¿Qué haría si estuvieras aquí, Selena?


“¿Y si fuera Selena? ¿Te acuerdas cuando te decía qué harías si Selena estuviera aquí?”, le dijo María Belén a Pablo y éste se quedó un largo rato mirándola sin poder decir nada, sin siquiera poderle explicar algo, sin animarse a ensayar una mínima excusa viendo la mirada de su compañera de trabajo. Pablo se quedó mirando el piso, y en el medio de la fiesta y del griterío de la gente se fue a la terraza del hotel. Se sentía ahogado, angustiado, culpable ... Fue caminando despacio en el medio de parejas que se besaban, de gente que aprovechaba la oscuridad para ventilar secretos de otros que estaban allí abajo, de personas que iniciaban un excitante amor clandestino en el medio de esa fiesta organizada por él mismo y por las autoridades de la empresa en la que trabajaba, de esa fiesta hipócrita, de esa alegría inventada, falsa, forzada. Pablo llegó a una de las barandas que contenía la terraza del vacío y miró las estrellas. Quería buscar la paz que ya no tenía, quería recuperar su vida, quería encontrar su ser, quería buscar aquello que tanto lo alegraba ... Pablo quería volver a ser una persona común a la que no le importaba ser alguien en una empresa llena de mentirosos que vivían todo el año matándose por un bendito puesto jerárquico que les diera estatus, prestigio y dinero que les posibilitara irse a donde quisieran, obtener bienes para sus cónyuges y para sus hijos, aun sabiendo de que ni con eso le garantizarían jamás ni la felicidad, ni la alegría ni la paz, pero que seguro lograrían las úlceras, las peleas, el estrés y el malhumor que nadie curarían. Eso sí, para liberar las tensiones de todo el año, él y la empresa les organizaba a los personajes de circo que les aseguraban pingües ganancias anuales una fiestita para actuar como si todos fueran grandes amigos, como si todos constituyeran un gran equipo de trabajo que con su ingenio, talento, capacidad, sacrificio y trabajo lograban lo que eran en ese momento ... “¡¡Hipócritas, mentirosos, falsos, vagos, atorrantes, malvivientes!! ¡¡Eso es lo que son!!”, se lamentaba Pablo. Pero ahora se sentía tan miserable como ellos, porque a pesar de ello y a pesar de él, había elegido ese camino, ese camino nefasto que lo había transformado en un ser que no era él, una persona tan lejos de lo que supo ser y demostrar ... En esos últimos años vivió en la mentira y cuando creyó que podría vivir sin recordarlo ni sentirlo, apareció María Belén para hacerle esa bendita pregunta, para revivir aquello que no quería ver más, para no tener que ver su cara en el espejo cada día y notar en lo que se había transformado ... Esa cara de María Belén ... Esa pregunta ... Eran otros tiempos ... Él era otra persona. Siempre se jactaba de no ir jamás a una fiesta de fin de año de la empresa porque se sentía que no podía ser partícipe de algo tan mentiroso y tan alejado de su imagen real. “¿Para qué quieres que vaya, María Belén? ¿Para ver la sonrisa de plástico de gente que te desprecia? ¿Para que te saquen fotos, te filmen y después en el ‘video institucional’ pongan a la gente ‘cool’ de siempre, que son los que se codean con el personal jerárquico todos los días? ¡¡No, nena!! ¡¡Déjame tranquilo!! Yo soy un tipo de trabajo. Dame lo que tengo que hacer que te lo hago. Pero no me hagas ser cómplice de esta gente. ¡¡No me hagas ser lo que no soy!! Bastante que me los tengo que bancar todo el año. Yo soy feliz con mi familia lejos de todo. Sé que es la única que verdaderamente me quiere. Éstos sólo quieren la plata y sus sillones cómodos en los despachos de sus lindas y cómodas oficinas. Eso sí, oficinas cuyos escritorios están llenos de fotos de sus hijos y de sus cónyuges. De gente a la que sólo ven en fotos, de gente a la que nunca le darán felicidad y ellos tampoco se la pedirán...”, le decía hace tiempo Pablo a su compañera de trabajo que lo miraba extrañada, como a un bicho raro que no sabía de dónde lo habían sacado. Pero María Belén le había encontrado su parte sensible, su parte no irónica ni llena de rencor y de fastidio por este mundo. Y la encontró con una sola pregunta: “¿Y si fuera Selena?”. Ella sabía cómo admiraba y quería a Selena. “¡¡Por supuesto que en ese caso iría!! ¡¡Por Selena todo, me entiendes, todo!!”. María Belén se reía y le decía: “No sé cómo acepta tu esposa que quieras tanto a Selena. Sabes que eso es una competencia para cualquier mujer, por más que sea inalcanzable...”. “Pero tú no entiendes, amiga. Selena es otra cosa. Selena no es una simple mujer. Selena es distinta. Selena es mi ejemplo, es mi camino, es mi hermana, es mi madre, es mi hija ... No, María Belén ... Selena va por otro carril ... Su sonrisa, su manera de ver las cosas, su carrera, su triunfo es mi alegría. Selena es una simple chica que con trabajo y honestidad quiere llegar a su meta de logros y felicidad ... Y su triunfo es también mi triunfo. Sé que con ella todo es posible. Si Selena puede, sé que yo también podré...”, le decía con sumo entusiasmo Pablo a la asombrada María Belén. “No dudes de que si esta empresa la llegara a traer a una fiesta yo iría, porque sabría que ella la transformaría en otra cosa ... Selena de ese lugar haría algo mágico, algo asombroso, algo entrañable. No tengo duda de que sacaría lo mejor de nosotros y sé que nada volvería a ser lo mismo después de ella. Y ahí seríamos nosotros mismos llenos de su magia y ésta sería una empresa mucho mejor”, le decía Pablo, que se sentía un pastor evangélico hablando tanto de Selena y aun sabiéndolo no le importaba que se viera de ese modo. Sólo le importaba ser feliz. Sólo le importaba ser feliz con Selena...

Hasta que llegó ese nefasto 31 de marzo ... Pablo recibió la noticia en su trabajo. Iba a almorzar y escuchó por ahí que algo había pasado con Selena, que estaba en el hospital, que la habían baleado, que estaba grave ... Vio a mucha gente llorar, vio a niños gritando, vio a gente corriendo para diferentes lados. Él mismo dio vueltas en círculo sin saber qué hacer ... Cuando pudo reacomodarse, Pablo volvió a su trabajo. María Belén se le quiso acercar pero él se excusó. Tomó sus papeles y trabajó como un autómata, sin decir palabra, sin mostrar gesto ni sentimiento alguno ... Por ahí escuchó el desenlace, pero a él ya no le importaba ... Eso ya lo sabía desde el momento en el que escuchó que “algo” le había pasado a Selena ... Pablo siguió como si nada por días, por semanas, por meses ... Cuando ya su esposa había comenzado a desesperarse, cuando muchos compañeros de su trabajo murmuraban sobre él con malicia, cuando sus amigos lo veían con preocupación, un día Pablo se levantó con una sonrisa y emprendió su camino al trabajo con otro talante ... Se lo veía seguro, avasallante, ambicioso ... Pero su sonrisa ya no era la misma. Sus pensamientos eran otros. Su accionar también ... Comenzó a trabajar menos pero a mostrarse más prolijo, más elegante, más “inteligente”. Empezó a visitar a jerárquicos de la empresa con su nueva sonrisa de plástico para ofrecerle proyectos, ideas, bocetos que lo llevaran a un progreso general y personal. Se distanció de sus viejos compañeros y de sus amigos de siempre. Ahora se hacía acompañar por gente importante que le palmeaba la espalda y lo invitaba a innumerables fiestas a las que él asistía con gusto ... A esas fiestas que él tanto detestaba ... Su familia cambió de estatus, de bienes, de relaciones. Pablo recorrió el mundo y gozó de todos los placeres, incluso de los prohibidos ... Pablo no dejó de sonreír aunque su sonrisa no fuera la misma, aunque la gente que lo rodeaba no fuera la misma, aunque su vida no fuera la misma ... Pablo progresó, avanzó, ganó, aplastó, vapuleó sin mirar atrás, sin querer nunca saber el camino que estaba transitando ... Pablo creyó que ese pasado nunca se presentaría porque él nunca lo miraría ni lo buscaría ... Pero la verdad y la realidad siempre se presentan en el momento menos indicado y de la forma más impensada ... Esa pregunta, esa maldita pregunta de María Belén le hizo ver lo miserable que era, el monstruoso ser en el que se había transformado para poder seguir viviendo...

Pablo miró la calle desde el piso de la terraza. Se lo veía tan lejano por su pequeñez, y por esas risas histéricas y tontas que se escuchaban por doquier. No lo soportó más y salió de inmediato del lugar. Corrió por las escaleras sin parar. Escuchaba que muchos de sus “nuevos amigos” querían detenerlo para que animara la fiesta “tan encantadora” que había organizado, pero él ni los registró. Cuando llegó a la calle pudo sentir el aire puro, ese aire puro que hacía tiempo no respiraba, y siguió corriendo sin parar hasta que estuvo bien lejos de allí, hasta que divisó un puente solitario que dejaba traslucir en su fondo las aguas tranquilas de un pequeño lago en el que se reflejaba la luz de una enorme luna ... Pablo sintió que hacía años que no veía, ni sentía, ni respiraba algo tan transparente como aquello. Se detuvo en una de las pequeñas barandas y miró un largo tiempo hacia arriba buscando algo en las estrellas. No se preguntó qué estaba buscando hasta que se dio cuenta de que estaba buscando a Selena ... No quiso mirar más y comenzó a observar las tranquilas aguas del lago. Después de un largo tiempo miró su cara y empezó a ver en lo que se había transformado. Miró de nuevo las estrellas y volvió a ver su cara relejada en el agua y se largó a llorar por unos largos minutos que para Pablo fueron horas. Lloró por todo ese tiempo en el que quiso negar la partida de Selena ... En el quiso negar que se sentía derrotado por esos mismos miserables psicópatas de siempre que le habían quitado la vida, las ganas y la alegría a Selena ... De pronto Pablo detuvo su llanto cuando escuchó algo familiar que salía del hotel ... Las ironías de la vida ... Estaban pasando el tema “Como la flor”, pero sonaba tan distinto, tan atemporal, tan lejos de esa esencia con la que lo solía cantar Selena con esas voces beodas que ni entendían lo que les estaba pasando ... Allí Pablo entendió qué tan distinto era lo que le generaba alegría de aquellos que ni sabían lo que era la felicidad ... Estaba por emprender con furia contra todos esos tontos que según Pablo estaban parodiando burdamente a su Selena hasta que una niña lo detuvo ... “No vayas hacia allí ... Selena no querría que fueras a arruinar uno de sus temas por odio ... Déjalos ... No saben lo que hacen...”. Pablo le preguntó quién era y por qué estaba allí a esas altas horas de la noche. La niña le dijo mientras se sacaba una cadenita: “Me llamo Selena ... Sí, como nuestra Selena ... Mis padres me lo pusieron por ella hace unos años. Pero ellos ya no están aquí ... como Selena ... Tal vez ellos no pudieron superar lo que le pasó ... Digamos que fue un terrible accidente de tránsito ... Mis abuelos me dejaron esta cadenita ... Era de mi madre ... Pensaron que era lo mejor que me podían dar de ella y que con esta cadenita Selena siempre me protegería ... Y créeme que no me fue tan mal en este tiempo ... Pero yo ya no la necesito ... Sé cuál es mi camino ... Y es el de Selena ... Tómala tú ... Sé que la necesitas más que yo en este momento...”. Pablo iba a rechazarla. No podía aceptar lo que le daba esa niña, una cadenita con la cara de Selena y una leyenda que decía: “Nada es imposible. Es cuestión de proponérselo. Selena”. Pero la niña tomó la mano de Pablo, puso en ella la cadenita y le dijo: “Yo sé que me la devolverás. El día que encuentres a Selena. En ese lugar que pronto vamos a encontrar...”. Pablo tomó la cadenita y abrazó fuertemente a la niña. Juntos lloraron en silencio ... Nunca Pablo sintió tanta paz como en ese momento ... Le estaba por decir que la iba a llevar a donde estuviera viviendo en ese momento, pero un grito lo estremeció. Un grito que lo buscaba, un grito que era distinto de aquellos ensordecedores de esa gente sin ningún acto más que hacer el ridículo ... Era María Belén que lo estaba buscando ... “¡¡Aquí estoy, aquí estoy!!”, alcanzó a gritar Pablo e hizo un gesto alzando sus manos para que ella lo pudiera ver. “¡¡Ven aquí!! ... Estoy con Selena ... Estoy con una niña que...”, dijo Pablo todo entusiasmado hasta que vio que la niña no estaba más con él. Miró a un lado, miró a otro, miró la cadenita con la cara de Selena, miró que se acercaba María Belén y Pablo sólo sonrió. Ella se acercó con gran preocupación: “Disculpa, Pablo, por lo de recién ... No fue mi intención herirte ... Es que no pude evitarlo ... Es que has estado tan distante y te he visto tan distinto en este tiempo ... Perdóname ... ¿Pero qué dijiste antes? ¿Qué viste a quién?”. Pablo puso el dedo en sus labios y le dijo: “El que se tiene que disculpar soy yo, amiga. Tú fuiste la única persona que se preocupó verdaderamente por mí en este tiempo ... ¿Sabes? Vino una niña y me regaló una cadenita ... Pero ahora sólo quiero que me acompañes...”. “¿A dónde? ¿A la fiesta?”, le preguntó sin entender María Belén. “¡¡No, por favor!! ¡¡No voy a volver a ver más a esos impresentables!! Quiero que me acompañes para olvidar esta farsa y para buscar a alguien a quien pronto vamos a encontrar...”, le dijo con alegría sugerente Pablo ... Ella se le quedó mirando con un gesto de expectativa exultante ... “¡¡Vamos a buscar a Selena, María Belén!! Vamos a retomar el camino perdido ... ¡¡Vamos a ir a su fiesta!! Esta vez no te voy a fallar ... ¡¡Vamos a buscar a la niña que me dio esta cadenita!!”, le dijo Pablo y adelantó su brazo. María Belén hizo lo propio y se fueron del brazo a las carcajadas ... Esas carcajadas que sólo propinaba Selena ... Y ahora las expresaban ellos ... Pablo supo desde ese mismo momento que había encontrado lo que tanto buscaba ... Ahora sabía el rumbo que debía seguir, con quién debía hacerlo y con quién se encontraría al final del camino ... Sólo era cuestión de tiempo ... Sólo era cuestión de voluntad ... Sólo era cuestión de creer ... Sólo era seguir el Sendero de Amor que les había dejado Selena para ser felices en este mundo tan desdichado que la había abandonado...

