Como ya sé que eres un sueño inalcanzable…

30 de junio de 2017


Para que no vuelva a suceder, Selena, nuevamente… (Los sueños, sueños son)



Melina se sobresaltó cuando despertó … “Entonces, todo era un sueño…”, se dijo sin poder entender … No quiso mirar ni su celular, ni su computadora … Ni quería saber qué día era … Sabía que nada había cambiado … Que no le había dicho nada a Marisel, que no había hablado ni con Ernestina ni con su madre ni con sus amigas … Todo seguía igual, salvo por una cosa … Ya no confiaba en Marisel … Todo se le reveló en ese que ahora sabía que había sido sólo un sueño … O en realidad su pensamiento … Y ahora que sabía que la realidad era ésa y no la anterior, volvió a la pregunta del sueño: ¿Qué hacer? ¿Qué decir? ¿Cómo encarar la situación? Pero Melina sabía que no actuaría como en el sueño … No le preguntaría a Ernestina. No le diría a Marisel lo que pensaba ahora. Melina no dejaba de pensar en Selena por hacer esto. Al contrario: lo tenía muy en cuenta. ¿Acaso Selena no encaró la situación aquel nefasto 31 de marzo de 1995? Sí, ella sabía lo que le había dicho Ernestina en el sueño. Que no estaba mal haber encarado. Que el error es haber elegido el escenario equivocado, el de la asesina … Que si lo hubiera hecho en el lugar y en el momento elegidos por ella todo hubiese sido distinto … “No, no sería distinto … Las cosas no se resolverían como en el sueño … Los sueños, sueños son … Son nuestros deseos, nuestros pensamientos, nuestra verdad … Pero no la realidad … Aunque hiciera como en el sueño de convocar a Marisel a mi casa y decirle lo que pensaba de ella y de mi decisión, ella jamás reaccionaría como en el sueño … No se iría de mi casa en silencio … Tampoco dejaría el colegio … Y sí ocurriría algo que estaba en el sueño … Ese grupo silencioso que al entrar el aula ni me miraba … A ese grupo apuntaría Marisel para hacerme la vida imposible y con ella presente al lado mío para presenciar y comandar su venganza …No … Las cosas serían peores, pero también es cierto que no podría seguir como si nada pasara por un buen tiempo”, reflexionó Melina. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer?, se preguntaba, como en el sueño … Pero esta pregunta no la llevaba como en esa situación  a Ernestina. Sabía que había actuado mal con ella y era injusto … Pero lo hecho, hecho estaba y ella no podía cambiar las cosas. Melina pensó sólo en zafar de la situación y lo mejor era huir … Huir de todos y de todo … Pero hasta que eso no ocurriera debía simular … Debía engañar a Marisel y a sus amigos … Debía engañar a todos … Todo debía seguir como si nada hubiese pasado … Le seguiría hablando a Marisel … Seguiría siendo su compinche y amiga … Al fin y al cabo se seguía divirtiendo con ella y la pasaba bien … Y compartían su admiración a Selena aunque bien sabía Melina que la que verdaderamente la quería era ella y no Marisel … ¿Marisel? Era sólo una psicópata y sólo se quería ella, como la asesina … Y en eso pensó Melina … Algo debía aprender de su amiga … Debía pensar en ella y no en los demás … Debía actuar como si nada, pero desconfiando de todo … Simular, no decir ni demostrar lo que pensaba … Dejar pasar el tiempo … No levantar sospechas … Y mientras tanto actuar … Actuar en silencio … Actuar en soledad … Nadie debía enterarse … Ni su madre … ¡¡Nadie!!  … Y cuando todo estuviera preparado, pegar el zarpazo … “Eso debió haber hecho Selena … Pegar primero … Como hizo su padre después con su memoria … Decir primero su posición, sus ideas y su visión de lo que pasó antes de que lo hicieran los demás. Sí, debo pegar primero … ‘El que pega primero, pega dos veces’, dicen por ahí … Así lo haré … Y cuando se den cuenta yo ya estaré bien lejos”, pensó Melina y puso manos a la obra … Empezaría el camino a la huída … Empezaría el camino hacia su salvación…

