Todo sea para cumplir tu deseo, Selena…



“Toma, es para ti, ¡¡pero ni se te ocurra abrirlo!! … Ya sabrás el momento de hacerlo”, me dijo Selena mientras me entregaba un cajita que simulaba tener un anillo o algo parecido … Yo me le quedé mirando y ella asintió, tras lo cual me dio un beso en la mejilla, me miró seriamente y tras mi desconcierto ella se sonrió, se dio vuelta y volvió a la fiesta con sus carcajadas y ocurrencias de siempre. Yo me quedé pensando qué hacía allí y por qué Selena vino hacia mí … Había llegado a esa fiesta de casualidad. Era un evento importante que se hacía en la escuela de Los Spurs y Selena era la madrina. Era mediados de marzo de 1995, Selena estaba en su mejor momento y era el ejemplo a seguir para todos. Por eso la ingresaron en el programa de la vuelta de los niños al colegio y recorría el Estado de Texas ofreciendo conciertos y charlas para ese fin. Yo era simplemente un empleado del establecimiento y estaba allí trabajando en el momento en el que vino Selena. Yo la conocía bien como todos los texanos, pero no seguía ni su música ni su carrera. Por eso me sorprendió. Fue un instante, una ráfaga, un momento en el que Selena se apartó de todos los que la rodeaban para decirme esas palabras y entregarme algo … que no debía abrir hasta vaya a saber cuándo … Estuve un largo tiempo mirándola tratando de explicarme lo que estaba pasando hasta que me convencí de que nada más ocurriría … Selena sonreía, hablaba con cuanta persona se le acercaba y firmaba todos los autógrafos solicitados … Finalmente se subió a una tarima y desde allí dedicó unas palabras a todos los asistentes … Me sorprendió verla con un peinado atípico en ella por esos tiempos: atado y con rodete atrás. Habló del esfuerzo, de nunca darse por vencidos, de que es bueno no sólo vivir de los sueños sino de cumplirlos y de la importancia de instruirse para lograr los objetivos, además de tener Amor, mucho Amor en lo que se hace, mucho Amor en sí mismo, mucho Amor para dar … Era la misma Selena de siempre, la que vi muchas veces en la televisión actuando o en una entrevista … Pero había algo en su cara, en sus expresiones, que me hacían pensar en algo … en que algo pasaba en ella, mas no podía saber qué … Al cabo de un tiempo noté que aún permanecía con el estuche en la mano y, como sabía que nada más ocurriría, opté por terminar mis labores y retirarme de allí … Cuando llegué a mi casa, deposité la cajita en un armario. Ni se me pasó por la cabeza en pensar qué tendría adentro. No es que no me asaltara la curiosidad, sino que prefería mantener la expectativa quedándome con la intriga de su contenido … De chico tenía la costumbre de juntar figuritas y podía comprar cientos de paquetes sin abrir su contenido por largo tiempo … Sentía un extraño placer manteniendo el contenido intacto por varios días y todo ello acababa en ese magno instante de ver el contenido de ellos en un determinado día y horario. Tal vez por eso pude guardar el estuche sin asaltarme la idea de ver qué habría adentro … Ya llegaría el momento … Ya llegaría el instante de saber la verdad…

Hasta que llegó el 31 de marzo de 1995 … Yo estaba por irme a trabajar hasta que la exclamación de una mujer me hizo prender la televisión. Pensé en un terremoto, en la llegada de un huracán, en un terrible accidente … Hasta que vi la imagen de Selena y la inconcebible noticia …  Me quedé petrificado mirando la televisión sin mirarla … Tomé conciencia de que aquella mujer que me dio ese estuche ahora no la vería nunca más, ni me explicaría del porqué de su actitud … Tal vez la respuesta a ello estaba en su contenido, pero no pude ir inmediatamente a cerciorarme de ello … Después de un tiempo me senté, apagué el televisor y me quedé un rato largo mirando el aparato apagado. Cuando pude reaccionar, en vez de ir al armario fui al trabajo como si nada, pero afuera nada era como si nada … Llegué al colegio y todo era dolor, angustia, llanto, zozobra, ausencia, desamparo … Gente llorando, gente gimiendo, gente que no podía comprender … Ese día no se pudo trabajar y por varios días todo fue así … Volví a mi casa y recién allí fui al armario. Tomé la cajita, la abrí lentamente y noté que en el interior había un papelito cuidadosamente doblado. Muy lentamente fui abriéndolo hasta que pude leer lo que decía … Quedé absorto cuando pude ver su contenido: “Si has abierto esta caja es porque me ha pasado lo peor. Ve al correo que hay una carta para ti. Espero que me comprendas. Con Amor. Selena”. Quería creer que era una broma, pero sabía que no lo era. Se me pasó por la cabeza la cara de Selena en el momento en el que me dio el estuche, reparé miles de veces en su expresión, me dije varias veces por qué vino hacia mí y me atormentaba pensar que ella me diera a entender lo que podía pasarle. Volví a prender la televisión y vi el instante en el que la asesina se entregaba a la policía luego de varias horas de estar parapetada en el garaje del motel Days Inn luego de cometer ese acto atroz … Me fui a la cama sin comer y casi no pude dormir … Se me venía otra vez la imagen de Selena que me miraba seriamente … Y cuando me vencía el cansancio y el sueño, aparecía Selena que me pedía ayuda y yo no podía entender lo que me estaba diciendo a la vez que me encontraba  inmovilizado para correr en su auxilio … Más de una vez grité en la noche … Más de una vez grité en la oscuridad sin poder entender por qué había sucedido todo este absurdo…