(Hay un instante, un momento, una circunstancia en la que la vida nos pone a prueba, nos pone en la disyuntiva de qué hacer, de qué actitud tomar cuando no hay alternativa ni esperanza ... Es en ese momento en el que sale nuestro verdadero ser, lo que realmente somos, que nos hace mirar en un espejo y decidir si queremos ser más de lo mismo en un mundo sin retorno o queremos ser alguien que se propone ser feliz y hacer feliz con trabajo, Amor, honestidad, comprensión ... La vida nos pone al menos una vez en esa situación límite ... Y allí sabremos quiénes somos realmente, para qué estamos en este mundo y cuál es el camino que queremos tomar para dejárselo a nuestros hijos y a las generaciones que nos siguen ... Sería bueno que en ese instante todos tomáramos ese camino tan difícil pero tan noble que nos dejó Selena ... Eso haría que no la olvidáramos nunca ... Eso haría que fuéramos eternamente felices.)

Yo ya elegí mi camino, Selena ... Y ese camino es el que tú iniciaste y transitaste con Amor, con tu Amor...

Por siempre, Selena, en mi corazón...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina) 

Es tan fácil, es tan difícil, Selena...


Es muy fácil, si uno se lo propone. Es muy difícil llevarlo a cabo. Es tan lindo cuando uno se deshace de los prejuicios, de los odios ajenos, de los miedos propios, del contexto, de las alegrías y de las tristezas ajenas ... ¿Qué quiere uno en la vida?: ¿ser exitoso o ser feliz? ¿Se puede lograr ambas cosas? ¿Y si tuviéramos que elegir? ¿Cuándo uno decide convencido por un camino, sin importar los obstáculos, los vaivenes, los aciertos, los fracasos? ¿Cuándo uno decide conformarse por miedo a dar ese paso, ese paso que nos lleve a la plenitud? ¿Sabemos lo que queremos? ¿Nos gusta lo que hacemos? ¿Cuánto daríamos por un ideal? ¿Hasta dónde llegaríamos por dar lo que sea por los demás? ¿Qué haríamos si se nos viene un alud y estuviéramos solo nosotros y nuestros afectos? ¿Trataríamos de salvarnos nosotros o primero salvaríamos a los demás? ... Es muy fácil llorar por Selena, Es muy fácil conmoverse por su historia, por lo que nos dio, por lo que nos dejó ... Pero es muy difícil poner en práctica ese camino de verdad, de honestidad, de talento, de sinceridad, de bondad que nos dejó ... ¿Estaríamos dispuestos a seguir un ideal aun dejando todo en el camino? ¿Postergaríamos nuestras vocaciones por lograr primero el bien común? ¿Tendríamos fuerzas si en algún momento de nuestras vidas perdemos todo? ... ¿Nos levantaríamos al otro día redoblando nuestras fuerzas para recuperar lo perdido y lograr aquello que se buscó desde un principio? ... ¿Intentaríamos una y otra vez lograr el objetivo con los mismos ideales, por el mismo camino, con las mismas convicciones? ¿Dejaríamos la comodidad de lo que se tiene para lograr cumplir los sueños, el motivo de nuestras vidas que nos hace felices? ¿Dejaríamos de lado etapas fundamentales de nuestras vidas para lograr aquel fin que nos haga plenos para después sí vivir aquello que no se pudo vivir en su momento? Es muy difícil que lo hagamos ... Es muy fácil si lo buscamos. Es sencillo si estamos convencidos. La vida y la humanidad nos pone muchos obstáculos, pero nada lo impide si nosotros deseamos, si nosotros queremos arriesgar, si nosotros queremos ser felices, si nosotros queremos llegar a ser alguien con sacrificio, con sinceridad, con Amor, sin herir, sin perjudicar, sin enojos, sin esa insana competencia que nos dice que para lograr lo que uno se propone hay que ganarle a otro, hay que dejarlo de lado, hay que vencerlo, hay que perjudicarlo. El mundo nos hizo creer que la vida era así, que el sacrificio consistía en esa insana visión, que las buenas intenciones sólo quedan en los grandes libros, en los grandes ideales, puertas adentro, en familia, pero que nunca se ponen en juego cuando debemos interactuar con el mundo, cuando debemos buscar nuestro lugar, cuando buscamos ser felices ... Y más de una vez nos hicieron ver que poner en práctica aquello que nos enseñaban ese camino era una quimera ... Recuerdo más de una vez que mi madre miraba con preocupación mi actitud ante la vida. Le decía a mi padre: “Pobre, va a sufrir mucho en la vida...”. Y lo decía al ver que aquellos principios que me enseñó yo me los había tomado en serio y los ponía en práctica ... A mi madre le preocupaba que dijera siempre la verdad, a mi madre le preocupaba que dijera desde niño que había que tener mucha disciplina en la vida para llegar a ser alguien, a mi madre le preocupaba que fuera “tan honesto”, “tan responsable”, que me mostrara en la vida tal cual era ... A mi madre le preocupaba que yo pusiera en práctica aquellos valores que me enseñó, que eran los mismos que le enseñó su padre, pero que la realidad de su vida, la muerte temprana de mi abuelo, la necesidad, y una madre y unas hermanas que se mofaban, como el mundo de entonces, de aquellos valores, hacían que quedaran esos valores en hermosas palabras sin sinsentido, sin futuro, sin perspectiva. Mi madre tuvo que guardarse esos ideales para trasmitirlos a sus hijos cuando vinieran tiempos mejores, pero mientras tanto ... mientras tanto había que callarse y aceptar esa realidad, la realidad familiar sin su padre ... mi abuelo que ni en el peor momento de su agonía resignó sus convicciones y su palabra ... Esa realidad que le decía que ese no era el camino ... Que el camino ... el camino era algo muy distinto del que quiso llevarlos su padre ... Mi abuelo murió de una enfermedad cruel, y con él se fueron sus ideales y sus convicciones. Mi madre se los guardó y los quiso enseñar, pero ella tampoco estaba convencida, dada su realidad y la nuestra ... Por eso me miraba con preocupación. Porque pensaba que sufriría como ella, que sufriría como su padre. Yo escuchaba esas palabras y sentí ese pesar ... Por muchos años viví en esa incertidumbre ... Pero perseveré en el camino ... Y la realidad de la vida me golpeó una y otra vez ... Siempre pensé que era una lucha inútil ... Que al fin y al cabo en esa perseverancia te empiezan a mirar raro primero y con sospecha después. El seguir con esos ideales en un mundo que no los sigue hace que se nos vea como peligrosos, como una amenaza ... A nadie le gusta que se los ponga en evidencia ... Y muchas veces el perseverar con la verdad, con honestidad, con valores hace que se nos ponga en un primer plano aunque no querramos tener ese lugar, cuando tal vez sólo deseamos ser felices con lo que somos, con lo queremos, con lo que creemos ... Es tan fácil proponérselo ... Es tan difícil ponerlo en práctica ... Siempre llega un momento en el que bajamos los brazos y nos decimos que ya no podemos más, porque ese mundo de mentira nos dice que nosotros somos los mentirosos, pero siempre hay un momento en el que alguien nos dice que ese camino es posible, que no es vano intentarlo a pesar de todo, que siempre se puede si uno está convencido, que no es necesario ensuciarse por necesidad para lograr todo con honestidad ... Siempre llegan esos momentos ... Vivimos en esa dualidad con la que luchamos día a día ... Siempre está Selena para ofrecernos su vida y preguntarnos si estamos dispuestos a seguir su camino a pesar de todo, con la alegría de lo obtenido pero con la tristeza de los que te golpean para que nunca lo logres ... Siempre está Selena, no sólo en sus discos, no sólo en sus videos ... Siempre está Selena con su vida para que nos acordemos de que un mundo es posible, de que una vida es posible, de que ese camino que añoramos transitar nos llevará a la felicidad a pesar de todos los obstáculos que tenga, a pesar de los obstáculos que generan los demás ...  Sería bueno que nos preguntáramos si alguna vez estaríamos dispuestos a hacerlo a pesar de lo que Selena logró y dejó por transitarlo...

Es muy fácil evocar a Selena. Es muy difícil seguir su vida. Es muy fácil recordarla. Es muy difícil recorrer su vida. Es muy fácil reírse y llorar por ella. Es muy difícil que demos por Selena lo mismo que dio ella por nosotros. ¿Estaríamos dispuestos a triunfar sin mentirle a la gente? ¿Estaríamos dispuestos a lograr todo y ser la misma persona en bambalinas como en la intimidad? ¿Estaríamos dispuestos a lograr algo en la vida sin hablar mal de los demás, sin herir, sin mentir, sin blasfemar? ¿Estaríamos dispuestos a buscar el bien común para que todos sean felices aunque resignemos parte del éxito? ¿Estaríamos dispuestos a dar sin esperar? ¿Estaríamos dispuestos a resignar parte del éxito a cambio de que nos quieran más? ¿Estaríamos dispuestos a lograr que en cualquier ámbito de nuestras vidas busquemos que todos sean felices? ¿Estaríamos dispuestos a mostrar todos nuestros sentimientos, nuestros gustos, nuestros deseos, aunque eso nos exponga? ¿Seríamos capaces de seguir como si nada en la vida si sabemos que algo que hacemos perjudica a los demás? ¿Podríamos mirar a la cara a alguien si sabemos que cualquier acto o no acto nuestro provoca la infelicidad del otro? ¿Podríamos ser capaces de no hacer algo en el trabajo, en la familia, en cualquier ámbito, sabiendo que eso que no hacemos lo tendrá que hacer otro provocando que éste deba hacer doble trabajo, doble esfuerzo, doble sacrificio y sean infeliz a costa nuestra? ¿Podemos ser felices y exitosos mintiendo, siendo falsos, hipócritas, estafadores, manipuladores, malas personas? ¿Podemos ser felices traicionando a quienes confiaron en nosotros? ¿Podemos vivir en la vida como si nada contando cosas íntimas de los demás para perjudicarlos, o para beneficiarse o congraciarse con otros? ¿Podemos ser felices siendo tan miserables, mediocres y mezquinos? Sé que parecen preguntas ingenuas pero sería bueno que cada uno se las preguntara ... Y si uno se respondiera que no hay otra alternativa, que ese es el camino, el único camino para sobrevivir, sería aun mejor y más noble que se los dijéramos a Selena, donde quiera que esté, afirmándole que su camino fue en vano, que nada de lo que hizo tuvo sentido y que en definitiva lo que le pasó es la lógica consecuencia de lo que eligió ... Y más aún, aquellos que dicen querer a Selena, pero que creen que su camino es idílico, pero inviable en la realidad, miren una foto de Selena y se lo digan mirándola a los ojos, imaginando que se lo están diciendo personalmente ... Sería bueno que cada admirador de Selena haga ese ejercicio y, si puede, que busque a sus padres, a sus hermanos, a su esposo y que se lo digan, si es que se atreven a decirlo, si es que se atreven a decírselos y a decirse a ellos mismos...