Lo primero que hizo fue buscar un colegio … Un colegio no muy lejos de su casa, pero bien lejos de sus amistades y de su familia … Un colegio que la hiciera estar todo el día allí y llegar a su casa tarde, bien tarde … Un lugar que la abriera a otras amistades y relaciones …Empezar de nuevo … No mirar atrás … Mirar para adelante … Vivir el presente …  Tratar de estar lo mejor posible en su mundo y lejos del mundo de los demás … Aprovechó que estaba por terminar la temporada escolar y que debía para el siguiente ciclo elegir una especialización para cambiar de rumbo … Vio que a unos kilómetros afuera de su ciudad había un colegio que se especializaba en artes y que ponía énfasis en la música y su historia. Le pareció genial, pues eso le haría hablar y estudiar sobre Selena … Sin que lo supiera nadie fue a averiguar las condiciones y al poco tiempo se anotó … Luego tendría que ratificar su pase confirmando la salida de su colegio … Fue allí cuando habló con su madre. Le explicó los motivos que no eran los reales … Le habló de la necesidad de dedicarse a las artes, a la música, a las danzas, al diseño, al dibujo … “¡¡Vamos, niña!! ¡¡A mí no me engañas!! ¡¡Tú quieres ir allí para hablar de Selena, hacer lo mismo que ella y dedicarte a seguir sus pasos!! ¡¡Por eso quieres ir allí!!”. Melina se echó a reír y sólo atinó a decirle: “¡¡Es cierto!! ¡¡Me has atrapado!!”, tras lo cual se fundió en un gran abrazo, y lloraron y rieron por un largo rato … Melina pensó que su madre intuía la verdadera razón de su decisión pero no se lo quiso decir … “No te preocupes, madre … No es tan lejos … Y vendré todas las tardes de vuelta a casa … Tal vez tarde más, otras veces menos … Pero siempre volveré…”, le decía mientras imaginaba que si todo iba como pensaba tal vez algunos días, incluso los fines de semana, se quedaría en las cercanías del colegio en casa de alguna de sus nuevas amigas para hacer un trabajo o para ir a alguna fiesta …”Yo sólo quiero que seas feliz, hija … Y si haces esto para ese fin, yo te apoyaré”, le dijo su madre … Melina volvió a abrazar a su madre y esta vez lloró por un buen rato … No era lejos donde iba … Podría estar tanto tiempo en su casa como siempre, pero esa no era la idea … Melina tenía un solo objetivo … Estar lejos, escapar, salir de las garras de Marisel … Era la única solución antes de que fuera demasiado tarde … No quería darse cuenta de la dimensión del peligro apenas unos segundos antes de que todo fuera inexorable, como le pasó a Selena aquel nefasto 31 de marzo … “Eso debió haber hecho Selena … No iba a solucionarlo con esa psicópata hablando, yendo a buscar esos papeles, explicándole lo que no quería oír … No …  Tendría que haber huido … Armar su coraza … No permitir que se acercara … Seguir su camino sin desviarse nunca a la habitación 158 del Days Inn … Debió haberse ido lejos o al menos impedir que esa mujer se le acercara … Debió haber pensado en ella, en su éxito, en sus sueños, en su felicidad, en su vida  y no en esos burdos papeles que cualquier abogado obtendría, ni en los caprichos de esa mala mujer”, volvió a decirse Melina…

