su vida como lo más opuesto a lo que era su familia, o a la imagen que generaba su familia. Chris venía tocando en bandas de rock. Por lo tanto, el ambiente en el que él se desenvolvía era en un punto muy diferente al de ella. No mejor ni peor. Sólo diferente, por lo menos en apariencia. Y hablando de apariencias, Chris venía con todo ese look de un rockero que se precie: pelo largo, tachas, chaqueta, botas y aire desganado. Era raro que él justamente apareciera en el ámbito de Selena. Y sin embargo fue su hermano A.B. el que lo trajo. Él no sólo alentó su llegada. Con el tiempo lo defendería ante cualquier circunstancia que hiciera peligrar su continuidad en la banda. Por lo pronto, A.B. convenció a su padre para que se incorporara Chris al grupo. Le dio todos los argumentos posibles: que era un gran guitarrista, versátil, que lo conocía,que era necesario para una banda como la suya tener un buen intérprete de dicho instrumento. Tal vez lo que veía A.B. en él era algo que observaba en los hechos con su intervención en varios aspectos de la banda: veía que le daba un toque de frescura, talento y distinción que eran necesarios para Selena y Los Dinos. Así como A.B. se preocupó de modernizar a la banda aportando con música y letras, ahora buscaba en Chris el toque final a la renovación. Abraham podía dudar y hasta discutir con A.B. en esas apreciaciones. Pero solía ceder. Sabía que su hijo se empeñaba en perfeccionar la banda y siempre que él veía que eso sumaba al éxito lo dejaba. Era como con los “boustiers” de Selena. No le gustaban pero, ¿para qué ponerse en contra de ellos si le aportaba al éxito de Selena? Además, confiaba en sus hijos cuando aportaban cosas renovadoras. Él supo desde que eran chicos que no podía quedarse con las canciones que él escuchaba de joven. Por eso, y a pesar de ser dominante, cedía en esos terrenos que él no conocía y no podía abarcar. Lo supo siempre desde que sus hijos, siendo niños, le decían qué era lo que les gustaba y a quiénes se querían parecer. Por todo eso, Abraham aceptó la incorporación de Chris pero con una condición: cambiarle la apariencia de rockero por algo más “tolerable” a su imagen “texana y familiera”. Así Chris se incorporó a la banda y ¡vaya que trajo cambios en Selena y Los Dinos!

Las consecuencias






Por lo pronto, Chris, tal como lo imaginaba A.B, le dio un toque particular a la banda. Sus punteos rocheros y virtuosos de su guitarra aportaban a ese cambio de sonido que A.B. quería para la banda de Selena. Su presencia no pasaba inadvertida para nadie, aun cuando Chris era un muchacho bastante reservado y tímido. Una persona que se limitaba a hacer su trabajo sin interferir y sin querer ser el centro de la escena. Todo lo contrario a Selena. Todo lo opuesto a Selena. Todo lo complementario a Selena. Acaso ella vio en él ese toque de “aparente tranquilidad” que Selena no tenía. A ella siempre le dio curiosidad esa actitud de Chris. Tal vez no lo entendía y podía fastidiarse mucho con ello. Pero algo le atraía de él. Pero no sabía qué. Le generaba inquietud. Al principio, trataba de minimizar su presencia y actuar como si nada pasara, como siempre. Pero con el tiempo veía en él a esos chicos que vienen “de afuera” y que cualquiera se acerca para ver quién es y quedarse con ellos si les cae bien. Sólo que Selena no podía libremente hacer ello. Si lo hacía, tenía que hacerlo en su ámbito y delante de todos. Eso le hacía dudar. ¿Cómo conocer a Chris si no podía siquiera verlo a solas sin que nadie se diera cuenta? Pero Selena no quería tener conflictos con su familia ni con su padre fundamentalmente. Tampoco quería seguir viviendo así con el miedo de no conocer seriamente ningún muchacho por fuera del “halo protector” de su padre. Ante este panorama, Selena sólo se permitió tener una relación amistosa con Chris. Ella tenía la esperanza de que si la amistad perduraba con ese muchacho tan distinto de ella, tal vez podía salir libremente con él y a nadie le caería mal ni raro ello. Y así fue. De a poquito se fue creando un clima bueno entre ellos, potenciado por el hecho de que A.B. lo consideraba un amigo y porque el muchacho caía bien a todos con esa imagen silenciosa. A Selena le perturbaba cada vez más Chris. Era tan diferente de ella, tan distinto de su familia que comenzó a atraerla, comenzó a significar para Selena acaso aquel “afuera” que ella no podía acceder, no podía confiar, no podía amar...






















