Cuando escucho esta canción, mi corazón quiere cantar así...

31 de agosto de 2023 


El Astrodome aún te espera, Selena…


El Astrodome está solo. Está triste. Tal vez porque recuerde las palabras de Chris Pérez poco tiempo después cuando decía que “sueño todos los días que ella alguna vez va a volver, aunque sé que eso nunca va a suceder”. Es muy lógico, es muy real, nadie puede ir contra la densa realidad que nos propone resignarnos, a deambular por el mundo sin esperanzas, sin sentido...

Pero el Astrodome se resiste a esa resignación, porque también la rebeldía, el desafiar la lógica, el ir contra la corriente, el desafiar las leyes de la naturaleza, el pensar que lo imposible siempre es posible es parte de la condición humana. Selena era un ejemplo de ello...

El Astrodome lo recuerda, y por eso no se olvida y pone en práctica aquellas palabras. Y por ello recuerda esas palabras de Selena cuando, al finalizar de cantar "Como la Flor" y a modo de despedida, dijo proféticamente: "Mil abrazos y mil besotes a cada uno de ustedes. Cuídense muchísimo y nos veremos muy pronto. Hasta luego. Chau. Buenas noches. Gracias"…

El Astrodome espera a Selena. Mientras tanto, se cuida y espera que Selena también lo haga por el bien de todos...

El Astrodome aún retiene aquellas imágenes de Selena despidiéndose de su público llevada por un automóvil...

El Astrodome aún recuerda cómo Selena se despedía sin dejar de saludar a cada uno de los asistentes, que miraba a un lado y otro para, con su eterna sonrisa, darle todo su Amor a cada asistente para devolverle parte de todo el agradecimiento que el público le profesaba...

El Astrodome veía cómo Selena estaba a punto de retirarse y, aun así, asomaba su cabeza para saludar a un asistente más, acaso porque pensaba que le faltaba uno más para saludar y no quería irse para que no pensara que lo había desairado…

El Astrodome veía que ningún artista se comportaba así. Que no lo vería nunca después...

El Astrodome extraña a la artista que agradecía no sólo de palabra a su público, sino que lo hacía con hechos...

El Astrodome espera que esa artista vuelva para regalarles una representación más...

El Astrodome ve cómo en su casa se sigue viendo ese escenario lila vacío, ese micrófono solitario que espera la presencia de Selena para cantar...

El Astrodome quiere vivir de nuevo. Él sabe muy bien que aun rodeado de mucha gente se puede estar muy solo...

Y el Astrodome hace 28 años que está solo. Solo esperando que aparezca la Reina, que aparezca la niña tímida, que vuelva la cantante que todo podía con su presencia...

El Astrodome sólo espera volver a vivir. Vivir con Selena, única razón de su existencia...

Por eso cada 26 de febrero el Astrodome se veste de gala, con la esperanza de que Selena vuelva a aparecer en el carruaje y vuelva a decirles a todos "How are you doing Houston, Texas?"...

Te extrañamos y esperamos también que vuelvas, de todo corazón...

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)


El valor de lo que dejaste, Selena…




Algunas veces te dije, Selena, que tras tu partida muchas cosas desagradables surgieron, imágenes que nada tenían que ver contigo ... Personajes que no merecían ningún protagonismo empezaron a ocupar un lugar central que no les pertenecía. Tomaron tu lugar, o pretendieron hacerlo, sin entender, o sin querer entender, que ese lugar les quedaba muy grande, y allí quedaron, con sus palabras y dichos en el olvido ... Con sus palabras llenas de odio y de rencor guardadas para sí y para la gente sin corazón que quería escucharlos. Y mientras tanto, sólo tu figura siguió en pie, resistiendo a todo y añorada por la mayoría de la gente que, entre silencios y sollozos, seguía escuchando tus temas, recordándote, tributándote, queriéndote, esperándote...

Hoy que ya tu querida tienda, Selena Etc., ya no está, me pregunto si acaso alguien recuerda o sabe eso que el motivo de su creación fue el fruto de tu Amor por crear, por hacer nuevos diseños, de poner tu energía en otra de tus grandes pasiones. Porque todo cambió de un momento a otro en ese triste 1995. Los escenarios cambiaron. Una vez más asistimos a ese espectáculo triste que viéramos ese año, cuando Houston pasó de ser una ciudad alegre que se vestía de gala para recibirte y era testigo de tu magia a ser una triste ciudad que era invadida por periodistas, especialistas y abogados que nada sabían de ti, que sólo escuchaba barbaridades y que recibía gente impresentable como nunca había recibido...