Cuando la inscripción al nuevo colegio estuvo confirmada, recién allí salió a decirle a los demás … Le había dado expresas instrucciones a su madre de que no le dijera nada a nadie para evitar que la gente se angustie y le hiciera dudar de algo que no debía dudar … Se lo dijo con tanto énfasis que su madre lo acató de inmediato … No se lo dijo ni a su exesposo, ni a su madre, ni a ningún vecino … Melina se había asegurado de ello  … Llegó a decirle que si alguien llegaba a enterarse entonces iría a un colegio de Michigan … Esa razón fue más que suficiente para que su madre nada dijera … Ahora le tocaba a Marisel … Curioso … Se le ocurrió hacer lo mismo que en el sueño … Le mandó un mensaje por whapsapp diciéndole que fuera a su casa pues debía decirle algo importante … Apenas unos minutos después tenía a su amiga golpeando la puerta de su casa … Melina la recibió con una sonrisa y un fuerte abrazo … Cuando la invitó al living de su casa, Marisel le dijo: “¿Sabes? Desde hace un tiempo te noto extraña, pero no me imaginaba cuál era la razón … ¿No me dirás que estás enojada conmigo por algo y que has decidido no ser más mi amiga, no?” …Melina no pudo dejar de reír sin que su amiga entendiera … Es como si estuvieran recreando el sueño … Y en realidad lo estaban haciendo, sólo que esta vez era la realidad, y esa realidad tenía las correcciones de Melina … “¡¡Vamos!! ¡¡No sé de qué te ríes!!! No estoy haciendo un chiste …¡¡Estuve very worried!!”, la amenazó … Eso hizo reír aun más a Melina, pero al ver que eso enfurecía más a su amiga, cambió su cara, se puso más tierna, se sentó, tomó las manos de Marisel y le dijo: “Estoy tratando de reírme para lograr retener estos lindos tiempos que compartimos … y que seguiremos compartiendo, amiga mía” … Es que en breve me voy a estudiar a otro colegio, no muy lejos de aquí pero lo suficiente como para no vernos tan seguido … He decidido seguir la carrera de las artes y vi que podría seguir allí … Igualmente nos comunicaremos como siempre …Nada nos impedirá seguir compartiendo momentos felices, pero bueno, la vida nos lleva por otros caminos … Sólo te pido que no me lo hagas más difícil … ¡¡Te voy a extrañar!! … Pero mejor que sea así … Ya tengo que prepararme para unos exámenes que me piden para ingresar y sé que tú quieres lo mejor para mí … Además, tenemos a Selena y eso siempre nos tendrá unidas”, dijo Melina y se levantó para abrazar a su amiga … Marisel se incorporó pero se sentía contrariada … Era como en el sueño … Sólo que aquí Melina no le pedía que se fuera … Era ella quien se iba … “Pudiste habérmelo dicho antes … Tal vez me hubiera ido contigo”, le dijo Marisel mientras esperaba la reacción de su amiga … Melina tragó saliva pero no dijo nada … “Pero tal vez tengas razón … Tal vez sea mejor así … Además, ¡¡no me iría no loca de aquí!! … Pero ya no pensemos en eso … ¡¡Te haré una gran fiesta de despedida!! Invitaré a todos … ¡¡Haré una gran fiesta en mi casa!! ¡¡Y tú serás la gran anfitriona!! ¡¡Ya verás!! ¡¡No lo olvidarás nunca!!”, le dijo una muy entusiasta Marisel y se volvieron a abrazar. Melina sintió que se había sacado un gran peso de encima … Dudaba de que su amiga le creyera realmente, pero eso ya no importaba … El camino de la huída, el camino de la liberación, estaba en marcha, y no veía el momento de la partida y de la vida en el otro colegio, en la otra ciudad  … Melina seguía ansiosa … Las últimas semanas habían sido un martirio … Ocultando sentimientos, pensamientos, acciones … Mostrándose como si nada pasara, como si todo fuera igual para que nadie sospechara, para que todos estuvieran contentos … Hasta festejaba que Marisel le hiciera una fiesta aun sabiendo que lo hacía para ser ella una vez más el centro de atención … en su propia casa … Faltaba poco, muy poco … Había que aguantar un poco más … Había que seguir manteniéndose impertérrita un ratito más … Había que … “Por un momento creí que me querías abandonar … Y eso no te lo hubiera perdonado … ¿Pero cómo pude pensar en eso? … ¡¡Tú nunca me harías eso!!! … Yo sé que tú no eres ninguna traidora … ¡¡Por eso te quiero tanto amiga!!”, sentenció Marisel. Melina volvió a tragar saliva, contuvo sus palabras y sólo imploraba por irse para siempre de allí…

