Acuérdate, acuérdate de mí...

31 de mayo de 2012


Me di cuenta cuando ya era tarde, Selena…

Cuesta entender que haya pasado tanto tiempo. Cuesta comprender no estar disfrutando a Selena, verla triunfante, verla feliz, verla siempre sonriente … Cuesta creer … Parece haber sido ayer cuando la conocí y cuando la descubrí. Para mí ya no se trataba de dinero … En un punto ya estaba hecho. Yo empezaba a ser un hombre importante en el negocio de la música, y tenía un cargo más importante y de mayor responsabilidad. Dejaba Sony para convertirme en el presidente de la rama latina de la Emi, Emi Latin. Tal vez las discográficas fueron las que comprendieron primero hacia los fines de los ochenta y principios de los noventa que había un mercado que explorar, que había un mundo que se le había dado la espalda y que ahora estaba allí al lado nuestro, en las calles, en la gente, hasta en nuestra respiración … El mundo latino … Ese mundo muchas veces ignorado, muchas veces menospreciado, ese mundo tan rico … ¡¡Qué tan lejos quedaron esos tiempos de ostracismo, por suerte!! Hoy lo latino forma parte de todo el mundo. Las principales artistas latinas son las figuras de cualquier evento, campaña o muestra. Hasta son las caras visibles y respetables de este mundo al que cada vez cree menos, que se apoya sólo en aquellos que les inspira confianza desde las actividades cotidianas y que siente que los representa … Y miro hacia atrás y pienso que todo esto se lo debemos a Selena. Ella hizo que el mundo empezara a fijarse en su figura y con ella en su talento, en su gracia, en su bonomía. Miro aquí, ahora, y me da pena que Selena no esté aquí, gozando de aquello que ella misma forjó con tan nobles armas. Selena marcó ese camino, lo inició ella … pero ella apenas, apenitas pudo ver el inicio del camino, ese camino que lo fue construyendo con su andar exitoso y sin igual. Selena apenas podía ver el horizonte como el final del camino, algo lejano pero palpable, visible, real. Ya el éxito mundial no era una quimera, no era sólo un sueño y nada más … Selena comenzaba a ser un ícono, una figura singular que pegaba fuerte en los Estados Unidos y en México. Yo lo podía certificar pues yo estuve a su lado cuando fue transformándose de la principal artista tejana a la gran cantante internacional. Selena era allá por 1995 una de las artistas más admiradas pero sin duda la más apreciada porque era distinta, distinta a todas, particular, personal, muy querible. Creo que ninguno de nosotros dio cuenta cabal de lo que estábamos generando, un poco porque creíamos que todavía debíamos ir despacito por ese camino que íbamos construyendo y otro poco porque no llegamos a apreciar lo que había logrado Selena en la gente. Eso lo vimos después. Tal vez en nuestra defensa sólo podíamos decir que nosotros no sólo debíamos pensar y actuar en la carrera de Selena basándonos en nuestros sentimientos y en lo que nos generaba Selena, sino que debíamos ser fríos y calcular bien los tiempos, medir bien las cosas para actuar en el tiempo justo y en el momento necesario … Y más para mi defensa es que yo luché muchísimo contra mis superiores de la Emi para que le dieran la oportunidad de sacar su disco en inglés. Y si insistí fue un poco porque me comprometí personalmente, ante los Quintanilla desde el mismo momento en el que contraté a Selena para Emi Latin, que iba a hacer todo lo posible para que ella grabara ese disco, y otro poco porque yo fui uno de los pocos privilegiados que pudo escuchar los primeros demos de Selena cantando en inglés. Los Quintanilla me los habían facilitado para que yo mismo diera cuenta de su talento. ¡¡Y vaya si lo tenía!! Pero me era muy difícil convencer a mis superiores. En un punto ellos tenían razón. A Selena, y con mi gestión en Emi Latin, le iba muy bien en español. En 1992 cuando conquistó Monterrey su avance en su carrera musical fue meteórico. Ellos me decían: “¡¡Pero, José!! ¡¡Selena es una sensación hispana!! Nos dio la razón de que el mundo latino podía darnos un gran éxito y múltiples réditos para todos. ¿Para qué entonces arriesgar con un mundo que todavía es reacio a aceptarla a ella y a lo que viene detrás? Espera, José ... Como lo dice uno de los títulos de los discos de Selena ... Espera a que los demás quieran entrar al Mundo de Selena y no que Selena ingrese a ese mundo que aún la rechaza…”, me decía un alto directivo de la Emi Central. Y no le faltaba razón .... Siempre era mejor esperar la gran ocasión. No había que forzar las cosas. Ya vendría la oportunidad … Sí … Arriesgarse a que Selena cantara en inglés cuando ella era exitosa en español no parecía una gran idea … Podía generar poco en el mercado anglosajón y rechazo en el mundo latino … Pero Selena era especial, era distinta … Ella tenía algo que sin duda no lo tenían los demás … Yo me di cuenta cuando había diagramado su difusión en el mercado latino con la convicción de que nos llevaría más tiempo posicionar a Selena en el mercado hispano. Pensábamos en sus limitaciones para hablar el español, pensábamos en que Selena a fines de los ochenta era una artista texana, muy querida y muy famosa, pero en esas tierras y cantando la música del lugar … Pensábamos con la lógica de todo ejecutivo en el negocio de la música. Sugerimos material, empezamos a hacer videos de difusión, pues Selena no tenía, empezamos a hacer campañas para que se pasara su música en radio y televisión …Y de pronto Selena tuvo más éxito de lo esperado, logró en menos tiempo de lo estipulado que la gente se quedara encantada con su música y sobre todo con ella. Allí di cuenta de mi primer error a pesar del éxito … A la hora de planificar su carrera para la Emi no tuve en cuenta algo fundamental, algo que sería importantísimo para ir en la misma línea de su fenómeno … Lo que Selena era como artista y como persona … Lo que Selena generaba en cada concierto, tanto con los fans como con los que casualmente la descubríamos en una de sus presentaciones y nos quedábamos deslumbrados con su voz, con su carisma, con su personalidad … Había olvidado cómo yo la descubrí … Había olvidado cómo entré yo al Mundo de Selena para no irme más de él…. Estábamos con Mario, presidente de Emi México, por San Antonio allá por los fines de los ochenta … Mi función como presidente de Emi Latin en esa etapa era buscar talentos que pasaran a formar parte de nuestra compañía y así apuntalarlos en el mercado. Fui con la lógica del caso. Llevar un apunte con los nombres de artistas que me habían recomendado para ver, con los conciertos que se daban en el lugar para observar y apreciar a aquellos cantantes que me podían al menos generar cierta expectativa. Pero no tenía agendada a Selena. Ni la tenía en cuenta. Con el paso del tiempo me di cuenta de que más que escuchar a otros directivos y a amigos hay que saber escuchar a la gente, y sobre todo salir de los despachos y observar, escuchar, mirar y dejarse llevar por aquellos artistas que nos generan algo. Hasta allí yo miraba las cosas como un simple directivo, como un empleado eficiente que cumple bien con su trabajo y que trata de ser exitoso. Me habían dado un excelente cargo, un muy buen sueldo y una tarea que cumplir. Digamos que yo ya estaba hecho. Mi único temor era no estar a la altura de las expectativas de mis superiores. Era un mundo nuevo para nosotros. No importaba si éramos latinos o no. El negocio lo estábamos haciendo sin tener una referencia, sin saber si debíamos hacer lo mismo que con el negocio de la música en el mercado anglosajón … Todo eso que yo pensaba, todas las dudas, todas las certezas, todos los planteamientos, todas las planificaciones se derrumbaron cuando vi a Selena … Y como todos los que llegamos a deslumbrarnos y quedarnos sin habla con lo que generaba Selena, la descubrí de casualidad. Lo recuerdo muy bien, pues en esa noche y en la mañana siguiente supe ante quién me encontraba y con toda la historia que había detrás … Había sido un largo día en el que con Mario habíamos visto a muchas, muchas bandas y a muchos, muchos artistas … Estaba algo cansado y nos propusimos irnos del lugar. Habíamos visto bastante y yo ya me había anotado a algunos artistas para hablar en los días venideros y hacerles un contrato … Había cumplido con mis deberes … Estábamos por salir del lugar hasta que de pronto escuchamos un griterío infernal que provenía de alguno de los escenarios del lugar. Iba a salir de todos modos. No quería engancharme con otro artista, y quedarme mucho tiempo más allí y quitarme más horas de sueño. Pero un nuevo griterío me hizo detener y mirar a Mario. Él también estaba inquieto al mismo tiempo que me decía con la mirada que no sabía de quién se trataba … Muy a mi pesar pero lleno de curiosidad volví sobre mis pasos y busqué a la persona que estaba generando semejante alboroto … Pensé por un momento si en realidad había algún problema y por eso había semejante jaleo … Pero aun así seguí hasta que di con el lugar y vi el motivo de semejante locura … No sé cuánto tiempo pasó pero bastó verla un poquito para no dejar de mirarla y de apreciarla hasta el final del concierto. En aquella época Selena no lucía como en sus épocas de mayor fama. Muchos hasta se reirían si les dijera que Selena llegó a ser rubia y de prominentes rulos, pero así estuvo durante algunos años y así la conocí yo … Pero créanme … Yo sé que las apariencias cuentan … Yo sé que las mujeres bonitas son muy apreciadas como tales … Pero les juro que en Selena eso no era lo más apreciado … Era importante, pero no era lo que generaba semejante locura, lo que provocaba admiración, como me pasaba a mí en ese momento … Como lo pude ver después, Selena podía estar rubia, estar morocha, podía tener el pelo enrulado o lacio, usar o no flequillo, podía tener el pelo largo o corto, pero el magnetismo que ella generaba era el mismo en cualquier circunstancia … De hecho, poco tiempo después un accidente con su pelo hizo que se lo tuviera que cortar bien cortito y volver a su color original. Tal fue la situación que en nuestro primer disco para Emi Latin tuvimos que usar unos postizos y pañuelos para disimular el problema y en algunos conciertos hasta tuvo que usar pelucas. La cosa había sido bien seria pero mucho menos problemática de lo que se pensaba y si así lo fue sólo tenía una explicación: Selena misma. Yo estaba allí y podía certificar allí mismo que no había visto nada igual, que jamás había apreciado una artista así. No podía darme cuenta por entonces, pero sólo podía decir que Selena era distinta, simplemente distinta, y que buena parte de su secreto estaba allí, en el escenario, un lugar que sin duda ella lo manejaba como pocas. Yo la miraba y no podía dejar de quedarme poco menos que impresionado … Su voz, su sonrisa permanente, su manera de dirigirse al público, su gracia, su talento … Tenía sólo 17 años y se notaba que Selena tenía destino de grandeza. Tal vez sólo le faltaba que una buena discográfica la respaldara y difundiera, y el mundo se le pondría a sus pies. Pero con el tiempo sabría lo que en aquel momento no daba cuenta. Selena ya tenía un gran público que la adoraba sin que tuviera más difusión que la de ir ella de pueblo en pueblo a ofrecer un concierto. Selena tenía un recorrido distinto que muchos ignorábamos y que por suerte pude dar con ella en el momento justo y en el lugar indicado. Desde ese momento sentí que mi vida había cambiado, que jamás sería el mismo después de ver a semejante artista. Selena me daba un motivo extra para sentir más placentero mi cargo de presidente de Emi Latin … Ahora podía luchar por un artista, darle las mayores herramientas para que llegara a lo más alto y para que se convirtiera en la mayor artista latina de la historia. Sólo había que trabajar por y para ella. Pero antes me tenía que apresurar. Debía contratarla allí mismo. No sea que alguien de la competencia me ganara de mano ... Dejé que Mario se fuera al final del concierto para el hotel y yo me quedé el tiempo necesario para contactarme con ella. Cuando di con el lugar en el que estaba su camarín, para mi asombro pude apreciar que ya estaba fuera de él firmando autógrafos para sus fans. Me sorprendió que se hubiese cambiado tan pronto sólo para atender a sus admiradores. Mucha de la gente que estuvo en el concierto gritando por ella ahora estaba allí a la espera de un autógrafo. Veía con cariño cómo Selena los trataba a cada uno con una gran sonrisa no sin antes preguntarle a cada uno de ellos cómo se llamaba, qué hacía y elogiarlo por algo de su aspecto o de lo que estaba realizando. Me extrañaba ver a una artista moverse de esa manera siendo tan joven y con semejante cantidad de admiradores. También en ese aspecto noto la diferencia entre aquella época y ésta … Cuando mermó la cantidad de gente, no pude más y me acerqué a ella con mi mejor sonrisa y predisposición. “Buenas noches, Selena … Un gusto poder hablar contigo para decirte que has dado un concierto maravilloso. Verás. Soy José Behar, presidente de la Emi Latin y quisiera hablar contigo…”. En ese instante Selena me miro con extrañeza. Me vio que estaba vestido