31 de diciembre de 2014
¿Qué haría si estuvieras aquí, Selena?
“¿Y si fuera Selena? ¿Te acuerdas cuando te decía qué
harías si Selena estuviera aquí?”, le dijo María Belén a Pablo y éste se quedó
un largo rato mirándola sin poder decir nada, sin siquiera poderle explicar
algo, sin animarse a ensayar una mínima excusa viendo la mirada de su compañera
de trabajo. Pablo se quedó mirando el piso, y en el medio de la fiesta y del
griterío de la gente se fue a la terraza del hotel. Se sentía ahogado,
angustiado, culpable ... Fue caminando despacio en el medio de parejas que se
besaban, de gente que aprovechaba la oscuridad para ventilar secretos de otros
que estaban allí abajo, de personas que iniciaban un excitante amor clandestino
en el medio de esa fiesta organizada por él mismo y por las autoridades de la
empresa en la que trabajaba, de esa fiesta hipócrita, de esa alegría inventada,
falsa, forzada. Pablo llegó a una de las barandas que contenía la terraza del
vacío y miró las estrellas. Quería buscar la paz que ya no tenía, quería
recuperar su vida, quería encontrar su ser, quería buscar aquello que tanto lo
alegraba ... Pablo quería volver a ser una persona común a la que no le
importaba ser alguien en una empresa llena de mentirosos que vivían todo el año
matándose por un bendito puesto jerárquico que les diera estatus, prestigio y
dinero que les posibilitara irse a donde quisieran, obtener bienes para sus
cónyuges y para sus hijos, aun sabiendo de que ni con eso le garantizarían
jamás ni la felicidad, ni la alegría ni la paz, pero que seguro lograrían las
úlceras, las peleas, el estrés y el malhumor que nadie curarían. Eso sí, para
liberar las tensiones de todo el año, él y la empresa les organizaba a los
personajes de circo que les aseguraban pingües ganancias anuales una fiestita
para actuar como si todos fueran grandes amigos, como si todos constituyeran un
gran equipo de trabajo que con su ingenio, talento, capacidad, sacrificio y
trabajo lograban lo que eran en ese momento ... “¡¡Hipócritas, mentirosos,
falsos, vagos, atorrantes, malvivientes!! ¡¡Eso es lo que son!!”, se lamentaba
Pablo. Pero ahora se sentía tan miserable como ellos, porque a pesar de ello y
a pesar de él, había elegido ese camino, ese camino nefasto que lo había
transformado en un ser que no era él, una persona tan lejos de lo que supo ser
y demostrar ... En esos últimos años vivió en la mentira y cuando creyó que
podría vivir sin recordarlo ni sentirlo, apareció María Belén para hacerle esa
bendita pregunta, para revivir aquello que no quería ver más, para no tener que
ver su cara en el espejo cada día y notar en lo que se había transformado ...
Esa cara de María Belén ... Esa pregunta ... Eran otros tiempos ... Él era otra
persona. Siempre se jactaba de no ir jamás a una fiesta de fin de año de la
empresa porque se sentía que no podía ser partícipe de algo tan mentiroso y tan
alejado de su imagen real. “¿Para qué quieres que vaya, María Belén? ¿Para ver
la sonrisa de plástico de gente que te desprecia? ¿Para que te saquen fotos, te
filmen y después en el ‘video institucional’ pongan a la gente ‘cool’ de
siempre, que son los que se codean con el personal jerárquico todos los días? ¡¡No,
nena!! ¡¡Déjame tranquilo!! Yo soy un tipo de trabajo. Dame lo que tengo que
hacer que te lo hago. Pero no me hagas ser cómplice de esta gente. ¡¡No me
hagas ser lo que no soy!! Bastante que me los tengo que bancar todo el año. Yo
soy feliz con mi familia lejos de todo. Sé que es la única que verdaderamente
me quiere. Éstos sólo quieren la plata y sus sillones cómodos en los despachos de
sus lindas y cómodas oficinas. Eso sí, oficinas cuyos escritorios están llenos
de fotos de sus hijos y de sus cónyuges. De gente a la que sólo ven en fotos,
de gente a la que nunca le darán felicidad y ellos tampoco se la pedirán...”,
le decía hace tiempo Pablo a su compañera de trabajo que lo miraba extrañada,
como a un bicho raro que no sabía de dónde lo habían sacado. Pero María Belén
le había encontrado su parte sensible, su parte no irónica ni llena de rencor y
de fastidio por este mundo. Y la encontró con una sola pregunta: “¿Y si fuera
Selena?”. Ella sabía cómo admiraba y quería a Selena. “¡¡Por supuesto que en
ese caso iría!! ¡¡Por Selena todo, me entiendes, todo!!”. María Belén se reía y
le decía: “No sé cómo acepta tu esposa que quieras tanto a Selena. Sabes que
eso es una competencia para cualquier mujer, por más que sea inalcanzable...”.
“Pero tú no entiendes, amiga. Selena es otra cosa. Selena no es una simple
mujer. Selena es distinta. Selena es mi ejemplo, es mi camino, es mi hermana,
es mi madre, es mi hija ... No, María Belén ... Selena va por otro carril ...
Su sonrisa, su manera de ver las cosas, su carrera, su triunfo es mi alegría. Selena
es una simple chica que con trabajo y honestidad quiere llegar a su meta de
logros y felicidad ... Y su triunfo es también mi triunfo. Sé que con ella todo
es posible. Si Selena puede, sé que yo también podré...”, le decía con sumo
entusiasmo Pablo a la asombrada María Belén. “No dudes de que si esta empresa
la llegara a traer a una fiesta yo iría, porque sabría que ella la
transformaría en otra cosa ... Selena de ese lugar haría algo mágico, algo
asombroso, algo entrañable. No tengo duda de que sacaría lo mejor de nosotros y
sé que nada volvería a ser lo mismo después de ella. Y ahí seríamos nosotros
mismos llenos de su magia y ésta sería una empresa mucho mejor”, le decía
Pablo, que se sentía un pastor evangélico hablando tanto de Selena y aun sabiéndolo
no le importaba que se viera de ese modo. Sólo le importaba ser feliz. Sólo le
importaba ser feliz con Selena...
Hasta que llegó ese nefasto 31 de marzo ... Pablo recibió
la noticia en su trabajo. Iba a almorzar y escuchó por ahí que algo había pasado
con Selena, que estaba en el hospital, que la habían baleado, que estaba grave
... Vio a mucha gente llorar, vio a niños gritando, vio a gente corriendo para
diferentes lados. Él mismo dio vueltas en círculo sin saber qué hacer ... Cuando
pudo reacomodarse, Pablo volvió a su trabajo. María Belén se le quiso acercar
pero él se excusó. Tomó sus papeles y trabajó como un autómata, sin decir
palabra, sin mostrar gesto ni sentimiento alguno ... Por ahí escuchó el
desenlace, pero a él ya no le importaba ... Eso ya lo sabía desde el momento en
el que escuchó que “algo” le había pasado a Selena ... Pablo siguió como si
nada por días, por semanas, por meses ... Cuando ya su esposa había comenzado a
desesperarse, cuando muchos compañeros de su trabajo murmuraban sobre él con
malicia, cuando sus amigos lo veían con preocupación, un día Pablo se levantó
con una sonrisa y emprendió su camino al trabajo con otro talante ... Se lo
veía seguro, avasallante, ambicioso ... Pero su sonrisa ya no era la misma. Sus
pensamientos eran otros. Su accionar también ... Comenzó a trabajar menos pero
a mostrarse más prolijo, más elegante, más “inteligente”. Empezó a visitar a
jerárquicos de la empresa con su nueva sonrisa de plástico para ofrecerle
proyectos, ideas, bocetos que lo llevaran a un progreso general y personal. Se
distanció de sus viejos compañeros y de sus amigos de siempre. Ahora se hacía
acompañar por gente importante que le palmeaba la espalda y lo invitaba a
innumerables fiestas a las que él asistía con gusto ... A esas fiestas que él
tanto detestaba ... Su familia cambió de estatus, de bienes, de relaciones.
Pablo recorrió el mundo y gozó de todos los placeres, incluso de los prohibidos
... Pablo no dejó de sonreír aunque su sonrisa no fuera la misma, aunque la
gente que lo rodeaba no fuera la misma, aunque su vida no fuera la misma ...
Pablo progresó, avanzó, ganó, aplastó, vapuleó sin mirar atrás, sin querer
nunca saber el camino que estaba transitando ... Pablo creyó que ese pasado nunca
se presentaría porque él nunca lo miraría ni lo buscaría ... Pero la verdad y
la realidad siempre se presentan en el momento menos indicado y de la forma más
impensada ... Esa pregunta, esa maldita pregunta de María Belén le hizo ver lo
miserable que era, el monstruoso ser en el que se había transformado para poder
seguir viviendo...
Pablo miró la calle desde el piso de la terraza. Se lo
veía tan lejano por su pequeñez, y por esas risas histéricas y tontas que se
escuchaban por doquier. No lo soportó más y salió de inmediato del lugar.
Corrió por las escaleras sin parar. Escuchaba que muchos de sus “nuevos amigos”
querían detenerlo para que animara la fiesta “tan encantadora” que había
organizado, pero él ni los registró. Cuando llegó a la calle pudo sentir el
aire puro, ese aire puro que hacía tiempo no respiraba, y siguió corriendo sin
parar hasta que estuvo bien lejos de allí, hasta que divisó un puente solitario
que dejaba traslucir en su fondo las aguas tranquilas de un pequeño lago en el
que se reflejaba la luz de una enorme luna ... Pablo sintió que hacía años que
no veía, ni sentía, ni respiraba algo tan transparente como aquello. Se detuvo
en una de las pequeñas barandas y miró un largo tiempo hacia arriba buscando
algo en las estrellas. No se preguntó qué estaba buscando hasta que se dio
cuenta de que estaba buscando a Selena ... No quiso mirar más y comenzó a
observar las tranquilas aguas del lago. Después de un largo tiempo miró su cara
y empezó a ver en lo que se había transformado. Miró de nuevo las estrellas y
volvió a ver su cara relejada en el agua y se largó a llorar por unos largos
minutos que para Pablo fueron horas. Lloró por todo ese tiempo en el que quiso
negar la partida de Selena ... En el quiso negar que se sentía derrotado por
esos mismos miserables psicópatas de siempre que le habían quitado la vida, las
ganas y la alegría a Selena ... De pronto Pablo detuvo su llanto cuando escuchó
algo familiar que salía del hotel ... Las ironías de la vida ... Estaban
pasando el tema “Como la flor”, pero sonaba tan distinto, tan atemporal, tan
lejos de esa esencia con la que lo solía cantar Selena con esas voces beodas
que ni entendían lo que les estaba pasando ... Allí Pablo entendió qué tan
distinto era lo que le generaba alegría de aquellos que ni sabían lo que era la
felicidad ... Estaba por emprender con furia contra todos esos tontos que según
Pablo estaban parodiando burdamente a su Selena hasta que una niña lo detuvo
... “No vayas hacia allí ... Selena no querría que fueras a arruinar uno de sus
temas por odio ... Déjalos ... No saben lo que hacen...”. Pablo le preguntó
quién era y por qué estaba allí a esas altas horas de la noche. La niña le dijo
mientras se sacaba una cadenita: “Me llamo Selena ... Sí, como nuestra Selena
... Mis padres me lo pusieron por ella hace unos años. Pero ellos ya no están
aquí ... como Selena ... Tal vez ellos no pudieron superar lo que le pasó ...
Digamos que fue un terrible accidente de tránsito ... Mis abuelos me dejaron
esta cadenita ... Era de mi madre ... Pensaron que era lo mejor que me podían
dar de ella y que con esta cadenita Selena siempre me protegería ... Y créeme
que no me fue tan mal en este tiempo ... Pero yo ya no la necesito ... Sé cuál es
mi camino ... Y es el de Selena ... Tómala tú ... Sé que la necesitas más que
yo en este momento...”. Pablo iba a rechazarla. No podía aceptar lo que le daba
esa niña, una cadenita con la cara de Selena y una leyenda que decía: “Nada es
imposible. Es cuestión de proponérselo. Selena”. Pero la niña tomó la mano de
Pablo, puso en ella la cadenita y le dijo: “Yo sé que me la devolverás. El día
que encuentres a Selena. En ese lugar que pronto vamos a encontrar...”. Pablo
tomó la cadenita y abrazó fuertemente a la niña. Juntos lloraron en silencio ...