Una ayudita para Selena




Aun con este panorama Selena sabía que necesitaba de ciertos “cómplices”. Siempre aparecía la amenaza de su padre y Selena supo que si iba a ir por algo “serio y formal” con Chris necesitaba ayuda. Y Selena encontraría esa ayuda en A.B. Si él apreciaba tanto a Chris, ¿acaso él no recomendaría a su hermana a quien quería tanto? Selena, que obviamente no era tonta, supo que podía avanzar algo vía A.B. y así un día lo encaró. No dudó en decirle a A.B. lo que sentía por Chris y le pidió decirle a él eso que “ella sentía”. Uno puede hoy reírse de esta situación, pero era muy seria. Había mucho en juego y la única forma de lograrlo era por este camino. Al menos Selena lo veía así y actuó como tal. Lo curioso, y hasta en un punto gracioso, aunque no fuera así, era que A.B. se resistía a hacer eso que le pedía Selena, no tanto porque le pareciera ingenuo e infantil el pedido, sino porque temía que ello le generara un gran dolor de cabeza con su padre. A.B. le decía que su padre “la iba a matar”. Se lo repetía una y otra vez. Además, le decía: “no vengas con esos problemas. Por favor, no me pongas en esa situación”. Pero Selena ya estaba decidida. Y si ya estaba en esa situación, no se iba a volver atrás. En eso era como su padre: testaruda. A.B., aun cuando protestaba, se negara y temiera hasta por su vida si llegaba a ceder en ese punto, supo que no tendría escapatoria. Amaba a su hermana y quería mucho a Chris. Y temía a su padre.Tal como imaginó Selena A.B. tragó saliva y dijo “está bien. Yo le digo. Pero sólo hago de mensajero, ¿eh? No me pidas nada más. Y si se arma lío después, yo no sé nada, ¿eh?”. Ni él podía creer en eso que le decía a Selena. Pero quería ponerle un límite. Quería que supiera que lo metía en un compromiso difícil de eludir pero más difícil aun de encarar....












La reacción de Chris

Así, A.B. aprovechó una oportunidad en la que él debía hacer unas compras solos para decirle lo que su hermana quería trasmitirle. Trató de decirle de la mejor manera: que no sonara dramático ni rimbombante. Se lo dijo como un amigo a otro: “¿qué te parece Selena? ¿No es linda chica? ¿Acaso no saldrías con ella?” Pero claro, era su hermano, lo cual no le quedó otra alternativa que decirle que todo ello surgió porque Selena quería trasmitirle lo muy interesada que estaba con él. Y Chris reacionó como cualquiera en su lugar. ¿Qué hace ahora con la seguridad de que la chica está interesada en él? ¿Iría a encararla como si nada o con la seguridad de ello? ¿Hasta qué punto esto le encendía algo que sentía por ella y no podía expresar? Y si fuera, ¿sería a un nivel de aceptación de querer tener una relación permanente con ella? De golpe, sintió que estaba ante un problema en el que no lo encontraba una solución satisfactoria. Chris tenía que salir de esa “tranquilidad”, de esa actitud “despojada” de rockero, para asumir el reto. Pero Chris no era de encarar retos. Selena era la persona que encaraba retos. Así, Chris se mantuvo un tiempo sin atinar a hacer nada. Sumaba dudas que le hacían justificar que no intentara nada con Selena. En un punto tenía terror. Ella era muy diferente de él. Él no se había permitido observarla. Él era consciente a ese punto el rol que jugaba su padre. No quería problemas. Aunque A.B. se lo asegurara y lo defendiera ante cualquier problema, él no se sentía con carácter para aceptar ese rol dominante, el rol de primera persona que requería el caso. Él se sentía que tenía un rol allí. Y se había mentalizado para ello. ¿Cómo actuar ahora con todo ello? La situación lo sobrepasaba...

Un reto para Selena

Para Selena, esto que comenzó como una inquietud y como una curiosidad, pasó a tener la importancia de un reto personal. A las dudas de Chris se le sumó el hecho de que Selena sentía la necesidad de abrirse camino. Y con el tiempo vio en Chris una posibilidad de ello. Los silencios de Chris avivaban más el volcán que era Selena. Sacó a relucir todo su carácter pasional, todas sus ansias, toda su actitud, todo su ímpetu. Por ello lo fue a encarar personalmente a Chris diciéndole ella misma lo que sentía por él. Ahora esperaba de él lo mismo. Chris, aunque todo lo ponía en una situación extraña y de incomodidad, terminó declarando su amor a ella. Él hubiese querido expresarlo de otro modo, pero terminó aceptando que ése era el rol que tendría en su relación con Selena. Y por suerte, tal como era ella, pudo hacerlo. ¿Quién sabe si lo que hubiese hecho si no fuera por Selena? De pronto se encontró con una mujer que expresaba su amor de una manera genuina, espontánea, sincera y sin reparos. Todo lo contario a él. Pero Chris sabía que su actitud no era la más conveniente. Eso le impedía apreciar lo que valía la pena. Por ahí él podía, desde su posición, darse el lujo de perder algunos amores, Selena no se podía permitir para ella lo mismo. Una vez más, para ella todo era cuestión de “a suerte y verdad” en cada decisión, Y ésta no era la excepción...

