Y me lleno de alegría, pero no estás aquí...

30 de junio de 2023 



El Legado que tú nos dejaste, Selena…


Me ha pasado muchas veces que alguien que no te conoce me pide temas que hayas cantado para saber qué interpretabas y cómo lo hacías, y para saber si aquello que tú cantabas se parecía a lo que a ellos les gustaba. También hay mucha gente que sí te conoce y que muchas veces necesita tener nuevas versiones de tus canciones para recrear o actualizar tus éxitos de toda la vida. Hay otras personas que desde que tú partiste buscan una sucesora, aquella que acaso pueda lograr el éxito que tú tuviste, convertirse en la nueva Reina del Tex Mex o la nueva cantante de moda en la Estados Unidos "anglosajona", ese territorio que te faltó conquistar cuando estabas a tan poco de lograrlo, cuando ya en realidad habían comenzado a conocerte...Todavía hay gente que debate si tú eras tan importante como lo sostienen muchos. Algunos creen que la grandeza o la importancia de alguien pasa por cuánta gente convoca, por cuánta gente te ve en los medios, o en los últimos tiempos, cuántas veces te nombran a través de las infinitas variantes que nos ofrecen los nuevos medios de comunicación, las famosas “redes” … Algunos se olvidan lo que provocó tu absurda partida, por qué dolió tanto, por qué la gente hizo interminables vigilias para dar su último adiós y para expresar todo su dolor. Algunos se olvidan por qué comenzaron a aferrarse a todo lo que te perteneciera. Algunos se olvidan que la gente nunca pudo asimilar tu partida de este mundo. Reconocerlo es como la muerte misma. Nadie lo pudo aceptar. Nadie lo puede aceptar. Algunos aún no pueden comprender lo que es el Amor. Ese Amor que tú generaste y que la gente te lo retribuye con todo lo que tiene, con todo lo que puede ... Con todo su Amor. Ese sentimiento tan pocas veces visto hoy...En la actualidad, en la que parece que no tenemos tiempo ni para mirarnos a nosotros mismos, en la que no tenemos tiempo de gozar de la salida del sol, de sentir la brisa que nos pega en el cuerpo, de gozar de alguna linda melodía, de que todo parece muy importante, de que no podemos gozar de lo mismo más de un día, yo sólo quiero decirte que tú, Selena, me satisfaces en todo. Selena, a mí me basta con lo que tú has hecho, me basta con lo que nos ofreciste, me basta tu entrega, me basta tu dedicación. Nunca me cansaré de tu voz, de tu carisma, de tu personalidad. Tu pasión para interpretar cada tema me emociona hasta en lo más profundo de mi corazón. No necesito de nuevas versiones. Me basta con que tú estés allí, en mi ser, en cada instante de mi vida escuchándote, viéndote, admirándote. Me bastas tú. No necesito otra cosa. No necesito adornar tu voz con otra cosa. Tú me diste lo suficiente como para que colmes mi vida, para que te escuche día a día, para que me vaya a dormir escuchando tu dulce voz, para que me des paz en los momentos más duros, para que me despierte con tu espíritu, para que dedique mi vida con la energía y vitalidad que tú, sólo tú, le dabas a cada actividad que emprendías. Tú eres una fuente inagotable para el goce de cada uno de nosotros. No necesito nada más. Me moriría si tú no estás entre nosotros de alguna forma, si reemplazaran tu voz por otras, si reemplazaran tu música con otras versiones o con otros ritmos. Porque ninguna de tus canciones puede ser interpretada mejor que tú, nadie le ponía ese toque distintivo, nadie le daba esa naturalidad, nadie ponía tanto énfasis a cada palabra, a cada frase, a cada interpretación. Tú eres irreemplazable. Aunque todos nos conformáramos con otra persona que ocupe tu lugar, nadie, absolutamente nadie, podría hacerlo por más que fuera mucho mejor que tú para cantar, para bailar, para ser simpática ante el público, para moverse mejor en el escenario. Podría la inteligencia artificial inventar alguien que tenga las mejores características de una gran artista y cantante. Aun así nadie podría ser mejor que tú. Nadie puede