Nunca Pablo sintió tanta paz como en ese momento ... Le estaba por decir que la
iba a llevar a donde estuviera viviendo en ese momento, pero un grito lo
estremeció. Un grito que lo buscaba, un grito que era distinto de aquellos
ensordecedores de esa gente sin ningún acto más que hacer el ridículo ... Era
María Belén que lo estaba buscando ... “¡¡Aquí estoy, aquí estoy!!”, alcanzó a
gritar Pablo e hizo un gesto alzando sus manos para que ella lo pudiera ver. “¡¡Ven
aquí!! ... Estoy con Selena ... Estoy con una niña que...”, dijo Pablo todo
entusiasmado hasta que vio que la niña no estaba más con él. Miró a un lado,
miró a otro, miró la cadenita con la cara de Selena, miró que se acercaba María
Belén y Pablo sólo sonrió. Ella se acercó con gran preocupación: “Disculpa,
Pablo, por lo de recién ... No fue mi intención herirte ... Es que no pude
evitarlo ... Es que has estado tan distante y te he visto tan distinto en este
tiempo ... Perdóname ... ¿Pero qué dijiste antes? ¿Qué viste a quién?”. Pablo
puso el dedo en sus labios y le dijo: “El que se tiene que disculpar soy yo,
amiga. Tú fuiste la única persona que se preocupó verdaderamente por mí en este
tiempo ... ¿Sabes? Vino una niña y me regaló una cadenita ... Pero ahora sólo
quiero que me acompañes...”. “¿A dónde? ¿A la fiesta?”, le preguntó sin
entender María Belén. “¡¡No, por favor!! ¡¡No voy a volver a ver más a esos
impresentables!! Quiero que me acompañes para olvidar esta farsa y para buscar
a alguien a quien pronto vamos a encontrar...”, le dijo con alegría sugerente
Pablo ... Ella se le quedó mirando con un gesto de expectativa exultante ... “¡¡Vamos
a buscar a Selena, María Belén!! Vamos a retomar el camino perdido ... ¡¡Vamos
a ir a su fiesta!! Esta vez no te voy a fallar ... ¡¡Vamos a buscar a la niña
que me dio esta cadenita!!”, le dijo Pablo y adelantó su brazo. María Belén
hizo lo propio y se fueron del brazo a las carcajadas ... Esas carcajadas que
sólo propinaba Selena ... Y ahora las expresaban ellos ... Pablo supo desde ese
mismo momento que había encontrado lo que tanto buscaba ... Ahora sabía el rumbo
que debía seguir, con quién debía hacerlo y con quién se encontraría al final
del camino ... Sólo era cuestión de tiempo ... Sólo era cuestión de voluntad
... Sólo era cuestión de creer ... Sólo era seguir el Sendero de Amor que les
había dejado Selena para ser felices en este mundo tan desdichado que la había
abandonado...
(Hay un instante, un momento, una circunstancia en la que
la vida nos pone a prueba, nos pone en la disyuntiva de qué hacer, de qué
actitud tomar cuando no hay alternativa ni esperanza ... Es en ese momento en
el que sale nuestro verdadero ser, lo que realmente somos, que nos hace mirar
en un espejo y decidir si queremos ser más de lo mismo en un mundo sin retorno
o queremos ser alguien que se propone ser feliz y hacer feliz con trabajo,
Amor, honestidad, comprensión ... La vida nos pone al menos una vez en esa
situación límite ... Y allí sabremos quiénes somos realmente, para qué estamos
en este mundo y cuál es el camino que queremos tomar para dejárselo a nuestros
hijos y a las generaciones que nos siguen ... Sería bueno que en ese instante
todos tomáramos ese camino tan difícil pero tan noble que nos dejó Selena ...
Eso haría que no la olvidáramos nunca ... Eso haría que fuéramos eternamente
felices.)
Yo ya elegí mi camino, Selena ... Y ese camino es el que
tú iniciaste y transitaste con Amor, con tu Amor...
Por siempre, Selena, en mi corazón...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
Es tan fácil, es tan difícil, Selena...
Es muy fácil, si uno se lo propone. Es muy difícil
llevarlo a cabo. Es tan lindo cuando uno se deshace de los prejuicios, de los
odios ajenos, de los miedos propios, del contexto, de las alegrías y de las
tristezas ajenas ... ¿Qué quiere uno en la vida?: ¿ser exitoso o ser feliz? ¿Se
puede lograr ambas cosas? ¿Y si tuviéramos que elegir? ¿Cuándo uno decide convencido
por un camino, sin importar los obstáculos, los vaivenes, los aciertos, los
fracasos? ¿Cuándo uno decide conformarse por miedo a dar ese paso, ese paso que
nos lleve a la plenitud? ¿Sabemos lo que queremos? ¿Nos gusta lo que hacemos?
¿Cuánto daríamos por un ideal? ¿Hasta dónde llegaríamos por dar lo que sea por
los demás? ¿Qué haríamos si se nos viene un alud y estuviéramos solo nosotros y
nuestros afectos? ¿Trataríamos de salvarnos nosotros o primero salvaríamos a
los demás? ... Es muy fácil llorar por Selena, Es muy fácil conmoverse por su
historia, por lo que nos dio, por lo que nos dejó ... Pero es muy difícil poner
en práctica ese camino de verdad, de honestidad, de talento, de sinceridad, de
bondad que nos dejó ... ¿Estaríamos dispuestos a seguir un ideal aun dejando
todo en el camino? ¿Postergaríamos nuestras vocaciones por lograr primero el
bien común? ¿Tendríamos fuerzas si en algún momento de nuestras vidas perdemos
todo? ... ¿Nos levantaríamos al otro día redoblando nuestras fuerzas para
recuperar lo perdido y lograr aquello que se buscó desde un principio? ... ¿Intentaríamos
una y otra vez lograr el objetivo con los mismos ideales, por el mismo camino,
con las mismas convicciones? ¿Dejaríamos la comodidad de lo que se tiene para
lograr cumplir los sueños, el motivo de nuestras vidas que nos hace felices?
¿Dejaríamos de lado etapas fundamentales de nuestras vidas para lograr aquel
fin que nos haga plenos para después sí vivir aquello que no se pudo vivir en
su momento? Es muy difícil que lo hagamos ... Es muy fácil si lo buscamos. Es
sencillo si estamos convencidos. La vida y la humanidad nos pone muchos
obstáculos, pero nada lo impide si nosotros deseamos, si nosotros queremos
arriesgar, si nosotros queremos ser felices, si nosotros queremos llegar a ser
alguien con sacrificio, con sinceridad, con Amor, sin herir, sin perjudicar,
sin enojos, sin esa insana competencia que nos dice que para lograr lo que uno
se propone hay que ganarle a otro, hay que dejarlo de lado, hay que vencerlo,
hay que perjudicarlo. El mundo nos hizo creer que la vida era así, que el
sacrificio consistía en esa insana visión, que las buenas intenciones sólo
quedan en los grandes libros, en los grandes ideales, puertas adentro, en
familia, pero que nunca se ponen en juego cuando debemos interactuar con el
mundo, cuando debemos buscar nuestro lugar, cuando buscamos ser felices ... Y
más de una vez nos hicieron ver que poner en práctica aquello que nos enseñaban
ese camino era una quimera ... Recuerdo más de una vez que mi madre miraba con
preocupación mi actitud ante la vida. Le decía a mi padre: “Pobre, va a sufrir
mucho en la vida...”. Y lo decía al ver que aquellos principios que me enseñó
yo me los había tomado en serio y los ponía en práctica ... A mi madre le
preocupaba que dijera siempre la verdad, a mi madre le preocupaba que dijera
desde niño que había que tener mucha disciplina en la vida para llegar a ser
alguien, a mi madre le preocupaba que fuera “tan honesto”, “tan responsable”,
que me mostrara en la vida tal cual era ... A mi madre le preocupaba que yo
pusiera en práctica aquellos valores que me enseñó, que eran los mismos que le
enseñó su padre, pero que la realidad de su vida, la muerte temprana de mi
abuelo, la necesidad, y una madre y unas hermanas que se mofaban, como el mundo
de entonces, de aquellos valores, hacían que quedaran esos valores en hermosas
palabras sin sinsentido, sin futuro, sin perspectiva. Mi madre tuvo que
guardarse esos ideales para trasmitirlos a sus hijos cuando vinieran tiempos
mejores, pero mientras tanto ... mientras tanto había que callarse y aceptar
esa realidad, la realidad familiar sin su padre ... mi abuelo que ni en el peor
momento de su agonía resignó sus convicciones y su palabra ... Esa realidad que
le decía que ese no era el camino ... Que el camino ... el camino era algo muy
distinto del que quiso llevarlos su padre ... Mi abuelo murió de una enfermedad
cruel, y con él se fueron sus ideales y sus convicciones. Mi madre se los
guardó y los quiso enseñar, pero ella tampoco estaba convencida, dada su
realidad y la nuestra ... Por eso me miraba con preocupación. Porque pensaba
que sufriría como ella, que sufriría como su padre. Yo escuchaba esas palabras
y sentí ese pesar ... Por muchos años viví en esa incertidumbre ... Pero
perseveré en el camino ... Y la realidad de la vida me golpeó una y otra vez
... Siempre pensé que era una lucha inútil ... Que al fin y al cabo en esa
perseverancia te empiezan a mirar raro primero y con sospecha después. El
seguir con esos ideales en un mundo que no los sigue hace que se nos vea como
peligrosos, como una amenaza ... A nadie le gusta que se los ponga en evidencia
... Y muchas veces el perseverar con la verdad, con honestidad, con valores
hace que se nos ponga en un primer plano aunque no querramos tener ese lugar,
cuando tal vez sólo deseamos ser felices con lo que somos, con lo queremos, con
lo que creemos ... Es tan fácil proponérselo ... Es tan difícil ponerlo en
práctica ... Siempre llega un momento en el que bajamos los brazos y nos
decimos que ya no podemos más, porque ese mundo de mentira nos dice que
nosotros somos los mentirosos, pero siempre hay un momento en el que alguien
nos dice que ese camino es posible, que no es vano intentarlo a pesar de todo,
que siempre se puede si uno está convencido, que no es necesario ensuciarse por
necesidad para lograr todo con honestidad ... Siempre llegan esos momentos ...
Vivimos en esa dualidad con la que luchamos día a día ... Siempre está Selena
para ofrecernos su vida y preguntarnos si estamos dispuestos a seguir su camino
a pesar de todo, con la alegría de lo obtenido pero con la tristeza de los que
te golpean para que nunca lo logres ... Siempre está Selena, no sólo en sus
discos, no sólo en sus videos ... Siempre está Selena con su vida para que nos
acordemos de que un mundo es posible, de que una vida es posible, de que ese
camino que añoramos transitar nos llevará a la felicidad a pesar de todos los
obstáculos que tenga, a pesar de los obstáculos que generan los demás ... Sería bueno que nos preguntáramos si alguna
vez estaríamos dispuestos a hacerlo a pesar de lo que Selena logró y dejó por
transitarlo...
Es muy fácil evocar a Selena. Es muy difícil seguir su
vida. Es muy fácil recordarla. Es muy difícil recorrer su vida. Es muy fácil
reírse y llorar por ella. Es muy difícil que demos por Selena lo mismo que dio
ella por nosotros. ¿Estaríamos dispuestos a triunfar sin mentirle a la gente?
¿Estaríamos dispuestos a lograr todo y ser la misma persona en bambalinas como en
la intimidad? ¿Estaríamos dispuestos a lograr algo en la vida sin hablar mal de
los demás, sin herir, sin mentir, sin blasfemar? ¿Estaríamos dispuestos a
buscar el bien común para que todos sean felices aunque resignemos parte del
éxito? ¿Estaríamos dispuestos a dar sin esperar? ¿Estaríamos dispuestos a
resignar parte del éxito a cambio de que nos quieran más? ¿Estaríamos
dispuestos a lograr que en cualquier ámbito de nuestras vidas busquemos que
todos sean felices? ¿Estaríamos dispuestos a mostrar todos nuestros
sentimientos, nuestros gustos, nuestros deseos, aunque eso nos exponga?
¿Seríamos capaces de seguir como si nada en la vida si sabemos que algo que
hacemos perjudica a los demás? ¿Podríamos mirar a la cara a alguien si sabemos
que cualquier acto o no acto nuestro provoca la infelicidad del otro?
¿Podríamos ser capaces de no hacer algo en el trabajo, en la familia, en
cualquier ámbito, sabiendo que eso que no hacemos lo tendrá que hacer otro provocando
que éste deba hacer doble trabajo, doble esfuerzo, doble sacrificio y sean
infeliz a costa nuestra? ¿Podemos ser felices y exitosos mintiendo, siendo
falsos, hipócritas, estafadores, manipuladores, malas personas? ¿Podemos ser
felices traicionando a quienes confiaron en nosotros? ¿Podemos vivir en la vida
como si nada contando cosas íntimas de los demás para perjudicarlos, o para
beneficiarse o congraciarse con otros? ¿Podemos ser felices siendo tan
miserables, mediocres y mezquinos? Sé que parecen preguntas ingenuas pero sería
bueno que cada uno se las preguntara ... Y si uno se respondiera que no hay
otra alternativa, que ese es el camino, el único camino para sobrevivir, sería
aun mejor y más noble que se los dijéramos a Selena, donde quiera que esté,
afirmándole que su camino fue en vano, que nada de lo que hizo tuvo sentido y
que en definitiva lo que le pasó es la lógica consecuencia de lo que eligió ...