como un ejecutivo y no parecía ser precisamente alguien de su público, alguien de “ellos”. Sí seguramente vio mi cara de admiración y de fascinación, pero lejos de que ello la ablandara, la puso más a la defensiva. ¡¡A ver si yo era uno de los tantos que se quería propasar!! Me miró de arriba a abajo, pero ni se inmutó. Siguió firmando autógrafos como si nada. En mi desesperación saqué una de mis tarjetas de presentación y le dije: “¡¡Es cierto lo que te he dicho, Selena!! Soy el presidente de Emi Latin. Es que no te conocía y quedé fascinado con tu actuación. Sólo quiero hablar contigo…”. “¿Presidente de la Emi Latin? ¡¡Sí, claro!!”, me dijo Selena, sin dejar de firmar autógrafos y de sonreírle a su gente ... No me creyó … ¡¡No me creyó!! … Con el tiempo me reiría de aquellos que decían que Selena era dócil y muy confianzuda con cualquiera que se le cruzaba. Selena era encantadora, pero no tonta. Y bien que hacía para actuar así. Se sabe que hay muchos aprovechadores de los cuales hay que cuidarse … ¡¡pero yo no era uno de esos!! Entendía a Selena, pero ¿cómo convencerla? Di unos pasos hasta dar con el camarín en el que estaba el resto de la banda. Pregunté por alguien que representara a Selena o algo así, y de pronto apareció un hombre grande y de apariencia muy seria y formal que acudió a mi llamado ... Era el padre de Selena. Allí me enteré de que también era su manager. Eso me facilitó las cosas. Me presenté con mi tarjeta y le di mi mano. También le expliqué lo que había pasado cuando intenté acercarme a Selena y de allí la causa de por qué busqué a alguno que la representara en su camarín. El padre de Selena, al darse cuenta de quién era y de lo que significaba mi presencia allí, se deshizo de disculpas y propuso hablarle allí mismo a su hija para que hablara conmigo y se disculpara … “¡¡No, señor Quintanilla!! ¡¡No haga eso!! No sólo no hace falta sino que la pondrá mal a su hija. Selena hizo lo lógico. Estaba atendiendo a sus fans, yo irrumpí y ella sospechó. Usted sabe que hay muchos farsantes dando vueltas ... Si fui a usted es para asegurarme de que podríamos hablar y tener la posibilidad de contratarla. ¡¡Pero no la rete!! Sólo dígale que hubo un malentendido y que nos vemos mañana. Allí estaremos más tranquilos para hablar después de tantas emociones. Sólo quiero decirle ahora que su hija es maravillosa y que yo sólo quiero ayudarla a que llegue a lo más alto. ¿Lo hará? ¿Quedamos así?”, le dije y le extendí mi mano. El padre de Selena se sonrió con ganas y extendió la suya. Le dejé mi tarjeta por si necesitaba localizarme, y quedamos para el otro día vernos bien temprano para charlar y hacer el contrato. Empezaba una nueva vida para ellos y para mí. Empezaban mis mejores años de mi vida en el negocio de la música… Cuando me reuní con ellos al otro día por la mañana me encontré con la Familia Quintanilla en pleno, incluida Selena … Ella se me adelantó tímidamente, pero con cara pícara me pidió disculpas por lo sucedido ayer … “¡¡Es que nunca se me hubiese ocurrido que tú, justo tú, podrías ser presidente de una disquera!!”, me dijo y comenzó a echar de una de sus clásicas risotadas, algo que con el tiempo sería habitual escuchar en ella. Su padre trató de contenerla creyendo que por allí yo podría tomarlo a mal, pero enseguida yo me reí y le hice un gesto de que todo estaba bien. Sabía que ellos estaban nerviosos y expectantes pues se les presentaba una gran oportunidad para lanzarse en el mercado e iniciar un camino que llevara a Selena al plano mundial. Tal vez lo que ellos no sabían o no creían que podía pasar era que yo estaba más nervioso que ellos pues para mí tener una artista de esas características en mi compañía era la realización de mis sueños, la humanización de una profesión en la que sólo se ven números y resultados. Cuando hablé con ellos me encontré con algo que no esperaba … Su historia. Me emocioné y me conmocioné cuando supe cómo habían llegado al negocio de la música y de la manera en la que llegaron a tener un nombre, sobre todo para la gente. Cuando los escuchaba luego de haber visto a Selena actuar el día anterior y de verla personalmente ese día entendí el porqué de su popularidad aunque faltó mucho tiempo para que me diera cuenta de la magnitud de su fama. Uno veía a Selena y era una más entre la gente, por su actitud, por su forma de hablar y de pensar. Más de una vez pensé que si Selena hubiese tenido a mí o a cualquier otro que supiera apreciar su talento representándola desde niña en ese mismo momento podría ser tan conocida como lo era Luis Miguel, que tuvo la fortuna de que toda Latinoamérica supiera de él desde que cantara desde niño “Directo al corazón”. Aun así y con el tiempo habíamos logrado 5 años después que Selena fuera en Estados Unidos tan famosa como Luis Miguel y, por ende, ellos dos ser los únicos latinos con más éxito en la región. Pero en aquella charla quedé emocionado por la historia de toda la Familia Quintanilla y por la sensibilidad de Selena. Uno se daba cuenta de que ella trataba de disimularlo con chistes y ocurrencias, pero en sus ojos y en su mirada se podía apreciar sus sueños, sus deseos, sus alegrías, sus sufrimientos. Notaba que Selena tenía muchos deseos de mostrarse, de ser querida y apreciada por todos, de trascender queriendo ser tal cual se mostraba, sin otra cosa que la quisieran tal cual era. Creí entender el porqué de su magia en el escenario sabiendo de su historia. Supuse lo difícil que era para ella asumir semejante responsabilidad de cantar y de casi sostener a su familia desde los 8 años y más concretamente desde los 10, pero entendía que esa misma necesidad la llevó a sacarse su timidez por la fuerza, de olvidarse del miedo escénico que le provocaba estar ante un público que estaba expectante y de comprender el lado positivo de todo eso, que era poder mostrarse tal cual era mientras cantaba y actuaba. Selena podía allí mismo hacer intervenciones graciosas del tipo de “me saqué mi timidez a fuerza de los cintos de mi padre”, podía decir que ella no tenía idea de que podía estar en ese lugar y que nunca se había imaginado que iba a cantar y menos que podía trascender en ello, pero en sus silencios uno daba con su verdadera personalidad, con sus genuinos deseos, con sus ansias por triunfar y ser famosa así, siendo simplemente Selena … En esa misma reunión su padre me planteó que su objetivo era que su hija fuera una gran cantante internacional, que ella debía trascender cantando en inglés, pero que asumía, por su condición de latina en esos momentos, que debía tantear cantando no sólo en inglés sino en español, sobre todo en este último idioma. Me contó que él también era músico, que él sólo cantaba en inglés a pesar de su ascendencia mexicana y sufrió las consecuencias de esa decisión. Para la música que tocaba no lo contrataban por discriminación al ser de ascendencia mexicana y a la hora de buscar alternativas por el lado de los locales mexicanos, él no tenía posibilidad, ya que no cantaba ni cumbias, ni rancheras, ni ninguna canción en español. Él me contaba que cuando supo del talento de Selena sabía que no debía cometer el mismo error. Aunque a ella le costara e incluso no le gustara, Selena debía al menos cantar en español, y temas mexicanos y latinos. Para él era una alternativa para trascender. “Con Selena tengo un solo objetivo pero dos vías posibles: cantando en inglés y en español. Si trasciende en inglés, mejor. Pero si lo logra en español su fama debe llevarnos a que ella puede cantar en ambos idiomas, y llegar a ser la número 1 en todo el mundo”, expresaba. Selena me miraba y me decía: “¡¡Qué fe me tiene mi padre!! La verdad que si fuera por mí me quedaría en casa diseñando…”, y se volvía a reír. Con el tiempo entendí lo que significaban sus palabras. Ella adoraba el diseño y quería poder trascender con ello. Entendí que para Selena el poder triunfar como cantante le podía permitir llegar a ser una gran diseñadora. Al verlos hablar y sobre todo observarlos me daba cuenta de que eran una familia muy unida pero que cada uno tenía un objetivo personal que podría cumplir con el éxito de la banda. Me sorprendía de que cada uno asumiera con total naturalidad su destino y que nadie se molestara con ello, pues por más que el Señor Quintanilla llevara la situación a mano firme, si sus hijos se sintieran molestos con esa situación podrían haberse rebelado y el padre difícilmente los hubiese podido contener. Eso me daría cuenta poco tiempo después cuando Selena decidió casarse en secreto ... Pero en esta misión todos estaban juntos y todos se sentían obligados a dar lo mejor de sí para lograr el gran fin familiar, que no era otra cosa que lograr el gran objetivo personal. No podía dejar de compadecerme por Selena, pues me la imaginaba yendo con sus sueños todos los días en un bus de pueblo en pueblo. Suponía que no era fácil, nada fácil, llevar la vida así. Me la imaginaba deseando poder parar en algún lugar y poder estar en su casa realizando una vida tranquila, normal, como la de cualquiera, y diseñando y creando sola, en silencio, sin tanta exposición, sin tantas demostraciones, sin tantos exámenes. Pero también me la imaginaba a Selena no aceptando ser una más, no ser una mujer para tener una vida intrascendente. Podía ver en sus ojos y en su expresión que quería llegar lejos, muy lejos, no tal vez por ese camino, pero sí ser una mujer de la que todos hablaran. No podía dejar de imaginarme a Selena siendo niña mirando por la ventana del bus que la transportaba y soñar con que lo lograría, que llegaría a ser famosa y con ello completar sus sueños. A Selena me la imaginaba mirando el cielo y rogar a quien sea que le diera fuerzas, muchas fuerzas para seguir, muchas fuerzas para no caerse nunca, no dejarse llevar por las frustraciones y por la tristeza de no lograrlo si alguna vez las cosas no le salían como ella o su padre esperaban. Podía imaginarme la fortaleza que debía tener Selena desde que tenía 8 años para afrontar todo lo que la vida le había obligado a vivir… Aun sabiendo de lo que era Selena como artista y como persona, encaré su difusión artística con los mismos parámetros que los demás. Es que no todo dependía exclusivamente de mí. Si por mí hubiese sido le hubiese dado todo, absolutamente todo. Confiaba absolutamente en ella, aunque confieso que las cosas se dieron más rápido de lo que pensaba. Es que había olvidado lo que vi aquella noche en San Antonio. Cuando me refugié en mi despacho y empecé a tener reuniones con los máximos referentes y gerentes de la compañía, cuando nos abocamos a planificaciones y tácticas de marketing, habíamos perdido la noción de cómo Selena llegó a ser tan querida y apreciada entre la gente. Nos posicionamos desde nuestros despachos, y juzgábamos la suerte y el futuro de Selena desde la “realidad” de los medios. En esa época para las grandes cadenas televisivas Selena todavía no tenía relevancia y allí pensamos que debíamos promoverla a lo grande, para que su música fuera apreciada y vendida en un tiempo razonable. Pero debo confesar que el éxito vino antes de lo que yo calculaba. Me había olvidado de que no todo lo que aparece en la televisión o en la radio refleja la verdad, muestra la realidad. Si lo veíamos desde nuestra posición Selena no dejaba de ser una cantante texana con mucho futuro, pero si mirábamos las cosas “desde el llano” Selena tenía un gran público cautivo que nosotros no computábamos ni teníamos en cuenta, pero que era la que la hacía mucho más grande y popular de lo que sospechábamos. Fue raro y extraordinario el recorrido al éxito de Selena. Creo que a ninguno de nosotros se nos hubiese ocurrido hacerlo así, pues fue hecho desde la más absoluta necesidad y con los recursos que los Quintanilla tenían en ese momento. El sólo hecho de pensar que Selena casi sin hablar el español conquistaría el mundo hispano cantando en español rancheras, cumbias, toda la variedad de música texana, y que una vez logrado ello se intentara ganar el mercado anglosajón con su identificación latina sonaba a locura, simplemente a locura. Pero ellos habían construido el éxito así, conquistando a todos aquellos que la conocían a Selena, antes que por la televisión o por la radio, por haberla visto en un concierto en su pueblo o en algún festival local. Alguna vez tuve oportunidad de recorrer muchos pueblos del interior del Estado de Texas y me quedé sumamente impresionado por el éxito que Selena tenía allí. En cada uno de esos pueblos conocían a Selena … personalmente. Y todos me hablaban maravillas de ella. Recuerdo que uno me había comentado que se había recorrido unos 100 kilómetros por una carretera de tierra en busca de Selena que daba un concierto en Austin. Él fue a buscarla para pedirle un autógrafo para su hermanita, que no había podido asistir pues estaba muy enferma, y lloraba cada día que pasaba pues no podría ver a su ídolo. Cuando dio con ella y le contó lo que estaba sucediendo, Selena no dudó. Fue con A.B. y Suzette en su auto para ir a visitar a su hermanita. El hombre estaba atónito. Le dijo que los llevaría con