Es tan fácil si uno se lo propone ... Es tan fácil si uno quiere ... Se hace tan sencillo hasta lo imposible ... Se hace posible hasta lo inalcanzable ... Así pensaba Selena ... Así actuaba Selena ... Es tan fácil si se tiene voz ... Es tan fácil si se tiene talento ... Pero es difícil si uno no se conforma y quiere dejar un camino, un ejemplo, una enseñanza ... Es tan fácil llegar a la fama con un hit, con un “N° 1”. Es tan difícil lograr que con eso solo te quieran ... Para eso hace falta algo más ... Ese algo que es tan difícil de hacer ... Muchos se conforman con lo primero ... Pocos buscan lo segundo ... Esos pocos tal vez logren ser repudiados, ignorados, despreciados ... Cuesta mucho superar tantos obstáculos ... A veces nos gana el conformismo ... O el éxito fácil ... No ser tan dignos, no tener convicciones, no ser honestos ... Para el segundo camino hay que ser perseverante, estar seguro, tener mucho Amor, mucha dignidad, tener ganas de ser felices ... Tener ganas de hacer felices a los demás ... Tener ganas de hacer todo que los llene de satisfacción ... Así era Selena ... Así actuaba Selena ... Nada de lo que logró le vino regalado ... Todo lo que logró fue gracias a ella, a su esfuerzo, a su talento y a sus convicciones ... Es tan fácil decirlo ... Es tan difícil sostenerlo ... Se me dirá que así como lo logró se lo quitaron ... Que por más que uno siga ese camino tan difícil, otros que utilizan el más fácil para este mundo terminan acaparando el fruto de lo logrado por los “idílicos” ... Pero siempre valdrá la pena intentarlo, aunque muchas veces los que transitan ese camino tengan ese final indigno. Yo no diré lo que decía mi madre. Yo diré que siempre será bueno transitar ese camino, que nadie sufrirá por él, porque aquellos que como Selena sigan el camino de la verdad, de la honestidad, de la sinceridad, de la alegría, de la solidaridad siempre serán felices hasta donde puedan gozarlo ... Y Selena fue feliz en esos 23, casi 24 años ... Por eso siempre diré que aquellos que hacen y construyen ese camino serán felices a pesar de este mundo mezquino, a pesar de esta humanidad tan desquiciada ... Por eso diré que Selena es mi estandarte, mi ejemplo, mi guía ... Por eso diré que quiero ser como Selena ...Por eso diré que con Selena siempre seré feliz...

(Muchas veces dicen que la historia la escriben los que ganan ... Que siempre hay otra historia, la verdadera historia ... Tal vez lo ideal sería que haya una sola historia que sea escrita con actos, con ejemplo, con vida ... Una historia en la que se llegue a la conclusión de que no hace falta probar nada, de que no son necesarias tantas palabras y tantos testimonios ... Una historia para ser contada, una historia para ser vivida, una historia con protagonistas que nos dejaron un Legado que permanecerá vivo con nuestros actos de todos los días ... Una historia viva, una historia con alegrías y tristezas, una historia dinámica, una historia vital ... Una historia presente y con la energía, las ganas, el Amor, el esfuerzo y las convicciones de Selena ... El día en el que lleguemos a parecernos un poquito a ella será el momento de darnos cuenta de que hay una sola historia, una linda historia de la que todos somos parte...)

Nada es fácil ... Sólo se hace fácil cuando nos ponemos en acción ... Y eso es lo que hago por ti todos los días, Selena ... Para que todos sigamos tu camino ... Para que todos seamos algún día como tú...

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

God´s child

30 de noviembre de 2014


Baila de nuevo conmigo, Selena...


Cada día que pasa y recuerdo lo que ha pasado hace casi 20 años, no puedo evitar pensar en Selena ... Cada vez que recuerdo el momento en el que surgió un artista, un disco, una banda, un solista, me retrotrae a ese año 1995 y pienso que ese pudo ser el año de Selena ... Y no lo fue ... Creo que por eso con el tiempo me decidí hacer un video con el tema que hicimos juntos ... “God’s child (Baila conmigo)” ... Me lo debía ... Se lo debía ... Cuando la conocí sentí que podríamos hacer algo bueno juntos. Recuerdo que yo le dije: “¡¡Oye, Selena!! No hagamos un tema enteramente en inglés con algún que otra palabra en español como los otros temas que estás preparando ... ¿Qué te parece si hacemos un dueto en el que uno canta en inglés y el otro en español? ¡¡Eso le dará más fuerza al tema!!”. Selena lo entendió perfectamente ... Es que por suerte, cuando me decidí a andar en bicicleta por todo el país y decidí salir de mi cueva, vi que había un mundo diferente, totalmente distinto de aquel que creía entender y habitar ... Supe de otras culturas, supe de otras gentes, supe de otras costumbres, de hábitos, de lugares ... Y supe de otras formas de vivir y entender la vida ... Recuerdo que cuando transité por el sur de los Estados Unidos me hablaban constantemente de Selena. Al principio pensé que se trataba de esos artistas que se hacen famosos por un disco o por un tema y que los transforma en esos ídolos inalcanzables que los hace adorar y admirar tanto, esperando ser como ellos, llegando a parecerse a uno de ellos. Pero cuando empecé a indagar sobre lo que significaba Selena para ese comunidad latina me llevé una gran sorpresa ... Ellos me hablaban de ella como si la conocieran de toda la vida, como si fuera su hermana, su madre, su hija. La consideraban como alguien de su familia. Decían que Selena era “uno de los nuestros” ... Decían que Selena había puesto bien en alto las aspiraciones de todos ellos. Decían que el éxito de ella era el éxito de todos ... No lo podía creer en un principio hasta que me puse en sus mentes y en sus corazones, y lo pude comprender ... Hasta allí para mí un artista cuando estaba en lo más alto sólo podía tener un sinnúmero de personas que aullaba por ti y sólo endiosaba aquella imagen que creían tener de ti o que querían tener de ti ... Cuando vi aquello comprendí que las cosas eran diferentes, bien diferentes ... Selena era admirada y querida por lo que ella era y representaba ... La imagen que daba era su imagen real, no impostada ... En aquella época Selena estaba dando conciertos por todo México, pero alguien tuvo el gesto de mostrarme en un videocasete canciones interpretadas por Selena en vivo y allí pude entender todo ... Podía no comprender bien lo que cantaba, podía no saber lo tanto que gustaba su música o el por qué de su admiración, pero con sus gestos, por su manera de interpretar y de poner énfasis en cada palabra, en cada estrofa, podía saber acabadamente lo que me quería decir y transmitir ... Definitivamente Selena era una artista diferente ... Tenía algo que la distinguía, que la diferenciaba de los demás. Incluso pensaba que podía interpretar cualquier estilo, incluso el rock, y hacerlo muy bien. Pensaba que cualquier persona de mi estilo que la viera se rendiría a sus pies y le pediría cantar algo con ella ... Por eso cuando se me presentó inesperadamente la oportunidad, no dudé...

Recuerdo que mi agente me habló de la posibilidad de hacer algo con Selena, siendo que éramos de la misma discográfica ... Me estaban por explicar quién era ella, lo que estaban proyectando hacer, los temas que harían, de dónde venía, hacia dónde querían ir y yo los interrumpí rápidamente diciéndoles. “No, no me tienen que explicar nada. Ya sé quién es Selena. Sólo díganles que cuenten conmigo y que cuando necesiten que les grabe, lo haré”. Y así fue ... Como al momento de grabar no podía estar en el lugar en el que estaría Selena haciendo su disco, se decidió que cada uno grabaría su parte en el lugar en el que estuviera ... Pero aun así me las ingenié un día para ir a Nashville para ultimar detalles de lo que haríamos ... Yo tenía que dar un concierto no muy lejos de allí, y como sabía que Selena estaba en esa ciudad, se me ocurrió tomar mi bicicleta para ir a charlar con Selena por un par de horas y conocerla. Ya habíamos hablado por teléfono para ir definiendo el tema. Ahora tenía la oportunidad de redondear el asunto con ella. Finalmente, fui al estudio de grabación y los sorprendí terminando de grabar lo que sería el primer single del disco en inglés, “I could fall in love”. Cuando Selena me vio, corrió a mi encuentro y me abrazó no sin antes agradecerme que la hubiese venido a visitar. Pero cuando le dije que había venido en bicicleta no pudo evitar echar una carcajada enorme. “No puedo creer lo que has hecho. ¡¡Muéstrame tu bicicleta!! ¡¡Quiero verla ya mismo!!”. Yo fui gustoso a mostrársela. Me enterneció ver una mujer tan sencilla, tan graciosa, tan respetuosa a la hora de presentarse. Era como me la había pintado la gente de Texas. No se la daba de gran artista, ni de diva, ni de figura principal. Estaba allí ... porque era su trabajo, era su responsabilidad, era lo que le gustaba y lo que tenía que hacer ... Los importantes, las figuras, los que se merecían la aprobación y el abrazo eran ... los demás ... los ingenieros, los productores, los artistas que colaboraban en su disco ... Yo ... No ella ... Creo que no quería creerse importante y tal vez no lo deseaba, al menos en ese sentido ... Tal vez nunca lo sepa en real dimensión ... O tal vez ni siquiera lo tenga que saber ... Era demasiado evidente la respuesta con sólo verla ... Cuando le mostré la bicicleta, Selena me pidió si podía dar una vuelta con ella. Yo se la ofrecí con una sonrisa y Selena corrió hacia ella cual si fuera una niña con su primer juguete, la tomó y salió disparando dando varias vueltas a puro grito. Recuerdo que su padre se excusó con la conducta de Selena, por lo que yo le contesté que perdiera cuidado, que me encantaba verla tan feliz. Luego de un largo rato, Chris, su esposo, se me acercó y me dijo: “Es que Selena canta desde muy pequeña ... Casi no tuvo infancia. En casa es así todos los días...”. Yo me sonreí y le pregunté: “¿Y es feliz?”. Él asintió. “¿Y tú eres feliz con ella así?”. Él asintió aun con más firmeza. “Entonces no tienes que explicarme nada. Más vale que Selena lo tome con tanta alegría luego de tanto tiempo de tanta carencia...”, le terminé de decir mientras saludaba a una Selena que no paraba de reír y de ser feliz...