Y más aún, aquellos que dicen querer a Selena, pero que creen que su camino es
idílico, pero inviable en la realidad, miren una foto de Selena y se lo digan
mirándola a los ojos, imaginando que se lo están diciendo personalmente ...
Sería bueno que cada admirador de Selena haga ese ejercicio y, si puede, que
busque a sus padres, a sus hermanos, a su esposo y que se lo digan, si es que
se atreven a decirlo, si es que se atreven a decírselos y a decirse a ellos
mismos...
Es tan fácil si uno se lo propone ... Es tan fácil si uno
quiere ... Se hace tan sencillo hasta lo imposible ... Se hace posible hasta lo
inalcanzable ... Así pensaba Selena ... Así actuaba Selena ... Es tan fácil si
se tiene voz ... Es tan fácil si se tiene talento ... Pero es difícil si uno no
se conforma y quiere dejar un camino, un ejemplo, una enseñanza ... Es tan fácil
llegar a la fama con un hit, con un “N° 1”. Es tan difícil lograr que con eso
solo te quieran ... Para eso hace falta algo más ... Ese algo que es tan
difícil de hacer ... Muchos se conforman con lo primero ... Pocos buscan lo
segundo ... Esos pocos tal vez logren ser repudiados, ignorados, despreciados
... Cuesta mucho superar tantos obstáculos ... A veces nos gana el conformismo
... O el éxito fácil ... No ser tan dignos, no tener convicciones, no ser
honestos ... Para el segundo camino hay que ser perseverante, estar seguro,
tener mucho Amor, mucha dignidad, tener ganas de ser felices ... Tener ganas de
hacer felices a los demás ... Tener ganas de hacer todo que los llene de
satisfacción ... Así era Selena ... Así actuaba Selena ... Nada de lo que logró
le vino regalado ... Todo lo que logró fue gracias a ella, a su esfuerzo, a su
talento y a sus convicciones ... Es tan fácil decirlo ... Es tan difícil
sostenerlo ... Se me dirá que así como lo logró se lo quitaron ... Que por más
que uno siga ese camino tan difícil, otros que utilizan el más fácil para este
mundo terminan acaparando el fruto de lo logrado por los “idílicos” ... Pero
siempre valdrá la pena intentarlo, aunque muchas veces los que transitan ese
camino tengan ese final indigno. Yo no diré lo que decía mi madre. Yo diré que
siempre será bueno transitar ese camino, que nadie sufrirá por él, porque
aquellos que como Selena sigan el camino de la verdad, de la honestidad, de la
sinceridad, de la alegría, de la solidaridad siempre serán felices hasta donde
puedan gozarlo ... Y Selena fue feliz en esos 23, casi 24 años ... Por eso
siempre diré que aquellos que hacen y construyen ese camino serán felices a
pesar de este mundo mezquino, a pesar de esta humanidad tan desquiciada ... Por
eso diré que Selena es mi estandarte, mi ejemplo, mi guía ... Por eso diré que
quiero ser como Selena ...Por eso diré que con Selena siempre seré feliz...
(Muchas veces dicen que la historia la escriben los que
ganan ... Que siempre hay otra historia, la verdadera historia ... Tal vez lo
ideal sería que haya una sola historia que sea escrita con actos, con ejemplo,
con vida ... Una historia en la que se llegue a la conclusión de que no hace
falta probar nada, de que no son necesarias tantas palabras y tantos
testimonios ... Una historia para ser contada, una historia para ser vivida,
una historia con protagonistas que nos dejaron un Legado que permanecerá vivo
con nuestros actos de todos los días ... Una historia viva, una historia con
alegrías y tristezas, una historia dinámica, una historia vital ... Una
historia presente y con la energía, las ganas, el Amor, el esfuerzo y las
convicciones de Selena ... El día en el que lleguemos a parecernos un poquito a
ella será el momento de darnos cuenta de que hay una sola historia, una linda
historia de la que todos somos parte...)
Nada es fácil ... Sólo se hace fácil cuando nos ponemos
en acción ... Y eso es lo que hago por ti todos los días, Selena ... Para que
todos sigamos tu camino ... Para que todos seamos algún día como tú...
Te quiere mucho...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
Baila de nuevo conmigo, Selena...
Cada día que pasa y recuerdo lo que ha pasado hace casi
20 años, no puedo evitar pensar en Selena ... Cada vez que recuerdo el momento
en el que surgió un artista, un disco, una banda, un solista, me retrotrae a
ese año 1995 y pienso que ese pudo ser el año de Selena ... Y no lo fue ...
Creo que por eso con el tiempo me decidí hacer un video con el tema que hicimos
juntos ... “God’s child (Baila conmigo)” ... Me lo debía ... Se lo debía ...
Cuando la conocí sentí que podríamos hacer algo bueno juntos. Recuerdo que yo
le dije: “¡¡Oye, Selena!! No hagamos un tema enteramente en inglés con algún
que otra palabra en español como los otros temas que estás preparando ... ¿Qué
te parece si hacemos un dueto en el que uno canta en inglés y el otro en
español? ¡¡Eso le dará más fuerza al tema!!”. Selena lo entendió perfectamente
... Es que por suerte, cuando me decidí a andar en bicicleta por todo el país y
decidí salir de mi cueva, vi que había un mundo diferente, totalmente distinto
de aquel que creía entender y habitar ... Supe de otras culturas, supe de otras
gentes, supe de otras costumbres, de hábitos, de lugares ... Y supe de otras
formas de vivir y entender la vida ... Recuerdo que cuando transité por el sur
de los Estados Unidos me hablaban constantemente de Selena. Al principio pensé
que se trataba de esos artistas que se hacen famosos por un disco o por un tema
y que los transforma en esos ídolos inalcanzables que los hace adorar y admirar
tanto, esperando ser como ellos, llegando a parecerse a uno de ellos. Pero
cuando empecé a indagar sobre lo que significaba Selena para ese comunidad
latina me llevé una gran sorpresa ... Ellos me hablaban de ella como si la
conocieran de toda la vida, como si fuera su hermana, su madre, su hija. La
consideraban como alguien de su familia. Decían que Selena era “uno de los
nuestros” ... Decían que Selena había puesto bien en alto las aspiraciones de
todos ellos. Decían que el éxito de ella era el éxito de todos ... No lo podía
creer en un principio hasta que me puse en sus mentes y en sus corazones, y lo
pude comprender ... Hasta allí para mí un artista cuando estaba en lo más alto
sólo podía tener un sinnúmero de personas que aullaba por ti y sólo endiosaba
aquella imagen que creían tener de ti o que querían tener de ti ... Cuando vi
aquello comprendí que las cosas eran diferentes, bien diferentes ... Selena era
admirada y querida por lo que ella era y representaba ... La imagen que daba
era su imagen real, no impostada ... En aquella época Selena estaba dando
conciertos por todo México, pero alguien tuvo el gesto de mostrarme en un
videocasete canciones interpretadas por Selena en vivo y allí pude entender
todo ... Podía no comprender bien lo que cantaba, podía no saber lo tanto que
gustaba su música o el por qué de su admiración, pero con sus gestos, por su
manera de interpretar y de poner énfasis en cada palabra, en cada estrofa,
podía saber acabadamente lo que me quería decir y transmitir ...
Definitivamente Selena era una artista diferente ... Tenía algo que la
distinguía, que la diferenciaba de los demás. Incluso pensaba que podía
interpretar cualquier estilo, incluso el rock, y hacerlo muy bien. Pensaba que
cualquier persona de mi estilo que la viera se rendiría a sus pies y le pediría
cantar algo con ella ... Por eso cuando se me presentó inesperadamente la
oportunidad, no dudé...
Recuerdo que mi agente me habló de la posibilidad de
hacer algo con Selena, siendo que éramos de la misma discográfica ... Me
estaban por explicar quién era ella, lo que estaban proyectando hacer, los
temas que harían, de dónde venía, hacia dónde querían ir y yo los interrumpí
rápidamente diciéndoles. “No, no me tienen que explicar nada. Ya sé quién es
Selena. Sólo díganles que cuenten conmigo y que cuando necesiten que les grabe,
lo haré”. Y así fue ... Como al momento de grabar no podía estar en el lugar en
el que estaría Selena haciendo su disco, se decidió que cada uno grabaría su
parte en el lugar en el que estuviera ... Pero aun así me las ingenié un día
para ir a Nashville para ultimar detalles de lo que haríamos ... Yo tenía que
dar un concierto no muy lejos de allí, y como sabía que Selena estaba en esa ciudad,
se me ocurrió tomar mi bicicleta para ir a charlar con Selena por un par de
horas y conocerla. Ya habíamos hablado por teléfono para ir definiendo el tema.
Ahora tenía la oportunidad de redondear el asunto con ella. Finalmente, fui al
estudio de grabación y los sorprendí terminando de grabar lo que sería el
primer single del disco en inglés, “I could fall in love”. Cuando Selena me vio,
corrió a mi encuentro y me abrazó no sin antes agradecerme que la hubiese
venido a visitar. Pero cuando le dije que había venido en bicicleta no pudo
evitar echar una carcajada enorme. “No puedo creer lo que has hecho. ¡¡Muéstrame
tu bicicleta!! ¡¡Quiero verla ya mismo!!”. Yo fui gustoso a mostrársela. Me
enterneció ver una mujer tan sencilla, tan graciosa, tan respetuosa a la hora
de presentarse. Era como me la había pintado la gente de Texas. No se la daba
de gran artista, ni de diva, ni de figura principal. Estaba allí ... porque era
su trabajo, era su responsabilidad, era lo que le gustaba y lo que tenía que
hacer ... Los importantes, las figuras, los que se merecían la aprobación y el
abrazo eran ... los demás ... los ingenieros, los productores, los artistas que
colaboraban en su disco ... Yo ... No ella ... Creo que no quería creerse
importante y tal vez no lo deseaba, al menos en ese sentido ... Tal vez nunca
lo sepa en real dimensión ... O tal vez ni siquiera lo tenga que saber ... Era
demasiado evidente la respuesta con sólo verla ... Cuando le mostré la
bicicleta, Selena me pidió si podía dar una vuelta con ella. Yo se la ofrecí
con una sonrisa y Selena corrió hacia ella cual si fuera una niña con su primer
juguete, la tomó y salió disparando dando varias vueltas a puro grito. Recuerdo
que su padre se excusó con la conducta de Selena, por lo que yo le contesté que
perdiera cuidado, que me encantaba verla tan feliz. Luego de un largo rato,
Chris, su esposo, se me acercó y me dijo: “Es que Selena canta desde muy
pequeña ... Casi no tuvo infancia. En casa es así todos los días...”. Yo me
sonreí y le pregunté: “¿Y es feliz?”. Él asintió. “¿Y tú eres feliz con ella
así?”. Él asintió aun con más firmeza. “Entonces no tienes que explicarme nada.
Más vale que Selena lo tome con tanta alegría luego de tanto tiempo de tanta
carencia...”, le terminé de decir mientras saludaba a una Selena que no paraba
de reír y de ser feliz...
El resto del tiempo que estuve en el estudio de grabación
en Nashville hablé con el productor del disco, Keith Thomas, para explicarle
cómo haríamos el tema y para preguntarle cómo iba el disco. Él estuvo de
acuerdo con la idea que pergeñamos con Selena y me agregó: “Recién empezamos
con el trabajo fuerte. Es que Selena está en su mejor momento artístico y de
popularidad. Vive en gira, por lo que tratamos de compatibilizar los tiempos de
todos para poder avanzar lo más rápido que podamos. Recién ahora en Emi están
dispuestos a hacer el disco con su respaldo. No estaban muy convencidos porque
Selena está arrasando en el mercado hispano y les parecía que lanzarla al
mercado anglosajón no tenía mucho sentido ... una pérdida de tiempo. Hace como
tres años que están dilatando la posibilidad de hacerlo. Pero desde que Selena
ganó el Grammy el año pasado más de uno se fijó en ella y le empezaron a llover
ofertas. Creo que ellos temen que se las lleve otra compañía y terminaron
cediendo. Igual, no quieren que postergue cualquier proyecto en español ...