gusto, pero que no podría devolverlos a su lugar, ya que al otro día debía trabajar y si faltaba lo despedirían … “No te preocupes, Carlos. Yo me adelanto contigo para ver cuanto antes a tu hermanita. Atrás vendrán mis padres con el bus. Ellos nos recogerán en tu casa y seguiremos camino al próximo concierto. Pero apresúrate que Sandrita nos espera”, le dijo Selena al muchacho. Cuando Carlos me lo comentaba no podía parar de llorar. Me dijo lo feliz que estaba su hermanita, que casi muere de un síncope al principio y de alegría después por esa hermosa aparición de Selena. Recordaba que estuvo abrazada por horas con ella, y que Selena le cantó a capella tres canciones a pedido de Sandrita a modo de recital personal. “¿Ahora entiende por qué la queremos tanto a Selena, señor? Ella no sólo es una gran artista. Es también una gran mujer, una hermosa mujer. Ella nos dio lo que nadie hizo. Ella no dejó nunca de ser una de los nuestros a pesar de su éxito. Y sé que volverá a nuestra casa como a la de tantas otras. Porque para nosotros Selena es aquella hermanita que fue a buscar el éxito y lo logró, pero siempre vuelve a nosotros, para compartir su alegría y su fama…”, me decía aquel buen hombre ... Corría diciembre de 1992 y con ese recorrido podía entender el porqué del fenómeno de Selena ... Cuando Selena estalló con los éxitos de “Como la Flor” y “La carcacha”, realmente me sorprendió pues esperaba el éxito para más adelante. Pensé que tardaría un poquito más en llegar los primeros N° 1, pero no había tenido en cuenta toda la gente que ya la seguía a Selena desde hacía tanto tiempo y que no dudaría en comprar un disco de Selena en cuanto saliera a la venta. Cuando nosotros la contratamos, Selena había editado un par de discos sin mucha repercusión pues se habían hecho en sellos menores, y con poca difusión y tirada de ejemplares. Al aparecer una gran compañía para respaldar a Selena se le dio un espaldarazo a su carrera y una continuidad en su producción musical. La rareza de Selena radicaba en que era un furor pero no tenía casi discos en qué apoyar su carrera. Tal vez nuestro único mérito haya sido el de haberle dado las mayores facilidades para que Selena grabe todo lo que tenía para cantar y eso yo se lo facilité más por culpa que por otra cosa. Yo vivía peleándome con Emi Central para que me facilitaran la tarea de que Selena pudiera grabar su disco en inglés, pero ellos no querían saber nada con ello. Querían ver hasta dónde podría llegar Selena con sus producciones en español. Como ya eso no dependía de mí, sí hice todo lo que estaba bajo mi dirección y supervisión. No puse ninguna restricción a su producción musical. Les permití que grabaran todo lo que quisieran y sacar los discos con regularidad a la venta. Incluso reeditamos lo que Selena había grabado antes y en su lanzamiento sacamos un disco con todo lo que venía cantando Selena pero que no había grabado en ningún lado. Quería al menos darle una oportunidad con todo lo que tuviera a mi alcance. Di precisas instrucciones a todos para que le facilitaran todo y les dije que me avisaran si necesitaban contactarse conmigo. Mientras tanto, yo escuchaba esos demos de Selena cantando en inglés y volvía a oír su voz, apreciar semejante historia e imaginar tan rico futuro. Eso me daba más fuerzas para seguir insistiendo con mis jefes de la Emi Central. Sólo había que esperar el N°1, ese N° 1 que la posicionara a Selena y yo pudiera negociar en otros términos con ellos. Cada tanto el padre de Selena me preguntaba por el desarrollo de los acontecimientos y yo les daba mi sincero parecer. Y mientras el señor Quintanilla me pedía que siguiera insistiendo por “ese viejo sueño familiar”, que tanto solía repetir, Selena venía y me decía: “No te preocupes, José. Yo sé que lo lograrás. Yo confío en ti”, y me miraba con su clásica sonrisa pícara y echaba su habitual risotada. Yo la abrazaba, le daba un beso en la frente y rogaba a Dios que se nos diera pronto, muy pronto. Al abrazar a Selena no podía dejar de pensar que estaba abrazando a una niña que por años se sacrificó, calló, obedeció, cantó y bailó para llegar a este momento, a esta oportunidad. Y si bien es cierto que muchas veces todo depende de la suerte y del momento, yo quería hacer todo lo posible para ver a Selena triunfante y sonriente producto de semejante emoción. Cada vez que abrazaba a Selena soñaba con ver el mundo rendido a sus pies, y que ella pudiera decirme que me agradecía mucho por haber hecho algo por su felicidad … Sólo esperaba eso … por el bien de Selena… Todo fue un vértigo después del éxito de “Como la Flor” y “La carcacha”. Tal vez debimos reparar más todos en lo que nos generó semejante repercusión. Porque creo que nadie lo esperaba. Y no es que no esperábamos lograrlo, pero todos lo esperábamos para más tarde. Incluso todos tuvimos que manejarnos en todos los aspectos sin prisa pero sin pausa. Allí di cuenta de que no previmos esta posibilidad. Nos habíamos avocado tanto en el camino al éxito y en todo lo que debíamos hacer que no pensamos en lo que debíamos hacer si lo lográbamos en algún momento. Fue la primera vez que pensé que a pesar de haber hecho todo bien, algo nos faltó. Pensé con temor a admitirlo abiertamente que no habíamos estado a la altura de las circunstancias. Me parecía exagerado y tremendista pensarlo de este modo, pero luego me arrepentiría de no tomarlo más en serio … Tal vez hubiésemos evitado aquella locura … Lo cierto es que La Familia Quintanilla, y sobre todo Selena, tomó conciencia de que ella debía aprender bien el español. Pues del lado de los Estados Unidos el exitazo había sido “Como la Flor”, pero en Monterrey lo que explotó fue “La Carcacha”. Había que ir allí. Ya Oscar Flores le había avisado al Señor Quintanilla que debía ir para Monterrey, pues Selena había causado muy buena repercusión con “Baila esta cumbia”. Yo le dije que era una buena oportunidad aunque había que estar bien preparado pues en México difícilmente le perdonarían que no hablara bien el español. El padre de Selena no se preocupaba tanto por eso. Él confiaba en que su hija sortearía ese escollo … Pero él no estaba tan convencido en ir a México. Él quería que su hija tuviera éxito primero en el mercado latino en los Estados Unidos para que ello mismo la llevara tanto al mercado anglosajón de su país como a cualquier continente. Él le daba prioridad a esa posibilidad más que a cualquier otra. No desestimaba el éxito en México como en cualquier país latino, pero pensaba que darle prioridad a esa posibilidad le quitaba las chances a la alternativa que él prefería. Allí volví a pensar en los demos y en que ésta era una excelente posibilidad para ir a ver a mis superiores de la Emi Central para asegurarnos de un contrato al menos … Pero el éxito de “La carcacha”, pero sobre todo el ser un N°1, me hizo convencer al Señor Quintanilla de ir cuanto antes para Monterrey. Para mí era una excelente oportunidad para abrir el mercado, hacer a Selena una artista reconocida en todo el mundo hispano y, por sobre todo, provocar el “efecto rebote”: que el éxito de Monterrey agigante el éxito que Selena tenía en Estados Unidos, y que en Monterrey vieran el éxito mundial de Selena. Por eso se me ocurrió hacer el primer video de Selena no sólo con el tema “La carcacha”, sino que se hiciera en la mismísima Monterrey. Era la mejor carta de presentación de Selena y prueba de su éxito en México. Dejé para otro momento hacer un video con “Como la Flor”. Los sucesivos compromisos lo fueron posponiendo una y otra vez, hasta que nos pareció que no tenía más sentido insistir con ese proyecto … Sería de las tantas cosas de las que me arrepentiría de no haberlo hecho en su momento … Pero tenía motivos valederos ... En aquellas épocas nuestra compañía solía usar el recurso de hacer canciones en dueto como una forma de promocionar a un artista que no era conocido en las tierras del otro artista y viceversa … Surgió en ese mismo año hacer un dueto con Álvaro Torres que le permitía a Selena hacerse conocida en toda Centroamérica, y eso era preferible a hacer un video de “Como la Flor”. No teníamos aún todos los recursos aunque con Selena los usaba todos y mucho más … Los cañones los tenía apuntados para Latinoamérica y estos N° 1 me daban esa oportunidad. El padre de Selena aceptó pero a cambio me pidió que acelerara el tema del contrato con Emi por el disco en inglés. Yo era consciente de la presión que ejercían los Quintanilla sobre este tema … Incluso el año anterior buscamos promocionar a Selena con un muy lindo tema que Selena interpretaba brillantemente: “Where did the feeling go?”. Selena lo cantó en la edición N° 11 de los Tejano Music Awards y en numerosos conciertos como uno muy recordado en San Antonio en 1991… Pero no llegó a tener el éxito que se esperaba y esto daba más argumentos para la Emi Central para que Selena se avocara a la música en español. Encima estos primeros N° 1 lo certificaban plenamente … Mientras tanto Selena fue con el mejor español que pudo a México e igual fue arrasador su éxito. Allí di cuenta de otras de las virtudes de Selena que no tenía nadie, absolutamente nadie, y que explicaba el por qué me había impactado tanto la primera vez que la vi … Aparte de su talento, estaban su carisma y su risa, esa risa tan contagiosa. Era inevitable subyugarse ante Selena aunque uno fuera mexicano y estuviera frente a una mujer que verdaderamente hablaba mal el español por esas épocas. Pero esa gracia, esa manera de decir las cosas, ese respeto que tenía por la gente que la admiraba rompía todo límite, toda lógica. Después de ello sabría que a Selena le perdonarían todo, que ella podría superar cualquier barrera que se le interpusiera … Sólo dependía de ella … Y de estar a la altura de las circunstancias … no sólo en lo artístico sino en lo personal … No sólo en saber qué música se tocaría luego de un gran éxito sino de cómo llevar adelante en lo personal semejante repercusión, cómo manejarse con la fama ante la gente que siempre la había visto como una promesa y lejos aún de ser una realidad… En el medio de todo ello, y por si fuera poco, Selena se había casado en secreto con el guitarrista de la banda, y amante del rock, Chris Pérez. Recuerdo que me enteré del asunto por la televisión, pero opté por el silencio. Esperaba al señor Quintanilla al teléfono para anoticiarme del tema. Yo estaba por esas épocas en San Antonio en la promoción de otros eventos y artistas. Tuve el buen tino de eludir a cuanto periodista merodeara por allí pues quería evitar tener algún roce con ellos. Y cuando aparecía alguno, yo le insistía en que no me expediría sobre el tema sin tener la declaración oficial de la Familia Quintanilla. Pero pasaba el tiempo y el padre de Selena no me llamaba ... Estuve a punto de llamarlo cuando apareció Selena ante mis ojos junto a Chris. Me vino a dar las buenas nuevas, me dijo que prefería averiguar dónde estaba para decirme de lo que había hecho en forma personal … junto a Chris. “Mi padre está preocupado porque cree que esto afectará mi carrera musical. ¿Tú lo crees así? ¿Crees que debo negar todo por el momento?”, me dijo Selena con cara que denotaba tristeza y preocupación. Yo me acerqué a ambos, tomé con mis manos los hombros de los dos y les dije a ambos: “¿Pero qué dices, Selena? ¿Acaso no te das cuenta que la gente te ama? ¿Acaso no ves que no tienes barreras de idiomas, de países, de nada? ¿Acaso no has percibido que la gente es feliz con tu éxito y sólo quiere que llegues a lo más alto? Selena: la gente, además de admirarte, te quiere mucho y desea lo mejor para ti. Sólo di que te has casado y que eres feliz con este buen hombre. Yo te puedo asegurar que la gente se pondrá contenta con tu felicidad. ¡¡La gente te quiere, Selena, te quiere mucho!! Y te querrá más a ti, Chris, cuando Selena diga que tú eres su Amor. Pues ahora vayan y disfruten de su felicidad, que todos estaremos bien felices. Y no te preocupes por tu padre. Es lógica su preocupación, pero en cuanto vea que tú sigues con la banda feliz, él lo entenderá…”. Selena se me tiró encima, y me dio besos y abrazos de agradecimiento. Chris me abrazó fuertemente y me agradeció emocionado mis palabras. Los dejé partir con la seguridad de que yo haría todo lo posible por apoyarlos y para manifestar que nada había cambiado con esta noticia. Cuando hablé con el padre de Selena, él me dijo: “No se preocupe, señor Behar. Le agradezco su gesto. No esperaba otra cosa de usted. Yo sé que mi hija no me defraudará. El que está en falta soy yo. Ahora no sólo la apoyaré en todo, sino en que no dudaré más ni de sus intenciones ni de los que ella quiere y ama…”. Me quedé pensando en esas palabras. Era un lindo gesto como para reprocharlo, pero en otras circunstancias le hubiese dicho que igual había que estar atentos de las intenciones de las otras personas en las que podría confiar Selena o incluso él mismo … Chris podría ser un aprovechador, pero no sólo no lo era sino que era una gran persona. El hecho de equivocarse en la apreciación de una persona o de un acto, no significaba que siempre