A veces la ausencia de una artista como tú, Selena, es tan irreparable que queremos aferrarnos a lo que sea para seguir sintiendo que estás aquí, para no aceptar tanto dolor, para seguir sintiendo la esperanza de que volverás a deleitarnos con tu voz, con tu sonrisa, con tu presencia, para esperar que algún día levantes tu brazo para darnos tu clásico saludo. Los que sentimos tu ausencia sólo nos duele la sola idea de que no vuelvas más. En nuestras almas corre el mismo dolor, ese dolor que nunca cesa, esa marca en el corazón que llevaremos de por vida, que nada ni nadie podrá quitar ni sanar. Cada día prendemos una velita y nos quedamos en silencio mirándola con el mismo dolor, como toda aquella gente que hace 28 años se congregó en tu memoria y para unirse con otros que sentían el mismo dolor, la misma angustia, el mismo desconcierto. Que habían llorado desconsoladamente apenas se enteraron de la fatídica noticia y que en esa reunión sólo había lugar para el silencio, ese silencio que sólo expresa el dolor, ese inmenso dolor que no tiene palabras, ese dolor que no tiene explicación...

Hoy ese sentimiento es el mismo, no se ha alterado. Los que te amamos de verdad, Selena, sólo nos queda aferrarnos a lo que nos dejaste: a tus discos, a tus conciertos, a tus reportajes, a tu obra, a tus imágenes. No tenemos opción. Pero por sobre todo, nos aferramos a tu legado, a lo que nos dejaste como lección en vida, a la coherencia entre lo dicho y lo hecho, en no defraudar a nadie, sobre todo al público, en cumplir lo prometido, en poner la mejor sonrisa, aun en los peores momentos, en ser profesional, pero a la vez ser espontánea, franca, sincera. Lo tuyo, Selena, no sólo fue canto y baile. También nos dejaste un estilo de vida, un ejemplo. Y cuando te recordamos, cuando te añoramos, cuando te lloramos, extrañamos a esa Selena, a esa Selena que era la misma, tanto en el escenario como fuera de él...

El dinero va y viene has dicho tú ... Por eso, ¿qué importa ya eso si el dinero no devolverá tus sueños, tus proyectos, tus diseños, tu vida? ¿Sería posible hoy Selena Etc. sin ti? Tal vez algo se podría haber hecho pero no sería lo mismo. Pero hubiese sido bueno para preservar tu recuerdo. De nada sirve que se diga que lo decidido es para el bien tuyo. Tú sólo sabes qué era lo bueno para ti. Tú sólo sabías lo que representaba para ti esa boutique. Selena Etc. era tu lugar, tu refugio, ese pequeño lugar para ti sola, ese lugar que todos necesitamos para desarrollarnos, para crecer, para saltar, para gritar, para expresarnos como queremos, para sentirnos vivos, libres. Para que la vida tenga sentido. Para que la vida sea digna de ser vivida. Por eso, yo no me puedo olvidar de cuando tú eras una niña, luego una adolescente, que vivía arriba de un bus sin lugar propio, rodeada de tanta gente sin privacidad, yendo de un lugar a otro para cumplir un mandato familiar, pero que se permitía encarar la vida hacia los suyos y hacia los demás con una sonrisa, con optimismo, con alegría, porque en tu interior tenías bien guardadito tu sueño, aquello que tanto anhelabas, Selena, tu sola, y que con tiempo, paciencia, tesón, mucho trabajo, dedicación y honestidad todo se podía lograr. Tú lo ibas a lograr, sin ninguna duda...

Tal vez para muchos de los que te amamos, Selena, nos es doloroso que Selena Etc. ya no esté, porque una vez más nos pone en la densa realidad de tener que admitir que has partido, que te has ido y no volverás jamás. Y eso es tan duro, tan difícil de aceptar como lo ocurrido aquel 31 de marzo de 1995, por tu boutique era la expresión más fiel y acabada de lo que tú eras como persona...