El resto del tiempo que estuve en el estudio de grabación en Nashville hablé con el productor del disco, Keith Thomas, para explicarle cómo haríamos el tema y para preguntarle cómo iba el disco. Él estuvo de acuerdo con la idea que pergeñamos con Selena y me agregó: “Recién empezamos con el trabajo fuerte. Es que Selena está en su mejor momento artístico y de popularidad. Vive en gira, por lo que tratamos de compatibilizar los tiempos de todos para poder avanzar lo más rápido que podamos. Recién ahora en Emi están dispuestos a hacer el disco con su respaldo. No estaban muy convencidos porque Selena está arrasando en el mercado hispano y les parecía que lanzarla al mercado anglosajón no tenía mucho sentido ... una pérdida de tiempo. Hace como tres años que están dilatando la posibilidad de hacerlo. Pero desde que Selena ganó el Grammy el año pasado más de uno se fijó en ella y le empezaron a llover ofertas. Creo que ellos temen que se las lleve otra compañía y terminaron cediendo. Igual, no quieren que postergue cualquier proyecto en español ... Hasta ahora terminamos un tema, tenemos cuatro demos más muy avanzados y otros que los tenemos en boceto. Lo bueno es que les estamos poniendo lo mejor para que salga un gran disco que la catapulte a Selena. Yo creo que vamos muy bien...”. Yo lo escuché atentamente y le pregunté cómo la veía. El abrió sus ojos llenos de admiración y me dijo: “Selena es algo francamente incréible ... ¡¡En todo sentido!! Canta excelentemente, es increíblemente versátil, tiene un encanto muy particular, es tremendamente profesional, y es muy atenta y humilde en extremo. El otro día vino una artista muy conocida aquí y creyendo que era alguien del personal le pidió si le podía hacer la comida para su banda. ¿Y qué crees? ¡¡Selena empezó a cocinar para todos!! Lo hizo con total naturalidad, no se la dio de artista aun cuando se dio cuenta de que la habían confundido, y lo hizo con ganas simplemente porque le encantaba hacerlo y agradar a los demás...”. Yo me sonreí y le dije: “Mira ... Yo no tengo dudas de que Selena llegará lejos, muy lejos, más de lo que suponen todos ... Y dile a tus superiores que ellos no tienen idea de la popularidad de Selena. Yo estuve entre su gente, de esa gente de la que nadie da cuenta y es mucha, y te puedo asegurar que la admiran, pero por sobre todo la quieren mucho. Cuando salga ese disco, no sólo se venderá por millones, sino que todos nos daremos cuenta de lo que nos estamos perdiendo por mirarnos el ombligo por tanto tiempo, por vivir en nuestro mundo sin saber ni querer saber de que hay tantos otros talentos por allí ... Ya verás, amigo, ya verás ... Yo estuve viendo todo esto con sólo andar en bicicleta. Ya verás que las cosas van a cambiar mucho en poco tiempo. Y cambiarán para mejor ... con el talento, la alegría y el Amor que genera esta mujer ... Ya verás...”.

Cuando vi la hora que era supe que era el tiempo de despedirme de todos. Selena corrió hacia mí sólo para verme partir en mi bicicleta y para que le prometiera que la próxima vez que nos viéramos fuera del mismo modo que ese día: en un encuentro con dicho vehículo. Yo se lo prometí como también le prometí que grabaría mi parte de nuestro tema. Ella me pidió sólo cinco minutos más para improvisar en vivo el tema para tener la certeza de cómo quería yo que ella lo interpretase. Yo le dije que no era necesario ello, que yo confiaba en lo que podía hacer con lo que habíamos arreglado. Pero Selena insistió y lo hizo de un modo tan particular que no pude decirle que no. Lo improvisamos allí mismo, en la calle. Yo le iba cantando mi letra y ella con una sonrisa me daba la suya, con todo su profesionalismo a la espera de mi aprobación. Fuimos cantando estrofa por estrofa hasta el final y yo quedé más que sorprendido que lo tuviera tan aprendido, que lo interpretara de maravillas y que no cometiéramos ningún error ni en la letra ni en la sincronización. Yo quedé tan encantado que sólo le dije: “Sólo espero que algún día podamos cantar en vivo esta canción”, a lo que Selena me contestó: “Será el primer tema que cantaré en vivo cuando salga este disco y tú estarás allí para compartirlo”. Me abracé un largo tiempo con ella y partí ... Mientras volvía en mi bicicleta sólo pensaba en Selena y en su futuro ... Pensaba: “Esta mujer cambiará la historia ... Lo sé ... Lo puedo ver ... Hay un mundo que está pidiendo pista y ella está por despegar. Nadie la podrá detener ... Nadie ... Y yo estaré allí para comprobarlo y compartirlo” ... Al volver, y luego del concierto, me encerré en mi estudio de grabación y procedí a grabar mi parte para que estuviera lo antes posible con el fin de que Selena grabara la suya y contribuir así a la salida de ese disco en inglés, de ese disco que haría historia, de ese disco que haría a Selena la Reina indiscutible ... La Reina ... Simplemente la Reina ... Y todos seríamos sus más felices súbditos a los que ella nos levantaría para cantar y compartir su felicidad...

Aquel nefasto día lo recuerdo perfectamente. Y lo recuerdo más aún porque estaba en San Francisco y ya sabía por los numerosos latinos que estaban por allí que al otro día se presentaría Selena a darles un nuevo concierto ... Pensaba en darle una sorpresa yendo a verla y, quién sabe, darle una sorpresa al público cantándoles nuestro tema, aquel tema que llegamos a ensayar juntos en las calles de Nashville, que grabamos por separado y que prometimos cantarlo una vez que aquel disco que aún no tenía nombre saliera a la luz ... De pronto todo aquel sueño se transformó en una pesadilla cuando vi que Carlos, uno de nuestros ayudantes en la banda, en pleno ensayo comenzó a gritar que algo terrible había pasado, que algo terrible le había pasado a Selena, marchándose inmediatamente del lugar. Muchos de los presentes no entendían lo que estaba pasando ... Yo sí, lamentablemente ... Me excusé de todos, y les dije que me iba y que no volvería, al menos por ese día. Me fui al departamento en el que estaba alojado y sólo se me ocurrió llamar al estudio de Nashville con la esperanza de que Selena estuviera allí y de que aquella tragedia era sólo una tontería inventada por alguien, o de que eso “trágico” sólo le había pasado a otra persona, a otra Selena, a otra persona con nombre parecido. Era un pensamiento egoísta, era un deseo en vano, pero era lo único que deseaba ... Me tomé un tiempo, entré a una habitación sin encender la luz, tomé el teléfono y disqué despaciosamente. Deseaba que no se escuchara el tono, después desee que no atendiera nadie, luego desee no tener que escuchar lo que irremediablemente debía y tenía que escuchar ... Pedí por Keith Thomas e inmediatamente me lo pasaron. En cuanto pude comunicarme con él, sólo podía escuchar su llanto y su lamento ... “Hace dos semanas me dijo con una sonrisa que volvería pronto ... Hace dos semanas ... Quisiera creer que va a volver ... Quisiera creer que todo esto es una pesadilla ... Pero el sueño se terminó, amigo ... Nos perdimos una gran artista ... Nos perdimos una gran persona ... Va a ser difícil trabajar con otros artistas por más buenos que fueren luego de conocer a Selena, luego de saber que ella iba a llegar lejos, muy lejos ... Es una lástima ... Una verdadera lástima ... Espero que Dios exista y que Él le dé el lugar que no le pudimos dar aquí...” ... Yo le escuché en silencio ... Lo escuchaba y lo entendía perfectamente ... En otro momento me hubiese parecido que sus dichos eran pomposos, dichos típicos “para el bronce”, para un discurso clásico de despedida pública, pero en ese momento, en esas circunstancias, era tan real, tan lógico, tan triste, tan increíble y penosamente cierto lo que decía que sólo me limité con tristeza a escucharlo ... Sólo esperé que dijera sus últimas palabras y colgué ... Era tarde, muy tarde ... Intenté dormir, pero me fue imposible hacerlo ... No sabía qué hacer ... No sabía a dónde ir ... Sólo quería estar al lado de Selena en ese mismo momento ... Sólo quería compartir el dolor ... Iba a volar para Corpus Christi, pero no lo podía hacer ... De pronto sonó el teléfono ... Era Carlos ... Sólo me dijo: “El concierto de mañana en Los Ángeles se ha transformado en una misa en su honor ... Si quieres, puedes ir...”. Él no lo iba a hacer ... Estaba muy dolido y podía aceptar su partida ... Le agradecí que me avisara y que intuyera que yo sí querría estar allí para despedirme de Selena y compartir el dolor de aquellos que no podían entender que la alegría de un concierto con Selena se transformara en una suerte de funeral sin ella ... Tomé mi bicicleta y fui al encuentro ... del dolor, del desconcierto, de las lágrimas, del enojo, de la ausencia ... Era muy difícil describir aquello por la magnitud, mas no por el sentido ... Allí pude darme cuenta de que no se nos iba sólo una artista del momento, una artista adorada y admirada por un hit ... Allí me di cuenta de que todos lamentaban la partida inconcebible de un familiar, de un familiar muy conocido, de un familiar amado y respetado por todos. Se les había ido “uno de los nuestros”. Se les había ido su ejemplo, su guía, el camino a seguir, la que lo había logrado, la hermana que pudo hacerlo con trabajo, con honestidad, con verdad, con talento, con sacrificio, con ganas y, sobre todo, con Amor y con alegría ... Allí comprendí que se había ido algo más que una artista, que una hermana ... Ya no sería posible ese mundo ... Ya no sería posible ese mundo transformado con el Amor de Selena ... Me pregunté qué sería de ellos ahora que no estaba Selena ... Me pregunté qué sería de nosotros ahora que Selena no podría sorprendernos ... Me pregunté qué vendría ahora ... Me pregunté si sería posible el Mundo de Selena sin Selena...

Y el tiempo me fue diciendo que no, que eso nunca podría ser posible. Fui viendo cómo ese “poder latino” que estaba por emerger explosivamente, y con Selena como su abanderada más representativa, terminó explotando, pero de un modo diferente, muy diferente. Explotó el poder latino porque ya nada podría detenerlo, pero las figuras que fueron surgiendo nunca fueron representativas de lo que Selena supo transmitir con tanta fidelidad y con tanta autenticidad ... Selena era uno de ellos y nadie tenía que decirle lo que debía hacer tanto dentro como fuera del escenario ... Selena era esa fiel síntesis de voz, sensualidad, carisma, talento, ternura, personalidad y estilo ... Estilo, estilo propio, personal, natural, sin imposiciones, sin artificialidad ... Si Selena sólo hubiese sido representada por sus bustiers, o si sólo hubiese sido cantar “Como la Flor”, o si sólo hubiese sido hacer declaraciones rimbombantes, no hubiese sido Selena. Porque Selena era todo eso y algo más ... Porque Selena era la que te impactaba en el escenario con su presencia o te hacía reír andando en bicicleta por la calle ... Era la misma en todas esas circunstancias ... Luego ... Luego se pensó que el poder latino era sólo menear la cadera al son de un ritmo caribeño cantado en inglés ... Luego se pensó que el poder latino era sólo mostrar los atributos del cuerpo al son de hacer revelaciones de sus vidas personales y la de otros ... Luego se pensó que el poder latino era mostrar el envase sin su contenido ... Tal vez por eso me dio tristeza y no me gustó el video que se hiciera de “Techno cumbia” ... Era tan distinta la imagen de Selena respecto de esos bailarines que mostraban algo tan diferente de lo que solía mostrar ella ... Tal vez por eso me dio tristeza el éxito de otros artistas que capitalizaron el camino que trazó Selena pero que estaban lejísimo de su talento y de su Legado ... Muy lejos y nunca a la altura ... Por eso me dio mucho dolor, ante cada éxito desde 1995 de cualquier artista o banda, que Selena no estuviera allí para cosechar todo lo que ella había sembrado por años y años de sacrificio y tesón. Puede sonar egoísta. Puede sonar envidioso. Puede sonar lo que quieran ... Yo también tuve éxito. Pero nadie tuvo el Amor que recibió Selena. A nadie se la quiso como se la quiso a Selena. Yo hubiese resignado todo el éxito de mi vida para recibir el Amor que tuvo ella. Yo hubiese resignado todo lo que he conseguido en todo este tiempo para que Selena lo hubiese recibido en mi lugar ... Simplemente porque Selena merecía más que nadie llegar a esa meta de éxito, a esa meta de ser amada por todo el mundo, a esa meta de ser feliz, a ese meta de simplemente vivir. Si por mí dependiera, revertiría el destino para que tenga otro final, un final con Selena en este mundo, un final con nosotros felices de ver a Selena una artista consagrada y feliz con su vida, un final con un mundo que tuviera los valores de Selena y seguidos en la seguridad de que son los únicos que nos llevan a la meta del triunfo y de la felicidad ... Aún hoy sigo esperando tener ese poder para llegar a ver a Selena de nuevo aquí...

Tal vez por eso hice ese video, ese video que hubiese querido hacer con Selena. Tal vez para poder mostrarles al mundo que algún día estuve con alguien maravilloso, con una artista increíble y mejor persona. Que algún día conocí a una mujer sin igual y que me gustaría que la pudieran conocer desde mi humilde prédica con el fin de que nunca se olviden de ella, para que sepan que como Selena no habrá ninguna y para que algún día todos podamos hacerla volver a este mundo siendo todos simplemente como ella era ... Una mujer como cualquiera de nosotros que sólo quería ser feliz y hacer feliz a los demás ... Espero, sólo espero que algún día ese momento llegue ... Sólo espero que este mundo le vuelva a dar la oportunidad que Dios con todo Amor y sabiduría supo darle ... Que así sea...