se esté equivocado. Que a veces, muchas veces, se podía acertar … Se lo quise decir al señor Quintanilla, pero no lo hice … Grave error. Tal vez si se lo hubiese dicho, el padre de Selena hubiese actuado de otra manera y hoy no nos estaríamos lamentando del absurdo que ocurrió con nuestra Selena… Todo se hizo rápido, muy rápido desde aquel momento. Nos parecía tan increíble todo lo que pasaba que ni siquiera nos detuvimos a pensar dónde estábamos parados y cuáles debían ser los pasos a seguir. Con el éxito de Selena en la mano fui a plantearle a mis superiores sobre la necesidad de hacerles un contrato por el disco en inglés. Les plantee que al menos se aseguraran ellos de tener la exclusividad antes de que otros se la quitaran de las manos. Eso los convenció. No eran tontos. Podían rechazar la idea de que Selena grabara en inglés siendo un ícono como cantante hispana, pero no iban a regalar a Selena a nadie ... ¡¡Quién sabe lo que les depararía el futuro!! … En 1993 formalizamos el contrato, y desde ese mismo momento se daría una lucha entre los Quintanilla y Emi para ganar en sus posturas. Yo sabía que en un punto la posición de mis superiores era razonable. No se podía desperdiciar semejante éxito apostando a algo tan arriesgado y con consecuencias impredecibles. Y yo estaba en el medio de esa puja y lo único que quería era el bien para Selena. Por eso hablé con los Quintanilla y les propuse que tuvieran paciencia, que redoblaran sus esfuerzos para lograr más y más éxitos tanto en los temas como en los conciertos. Cuando Selena fuera indiscutible para todos, mis superiores no podrían resistir a semejante presión. Otra vez el padre de Selena aceptó mi sugerencia, pero con una condición: que ellos pudieran expresar en cuanto programa de radio y de televisión fueran invitados que ellos estaban preparando un disco en inglés y que tenían un contrato firmado. Yo accedí pues era el más interesado de la compañía en que Selena llegara a la cima. Poco tiempo después al padre de Selena se le ocurrió hacer un disco en vivo el día en el que Selena se presentó en el Memorial Coliseum de Corpus Christi. Era una ocasión muy especial para ellos tratándose de la ciudad que los vio crecer y triunfar, y lo harían en un momento de gran crecimiento y creación. Yo pensaba que era mejor sacar un disco en vivo más tarde cuando sacaran un álbum consagratorio que los catapultara al éxito mundial y cuya versión en vivo sirviera para difundir su música en aquellos países en los que Selena no era tan conocida, pero el entusiasmo de todos los Quintanilla me dio la intuición de que podría ser una gran oportunidad para ser un paso más en el éxito de la carrera de Selena y Los Dinos … ¡¡Y vaya si lo fue!!! Selena había interpretado un repertorio bastante variado que le permitía mostrar su gran versatilidad y lo madura que ya estaba como cantante. Me pareció una excelente idea difundir ese concierto, aunque siempre haciendo hincapié en sus interpretaciones en español, ya que yo estaba más que convencido de que Selena debía reafirmarse como figura indiscutible en ese mercado para luego saltar e intentar jugar en las grandes ligas sin que nadie se atreviera a cuestionarla. Lo bueno que tenía con los Quintanilla era que me había acoplado perfectamente a su gran trabajo en equipo en el que todos se sabían escuchar y en el que todos sabían lo que debían hacer. Ni el más optimista podía imaginar las consecuencias que se darían luego de una simple idea de sacar un disco en vivo en el que sólo agregamos como novedad la inclusión de un tema nuevo que sabíamos que sería un éxito: “La llamada”. El disco no sólo fue un éxito … Le permitió a Selena ser nominada al Grammy por ese álbum … ¡¡Y ganarlo!! Creo que fue una de las pocas veces en las que lloré cuando vi a Selena arriba en el escenario tan emocionada recibiendo ese merecido premio. No podía creer que me nombrara en primer lugar en la lista de agradecimientos … Pensé que por los nervios alteró todo el orden de prioridad de agradecimientos y hasta olvidó nombrar a otros … Y no era para menos … Lo podía ver en su rostro. No había margen para las risotadas que ella siempre utilizaba como recurso para que nadie descubriera lo que realmente sentía, lo que verdaderamente pensaba. Selena estaba seria y formal. No estaba como siempre. ¡¡Y cómo estarlo!! Estaba verdaderamente emocionada. Luego diría que ella no se lo merecía, que ella no lo esperaba, que ella sólo fue a sacarse fotos con los verdaderamente “famosos” … Pero ella en su interior lo deseaba, lo intuía, lo percibía. Sabiendo lo sensible que era Selena me ponía en su cuerpo y me imaginaba las imágenes que pasaban por su cabeza cuando escuchó su nombre como ganadora del Grammy, algo difícilmente de conseguir por esas épocas. Cuando me encontré con Selena, ella me abrazó y se quedó un tiempo como un niño gozando del momento, con los ojos cerrados y sin decir más que “Gracias, José, gracias por haber confiado en mí … Y perdóname por haber desconfiado de ti … ¿recuerdas?”, y echó otras de sus carcajadas que denotaban que volvía a la “normalidad”. “Mira, Selena. El mérito es tuyo. Yo sólo te he ayudado, pero no tengo más mérito que ése. La gente te admira y adora, y ahora tienes el reconocimiento del Gran Jurado. ¡¡Nadie podrá detenerte!!”. Selena me miró, luego observó a su alrededor y me dijo: “Sí, pero todavía hay mucho por hacer. ¿Estarás siempre a mi lado para apoyarme?”, me miró fijo como esperando un gesto concreto de mi parte. Yo la abracé y le dije: “¡¡Claro, claro que sí!! Siempre estaré para apoyarte en todo lo que te propongas”. Selena se apartó, me volvió a mirar fijo y me dijo: “¿Pero no olvides de mi disco en inglés, eh?”, y nos echamos a reír juntos a carcajadas. Era el momento de gozar, de reírse, de disfrutar. Tal vez nos faltaba reflexionar, pero eso fue muy difícil de entenderlo en aquel momento… Es muy difícil describir ese año, ese último año ... Íbamos de logro en logro, de concierto multitudinario a otro. Todo fue una sucesión de cosas que a cada uno le costaba procesar. Cada uno a su manera se permitió vivirlas. No había tiempo para otra cosa. Después del Grammy Selena daría un majestuoso concierto en el Houston Astrodome en el que volvería a batir con todos los récords de asistencia y en el que se permitiría adelantar algunos de los temas del disco que saldría al mes siguiente: “Amor prohibido”, sin duda el mejor que haya hecho Selena, en el que se arriesgaba a cantar otros temas, otros ritmos, otras canciones. Eran todos éxitos. Hasta nos peleábamos por cuál debía ser el primer tema adelanto para la radio. El padre de Selena pensaba en “Amor prohibido”. A.B. en “Bidi bidi bom bom”. Yo pensaba como el padre de Selena y así se hizo, pero podría haberse hecho al revés y hubiese sido lo mismo. El éxito fue espectacular y las repercusiones no se hicieron esperar. Selena vivió una sesión maratónica de conciertos, entrevistas, recibimientos de premios, participaciones en telenovelas y hasta en cine. Y todo lo hacíamos sin reflexionar, sin pensar que algo debíamos ajustar pues las cosas habían cambiado mucho, sobre todo en ese último año. Había que dejar de ver a Selena como una promesa y sí como una realidad, Selena debía dejar el bus y viajar más en avión, Selena debía pensar seriamente en una gira por toda Latinoamérica, pero para eso debíamos parar todos y diagramar las cosas. Yo sentía que nadie caía en lo que se estaba generando: que Selena ya era una estrella en Estados Unidos y México, y que pronto lo sería a nivel mundial. Debíamos empezar a pensar seriamente que había que afrontar otras realidades, otras necesidades, otras exigencias. Pero para todos esto era un sueño, un sueño hecho realidad y que había empezado a cumplirse luego de tantos años de frustraciones y de necesidades. Como si a Selena le sobrara tiempo, decidió a echar a rodar su vieja pasión, la del diseño. No estaba mal que lo hiciera, pues era su gran vocación, pero lo más atinado era tal vez consolidar su carrera artística, proyectarse en todo el mundo para recién allí desarrollar sus boutiques con especialistas de todo el mundo. Pero Selena no quería esperar, lógicamente no quería esperar. Y decidió echar a rodar su sueño de inaugurar “Selena Etc.” en Corpus Christi con lo que tenía a mano, y con sus enormes ganas de hacer, hacer y hacer. Estaba bien, pero si lo hubiese pensado un poco, sólo un poco, se hubiese dado cuenta de que estaba dejando su boutique en manos inexpertas y de dudosas intenciones ... No todos seguían sus nobles ambiciones. Había gente a su lado que no le llegaba ni a los talones. Yo sentía que Selena era la gran Reina que se paseaba por el gran camino real al éxito, pero al lado, al lado había gente que no estaba dispuesta a seguirla en ese camino de emancipación que se proponía Selena. Selena debió primero aprender a volar por el mundo para saber a dónde quería dirigirse y con quién. Todos vivimos en la vorágine y no dimos cuenta del monstruo que se estaba gestando a su alrededor. Todos vivimos en el gran mundo pero nos movíamos como si no hubiésemos empezado. Y ése fue un gran error. Un error que pagaríamos muy, muy caro… La lucha con mis superiores parecía llegar a buen puerto. El éxito impresionante de Selena los hizo ceder. Comprendieron que se podía hacer el intento de hacer el disco en inglés, pero me pidieron que no abandonara con los proyectos en español, que debía seguir jugándose por los dos caminos a pesar de ello. Sabía que eso significaba luchar con ellos en cuanto a la salida del disco. Eso se podía reflejar en los anuncios de Selena de la salida del disco en inglés. El éxito espectacular de Selena en el segundo semestre de 1994 le permitía decir a los cuatro vientos de su proyecto principal, pero cada tanto debía cambiar de mes … Al principio sería en marzo, luego en julio. Debo confesar que la vorágine en la que vivíamos nos impedía tener un mínimo de organización. Para principios de 1995 Selena había comenzado a grabar el disco en inglés pero a su vez ella anunciaba que iría a Sudamérica a hacer sus primeras presentaciones, pero aún no quedaba claro si ello era posible. Todo dependía de cuándo terminaría el disco en inglés y de comenzar a promocionarlo, y si eso era en julio lo más probable era que Selena no se moviera de Estados Unidos y de México en todo el año. Eso también condicionaba los trabajos de Selena en español. Pensábamos en si debíamos sacar nuevo material a la vez que el disco en inglés o bien no hacer nada hasta ver qué pasaba con la apuesta de los Quintanilla. Yo pensaba que lo mejor era editar un disco en vivo para difundirse en Centro y Sudamérica, pero como hacía poco habíamos sacado “Selena Live”, pensé que tal vez podríamos sacar un “Grandes Éxitos”. Eso liberaría la presión de hacer algo nuevo en español, darle prioridad al disco en inglés y dar la posibilidad de ir al resto de Latinoamérica si daban los calendarios con el material conocido o difundido ... Debo confesar ... Semejante desorganización tenía una explicación: íbamos para adelante llevados por el viento de cola. No lo vivíamos como algo caótico ni dramático. Lo vivíamos como algo normal. Todo nos salía bien. Selena estaba en su mejor momento, y sus éxitos y popularidad iban en aumento. ¿De qué nos podíamos preocupar? Todos estos problemas para nosotros eran menores, muy menores. Sólo era cuestión de tiempo. Selena ya había acomodado sus conciertos en función de lo que haría en inglés. Así encaró su edición del Houston Astrodome el 26 de febrero de 1995 con su espectacular intro del Disco Medley, todo iba bien con el disco en inglés, aunque con un ritmo aún lento debido a los múltiples compromisos que tenía Selena ... Todo iba bien. Teníamos tiempo, mucho tiempo ... En cuanto ajustáramos la fecha de salida del disco en inglés todo quedaría claro, más que claro. Hasta pensé que sería mejor que el disco en inglés saliera a fin de año. Eso le permitiría encarar sus compromisos ya prometidos en Estados Unidos y México durante el año, mostrarse y promocionarse por primera vez en Sudamérica y comenzar a hablar de su disco en inglés en Estados Unidos. Y eso daría tiempo a Selena para ubicar a “Selena Etc.” en el mercado. ¿De qué debía preocuparse uno? Todo tenía solución ... Había tiempo. Mucho tiempo ... Selena estaba en su mejor performance y ninguna barrera había en el horizonte que impidiera seguir su camino. Todo se cumpliría … Era cuestión de tiempo. Todo se cumpliría irremediablemente… Ese 31 de marzo yo estaba en Los Ángeles. Estaba ultimando los detalles para el concierto de Selena allí. Sabía que era otra excelente oportunidad para que Selena mostrara algo más de su potencial. Era su siguiente concierto personal luego del Houston Astrodome, sin contar las innumerables presentaciones en festivales y conciertos múltiples. Esa misma tarde me llamó A.B. Hablaba en voz baja. Podía ver su rostro desencajado e incrédulo. Lo podía ver escuchando su voz. Apenas le pude decir que iba para allá. Ni pude decirle que si me estaba haciendo un chiste, si estaba seguro de lo que estaba diciendo ... La voz de A.B. me impedía decir cualquier cosa. Pasaron por mi mente muchas cosas, el abrazo de Selena agradeciéndome lo que había hecho por ella, mi visión de Selena siendo pequeña soñando con lo que iba a ser mientras guardaba la realización de sus sueños para cuando lograra ser la mayor artista latina de todos los tiempos, la alegría interna de Selena cuando ganó el Grammy ... Pero también pensé cuando poquito antes no logró repetir el Grammy y pensé que tal vez si lo hubiese ganado nuevamente todo se hubiese clarificado y la historia hubiese sido distinta ... Y también pensé en aquel concierto de El Paso en el que irrumpió un fan para abrazarla en plena actuación, pero que fue un segundo de incertidumbre en el que pensamos lo peor y que llevó a decir a Selena “Me asusté” mientras seguía cantando. Cuando ocurren estas cosas uno piensa en todo lo que pudo haber hecho si hubiese actuado a tiempo en su debido momento … Un pensamiento inútil, sumamente inútil ... Con el tiempo sabría que el problema estaba adentro, no afuera. Allí volví a pensar en si nos hubiésemos organizado más, en si los de la Emi no hubiesen retrasado indefinidamente el disco en inglés, en si los Quintanilla hubiesen pensado en lo que estaba generando Selena fuera de los Estados Unidos y México y en aprovechar el éxito de Selena en español antes de ingresar al mercado anglosajón, en si Selena hubiese bajado los decibeles con su proyecto de Selena Etc. y hacerlo con más tiempo y más apoyo de todos nosotros, en si yo hubiese hecho más por su carrera y hubiese impuesto más mi criterio si lo tenía todo claro, si yo sabía lo que pensaba y sentía Selena … Pero era demasiado tarde para lágrimas. Lo que más me aterraba de todo era el Día Después, el día del Mundo sin Selena, cuando se acabaran los homenajes y los recuerdos, y el mundo se acostumbrara a que Selena fue aquello que fue y lo que no fue … fotos y recuerdos … La que inició un ciclo pero no lo pudo terminar siendo capitalizado por otros artistas que eran muy talentosos, pero que no eran diferentes como Selena ... Tenía terror, porque se cometerían muchas injusticias, como lo que le habían hecho a Selena, la única hacedora de una época de magia y la única víctima, la víctima más inocente que haya tenido este mundo despiadado y cruel. Con el tiempo mi participación se circunscribió a sacar ese disco en inglés, ese disco que ahora era póstumo e inconcluso, y que salió puntualmente en julio ... Puse mi mejor cara para recordar el Legado de Selena, pero me sentía triste, muy triste. Luego me fui alejando del todo. Surgieron cosas que no me gustaban y me avoqué a mi profesión como era antes de conocer a Selena ... Hacerlo como un deber y punto ... Ya no tenía el incentivo de Selena. Después de conocer a Selena ya nada sería lo mismo y nada bueno podía esperar. Tal vez un consuelo, una vez cada tanto, pero consuelo al fin. Cuando salió la película, me di cuenta de que fueron injustos conmigo. Yo no era esa persona a la que nunca nombraban por su nombre … Ni siquiera se asemejaba en lo que pretendía para Selena … Pero poco importaba … ¿A quién le podía importar? Selena no estaba. Eso era lo que más importaba … Eso era lo irremediable… Un día volví a la casa de Carlos. Sabía perfectamente el lugar. Ni necesité presentarme. En cuanto me vio, nos abrazamos y nos pusimos a llorar. Los dos sentimos en soledad la pérdida de Selena. Podía ver que su hija había llenado su habitación con fotos, imágenes y recuerdos de Selena. Ella también nos abrazó y lloró en silencio. Todos nos sentíamos más que solos. Solos y en silencio. Nos habíamos quedado sin habla. Nos habíamos quedado sin nada … Nos habíamos quedado sin Selena… (Yo tampoco tengo más para decir … Todo está dicho … dicho por Selena. Lo único que me mueve, lo único que me moviliza es que nunca permitiré que se calle la voz de Selena, que alguien se olvide de lo que fue, de lo que hizo, de lo que generó. Eso nunca lo voy a permitir .... Todos nos podremos quedar llorando sin nada que decir, pero nunca el mundo se podrá quedar sin escuchar la voz de Selena. Y esa es pura y exclusivamente nuestra responsabilidad … si es que queremos de verdad a nuestra Selena…) Selena: yo sólo hablo por ti. Yo sólo quiero con mis actos certificar que siempre estarás presente y que un mundo es posible … con tu Amor… Te quiere mucho… Sergio Ernesto Rodríguez (Buenos Aires, Argentina)

Hasta que un día fui a buscarte y te encontré, Selena…

Alberto miraba a su jefe y sentía por dentro una mezcla de bronca y desilusión. Una vez más le hablaban de paciencia y de comprensión. Y él sólo quería que lo comprendieran a él. Alberto no le hablaba de un ascenso ni mucho menos de un aumento de sueldo. Nunca le interesó ser jefe y con el tiempo ni siquiera sabía lo que ganaba. Le había dejado el manejo de sus finanzas a su esposa. Nunca tuvo idea de por qué estaba allí y para qué. Estaba más que claro que lo suyo era crear y jugar con sus fantasías. Pero nunca se lo permitió hacer. Siempre se consideró un inútil y un incapacitado. Pero él sabía que eso no era cierto. Su familia siempre se lo hizo sentir, lo que le quitó casi toda su autoestima. Y con el tiempo usó como excusa su incapacidad para no atreverse a hacer lo que quería, a ser feliz siendo como era aunque a la mayoría no le gustaba. Alberto miraba a su jefe y volvía a sentir ese sentimiento que más le molestaba: la injusticia. “¡¡Ay!! Lo que pasa es que eres de Leo. Y a todos los leoninos no les gusta ni las mentiras ni la falsedad”, le decía una compañera de trabajo, de las pocas que le hablaba y que, mal que mal, le demostraba que creía en él. “No entiendo cómo la gente cree en el Horóscopo como si fuera una ciencia exacta. Susana me habla como si todos los del mismo signo son iguales y nadie es igual. Mi hermano es leonino como yo y somos tan distintos, estamos tan distantes…”, se decía Alberto, con aire de melancolía. Veía a su alrededor y se lamentó no hacerle caso a una persona que mucho tiempo atrás trabajó en ese lugar por sólo un par de meses, pero que antes de irse le dijo: “Alberto. No seas tonto. Este ambiente no es para ti. ¡¡Haz lo que te gusta!! No gastes más tiempo en este triste lugar. Tú tienes mucho para dar y sé que muchos te lo agradecerán…”. Alberto sintió que el mundo le daba vueltas y por varias horas no pudo trabajar. Sabía que ese muchacho tenía razón, pero como siempre no se animó a pegar el gran salto. Incluso por esas épocas había escrito una nota periodística que hablaba de los bares lindantes con las canchas de fútbol y le había encantado a uno de sus profesores de la carrera de periodismo. Tanto le gustó que un día lo llamó al trabajo y le pidió la nota para publicarlo un domingo en reemplazo de una nota que hablaba de la actividad de aviación y de los pilotos de aviones, que parecía que no iba a ser publicada simplemente porque el autor parecía que no iba a llegar a terminarla … La cuestión es que llegó el fin de semana y salió la bendita nota de los aviones y no la suya … Corría 1992 en su Buenos Aires querido y durante un tiempo él compraba el diario los domingos para ver si aparecía su nota … Y no salió … No salió nunca … Y nunca también quiso preguntar por qué y no quiso tampoco pelear por ese artículo periodístico que lo hizo gracias a su gran poder de percepción y de observación de la realidad … A Alberto le parecía que eso no correspondía y era de los últimos sobrevivientes que hablaba de códigos, de conducta, de ética y de coherencia. Y eso siempre lo enorgullecía … Ahora veía a su jefe y se preguntaba lo que debió haberse interrogado antes: qué hacía allí, para qué estaba, qué sentido tenía estar en el medio de tanto excremento que crea la gente que está a su alrededor, y que se baña y bebe en ella. Allí Alberto veía su foto y sus notas de Selena, y se refugiaba en ellas para no sumirse en una profunda depresión. Muchas veces se preguntó y hasta otros le preguntaron por qué se sentía identificado con ella, que tenía Selena que no tenía otras, qué encanto poseía Selena que la hacía lo más importante de su vida. “Selena era una mujer encantadora, talentosa, hermosa, con personalidad, carismática, auténtica, trabajadora, defensora de la verdad y amante del trabajo y de la superación. Ella había llegado con su canto, con su baile, con su música siendo tal cual era y sin venderle ningún personaje a nadie. Selena llegó a ser una gran artista y muy popular sin que nadie le regalara nada. Ella quería que la amaran por lo que era y no por las apariencias. Selena quería mostrarse con lo bueno y con lo malo, y que la comprendieran y apreciaran por lo que hacía. Selena no quería dádivas, sólo lo que le pertenecía por derecho propio. Logró que la quisieran por su voz y por su persona. Nadie la quiso por conveniencia, todos deseaban lo mejor para ella. Pero bastó que se filtrara una psicópata en forma de fan y le quitó todos sus sueños, toda su obra, toda su vida. ¿Qué se puede esperar de este mundo sin rumbo si pasan estas cosas, si siempre ganan los malos, si siempre gana el que es más hábil, al que sólo le importa el fin y no los medios, él que sólo busca ver cómo vivir bien a costa de los demás? Cuando supe lo que había sucedido con Selena dejé de creer en que podía haber vida después de la muerte y en divinidades … Nada tiene sentido, como este mundo…”, se decía una y otra vez Alberto, mientras miraba a su alrededor. Si ya creía poco en algo, dejó de creer el día en el que una mujer que irrumpió en su vida 6 años atrás y a la que no le habla de hacía 5, lo denunció ante una mujer que ni era su jefe de maltrato y de intento de violencia de género. Por supuesto que quedó en la nada, porque sabía que no era cierto, y al no ser cierto obviamente no había pruebas. Si al menos lo hubiese acusado en aquel momento de que no le hablaba desde hacía mucho tiempo “y que eso le afectaba su rendimiento en el trabajo”, aunque supiera que era una estrategia, lo hubiese soportado porque eso sí era verdad … Pero a Alberto eso no lo contentaba ni lo aliviaba … La mancha a su persona, las calumnias sobre su conducta, su exposición frente a los demás expresada por cambios de lugares de trabajo “por precaución” lo indignaba y, lo que es peor, el quedar bajo las habladurías y mentiras de los demás, lo condicionaba en su manifestación espontánea hacia todo. Pero para Alberto por suerte estaba Selena y se refugiaba en ella escribiéndole, viendo sus conciertos, comprando sus discos, leyendo cuanta cosa hubiera de ella. En un punto Selena sucumbió por el mismo motivo que el que padecía Alberto … Sólo que él se dio cuenta de todo cuando decidió no hablarle más a Cristina, su compañera de trabajo, y alejarse bien de ella, al punto de pedirle a su jefe un cambio de piso para estar lo más lejos posible de su campo de visión. Pero eso a Alberto no le sirvió de mucho, pues Cristina se las ingenió para aparecer por el piso en el que estaba para hacerse amiga de uno de sus compañeros de trabajo para luego ponerse de novia, casarse y tener hasta un hijo … En otro momento de su vida le hubiese parecido todo una locura y si se lo contaban hubiese pensado que era obra de un gran guionista de cine. Pero era real, y encima él, que sabía lo que le había sucedido a Selena, podía saber qué significaba estar frente a esa clase de personas. Alberto leyó más de una vez notas dando innumerables interpretaciones sobre cómo se dio ese absurdo asesinato. Leyó de dobles vidas, de vidas apasionadas, de escándalos amorosos, de intereses, de explotación … hasta de lesbianismo … Nada de eso tenía que ver con este triste final... Alberto se dio cuenta de que muchos pueden explicar este tipo de desgracias con ese tipo de historias, con esa clase de explicaciones, con ese grado de escándalo … Pero él comprendía que con el correr del tiempo y del avance de la tecnología y de las comunicaciones, había cada vez más psicópatas entre el común de la gente y de esquizoides en cada lugar en el que cada uno se mueve en la vida… Así se entendía la partida de Selena … Alberto supo, cuando se interiorizó en la explicación de ese crimen, que no había terceras personas, ni amantes, ni dinero, ni ambiciones, ni asuntos de drogas ni de ajuste de cuentas … Sólo se trató de la obra de una psicópata, de una persona que se creyó con derecho para decidir sobre la vida de Selena, que no aceptaba matices, que todo lo veía blanco o negro, y que todos debían someterse a sus caprichos … Alberto lo entendía todo, un poco por su historia familiar, porque la fascinaba la psicología, y porque había padecido el obrar de Cristina … Alberto que en sus casi 45 años creyó haber visto casi todo en materia de mentes humanas se encontró con el obrar maestro de una psicópata de manual como lo era Cristina, y hasta pudo sentir esa horripilante sensación de darse cuenta después de un buen tiempo que no sólo no se controla a una persona así con poner límites bien precisos, que ninguna medida de seguridad repele su accionar, sino que al cabo de un tiempo y en un buen día uno se siente moviéndose como marioneta al compás de las manos mágicas