Al otro día por la mañana fui al correo. Esta vez no había momento de expectativa … No había demoras fructíferas para saber lo que me depararía el destino … Esta vez necesitaba saber qué contendría esa carta. Ese instante, ese pequeño momento de mi encuentro con ella pasó a ser lo más importante que me había pasado en la vida … Ahora sentía que mi vínculo con Selena era importante, como si nos conociéramos de toda la vida, como si al ver ese rostro podía entender qué había detrás de aquella artista famosa y tan querida … Ante mi requerimiento, me entregaron el sobre … No tenía remitente … Todavía no podía comprender cómo Selena sabía mi nombre y menos aún con qué fin me escribió una carta antes de que le pasara ese absurdo, ese absurdo que intuía que le iba a pasar … Tomé el sobre pero en esta oportunidad hice el ritual de siempre: fui a mi casa y recién allí procedí a abrirlo. Lo hice cuidadosamente. Me sentía extraño al tener en mis manos algo que Selena me había dejado, tener algo de una persona que ya no vería más, como un mensaje oculto, como unas palabras del más allá, como una canción inédita que se descubre poco tiempo después: “Querido Jorge. Ante todo te pido disculpas. Tal vez te estés preguntando por qué a ti. Tal vez te estés preguntando por qué a mí. Es muy difícil explicar todo. Decidí dejarte la carta a ti porque estaba segura de que podía confiar en ti. Sé que te preguntarás en qué me he basado para llegar a esa conclusión. Sé que dirás que no te conozco, que no eres digno de mi confianza, que tal vez no puedas hacer lo que te pido. Pero sé que lo harás. Lo supe cuando te vi. Me dirás que tenía a mano a gente a quien estaba tratando en ese momento, gente a quien ‘yo conozco’ … Querido Jorge: no siempre a quien tratas cotidianamente es confiable. Muchas veces gente a quien conoces de toda la vida te puede decepcionar con la peor de las traiciones ... Y en aquella oportunidad estaba rodeada de gente con dudosas intenciones aprovechándose de mi fama … Sin ir más lejos, se me acercó alguien para que le diera un saludo a una cámara. Estaba por hacerlo, pero se me dio por preguntarle a quién estaba saludando. La persona comenzó a titubear … Ahí me di cuenta de que me estaba usando para vaya a saber qué fin y usé unas de mis estrategias para zafar de ese embrollo … Como verás, no se puede confiar en todo el mundo, más en estos momentos en el que soy relativamente famosa … Sé que te seguirás preguntando por qué a ti … Porque vi tu mirada, vi tu expresión … Y en una persona un gesto, un movimiento, una actitud valen más que miles de palabras, de expresiones, de sonrisas … ¿No te ha pasado que al ver la expresión de una persona en una foto te da una idea de cómo es? Pues bien: te vi a ti y sé que eres una buena persona. Me dirás por qué no se lo he dicho a mi familia, a mi esposo … No … No podría dejarles este pedido … No podrían soportarlo … No podrían entender lo que hice … No me perdonarían no haber impedido algo si yo lo intuía … ¿Sabías que desde chica tenía terribles pesadillas de las cuales jamás hablé? Creeme: tú serás el primero en saberlo. Siempre soñaba en que iba a morir asesinada … Jamás lo pude contar … hasta hoy … Si estás leyendo esto es porque ya no estoy aquí … Sospecho que ella fue quien lo hizo … ¿Y por qué no hice nada para impedirlo? ¡¡Ay, Jorge!! … La mente humana es tan difícil … Todos tenemos una historia y en función de esa historia actuamos de una determinada manera … Yo empecé con la música desde muy pequeña … No era mi gran vocación … Yo quería ser diseñadora … Pero era el deseo de mi padre y yo lo seguí, con la ilusión de que logrando su sueño lograría el mío … Trabajé duro, me sacrifiqué, di todo, dejé muchas cosas en el camino y lo logré … Nadie me regaló nada … Todo fue el fruto de mi trabajo … Y logré el éxito siendo yo misma, siendo coherente con mi vida, siendo auténtica, siendo sincera … No inventé un personaje … Así como era en la vida, así era en el escenario … Fui de frente en mis acciones y todo en la vida lo solucioné sola … Yo sola …Estudié, trabajé, evolucioné … Tuve miles de obstáculos, tuve avances y retrocesos, más de una vez lloré, más de una vez pensé que no lo lograría … ¡¡Pero lo hice!! … Y cuando lo logré, puse mi cadena de boutiques y me dediqué a mi sueño de ser diseñadora … ¿Entiendes ahora lo que te quiero decir? No iba a tolerar no poder solucionar los problemas por mí misma, no iba a dejar de ser yo para buscar la solución a un problema … No es que yo pudiera con todo … Como verás, cuando tengo que recurrir a alguien, lo hago … Pero es que … Hace dos semanas esa mujer que seguramente me hizo esto me había mostrado un arma … Me dijo que era para protección … Pero yo sabía que era para matarme … Y si no lo hizo ese día fue porque no le di el motivo … Pero supe que tarde o temprano lo haría … También sabía que de nada serviría que alarmara a mi esposo y a mi familia … Yo tenía que solucionar esto y no me iba a permitir usar artilugios y bajezas para lograrlo … Podría haber optado por muchas alternativas, pero todas ellas me llevarían a un escándalo, a tener que actuar de una manera impropia, a que la gente, mi gente, tuviera una imagen de mí que yo no quería dar … Y eso jamás me lo permitiría … ¡¡Jamás!! … Prefiero morir en la mía … Sí, es como lo estás leyendo … Y si lo lees, es porque finalmente no lo he logrado … Y ella sí … ¿Pero sabes qué? Prefiero que me recuerden de esa manera antes que vivir en la penuria de estar envuelta en el medio de palabras cruzadas, juicios, acusaciones, escándalos, falsedades, envidias, celos, mentiras y calumnias … No, no lo soportaría … Yo di Amor y quiero recibir  Amor … Yo quiero dar un ejemplo, no meras palabras vacías … Yo tuve que lidiar con mucha gente que no era digna de mi respeto, pero por mi vida, por mi trabajo y hasta por el solo hecho de tener un plato de comida en la mesa cada noche tuve que soportarlos … Pero lo hice sin perder ni mi personalidad, ni mi dignidad, ni mi imagen … No sólo hay que ser, hay que parecer … Y yo voy a pelear hasta el final por lo que yo creo aunque deje todo en el camino … Espero que lo entiendas aunque sepas mi destino … mi destino cruel … Pero como temía que me pasara esto, quiero que me hagas un favor … Pronto viene mi cumpleaños … El 16 de abril … No sé si llegaré a ese día … No soy de festejar mi cumpleaños por mis creencias religiosas … Pero le prometí a una niña que la recibiría ese día porque tenía un regalo para mí. Quiero que vayas a verla y le expliques lo que me ha pasado ahora que lo sabes por mis palabras. Ahí te adjunto la dirección en la que vive. Confío en que lo harás. Y sé que con ello sabrás qué hacer luego … Nuevamente te pido disculpas, pero a veces las cosas no se pueden cambiar … no por el destino, sino por las convicciones, aunque uno pierda con ello … Con Amor. Selena”.