generar tanta emoción, tanta pasión, tanto amor como lo hacías tú... ¿Por qué crees acaso Selena que te extrañamos tanto? Porque tú eras nuestra, tú eras nuestra sangre, tú nos representabas en cuerpo y alma. Nadie podía hacerlo como tú. Es como si tú hubieses unido todo lo que sentíamos, todos lo que soñábamos, todo lo que anhelábamos y lo hubieses expresado tú misma. Es como que, más allá de lo que quería tu padre, lo que quería la disquera, lo que quería el público en general, lo que ambicionaban los medios de comunicación y los empresarios, tú subías al escenario a interpretar ese sentimiento, ese sentir que teníamos todos y que, acaso, lo teníamos dormido, olvidado o simplemente no habíamos dado cuenta de ello. Tú eras nosotros mismos. Tú nos hiciste ver a través de tu figura, de tu música, de tu voz, de tu presencia. Y en cuanto te vimos y conocimos, nos vimos representados en ti. Podríamos escuchar cualquier música, podríamos tener tal o cual ídolo, pero contigo vimos y sentimos nuestra sangre latina, nuestra pasión que tenemos en nuestros genes, nuestra música, nuestra vida, todo aquellos que nos hermana y nos quita nuestras diferencias de países, de razas, de credos, de fronteras, de todo...Selena. Tú nos uniste y todos seguimos tu canto, Tú como nadie nos subyugaste. Tú como nadie nos dio alegría y también nos dio todas nuestras lágrimas. ¿Por qué crees que te lloramos tanto? ¿Por qué crees que no te podemos olvidar? ¿Por qué crees que nadie te va a reemplazar? Porque tú eras nosotros mismos. Y tu partida es lo más parecido a cuando a una persona le quitan el alma, lo más vital para vivir y gozar de la vida. Tu partida de este mundo fue mucho, muchísimo más que una simple absurda, insensata e inexplicable ... muerte. Tu partida fue quitarnos nuestros corazones, esos corazones que estaban sólo para ti, para que gozaras de nuestra ofrenda, para que supieras que eran tuyos, sólo para ti, para que gozaras de ese amor incondicional y verdadero, para que supieras que era un amor eterno, fiel y sincero. Para que supieras que cada triunfo tuyo era el goce nuestro. Cada país conquistado por ti era la alegría de todos nosotros. Significaba para todos el triunfo y la consagración de nuestra Selena, de nuestra niña Selena, de la Selena de todos, de nuestro familiar más querido, de la única Selena, la que nos representaba en música y en sentimientos, la que nos representaba como nadie nuestro sentir…Selena. Siempre te diré que me gustaría que supieras lo que has generado. Y que desearía que supieras que tú has triunfado. Has triunfado pese a esa insensata que te quitó todo, menos el Amor de tu gente, pese a aquellos que dicen quererte mucho pero han hecho muy poco para ponerte en el lugar que tu gente te puso, pese a los contratos de tal o cual compañía, pese a toda la gente que te quiso reemplazar, pese a todos los que quisieron relativizar tus logros. Hay muchos que han logrado éxito y fama gracias a ti. Artistas, publicaciones, discográficas, familias, medios de comunicación, periodistas, que han sido llegado a ser "alguien" gracias a ti. A mí me gustaría que tú estuvieras aquí para gozar de tu triunfo pero al menos me da alegría que aquellos que lograron algo en su vida fue gracias a ti y que ninguno de ellos logrará lo que en poco tiempo lograste tú: popularidad y el amor de tu gente ... ¿Cuántos pueden decir que lograron eso? Pocos, muy pocos...Ojalá que cada uno de nosotros nos fuéramos de este mundo siendo tan queridos como tú, Selena. Ojalá nos fuéramos de este mundo de la forma en la que te fuiste tú. Porque tú te fuiste de este mundo y hay infinidad de gente que clama por tu nombre, te promete amor eterno y que recuerda todo lo que hiciste. Tú te fuiste y surgen generaciones y gente de otros países y culturas que te recuerdan, te veneran y te adoptaron para siempre como la Reina, esa Reina que no se discute, se ama. Esa Reina que se quiere, esa Reina a las que todos nos ponemos a sus pies...