Los primeros conflictos

Selena pensó que si ella maduraba una relación con Chris desde la amistad y públicamente, todos terminarían aceptando el desarrollo lógico de dos personas que se terminan queriendo. Fue un error. Fue verle la posibilidad de que una roca como Abraham Quintanilla mostrara sus primeras grietas ante esta eventualidad. Y este acontecimiento no iba a ser la excepción. Todo lo contrario. Potenció aquel temor del padre de Selena de que ella comenzara a tomar un camino propio que hiciera tambalear su carrera musical. Era su fantasía y su justificación para ejerecer más control sobre Selena. Por ello, cuando vio que su hija y Chris comenzaban a manifestar su amor, no le gustó para nada. Al principio, quiso negarlo o negarse. Pasaron los primeros conciertos de Monterrey y era evidente que no era de esos amores pasajeros. Se preocupó. Pensó que su sueño se tambaleaba y no lo iba a permitir. No iba a dejar que Selena tomara un rumbo diferente. Pensó que debía actuar como siempre: atacando, irrumpiendo, amenazando. Pensó que era otro incidente más que había que atacar cuanto antes. Para eso buscó que Chris y Selena no se vieran más. Y la única forma de lograrlo era separar a él de la banda. Cuando lo intentó se encontró con que el tiempo había cambiado muy a su pesar. Selena no sólo había crecido, sino que manifestó algo más contundente que aquel incidente de los “boustiers”. Allí trataba de negociar amigablemente una salida elegante que satisfaciera a los dos. Ahora estaba defendiendo su amor a Chris con uñas y dientes, como algo que de ninguna manera se iba a negociar ni resignar. Aun así Abraham intentó “cortar por lo sano” e imponer su condición de “paters familia” y manager de la banda para sacar del grupo “Los Dinos” a Chris. Había ido muy lejos y a destiempo. A.B. lo consideraba una locura: dejar a un guitarrista como él era echar por tierra lo que se había madurado musicalmente. Aparte, él, como toda su familia, veía que su padre cometía otra locura con Selena y con Chris: con éste porque lo consideraba una gran persona que de ninguna manera se merecía semejante trato; con Selena porque sabía que lo quería y quería verla feliz. ¿Cuál era el problema que esas dos personas a las que quería mucho estuvieran contentas? Era el comienzo del conflicto. Un conflicto fuera de toda razón. Era el comienzo de un conflicto pasional…

Selena contra su padre por Chris

Chris, una vez más, estaba dispuesto a salirse, si eso causaba un alivio para todos. Él en su interior imaginaba que podía seguir viendo a Selena por fuera de la banda y que su salida podía no interferir el éxito de la banda y de Selena. Para su asombro ese pensamiento encontraría su primer escollo: Selena. Ella discutió palmo a palmo con su padre como nunca. Estaba indignada. Sabía que su padre iba a poner siempre piedras en el camino. Pero pensó que iba a ceder ante lo evidente. Siempre en el interior de cada uno se espera que hasta el más duro muestre una pequeña cuota de comprensión, aunque le duela. Sin embargo, cuando notó que su padre no sólo se negaba a aceptarlo sino que para negarlo echaba a Chris de la banda y amenazaba a Selena que mandaría el negocio de la banda al mismísimo infierno si ella no aceptaba sus condiciones, entró en ebullición. Todo parecía un punto sin retorno. Encima, su familia parecía indicarle que, efectivamente, y aun a pesar del dolor que generaba esta situación, había que resignarse, callarse y seguir como si nada hubiese pasado. Pero Selena no estaba dispuesta a aceptarlo. Era dar marcha atrás a algo que no podía hacer de ninguna manera. ¿Con qué ganas podía seguir cantando si no tenía un buen motivo para seguir con alegría y esperanza su carrera de cantante? ¿Con qué ganas podía seguir y transmitir lo que hacía en un concierto si su destino tenía un color totalmente gris? ¿Cuál era su sueño? ¿Cuál era su ilusión? No. De pronto, sintió que podía seguir apostando por Chris aun cuando se jugara la vida por ello. Era un paso atrás que no iba a dejar dar. De ninguna manera. En un punto tenía temor pero Selena pasaría a ser un cuerpo sin alma si seguía como autómata su carrera de cantante de la mano de su padre. Sí, tenía miedo, pero sabía que podía avanzar, a cualquier costo y precio. Esto excedía a ella y a Chris. Había que defender su lugar. Sabía que a la larga todos se lo iban a agradecer. Lo supo cuando ya nada tenía sentido para ella, cuando cada concierto era igual para ella, cuando pensaba que no tenía nada para transmitir. Su vida no tenía sentido o no valía nada. Así lo sintió con la decisión de su padre. Y sabía que nada podía esperar de él. Sabía que podía estar toda su vida en esa actitud sin que se le moviera un pelo. Por eso, había que hacer algo para que lo aceptara, para que no le quedara otra alternativa para hacerlo .... Tenía que casarse...