Hasta ahora terminamos un tema, tenemos cuatro demos más muy avanzados y otros
que los tenemos en boceto. Lo bueno es que les estamos poniendo lo mejor para que
salga un gran disco que la catapulte a Selena. Yo creo que vamos muy bien...”.
Yo lo escuché atentamente y le pregunté cómo la veía. El abrió sus ojos llenos
de admiración y me dijo: “Selena es algo francamente incréible ... ¡¡En todo
sentido!! Canta excelentemente, es increíblemente versátil, tiene un encanto
muy particular, es tremendamente profesional, y es muy atenta y humilde en
extremo. El otro día vino una artista muy conocida aquí y creyendo que era
alguien del personal le pidió si le podía hacer la comida para su banda. ¿Y qué
crees? ¡¡Selena empezó a cocinar para todos!! Lo hizo con total naturalidad, no
se la dio de artista aun cuando se dio cuenta de que la habían confundido, y lo
hizo con ganas simplemente porque le encantaba hacerlo y agradar a los
demás...”. Yo me sonreí y le dije: “Mira ... Yo no tengo dudas de que Selena
llegará lejos, muy lejos, más de lo que suponen todos ... Y dile a tus
superiores que ellos no tienen idea de la popularidad de Selena. Yo estuve
entre su gente, de esa gente de la que nadie da cuenta y es mucha, y te puedo
asegurar que la admiran, pero por sobre todo la quieren mucho. Cuando salga ese
disco, no sólo se venderá por millones, sino que todos nos daremos cuenta de lo
que nos estamos perdiendo por mirarnos el ombligo por tanto tiempo, por vivir
en nuestro mundo sin saber ni querer saber de que hay tantos otros talentos por
allí ... Ya verás, amigo, ya verás ... Yo estuve viendo todo esto con sólo
andar en bicicleta. Ya verás que las cosas van a cambiar mucho en poco tiempo.
Y cambiarán para mejor ... con el talento, la alegría y el Amor que genera esta
mujer ... Ya verás...”.
Cuando vi la hora que era supe que era el tiempo de
despedirme de todos. Selena corrió hacia mí sólo para verme partir en mi
bicicleta y para que le prometiera que la próxima vez que nos viéramos fuera del
mismo modo que ese día: en un encuentro con dicho vehículo. Yo se lo prometí
como también le prometí que grabaría mi parte de nuestro tema. Ella me pidió
sólo cinco minutos más para improvisar en vivo el tema para tener la certeza de
cómo quería yo que ella lo interpretase. Yo le dije que no era necesario ello,
que yo confiaba en lo que podía hacer con lo que habíamos arreglado. Pero
Selena insistió y lo hizo de un modo tan particular que no pude decirle que no.
Lo improvisamos allí mismo, en la calle. Yo le iba cantando mi letra y ella con
una sonrisa me daba la suya, con todo su profesionalismo a la espera de mi
aprobación. Fuimos cantando estrofa por estrofa hasta el final y yo quedé más
que sorprendido que lo tuviera tan aprendido, que lo interpretara de maravillas
y que no cometiéramos ningún error ni en la letra ni en la sincronización. Yo
quedé tan encantado que sólo le dije: “Sólo espero que algún día podamos cantar
en vivo esta canción”, a lo que Selena me contestó: “Será el primer tema que
cantaré en vivo cuando salga este disco y tú estarás allí para compartirlo”. Me
abracé un largo tiempo con ella y partí ... Mientras volvía en mi bicicleta
sólo pensaba en Selena y en su futuro ... Pensaba: “Esta mujer cambiará la
historia ... Lo sé ... Lo puedo ver ... Hay un mundo que está pidiendo pista y
ella está por despegar. Nadie la podrá detener ... Nadie ... Y yo estaré allí
para comprobarlo y compartirlo” ... Al volver, y luego del concierto, me
encerré en mi estudio de grabación y procedí a grabar mi parte para que
estuviera lo antes posible con el fin de que Selena grabara la suya y
contribuir así a la salida de ese disco en inglés, de ese disco que haría
historia, de ese disco que haría a Selena la Reina indiscutible ... La Reina
... Simplemente la Reina ... Y todos seríamos sus más felices súbditos a los
que ella nos levantaría para cantar y compartir su felicidad...
Aquel nefasto día lo recuerdo perfectamente. Y lo
recuerdo más aún porque estaba en San Francisco y ya sabía por los numerosos
latinos que estaban por allí que al otro día se presentaría Selena a darles un
nuevo concierto ... Pensaba en darle una sorpresa yendo a verla y, quién sabe,
darle una sorpresa al público cantándoles nuestro tema, aquel tema que llegamos
a ensayar juntos en las calles de Nashville, que grabamos por separado y que
prometimos cantarlo una vez que aquel disco que aún no tenía nombre saliera a
la luz ... De pronto todo aquel sueño se transformó en una pesadilla cuando vi
que Carlos, uno de nuestros ayudantes en la banda, en pleno ensayo comenzó a
gritar que algo terrible había pasado, que algo terrible le había pasado a
Selena, marchándose inmediatamente del lugar. Muchos de los presentes no
entendían lo que estaba pasando ... Yo sí, lamentablemente ... Me excusé de
todos, y les dije que me iba y que no volvería, al menos por ese día. Me fui al
departamento en el que estaba alojado y sólo se me ocurrió llamar al estudio de
Nashville con la esperanza de que Selena estuviera allí y de que aquella
tragedia era sólo una tontería inventada por alguien, o de que eso “trágico”
sólo le había pasado a otra persona, a otra Selena, a otra persona con nombre
parecido. Era un pensamiento egoísta, era un deseo en vano, pero era lo único
que deseaba ... Me tomé un tiempo, entré a una habitación sin encender la luz,
tomé el teléfono y disqué despaciosamente. Deseaba que no se escuchara el tono,
después desee que no atendiera nadie, luego desee no tener que escuchar lo que irremediablemente
debía y tenía que escuchar ... Pedí por Keith Thomas e inmediatamente me lo
pasaron. En cuanto pude comunicarme con él, sólo podía escuchar su llanto y su
lamento ... “Hace dos semanas me dijo con una sonrisa que volvería pronto ...
Hace dos semanas ... Quisiera creer que va a volver ... Quisiera creer que todo
esto es una pesadilla ... Pero el sueño se terminó, amigo ... Nos perdimos una
gran artista ... Nos perdimos una gran persona ... Va a ser difícil trabajar
con otros artistas por más buenos que fueren luego de conocer a Selena, luego
de saber que ella iba a llegar lejos, muy lejos ... Es una lástima ... Una
verdadera lástima ... Espero que Dios exista y que Él le dé el lugar que no le
pudimos dar aquí...” ... Yo le escuché en silencio ... Lo escuchaba y lo
entendía perfectamente ... En otro momento me hubiese parecido que sus dichos eran
pomposos, dichos típicos “para el bronce”, para un discurso clásico de
despedida pública, pero en ese momento, en esas circunstancias, era tan real,
tan lógico, tan triste, tan increíble y penosamente cierto lo que decía que
sólo me limité con tristeza a escucharlo ... Sólo esperé que dijera sus últimas
palabras y colgué ... Era tarde, muy tarde ... Intenté dormir, pero me fue
imposible hacerlo ... No sabía qué hacer ... No sabía a dónde ir ... Sólo
quería estar al lado de Selena en ese mismo momento ... Sólo quería compartir
el dolor ... Iba a volar para Corpus Christi, pero no lo podía hacer ... De
pronto sonó el teléfono ... Era Carlos ... Sólo me dijo: “El concierto de
mañana en Los Ángeles se ha transformado en una misa en su honor ... Si
quieres, puedes ir...”. Él no lo iba a hacer ... Estaba muy dolido y podía
aceptar su partida ... Le agradecí que me avisara y que intuyera que yo sí
querría estar allí para despedirme de Selena y compartir el dolor de aquellos
que no podían entender que la alegría de un concierto con Selena se transformara
en una suerte de funeral sin ella ... Tomé mi bicicleta y fui al encuentro ...
del dolor, del desconcierto, de las lágrimas, del enojo, de la ausencia ... Era
muy difícil describir aquello por la magnitud, mas no por el sentido ... Allí
pude darme cuenta de que no se nos iba sólo una artista del momento, una
artista adorada y admirada por un hit ... Allí me di cuenta de que todos
lamentaban la partida inconcebible de un familiar, de un familiar muy conocido,
de un familiar amado y respetado por todos. Se les había ido “uno de los
nuestros”. Se les había ido su ejemplo, su guía, el camino a seguir, la que lo
había logrado, la hermana que pudo hacerlo con trabajo, con honestidad, con
verdad, con talento, con sacrificio, con ganas y, sobre todo, con Amor y con
alegría ... Allí comprendí que se había ido algo más que una artista, que una
hermana ... Ya no sería posible ese mundo ... Ya no sería posible ese mundo
transformado con el Amor de Selena ... Me pregunté qué sería de ellos ahora que
no estaba Selena ... Me pregunté qué sería de nosotros ahora que Selena no
podría sorprendernos ... Me pregunté qué vendría ahora ... Me pregunté si sería
posible el Mundo de Selena sin Selena...
Y el tiempo me fue diciendo que no, que eso nunca podría
ser posible. Fui viendo cómo ese “poder latino” que estaba por emerger
explosivamente, y con Selena como su abanderada más representativa, terminó
explotando, pero de un modo diferente, muy diferente. Explotó el poder latino
porque ya nada podría detenerlo, pero las figuras que fueron surgiendo nunca fueron
representativas de lo que Selena supo transmitir con tanta fidelidad y con
tanta autenticidad ... Selena era uno de ellos y nadie tenía que decirle lo que
debía hacer tanto dentro como fuera del escenario ... Selena era esa fiel
síntesis de voz, sensualidad, carisma, talento, ternura, personalidad y estilo
... Estilo, estilo propio, personal, natural, sin imposiciones, sin
artificialidad ... Si Selena sólo hubiese sido representada por sus bustiers, o
si sólo hubiese sido cantar “Como la Flor”, o si sólo hubiese sido hacer
declaraciones rimbombantes, no hubiese sido Selena. Porque Selena era todo eso
y algo más ... Porque Selena era la que te impactaba en el escenario con su
presencia o te hacía reír andando en bicicleta por la calle ... Era la misma en
todas esas circunstancias ... Luego ... Luego se pensó que el poder latino era
sólo menear la cadera al son de un ritmo caribeño cantado en inglés ... Luego
se pensó que el poder latino era sólo mostrar los atributos del cuerpo al son
de hacer revelaciones de sus vidas personales y la de otros ... Luego se pensó
que el poder latino era mostrar el envase sin su contenido ... Tal vez por eso
me dio tristeza y no me gustó el video que se hiciera de “Techno cumbia” ...
Era tan distinta la imagen de Selena respecto de esos bailarines que mostraban
algo tan diferente de lo que solía mostrar ella ... Tal vez por eso me dio
tristeza el éxito de otros artistas que capitalizaron el camino que trazó
Selena pero que estaban lejísimo de su talento y de su Legado ... Muy lejos y
nunca a la altura ... Por eso me dio mucho dolor, ante cada éxito desde 1995 de
cualquier artista o banda, que Selena no estuviera allí para cosechar todo lo
que ella había sembrado por años y años de sacrificio y tesón. Puede sonar
egoísta. Puede sonar envidioso. Puede sonar lo que quieran ... Yo también tuve
éxito. Pero nadie tuvo el Amor que recibió Selena. A nadie se la quiso como se
la quiso a Selena. Yo hubiese resignado todo el éxito de mi vida para recibir
el Amor que tuvo ella. Yo hubiese resignado todo lo que he conseguido en todo
este tiempo para que Selena lo hubiese recibido en mi lugar ... Simplemente
porque Selena merecía más que nadie llegar a esa meta de éxito, a esa meta de
ser amada por todo el mundo, a esa meta de ser feliz, a ese meta de simplemente
vivir. Si por mí dependiera, revertiría el destino para que tenga otro final,
un final con Selena en este mundo, un final con nosotros felices de ver a
Selena una artista consagrada y feliz con su vida, un final con un mundo que
tuviera los valores de Selena y seguidos en la seguridad de que son los únicos
que nos llevan a la meta del triunfo y de la felicidad ... Aún hoy sigo
esperando tener ese poder para llegar a ver a Selena de nuevo aquí...
Tal vez por eso hice ese video, ese video que hubiese
querido hacer con Selena. Tal vez para poder mostrarles al mundo que algún día
estuve con alguien maravilloso, con una artista increíble y mejor persona. Que
algún día conocí a una mujer sin igual y que me gustaría que la pudieran
conocer desde mi humilde prédica con el fin de que nunca se olviden de ella,
para que sepan que como Selena no habrá ninguna y para que algún día todos
podamos hacerla volver a este mundo siendo todos simplemente como ella era ...
