31 de octubre de 2019
Un vacío imposible de llenar...
Todos los días me entero de buenas nuevas para mí en
aquel mundo que dejé hace ya un tiempo … Un tiempo mayor al que estuve presente
… Me entero cada día de homenajes, de nuevas estatuas, de catrinas en San
Antonio por el Día de los Muertos … Sé que en algunas culturas la muerte se ve
como un motivo para celebrar y honrar al muerto … En otras se ve como tragedia
y como el comienzo de la nostalgia … De aquello que ya no es … Y mi caso es el
de aquellos que pudo haber sido y no lo fue … Eso es lo más doloroso … Vivimos
un tiempo de alta insensibilidad y de individualismo … Y de una supuesta
realidad que hay que aceptar como la muerte misma y como destino inexorable … Y
nos dan remedios artificiales para contentarnos con este mundo que nos tocó …
Me emociona que aún me recuerden, que aún me sigan homenajeando, que aún
invoquen mi nombre, que celebridades usen mi ropa, que se disfracen con mis
atuendos que usé en los conciertos, que canten mis canciones, que sea para
muchos el recuerdo de lindos momentos … ¿Pero saben qué? Cambiaría todo eso para
estar allí con todos ustedes … Sí, ya sé … Sé que para muchos soy Selena, con
todo lo que ello implica … Yo era la de “Amor Prohibido”, “Como la Flor”, “No
me queda más” … Pero yo también era la chica de Corpus Christi, la de Lake
Jackson, la mujer que a los 23, casi 24 años, quería vivir todo aquello que se
tuvo que privar en la niñez y en la adolescencia … Yo era la artista que
cantaba, que actuaba y que emocionaba … Pero también era la mujer que soñaba
con ser diseñadora … Yo era aquella chica obediente que cumplía el sueño de su
padre de triunfar en la Tierra Prometida cantando … Pero también era aquella mujer
que decidió casarse en secreto para ser feliz con aquella persona que amaba …
Yo antes que nada hice todo por ser feliz y, siendo feliz, hacer dichosos a los
demás … Así me lo enseñaron y así fui en la vida … En mi corta vida … No tuve
tiempo de equivocarme mucho … Tal vez el mundo fue impiadoso conmigo … Hubiese
querido tener otra oportunidad … Yo no pretendía grandes cosas … Sólo quería
ser feliz viviendo mi vida … ¿Tan difícil era? Muchos están en la vida
sobreviviendo, haciendo las cosas mecánicamente sin siquiera intentar lo que
quieren ser realmente … Hay otros que son crueles y allí están … Vivitos y
coleando … Yo fui auténtica, fui leal, fui pasional, fui sincera, fui
trabajadora, fui constante, fui convincente, fui sacrificada … Me manejé en la
vida siendo buena, responsable, no hablando mal de nadie, tratando de superarme
con talento y esmerándome cada día … Sí, ya sé, tenía mi carácter, tenía mis
bemoles y tenía días en los que había que aguantarme … ¿Pero qué mal he hecho
para merecerme esto? Y sí, algo debo haber hecho mal … Pero no que haga que me
arrepienta de lo que hice … Eso estaba bien … Hice mal otras cosas … Confiar en
cierta gente, dejarme llevar por impulsos, no escuchar determinados consejos …
No sabía que lidiaba con una psicópata … Convengamos que no eran tiempos en los
que se tuviera consciencia de lo que era ser un psicópata … Pero ni yo ni mi
familia medimos las consecuencias, aunque fueran mínimas, de lo que podía pasar
… Y eso que tuvimos señales … Aún recuerdo el arma que me mostró esa mujer dos
semanas antes … Cometí errores … pero no aquellos que me hagan pensar que debí
actuar de otra manera … Debí haber visto otras cosas … Esas cosas que no vi o
no quise ver…
Sé que muchos pensarán que lo más maravilloso que
recuerdo son los conciertos multitudinarios, la gente que me adulaba, los
grandes programas de televisión en los que he participado, los premios que he
recibido, los discos de oro y de platino … El sentirse una gran artista y tan