de esas maquiavélicas personas. Alberto no podía aún hoy explicar cómo llegó a estar pendiente de ella, sometido a ella, querido por ella, maltratado por ella. Y también podía explicarse cómo esas personas logran tener una gran popularidad en cualquier lugar y gozar del beneplácito de tanta gente que sale con vehemencia a defenderla hasta de lo imposible … Cuando veía que nadie podía creer que esa mujer le quitara los sueños a Selena, que parecía tan cariñosa, tan leal, tan trabajadora, tan servicial, tan admiradora de Selena, Alberto pensaba en cómo había llegado a su vida Cristina y no le sorprendía. Recordaba cómo, allá por 1991, esa mujer de manera insistente llamó y llamó al padre de Selena para lograr una reunión y proponerle hacer un club de fans que le permitiera, entre otras cosas, proveerle a todos los admiradores de Selena toda clase de souvenirs de la gran cantante y artista que no podían conseguir, y comprendió cómo el psicópata, aunque no parezca, actúa metódicamente, con un plan y con un método bien pensado para cumplirlo. Ya supo interesarlo al padre de Selena sabiendo lo que le necesitaba sin conocerlo. Hasta fue una adelantada a los tiempos al saber de la importancia del marketing por esas épocas siendo que sólo era una enfermera … Y luego de entrar en la vida de los Quintanilla se las ingenió para saber todo de ellos sin que los Quintanilla supieran mucho de ella. “Sólo así -pensaba Alberto- se explica que esa mujer tuviera un plan pensado como mínimo un mes atrás del asesinato mientras los Quintanilla nunca sospecharon lo que podría llegar a hacer aun en pleno conflicto”. Pero lo que para muchos podía ser insólito, para Alberto era lógico, hasta normal. Él vio cómo Cristina empezó a mandarle mails en el trabajo mostrándose simpática, agradable, tan interesada en lo que él hacía, pensaba, soñaba. Alberto estaba en esas épocas “tranquilas” de su vida, en la que iba, como decía el General, “de la casa al trabajo y del trabajo a casa”. Pero estaba vacío, sin muchas alegrías ni motivaciones, con su esposa e hija como principal sostén … Y de pronto Cristina formó parte de su vida a cada instante. Mientras aparecía a la vista de los demás como una mujer callada y responsable de su trabajo, ante Alberto aparecía como una invasora que lo apabullaba con preguntas y pensamientos a través de los mails desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde … A Alberto le costaba concentrarse en su trabajo y hasta trataba de ponerle límites a semejante conversación que duraba horas pero que nadie notaba porque para los demás ellos eran cotidianamente dos personas calladas y concentradas en sus labores … Llegaba a tener discusiones, que en otras épocas hubiesen provocado un escándalo porque inevitablemente se hubiese visto, u otro tipo de reacciones si eran más que amigables … Poco tiempo después supo que todo ello no era sólo producto de un capricho sino que era parte de un plan metódico y fríamente calculado. Tarde comprendió Alberto que todos los días recibía una dosis de veneno por parte de Cristina hasta acostumbrarlo a él, y cuando un buen día decidió no dárselo, experimentó su falta, trató de disimularlo, luego evadirlo y luego a los gritos pidió por él … La primera vez que Cristina decidió no mandarle un mail a las 9 de la mañana ni en los minutos venideros, pudo darse cuenta de lo controlado que lo tenía … A las 10 de la mañana Alberto estaba encima de Cristina pues no podía aguantar sin comunicarse con ella …Cuando Alberto supo todo este perverso camino y sus efectos en él, entendió por lo que había pasado Selena. No era tan fácil darse cuenta, no era sencillo deshacerse de semejante telaraña que le había armado esa mujer. Comprendió que cualquiera que estuviera ante esa situación, el día que se diera cuenta del plan debía estar preparado para manifestarlo y actuar cuanto antes, sin darle la mínima posibilidad de que el otro lo advirtiera antes y actuara en consecuencia. Alberto supo que al psicópata no le importa que le descubran el juego. Lo que realmente le preocupa a esta clase de personas es que alguien no sólo le haga saber que saben del juego sino que intenten decirle que no van seguir prestándose a eso, que se quieren apartar del siniestro plan, que no van a seguir con la farsa, que no aceptarán el rol de sometidos. Es como esas viejas y clásicas escenas policiales de homicidios en las que un buen día la “víctima” encara al psicótico y le dice que lo descubrió, que sabe de su juego y que se lo dirá a todo el mundo para que quien quiera oírlo sepa qué clase de personas es, para que nadie se crea más que es esa encantadora persona que se muestra impunemente ante los demás … Alberto supo que en un punto a Selena le pasó eso y que no pudo apartarse de esa telaraña de mensajes de “beepers”, amenaza de suicidios, exigencias de que viniera ante cualquier requerimiento, pedido de que sus asuntos fueran tomados como prioritarios y los más importantes, al punto de que Selena dejara todo lo que hacía para atenderla … Alberto, a la hora de comprender en una imagen la situación de aquel nefasto marzo de 1995, recordó esa escena de la película Selena en la que se ve a los Quintanilla reunidos con la presidente de su club de fans pidiéndole explicaciones sobre la falta de dinero de los fondos y de la queja de los fans de no recibir los souvenirs que habían pedido y pagado … La mujer se deshizo de explicaciones, de excusas, manifestó no comprender lo que pasaba y prometió hacer todo lo posible para explicar la situación e investigar “hasta las últimas consecuencias”… Aún nerviosa, la asesina no se había inmutado frente a la presión y sospecha de los Quintanilla. Pero hay un momento de la película en el que el padre de Selena le dice, cuando la acusada está por irse del lugar, que debería ella responder por la falta del dinero. Cuando la mujer escucha eso, abre bien los ojos, traga saliva y da cuenta de la dimensión de los hechos. Alberto siempre ponderó ese momento de la película, y consideró un hallazgo y habilidad del director Gregory Navas para explicar la magnitud del hecho, y del verdadero sentir y pensamiento de esa mujer. Con esa expresión esa mujer da cuenta de que el padre de Selena le estaba diciendo que ya no iban a seguir el juego, que ya no estaban dispuestos a seguir la farsa. En esa expresión se podía uno dar cuenta de que esa mujer había pensado en el asesinato cómo única alternativa de reacción frente a lo que se vendría … “Todo o nada”, piensa el psicópata. Esta gente siempre va por todo, y si no lo logra, entonces será nada. Por eso cuando la presidenta de su club de fans supo que la estaban virtualmente apartando, y que con ello no lograría todo lo que pretendía, sentenció con un “nada” la situación. Así preparó el camino de la muerte, del asesinato, como castigo por no seguir el juego, por no continuar con su juego… Alberto no hizo lo que hicieron los Quintanilla. Sabía que tenía que cortar de cuajo la relación, que quedarse en la mitad del camino no lo llevaría a ninguna solución. De pronto se encontró que estaba viéndose con ella a escondidas, que se escapaba de cualquier lugar para verla aunque sea un ratito. Un día ella lo besó y él le dijo que no se había imaginado que podía pasar eso en un subterráneo a la vista de todos. Recibió como toda respuesta. “¿Y qué esperabas que sucediera?”. Alberto se dio cuenta de que se estaba metiendo en un lío pero que le era imposible sustraerse de él. Pero se peleaba con él mismo, y enseguida le quería poner un límite a Cristina, quien se sentía lo suficientemente segura del dominio de la situación con un Alberto necesitado de su veneno. Sólo faltaba la última decisión, la más importante, pero que Cristina esperaba con ansias pero con seguridad de que la debía tomar él … para que un futuro, cuando ella decidiera apartarse de Alberto, él no le imputara que ella lo obligó, para que ella pudiera decir que él tomó la decisión, que Cristina no lo obligó, que ella sólo lo llamó para hacerlo, si es que él quería. Alberto sabía que esa situación era igual que la del nefasto 31 de marzo de 1995, pero Selena decidió salir sigilosamente de su casa mientras su esposo dormía y sin avisar a nadie de su familia en dónde iba a estar. Iba en busca de la presidente de su club de su fans con los términos y condiciones que ella exigió … y pasó lo que pasó … Antes que ello Selena habló, habló, intentó persuadir, buscó una conciliación entre ella y su padre … y nada logró porque esa mujer no quería conciliación … sólo quería sometimiento … Y al saber que ello no lo lograría decidió eliminarla y que todos, absolutamente todos, se quedaran sin nada … Alberto padeció lo mismo pero pegó un golpe de timón a tiempo y por un hecho que no esperaba ... Hasta ese momento había intentado todo. Pidió tiempo, buscó llegar a acuerdos, pero ella lo presionaba cada vez más para que hiciera lo que ella quería, hasta que entregara lo último que podía exhibir ante cualquiera con dignidad … Ya se sentía una marioneta de ella … Se movía al compás de ella hasta cuando se peleaban por cualquier cosa. Alberto se sentía desconocido. Al revés de lo que hacía con los demás, cuando se enojaba con Cristina aguantaba un tiempito hasta que no podía más y le pedía disculpas personalmente o por mail, si estaba en el trabajo, o por llamados o mensajes al celular si Cristina estaba fuera de él. Había empezado a tener problemas con su familia, pues ya no había explicación razonable a algunas actitudes suyas. Las peleas eran cada vez más frecuentes y absurdas, y duraban cada vez más. Alberto optó por hacer lo que hacía con los demás: no hablarle más y punto. Pero para su sorpresa ella le siguió el juego a la espera y seguridad de que, como en otras oportunidades, él terminara cediendo. Encima, para su desgracia, poco tiempo antes, su jefe había decidido unos cambios de lugar en la oficina, y al lado de él fue a parar … Cristina. Alberto resistía y Cristina también. Ella comenzó a impacientarse cuando Alberto aguantaba más de la cuenta y empezó a ejercer la presión psicológica. A veces se ponía a trabajar ubicándose más cerca de él sin decirle nada y otra veces venía de otro lugar, y se sentaba mostrando abiertamente su fastidio haciendo soplidos o arrojando a la mesa con fuerza un cuaderno o una taza para que Alberto escuchara y hasta se asustara … Y todo esto se hacía en el más absoluto silencio e ignorancia de los demás … Al menos eso era lo que él creía, pues más tarde se enteró de que Cristina le decía a otros que salía con un hombre casado, cuando en realidad él, como mucho, la veía tres veces a la semana una hora cada vez, aunque en una de esas veces una compañera muy chismosa del trabajo los vio al pie de la escalera del subte … Siempre se quedó con la sospecha de que esa mujer los venía siguiendo desde hacía varias cuadras para aparecer “casualmente” en ese lugar … Hasta que un día Alberto tuvo otro cruce con Cristina … Al rato alguien circuló una tarjeta de cumpleaños de un compañero de trabajo. Cristina la tomó y luego de firmarla, no se le ocurrió mejor idea que arrojársela literalmente por la cabeza a Alberto y mirarlo con furia. Alberto, en un principio, lo iba a tomar con liviandad, como otro hecho aislado, para evitar otro encontronazo peor. Pero al cabo de unos minutos, recapacitó y supo que debía hacer algo cuanto antes, sino el también tendría su “31 de marzo”. Con la excusa de estar saturado, y sabiendo de que habían habilitado dos lugares de trabajo de su sector en otro piso, le pidió a su jefe que lo trasladaran allí. Por suerte, éste accedió y así Alberto zafó de ser víctima, pero debió soportar las consecuencias de tal decisión ya conocidas, sin saber que en el futuro tendría que sufrir la convicción de que un psicópata nunca se considera vencido ni aún vencido, y que Cristina con el tiempo cambiaría públicamente su condición de víctima al de victimario… Alberto recordaría muy bien esa época en la que tomó esa determinación, pues se daría un hecho que cambiaría totalmente su vida … Conoció a Selena … Por supuesto que ya sabía de ella, pero sólo se había interiorizado por el caso policial. Como casi todos en Argentina, él conoció a Selena a través de interiorizarse por la muerte de Gilda. De hecho durante mucho tiempo Alberto estuvo tratando de entender el “Fenómeno Gilda” viendo las manifestaciones de afecto que le prodigaron sus fans tras el absurdo accidente que la llevaran a Gilda, a su madre y a su hija. Esas movilizaciones, la necesidad de crear un santuario en recuerdo de la cantante en el lugar del accidente y la influencia de la música de Gilda en cada manifestación cultural posterior movilizaron a Alberto, que no seguía esa música pero que le inquietaba siempre las muertes tempranas de mujeres jóvenes que habían trabajado tanto para ser alguien, para ser felices a tanta gente para que luego se truncaran sus sueños por hechos sin comprensión para él. A través de este hecho tan triste, a Alberto le llegó la noticia de Selena y aquello le impactó mucho más. Pero por mucho tiempo Selena como artista y Selena como persona