Una mujer como cualquiera de nosotros que sólo quería ser feliz y hacer feliz a
los demás ... Espero, sólo espero que algún día ese momento llegue ... Sólo
espero que este mundo le vuelva a dar la oportunidad que Dios con todo Amor y
sabiduría supo darle ... Que así sea...
(Se van a cumplir 20 años ... 20 largos años sin Selena
... Puede que nos acaben las fuerzas, puede que ya nos resignemos a su
ausencia, puede que ya no la recordemos como antes, puede que su imagen sea
cada vez más borrosa, pero cuando cada día veo más violencia, cuando cada día
veo a la gente con más ganas de pelear que de sonreír, cuando veo a personas
con más ganas de manipular que de amar, cuando veo a multitudes cada vez más
tristes y resignadas a su suerte, allí vuelvo a pensar en Selena y en su
ausencia, y me digo: “Estas cosas, estas cosas horribles, nunca hubiesen
sucedido con Selena presente ... Con ella nadie hubiese levantado un arma, con
Selena nadie hubiese hecho algo malo ... Con ella sólo sonreirían y serían
felices” ... Allí me doy cuenta de lo que ha pasado en estos casi 20 años sin
Selena y veo sus consecuencias ... Allí me doy cuenta de que hay que seguir
recordándola para que el mundo vuelva a tener felicidad, para que la gente
vuelva a recuperar la sonrisa, para que la gente vuelva a transitar el camino
de Amor que Selena les dejó con su Alma y con su cuerpo ... Sé que el mundo
será otro cuando vuelva a tener en sus mentes a esa mujer tan maravillosa que
fue y es Selena ... Simplemente Selena...)
Como siempre, Selena, recordándote con Amor, con tanto
Amor, como lo quisiste siempre...
Te quiere mucho...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
Esperándote en concierto, Selena...
Me cuesta entender lo que estamos viviendo. Me cuesta
comprender por qué estamos aquí ... Pero estamos ... Es asistir a un concierto,
que no es un concierto ... Es ir a ver a Selena ... Pero no está Selena ... Es
llenar un estadio sólo para asistir a un set de grabación de una película ...
Una película que rememora un concierto en un estadio que no es el estadio en el
que estamos ahora ... Es estar allí con un público que canta, grita y llora ...
Es delirar ante la aparición de una artista que se viste como Selena, que luce
como Selena, que se mueve como Selena, que se ríe como Selena, que seguramente
seguirá el camino de Selena, pero que no será como Selena cuando le llegue el
turno de la fama ... Todo es tan bizarro, todo es tan irreal, todo parece un
sinsentido total ... Pero todo tiene un motivo ... Todo tiene una explicación
...Ninguno ha caído en la cuenta de lo que ha pasado ... Todavía no podemos
asimilar la pérdida de Selena ... Creo que cuando salgamos de aquí y veamos el
resultado en la película empezaremos a elaborar el duelo, empezaremos a
entender que Selena se ha ido y que nunca más estará entre nosotros ... Nunca
... Nunca más ... Pero mientras ... Es curioso y paradógico ... Estamos
asistiendo a la elaboración de una película y en definitiva lo que hemos vivido
en este último año es de película, de película trágica, de película de terror
... Siento que todos estamos aquí para expresar todo lo que contuvimos en este
tiempo, las ganas de poder revivir aquellos buenos tiempos, las ganas de ver a
Selena aunque sea en ficción, las ganas de creer que nada de lo que ocurrió en
este último maldito año fue cierto y que veremos a Selena con su brillo otra
vez ... Creo que todos quisimos venir porque queríamos volver a creer ...
Queríamos creer que un mundo era posible, que volveríamos a sentir que los
sueños serían posibles y que nadie nos detendría para poder lograrlos ... Fue
un año que quisiéramos desterrar de nuestras vidas ... Y hoy estamos
despertando de una pesadilla ... Una pesadilla que empezó cuando todos nos enteramos
de la trágica noticia ... Recuerdo estar en el trabajo cuando sonó el teléfono
de mi oficina y escucho la voz de mi hija que me dice: “¡¡Me mataron a Selena!!
... ¡¡Me mataron a Selena!! ... ¡¡Dime que no es cierto, papi!! ... ¡¡Dime que
tú la puedes salvar!!” ... Recuerdo salir del lugar ya convulsionado por la
noticia sólo con el fin de abrazar a mi hija para consolarla, para consolarme
yo también y para tener que confirmarle que en definitiva no era un superhéroe
... Sólo su padre, un simple hombre de carne y hueso que esperó a llorar cuando
pudo abrazar a su pequeña hija y besar con fuerza a su esposa ... Todo lo que
vivimos después fue la prolongación de esa pesadilla y de vivir todo como unos
autómatas ... De vivir cada día por inercia y con nostalgia, con mucha
nostalgia canalizada escuchando todos los días la música de Selena y
aferrándonos con fuerza a cada cosa que tuviera relación con ella ...
Aferrándonos como si quisiéramos que nada de aquello lindo que habíamos vivido
se nos fuera nunca aun cuando cada día que pasaba sentíamos que Selena se nos
iba como el agua entre las manos ... Cada tanto la “realidad” nos golpeaba con
más fuerza, cuando aparecían nuevas “revelaciones” del caso y cuando aparecían
personajes impresentables para explicarnos lo que supuestamente le había pasado
a Selena ... o con lo que había hecho Selena en estos últimos tiempos ... con
lo que supuestamente era en realidad Selena ... con lo que supuestamente era
Selena tras bambalinas ... Personajes que nunca habíamos visto antes, que nunca
los vimos en un concierto, ni en una entrevista, ni en un ningún evento
relacionado con Selena y que de pronto pretendían mostrarnos que sabían más de
Selena que nosotros ... que pretendían decirnos cómo era realmente y qué hacía
con su vida ... Allí comencé a entender las consecuencias de vivir una vida sin
el ejemplo, sin la alegría, sin la honestidad, sin el trabajo, sin la
espontaneidad, sin la dedicación, sin la verdad de Selena ... La mayor
expresión de aquello fue ver el espectáculo que dieron periodistas, abogados y
los llamados “especialistas” en la cobertura del juicio a la asesina ...
Después de ver un Houston maravillado por la actuación de Selena en el
Astrodome en febrero, llenándolo por tercera vez consecutiva con récord de
asistencia de público en todas las presentaciones, a ver aquel Houston plagado
de aves de rapiña tratando de lograr notoriedad cubriendo el “caso Selena” y
echando a rodar toda clase de rumores y especulaciones sobre la vida de Selena,
era ver lo que realmente habíamos perdido, notar que habíamos vuelto a la
“normalidad” con el mensaje de que para llegar a lo más alto hay que ser
oportunista, artificial, mentiroso, corrupto, falso, hipócrita, deshonesto ...
En aquel 26 de febrero de 1995 Houston se teñía del color púrpura de Selena ...
En octubre de ese mismo año Houston era envuelto por el gris de la mediocridad
de sus nuevos viejos protagonistas ... En febrero Selena era la figura
excluyente ... En octubre la asesina era la protagonista ... En febrero todos
los ojos estaban puestos en Selena ... En octubre los ojos estaban puestos en
la asesina, en el juez, en los fiscales, en los periodistas estrella, en los “entendidos
en la materia” ... El mundo había cambiado ... Y aquel mundo de Selena se iría
alejando para siempre, pese a nuestra voluntad, pese a nuestros sueños, pese al
Amor de Selena...
Sigo mirando sin comprender lo que está ante mis ojos, pero
al lado mío encuentro la respuesta a lo que estoy viviendo ... Mi hija salta,
grita, se golpea el pecho, canta a viva voz cada canción de Selena, saluda a
Jennifer López, la actriz que entra a dar el concierto simulando el ingreso de
Selena en aquel Astrodome ... Ella está feliz ... Necesita estar feliz ... Quiere
superar tanto dolor ... Quiere seguir creyendo ... Quiere vivir aquello como si
fuera real ... Quiere creer que Selena ha vuelto y que por fin hemos despertado
de aquella pesadilla ... Yo también lo pienso, pero no lo entiendo como lo quiere
entender mi hija ... Pero yo la comprendo ... Los chicos son muchas veces más
sabios y más perceptivos que los adultos ... Yo no puedo evitar ver atónito ese
escenario de un concierto de Selena sin Selena, con un Pete Astudillo que ya no
forma parte de la banda ni ya era parte en el momento de la fiesta en el
Astrodome, con una Suzette que no había participado allí y que está aquí, con
la ausencia de Freddie Correa, que parece habérselo tragado la tierra luego de
la partida de Selena, con artistas que simulan ser los otros integrantes de la
banda, y a su vez verme aquí sin poder parar de llorar junto con mi esposa, y a
mi hija toda exultante ... Queremos creer, creer que aún todo es posible, que
nada ha pasado y que estamos presente allí, contentos, ilusionados, creyendo
que el sueño americano aún es posible, y que con Amor, trabajo, constancia y el
esfuerzo de todos los días llegaremos a la meta y a la cima, como lo había
logrado Selena ... En los ojos, en la voz, en los gritos y en la arenga de mi
hija puedo entender que hoy no tiene sentido atenerse a la realidad, a esa
densa realidad ... Hoy hay que reencontrarse con Selena, hay que exteriorizar
aquello que habíamos contenido por un largo año, hay que estar todos juntos
hermanados por la misma causa, unidos por Selena, unidos por ese Amor que nos
ha dado en los últimos años ... Tenía sentido la convocatoria del director de
la película ... Supongo que él debe saber muy bien lo que significa Selena para
todos nosotros ... Él nos convocó porque quería que nosotros, los verdaderos
admiradores de Selena, fuéramos a demostrar nuestro cariño ... Nos convocó como
si fuéramos a ver un concierto de Selena ... Él utilizó actores para muchos
protagonistas de la historia de Selena ... Podría haber apelado a artistas y a
extras para hacer nuestro papel, el papel de los otros grandes protagonistas de
la historia de Selena ... Pero él quiso que fuéramos nosotros, tal vez porque
quiere que en esa película se vea la comunión de Amor que había entre Selena y
el público ... Y para eso ... para eso tenía que vernos a nosotros y filmarnos
... Ahora que veo lo que está pasando ... ahora que veo lo que nos está
pasando, comprendo el sentido de su convocatoria, el hecho de decirnos que
fuéramos al Alabodome de San Antonio a asistir a un eventual concierto de
Selena, y que fuéramos como si eso fuera cierto y que nos expresáramos como tal
... Aunque no fuéramos a ver a Selena, no fuéramos al Astrodome, ni fuéramos a
volver a vivir el último concierto de Selena ... No importaba ... Sólo
importaba el motivo de la convocatoria para que todos fuéramos allí ... Y aquí
estamos nosotros ... Reviviendo aquello ... Rememorando aquello ... Expresando
nuestra alegría y nuestra tristeza ... Pudiendo expresar aquello que no pudimos
hacer en todo este tiempo ... haciendo lo que sí hicieron los que iban a ver a
Selena el 1 de abril en Los Ángeles ... y sólo pudieron asistir a una misa
improvisada en el medio del dolor y la consternación...
Puedo ver al padre de Selena y siento una gran conmiseración
por él y su familia ... No sé cómo puede seguir andando de aquí para allá enrentando
tanto dolor. No sé cómo puede estar al frente como productor de esta película
... Pero sabiendo cómo son los Quintanilla, y sobre todo cómo ha sido Selena,
imagino que prefiere seguir adelante y no quedarse llorando en su casa
consumiéndose por el dolor ... No se lo permitiría ... Como no se lo permitió
Selena en sus etapas de niña y adolescente, cuando todo era incertidumbre,
cuando parecía que perdían todo, cuando parecía que nunca habría un mañana ... Tampoco
sé de dónde ha sacado fuerzas para sostener a su familia, y para enrentar
tantas mentiras que se dijeron de él y de Selena ... Yo también me siento
culpable. Con todo lo que se empezó a decir de ellos para explicar su muerte,
yo también me permití dudar de ellos y pensar si por allí el padre de Selena
tuvo responsabilidad en todo eso. Es que cuando se empieza a salir del dolor
comienza a buscarse responsables y culpables. Pronto del dolor se pasa a la
furia. Pronto se pasa al señalamiento de los que provocaron el triste e
inaudito hecho ... Tristeza, dolor, desconcierto, enojo, llanto ... Esas son
las sensaciones que tuvimos todos ... Y cuando los medios sensacionalistas
buscaron “algo más” para seguir ganando rating con Selena, apelaron a cualquier
cosa, a cualquier declaración, a cualquier acusación. Y allí valía lo mismo lo
que dijera el padre de Selena, la asesina de Selena, el hermano de Selena, el
“famoso” doctor Martínez, el esposo de Selena o cualquier machista que manifestara
su “Amor” a Selena sin respetar que ella era casada y amaba a Chris ... Todo
valía ... Y todos por un instante caímos en la confusión ... Y llevados por los
medios, llevados de la nada, nos preguntamos de pronto si Selena era realmente
feliz, si el padre de Selena no se valía de su fama, si Selena quería largar
todo y marcharse a otro lugar ... Y empezamos a mirar torcido a los Quintanilla
y a pensar si por allí ellos eran los verdaderos responsables de lo que había
sucedido ... Pero para llegar a eso dejamos de escuchar a Selena, dejamos de
escuchar a los Quintanilla, dejamos de escuchar a los que verdaderamente la
querían, dejamos de escucharnos a nosotros mismos ... Y empezamos a escuchar a
gente que no la conocía, que no la quería y que quería servirse de ella ...