(Se van a cumplir 20 años ... 20 largos años sin Selena ... Puede que nos acaben las fuerzas, puede que ya nos resignemos a su ausencia, puede que ya no la recordemos como antes, puede que su imagen sea cada vez más borrosa, pero cuando cada día veo más violencia, cuando cada día veo a la gente con más ganas de pelear que de sonreír, cuando veo a personas con más ganas de manipular que de amar, cuando veo a multitudes cada vez más tristes y resignadas a su suerte, allí vuelvo a pensar en Selena y en su ausencia, y me digo: “Estas cosas, estas cosas horribles, nunca hubiesen sucedido con Selena presente ... Con ella nadie hubiese levantado un arma, con Selena nadie hubiese hecho algo malo ... Con ella sólo sonreirían y serían felices” ... Allí me doy cuenta de lo que ha pasado en estos casi 20 años sin Selena y veo sus consecuencias ... Allí me doy cuenta de que hay que seguir recordándola para que el mundo vuelva a tener felicidad, para que la gente vuelva a recuperar la sonrisa, para que la gente vuelva a transitar el camino de Amor que Selena les dejó con su Alma y con su cuerpo ... Sé que el mundo será otro cuando vuelva a tener en sus mentes a esa mujer tan maravillosa que fue y es Selena ... Simplemente Selena...)

Como siempre, Selena, recordándote con Amor, con tanto Amor, como lo quisiste siempre...

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

¿Qué creías? ¿Que como yo había muchas?

31 de octubre de 2014


Esperándote en concierto, Selena...


Me cuesta entender lo que estamos viviendo. Me cuesta comprender por qué estamos aquí ... Pero estamos ... Es asistir a un concierto, que no es un concierto ... Es ir a ver a Selena ... Pero no está Selena ... Es llenar un estadio sólo para asistir a un set de grabación de una película ... Una película que rememora un concierto en un estadio que no es el estadio en el que estamos ahora ... Es estar allí con un público que canta, grita y llora ... Es delirar ante la aparición de una artista que se viste como Selena, que luce como Selena, que se mueve como Selena, que se ríe como Selena, que seguramente seguirá el camino de Selena, pero que no será como Selena cuando le llegue el turno de la fama ... Todo es tan bizarro, todo es tan irreal, todo parece un sinsentido total ... Pero todo tiene un motivo ... Todo tiene una explicación ...Ninguno ha caído en la cuenta de lo que ha pasado ... Todavía no podemos asimilar la pérdida de Selena ... Creo que cuando salgamos de aquí y veamos el resultado en la película empezaremos a elaborar el duelo, empezaremos a entender que Selena se ha ido y que nunca más estará entre nosotros ... Nunca ... Nunca más ... Pero mientras ... Es curioso y paradógico ... Estamos asistiendo a la elaboración de una película y en definitiva lo que hemos vivido en este último año es de película, de película trágica, de película de terror ... Siento que todos estamos aquí para expresar todo lo que contuvimos en este tiempo, las ganas de poder revivir aquellos buenos tiempos, las ganas de ver a Selena aunque sea en ficción, las ganas de creer que nada de lo que ocurrió en este último maldito año fue cierto y que veremos a Selena con su brillo otra vez ... Creo que todos quisimos venir porque queríamos volver a creer ... Queríamos creer que un mundo era posible, que volveríamos a sentir que los sueños serían posibles y que nadie nos detendría para poder lograrlos ... Fue un año que quisiéramos desterrar de nuestras vidas ... Y hoy estamos despertando de una pesadilla ... Una pesadilla que empezó cuando todos nos enteramos de la trágica noticia ... Recuerdo estar en el trabajo cuando sonó el teléfono de mi oficina y escucho la voz de mi hija que me dice: “¡¡Me mataron a Selena!! ... ¡¡Me mataron a Selena!! ... ¡¡Dime que no es cierto, papi!! ... ¡¡Dime que tú la puedes salvar!!” ... Recuerdo salir del lugar ya convulsionado por la noticia sólo con el fin de abrazar a mi hija para consolarla, para consolarme yo también y para tener que confirmarle que en definitiva no era un superhéroe ... Sólo su padre, un simple hombre de carne y hueso que esperó a llorar cuando pudo abrazar a su pequeña hija y besar con fuerza a su esposa ... Todo lo que vivimos después fue la prolongación de esa pesadilla y de vivir todo como unos autómatas ... De vivir cada día por inercia y con nostalgia, con mucha nostalgia canalizada escuchando todos los días la música de Selena y aferrándonos con fuerza a cada cosa que tuviera relación con ella ... Aferrándonos como si quisiéramos que nada de aquello lindo que habíamos vivido se nos fuera nunca aun cuando cada día que pasaba sentíamos que Selena se nos iba como el agua entre las manos ... Cada tanto la “realidad” nos golpeaba con más fuerza, cuando aparecían nuevas “revelaciones” del caso y cuando aparecían personajes impresentables para explicarnos lo que supuestamente le había pasado a Selena ... o con lo que había hecho Selena en estos últimos tiempos ... con lo que supuestamente era en realidad Selena ... con lo que supuestamente era Selena tras bambalinas ... Personajes que nunca habíamos visto antes, que nunca los vimos en un concierto, ni en una entrevista, ni en un ningún evento relacionado con Selena y que de pronto pretendían mostrarnos que sabían más de Selena que nosotros ... que pretendían decirnos cómo era realmente y qué hacía con su vida ... Allí comencé a entender las consecuencias de vivir una vida sin el ejemplo, sin la alegría, sin la honestidad, sin el trabajo, sin la espontaneidad, sin la dedicación, sin la verdad de Selena ... La mayor expresión de aquello fue ver el espectáculo que dieron periodistas, abogados y los llamados “especialistas” en la cobertura del juicio a la asesina ... Después de ver un Houston maravillado por la actuación de Selena en el Astrodome en febrero, llenándolo por tercera vez consecutiva con récord de asistencia de público en todas las presentaciones, a ver aquel Houston plagado de aves de rapiña tratando de lograr notoriedad cubriendo el “caso Selena” y echando a rodar toda clase de rumores y especulaciones sobre la vida de Selena, era ver lo que realmente habíamos perdido, notar que habíamos vuelto a la “normalidad” con el mensaje de que para llegar a lo más alto hay que ser oportunista, artificial, mentiroso, corrupto, falso, hipócrita, deshonesto ... En aquel 26 de febrero de 1995 Houston se teñía del color púrpura de Selena ... En octubre de ese mismo año Houston era envuelto por el gris de la mediocridad de sus nuevos viejos protagonistas ... En febrero Selena era la figura excluyente ... En octubre la asesina era la protagonista ... En febrero todos los ojos estaban puestos en Selena ... En octubre los ojos estaban puestos en la asesina, en el juez, en los fiscales, en los periodistas estrella, en los “entendidos en la materia” ... El mundo había cambiado ... Y aquel mundo de Selena se iría alejando para siempre, pese a nuestra voluntad, pese a nuestros sueños, pese al Amor de Selena...

Sigo mirando sin comprender lo que está ante mis ojos, pero al lado mío encuentro la respuesta a lo que estoy viviendo ... Mi hija salta, grita, se golpea el pecho, canta a viva voz cada canción de Selena, saluda a Jennifer López, la actriz que entra a dar el concierto simulando el ingreso de Selena en aquel Astrodome ... Ella está feliz ... Necesita estar feliz ... Quiere superar tanto dolor ... Quiere seguir creyendo ... Quiere vivir aquello como si fuera real ... Quiere creer que Selena ha vuelto y que por fin hemos despertado de aquella pesadilla ... Yo también lo pienso, pero no lo entiendo como lo quiere entender mi hija ... Pero yo la comprendo ... Los chicos son muchas veces más sabios y más perceptivos que los adultos ... Yo no puedo evitar ver atónito ese escenario de un concierto de Selena sin Selena, con un Pete Astudillo que ya no forma parte de la banda ni ya era parte en el momento de la fiesta en el Astrodome, con una Suzette que no había participado allí y que está aquí, con la ausencia de Freddie Correa, que parece habérselo tragado la tierra luego de la partida de Selena, con artistas que simulan ser los otros integrantes de la banda, y a su vez verme aquí sin poder parar de llorar junto con mi esposa, y a mi hija toda exultante ... Queremos creer, creer que aún todo es posible, que nada ha pasado y que estamos presente allí, contentos, ilusionados, creyendo que el sueño americano aún es posible, y que con Amor, trabajo, constancia y el esfuerzo de todos los días llegaremos a la meta y a la cima, como lo había logrado Selena ... En los ojos, en la voz, en los gritos y en la arenga de mi hija puedo entender que hoy no tiene sentido atenerse a la realidad, a esa densa realidad ... Hoy hay que reencontrarse con Selena, hay que exteriorizar aquello que habíamos contenido por un largo año, hay que estar todos juntos hermanados por la misma causa, unidos por Selena, unidos por ese Amor que nos ha dado en los últimos años ... Tenía sentido la convocatoria del director de la película ... Supongo que él debe saber muy bien lo que significa Selena para todos nosotros ... Él nos convocó porque quería que nosotros, los verdaderos admiradores de Selena, fuéramos a demostrar nuestro cariño ... Nos convocó como si fuéramos a ver un concierto de Selena ... Él utilizó actores para muchos protagonistas de la historia de Selena ... Podría haber apelado a artistas y a extras para hacer nuestro papel, el papel de los otros grandes protagonistas de la historia de Selena ... Pero él quiso que fuéramos nosotros, tal vez porque quiere que en esa película se vea la comunión de Amor que había entre Selena y el público ... Y para eso ... para eso tenía que vernos a nosotros y filmarnos ... Ahora que veo lo que está pasando ... ahora que veo lo que nos está pasando, comprendo el sentido de su convocatoria, el hecho de decirnos que fuéramos al Alabodome de San Antonio a asistir a un eventual concierto de Selena, y que fuéramos como si eso fuera cierto y que nos expresáramos como tal ... Aunque no fuéramos a ver a Selena, no fuéramos al Astrodome, ni fuéramos a volver a vivir el último concierto de Selena ... No importaba ... Sólo importaba el motivo de la convocatoria para que todos fuéramos allí ... Y aquí estamos nosotros ... Reviviendo aquello ... Rememorando aquello ... Expresando nuestra alegría y nuestra tristeza ... Pudiendo expresar aquello que no pudimos hacer en todo este tiempo ... haciendo lo que sí hicieron los que iban a ver a Selena el 1 de abril en Los Ángeles ... y sólo pudieron asistir a una misa improvisada en el medio del dolor y la consternación...