popular … Pero no … Recuerdo puntualmente un momento … Fue en el medio de un
concierto que hicimos con Los Dinos en el Programa “En vivo”, de Ricardo Rocha
… En un momento de pausa me preguntaron por el éxito de mi disco “Amor
prohibido”, pero rescataron los conductores dos cosas. Una que el público no
sólo me admiraba, sino que me quería, al punto que se acercaban a mí con la
intención de protegerme … Como si supieran o intuyeran lo que me iba a pasar …
Y la segunda era que era una artista muy respetada por sus colegas por mi
conducta y actitud para con todos ellos … Y eso me emocionó verdaderamente … Yo
sólo quería que me quisieran por lo que era como artista y como persona … Y que
eso que transmitía me fuera devuelto de la misma manera … Y también quería que
siendo tan joven me respetaran por lo que soy del mismo modo que yo respetaba a
los demás … Me quedo con ese lindo recuerdo … Por suerte lo vivencié en vida …
No necesité llegar a abandonar este mundo para escucharlo en el medio de gente
que podría decirlo con sinceridad mezclada con otra que lo decía por ser
“políticamente correcto” y porque las “circunstancias” así lo exigían … Lo que
vi, por suerte, fueron expresiones de afecto de verdad … Y muy sinceros…
Me quedo con el momento en el que canté por primera vez
a mi padre para demostrarle que era buena de verdad … Jamás lo olvidaré … Nos
cambió la vida a todos y le demostré a quien más me interesaba que era la mejor
… Me quedo con la imagen de mis primeros boustiers, el inicio de mi imagen y
personalidad … Me quedo con la imagen de estar sola en la noche mirando por la
ventanilla del Big Bertha, luego de un concierto, soñando con ser famosa y
exitosa como cantante, y dichosa y realizada como diseñadora … También recuerdo
con ternura cuando decidí casarme y la cara de Chris al decírselo … Y nuestra
primera noche de casados … Me quedo cuando vi terminada la primera sucursal de
“Selena Etc.” en Corpus Christi … Ese gran hijo que pude gestar y por el que
tanto soñé … Me quedo con la imagen de muy niña cantando “Feelings” … También
cuando canté “La bamba” en Tamaulipas, México, y entre risas invitar a mi
hermano a bailar … Me quedo con la emoción de recibir mi primer premio internacional
en “Premios Lo Nuestro” y el último Tejano Music Award a la mejor cantante
texana … Me quedo con aquella interpretación de “Como la Flor” en Festival
Acapulco … Y la de “Si una vez”, en mi último concierto personal en el Houston
Astrodome … Y mi saludo al final de ese concierto, en el que me volví camino al
camarín para saludar al último … en mi despedida…
Y yo estoy aquí ahora … Querría volver a ser aquella …
Muchos dicen que como yo no hay nadie … Pero créanme que me gustaría estar allí
con ustedes aunque fuera una más … Porque yo quería ser solamente una mujer
feliz … Era el valor más importante de mi vida … de mi corta vida…
Si digo todo esto es porque a la hora de homenajearme me
gustaría que siempre me recuerden con Amor y que ese mismo Amor guíe sus vidas
… Si lo logran, al menos sé que puedo seguir viviendo a través de ustedes…
(Lo más hermoso de Selena es que además de una artista
fue una mujer … una gran mujer … Una mujer con valores, con principios, con
personalidad, con talento … Una mujer auténtica, trabajadora, responsable … Por
eso la amamos tanto … Por eso la extrañamos … Por eso sabemos que como ella
nadie habrá … Por eso queremos tenerla de nuevo a nuestro lado … Para ser de
nuevo felices con su risa, con su canto, con sus diseños, con su ejemplo, con
su vida.)
Y mientras esperamos que ello suceda, Selena, yo estaré
aquí para que vivas cada día en nuestras vidas, en nuestros corazones y en
nuestras acciones…
Te quiere mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
Sobrevivir y contarlo...