Al terminar de leer la carta, entendí por qué la gente estaba tan conmocionada y dolida por lo que había pasado. La gente no sólo admiraba a Selena por sus canciones, no sólo sabía de Selena por su difusión en los grandes medios … La gente conocía a Selena y la quería … Para ellos era una chica más que iba por su sueño y lo había logrado del mismo modo que lo hacían los demás con sus quehaceres cotidianos … Selena era su orgullo y el ejemplo a seguir … Pero ahora que había pasado todo esto … No pude dejar de sentir angustia e impotencia y me puse a llorar como un niño por mucho tiempo … A Selena no la conocía y ahora sentía que la conocía de toda la vida … No podía no dejar de hacer algo por ella … Al menos debía cumplirle lo que me encomendó … Como pude, me preparé y me fui a la casa de la niña … No sabía con qué me encontraría … En otras circunstancias ni lo habría intentado … Pero ahora que sabía con qué mujer me había encontrado no podía fallarle … Cuando llegué a la casa temí que no me recibieran al ser para ellos un desconocido, pero para mi asombro la mujer que sería la madre de la niña me recibió. Pensé que la conmoción por lo sucedido con Selena había trastornado y sensibilizado al extremo a todo el mundo. Al explicarle lo sucedido y mostrado la carta de Selena, la mujer me indicó la habitación en la que se encontraba Carla, la niña en cuestión. Concordamos con su madre en que no le mostraríamos la carta, pero sí le diríamos que venía en nombre de ella. Me advirtió que la niña desde que sucedió todo casi no hablaba, que vivía dibujando, pero que casi no mencionaba a Selena ni cantaba sus canciones. Cuando ingresé a la habitación, Carla estaba dibujando. Noté que era una paloma que estaba sujetada a una soga y que sufría por no poder volar … Me acerqué a ella y le dije que venía en nombre de Selena, que ella sabía que pensaba darle un regalo de cumpleaños y que para ello él estaba allí. Carla seguía dibujando sin emitir palabra. Pensé en Selena y salí de mi propio libreto: “No lo pensaba hacer, niña, pero voy a hacer honesto contigo. Selena me dejó una carta con algunas instrucciones. Entre ellas me mandó a verte a ti. Se sentía culpable al no poder cumplir con su palabra. Espero que lo entiendas y no la culpes si tal vez no hizo lo correcto. Es que…”. Carla paró de dibujar, me miró a la cara y extendió su mano, tras lo cual le entregué la carta de Selena que pronto ella empezó a leer. Cuando culminó, se incorporó, fue a buscar algo y volvió hacia mí con una enorme cartulina. Allí se encontraba su regalo a Selena. La había dibujado arriba en su carruaje camino al escenario en el que se desarrolló su último gran concierto personal en el Houston Astrodome … “Yo fui a ver a Selena ese día … Estaba tan linda con su vestido púrpura…”, me alcanzó a decir la niña mientras leía que le había escrito: “Siempre estarás en mi corazón, Selena … Siempre serás mi ejemplo y mi vida … Te quiere mucho. Carla”. Yo la miré a la niña y vi que se le caían tenuemente por las mejillas unas enormes lágrimas. Fui a su encuentro y la abracé. Carla se puso a llorar desconsoladamente. Mientras la abrazaba y le acariciaba el pelo, le decía: “Llora, niña, llora … No guardes tu dolor … Es mejor que lo expreses en vez de vivir con tanta angustia contenida…”. En un momento vi que la madre había abierto sigilosamente la puerta tras lo cual yo le indiqué que me dejara solo con ella por un instante más … Cuando la niña se recompuso, le dije: “Carla. Ahora que has leído la carta, te propongo una cosa. Quiero que cuando Selena esté en su nueva morada, le entregues tu regalo y le prometamos una cosa. Sólo una cosa. No sólo le diremos que su esfuerzo no fue en vano, sino que seguiremos su ejemplo. Que seremos como ella, que seguiremos sus valores, que seremos genuinos, que diremos siempre la verdad, que trabajaremos, que nos esforzaremos, que seremos consecuentes y que aunque no se dé todo lo que soñamos, aunque perdamos más de que lo ganemos, lo más valioso, lo más hermoso que nos puede pasar es haber hecho lo que nosotros pensábamos que era mejor, y cada día y cada noche levantarnos con una sonrisa y dormirnos con la conciencia tranquila. ¿Qué te parece Carla? ¿Lo quieres hacer? ¿Te parece una buena idea? Si todo sale bien, podemos ir a verla el 16 de abril y darle su mejor fiesta de cumpleaños. Sé que esta vez Selena lo va a festejar y con la mejor de sus sonrisas”. La niña se abalanzó sobre mí, me dio un gran beso, se sonrió y me dijo que así lo haría. “No hay duda de que te ha enviado Selena. Tienes su misma expresión, su mismo Amor y sus mismas buenas intenciones. Quiero ser como tú cuando sea grande”, me dijo Carla. “No, niña. No seas como yo. Yo apenas soy un hombre que despertó hace poco y todo gracias a Selena. Tú la viste y supiste apreciar antes que yo. Lo importante, lo verdaderamente importante, es que ahora que los dos sabemos lo que nos dejó Selena, sigamos su camino y no la dejemos nunca sola ... para su bien, para nuestro bien … para que este mundo siga viviendo con su Amor…”, le contesté. En ese momento, alguien dice: “¿Puedo entrar, Carlita?”. Era su madre. La niña fue corriendo hacia ella y la abrazó con una gran sonrisa. “Es que pronto iremos a ver a Selena … para festejar su cumpleaños”, alcancé a explicarle mientras me incorporaba a su encuentro … Mientras me dirigía a ella pensaba en lo que me depararía el destino y no pude dejar de sonreír … en el medio de tanto dolor … Nada es casualidad en la vida … Por algo Selena vino a mí … Por algo Selena entró en mi vida para siempre … Ahora sólo me queda retribuirle el resto de mi vida todo lo que ha hecho ella por nosotros en tan sólo 23 … casi 24 años … Espero poder hacerlo … Depende de mí … Depende de nosotros … Depende de todo una humanidad que esté dispuesta a seguir su camino a pesar de todo … a pesar de todo lo que nos depara este cruel destino…