De eso se trata recordarte, Selena… De admirarte y de querer ser como tú… Es la mejor forma de seguir tu Legado…

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

Una imagen final que no quiero recordar, Selena…


Muchas veces en la vida nos quedamos con la última impresión de las cosas, de las personas, de los hechos en sí. Y lamentablemente muchos han tomado esa imagen final tuya, Selena, como símbolo de tu despedida, como símbolo de tu final. Muchos ponderaron tu imagen, porque da la imagen de alguien que está durmiendo, de alguien que está en paz, de alguien que ha partido de este mundo sin ningún sufrimiento, sin ningún dolor, con la satisfacción de haber dado todo, con la tranquilidad de haber llegado a la plenitud...

Y es ahí cuando me pregunto si realmente es eso lo que nos transmitías, Selena, si es eso lo que nos querías decir, si era ese el mensaje que nos querías dejar a nosotros. Tú sabes, Selena, que yo nunca me atribuiría ningún poder para hablar en tu nombre, para pensar por ti, para dar por sentado que tú si estuvieras aquí desearías tal cosa o tal otra. Tú sabes que no lo podría hacer. Que nadie debería hacerlo. Y sin embargo, cuánta gente ha hablado en tu nombre ... Cuánta gente ha creído interpretarte en tu sentir, en tus deseos, en tus sueños, en lo que tanto anhelabas. Cuánta gente se metió en tu vida sin permiso, sin siquiera conocerte, invadiendo impunemente tu vida privada y hablando con total desparpajo ... Son los que decían “déjenla descansar en paz”, una frase que popularizó escribiendo de ti una periodista muy ambiciosa que quería la fama y el poder blasfemando tu memoria…No. Selena ... Sólo tú sabes lo que sentías ... Sólo tú lo sabes expresar lo que deseabas ... Sólo tú tienes autoridad para hablar pues eres la única persona que, paradójicamente, se ha quedado sin voz en esta increíble, mágica y triste historia...

No, Selena… Yo no puedo ver esa imagen. No la deseo ver. No la quiero ver. Hay cosas tuyas que no las puedo aceptar. No importa si el peso de la realidad me dice que no estás ni estarás más con nosotros. No importa si mi pensamiento analítico me diga lo que ha pasado. Pero ninguna lógica, ninguna información fría y distante, ninguna inteligencia artificial me dirá ni entenderá lo que dice mi corazón. Y yo quiero expresarme contigo con el corazón, ese lugar el que sólo tú llegaste, a ese lugar que sólo tu voz, tu presencia, tu carisma, tu figura avasallante pudo ingresar sin ninguna barrera que lo pudiera impedir. Es ese mismo corazón que ni siquiera cuando ve tu interpretación de "Si una vez" en el programa "Un nuevo día", el 3 de noviembre de 1994, quiere ver ese epígrafe que dice que esa hermosa imagen, esa interpretación memorable, esa dulce y hermosa imagen tuya es de un año después de tu partida. Si ni siquiera puedo ni quiero leer ese epígrafe, ¿cómo voy a ver esa imagen? Es inaceptable. Es inconcebible. No eres tú, Selena, porque no era lo que tú querías expresar. No era lo que tú querías mostrar. Porque no querías irte de este mundo con esa imagen. Simplemente, no querías irte de este mundo. Tenías mucho para dar. Tenías toda una vida para vivir...

Por eso, esa imagen no me representa. Simplemente, porque no eras tú, Selena. No era la Selena hiperactiva de siempre. No era la Selena que irradiaba alegría. No era esa Selena nerviosa que hacía que tuviera que hacer una cosa y enseguida hacer otra. No era esa Selena nerviosa que cuando estaba en aprietos, pegaba una carcajada para cambiar el clima. No era esa Selena que invadía todo con una sonrisa. No. Esta no es una Selena que duerme tranquila. No. Esta es una Selena seria, que tal vez se haya ido muy enojada de este mundo, que se haya ido muy triste porque alguien impunemente le quitó todo: sus ganas de vivir, sus ganas de hacer tantas cosas, sus planes, sus metas artísticas, sus metas personales. Una sola persona, un solo disparo, acabó con todo. Y aun así, Selena, tú tenías tanta fuerza, tanta resistencia, tantas ganas de vivir, que llegaste a desafiar la lógica para salir de ese lugar, no para huir, no para escapar de esa malvada persona. Salías para aferrarte a la vida, para aferrarte a tus sueños. Hacía falta mucho más que un disparo para poder detenerte, mas no pudiste ante semejante maldad, maldad a la que seguramente no estabas acostumbrada, a la que nunca imaginaste que te ibas a tener que enfrentar...

Creeme que lloro aún de impotencia por no poder hacer nada, por no poder ayudarte, por no poder borrar esa imagen que es una burla para nosotros, para tantos años de trabajo, para tanto Amor desparramado, para tanto talento en bruto que iba floreciendo día a día. Pero por sobre todo, es una burla a ti. Y no hay nada ni nadie que pueda reparar tamaña pérdida, tamaña vida, tamaño ejemplo de abnegación, de dedicación, de trabajo y de vida. Nos han dejado a nosotros solos, huérfanos, sin horizontes, sin modelos a seguir, sin ejemplos, sin una mujer a quien dedicarle todo nuestro cariño. Te escribo, Selena, y deseo con toda el Alma que lo estés leyendo, no por mí, sino por ti. Porque no quiero pensar que efectivamente te dejaron sin nada. Quiero creer que aún estás aquí. Quiero creer que algún día vendrás. Quiero creer que tendré una oportunidad, aunque sea una, para abrazarte, para decirte gracias, para sentirte, Selena, para sentirte que estás, que no estás tan lejos, que no nos han separado, que no nos han apartado de ti, que pronto vendrás a cantar, que pronto vendrás a dar un nuevo concierto...