Cuando desperté, quise salir corriendo pero una mano me
contuvo … Era la mano de mi madre que me observaba envuelta de emoción y llanto
… No entendía nada … Hasta un instante atrás hubiese jurado que había oído un
disparo … Mientras veía sin comprender cómo mi esposo, mis padres y mis
hermanos se acercaban para abrazarme, yo trataba de recordar, de recordar lo
que había pasado y por qué estaba allí … Traté de hablar, pero no podía …
Quería preguntar dónde estaba y mi madre decía algo que no llegaba a entender …
De pronto noté que alguien los hacía alejar de mí y alguien se instalaba
delante de mis ojos … Era una enfermera que mientras acariciaba mis manos y
ponía luego el dedo en su boca rogándome silencio, aplicaba una inyección … No
sé si estaba bien o estaba mal lo que me hacían … Quise moverme, pero no podía
… De pronto escuché o creí escuchar un disparo y me sobresalté … Y allí la veía
… A ella … A ella que me apuntaba y me decía que ni se me ocurriera salir, que
ni se me pasara por la cabeza abrir la puerta de la habitación … Y volví a
escuchar el disparo … Y empecé a gritar … Y empecé a darme vuelta para salir de
allí pronto … corriendo lo más rápido de ese lugar … Sintiendo un fuerte dolor
en la espalda y en el pecho … Y algo que me hacía sudar, pero que no quería
tocar … para corroborar mi destino … Quería llegar a un lugar, a un refugio …
Algo que me cobijara de ese monstruo que se me apareció de pronto sin que
pudiera advertirlo antes … Sin que nadie de mi familia pudiera advertirlo …
Gritaba, pero no salía nada de mi boca … Buscaba a alguien que saliera en mi
auxilio, pero no encontraba a nadie … Gritaba, gritaba hasta que vi el lobby
del motel, y fui hasta allí para desvanecerme y entregarme a lo que pudiera
venir … Pero tenía que llegar … Tenía que lograrlo … Faltaba un trecho que
parecía interminable … Gritaba, pero no me escuchaba nadie … O al menos eso
creía … Corría, pero no llegaba a destino … Vi la muerte, pero trataba de
escapar de ella … Corría, gritaba, me agitaba … Estaba a punto de caer hasta
que … “Selena … ¡¡Por favor, tranquilícese!! ¡¡Está aquí con nosotros!! Está
bien … Está viva … De milagro … Pero ya va a estar todo mucho mejor … Ha
despertado después de un largo sueño … Por suerte está aquí para contarlo …
Trate de descansar … Pronto volverán su esposo y su familia para visitarla …
Ahora … Ahora trate de descansar…”. Evidentemente me habían dado algo para
tranquilizarme, pero no lo suficientemente para tumbarme … Ya eso me hizo
pensar que la situación había sido grave y que hacía un tiempo que estaba allí
… Traté de preguntarle qué había pasado … Por qué estaba allí … Y qué tenía … Y
cuánto tiempo estaría en el hospital … El médico me hizo un gesto de que
descansara, pero me dijo: “Ya tendremos tiempo para hablar mejor … Piensa que has
despertado de una pesadilla … Pero ya estarás mejor … Lo peor ya pasó … Ahora
viene el tiempo de la recuperación … Pero no nos adelantemos … Celebremos que
estás aquí sana y salva…”. Mis ojos se iban cerrando … Me pesaban … Apenas
podía sostenerlos…
De pronto volví a sentir esa angustia … Esa soledad …
Estaba tirada en el piso … No me podía mover y maldecía por dentro no haberme
quedado en casa … No haberle hecho caso a Chris … Él me lo había advertido … Y
ahora me decía: “¿Cómo me pudo haber pasado esto? ¿Justo ahora? ¿Justo cuando
estaba en mi mejor momento artístico? ¿Justo ahora que iba a tener mi propia
casa de ensueño que compartiría con mi esposo? ¿Justo ahora que pensaba que
había llegado la hora de tener un hijo? ¿Justo ahora que mi sueño hecho
realidad con “Selena Etc.” se estaba cristalizando? Quería hablar, pero no