Llegamos a escuchar a la asesina, a ese adefesio que le quitó todos los sueños,
toda la vida, toda la energía de Selena y a atender sus “explicaciones” sin
siquiera meditar que esa persona nunca diría la verdad, nunca confesaría sus
intenciones, nunca manifestaría estar arrepentida de lo que sucedió y que
estaba muy feliz de haber hecho lo que hizo ... Si prometió suicidarse y no lo hizo,
¿por qué habríamos de creer que ahora diría la verdad? Sí, lo sé ... Entramos
en la confusión porque en nuestra obsesión por encontrar una explicación a lo
inexplicable echamos mano a cuanta declaración había por allí, a cuanta persona
dijera algo sobre Selena para buscar en ello algo que nos aliviara nuestras
almas ... Pero nada de eso ocurrirá ... Nunca ... Jamás ... Hoy sabemos que
sólo el tiempo sanará nuestras heridas, pero también nos alejará de Selena ...
inexorablemente, irremediablemente ... Muchas veces vi al Señor Quintanilla
sostener con vehemencia una discusión en un programa de televisión mientras se
le escapaban varias lágrimas por debajo de sus infaltables anteojos ... Muchas
veces vi a A.B. tratando de mantener la calma mientras por dentro sentía ganas
de desatar toda su furia ... Muchas veces vi a Chris con la mirada perdida
sabiendo que iba a tener que convivir con la pérdida de Selena durante toda su
vida ... Muchas veces vi a Suzette tratando de buscar su lugar en este mundo desde
ese nefasto día ... Y muchas veces no vi a la madre de Selena y me podía
imaginar por qué ... Allí estaba la explicación y lo estoy viendo ahora ...
Todo es muy simple, mucho más sencillo de lo que nos imaginamos ... Por las
características de la tragedia por mucho tiempo pensamos que había varias
razones ocultas que al descubrirlas nos daría la respuesta a todas las
preguntas del por qué le sucedió esto a Selena ... Pero no es así ... Así como
al ver a la asesina me di cuenta de que era una psicópata que creyó ser la dueña
de Selena y de toda su familia, y que cuando vio que estaba fuera de todo,
decidió eliminarla, como si les estuviera diciendo a todos “si no gano yo, no
gana nadie”, entendí que el asesinato sólo tuvo ese motivo. Una demente que se
jugó al todo o nada y que cuando no pudo con todo decidió que nadie lograría
nada ... Así de simple ... Así de triste ... Se podrán decir muchas cosas de
aquí en más. Se escribirán muchos libros tratando de explicar esta locura. Esta
película dirá también lo suyo. Pero cada uno explicará algunas cosas y otras
no. Cada uno dirá su punto de vista ... Pero la verdad sólo la saben Selena y
su asesina. Y Selena ya no está para podernos decir lo que pasó, su punto de
vista sobre la tragedia de la que fue la única víctima ... Curioso ... Selena
es la única protagonista de su historia, pero la única que no nos puede hablar
... Selena, su familia y nosotros en definitiva hemos sido las verdaderas
víctimas de este acto abominable ... Ahora lo puedo entender ... Ahora puedo
comprender el por qué de este espectáculo...
Miro a mi hija y le sonrío ... Ella salta hacia mí y me dice
“Te quiero mucho, papi. ¡¡Gracias por haberme traído hasta aquí!! ¡¡Gracias por
haberme hecho conocer a Selena!!”. Yo sólo la abrazo y me quedo un largo tiempo
así llorando. Pensé en lo que había pasado un año atrás y en lo que mi hija me
había dicho. Sentí que ella también recordaba aquello ... Yo no puedo recordar
que mi hija conociera a Selena por mí ... Pero sé por qué lo dijo. Sabe que soy
su padre, sólo su padre. Y que no pude hacer nada por aliviar nuestro dolor ...
pero que la quiero mucho y que haré lo que sea por ella ... Que no supe qué
decir ante su dolor pero que siempre estuve con ella ... Y mi hija lo sabe ...
Ella se suelta y me dice: “¡¡Vamos, canta conmigo!! ¡¡Baila conmigo nuestra canción
preferida!!”. Yo no dudo y me pongo a cantar a viva voz y a bailar el tema
“Bidi bidi bom bom”, su canción predilecta y de todas las niñas de su edad ...
Por un instante me olvido de todo y me aferro a esa felicidad, a ese pedacito
de felicidad en el medio de tanta tristeza ... Eso nos mantiene fuertes a pesar
de todo ... En el medio del canto mis ojos se posan en esa mujer que parece ser
la personificación de Selena y no puedo evitar decirme: “Es tan parecida a
Selena, pero nunca será como ella. Hasta me atrevería a decir que si llega a
ser famosa con esta película será tan distinta a Selena ... Tan distinta ...
aunque hoy parezca ser su hermana gemela”. Pero no quiero pensar más en eso ...
Sólo quiero gozar. Sólo quiero irme del lugar con una sonrisa ... Sólo quiero
creer que aún Selena está entre nosotros ... Sólo quiero creer que un mañana es
posible, que el camino que transitó Selena aún puede seguirse, que su ejemplo
nunca se olvidará ... hasta mañana ... hasta el día que volvamos a la
“normalidad” y tengamos que asumir otro día más sin Selena, un mundo sin su magia,
un mundo sin su Amor...
(Es muy difícil asimilar una pérdida, sobre todo si esa
pérdida significa el fin de nuestros sueños, de nuestra esperanza, de nuestro
modo de vivir la vida y de llegar a concretar nuestros propósitos del modo más
honesto ... Es muy difícil seguir la vida como si nada hubiera pasado siendo
que aquella persona que personificó nuestros sueños, nuestras vidas, nuestra
esperanza se fue de este mundo del peor modo, como si con ese acto nefasto
alguien nos dijera que dejáramos su camino y nos señalara que el sueño de
Selena no debía intentarse cumplir porque era inútil ... Pero por Amor a Selena
debemos seguir, debemos creer, debemos crear ese mundo de Selena, aunque sea
sin Selena, para poder ser felices cumpliendo sus nobles fines y para jamás
olvidarnos de ese ser que nos dio toda la felicidad ... toda la felicidad que
pudo dar...)
Selena: yo siempre estaré aquí para que tú puedas ser
feliz...
Te quiere mucho...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
Sólo se trata de un mal sueño, Selena...
Julia había irrumpido en la sala de terapia intensiva en
la que estaba internada de urgencia Selena con un vaso de agua. Nadie la pudo
detener. Julia se puso enfrente de Selena que yacía inconsciente en la cama y comenzó
a implorarle: “¡¡Bebe, Selena, bebe, por favor!! Lo soñé anoche. Fue una
premonición. ¡¡Sé que con esto te salvarás!!”. Los médicos querían apartarla.
Le pedían una y otra vez que se retirara. Le intentaban decir que estaban
haciendo los últimos intentos, que lo único que estaba logrando con esta locura
era que Selena se muriera ... “¡¡Ustedes no saben nada!! ¡¡Nada!! ¡¡Selena se
va a salvar!! ... ¡¡Con este vaso de agua!! ... Sólo esto necesita ... ¡¡Déjenme!!
Déjenme que lo tiene que tomar!!” ... Julia hizo el último intento. No
alcanzaba que Selena ni siquiera hiciera gesto alguno de reconocimiento de su
presencia ... Aflojó cuando notaba que los médicos no la dejarían hacer lo que
se proponía ... Pero antes de que la sacaran del lugar, alcanzó a escuchar la
voz de Selena que le decía: “No te preocupes ... Sé lo que intentas hacer ...
Ya tendrás de mí el fruto de tu esfuerzo...”. Julia intentó ver la boca y los
ojos de Selena para corroborar lo que había oído, pero no lo pudo hacer. Unos
fornidos ayudantes de vigilancia la tomaron de los brazos y comenzaran a
llevársela por la fuerza de la sala. Julia comenzó a resistirse con furia.
Comenzó a dar patadas en el aire mientras se la llevaban en andas y gritaba con
más fuerza que nunca: “¡¡No, no me voy a ir sin darle mi vaso de agua a Selena!!
¡¡No me voy a ir sin verla viva!! ¡¡No!! ¡¡No!! ¡¡No!!”.
De pronto Julia se
descubrió gritando como una energúmena en el medio de la habitación de su casa.
Antes de que pudiera pensar qué le había sucedido, miró la cómoda que estaba a
un costado de su cama y vio que la flor blanca seguía allí intacta ... La misma
flor con la que se despidió de Selena unos semanas atrás y que seguía firme,
sin ningún signo de deterioro, como si poseyera una fuerza inusitada para resistir
a la muerte y al olvido ... Julia tomó conciencia de su pesadilla y comenzó a
llorar sin consuelo ... Había pasado poco tiempo de esa muerte tan absurda y no
lo podía asimilar ... Desde que se enteró de la mala noticia no podía dormir y
cuando lo hacía se le venían esas imágenes, esas fantasías y ese deseo ... Eran
imágenes y sonidos que se le venían como flashes, como pequeños destellos que
nunca daban una forma clara ni distintiva para saber de qué se trataban ... Pero
esta vez se le presentó en toda su dimensión y Julia lo pudo comprender ...
Hasta allí era todo silencio y desasosiego en ella. Ahora que había podido
dormir, y hasta ver y sentir en toda su dimensión esa pesadilla, Julia podía
expresar todo lo que sentía ... Dolor, furia, impotencia, desesperanza,
tristeza, desesperación ... Julia estuvo llorando por un largo tiempo y
pensando en por qué podría pensar en que un vaso de agua podría salvar a Selena
... Era una tontería ... Una fantasía producto de una pesadilla que reflejaba
que no quería aceptar la realidad, que no quería pensar en su vida sin Selena,
que no podía concebir lo que había sucedido, ni aceptar la cruda realidad que
se le presentaba desde aquel nefasto 31 de marzo ... De pronto, en el medio del
dolor, de sus ganas de exteriorizarlo, y de pensar una y otra vez en ese sueño,
fue en busca de un vaso. Luego volvió con él a su cama y dejó que cada lágrima
que se le escapara de sus ojos terminara en ese vaso. Así estuvo horas, horas
interminables, horas de llorar pensando en Selena, en su suerte, en todo lo que
se fue de su vida, en la alegría perdida, en la pérdida irreparable ... Cuando
Julia reparó en el vaso, notó que estaba bien cubierto de su dolor ... Julia
decidió que era el momento de ir a ver a Selena, a ese lugar del que se
prometió no ir nunca y en el que ahora moraba en una absurda e incomprensible
paz ... No le podría llevar el vaso de agua milagroso, pero podría expresar su
desolación y soledad ... Antes de emprender su partida al gravesite, decidió
escribirle algo en un papelito. Julia sabía que la gente que se agolpaba en el
lugar para visitar la nueva morada de Selena le dedicaba algunas palabras escritas
en un papel y las dejaba fijas en algún lugar del gravesite. Julia escribió:
“Querida Selena. Tú eres todo para mí. Mi vida, mi esperanza, mi futuro ...
Siempre estarás en mi corazón ... Y el mío está donde estás tú ahora ... Te
quiero mucho ... Julia”. Julia guardó el papel en el bolsillo, tomó su vaso con
sus lágrimas y lo tapó cuidadosamente, luego del cual se marchó a tomar un bus
que la llevara a su encuentro con Selena, a ofrecerle su última fuerza para que
la tuviera ella, sólo ella ...