(Siempre me pregunté para qué Selena fue al Days Inn aquel nefasto 31 de marzo de 1995. Podemos hablar de inocencia, podemos hablar de tozudez, podemos hablar de ingenuidad, podemos hablar de imprudencia, podemos hablar de inconsciencia. Tal vez tenga razón el padre de Selena cuando dijo en el programa de Cristina, allá por julio de 1995, que Selena era una guerrera que peleaba por lo suyo y que ese día no hizo la excepción … También recordé aquella gran miniserie “Yo, Claudio”, en la que antes de ser asesinado, el Emperador Claudio, aun sabiendo lo que le ocurriría, optó por dejar que los acontecimientos se dieran porque él consideraba que ya había hecho todo lo que debía hacer … Si hay algo que admiro de Selena es haber mantenido sus convicciones, sus ideales y su pasión en el medio de un mundo en el que imperan las conveniencias, las traiciones y la falsedad … Uno podría decir muchas veces que Selena tenía que haber calculado más, que debió especular más, que debió haber entendido que a veces hay que ocultar mucho las convicciones ante los demás para mantenerlas, que hay que hacerse el tonto para que los “vivos” no lo noten, que a veces hay que hacer el mismo juego de ellos para que no nos dañen más de lo que ya lo hacen de por sí … Pero pedirle eso a Selena era muy difícil … Ella era pasional, auténtica, única, irrepetible … Por eso la entendemos … Se fue de este mundo con sus convicciones, ideales y Amor intactos … Nada se puede decir ante ello … Sólo decirle que la queremos y admiramos mucho, y que haremos lo indecible para ser como ella aunque jamás lleguemos a estar a su altura…)

Selena: sabes lo que cuesta ser cómo tú, pero qué no daría por serlo…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)




Para que no vuelva a suceder, Selena…


“¿Tú también eres fan de Selena? ¡¡Entonces seremos buenas amigas!!”, recordó Melina que le dijo Marisel aquella primera vez que decidieron juntarse para hablar a solas luego de compartir unos meses de clase en el colegio. “¿Y por qué crees que me llamo así? ¡¡Por Selena!! Bueno, antepusieron el nombre de María, pero lo fusionaron con el de ella … Poner su nombre fue el mejor homenaje que le hicieron mis padres a Selena … ¡¡Y yo también la admiro horrores!!”, le terminó de decir Marisel. Melina quedó impactada con esa chica que de pronto se le apareció en su vida y con la que prometía una amistad de por vida … Melina tenía en aquellas épocas del colegio secundario innumerables amigas, pero siempre aceptó ser el papel de “segundona”. Si bien se divertía y la pasaba bien con ellas, siempre hacía lo que le decían las demás, y le costaba imponer sus propias ideas y deseos. Hasta se dejaba bastardear con los típicos chistes y chanzas de adolescentes. Había pasado unos cuantos años de la muerte de Selena y Melina seguía siendo fanática de ella como tantas otras. Pero tenía esa rara costumbre de juntarse con otra gente que tenía gustos diferentes a los de ella, visiones distintas, objetivos divergentes. Y aquellas amigas que ya habían olvidado a Selena y reemplazado por otras artistas solían cargarla con su incondicionalidad a ella, más allá de que se lo respetaran ... Pero no todo era así en la vida de Melina. Ella tenía una gran amiga, Ernestina, que era de un grado y años distintos a los de ella y sus amigas, pero con la que compartía sus sentimientos, sus secretos, su vida … Ernestina no era admiradora de Selena, pero sabía escucharla, hablarle, guiarla, respetarla en todo … Y siendo mayor que Melina, solía aconsejarla sobre el valor de la palabra, la importancia de ir en la vida con la verdad, de ser trabajadora y constante, y de no mentir ni mentirse, sobre todo frente a lo que uno siente … Melina veía a Ernestina como la encarnación de Selena aunque no lo fuera ni la admirara … Por eso pensaba que Ernestina estaba más cerca de Selena que sus propias amigas … Hasta que apareció Marisel … A ella la conoció a través de otra amiga del colegio, Zoe, que se fue a otra ciudad a seguir sus estudios … Si bien Melina tenía una buena relación con Zoe y hasta llegó a compartir muchas charlas, encuentros y fiestas, era Marisel quien tenía un gran apego hacia ella. Para Melina, Marisel junto con otra chica del colegio, Vanesa, eran como los Ángeles de Charlie de Zoe … Estaban siempre juntas. Compartían todo. Solían copar el ámbito de las chicas tanto dentro como fuera del aula. Zoe llevaba la voz cantante, y Marisel y Vanesa la seguían en todo. Pero Zoe se fue y Vanesa hizo lo propio después debido a que sus padres se fueron a vivir a otra ciudad. Marisel se quedó sola hasta que apareció en la vida de Melina en este nuevo rol…

Pronto Marisel empezó a juntarse con Melina tanto dentro como fuera del colegio. Vivían hablando de Selena. Compartían discos, letras, fotos … Todo … Marisel solía decir que tenía dotes de cantante y a veces los sacaba a relucir con las canciones de Selena … Melina pronto notó que no sólo no cantaba bien, sino que tampoco sabía correctamente las canciones de Selena … Pero a ella no le importaba … Era tan buena, tan servicial, tan amiga que lo tomó como algo menor, sin importancia … Incluso no le llamó la atención que no supiera tanto de Selena como parecía. Jocosamente Melina solía corregirle datos erróneos que daba, le agregaba información, solía ponerla al día de cosas que Marisel ciertamente ignoraba … Y tampoco le llamó la atención de que con el tiempo su amiga le hablaba ante ella y sus amigas como una gran conocedora de Selena a partir de memorizar y de estudiarse todas las cosas que le enseñaba Melina … Las dos eran chicas latinas criadas de tercera generación de mexicanos residentes de los Estados Unidos, pero mientras Marisel no sabía hablar el español, Melina lo hablaba a la perfección. Pronto fue aprendiendo por su amiga el idioma y ante ella solía jactarse de la pronunciación de algunas palabras. “¡¡Oye chica, te felicito!! ¡¡Tienes un gran futuro!!”, le decía con aire de sabiduría Marisel a Melina y ésta se reía por cómo lo decía. Era como escucharle decir: “¡¡Osheshica, felicity. Vienes on gran fiucher!!”. Pero Melina se lo dejaba pasar. No le llamó la atención que al poco tiempo ella se expresaría como Marisel y que hablaría de Selena por lo que su amiga le decía … En poco tiempo Melina pasó a hablar sólo con Marisel. Al chasquido de sus dedos ella concurría al instante. Hablaban, se divertían, se reían, chusmeaban y compartían todo … Ellas solas … Melina pasó a tener de muchas a solo una amiga … Seguía siendo una segundona, pero ahora de una sola persona … Una persona que empezó a decirle de a poco qué decir, qué hacer, de qué hablar, con quién juntarse, de quién desconfiar, a quién despreciar … Pero todo eso Melina no lo notó ni lo quiso notar … Empezaba un calvario del que daría cuenta bastante tiempo después … Pero en ese momento … Marisel era su amiga, su guía, su alegría, su vida, todo … Ella era tan simpática, tan buena, tan servicial … Hasta se había olvidado de Selena … Tal vez si la hubiese tenido presente en ese momento se hubiese dado cuenta … Pero Melina no la tenía consigo aunque la nombrara miles de veces en el día … Melina tenía a Marisel y ella era la única que le podía brindar aquello que tanto necesitaba…