Una solución: casarse

El acto de casarse tal vez no fuera la mejor solución. Pero era la única en esta situación. Era la única carta que tenía Selena para jugar. Sabía que con esto su padre no tendría otra altrenativa. Además, encontró que esto podía ser un nuevo elemento para negociar. Casándose incorparaba a Chris a la familia y ella seguiría cantando con toda su familia a cuestas. Su padre no vería peligro alguno así. Todo podía seguir como siempre...No era lo ideal casarse así. En otras circunstancias estaría noviando y quién sabe qué haría después. Pero en este contexto era la única salida. Fue una decisión personal, sin duda, pero Selena era pasión pura, por lo que era una decisión coherente a sí misma. Era una decisión que no admitía dudas. Esto le transmitió a Chris cuando se lo planteó. Él tuvo las dudas razonables y en ese sentido se lo dijo a Selena. Le planteó si era bueno tomar esa decisión cuando lo ideal sería casarse con todas las de la ley y con toda la fiesta. Pero lo razonable no tenía cabida ni lógica frente a una decisión tan personal y pasional. Aquí estaba en juego la vida de Selena!! No había razón ni razones que tuviera lugar en esa decisión. Eso le hizo ver Selena a Chris. ¿Se podía actuar con razonabilidad cuando su padre no tuvo ni media consideración para con los dos? ¿Se podía ser considerado y justo con alguien que no lo es? No. Por ello, le dijo a Chris que si él la quería debía aceptar que éste era el único camino a la felicidad. Que si no, todo se derrumbaría. Así de complejo y de dramático era el momento para Selena. Fue un momento crítico que explicarían muchas cosas después. O generarían más preguntas acaso. Lo cierto es que Selena sacó a relucir toda su alma en esa decisión. A corazón abierto se lo explicó a Chris y con toda el alma desnuda fue al Registro Civil a casarse en secreto. Era una cuestión, sin duda, de vida o muerte, una vez más. Y en esta ocasión triunfó la vida … con todo el sefuerzo de Selena…

Una salida a la vida

Finalmente, Selena y Chris se casaron el 2 de abril de 1992. Selena pensó que podía estar un tiempo en esa condición hasta explicárselo a su padre. Pero ella ya era popular y, por ende, la noticia de que se había casado en “secreto” duró poco. A las pocas horas ya se anunciaba su casamiento por la radio. Selena supo que estaba en boca de todos, por lo que esta circunstancia la obligó a encarar a su padre cuanto antes. Tenía que negociar más que nunca. Antes no lo pensaba así, pero todo lo que ocurrió en los últimos días le hizo ver que había una posibilidad y este anuncio le hacía ver que no le quedaba alternativa … Fue así que se dirigió a la casa de sus padres y encaró a don Abraham Quintanilla. Estaba todo dicho en un punto. Su propia actitud habría hablado por ella misma. Por eso, su padre actuó con ella con el hecho consumado y con la decisión de aceptar la realidad. Sabía que un choque más en ese momento podía hacer perder a su hija y negociar en este caso le podía dar una “solución”. Chris se incorporaría a la banda y sería parte de la familia. ¿Para qué pelear entonces? Podía temer que Chris, según pensaría él después, la obligara a dejar el canto a Selena. Pero sabía, obviamente, que eso no iba a ocurrir. Selena volvería a los conciertos más contenta que nunca. Nada cambiaría, salvo que su hija estaba casada. Pero al menos su sueño de catapultar a su hija en lo más alto de su carrera musical no se derrumbaría. Era el momento para sacarse el problema de su hija con o sin novios. Ahora estaba casada y seguía en su banda bajo su control. Mejor no se podía estar. Pero recordaría que su hija se le atrevió esta vez con crudeza a enfrentarse. No le haría cambiar de posición. Pero sabía que Selena podía volver a actuar así, por lo que Abraham empezó a tomar recaudos para el futuro inmediato…