Julia tomó el bus y se sentó a un asiento pegado a la
ventana aferrada a su vaso mirando las imágenes que se sucedían en el camino. Observaba
a la gente haciendo sus quehaceres cotidianos y no podía dejar de relacionarlos
con esa vida sin Selena, la vida de todos ellos y Selena sin vida ... La vida
de todos como si nada pasara, como si no estuvieran golpeados, como si se hallaran
anestesiados, como si fueran acaso robots que no se permitían tener algún
sentimiento y dejar de actuar como autómatas en el medio de la nada, de la
soledad y de la incertidumbre. Miraba a esa gente, miraba su vaso de lágrimas,
miraba a la gente que la miraba a ella, y pensaba en todo lo que les dejó
Selena en esos últimos años y que parecía estar todo perdido. Julia no dejaba
de pensar que Selena les había dado todo ... La alegría, la esperanza, la paz,
un futuro con trabajo, dedicación y esfuerzo. Julia no olvidaba lo felices que
eran sus hermanas, Federica y Marcela, siendo ambas de edades y hasta de
generaciones bien diferentes. Federica le llevaba 5 años y ya se había casado con
un piloto de aviones que vivía en Brasil. Marcela era 4 años menor que Julia y
vivía como ella con sus padres. Pero desde aquel nefasto día Julia estaba sola.
Federica, que vivía yendo de un lado para otro acompañando a su esposo, fue de
inmediato a Corpus Christi a despedirse de Selena pero se fue pronto a Brasil
para asimilar el dolor bien lejos. Marcela se fue con sus padres a visitar a
sus abuelos en Chicago con el mismo propósito de no pensar tanto en ello. Y
ahora Julia estaba yendo a ver a Selena ... Las ironías de la vida ... No podía
dejar de pensar cómo eran las cosas unos 5 años antes, cuando las hermanas iban
a ver a la joven Selena que les daba tantas alegrías y tanta vida ... Ahora
Julia iba a ver a su otra “hermana”, la que desapareció, la que se fue, la que
le dio todo y la que no pudo completar su recorrido ... Ahora todos estaban
separadas, tristes y desoladas ... “Esto nunca hubiese pasado si Selena
estuviera para acompañarnos”, pensaba Julia. Sabía que Selena iba a seguir
estando presente ... Que iba a seguir estando en su vida, que su música iba a
seguir acompañándola, que por los parlantes de su reproductor musical saldría
Selena a buscarla y generaría un lugar para encontrarse ... con ella y con
todos aquellos que la quisieran y extrañaran ... Pero no era lo mismo ... Nunca
podría ser lo mismo ... Porque Julia sabía que Selena tenía un largo camino por
recorrer y un enorme futuro ... Que estaba llena de vida y daba vida ... Que
era el futuro y era el camino al futuro de todos ... Y que su partida, su
desaparición de este mundo, sólo generaba un horizonte gris, un futuro negro
que se avecinaba y que no daba ni una chance más ni resistencia alguna ... La
forma de irse de Selena, el enorme acto de odio de esa harpía que le quitó
todo, los había dejado sin fuerzas, sin ganas, sin nada ... Así estaba Julia ...
Así se sentían todos ... Con fuerzas sólo para llorar ... Con sus Almas que se
reflejaban en ese día gris, frío y lluvioso ... Con ese vaso de lágrimas con lo
último que le podía dar a Selena, fruto del dolor, sin alegría y sin vida ... fruto
del desconsuelo y la desesperanza ... “Es todo lo que me queda de tu Amor, sólo
fotos y recuerdos”, llegó a escuchar Julia de una de las radios que a todo
volumen pasaba las canciones de Selena a la vera de la ruta ... Julia se quedó mirando
la nada misma que la llevara al lugar de destino, al lugar en el que
encontraría en un mármol frío el nombre de Selena ... algo tan distinto de lo
que había generado ella por tantos y tantos años...
Julia llegó al lugar bien, bien temprano. Apenas habían
abierto el predio para que los visitantes pudieran ingresar. Ella fue caminando
... Mientras avanzaba observaba hacia arriba los árboles y ese cielo que
aparecía ahora celeste con enorme cúmulos blancos. Lo hacía lentamente, muy
lentamente … En cada paso que daba se sentía la fuerza de sus pasos que hacían
retumbar su vaso de agua que tomaba con ambas manos … Al poco tiempo pudo ver
el gravesite … Por un instante echó la vista hacia atrás y hacia el suelo, y
comenzó a llorar. En ese giro casi se le cae el vaso y eso le hizo abrir bien los
ojos, sujetar con más fuerza su vaso, tomar impulso y seguir adelante. Julia
avanzó a paso firme sin dejar de posar sus ojos en la leyenda “Selena” que se
le aparecía cada vez más nítida y real. Cuando llegó a estar a los pies de
Selena, le agarró un vaho que casi la tumba contra el suelo … Julia optó por
mantener la postura y sus sentimientos, y se arrodilló. Estuvo un largo tiempo
observando cada detalle del gravesite como buscando una explicación a lo inexplicable,
como tratando de aceptar una realidad incomprensible, inaceptable, tétrica, borrosa
… Julia ya no quería llorar … Y aunque hubiese querido, no hubiese podido … De
rodillas a Selena comenzó a leer lo que le había escrito … Al finalizar, y en
el medio del dolor más profundo, Julia destapó el vaso y comenzó a verter el
contenido a un costado de Selena … “Espero que puedas sentir lo que en este
momento siento por ti”, le dijo y fue volcando sus lágrimas que fueron
humedeciendo la tierra formando un agujero negro que pronto las hizo
desaparecer. Julia vio cómo cada lágrima iba siendo absorbida por la
profundidad de la tierra hasta convertirla en la nada misma … Luego se quedó inmóvil
, y estuvo un largo rato mirando el piso y el nombre de Selena incrustado en
ese frío y doloroso mármol sin encontrar ninguna explicación ni respuesta a
ello … Ya era suficiente con verlo, con respirarlo, con sentirlo … Cuando vio
que ya nada tenía sentido, que su presencia era inútil y dolorosa para ella y
para Selena, Julia se incorporó, se dio vuelta y emprendió el camino de regreso
sin querer volver a mirar atrás … De pronto sintió que alguien le decía: “Yo te
prometí que te daría el fruto de tu esfuerzo. ¿Te irás sin recoger lo que has
logrado con tu Amor?”. Julia se dio vuelta sin comprender y de pronto vio que
una enorme flor blanca aparecía a un costado del gravesite. Julia corrió a ella
y sólo la acarició sin tomarla, sintiendo acaso que si la arrancaba Selena se
desgarraría … Pero nuevamente escuchó esa voz: “Tómala, Julia. Yo vivo en esa y
en otras flores construidas por gente como tú. Sólo tómala y cuídala. Si logras
que perviva, sabes que siempre estaré allí, siempre”. Julia comenzó a tomar la
flor mientras se le caían unas enormes lágrimas de sus ojos. Hubiese querido
otro final, pero sentía que debía aceptar esa realidad, por más dolorosa que fuera.
Sabía que esa era su flor y que esa flor era de Selena. Era lo que le quedaba
de ella ... Era también el Amor que tenía por ella ... Julia la tomó
cuidadosamente y en cada tironeo suave sentía el dolor de la pérdida, el dolor
de la ausencia, el dolor del Amor … Cuando la tuvo en sus manos, volvió a mirar
el gravesite, miró su flor, se sonrió y alcanzó a decir: “Adiós, Selena, se que
nos volveremos a ver pronto, muy pronto”. Luego fue hacia donde estaba escrito
“Selena” y le dio un largo beso. Julia volvió a sonreír con largas lágrimas en
los ojos y se marchó del lugar sin mirar atrás nunca más…
De regreso a su casa Julia pensó qué sería de su vida, de
sus hermanas, de sus padres y de todos los que han sabido querer a Selena. Se
preguntaba qué sería de “los nuestros”, si acaso algún día lograrían alcanzar
el “viejo sueño americano”, si acaso lo lograrían con trabajo, honestidad, talento,
capacidad, verdad, sacrificio, o tendrían que utilizar esas viejas fórmulas que
nadie quería pero que a la larga para sobrevivir tendrían que aceptarlas y
utilizarlas … Agotada, Julia comenzó a quedarse dormida … De pronto, sintió un
fuerte golpe y ella cayó redonda al piso. No había salido del estado de shock
cuando Julia advirtió que no encontraba la flor. La buscó por todas partes y no
la hallaba. Cuando se incorporó vio que el bus en el que iba camino a su casa
seguía su marcha con normalidad, como si nada hubiera sucedido. Julia fue hacia
el conductor y le preguntó qué había sucedido y si había visto la flor de
Selena … El chofer sólo sonreía … Julia insistió pero el hombre no le
contestaba. Ella entró en desesperación y tomó al hombre del cuello al grito de
“¡¡devuélveme la flor!! ¿Me oyes? ¡¡Devuélvemela!!”. El chofer perdió el
control del bus, que fue camino a un precipicio. Julia vio la dimensión de su
destino y sólo gritaba. “¡¡No!! ¡¡No me puedo ir sin mi flor!! ¡¡No puedo irme
sin Selena!! ¿Dónde está? ¿Dónde está? ¡¡No me puedo morir sin ella!! ¡¡No!!”.
Julia se encontró gritando sola en su habitación. Gritaba
con furia y sin pausa: “¿Dónde está? ¿Dónde está?”. Cuando tomó conciencia de dónde
estaba miró rápidamente a su mesita de luz y allí la vio. Vio la flor blanca
que permanecía intacta con todo su esplendor. Julia se sonrió, respiró aliviada
y sólo dijo: “¡¡Qué susto!! Sólo se trataba de un sueño, de un mal sueño …
Ahora puedo dormir tranquila … Todo está en orden”, tras lo cual Julia se
dispuso a seguir durmiendo para esperar un mejor mañana … Un mañana con su flor
… Un mañana con Selena…
(Podemos estar dormidos, podemos estar despiertos.
Podemos vivir en un dolor eterno. Podemos esperar que algún día las cosas van a
cambiar. Nunca dejaremos de llorar por Selena, nunca dejaremos de pensar en
viajar en el tiempo para salvarla de su destino, nunca dejaremos de despertar
de una larga pesadilla sin saber qué es real y qué es ficción, pero sólo
deseando volver a ver ese mundo con Selena, ese mundo en el que todo es
posible, ese mundo en el que siempre se puede soñar por un mundo mejor y
lograrlo con Amor, con trabajo, con pasión, con ganas, con verdad ... Siempre
se puede soñar y esperar un mejor despertar ... Algún día se dará ... algún día
... Para que Selena vuelva a ser feliz...)
Selena: sé que estás en algún lugar que pronto vamos a
encontrar...
Te quiere mucho...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
Esa imagen que no querríamos tener de ti, Selena...
Cuando sabemos que poco tiempo nos queda en este mundo, siempre
surge la necesidad de cómo nos gustaría que nos recordaran y cuál sería la
mejor imagen que querríamos tener al irnos de aquí. Pero hay mucha gente que ni
siquiera tiene tiempo de planteárselo, porque se nos ha ido muy pronto ... Aún
así, y por esas cosas de la vida y del destino que no alcanzamos nunca a
comprender, Selena llegó a decirle al mundo cómo quería ser recordada. “A mí me
gustaría que me recordaran con Amor”, llegó a decir en una de esas tantas entrevistas
que le hacían teniendo apenas 23 años, como si cada uno que le formulaba ese
tipo de preguntas tuviera la gran sabiduría o la gran intuición de que Selena
no estaría mucho tiempo entre nosotros. Tal vez la gente, en lo más profundo de
su subconsciente, siempre pensó que Selena era tan particular, tan diferente,
tan distintiva para esta humanidad que poco podría hacer para sobrevivir a la
realidad de este mundo que se rige por valores tan distintos del suyo ...