Puedo ver al padre de Selena y siento una gran conmiseración por él y su familia ... No sé cómo puede seguir andando de aquí para allá enrentando tanto dolor. No sé cómo puede estar al frente como productor de esta película ... Pero sabiendo cómo son los Quintanilla, y sobre todo cómo ha sido Selena, imagino que prefiere seguir adelante y no quedarse llorando en su casa consumiéndose por el dolor ... No se lo permitiría ... Como no se lo permitió Selena en sus etapas de niña y adolescente, cuando todo era incertidumbre, cuando parecía que perdían todo, cuando parecía que nunca habría un mañana ... Tampoco sé de dónde ha sacado fuerzas para sostener a su familia, y para enrentar tantas mentiras que se dijeron de él y de Selena ... Yo también me siento culpable. Con todo lo que se empezó a decir de ellos para explicar su muerte, yo también me permití dudar de ellos y pensar si por allí el padre de Selena tuvo responsabilidad en todo eso. Es que cuando se empieza a salir del dolor comienza a buscarse responsables y culpables. Pronto del dolor se pasa a la furia. Pronto se pasa al señalamiento de los que provocaron el triste e inaudito hecho ... Tristeza, dolor, desconcierto, enojo, llanto ... Esas son las sensaciones que tuvimos todos ... Y cuando los medios sensacionalistas buscaron “algo más” para seguir ganando rating con Selena, apelaron a cualquier cosa, a cualquier declaración, a cualquier acusación. Y allí valía lo mismo lo que dijera el padre de Selena, la asesina de Selena, el hermano de Selena, el “famoso” doctor Martínez, el esposo de Selena o cualquier machista que manifestara su “Amor” a Selena sin respetar que ella era casada y amaba a Chris ... Todo valía ... Y todos por un instante caímos en la confusión ... Y llevados por los medios, llevados de la nada, nos preguntamos de pronto si Selena era realmente feliz, si el padre de Selena no se valía de su fama, si Selena quería largar todo y marcharse a otro lugar ... Y empezamos a mirar torcido a los Quintanilla y a pensar si por allí ellos eran los verdaderos responsables de lo que había sucedido ... Pero para llegar a eso dejamos de escuchar a Selena, dejamos de escuchar a los Quintanilla, dejamos de escuchar a los que verdaderamente la querían, dejamos de escucharnos a nosotros mismos ... Y empezamos a escuchar a gente que no la conocía, que no la quería y que quería servirse de ella ... Llegamos a escuchar a la asesina, a ese adefesio que le quitó todos los sueños, toda la vida, toda la energía de Selena y a atender sus “explicaciones” sin siquiera meditar que esa persona nunca diría la verdad, nunca confesaría sus intenciones, nunca manifestaría estar arrepentida de lo que sucedió y que estaba muy feliz de haber hecho lo que hizo ... Si prometió suicidarse y no lo hizo, ¿por qué habríamos de creer que ahora diría la verdad? Sí, lo sé ... Entramos en la confusión porque en nuestra obsesión por encontrar una explicación a lo inexplicable echamos mano a cuanta declaración había por allí, a cuanta persona dijera algo sobre Selena para buscar en ello algo que nos aliviara nuestras almas ... Pero nada de eso ocurrirá ... Nunca ... Jamás ... Hoy sabemos que sólo el tiempo sanará nuestras heridas, pero también nos alejará de Selena ... inexorablemente, irremediablemente ... Muchas veces vi al Señor Quintanilla sostener con vehemencia una discusión en un programa de televisión mientras se le escapaban varias lágrimas por debajo de sus infaltables anteojos ... Muchas veces vi a A.B. tratando de mantener la calma mientras por dentro sentía ganas de desatar toda su furia ... Muchas veces vi a Chris con la mirada perdida sabiendo que iba a tener que convivir con la pérdida de Selena durante toda su vida ... Muchas veces vi a Suzette tratando de buscar su lugar en este mundo desde ese nefasto día ... Y muchas veces no vi a la madre de Selena y me podía imaginar por qué ... Allí estaba la explicación y lo estoy viendo ahora ... Todo es muy simple, mucho más sencillo de lo que nos imaginamos ... Por las características de la tragedia por mucho tiempo pensamos que había varias razones ocultas que al descubrirlas nos daría la respuesta a todas las preguntas del por qué le sucedió esto a Selena ... Pero no es así ... Así como al ver a la asesina me di cuenta de que era una psicópata que creyó ser la dueña de Selena y de toda su familia, y que cuando vio que estaba fuera de todo, decidió eliminarla, como si les estuviera diciendo a todos “si no gano yo, no gana nadie”, entendí que el asesinato sólo tuvo ese motivo. Una demente que se jugó al todo o nada y que cuando no pudo con todo decidió que nadie lograría nada ... Así de simple ... Así de triste ... Se podrán decir muchas cosas de aquí en más. Se escribirán muchos libros tratando de explicar esta locura. Esta película dirá también lo suyo. Pero cada uno explicará algunas cosas y otras no. Cada uno dirá su punto de vista ... Pero la verdad sólo la saben Selena y su asesina. Y Selena ya no está para podernos decir lo que pasó, su punto de vista sobre la tragedia de la que fue la única víctima ... Curioso ... Selena es la única protagonista de su historia, pero la única que no nos puede hablar ... Selena, su familia y nosotros en definitiva hemos sido las verdaderas víctimas de este acto abominable ... Ahora lo puedo entender ... Ahora puedo comprender el por qué de este espectáculo...

Miro a mi hija y le sonrío ... Ella salta hacia mí y me dice “Te quiero mucho, papi. ¡¡Gracias por haberme traído hasta aquí!! ¡¡Gracias por haberme hecho conocer a Selena!!”. Yo sólo la abrazo y me quedo un largo tiempo así llorando. Pensé en lo que había pasado un año atrás y en lo que mi hija me había dicho. Sentí que ella también recordaba aquello ... Yo no puedo recordar que mi hija conociera a Selena por mí ... Pero sé por qué lo dijo. Sabe que soy su padre, sólo su padre. Y que no pude hacer nada por aliviar nuestro dolor ... pero que la quiero mucho y que haré lo que sea por ella ... Que no supe qué decir ante su dolor pero que siempre estuve con ella ... Y mi hija lo sabe ... Ella se suelta y me dice: “¡¡Vamos, canta conmigo!! ¡¡Baila conmigo nuestra canción preferida!!”. Yo no dudo y me pongo a cantar a viva voz y a bailar el tema “Bidi bidi bom bom”, su canción predilecta y de todas las niñas de su edad ... Por un instante me olvido de todo y me aferro a esa felicidad, a ese pedacito de felicidad en el medio de tanta tristeza ... Eso nos mantiene fuertes a pesar de todo ... En el medio del canto mis ojos se posan en esa mujer que parece ser la personificación de Selena y no puedo evitar decirme: “Es tan parecida a Selena, pero nunca será como ella. Hasta me atrevería a decir que si llega a ser famosa con esta película será tan distinta a Selena ... Tan distinta ... aunque hoy parezca ser su hermana gemela”. Pero no quiero pensar más en eso ... Sólo quiero gozar. Sólo quiero irme del lugar con una sonrisa ... Sólo quiero creer que aún Selena está entre nosotros ... Sólo quiero creer que un mañana es posible, que el camino que transitó Selena aún puede seguirse, que su ejemplo nunca se olvidará ... hasta mañana ... hasta el día que volvamos a la “normalidad” y tengamos que asumir otro día más sin Selena, un mundo sin su magia, un mundo sin su Amor...

(Es muy difícil asimilar una pérdida, sobre todo si esa pérdida significa el fin de nuestros sueños, de nuestra esperanza, de nuestro modo de vivir la vida y de llegar a concretar nuestros propósitos del modo más honesto ... Es muy difícil seguir la vida como si nada hubiera pasado siendo que aquella persona que personificó nuestros sueños, nuestras vidas, nuestra esperanza se fue de este mundo del peor modo, como si con ese acto nefasto alguien nos dijera que dejáramos su camino y nos señalara que el sueño de Selena no debía intentarse cumplir porque era inútil ... Pero por Amor a Selena debemos seguir, debemos creer, debemos crear ese mundo de Selena, aunque sea sin Selena, para poder ser felices cumpliendo sus nobles fines y para jamás olvidarnos de ese ser que nos dio toda la felicidad ... toda la felicidad que pudo dar...)

Selena: yo siempre estaré aquí para que tú puedas ser feliz...

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

Ya no

30 de septiembre de 2014


Sólo se trata de un mal sueño, Selena...


Julia había irrumpido en la sala de terapia intensiva en la que estaba internada de urgencia Selena con un vaso de agua. Nadie la pudo detener. Julia se puso enfrente de Selena que yacía inconsciente en la cama y comenzó a implorarle: “¡¡Bebe, Selena, bebe, por favor!! Lo soñé anoche. Fue una premonición. ¡¡Sé que con esto te salvarás!!”. Los médicos querían apartarla. Le pedían una y otra vez que se retirara. Le intentaban decir que estaban haciendo los últimos intentos, que lo único que estaba logrando con esta locura era que Selena se muriera ... “¡¡Ustedes no saben nada!! ¡¡Nada!! ¡¡Selena se va a salvar!! ... ¡¡Con este vaso de agua!! ... Sólo esto necesita ... ¡¡Déjenme!! Déjenme que lo tiene que tomar!!” ... Julia hizo el último intento. No alcanzaba que Selena ni siquiera hiciera gesto alguno de reconocimiento de su presencia ... Aflojó cuando notaba que los médicos no la dejarían hacer lo que se proponía ... Pero antes de que la sacaran del lugar, alcanzó a escuchar la voz de Selena que le decía: “No te preocupes ... Sé lo que intentas hacer ... Ya tendrás de mí el fruto de tu esfuerzo...”. Julia intentó ver la boca y los ojos de Selena para corroborar lo que había oído, pero no lo pudo hacer. Unos fornidos ayudantes de vigilancia la tomaron de los brazos y comenzaran a llevársela por la fuerza de la sala. Julia comenzó a resistirse con furia. Comenzó a dar patadas en el aire mientras se la llevaban en andas y gritaba con más fuerza que nunca: “¡¡No, no me voy a ir sin darle mi vaso de agua a Selena!! ¡¡No me voy a ir sin verla viva!! ¡¡No!! ¡¡No!! ¡¡No!!”.

De  pronto Julia se descubrió gritando como una energúmena en el medio de la habitación de su casa. Antes de que pudiera pensar qué le había sucedido, miró la cómoda que estaba a un costado de su cama y vio que la flor blanca seguía allí intacta ... La misma flor con la que se despidió de Selena unos semanas atrás y que seguía firme, sin ningún signo de deterioro, como si poseyera una fuerza inusitada para resistir a la muerte y al olvido ... Julia tomó conciencia de su pesadilla y comenzó a llorar sin consuelo ... Había pasado poco tiempo de esa muerte tan absurda y no lo podía asimilar ... Desde que se enteró de la mala noticia no podía dormir y cuando lo hacía se le venían esas imágenes, esas fantasías y ese deseo ... Eran imágenes y sonidos que se le venían como flashes, como pequeños destellos que nunca daban una forma clara ni distintiva para saber de qué se trataban ... Pero esta vez se le presentó en toda su dimensión y Julia lo pudo comprender ... Hasta allí era todo silencio y desasosiego en ella. Ahora que había podido dormir, y hasta ver y sentir en toda su dimensión esa pesadilla, Julia podía expresar todo lo que sentía ... Dolor, furia, impotencia, desesperanza, tristeza, desesperación ... Julia estuvo llorando por un largo tiempo y pensando en por qué podría pensar en que un vaso de agua podría salvar a Selena ... Era una tontería ... Una fantasía producto de una pesadilla que reflejaba que no quería aceptar la realidad, que no quería pensar en su vida sin Selena, que no podía concebir lo que había sucedido, ni aceptar la cruda realidad que se le presentaba desde aquel nefasto 31 de marzo ... De pronto, en el medio del dolor, de sus ganas de exteriorizarlo, y de pensar una y otra vez en ese sueño, fue en busca de un vaso. Luego volvió con él a su cama y dejó que cada lágrima que se le escapara de sus ojos terminara en ese vaso. Así estuvo horas, horas interminables, horas de llorar pensando en Selena, en su suerte, en todo lo que se fue de su vida, en la alegría perdida, en la pérdida irreparable ... Cuando Julia reparó en el vaso, notó que estaba bien cubierto de su dolor ... Julia decidió que era el momento de ir a ver a Selena, a ese lugar del que se prometió no ir nunca y en el que ahora moraba en una absurda e incomprensible paz ... No le podría llevar el vaso de agua milagroso, pero podría expresar su desolación y soledad ... Antes de emprender su partida al gravesite, decidió escribirle algo en un papelito. Julia sabía que la gente que se agolpaba en el lugar para visitar la nueva morada de Selena le dedicaba algunas palabras escritas en un papel y las dejaba fijas en algún lugar del gravesite. Julia escribió: “Querida Selena. Tú eres todo para mí. Mi vida, mi esperanza, mi futuro ... Siempre estarás en mi corazón ... Y el mío está donde estás tú ahora ... Te quiero mucho ... Julia”. Julia guardó el papel en el bolsillo, tomó su vaso con sus lágrimas y lo tapó cuidadosamente, luego del cual se marchó a tomar un bus que la llevara a su encuentro con Selena, a ofrecerle su última fuerza para que la tuviera ella, sólo ella ...