Melina no se daba cuenta de nada … Melina no quería darse cuenta … A todo lo que iba advirtiendo con el tiempo fue notando que aquella buena onda que Marisel tenía con ella junto con sus otras amigas había desaparecido. Pero eso no se dio instantáneamente … Fue dándose de a poco … Melina empezó a advertir que cuando ella hablaba con determinadas amigas ella no sólo no participaba sino que se alejaba. A Melina no le importó porque en definitiva ella podía seguir hablando con sus amigas … Pero después empezó a notar que cuando estaban juntas y aparecía una tercera persona, según quien fuera ésta, ella se retiraba sin decir nada … Y aquello que aparecía aislado o circunstancial, comenzó a hacerse corriente y constante conforme su amistad se consolidaba … Una vez Melina estaba hablando con Marisel y un amigo mientras caminaba por la calle y advirtió la presencia de Ernestina que venía caminando en la misma vereda yendo en sentido contrario. Melina fue corriendo a saludarla, pero para su asombro e incomodidad, notó que Marisel se llevó del brazo a su amigo y siguió conversando con él desairando a ella y a Ernestina … Marisel conocía a Ernestina y más con todo lo que Melina le contó de ella … Melina se sintió incómoda por la situación, pero trató de disimularlo … ante Ernestina … Cuando volvió con Marisel y su amigo, Melina no dijo nada, pero era Marisel la que le estaba diciendo todo al ni siquiera preguntarle por su encuentro con Ernestina. Unos días después se atrevió a preguntarle si le pasaba algo con ella. Marisel puso cara de compungida, miró hacia arriba, para luego mirarla de frente y decirle: “No me gusta Ernestina. Me dijeron que maltrata a sus novios y habla mal de sus amigas. Yo no confiaría tanto en ella. Como tampoco de tus otras amigas que te tratan de segundona…”. Melina intentó relativizar su acusación, pero no se atrevió a cuestionarla ni a defender a su amiga. Melina sabía que nadie había hablado mal de Marisel. También sabía lo que era Ernestina. Pero no se atrevió a pelearse con ella … La necesitaba … La necesitaba más que a nadie. Pensaba además que ella tenía razón … Marisel no la trataba de segundona … Y hablaba de sus mismas cosas y con su mismo idioma … Compartían a Selena … Para Melina era volver a vivir aquellas épocas en las que podía compartir su felicidad de niña con sus padres juntos y dichosos, y no como en esos momentos en los que estaban peleados, se habían divorciado y se convirtieron en enemigos declarados … Sí … Melina se convenció de que Marisel cubría sus carencias, sus necesidades, sus afectos … No necesitaba a nadie más … Sólo necesitaba a Marisel … Dependía de ella … Marisel le diría quiénes eran buenos y quiénes no … Marisel le diría a quién hablarle y a quién no … A veces sin tener que decirle nada … Bastaba que sólo Melina viera a quién le hablaba Marisel y a quién ignoraba … Marisel le diría con quién relacionarse … Marisel la guiaría en su camino a la felicidad…

Melina no se había dado cuenta en lo que se había convertido … Para ella todo estaba bien … Ella hacía lo correcto … Ella estaba bien … Ella era feliz … Los demás no lo eran … “Y no lo eran porque eran unos tontos y unos envidiosos”, como le decía Marisel … Melina no se daba cuenta de que cada vez se aislaba más, cada vez era más distante, despectiva y despreciativa con muchas personas … las mismas personas que odiaba Marisel … Con el tiempo Melina adoptó sus formas, sus modos, sus actitudes … Cuando hablaban de Selena ella la escuchaba a su amiga como si ella fuera la que más conocía, admiraba y la que estuvo siempre más cerca … Pasó a ser la segundona de ella creyendo o queriendo creer que estaba a la par … Incluso solían reírse a las carcajadas cuando Melina le decía y repetía: “¡¡Osheshica, felicity. Vienes on gran fiucher!!”, para que Marisel le retrucara: ¡¡No es así!! Es ‘¡¡Oye chica, te felicito!! ¡¡Tienes un gran futuro!!’ ”. Y volvían a reír a carcajadas. A Marisel le encantaban esos momentos en los que podía exponer ante las otras compañeras la ascendencia que tenía sobre Melina … Y para Melina sólo se trataba de repetir aquellas carcajadas que solía exponer Selena ante una ocurrencia … Un día Marisel había traído una torta para celebrar su cumpleaños, y le pidió a Melina que cortara la torta y la repartiera a “sus amigas” … Melina casi como una autómata les ofreció a algunas un pedazo de torta y a otras no … todo de acuerdo a los deseos de Marisel … Y sin que ella tuviera que decirle nada … Ya que Melina sabía quiénes eran los “buenos” y quiénes los “malos” … Y toda su ligazón al pasado se cortó cuando ella iba a los gritos cantando en la calle el tema “tus desprecios” junto con su nueva y única amiga, y volvió a toparse con Ernestina … En los últimos tiempos había dejado de verla, de llamarla y de hablarle … Y las veces que la veía la saludaba de lejos … Melina la vio, volvió su mirada a Marisel y siguió cantando … Sintió un gran gesto de lealtad a su nueva amiga no saludarla a Ernestina … Ella se quedó consternada pero no sorprendida … La había visto actuar en los últimos tiempos y era una obviedad que ella terminaría haciendo semejante gesto de desprecio … Pero para Melina era normal … Y para Marisel era un gran gesto que le demostraba que Melina era suya, toda suya…