permanecían muy alejados de la atención de Alberto. Eran épocas en las que Internet estaba “en pañales”, y toda la información que le llegaba de Selena era escasa y no muy precisa. Llegó a enterarse de que había una película que se había hecho sobre su vida y si bien el hecho lo movilizaba bastante, le costó mucho tomar la decisión de verla. Es como si intuyera que Selena lo iba a marcar en su vida y que ese hecho nuevo lo llevara a querer alejarse para no interiorizarse más en el tema por miedo a las consecuencias. Vio la película y buscó cuanta noticia hubiera de Selena pero siempre dentro del caso policial. Lo demás, lo demás no le interesaba. Hasta que por esas cosas de la vida y del destino la vio ... Fue de casualidad … o no tan casualmente … Pronto se daría cuenta Alberto de que las cosas surgen por algún motivo, que todo tiene una explicación aunque muchas veces cueste encontrarla … Había pasado más de un año de que se jugara el mundial de fútbol de Alemania 2006. En aquella oportunidad una de las marcas sponsor de la Selección Argentina de fútbol había usado un tema de Gilda, “No me arrepiento de este amor”, como tema de sus publicidades de dicho evento … Alberto vaya a saber por qué recordó el tema y se dispuso ver por Internet el video de la interpretación original de Gilda, el de la versión rock del mismo tema que hiciera el grupo de rock Attaque 77 y la versión de la publicidad que se parecía mucho a esta última. Luego de ver los 3 videos, la llamó a su hija de 12 años y se los mostró para que ella pudiera apreciar la evolución y repercusión que había tenido el tema viendo las distintas versiones. Cuando se quedó solo con la computadora, le pasó lo mismo que 8 años atrás. A partir de Gilda volvió otra vez a Selena, al principio buscando más programas y especiales policiales que le explicaran por qué pasó aquello. Pero luego para ver a Selena en acción en un concierto en vivo … Como a tantos otros, Alberto se quedó anonadado con lo que era Selena y se lamentó más aún por su suerte cuando comprobó que ella era una gran y tremenda artista, mucho más de lo que se mostraba en aquella película. Y más se lamentó cuando supo lo que era como persona, cómo se mostraba, cómo era, cómo había llegado a la fama … Las nuevas épocas con Internet instalado en su vida le permitió a Alberto apreciar a Selena en toda su dimensión y no sólo a través de una película, un especial o un programa de televisión hecho en su recuerdo. Comprendió que cuando más se sabía de Selena menos se entendía cómo pasó lo que le pasó. Era inconcebible, bárbaro, inentendible. Alberto se lamentó no haberla conocido antes, no tanto por una visión egoísta que le permitiera haberla apreciado y gozar de su talento … No ... Alberto se lamentaba no haberla conocido antes para poder advertirle lo que le podría pasar, evitar ese destino, esa cruel realidad que él padecía con tanta diferencia de espacio y de tiempo …Alberto comenzó a llorar cada vez que veía algo de Selena que lo conmovía y que le hacía dar cuenta del talento de Selena y de que ella ya no estaba más entre nosotros … Muchas veces pensaba que tal vez si ella estuviera en este mundo y si hubiese venido a la Argentina, él hubiese pensado quién era “esa tal Selena”, y se hubiese puesto entre irónico y despectivo preguntándose por el motivo por el cual ella estaba en su país, de dónde había salido, quién la conocía, pero que hubiese preferido que así fueran las cosas porque al menos era un indicio, un indicativo de que Selena estaba allí, en algún lugar siendo famosa, siendo feliz, riéndose y gozando de la vida y del producto de tanto esfuerzo … Que prefería esa realidad, aunque no la conociera ni apreciara, a la actual, en la que él no podía asimilar semejante pérdida. Alberto se decía una y otra vez que haría hasta lo imposible por tener a Selena en este mundo, que volvería el tiempo atrás para que ella pudiera vivir su vida, que él renunciaría a la suya, que él se mantendría en esa posición distante que tendría allá por 1995 si eso aseguraba a Selena con vida, y se reiría si viera venir a su país una artista a quien no conocía y que no se correspondía con sus gustos musicales … aunque más de una vez pensó que aun así se hubiese quedado impresionado con Selena en esa eventual primera visita a su país, pues hubiese visto lo que lamentablemente vio después ... que Selena era francamente encantadora …Alberto comenzó a dedicarse de lleno a Selena, a recordarla, a escribir sobre ella. Y pronto cambió la perspectiva de su vida y de las cosas. Selena pasó a ser el centro de su vida, el motivo de su existencia. Luego de más de 40 años, Alberto había encontrado su lugar en el mundo y ese lugar era Selena. Hasta allí vivía trabajando y pensando en ello para no pensar en lo infeliz e incomprendido que se sentía. El trabajar le permitía no pensar, no cuestionarse, no ver … Y cada vez que se salía un poquito de ese libreto, sus experiencias eran nefastas, desilusionantes, frustrantes, dolorosas … como le pasó con Cristina. Y cada vez que pasaba por esas situaciones se refugiaba en la anestesia del trabajo. Pero cuando llegó Selena en su vida, todo eso cambió. Ya no quedarse horas y horas trabajando, ya no hacerse “mala sangre” por cualquier cosa, los nervios fueron disipándose, la paz de sentirse en el camino correcto había llegado ... Selena se le instaló en su corazón y él no iba a negociar ese sentimiento con nadie. Empezó a tener otros problemas, derivados de los viejos, pero que tenían otra connotación, otro sentido … Comenzó a tener problemas con su esposa. A ella no le gustaba, un poco por lógica, que le dedicara tanto tiempo a Selena … Como toda mujer sentía ella que su esposo la estaba reemplazando por una mujer mucho más joven y que así se mantendría por siempre … Pero también su mujer le endilgaba esa ocupación en el nombre de que se quedaba hasta muy tarde viendo videos de Selena, escuchando sus discos, compartiendo sentires con otros admiradores, escribiéndole cada semana … Y eso Alberto lo sentía como algo arbitrariamente injusto y egoísta … Muchas veces él se había quedado hasta muy tarde haciendo trabajos pendientes en su casa, viendo videos de series o simplemente leyendo o escribiendo de cualquier cosa. En cuanto al hecho en sí, esto “nuevo” no era muy diferente de aquello, pero su esposa le hacía la vida difícil pues ahora se trataba de Selena, quien parecía que le quitaba “su” lugar. Alberto podía comprender sus celos y hasta el hecho de sentirse desplazada, pero querer minimizar y hasta despreciar su admiración por Selena le era intolerable. Ella no comprendía, no podía ni querría entender nunca lo que se perdió este mundo y esta humanidad. A Alberto no se le ocurriría reemplazar a su esposa por Selena. Alberto la admiraba y la quería tanto que sólo deseaba verla feliz con sus afectos y con sus cosas. Él estaría feliz de ver a Selena casada con Chris y con sus hijos. Alberto sólo podía estar bien si veía a Selena feliz … Eso era lo que él quería. Y por eso sentía tanto dolor … Más de una vez se iba a la cocina de su casa a llorar a escondidas, en silencio y a resguardo de su familia, luego de ver algo conmovedor de Selena. Por aquellas épocas ver a Selena interpretando “Where did the feeling go?” en el concierto de San Antonio en 1991 le producía una gran tristeza … Ver a Selena a los 19 años mostrando tanto talento con semejante voz e interpretación no le podía dejar más que una sensación de dolor y de soledad. Alberto miraba las estrellas del cielo y deseaba fervientemente que Selena estuviera en alguna de ellas. No podía concebir semejante realidad, no quería aceptar que Selena se había ido. Allí Alberto comenzó a entender por qué la gente de México y Estados Unidos la lloró tanto, la sigue extrañando y la sigue tributando. Alberto comprendió que no se trataba de una artista más. Al verla supo que Selena era una artista diferente, distinta a todas, y que por ello se la quería tanto. Muchas veces se entusiasmaba hablando en su casa de ella, y se sentía otra vez frustrado por no tener receptividad por ello. Y él no lo comprendía. Antes por allí él se quedaba horas hablando de las cosas absurdas que padecía en su trabajo, o le hablaba de deportes o de temas que a ella no le interesaban y que a Alberto le generaba mucha bronca y angustia. Pero en ese momento Alberto le hablaba con alegría, con entusiasmo, aunque también con lamento por la partida absurda de Selena. Alberto no era el mismo hablando de Selena si se lo comparaba cuando se lamentaba por lo que padecía en su vida. Pues con Selena él entendió que no había hecho nada, no sabía nada y no se sacrificó nunca en busca de cumplir su sueño y sus expectativas … En cambio Selena con sólo 23 años le dio a todos una lección de vida, un camino a seguir, un modo de entender las cosas. Y Alberto sintió que le debía semejante revelación, y tantas emociones que le generaron al verla cantar y actuar. Cuanto más veía cosas de Selena más quedaba impactado. Notaba que no sólo arriba del escenario descollaba, sino que deslumbraba cuando hablaba, cuando se contactaba con sus fans, cuando aparecía al público en cualquier ocasión. Ella no se mostraba como la gran estrella que era, prefería mantenerse humilde y agradecida, y no venderle a la gente ninguna imagen falsa de su vida y de su realidad. Cuando le tocó actuar en telenovelas, ella evitaba interpretar papeles que no se correspondieran con su personalidad. Selena nunca hablaba mal de nadie, alentaba a sus colegas y detestaba promocionar su carrera artística en base a escándalos y habladurías. Tal vez en esas épocas, y más que nada en la actual, muchos consideraban que para ser considerado por “el gran público” había que utilizar cualquier estrategia que le permitiera mantenerse “en el candelero” y subir a la fama. Hoy se paga un alto precio y se vende el Alma al diablo para llegar a ser nombrado por alguien … Nada de eso hizo Selena y aun así logró no sólo la fama sino que todo el mundo la quisiera, algo que pocos, muy pocos pueden sentir y exhibir … Por todo ello, Alberto sintió, allá por octubre de 2007, que Selena formaría parte de su vida para siempre y que sería la razón de su vida, para placer suyo y padecimiento en los demás. A partir de allí todo lo que ocupaba la mente de Alberto pasó a un segundo plano. Todo lo acaparaba Selena pues ella misma con su talento y su persona ocupó enteramente su corazón… Alberto miraba a su alrededor y se sentía asqueado, saturado, cansado … Ni siquiera en el trabajo pudo decir todo lo que le generaba Selena debido a lo que le había hecho Cristina … Sólo algunas personas le hablaban del tema, aunque comprobó que todos a sus espaldas comentaban las fotos que exhibía de Selena … No … No le servía lo que decía su jefe, la calma que le pretendía dar. ¿Qué calma podría tener después de soportar que buena parte de sus compañeros de trabajo lo ignoren y lo tomen como culpable de una situación que ni generó ni provocó? Cuando sucedió lo de la acusación de Cristina, no podía creer lo que estaba sucediendo. No tanto por Cristina, a la que podía imaginarse que tarde o temprano haría una cosa así … Pero los demás … Muchos lo conocían, sabían de sus cosas buenas y también de las malas … Sabían que Alberto, hacía mucho, mucho, se había apartado de todo ese ambiente tan particular en el que se movía desde hacía mucho tiempo. Siempre recordaba aquella frase que el músico Charly García compusiera en el tema “Peperina” refiriéndose al clima de las oficinas: “Subterráneo lugar de rutinaria ideología…”. Alberto primero se había apartado porque se sentía grande para tener disputas propias de adolescentes y porque había sufrido muchas desilusiones de personas que siempre lo tomaban de punto para atacarlo y justificar con ello su posición en el grupo … Más de una vez se preguntó por qué lo elegían a él si no se metía en nada, no provocaba nada, no buscaba nada. Pero alguna vez alguien le dijo que él era más protagonista de lo que él pensaba, que él era un poco responsable de lo que le sucedía y que era hora de empezar a asumir ese rol en la vida. Esa persona le dijo más de una vez que él estaba para ser destinado para ser protagonista y que no debía desperdiciar su oportunidad … Al menos debía intentarlo aunque no lo lograra … Alberto se negaba a aceptar ese lugar pero el tiempo pasaba y él estaba allí, en el medio de todo y sin comprender. Trató de entender lo que pasaba y la situación lo superaba. ¿Por qué Cristina lo atacaría con blasfemias públicamente si aparte de que no había hecho nada no le hablaba ni la saludaba desde hacía tantos años? ¿Qué buscaba que sucediera? ¿Para qué armar una disputa cuando encima estaba embarazada de dos meses y su pareja trabajaba en el mismo lugar? Si al menos lo hubiese acusado de algo que fuera cierto pero atemporal, aunque no fuese su real motivo, lo entendería y hasta hubiese ofrecido sus disculpas, pues mal que mal eso era verdad. Y frente a la verdad, Alberto no efectuaba resistencia alguna … Pero frente a la mentira … Pero Alberto recordó sus propios pensamientos cuando decidió