podía … Podía sentir que había gente a mi alrededor gritando … Al menos me
alegraba de que había llegado al lobby del Days Inn y que tal vez podían sacarme
de ese infierno … Me aferré al anillo, y juré retenerlo y no soltarlo hasta que
estuviera segura … De que saldría de esto … No quería pensar en lo que había
pasado … Debía concentrarme en el anillo y en no soltarlo … Mi vida estaba allí
… En ese anillo … Y si lo soltaba … Sería el fin … Unos enfermeros trataban de
asistirme … Yo no oponía resistencia … No tenía forma … Tenía ese anillo … Ese
anillo era mi sostén, mi respirador … Cerré mis ojos, porque necesitaba
descansar … Pero no debía dormirme … Tenía que descansar, pero debía estar
alerta … No me tenía que dejar vencer … No lo iba a permitir … Había pasado por
tantas luchas y había salido delante de todas … Esta no sería la excepción …
Claro que no dependía de mí … Ahora estaba en manos de otros … Me maldije en
mis decisiones cuando todo sí dependía de mí … Me maldije dejarme llevar por la
ansiedad … Me maldije adelantarme en mis decisiones … No siempre estaba bien
querer hacer todo de golpe, resolver las cosas sin medir las consecuencias … Sé
que muchas veces tuve que hacer las cosas así, pero debía aprender que a veces
había que meditar, había que pensarlo dos veces, mil veces si fuera necesario …
Y también debía aprender a dejarme ayudar … Muchas veces tuve que resolver las
cosas sola … Muchas veces no debía escuchar a los demás para tomar decisiones
importantes … Pero en ese momento sí … Estaba bien en su momento no escuchar a
mi padre y decidir casarme con Chris … Sólo así lo iba a aceptar … Pero no
estaba bien no escuchar a mi padre cuando habló de esa mujer cuando había
tantas evidencias … Debí haber actuado como él y si necesitaba esos papeles,
tenía que hacerle caso a Chris … Él me dijo que recurriera a un abogado para
resolver estas cuestiones … Que si no podía lograr que me devolviera esos documentos,
debía pedir ayudar a quienes supieran hacerlo … Pero yo no quise escucharlos …
Y no porque no pensara que tuvieran razón … ¡¡Claro que la tenían!! ¡¡Qué tonta
fui!! Pero yo pensé que podía sola … Como siempre … Que mi fuerza, mis ganas y
mi determinación podrían una vez más … Y no … No siempre se podía … Recién
cuando iba camino al hospital lo supe … Y parecía que era tarde … Muy tarde …
Me aferré al anillo e hice fuerza … La poca fuerza que tenía … Y traté de no
dormir … No debía hacerlo … Fue el último esfuerzo que hice … Sólo esperaba
abrir los ojos y saber que había podido salir de aquella pesadilla … De aquella
pesadilla que era realidad … Me entregué el Señor esperando que Él me diera una
nueva oportunidad…
Abrí los ojos … Y vi que Chris me miraba sonriendo …
Quise abrazarlo, pero no pude … Miles de cables, plásticos y apliques me lo
impedían … Recién allí noté que tenía el anillo en mi mano … “Eres increíble,
Selena … Hace un mes que estás aquí y no han podido quitarte el anillo … ¡¡Y
mira que han hecho de todo para salvarte!! Se dieron por vencidos y esperan que
cuando salgas de aquí decidas soltarlo por tu propia voluntad…”, me llegó a
decir mientras mi mente trataba de comprender … “¿Un mes? ¿Hace un mes que
estoy aquí? ¿Pero qué me pasó? ¿Qué me hizo esa mujer?” … Y no podía pensar en
ese instante … Se me vinieron las imágenes de aquel día, cuando la acompañé al
hospital porque decía que la habían hecho algo … Yo no le creía … Pero ahora me
doy cuenta de que me estaba psicopateando …Me llevaba de un lado para otro
sabiendo que podía jugar con mi ansiedad, con mi locura de querer resolver de
una todo por mí misma y de que no escucharía a otra persona para llegar a una