Hasta que un día Melina despertó … de casualidad, como tantas veces, como la única en este caso … Fue a buscar algo en el ropero y se le cayó un libro. Era el libro de Chris “Para Selena. Con Amor”. Había empezado a leerlo, pero con toda su historia con Marisel lo había olvidado, como tantas otras cosas. Empezó a leer desde donde lo había dejado señalado, justo en el momento en el que Chris contaba cómo Saldívar se había metido en sus vidas y ellos no se habían dado cuenta del peligro al que se habían expuesto. Melina puso mucha atención en aquello que decía el esposo de Selena y que explicaba algo que Melina no podía entender … Cómo no se habían dado cuenta antes …Melina leía que a Chris le costó mucho tiempo comprender lo sucedido … Que tuvo que reconstruir lo que habían sido los últimos años en su relación de Selena, de él y de todos los Quintanilla con Saldívar para poder explicar todo … Y en recordar aquellas cosas, esos pequeños detalles, esas conductas que llamaban la atención, pero que en la vorágine de la vida los dejaron pasar … Y Melina comenzó a sentir que se le hacía un nudo en el estómago cuando Chris contaba cómo a partir de una simple relación la asesina comenzó a tener ascendencia sobre Selena y sobre todos. Pero decidió tirar el libro al piso y ponerse a llorar cuando el esposo de Selena contaba cómo en una fiesta Saldívar, aprovechando un problema que había en el baño, fue a decirle a Selena que para ella los amigos de Chris habían provocado los destrozos y bajo ese argumento Selena fue a ver a Chris para cerciorarse de ello. El esposo de Selena recordaba que él le dio sus explicaciones y que Selena se los aceptó, pero lejos de quedarse contento Chris se preocupó que Selena fuera a él para quedarse conforme. Chris notaba que en condiciones normales Selena le hubiese dado personalmente las explicaciones a Saldívar sin ir a él … Melina sabía que algo similar le estaba pasando a ella con su amiga Marisel … Y ella la estaba engañando … O se estuvo dejando engañar … Recién allí dio cuenta de todo … Que había sido manipulada por Marisel … Que sólo pensaba por ella … Que se había alejado de sus amigas, sobre todo de Ernestina … Que no tenía vida propia … Y hasta le había cedido la iniciativa y sus virtudes a ella … Ella ahora “no sabía nada” … Lo sabía todo Marisel … Todos la tomaban como el centro de todo … para bien o para mal … Nada se hacía sin su consentimiento … Todo se hacía a su voluntad … A Melina le agarró terror de sólo pensar en alejarse de ella … No podría hacerlo sin recibir represalias … La mejor comprobación de ello fue la suerte de Selena … Hasta sus amigas le dirían a Marisel lo que estaba haciendo si se le ocurriera alejarse … sobre todo Viviana, una de las pocas amigas que tuvo en su momento, pero que tenía un gran respeto por lo que “significaba Marisel”, hasta hacerse una de las pocas personas de su confianza que la llevó decir alguna vez: “qué no daría porque se sentara al lado mío” …. Melina sentía que no tenía salida … De pronto recibió un mensaje en su celular … Era de Marisel … Ni quiso mirarlo … Apagó su celular  y se puso a llorar desconsoladamente … Sabía que no iba a poder mirarla a la cara con ese nuevo sentimiento que tenía … Tendría miedo, terror, angustia … ¿Cómo decirle que ahora sabía que era una mentirosa, una manipuladora, una psicópata? ¿Cómo decirle que ya no le creía? ¿Cómo seguir su vida alejándose de ella y acercándose a sus otras amigas? ¿Acaso Marisel se lo permitiría? ¿Cómo hacer para acercarse a Ernestina de nuevo? Melina pasó horas entre sollozos y en pensar en una alternativa a ese callejón sin salida … No la hallaba … Simplemente podía pensar en esa posibilidad … pero con alguien saliendo malherida … Y esa malherida sería ella sin duda … Se le ocurrió prender su celular y vio cientos de mensajes … Todos de Marisel … Se le ocurrió ver los primeros … Eran de alguien preocupada sobre su paradero … Y luego los últimos … típicos de alguien desesperado … de alguien que empieza a sospechar y a amenazar … Melina se sobresaltó … Tomó un abrigo y se fue inmediatamente de su casa … Temía que Marisel estuviera camino a su casa y al ver su rostro … hiciera lo mismo que Saldívar le hizo a Selena … En cuanto salió comenzó a correr .. No había nadie atrás … Pero Melina corrió igual … recreando de aquel nefasto 31 de marzo de 1995 esa corrida desesperada de Selena al lobby del motel Days Inn … Sólo que ella estaba en la calle … Y parecía que Marisel no estaba cerca … En ese momento Melina decidió apagar el celular … No quería tenerla cerca ni por ese medio … ¿Pero qué podía hacer? ¿A quién recurrir? No podía volver a su casa para explicarle a su madre cuando volviera de su trabajo sus propios miedos … Tal vez Marisel llegaría antes … Y de todos modos le tendría que explicar a su madre qué estaba pasando … Melina se sentó en el cordón de la vereda de una calle lejana y se puso a llorar de nuevo … No tenía salida … No tenía ninguna salida … Hasta que algo se le iluminó en su mente y pensó que tal vez … Ernestina vino a su mente … Se incorporó y fue a su casa … Era su única opción y apostaría a ello … antes de que fuera demasiado tarde…

A medida que se acercaba a la casa de Ernestina, Melina iba aminorando el paso … Sabría la reacción de ella al verla … Tal vez no la querría recibir … Aparte, ¿qué le podía decir? ¿Cómo explicarle el día en el que ni la saludó? ¿Qué argumento darle si no lo tenía? ¿Acaso le diría que cumplió órdenes de Marisel? ¿Acaso le diría que unos meses de “su amistad” haciendo lo que ella quería eran más valiosos que años de su relación con Ernestina en la que Melina podía sentirse segura, escuchada y no verse como una segundona? En eso pensaba cuando llegó a la puerta de la casa de Ernestina … Estaba por seguir de largo cuando, por esas cosas de la vida y del destino, y de que nada es casualidad, Ernestina se le apareció de frente … Iba camino a su casa … Melina se quedó congelada … Ernestina fijó su vista en ella mientras se le acercaba … Cuando estuvieron frente a frente, cara a cara, Ernestina le dijo: “¿Qué esperas aquí? ¡¡Entra a casa!!”. Melina asintió en silencio y fue tras ella a su casa … Sentía alivio pero a la vez una enorme mochila sobre sus espaldas … No sabría cómo encarar la situación … Pero al menos se sentía a salvo … y perdonada…