Julia tomó el bus y se sentó a un asiento pegado a la ventana aferrada a su vaso mirando las imágenes que se sucedían en el camino. Observaba a la gente haciendo sus quehaceres cotidianos y no podía dejar de relacionarlos con esa vida sin Selena, la vida de todos ellos y Selena sin vida ... La vida de todos como si nada pasara, como si no estuvieran golpeados, como si se hallaran anestesiados, como si fueran acaso robots que no se permitían tener algún sentimiento y dejar de actuar como autómatas en el medio de la nada, de la soledad y de la incertidumbre. Miraba a esa gente, miraba su vaso de lágrimas, miraba a la gente que la miraba a ella, y pensaba en todo lo que les dejó Selena en esos últimos años y que parecía estar todo perdido. Julia no dejaba de pensar que Selena les había dado todo ... La alegría, la esperanza, la paz, un futuro con trabajo, dedicación y esfuerzo. Julia no olvidaba lo felices que eran sus hermanas, Federica y Marcela, siendo ambas de edades y hasta de generaciones bien diferentes. Federica le llevaba 5 años y ya se había casado con un piloto de aviones que vivía en Brasil. Marcela era 4 años menor que Julia y vivía como ella con sus padres. Pero desde aquel nefasto día Julia estaba sola. Federica, que vivía yendo de un lado para otro acompañando a su esposo, fue de inmediato a Corpus Christi a despedirse de Selena pero se fue pronto a Brasil para asimilar el dolor bien lejos. Marcela se fue con sus padres a visitar a sus abuelos en Chicago con el mismo propósito de no pensar tanto en ello. Y ahora Julia estaba yendo a ver a Selena ... Las ironías de la vida ... No podía dejar de pensar cómo eran las cosas unos 5 años antes, cuando las hermanas iban a ver a la joven Selena que les daba tantas alegrías y tanta vida ... Ahora Julia iba a ver a su otra “hermana”, la que desapareció, la que se fue, la que le dio todo y la que no pudo completar su recorrido ... Ahora todos estaban separadas, tristes y desoladas ... “Esto nunca hubiese pasado si Selena estuviera para acompañarnos”, pensaba Julia. Sabía que Selena iba a seguir estando presente ... Que iba a seguir estando en su vida, que su música iba a seguir acompañándola, que por los parlantes de su reproductor musical saldría Selena a buscarla y generaría un lugar para encontrarse ... con ella y con todos aquellos que la quisieran y extrañaran ... Pero no era lo mismo ... Nunca podría ser lo mismo ... Porque Julia sabía que Selena tenía un largo camino por recorrer y un enorme futuro ... Que estaba llena de vida y daba vida ... Que era el futuro y era el camino al futuro de todos ... Y que su partida, su desaparición de este mundo, sólo generaba un horizonte gris, un futuro negro que se avecinaba y que no daba ni una chance más ni resistencia alguna ... La forma de irse de Selena, el enorme acto de odio de esa harpía que le quitó todo, los había dejado sin fuerzas, sin ganas, sin nada ... Así estaba Julia ... Así se sentían todos ... Con fuerzas sólo para llorar ... Con sus Almas que se reflejaban en ese día gris, frío y lluvioso ... Con ese vaso de lágrimas con lo último que le podía dar a Selena, fruto del dolor, sin alegría y sin vida ... fruto del desconsuelo y la desesperanza ... “Es todo lo que me queda de tu Amor, sólo fotos y recuerdos”, llegó a escuchar Julia de una de las radios que a todo volumen pasaba las canciones de Selena a la vera de la ruta ... Julia se quedó mirando la nada misma que la llevara al lugar de destino, al lugar en el que encontraría en un mármol frío el nombre de Selena ... algo tan distinto de lo que había generado ella por tantos y tantos años...

Julia llegó al lugar bien, bien temprano. Apenas habían abierto el predio para que los visitantes pudieran ingresar. Ella fue caminando ... Mientras avanzaba observaba hacia arriba los árboles y ese cielo que aparecía ahora celeste con enorme cúmulos blancos. Lo hacía lentamente, muy lentamente … En cada paso que daba se sentía la fuerza de sus pasos que hacían retumbar su vaso de agua que tomaba con ambas manos … Al poco tiempo pudo ver el gravesite … Por un instante echó la vista hacia atrás y hacia el suelo, y comenzó a llorar. En ese giro casi se le cae el vaso y eso le hizo abrir bien los ojos, sujetar con más fuerza su vaso, tomar impulso y seguir adelante. Julia avanzó a paso firme sin dejar de posar sus ojos en la leyenda “Selena” que se le aparecía cada vez más nítida y real. Cuando llegó a estar a los pies de Selena, le agarró un vaho que casi la tumba contra el suelo … Julia optó por mantener la postura y sus sentimientos, y se arrodilló. Estuvo un largo tiempo observando cada detalle del gravesite como buscando una explicación a lo inexplicable, como tratando de aceptar una realidad incomprensible, inaceptable, tétrica, borrosa … Julia ya no quería llorar … Y aunque hubiese querido, no hubiese podido … De rodillas a Selena comenzó a leer lo que le había escrito … Al finalizar, y en el medio del dolor más profundo, Julia destapó el vaso y comenzó a verter el contenido a un costado de Selena … “Espero que puedas sentir lo que en este momento siento por ti”, le dijo y fue volcando sus lágrimas que fueron humedeciendo la tierra formando un agujero negro que pronto las hizo desaparecer. Julia vio cómo cada lágrima iba siendo absorbida por la profundidad de la tierra hasta convertirla en la nada misma … Luego se quedó inmóvil , y estuvo un largo rato mirando el piso y el nombre de Selena incrustado en ese frío y doloroso mármol sin encontrar ninguna explicación ni respuesta a ello … Ya era suficiente con verlo, con respirarlo, con sentirlo … Cuando vio que ya nada tenía sentido, que su presencia era inútil y dolorosa para ella y para Selena, Julia se incorporó, se dio vuelta y emprendió el camino de regreso sin querer volver a mirar atrás … De pronto sintió que alguien le decía: “Yo te prometí que te daría el fruto de tu esfuerzo. ¿Te irás sin recoger lo que has logrado con tu Amor?”. Julia se dio vuelta sin comprender y de pronto vio que una enorme flor blanca aparecía a un costado del gravesite. Julia corrió a ella y sólo la acarició sin tomarla, sintiendo acaso que si la arrancaba Selena se desgarraría … Pero nuevamente escuchó esa voz: “Tómala, Julia. Yo vivo en esa y en otras flores construidas por gente como tú. Sólo tómala y cuídala. Si logras que perviva, sabes que siempre estaré allí, siempre”. Julia comenzó a tomar la flor mientras se le caían unas enormes lágrimas de sus ojos. Hubiese querido otro final, pero sentía que debía aceptar esa realidad, por más dolorosa que fuera. Sabía que esa era su flor y que esa flor era de Selena. Era lo que le quedaba de ella ... Era también el Amor que tenía por ella ... Julia la tomó cuidadosamente y en cada tironeo suave sentía el dolor de la pérdida, el dolor de la ausencia, el dolor del Amor … Cuando la tuvo en sus manos, volvió a mirar el gravesite, miró su flor, se sonrió y alcanzó a decir: “Adiós, Selena, se que nos volveremos a ver pronto, muy pronto”. Luego fue hacia donde estaba escrito “Selena” y le dio un largo beso. Julia volvió a sonreír con largas lágrimas en los ojos y se marchó del lugar sin mirar atrás nunca más…

De regreso a su casa Julia pensó qué sería de su vida, de sus hermanas, de sus padres y de todos los que han sabido querer a Selena. Se preguntaba qué sería de “los nuestros”, si acaso algún día lograrían alcanzar el “viejo sueño americano”, si acaso lo lograrían con trabajo, honestidad, talento, capacidad, verdad, sacrificio, o tendrían que utilizar esas viejas fórmulas que nadie quería pero que a la larga para sobrevivir tendrían que aceptarlas y utilizarlas … Agotada, Julia comenzó a quedarse dormida … De pronto, sintió un fuerte golpe y ella cayó redonda al piso. No había salido del estado de shock cuando Julia advirtió que no encontraba la flor. La buscó por todas partes y no la hallaba. Cuando se incorporó vio que el bus en el que iba camino a su casa seguía su marcha con normalidad, como si nada hubiera sucedido. Julia fue hacia el conductor y le preguntó qué había sucedido y si había visto la flor de Selena … El chofer sólo sonreía … Julia insistió pero el hombre no le contestaba. Ella entró en desesperación y tomó al hombre del cuello al grito de “¡¡devuélveme la flor!! ¿Me oyes? ¡¡Devuélvemela!!”. El chofer perdió el control del bus, que fue camino a un precipicio. Julia vio la dimensión de su destino y sólo gritaba. “¡¡No!! ¡¡No me puedo ir sin mi flor!! ¡¡No puedo irme sin Selena!! ¿Dónde está? ¿Dónde está? ¡¡No me puedo morir sin ella!! ¡¡No!!”.
Julia se encontró gritando sola en su habitación. Gritaba con furia y sin pausa: “¿Dónde está? ¿Dónde está?”. Cuando tomó conciencia de dónde estaba miró rápidamente a su mesita de luz y allí la vio. Vio la flor blanca que permanecía intacta con todo su esplendor. Julia se sonrió, respiró aliviada y sólo dijo: “¡¡Qué susto!! Sólo se trataba de un sueño, de un mal sueño … Ahora puedo dormir tranquila … Todo está en orden”, tras lo cual Julia se dispuso a seguir durmiendo para esperar un mejor mañana … Un mañana con su flor … Un mañana con Selena…

(Podemos estar dormidos, podemos estar despiertos. Podemos vivir en un dolor eterno. Podemos esperar que algún día las cosas van a cambiar. Nunca dejaremos de llorar por Selena, nunca dejaremos de pensar en viajar en el tiempo para salvarla de su destino, nunca dejaremos de despertar de una larga pesadilla sin saber qué es real y qué es ficción, pero sólo deseando volver a ver ese mundo con Selena, ese mundo en el que todo es posible, ese mundo en el que siempre se puede soñar por un mundo mejor y lograrlo con Amor, con trabajo, con pasión, con ganas, con verdad ... Siempre se puede soñar y esperar un mejor despertar ... Algún día se dará ... algún día ... Para que Selena vuelva a ser feliz...)

Selena: sé que estás en algún lugar que pronto vamos a encontrar...

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)


Esa imagen que no querríamos tener de ti, Selena...



Cuando sabemos que poco tiempo nos queda en este mundo, siempre surge la necesidad de cómo nos gustaría que nos recordaran y cuál sería la mejor imagen que querríamos tener al irnos de aquí. Pero hay mucha gente que ni siquiera tiene tiempo de planteárselo, porque se nos ha ido muy pronto ... Aún así, y por esas cosas de la vida y del destino que no alcanzamos nunca a comprender, Selena llegó a decirle al mundo cómo quería ser recordada. “A mí me gustaría que me recordaran con Amor”, llegó a decir en una de esas tantas entrevistas que le hacían teniendo apenas 23 años, como si cada uno que le formulaba ese tipo de preguntas tuviera la gran sabiduría o la gran intuición de que Selena no estaría mucho tiempo entre nosotros. Tal vez la gente, en lo más profundo de su subconsciente, siempre pensó que Selena era tan particular, tan diferente, tan distintiva para esta humanidad que poco podría hacer para sobrevivir a la realidad de este mundo que se rige por valores tan distintos del suyo ... Lamentablemente, todos sabemos que para vivir, para andar en este mundo con cierta tranquilidad, muchas veces no tenemos que mostrarnos tal cual somos ni expresarnos tal cual como quisiéramos ... Pero Selena había llegado a la cima trabajando, siendo honesta, diciendo siempre la verdad, manifestando siempre lo que realmente sentía, y lo que realmente aspiraba para sí y para sus semejantes ... Y más de una vez todos los que hemos sabido apreciar a Selena nos hemos dicho si por allí ella falló por aquello que fue su gran virtud, por aquello que fuera su sello y por lo que siempre fue tan querida ... Es por esto que es muy difícil no pensar que personas como Selena terminan siendo víctimas en cualquier sentido y explicación que le demos ... Y Selena en el mayor y doloroso de esos sentidos y explicaciones ... Pero muchos otros notamos que eso que ha padecido Selena lo vivimos en nuestra vida cotidiana ... Si hay algo que entendemos rápidamente desde que empezamos a interactuar con otros es que el distinguirse por algo puede ser motivo de agresión de los demás. El ser bueno en cualquier aspecto puede ser excusa para la burla, para la agresión, para el escarnio. Hoy hablamos como un fenómeno particular el caso del “bullying”, y es que en realidad desde muy chicos vivimos atormentando a gente que sólo quiere hacer lo que le gusta y ser feliz ... Hoy día vemos que se llega a agredir en los colegios a chicas por el solo hecho de ser lindas y acusarlas supuestamente de presumir absurdamente de ello ... Y es que hemos llegado al punto en el que no toleramos a la gente que triunfa, que se destaca o que simplemente quiere vivir en paz y alegría con su vida ... En una sociedad intolerante, fracasada, insatisfecha y mediocre se prefiere masificar desde el oscurantismo en vez de tomar los buenos ejemplos y tratar de seguirlos. A veces miro a mi alrededor en cualquier ámbito en el que me encuentro y me sorprendo la necesidad que tienen muchos en querer agredir, en querer lastimar, en querer provocar para que todos seamos infelices y esos provocadores sentirse destacados desde la maldad. A veces me pregunto qué tan mal estamos para que nos haga más fáciles estar en riñas, en internas, peleados, maltratados, odiando y defenestrando a nuestro prójimo que sonreír, mostrarse preocupados por lo que le pasa al de al lado, saludar, mostrarse contento, animar o simplemente acompañar la felicidad del otro ... Es que este es el mundo que fuimos creando, mucho más proclive para las guerras que para la paz, más proclive al odio que al Amor, más proclive a la posesión que a la libertad, más proclive al morbo que al buen gusto ... Parece que eso es lo que ha querido siempre la humanidad, y el que se sale de ese patrón es más probable que la pase mal que sea venerado y respetado...