No. No es una imagen que me tranquilice, pues no es lo que me transmites ... Es como imaginarse Houston sin ti, Selena. A la persona que se le ocurrió que el juicio a la malvada debía hacerse en esa ciudad y no en Corpus Christi, ¿sabría lo que tú hiciste en esa ciudad el 26 de febrero de 1995? ¿Sabría que asistieron 65.000 personas para verte, para cantar contigo, para compartir contigo ese cariño que iba mucho, mucho más allá que la de un simple espectador en un lindo concierto con una excelente artista? ¿Sabría que esa ciudad se paralizó con tu presencia? ¿Sabría que hacía tres años que esa cuidad se rendía a tus pies? ¿Sabría que lo peor que podían hacer por ti es que esa ciudad que había vivido una magia tan especial contigo ahora era el escenario de lo peor, de esa triste imagen que queda tras esa densa realidad, de ese cachetazo al destino llamado asesinato? ¿No había que tenerte en cuenta? Ya que todos querían justicia por lo que te habían hecho ... Ya que todos pensaban en ti ... Ya que todos eran conscientes de que faltaba tu voz ... ¿Era justo que esa ciudad que había sido el lugar que había cobijado tu presencia, tu figura inconmensurable, tu voz, tu inconfundible presencia, ahora era el lugar en el que era invadida por periodistas, abogados, cámaras de TV, productores, jueces, gente que nada tenía que hacer y que hablaban en tu nombre, personas que ocupaban un primer lugar que nunca lo obtendrían con tu presencia? ¿Era justo que ahora tu asesina fuera el centro de atención de las cámaras? ¿Era justo que de las imágenes de tu increíble personalidad y de tus fans disfrutando de tu éxito pasáramos a un grupo de personas que portando fotos tuyas lloraran y gritaran con furia clamando justicia? ¿Podía Houston convivir con esas dos imágenes ese mismo año? No, Selena… Si lo hubieses visto, aún tu rostro se volvería más serio, más sombrío. Ya no tendrías más ganas de soltar una carcajada. Un largo silencio de dolor invadiría el lugar...

No es cuestión de llevarme una imagen u otra de ti, Selena. No puedo consolarme pensando si te has ido tranquila de este mundo o si tú querrías que te recordáramos de una manera o de otra. Yo aún deseo despertarme un día y pensar que todo fue un mal sueño. Que todo forma parte de aquella pesadilla de la que tanto te aquejabas. ¿Recuerdas Selena? Me gustaría poder cumplirte algo que siempre añoraste, algo que siempre quisiste. Tu mayor anhelo en tu vida, decías, era poder despertar cada día y poder agradecer por ello ... Sí… Este era tu mayor deseo, el que te haría feliz, el que te haría despertar cada día con una gran sonrisa, la que te daría energía para encarar todos tus planes, todos los anhelos de tu vida ... Sí… Esto te haría feliz. Esto te haría soltar una carcajada. Esto haría cambiar tu cara. Ya no habría rostros serios. Sólo habría un rostro lozano, brillante. Serías nuevamente tú, Selena. Y todo sería hermoso nuevamente...

Y como yo seguiré luchando para no ver nunca más ese rostro serio y porque no me voy a contentar con descansar creyendo en un consuelo para mí, sino que voy a hacer lo que sea para verte feliz, aquí estaré para arrancarte una nueva sonrisa, para que vivas, Selena, para que vivas tu vida, para que vivas con tu sonrisa...

Yo también tengo un sueño: Sueño con que alguien me dice: "Está en tus manos que vuelva a estar entre nosotros, pero no sabrás las consecuencias. Puede que cambie hasta tu vida…" Y entonces, yo sonriendo diré que sí, que afrontaré las consecuencias, sólo para que vivas la vida que te ganaste, la vida que te mereces vivir ... Para que vuelvas a reír. Para que vuelvas a ser la protagonista de tu historia...

Haría lo que sea para que el mundo vuelva a ser feliz con tu presencia, Selena…

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)