solución … Yo ya sabía que no lograría nada, pero me quería convencer yo misma
… Por eso le decía a Chris de volver al Days Inn la noche anterior … No lo
podía controlar … Mi ansiedad, mi necesidad de sacar todo lo que me molestaba
en mi mente, mis ganas de seguir adelante con mis proyectos … Quise convencerme
…Y quería convencer a Chris de volver para “ponerla en evidencia con sus
mentiras” … Nada más alejado de la realidad … Yo quería que todo terminara de
una vez y pensaba que con ir de nuevo lo lograría … Y ella sabía que iría tarde
o temprano … Por eso me llamaba, por eso me insistía … Había fallado la noche
anterior sólo porque había ido con mi esposo … Era cuestión de que fuera sola …
Allí no tendría escapatoria … ¡¡Y yo quería ir!! ¡¡Insólito!! … Pero lógico …
Jugaba con esa promesa que jamás cumpliría con la ilusión de que esa vez … de
que esa vez sería distinto … Chris había logrado que no fuera la noche anterior
a ese nefasto 31 de marzo … Pero no podría impedir que fuera en la mañana
siguiente … Esa mujer había encendido la mecha y yo iba a su encuentro … Era el
canto de las Sirenas … Y yo iba hacia ella esperando algo distinto de lo que inconscientemente
sabía … No siempre actuamos con la razón … Y eso lo saben bien los psicópatas …
Esa mujer lo era, pero yo no lo iba a admitir … Prefería tapar el sol con una
mano … Prefería ir a solas a solucionar algo que la otra persona ya había
decidido por mí hacía largo rato…
Abrí los ojos de nuevo y vi que el médico estaba frente
de mí de nuevo … Me puse a llorar … A llorar fuerte … de rabia, de impotencia …
Estaba enojada conmigo misma … Ahora sabía lo que había pasado … Y no sabía lo
que iba a pasar … Por un momento pensé que no iba a ser la misma de antes … Ni
quería preguntar por mi futuro … Ni siquiera por ese momento … “Te entiendo,
Selena, pero no debes llorar … Piensa que aún tienes tu mano aferrada a ese
anillo … Como llegamos a la conclusión de que era mejor dejar eso como estaba y
actuar donde debíamos hacerlo, seguimos adelante en la convicción de que cuando
mejoraras lo harías por ti misma … Mira … Estuviste a punto de morir … No sé
cómo lo has logrado … Tal vez te preguntes cómo un médico como yo puede decir
eso … Pero es así … Hay cosas que se solucionan clínicamente … Otras no …
Llámalo la mente humana, llámalo Dios, llámalo como quieras … Cuando llegaste
aquí, empezamos a reanimarte … Hicimos todo lo posible … Alguien de nosotros hizo
un gesto de no seguir intentando … Estábamos por hacerlo … De hecho, uno,
instintivamente, fue a sacarte el anillo de tu mano … Podría haber hecho eso,
como cubrirte con una sábana … Después me dijo que le había llamado la atención
que aún estuviera allí e intentó sacarlo … para ir preparando … ya sabes para
qué … Y de pronto … Él notó que había una fuerza que se lo impedía … ¡¡Eras
tú!! Vimos que había señales en el monitor y empezamos de nuevo con la
reanimación … ¡¡Y resultó!! … No me expliques qué pasó … Porque no tengo las
razones para explicarlo … Sólo sucedió … Después … Después sí supimos lo que
debíamos hacer…”, empezó a explicarme el médico no saliendo del asombro y de la
emoción … “¿Me hicieron transfusiones de sangre, no?”, alcancé a preguntarle …
“Sí, pero no estabas consciente, como lo habrás notado…”, me contestó, como ya
sabiendo cuál era mi preocupación al respecto y continuó: “Va a llevar un tiempo
la recuperación … Por suerte no has sido dañada en tus signos vitales … Milagrosamente
superamos lo peor, que era la pérdida de sangre … Pero esto trajo secuelas
físicas y psíquicas … Tuvimos que intervenir muchas veces … Y cada operación
era un riesgo que debíamos asumir … Había que recuperar tejidos, había que