“¿Vienes a hablarme de Marisel, no?”, le preguntó Ernestina apenas entraron a su casa y de ofrecerle un café … Melina no sabía qué decirle, pero asintió mirando el piso … “¿Y qué harás al respecto? Sabes que no es fácil salirse de su yugo...”, le volvió a decir Ernestina … “¿Pero cómo sabes que es así y lo que yo deseo? ¿Acaso ella o alguien te habló?”, alcanzó a preguntarle una perpleja Melina … “Ay, Melina, Melina … Has actuado de una forma muy ingenua … Pero créeme que te entiendo … Al menos yo sí te he escuchado y sé lo que sientes … Marisel dudo que te haya dado una oportunidad … Sólo tomó lo que le convenía y lo hizo suyo … ¿Y cómo lo sé? Ni tuve que averiguarlo … ¿Qué crees que ha hecho mientras te dejaba “tranquila” por unas horas? Ha venido a mi curso … ¡¡Sí, a mi curso!! Por supuesto que a mí me ha obviado … Pero se puso a hablar con muchas de mis compañeras … Les hablaba de lo que le convenía, de lo que les interesaba … ¿Y sabes qué? Muchas se quedaron encantadas con ella … Marisel es hábil, muy hábil … como todo psicópata … Y logra lo que ella quiere … Ser el centro de todo … Algunas la aman … Otras la odian … Pero todas hablan de ella … Y eso es lo que ella quiere … Por supuesto que a ti ni te nombró … No hace falta … Ella sabe que te tiene … Ya te presentará a “sus otras amigas” a su debido tiempo … ¿Te suena todo esto, no? Ya lo has visto … Sólo que hasta ahora no has querido ver lo que han hecho de ti … Debo confesar que luego de aquel día en el que no me saludaste adrede se me dio por preguntar unas horas después a algunas de tus compañeras de curso sobre ti … Muchas no te reconocen … Dicen que las desprecias como las desprecia Marisel … Que ya ni optan por hablarte … Saben que sólo le hablas a ella y a las amigas que te indica ella … Y por supuesto que esas chicas la adoran … Ellas sólo dicen que deseen sentarse el lado de su banco … Veo que ahora te has dado cuenta de todo … E imagino que no la quieres ver más”, le hizo notar Ernestina. Melina, totalmente devastada, sólo atinó a decirle que de casualidad vio de nuevo el libro de Chris y que … “¿Temes terminar como terminó Selena? No sé si te pasará lo mismo, pero que te lastimará si tratas de alejarte no dudo que lo hará … Pero tal vez debas pagar el precio de la libertad si es que deseas liberarte de esa chica … Al menos puedo aconsejarte que hagas eso antes de terminar muerta en vida o ser una mujer sin Alma ni personalidad…”, sentenció Ernestina … “¿Pero qué quieres que haga? ¿Qué puedo hacer? ¡¡Ya cometí el error!! ¡¡Ni me atrevo a prender el celular!! ¡¡Ya me mandó miles de mensajes!! … Los primeros de desconcierto … Los últimos de furia … Ni quiero volver a mi casa … ¡¡Seguro que fue para allá!! ¿Quién sabe lo que le dirá a mi madre? ¡¡No sé lo que pueda hacer!! ¿No puedes ayudarme en algo? ¿Sólo tienes palabras de reproches hacia mí?”, le rogó Melina … Ernestina la miró con seriedad … “¿Tú me pides clemencia y ayuda? ¿Te has olvidado de lo que me has hecho? Me has despreciado, me has negado el saludo, seguramente avalaste sus calumnias, aplaudiste sus mentiras, te dejaste llevar por todo lo que te dijo … ¡¡Hasta se apropió de tu Selena!! Ya ni hablabas de ella … Sólo hablabas de Marisel … Y ella habló de Selena hasta en mi curso … ¡¡con tu sabiduría y con tus sentimientos!! ¿Usó tu energía para su provecho y me reprochas a mí? Tú deberías disculparte y pensar si acaso seguiste el camino de Selena o de su asesina en este último tiempo…”. Melina se puso a llorar: “Sí, sí, ya sé. ¡¡Perdoname, por favor!! ¡¡Sé que hice todo mal, pero estoy desesperada!! ¡¡No sé qué hacer!! ¡¡No quiero volver a ella!! ¿Qué pretendes? ¿Que haga como Selena y vaya a su encuentro para que me mate, me lastime o lo que sea? Selena cometió ese error y mira cómo lo pagó…”. “No, Melina, no … Selena no hizo eso que tú dices … Selena siguió haciendo lo que su asesina deseaba. A su pedido fue al motel sola. A su pedido fueron al hospital. A su pedido no fue revisada. A su pedido volvieron al motel. Y cuando Selena le dijo que ya no seguiría su camino … en un territorio ajeno al de ella, Saldívar ejecutó su deseo premeditado … en ese contexto ... No, Melina, no … Tú tienes que encontrarte con ella en tus términos y en tus condiciones … Eso ya es distinto de lo sucedido con Selena … Si tú te encontraras con ella a su pedido y tú le dijeras tu deseo, eso sería contraproducente … pero si tú te encuentras con ella para hablar de lo que deseas en tus términos eso sería una cosa muy distinta … Tal vez salgas lastimada igual, pero sería distinto…”, le aconsejó Ernestina … “¿Y entonces, qué me sugieres que haga?”, le preguntó Melina. “Lo que debió haber hecho Selena aquel 31 de marzo. Pegar primero antes de que lo haga ella. Eso es todo … Ahora ve a tu casa y enfrenta la situación…”, terminó diciéndole Ernestina. Melina comprendió que eso era lo mejor. Se incorporó y se abrazó a su verdadera amiga. Juntas se mantuvieron abrazadas por un largo rato. “¡¡Perdóname, amiga!! ¡¡Fui una tonta!! … No volverá a suceder…”, le prometió Melina. Ernestina asintió en silencio y le dijo: “Ahora ve y me cuentas cuando todo haya terminado…”.