Selena siempre dijo que quería que la recordaran con Amor ... Pero nunca llegó a decir qué imagen final hubiese querido que fuese mostrada de ella ... Y claro ... Era tan joven ... Ya era raro que le preguntaran a ella cómo quería que fuese recordada, del mismo modo que le preguntaran a su madre si se podía imaginar una vida sin Selena, en otra de esas tantas preguntas que de tan insólitas nos hace pensar que quienes la hacían eran inconscientemente proféticos ... Pero que Selena pudiese imaginarse su final y de qué modo quería despedirse de este mundo ya era ir demasiado lejos ... Me pregunto qué pensaría Selena hoy de esas imágenes que se difundieron de ella cuando se fue de este mundo ... y me pregunto si aquellos que la tomaron o la fotografiaron no pensaron un poquito en ella a la hora de darlas a luz ... Siempre me pregunté quién querría ver a Selena así ... Siempre pensé que Selena jamás hubiese, ni imaginado, ni querido que la mostraran de esa manera, de un modo que se asemejaba más a la derrota, al desconcierto, a la tristeza, al enojo, al morbo, a la profanación, a una imagen tan negativa como indignante, tan diferente de aquella que Selena supo dar y transmitir ... Esa imagen de Selena con ese rostro serio, desconcertado, sorprendido, enojado, ese rostro tan distinto de la paz que muchos vieron o quisieron ver ... Me costó entender desde mi cultura, y de mi pensamiento y sentir sobre la muerte, qué motivo querría tener alguien para ver a Selena en esa condición ... Fui uno de los tantos que cuestionó la decisión de abrir ese cajón y que se la exhibiera luego de decidir lo contrario ... Con el tiempo lo entendí ... Entendí a aquellas chicas que habían venido de lugares tan distantes que no querían volver a sus casas sin ver a Selena, aunque fuera así ... Podía ser porque querían cerciorarse, porque querían creer hasta último momento que todo era una absurda mentira, producto de un engaño o farsa, pero mentira al fin ... Pero si era cierto, al menos tener la oportunidad de despedirse, de agradecerle, de llorarla, de tocarla si era permitido ... Yo vi a esas chicas gritar, pedir y hasta rogar que abrieran ese cajón ... Eran chicas que habían visto cantar a Selena desde pequeña ... que la sentían una de ellas ... que la consideraban como una de sus hermanas ... que era una de las suyas que lo había logrado ... que había cumplido el viejo sueño americano por el que venían luchando tantas como ellas ...  Con el tiempo entendí ese sentimiento, como entendí qué era para ellas poder verla, poder sentirse identificadas con Selena hasta en el mismísimo dolor,  por qué tenían que ver aquello tan triste como inconcebible, tan doloroso como desconcertante ... Con el tiempo me di cuenta de que hay cosas que no se pueden explicar ... Sólo sentirse ... Alguna vez eso me pasó con alguien tan cercano a mí ... Una prima que se había suicidado y que la sentía tan cerca en muchas cosas ... Fue la única vez que lo experimenté y sé que es querer ver algo tan triste como indeseable ... A veces uno necesita despedirse de determinadas personas porque necesita compartir ese dolor, eso que sólo uno lo padece en toda su dimensión ... A veces con las despedidas a otros uno también se despide ... A veces con la muerte de otro experimenta su propia muerte ...

La gente quería despedirse de Selena ... Y con el tiempo aprendí a valorar la actitud de grandeza de su padre, que supo entender ese clamor y exhibir a Selena para que todos pudieran despedirse ... Él entendía ese sentimiento y frente a eso no podía negarse ... Era lógico ... Él estaba destrozado y desconcertado ... Su familia también ... No podía imaginarse un mundo sin su hija ... Su familia tampoco ... No podía saber cuál sería el futuro para él, si es que había alguno luego de lo que se había construido con tanto esfuerzo por tantos años y destruido con tanto odio en tan poco tiempo ... Y sabía que aquella gente que se iba a despedir de Selena pensaba y sentía lo mismo ... Por eso no dudó ... Lo que tal vez el padre de Selena no pudo comprender en ese momento es que, aparte de él, de su familia, de los fans y de todo aquel que quería de verdad a Selena, estaba esa otra gente ... Periodistas, curiosos, gente que sólo puede cubrir sus vidas viendo las desgracias de los demás ... Al padre de Selena le pasó lo mismo que a la mismísima Selena y a toda su familia ... No midió a esa otra gente ... No pensó en la maldad, no pensó en la mezquindad, no imaginó que muchos tomarían esas imágenes y la harían rodar por todo el mundo ... Esa imagen, esa última imagen de Selena ... Esa imagen que siempre atraería la atención de todos, esa imagen que muchos querrían ver una y otra vez ... Esa imagen que atraería a tantos extraños … Esa imagen que traería más especulaciones y generaría más morbo ... Esa imagen que seguramente habrá visto miles de veces la asesina con placer y satisfacción producto de su atroz obra... Esa imagen que traería más preguntas, y generaría más historias y miles de inventos ... Esa imagen tan distinta de Selena ... Esa imagen que seguramente Selena no hubiese jamás querido dar ... Eso es lo que el padre de Selena no se imaginó a la hora de tomar la decisión ... Su dolor no le permitió ver ... Sólo pudo entender la necesidad de compartir lo que sentía con aquellos otros que lloraban por Selena, tal vez sin comprender eso que le reclamaban por sus convicciones religiosas ... Pero no pudo ni ver ni imaginar que estaban aquellas otras personas, aquellas que aprovecharían esa imagen y lo que dejaba “el caso policial” para ir bien lejos en la maldad, en el engaño, en la mentira, en la falsedad ... Esas mismas personas que con la excusa de averiguar la verdad de lo que pasó inventó tantas cosas, especuló con tantas otras, escuchó a la asesina para dudar de Selena, para enrostrarle historias, inventarle vidas, acompañar con argumentos absurdos historias inconcebibles ... Esas mismas personas que pusieron una y otra vez esa imagen de Selena para poder llenar sus bolsillos y “ganar prestigio” con sus supuestas investigaciones sobre lo ocurrido sobre Selena. Las mismas personas que, luego de decir tantas mentiras sobre Selena y de dañar su imagen, pedía que no se hiciera más preguntas sobre ella e incitaba a que “la dejaran descansar en paz” ... Las mismas personas que dañaron a Selena dando su peor y falsa imagen ... y que no pidieron disculpas al ver que muchas de sus elucubraciones eran falsas ... Las mismas personas que no respetaron esa última imagen de Selena que todos quisieron ver para compartir el dolor ... Las mismas personas que no escucharon, no vieron ni expresaron lo que Selena quiso decir y dar como ejemplo a la hora de despedirse ... Las mismas personas que no vieron ese rostro de Selena a pesar de haberlo exhibido tantas veces, a pesar de hablar hablado tantas veces de él, a pesar de decir que la “respetaban tanto...”. Eso es lo que no vio el padre de Selena ... Y peor aún, lo que nunca podría imaginarse el padre de Selena es que encima esas mismas personas lo acusarían a él de las cosas que ellos mismos habían perpetrado ... Y que le darían todas las oportunidades a la asesina para que se despachara a gusto contra él, contra Selena, contra toda la familia Quintanilla, y que se riera de todos lo que la supieron amar tanto con semejantes mentiras y con el brutal acto que cometió ... Y sin tener ningún respeto por Selena, que nunca pudo, desde aquel nefasto 31 de marzo de 1995, siquiera decir nada, sin poder despedirse, sin poder amar, querer, tocar, sonreír, cantar, hacer feliz a la gente y ser feliz ... Selena sigue siendo aun hoy, a casi 20 años de lo ocurrido, la única víctima de esta historia ... La única protagonista de esta historia, y sin poder siquiera decir nada sobre todo lo que tuvo que soportar en todo este tiempo y también sobre todo lo que no pudo hacer ... Así de impiadoso ha sido este mundo ... Así ha sido esta humanidad con Selena mostrándola de un modo no querido ni respetado, y sin tener piedad por aquellos que tanto la habían querido y amado...

Pero como siempre he dicho, ya ha pasado mucho tiempo de esta vida sin Selena ... Y aunque las heridas siguen estando abiertas, y nadie pueda entender y aceptar su ausencia, es hora de remediar ciertas cosas ... Del mismo modo que el paso del tiempo nos ha hecho entender que la mejor forma de recordar a Selena es mostrar a ese hermoso ser humano que fue, exhibirla tal cual era en la vida y en el escenario, sin estatuas ni monumentos, sin mitos ni leyendas, sino ver y sentir a Selena como una extraordinaria mujer que supo querer, sentir, ser amada y amar, y ser respetada y admirada como artista y como persona ... Ver esa Selena que trabajó durísimo y con honestidad llegar a lo más alto sin engaños, sin mentiras, sin falsas imágenes ... Triunfar siendo ella misma ... Ganarse a la gente siendo auténtica ... Transmitiendo a la gente felicidad, pasión, voluntad ... Su felicidad, su pasión, su voluntad ... Más de una vez Selena dijo que a la hora de actuar ella quería representar papeles que se ajustaran a su imagen real, que ella no quería hacer un personaje que no fuera similar al que ella era en su vida real ... Así era Selena ... Selena no quería engañar a nadie ... Selena no quería mentirle a nadie ... Selena no quería dar una imagen falsa o equivocada de ella ... Si había algo que Selena no deseaba era dejar a la gente una imagen que no la representara ... Por eso me pregunto y les pregunto a todos: ¿queremos seguir viendo esas imágenes de Selena cuando vemos un recordatorio, un informe, un homenaje o simplemente buscando un video de ella? ¿Podremos saber respetar a aquellos que no quieran ver eso que no desean? ¿Podemos pensar en Selena a la hora de mostrar esas imágenes? Yo no pido que se prohíba nada ...  No está en mi esencia ... Sólo les pido que no la expongan sin avisar previamente a los demás, que sólo la vean los que la quieren ver ... Pero que por el Amor de Selena no la expongan tan impúdicamente ... Porque eso no es Amor, ni respeto ... Eso es morbo, es invasivo, no es digno ... En esas imágenes se confunden los que lloran aún hoy por Selena con aquellos que gustan de la sórdido, con los que gozan del dolor de los demás ... Los que verdaderamente aman a Selena ya tuvimos y tenemos bastante con lo sucedido ... Sería bueno que muchos pensaran que esa exhibición impúdica de Selena es tan maliciosa como cuando, con la excusa de un reportaje o de un informe policial, se deja una y otra vez a la asesina que dispare con total impunidad contra ella con tantas mentiras y barbaridades, con la misma furia y frialdad con la que disparó aquel lluvioso 31 de marzo de 1995...

Se los pido a todos ... con el mismo Amor que sólo Selena supo dar...

Yo sé lo que fuiste, viviste y padeciste, Selena ... No necesito ver esas imágenes de ti ... Lo bueno y lo malo, lo feliz y lo triste vive conmigo siempre en mi corazón...

Te quiere mucho...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)