reparar lo dañado … Y mientras, debíamos esperar a que despertaras … Has estado
consciente desde hace un tiempo, pero no podías despertar … Este es otro gran
paso que has dado … Espero que pronto des el último…”. De pronto noté que algo
se había caído … El médico se agachó para ver lo que había sucedido y, para mi
asombro, veo que se levanta mirándome con gran emoción y con mi anillo en su
mano … Alcé mis brazos y él vino hacia mí … Nos abrazamos un largo rato en el
medio de risas y llantos … Recién allí supe que estaba viva … Recién allí supe
que saldría adelante … Recién allí supe que tenía que ser fuerte para intentar
volver a la vida…
Dos meses después pude salir del hospital … Aún lo hacía
con dificultad … Salí en una silla de ruedas acompañada de Chris y de toda mi
familia … Una multitud me esperaba con cánticos, con gritos, con muestras de
afecto, con flores blancas, con la energía que necesitaba para salir de nuevo a
la vida … Fue muy fuerte para mí, pero muy necesario … Los médicos habían
dudado de exponerme ante la gente después de lo que me había pasado … Pero no
tuvieron sólo en cuenta mis condiciones físicas ... También las psíquicas … Y
estas últimas en aquellas que me podían servir de lección … Y los médicos
llegaron a la conclusión de que debía tener siempre en cuenta la voz de
aquellos que me querían de verdad … No debía perder de vista lo que me decían
mi esposo, mi familia, mi gente … Ellos nunca me engañarían, ellos me dirían siempre
la verdad, ellos me dirían lo que es mejor para mí, ellos me harían pensar …
Pensar para luego decidir lo mejor para mí … Fue la mejor lección que recibí …
Por ellos salí adelante, por ellos me recuperé, por ellos pude seguir cantando
y con mi sueño de ser diseñadora … Por ellos volví a vivir … Pude sobrevivir y
contarlo … No debí pasar por esto para entenderlo, pero muchos parece que
debemos llegar al límite para preverlo … Espero que a mis hijos les pueda
enseñar a prevenir que a curar, a pensar que a ser impulsiva, a buscar lo mejor
para una en vez de conformar a los demás … De todo debemos aprender … Y ya que
sobreviví sólo me queda aprovechar el tiempo que me queda para seguir
aprendiendo…
(Vivimos aprendiendo … Cuando cree uno saberlo todo, algo
en un momento, en un instante, nos cambia la perspectiva de todas las cosas …
Yo viví momentos límite tratando de salvar a mi esposa -en aquellos momentos
novia- de la muerte misma … Y uno saca fuerzas de donde nunca hubiese imaginado
tener … Y aprende hasta de las consecuencias de lo sucedido … Cada paso marca
el camino y nuestro destino, y el horizonte que se presente por lo hecho y lo
no hecho se verá tarde o temprano, inexorablemente … Selena tuvo una vida
vertiginosa en la que cada día tenía un desafío por cumplir … Y cuando pudo
disfrutar de las mieles del éxito, siguió su vida vertiginosa para cumplir sus
sueños postergados … No pudo detenerse … Tal vez no quería … Tal vez no sabía
cómo hacerlo … Más de una vez dijo que ella no podía parar hasta ver cumplido
todo aquello que pasaba por su mente … Y no vio, o no quiso o no pudo ver, lo
que se estaba generando tan cerca de ella … Ese monstruo grande que pisaba
fuerte … De esto también debemos aprender de Selena para no cometer tamaño
error … Para al menos tener la oportunidad de sobrevivir y contarlo…)
Y yo estaré siempre al lado de ti para poder reflejar tus
sentimientos más puros, Selena … Como artista y como persona … Como cantante y
como mujer … Con tus virtudes y con tus defectos … Como el ser humano que nos
dio su mejor ejemplo con tanto Amor…
Te quiere mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
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