En la actualidad es difícil encontrar a alguien que tenga tu mismo espíritu, tus mismas ganas de vivir hasta lo máximo, de pensar y sentir que lo imposible siempre es posible, que uno tiene que tener el suficiente Amor para dar pero también el suficiente Amor para desprenderse y ofrecérselo a lo que más se ama. Cuando veo que tu esposo Chris Pérez, poco tiempo después de tu partida, declaraba que siempre esperaba que aparecieras por la puerta de tu casa pero que ya sabía que eso no iba a ocurrir, se me hace un nudo en el estómago ... Y eso es lo que siempre me va a doler, Selena. Primero, porque efectivamente tendremos que admitir esa densa realidad de que tú no volverás. Pero por otro yo no puedo vivir, ver, sentirte, añorarte, recordarte, tributarte, quererte, sin tener esa esperanza, esa secreta y hermosa esperanza de que efectivamente algún día aparecerás, de que volverás a saludarnos, de que volverás a reírnos. Esa es también una forma de quererte, una forma de respetarte, una forma de amarte como artista y como persona. Y hoy Selena Etc. debería ser la expresión de ese deseo, de ese sentimiento, de pensar que nada, absolutamente nada, es imposible. Una forma de quererte por siempre y para siempre ... Sin ninguna condición...

Hay imágenes que te representan muy bien y siempre son las que salen de ti. Siempre recuerdo ese pequeño momento tomado de un video casero en el que tú, en un mensaje dirigido a tus compañeros de la banda, les decías: "Odio que digan que soy la mejor, fundamentalmente porque odio que tengan razón". Tal vez son declaraciones no habituales en ti pues no fueron hechas al público. Tal vez esta imagen contrasta con aquellas otras que te ponen como más humilde, ingenua o confianzuda. Y no es que no lo fueras. Pero también te sabías que eras excelente cantando, que eras una artista inigualable, que eras tremendamente popular, que tenías el público a tus pies. Y eso, sólo eso, se logró gracias a ti. Y tú lo sabías y lo expresabas. Y a mí me encanta que así lo sintieras. Me alegra que lo vivieras así y que después ante tu público no te presentaras como una engreída, sino como una mujer que lo había logrado con talento y mucho trabajo. Se ve hasta cómo ensayaste los momentos previos antes de ingresar al Houston Astrodome para dar ese último y mítico concierto, cómo recibiste a la prensa y a los fans, y cuando exhibiste a los periodistas tu vestido hecho según tu propio diseño…

Yo sigo pensando en ti, recordándote a ti, tributándote a ti, Selena, no olvidándome jamás cómo empezó esta historia, cuánto mérito hubo en ti, cuánto de lo logrado es pura obra tuya. Que sacrificaste muchas cosas para lograrlo pero que el fruto de tu obra está en las constantes e interminables muestras de cariño y de Amor de tu gente. Allí está el resultado de lo que lograste. En tu gente está la expresión genuina de lo que has dejado. Los demás puedan hablar, analizar, especular. Nosotros, los que te queremos, estamos para quererte, para devolverte parte del Amor que nos has dejado, aun a sabiendas de que todo lo que hagamos será nada al lado de todo lo que nos ofreciste ... Nosotros estamos para completar tu magnífica obra, para que no quede inconclusa, para que tenga un lindo final...

Y yo no me olvido de que todo lo que lograste lo hiciste con honestidad. Sólo mostraste en el escenario lo que eras como artista y como persona. Sólo buscaste tu lugar con tu voz. Sólo buscaste agradar con tu baile. Sólo buscaste cautivar con tu carisma. Todo lo hiciste con nobleza, con pureza, con lealtad, con Amor, con talento, con personalidad. No te valiste de ningún artilugio. Quisiste mostrar que con trabajo y dedicación también se podía llegar. Y aunque mucha gente haga lo indecible para demostrar que no lo has logrado, de que la enseñanza con tu partida es otra, tú les puedes exhibir tu mejor carta, esa carta que ellos no tienen ni nunca tendrán ... Tú les exhibirás el corazón de tu gente, nuestros propios corazones, esos corazones que hablan por ti, esos corazones que expresan tu obra, la marca que has dejado, esos corazones que sólo expresan Amor, ese Amor que sólo tú podías dar...

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)