3 años…

El 2 de abril de 1995 se hubiesen cumplido 3 años de casada de Selena. Y el 16 de ese mismo mes y año iba a cumplir 24 años. Pero no llegó a cumplir ninguno de esos aniversarios. Pues ya no estaba entre nosotros. Todos sabemos que la obra de una psicópata acabó con todo: con todos los sueños de Selena, con todo lo que ambicionó para sí y para los demás. Está más que claro que, a juzgar por lo que Selena misma dijo, y sólo ella había dicho y hecho apenas unos meses atrás, primero quería triunfar con su arte. Quería llegar en lo más alto en su carrera musical. Y a su vez ese anhelo, que era en realidad el sueño de su padre, le permitiría desarrollar su gran vocación: ser diseñadora. Era tal su vocación que ni siquiera esperó llegar a lo más alto para desarrollarla. Ya en 1994, en pleno desarrollo de su condición de megaestrella, había hecho rodar “Selena ETC.”, su empresa de moda y belleza que le permitía volcar sus gustos y empezar a tener cierta independencia de su familia en general y de su padre en particular. Cuando se le preguntó en una entrevista muy formal si iba a tener hijos, Selena muy contundentemente dijo que por supuesto los iba a tener, pero más tarde, que primero iba a sacar afuera todo lo que tenía planeado hecer con su carrera y con su vida…

Las consecuencias de una decisión fatal






Pero Selena, y en buena medida también su familia y el mismo Chris, confío en Yolanda Saldívar tanto el éxito de Selena ETC. como el manejo de su club de fans. Fue una decisión que no sólo fue un error fatal sino que expuso una situación que nos pone con la siguiente pregunta: ¿estaban preparados Selena y Los Dinos para el gran salto que pensaban dar con su disco en inglés? En lo musical nadie duda de ello, estaban más que preparados. Incluso se podría decir que Selena estaba preparada para ser la mejor cantante latina reconocida en todo el mundo. Pero si su asesina pudo más que ella, que su familia, que sus fans, que los que estaban organizando su carrera para el mercado anglosajón, que su disquera, ¿se puede sostener lo mismo? Si ante el primer escollo por fuera de la familia, alguien muere, y es nada menos que Selena, ¿se puede sostener lo mismo? Uno, con todo el dolor del alma, tendrá que decir que no. Uno se pone en el lugar de Selena en ese momento y aún cuesta creer que estuviera al 31 de marzo de 1995 más pendiente de su asesina que de sus proyectos, los personales y los familiares. Algo falló, y ese algo le impidió a Selena lograr algo que lo tenía servido en bandeja. Le impidió incluso vivir y dejar tan rápido como absurdamente este mundo. La única víctima de todo esto es la que más tenía para dar para sí y para su gente: Selena. Y como la Flor, con tanto Amor, se marchitó…

















Su matrimonio

Selena había peleado mucho por su matrimonio. Y siempre en vida dejó claro eso. También dejó muy en claro cuáles eran sus proyectos en lo inmediato. Por lo pronto para vivir quería tener una lugar amplio, con un lago y toda clase de animales en su interior. Quería acaso algo que fuera bien distinto de aquello que tuvo que padecer por años, como vivir sin privacidad en un bus. Y como todo lo que tiene que ver con su vida, apenas pudo ver el proyecto consumado. Creo que a todos nos duele más eso de Selena. Llegó a ver todo color de rosa y pronto esfumarse y ni quedarse para verlo. Y en cuanto a Chris, siempre públicamente dejó en claro que lo quería y hasta quedó bien establecido para cualquiera que a ella le gustaba exteriorizar y a él le gustaba ser reservado. Por lo demás,,y sabiendo tantas barbaridades que se han dicho de ella una vez que nos dejó, creo que por respeto a su memoria y sabiendo todos que ella es la única que no nos puede decir nada, deberíamos respetar la imagen que ella nos quiso dejar en vida. No tenemos ningún derecho a meternos en la vida privada de nadie y menos si esa persona no se puede defender. Sólo si hay algo que nos explique el absurdo hecho del 31 de marzo de 1995 podría darnos un justificativo y aun así se debería ser muy cauto, teniendo en cuenta que Selena no está. Quedémonos con lo que ella hizo y nos quiso transmitir y mostrar. Nada más. Si uno quiere de verdad a Selena….