no hablarle más a Cristina. Él estaba seguro de que viviría de por vida con ella encima con sus acosos, sea directamente por intermedio de sus acciones y presencia, o de modo indirecto, a través de sus marionetas que ella fue armando con la “paciencia de la araña” … ¡¡Sí, eso!! Con la paciencia de la araña …Alberto sabía que Cristina esperaría, que se tomaría todo el tiempo necesario para lograr su objetivo, para lograr que su presa se rindiera y le pidiera perdón … Que se sometiera y se convirtiera en una marioneta más que ella manejaría a su total antojo para desecharlo cuando ya no le sirviera más … Alberto se imaginaba una película de terror, de zoombies más precisamente, en la que todos sus compañeros de trabajo se convertían en zoombies que invocaban el nombre de Cristina y el de guerra para dirigirse a él, y que no pararían hasta lograr que se convierta en uno de ellos … Alberto pensaba en eso una y otra vez, se enloquecía pero se sentía impotente al saber que ello indefectiblemente ocurriría. Sólo era cuestión de esperar. Ya lo pudo apreciar el día en el que Alberto tuvo que dar explicaciones “por un crimen que no cometió”, mientras veía cómo sus compañeros de trabajo se reunían con Cristina en una eventual “conferencia de prensa” para escuchar la versión de ella sobre lo que “había sucedido” … No podía creer que gente que él conocía y a la que había ayudado en tantos problemas ahora no lo quisieran escuchar. Alberto sentía que le estaban escupiendo sus manos, las mismas con la que él los había ayudado de tantos problemas … Él se sentía insultado por aquellos a quienes les había dedicado horas de su vida para escuchar sus problemas y darles consejos. Y ahora que él necesitaba que uno, sólo uno de ellos, lo escuchara para decir lo que estaba pasando, que alguien le dijera “¿Necesitas decirme algo, quieres que te escuche?”, nadie se presentaba a su pedido. Ni siquiera esperaba que le dieran la razón, sólo que lo escucharan. Pero todos ya lo habían sentenciado, algunos por “amiguismo”, otros por conveniencia. Se suponía que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Y si bien su jefe lo tomó así y no hizo nada con él pues no había ni media prueba en su contra, los demás, sus compañeros, lo habían sentenciado … por motivos siniestros. Aunque él casi no se moviera de su lugar de trabajo, todos estaban “convencidos” de que estaba molestando a Cristina, de que la estaba acosando, de que estaba intentando retomar aquella relación. ¿Pero quién podría creer que eso podía ser cierto? ¿Quién seriamente podría creer en algo así? Pero claro, el no creer en esa historia implicaría tomar medidas contra ella, que sus propios compañeros dudaran de sus intenciones y de su estado psíquico. Muchas veces se preguntó qué pensaría su pareja si realmente estuviera convencido de esa versión. Él también conocía a Alberto … ¿Acaso no debió haber hablado con él para aclarar las cosas? ¿Acaso él mismo no quedaba mal parado con la versión de Cristina si estaba “seguro” de que Alberto y ella seguían con su historia? De pronto Alberto recordó algo que lo hizo asustar de veras. Tal vez su propia necesidad de mantenerse alejado de todo y de no engancharse con esos juegos peligrosos y psicóticos lo hizo no registrarlo. Unos meses antes él había pasado delante de ella para buscar algo. Pocos segundos después Cristina lo increpó con vehemencia y le dijo que no la empujara más. Alberto no tuvo que pensarlo un instante. Sabía que no debía contestarle, que no debía discutir pues entraría en el juego que ella quería: el del escándalo, el de la discusión pública, el de la ofensa. Aun así, Alberto, para no entrar en ebullición, se permitió decirle algo por lo bajo, sin que lo escuchara nadie, más que ella. Alberto le dijo: “Si sigues así, te denuncio”, y se fue a su lugar de trabajo. Cristina al rato le contestó a los gritos qué quiso decir con “te denuncio”, pero él sólo le hizo un gesto de silencio y siguió trabajando. Sabía que Cristina no la seguiría pues ya muchos comenzaron a observarla y cualquier cosa que hiciera en ese momento la pondría en evidencia, y eso Cristina no quería … Los psicópatas no quieren que la verdad se evidencie públicamente … La manipulación terminaría allí mismo ... Alberto, cuando le dijo eso, pensó directamente en la policía, pero se ve que Cristina no pensó en eso. Ella pensó en que la denunciaría frente a las autoridades del trabajo. Entonces consideró que antes de que él lo hiciera debería actuar ella antes. Un buen día hubo otro cruce en el que Alberto ni siquiera pasó muy cerca de Cristina, pero él notó que ella hizo un freno brusco, como si tuviera que detenerse abruptamente para que Alberto pasara, algo que distaba mucho de ser real. Luego vino lo conocido … Alberto sólo pudo superar la situación con Selena … Temió que todo lo que le estaba sucediendo lo impediría dedicarse de lleno a ella pero nada de eso ocurrió. Al contrario, escribió más, la miró más, le dedicó más tiempo a su recuerdo. Selena pasó a ser no sólo lo más importante de su vida sino lo único que tenía … y encima no estaba entre nosotros … Se refugió más y más en Selena para no pensar en el dolor de la indiferencia, de la calumnia, del señalamiento insidioso y doloroso. En otras circunstancias directamente no lo hubiese tolerado. El estar en primer plano “exiliado” en un lugar como un niño mandado al rincón por hacer una travesura que ni siquiera hizo era demasiado para él. Se sentía vilipendiado y ensuciado, manchada su figura como la de Selena luego de aquel día nefasto … Y encima quienes lo promovían eran los mismos que habían generado eso … Alberto muchas veces pensó qué pensaría Selena si supiera que aquella que la engañó y le quitó todos los sueños estaría hablando pestes de ella, blasfemándola con mentiras, con inventos, con un grado de atrevimiento e hipocresía propios de un psicópata … Una psicópata que subía la apuesta y, con la excusa de hacer nuevas “revelaciones”, decía más mentiras y ensuciaba más a Selena … “Selena se quería escapar a Monterrey “ dijo primero … “Selena se quería escapara a Brasil”, dijo luego entre tantas cosas inconcebibles y sucias … Alberto ni quería recordar cosas peores que dijo la asesina de Selena, ya que le daba vergüenza y asco que una persona dijera que Selena había hecho cosas inverosímiles e insultantes … Pero Alberto sí reparó en una confesión encubierta de esa mujer en su afán de ensuciar a Selena … Cuando dijo que Selena se quería escapar de sus padres para ir a Brasil, le preguntaron con lógica qué tenía que ver eso con el hecho de que le disparara. La asesina se desconcertó, pero en su afán por contestar algo “coherente”, le dijo que era lógico que lo hiciera: “Selena se iba a escapar y nosotros los fans se lo teníamos que impedir. Por eso le disparé … para que no se escapara”, dijo la mujer cuyas palabras tuvieron expectativa en un principio y un descrédito final después, cuando ya se sabía que sus muestras de afecto a Selena no se correspondían ni con sus actos ni con sus declaraciones. Como nunca Alberto se sentía identificado con Selena. Se sentía solo como Selena lo estuvo aquel 31 de marzo de 1995 … Con una asesina dispuesta a todo para no sentirse derrotada en su pelea con el padre de Selena y sin que nadie estuviera cerca para evitar la tragedia ni que se percatara del peligro en el que estaba inmersa …Él estaba allí, siendo calumniado e ignorado, acusado sin razón por aquellos que estaban de maravillas con otra psicópata que, como todas de sus características, con su “simpatía” y “buena conducta” se hacía creíble y considerada. Alberto ni siquiera se podía refugiar en su familia. Su esposa no lo acompañaba en estas cosas. Apenas si podía escuchar una vez lo que pasaba con su vida, pero si se trataba de Selena ni lo oía, como si Selena pudiese ser un monstruo al acecho. Alberto le contó con honestidad lo que le había pasado con Cristina y ella le creyó o quiso creerle … Más bien rogó que nada malo sucediese sin tener que tomar una actitud de precaución. Sin nadie en qué confiar y sin nadie quien quisiera escucharlo en sus penas, se refugió en Selena y se creó un mundo de fantasía a la espera de que alguien se apiadara de él y se hiciera justicia … Sólo justicia … Esa misma justicia que debería no sólo castigar más severamente a la asesina sino que le diera una nueva oportunidad a Selena y la dejara vivir su vida… Pero Alberto supo ese día frente a su jefe que nada de eso sucedería y que sólo le quedaba aguantar y esperar que algún día cambiara las cosas …Pero Alberto no era como su esposa … Él no iba a esperar a que le cayera maná del cielo … Él no iba a ser como los Quintanilla … No iba a confiar sólo en sus propias fuerzas pues él sí sabía lo que haría la psicópata, su psicópata … Sólo pensó en Selena y en lo que había hecho … Y pensó en él y en lo que él no había hecho. También recordó lo que le dijo aquel compañero de trabajo por unos pocos meses … Alberto sintió que Selena era su lugar en el mundo. Había llegado el momento de hacer algo más por ella, y algo más por él. Un día se presentó a su jefe y le dijo que renunciaba, que no podía estar más allí, que no podría tolerar la idea de llegar a ser viejo muriéndose de angustia y de dolor en ese lugar esperando sólo la muerte. Alberto no soportaba la idea de terminar dando lástima en un lugar. Antes prefería una “muerte digna”. Pero en ese momento él no lo sentía necesario. Tenía a Selena. Ya bastante el saber que ella se le escurrió entre las manos a todo el mundo. Alberto se lo dijo con dolor, tal vez con un poco de rencor, pero con sinceridad. Su jefe lo miró, se levantó y le dio un fuerte abrazo. Era lo que Alberto necesitaba en ese momento, lo que necesitaba de mucho tiempo atrás … Y lo dejó irse, en el convencimiento de que, en este caso, era lo mejor para él. Alberto se fue a su casa y fue preparando a su esposa de su decisión. Le dijo que se iría por un tiempo, no sabía por cuánto, pero que necesitaba seguir un camino, un motivo por el qué luchar, un sendero que lo llevara a la felicidad. Su esposa supo que eso tenía que ver con Selena pero no se lo quiso preguntar. Sólo atinó a mirarlo con lástima a los ojos, como buscando que Alberto desistiera de su decisión. Pero él se dio vuelta sin mirarla. Esta vez no caería en esa trampa … Se fue sin nada. Se quiso ir como empezó Selena … Con nada pero con todo para dar. Él ya era grande. No eran las mismas motivaciones ni el mismo objetivo .,. Pero se dijo, como decía siempre Selena, que nada era imposible, que todo se podía lograr. Y rumbeó por un camino que lo llevara a ella. Se fue a Corpus Christi a visitar a Selena en el “gravesite”. Cuando llegó y vio donde estaba y certificó su suerte lloró por horas sin parar, sin querer parar. Pero no se iba a dejar vencer. No iba a permitir que a Selena la matara la indiferencia y la rendición ante el mal de este mundo. Alberto se arrodilló ante el lugar en el que estaba Selena para decirle lo que haría por ella y prometerle que así sería … Nada mejor que prometerle a la persona que más se quiere que va a cumplir con su palabra… Volvió a llorar, esta vez con una sonrisa en la boca y le dijo que volvería cuando todo lo que le prometió lo hubiese cumplido y que sería pronto porque no toleraría jamás dejarla sola … Nunca a Selena, que siempre pidió que la recordaran con Amor y que no la dejaran nunca sola. Alberto empezó a irse del lugar y estuvo varios minutos saludándola, dando unos pasitos y dándose vuelta para saludarla de nuevo. Pero una vez que enfiló el camino de vuelta no volvió a mirar más. Lo haría cuando todo lo que tenía que hacer por Selena lo hubiese hecho. Lo haría sólo para abrazarse a Selena y no dejarla nunca más… Atrás quedaron las locuras, la mediocridad, el conformismo, la infelicidad perenne. Alberto rompió con todas las cadenas, se deshizo de todo lo que lo ataba y sólo se quedó con lo único que lo llevaba a ser como él quería, llevando con orgullo su nombre y sus sueños. Alberto se quedó con Selena. No tenía nada y tenía todo. Alberto no podía ser más feliz. Era tarde pero tenía una vida para vivir. Tenía todo lo que le quedaba por vivir teniendo a Selena como nunca en su corazón… (A veces se aprende del dolor … A veces hay que tomar ciertas decisiones para ser feliz, para encontrarse con uno mismo, sin necesidad de la aprobación de los demás … A veces hay que despojarse de todo para alcanzar un sueño, para hacer lo que a uno realmente le gusta … A veces hay que recorrer un largo y sinuoso camino para llegar a lo que uno realmente quiere, como hizo Selena recorriendo su vida en bus, soñando que iba a ser una gran estrella mirando por la ventana y proponiéndose esa misma noche hacer lo que sea para lograrlo … con Amor … Si uno quiere a Selena debe estar preparado para dar todo a cambio de nada … como ella lo hizo con todos los que supo amar ... Selena dio todo por Amor … Es hora de que nosotros se lo demostremos del mismo modo…) Selena: yo estoy aquí para agradecerte todo lo que has hecho por mí… Te quiere mucho… Sergio Ernesto Rodríguez (Buenos Aires, Argentina)