Melina fue a su casa mientras abría su celular … Vio cientos de miles de mensajes más de Marisel … El último decía: “¡¡Si no me contestas, no te saludaré nunca más!!”. A ese último Melina le contestó: “¡¡Hola, amiga!! … Tuve un pequeño accidente … Te espero en casa en una hora. ¡¡Allí te contaré todo!!”. Cuando vio que Marisel cambió su tono y prometió ir a su encuentro, Melina apuró el paso a su casa. Cuando llegó a ella, buscó los contactos de sus amigas en su computadora y les dijo lo que le había pasado en esas últimas horas, les pidió disculpas y les prometió que mañana hablaría con ellas personalmente en el colegio, ya que en ese momento tenía que tratar un tema muy importante. Al rato llegó su madre. Melina corrió a abrazarla y le dijo que la quería muchísimo, tras lo cual se puso a llorar. Cuando su madre quiso preguntarle qué pasaba, Melina le dijo que ya se enteraría de todo cuando Marisel llegara a su casa. Inmediatamente sonó el timbre. Melina sintió un terrible nudo en el estómago, pero afrontó la situación. Hizo un gesto de espera a su madre y fue hacia la puerta. Una sonriente Marisel estaba del otro lado. Cuando la recibió, ella se le tiró encima, comenzó a preguntarle qué había pasado, qué tan grave fue el “accidente” para no contestarle. Melina sonrió y sólo le dijo: “Ya te enterarás…”, tras lo cual la hizo entrar a la cocina donde estaba su madre. Melina la hizo sentar a Marisel. “No es que me haya pasado algo físico. Mi accidente es en mí … en mi Alma … Todo comenzó porque me topé con el libro de Cris sobre Selena … ¿Lo recuerdas? Supongo que sí … Cuando leí la parte en la que la asesina fue instrumentando el engaño a Selena, a él y a toda la Familia Quintanilla, allí di cuenta de todo … De todo lo que me ha pasado en este último tiempo … Marisel: fueron lindos los momentos que vivimos, pero no te quiero ver más … Puedes hacer lo que quieras. Ya les avisé de mi determinación a mis amigas. Mañana iré personalmente a pedirles disculpas. Tú puedes decirles los que quieras a ellas y a las otras … De todos modos, tú tienes otras amigas que te adoran … Y tendrás más … Y no te preocupes … Yo después de hablar con mis amigas ya no hablaré más de ti … Es mi trato para que me dejes en paz … Ya puedes irte … Madre: señálale el camino de regreso…”. Marisel se quedó desconcertada. Estaba furiosa pero no podía expresarlo … Estaba en un ámbito que no era el suyo, tenía que responder en vez de imponer y no tenía alternativa allí … Por ello sólo se dio vuelta ante la indicación de la madre de Melina y se fue sin emitir palabra … Cuando su madre cerró la puerta, Melina corrió hacia la puerta para cerciorarse de que Marisel se había ido. Vio que una silueta a toda velocidad se alejaba de su casa … Luego Melina se volvió a su madre y estuvo abrazada un largo rato a ella llorando sin parar … Su madre sólo atinó a acariciarle la cabeza y a rogarle que la dejara acompañar al colegio al otro día … Melina no protestó … Se sentía como una niña de 4 años a pesar de que unos instantes atrás había actuado como una adulta … Quería que no la lastimaran más…

Al día siguiente Melina fue al colegio acompañada de su madre … Para su asombro vio que la mayoría de sus amigas la esperaban afuera … Corrió hacia ellas y se abrazó largamente con ellas. Les pidió disculpas … Lloraron, rieron, recordaron los tiempos en los que eran felices siendo simplemente como ellas eran y no simulando lo que no son … “¿Me dejarán hablar de Selena como siempre o me dirán que las aburro hablándoles siempre de lo mismo?”, les preguntó Melina. “Sería bueno que no sólo les contaras sobre Selena sino de lo bueno de seguir su camino a pesar del destino y para aprender de los errores para no volver a cometerlos…”, la interrumpió Ernestina, que estaba en un costadito observando todo y que al terminar de decirle eso salió a abrazar a su amiga. “¡¡Gracias, amiga!! ¡¡Nunca más te abandonaré!! Una vez más te pido perdón y siempre estaré en deuda contigo…”, le volvió a prometer Melina. “Si me tienes que abandonar, que sea por tu deseo y no por lo que te digan los demás … Eso debes recordar…”, le corrigió Ernestina. “Eso haré, amiga”, le terminó diciendo Melina, tras lo cual cada una fue a su clase prometiendo verse a la salida…

Cuando Melina entró a la clase vio que Marisel no estaba … Luego notó que sus amigas le sonreían y ponían cara de no entender su ausencia … Vio a las otras … que estaban serias y que miraban al pizarrón sin decir nada … Melina se sonrió por dentro y respiró aliviada … Estaba segura de que Marisel no volvería nunca más … O casi segura … Pero no quiso pensar más en ella … Ahora había que volver a su camino, al camino de Selena …sin caer en la trampa de los arrebatadores de los sueños, de los que sólo viven de la energía y buenas intenciones de otros, de los psicópatas, y de los que sólo son felices usando y dañando a los demás…

(Me pregunto si nos damos cuenta de lo que hacemos todos los días y si lo que hacemos lo realizamos por nuestros propios deseos o por lo que nos indican otros … Es difícil ser libre, es difícil ir en la vida sosteniendo un ideal, un pensamiento, un gusto personal … porque hay una sociedad afuera que nos condiciona, nos uniforma, nos censura, no acepta a la gente tal cual es … Es más difícil controlar a la gente cuando uno hace lo que quiere con uno y respeta las decisiones de los demás … Muchas veces declaramos ser libres, respetuosos y tolerantes … ¿Lo somos? Muchas veces decimos que queremos un mundo mejor con justicia, con igualdad, con todos sus habitantes felices … ¿Hacemos algo al respecto? Deberíamos revisar nuestras propias conductas para ver qué tan buenas personas somos y qué tan nobles son nuestras actitudes … Es fácil hacerle homenajes a Selena y cada tanto hacer un especial de ella cada año, de unos pocos minutos … Es más difícil seguir su ejemplo y su camino todos los años, cada minuto, cada instante … Ser buenos, trabajadores, honestos, constantes, decir la verdad, sostener un ideal contra viento y marea, decir pero también hacer … Pero también hay que recordar lo que le pasó para no caer en el error de creer en aquellas personas que dicen respetarnos, pero lo que sólo quieren es que nos convirtamos en sus marionetas que ejecutemos sus deseos, que no seamos nosotros mismos, que vivamos la vida lejos de nosotros mismos … Selena no era perfecta … Eso la hacía única e irrepetible también, además de su talento, de su carisma, de su canto, de su personalidad, de su bondad, de su honestidad, de ser auténtica, de sus canciones … Pero no era perfecta y cometió un error … un error que resultó ser fatal … De eso también hay que aprender … Para no caer en manos de esa gente que parece querer nuestro bien, pero termina siendo nuestra peor pesadilla)

Selena: siempre te recordaré y siempre serás mi guía para poder ser feliz a pesar de este mundo tan ingrato que te dejó partir…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)