Lamentablemente, todos sabemos que para vivir, para andar en este mundo con
cierta tranquilidad, muchas veces no tenemos que mostrarnos tal cual somos ni
expresarnos tal cual como quisiéramos ... Pero Selena había llegado a la cima
trabajando, siendo honesta, diciendo siempre la verdad, manifestando siempre lo
que realmente sentía, y lo que realmente aspiraba para sí y para sus semejantes
... Y más de una vez todos los que hemos sabido apreciar a Selena nos hemos
dicho si por allí ella falló por aquello que fue su gran virtud, por aquello
que fuera su sello y por lo que siempre fue tan querida ... Es por esto que es
muy difícil no pensar que personas como Selena terminan siendo víctimas en cualquier
sentido y explicación que le demos ... Y Selena en el mayor y doloroso de esos
sentidos y explicaciones ... Pero muchos otros notamos que eso que ha padecido
Selena lo vivimos en nuestra vida cotidiana ... Si hay algo que entendemos
rápidamente desde que empezamos a interactuar con otros es que el distinguirse
por algo puede ser motivo de agresión de los demás. El ser bueno en cualquier
aspecto puede ser excusa para la burla, para la agresión, para el escarnio. Hoy
hablamos como un fenómeno particular el caso del “bullying”, y es que en
realidad desde muy chicos vivimos atormentando a gente que sólo quiere hacer lo
que le gusta y ser feliz ... Hoy día vemos que se llega a agredir en los
colegios a chicas por el solo hecho de ser lindas y acusarlas supuestamente de
presumir absurdamente de ello ... Y es que hemos llegado al punto en el que no
toleramos a la gente que triunfa, que se destaca o que simplemente quiere vivir
en paz y alegría con su vida ... En una sociedad intolerante, fracasada,
insatisfecha y mediocre se prefiere masificar desde el oscurantismo en vez de
tomar los buenos ejemplos y tratar de seguirlos. A veces miro a mi alrededor en
cualquier ámbito en el que me encuentro y me sorprendo la necesidad que tienen
muchos en querer agredir, en querer lastimar, en querer provocar para que todos
seamos infelices y esos provocadores sentirse destacados desde la maldad. A
veces me pregunto qué tan mal estamos para que nos haga más fáciles estar en riñas,
en internas, peleados, maltratados, odiando y defenestrando a nuestro prójimo
que sonreír, mostrarse preocupados por lo que le pasa al de al lado, saludar,
mostrarse contento, animar o simplemente acompañar la felicidad del otro ... Es
que este es el mundo que fuimos creando, mucho más proclive para las guerras
que para la paz, más proclive al odio que al Amor, más proclive a la posesión
que a la libertad, más proclive al morbo que al buen gusto ... Parece que eso
es lo que ha querido siempre la humanidad, y el que se sale de ese patrón es
más probable que la pase mal que sea venerado y respetado...
Selena siempre dijo que quería que la recordaran con Amor
... Pero nunca llegó a decir qué imagen final hubiese querido que fuese
mostrada de ella ... Y claro ... Era tan joven ... Ya era raro que le
preguntaran a ella cómo quería que fuese recordada, del mismo modo que le
preguntaran a su madre si se podía imaginar una vida sin Selena, en otra de
esas tantas preguntas que de tan insólitas nos hace pensar que quienes la hacían
eran inconscientemente proféticos ... Pero que Selena pudiese imaginarse su
final y de qué modo quería despedirse de este mundo ya era ir demasiado lejos
... Me pregunto qué pensaría Selena hoy de esas imágenes que se difundieron de
ella cuando se fue de este mundo ... y me pregunto si aquellos que la tomaron o
la fotografiaron no pensaron un poquito en ella a la hora de darlas a luz ...
Siempre me pregunté quién querría ver a Selena así ... Siempre pensé que Selena
jamás hubiese, ni imaginado, ni querido que la mostraran de esa manera, de un
modo que se asemejaba más a la derrota, al desconcierto, a la tristeza, al
enojo, al morbo, a la profanación, a una imagen tan negativa como indignante,
tan diferente de aquella que Selena supo dar y transmitir ... Esa imagen de
Selena con ese rostro serio, desconcertado, sorprendido, enojado, ese rostro
tan distinto de la paz que muchos vieron o quisieron ver ... Me costó entender
desde mi cultura, y de mi pensamiento y sentir sobre la muerte, qué motivo
querría tener alguien para ver a Selena en esa condición ... Fui uno de los
tantos que cuestionó la decisión de abrir ese cajón y que se la exhibiera luego
de decidir lo contrario ... Con el tiempo lo entendí ... Entendí a aquellas
chicas que habían venido de lugares tan distantes que no querían volver a sus
casas sin ver a Selena, aunque fuera así ... Podía ser porque querían
cerciorarse, porque querían creer hasta último momento que todo era una absurda
mentira, producto de un engaño o farsa, pero mentira al fin ... Pero si era
cierto, al menos tener la oportunidad de despedirse, de agradecerle, de
llorarla, de tocarla si era permitido ... Yo vi a esas chicas gritar, pedir y hasta
rogar que abrieran ese cajón ... Eran chicas que habían visto cantar a Selena
desde pequeña ... que la sentían una de ellas ... que la consideraban como una
de sus hermanas ... que era una de las suyas que lo había logrado ... que había
cumplido el viejo sueño americano por el que venían luchando tantas como ellas
... Con el tiempo entendí ese
sentimiento, como entendí qué era para ellas poder verla, poder sentirse
identificadas con Selena hasta en el mismísimo dolor, por qué tenían que ver aquello tan triste
como inconcebible, tan doloroso como desconcertante ... Con el tiempo me di
cuenta de que hay cosas que no se pueden explicar ... Sólo sentirse ... Alguna
vez eso me pasó con alguien tan cercano a mí ... Una prima que se había
suicidado y que la sentía tan cerca en muchas cosas ... Fue la única vez que lo
experimenté y sé que es querer ver algo tan triste como indeseable ... A veces
uno necesita despedirse de determinadas personas porque necesita compartir ese
dolor, eso que sólo uno lo padece en toda su dimensión ... A veces con las
despedidas a otros uno también se despide ... A veces con la muerte de otro
experimenta su propia muerte ...
La gente quería despedirse de Selena ... Y con el tiempo
aprendí a valorar la actitud de grandeza de su padre, que supo entender ese
clamor y exhibir a Selena para que todos pudieran despedirse ... Él entendía
ese sentimiento y frente a eso no podía negarse ... Era lógico ... Él estaba
destrozado y desconcertado ... Su familia también ... No podía imaginarse un
mundo sin su hija ... Su familia tampoco ... No podía saber cuál sería el
futuro para él, si es que había alguno luego de lo que se había construido con
tanto esfuerzo por tantos años y destruido con tanto odio en tan poco tiempo
... Y sabía que aquella gente que se iba a despedir de Selena pensaba y sentía
lo mismo ... Por eso no dudó ... Lo que tal vez el padre de Selena no pudo
comprender en ese momento es que, aparte de él, de su familia, de los fans y de
todo aquel que quería de verdad a Selena, estaba esa otra gente ... Periodistas,
curiosos, gente que sólo puede cubrir sus vidas viendo las desgracias de los
demás ... Al padre de Selena le pasó lo mismo que a la mismísima Selena y a
toda su familia ... No midió a esa otra gente ... No pensó en la maldad, no
pensó en la mezquindad, no imaginó que muchos tomarían esas imágenes y la
harían rodar por todo el mundo ... Esa imagen, esa última imagen de Selena ...
Esa imagen que siempre atraería la atención de todos, esa imagen que muchos
querrían ver una y otra vez ... Esa imagen que atraería a tantos extraños … Esa
imagen que traería más especulaciones y generaría más morbo ... Esa imagen que
seguramente habrá visto miles de veces la asesina con placer y satisfacción
producto de su atroz obra... Esa imagen que traería más preguntas, y generaría
más historias y miles de inventos ... Esa imagen tan distinta de Selena ... Esa
imagen que seguramente Selena no hubiese jamás querido dar ... Eso es lo que el
padre de Selena no se imaginó a la hora de tomar la decisión ... Su dolor no le
permitió ver ... Sólo pudo entender la necesidad de compartir lo que sentía con
aquellos otros que lloraban por Selena, tal vez sin comprender eso que le
reclamaban por sus convicciones religiosas ... Pero no pudo ni ver ni imaginar
que estaban aquellas otras personas, aquellas que aprovecharían esa imagen y lo
que dejaba “el caso policial” para ir bien lejos en la maldad, en el engaño, en
la mentira, en la falsedad ... Esas mismas personas que con la excusa de averiguar
la verdad de lo que pasó inventó tantas cosas, especuló con tantas otras,
escuchó a la asesina para dudar de Selena, para enrostrarle historias,
inventarle vidas, acompañar con argumentos absurdos historias inconcebibles ...
Esas mismas personas que pusieron una y otra vez esa imagen de Selena para
poder llenar sus bolsillos y “ganar prestigio” con sus supuestas
investigaciones sobre lo ocurrido sobre Selena. Las mismas personas que, luego
de decir tantas mentiras sobre Selena y de dañar su imagen, pedía que no se
hiciera más preguntas sobre ella e incitaba a que “la dejaran descansar en paz”
... Las mismas personas que dañaron a Selena dando su peor y falsa imagen ... y
que no pidieron disculpas al ver que muchas de sus elucubraciones eran falsas
... Las mismas personas que no respetaron esa última imagen de Selena que todos
quisieron ver para compartir el dolor ... Las mismas personas que no escucharon,
no vieron ni expresaron lo que Selena quiso decir y dar como ejemplo a la hora
de despedirse ... Las mismas personas que no vieron ese rostro de Selena a
pesar de haberlo exhibido tantas veces, a pesar de hablar hablado tantas veces
de él, a pesar de decir que la “respetaban tanto...”. Eso es lo que no vio el
padre de Selena ... Y peor aún, lo que nunca podría imaginarse el padre de
Selena es que encima esas mismas personas lo acusarían a él de las cosas que
ellos mismos habían perpetrado ... Y que le darían todas las oportunidades a la
asesina para que se despachara a gusto contra él, contra Selena, contra toda la
familia Quintanilla, y que se riera de todos lo que la supieron amar tanto con
semejantes mentiras y con el brutal acto que cometió ... Y sin tener ningún
respeto por Selena, que nunca pudo, desde aquel nefasto 31 de marzo de 1995,
siquiera decir nada, sin poder despedirse, sin poder amar, querer, tocar,
sonreír, cantar, hacer feliz a la gente y ser feliz ... Selena sigue siendo aun
hoy, a casi 20 años de lo ocurrido, la única víctima de esta historia ... La
única protagonista de esta historia, y sin poder siquiera decir nada sobre todo
lo que tuvo que soportar en todo este tiempo y también sobre todo lo que no
pudo hacer ... Así de impiadoso ha sido este mundo ... Así ha sido esta
humanidad con Selena mostrándola de un modo no querido ni respetado, y sin
tener piedad por aquellos que tanto la habían querido y amado...
Pero como siempre he dicho, ya ha pasado mucho tiempo de
esta vida sin Selena ... Y aunque las heridas siguen estando abiertas, y nadie
pueda entender y aceptar su ausencia, es hora de remediar ciertas cosas ... Del
mismo modo que el paso del tiempo nos ha hecho entender que la mejor forma de
recordar a Selena es mostrar a ese hermoso ser humano que fue, exhibirla tal
cual era en la vida y en el escenario, sin estatuas ni monumentos, sin mitos ni
leyendas, sino ver y sentir a Selena como una extraordinaria mujer que supo
querer, sentir, ser amada y amar, y ser respetada y admirada como artista y
como persona ... Ver esa Selena que trabajó durísimo y con honestidad llegar a
lo más alto sin engaños, sin mentiras, sin falsas imágenes ... Triunfar siendo
ella misma ... Ganarse a la gente siendo auténtica ... Transmitiendo a la gente
felicidad, pasión, voluntad ... Su felicidad, su pasión, su voluntad ... Más de
una vez Selena dijo que a la hora de actuar ella quería representar papeles que
se ajustaran a su imagen real, que ella no quería hacer un personaje que no
fuera similar al que ella era en su vida real ... Así era Selena ... Selena no
quería engañar a nadie ... Selena no quería mentirle a nadie ... Selena no
quería dar una imagen falsa o equivocada de ella ... Si había algo que Selena
no deseaba era dejar a la gente una imagen que no la representara ... Por eso
me pregunto y les pregunto a todos: ¿queremos seguir viendo esas imágenes de
Selena cuando vemos un recordatorio, un informe, un homenaje o simplemente
buscando un video de ella? ¿Podremos saber respetar a aquellos que no quieran
ver eso que no desean? ¿Podemos pensar en Selena a la hora de mostrar esas
imágenes? Yo no pido que se prohíba nada ...
No está en mi esencia ... Sólo les pido que no la expongan sin avisar
previamente a los demás, que sólo la vean los que la quieren ver ... Pero que
por el Amor de Selena no la expongan tan impúdicamente ... Porque eso no es
Amor, ni respeto ... Eso es morbo, es invasivo, no es digno ... En esas
imágenes se confunden los que lloran aún hoy por Selena con aquellos que gustan
de la sórdido, con los que gozan del dolor de los demás ... Los que
verdaderamente aman a Selena ya tuvimos y tenemos bastante con lo sucedido ...
Sería bueno que muchos pensaran que esa exhibición impúdica de Selena es tan
maliciosa como cuando, con la excusa de un reportaje o de un informe policial, se
deja una y otra vez a la asesina que dispare con total impunidad contra ella
con tantas mentiras y barbaridades, con la misma furia y frialdad con la que
disparó aquel lluvioso 31 de marzo de 1995...
Se los pido a todos ... con el mismo Amor que sólo Selena
supo dar...
Yo sé lo que fuiste, viviste y padeciste, Selena ... No
necesito ver esas imágenes de ti ... Lo bueno y lo malo, lo feliz y lo triste
vive conmigo siempre en mi corazón...
Te quiere mucho...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
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