La fiesta terminó siendo lo que Melina suponía … Una fiesta hecha por y para Marisel. Estaban allí todas las personas amigas y conocidas de ella … Melina se reencontró con Zoe y con Vanesa, a quienes se estrechó con un enorme abrazo. “Por fin puedo hablar de nuevo contigo, pero la próxima vez que no me contestes los mensajes te sacaré de mi lista”, le dijo Zoe entre risas mientras se escuchaban sólo temas de Selena. Melina se entregó a la fiesta y sólo propuso divertirse. No pensó en lo que pensaba de cada una, de que se iba de ese mundo de hipocresía, de mediocridad y de artificialidad. No quiso quedarse con el dolor, el rencor, la desilusión. Tomó la fiesta como una liberación, como el festejo de una decisión, de una despedida hacia un rumbo distinto, desconocido pero infinitamente mejor aunque tal vez no lo fuera. “En este caso sí vale pensar que más vale bueno por conocer que malo conocido”, pensó Melina. De pronto Marisel la tomó de la mano y la llevó al escenario para cantar a viva voz “Amor prohibido”, “No me queda más”, “Si una vez” y el infaltable “Como la Flor”. Cuando terminaron de cantar esta última canción, Marisel hizo prender las luces y pidió que la concurrencia se callara. Tomó el micrófono y se lo pasó a Melina. “Vamos, dinos tus palabras de despedida”, le dijo a modo de desafío. Melina lo tomó tímidamente y vio en los ojos de Marisel su aire de superioridad, de control, de manipulación. Sentía que la estaba poniendo a prueba porque desconfiaba de ella o al menos no creía en los motivos de su decisión y  … ¡¡qué mejor que exponerla públicamente!! “Tomé una decisión muy importante. Elegí como Selena mi verdadera vocación y al revés de ella no esperé a ser exitosa para poder hacerlo. Quiero ser una gran artista … Quiero ser … ¡¡Los voy a extrañar mucho!!”, alcanzó a decir Melina y se puso a llorar. La gente suspiró y empezó a aplaudirla. Marisel se la acercó y alcanzó a decirle: “¡¡Vamos!! ¡¡No es para tanto!! … No es tan lejos … Yo me voy a encargar de que nos sigamos viendo siempre…”. Por suerte el acoso terminó con las personas que se acercaron para abrazarla, desearle lo mejor, darle un beso … Melina los recibió como una bendición … Luego se entregó a la fiesta y su futuro tan lejos de allí…

Al otro día Melina sólo pasó por el colegio para despedirse. Le habían dado el permiso para culminar sus clases una semana antes para prepararse al ingreso del colegio al que se iba a cursar. Se abrazó con todas por igual. Todo eran risas, frases de circunstancias, palabras de buena suerte y el deseo de volver a verse que nunca se cumplirían. Melina advirtió cómo cuando uno deja de pertenecer a un lugar pasa a ser “agua de otro pozo”, pero conocido, pero a la vez inofensivo. Ya no tenían motivos ni para quererla ni para odiarla. “Estás de paso y lo toman como tal…”, pensó Melina. Cuando terminó de saludar a su profesora y ya procedía a retirarse, Marisel se ofreció junto con Viviana a acompañarla hasta la puerta del colegio y un poco más … Pero cuando estaban camino a la salida, notó que su amiga había visto algo que la obligaba a detenerse. Tomó a Viviana de la mano y le dijo a ella: “Espera, Melina, nos olvidamos de entregarte las cosas del colegio que dejaste. Vamos a buscarlas…”. Melina hizo como que la escuchaba, pero trató de adivinar con su mirada de dónde venía lo que la había hecho detener. Dedujo que era alguien pasando por el patio en busca de la puerta de salida. Rápidamente tomó su celular y fingiendo que había recibido un mensaje urgente dijo: “¡¡Oh, no!! ¡¡Me tengo que ir!! Mi madre me dijo que el colegio me llamó para que vaya a verlos esta misma tarde. ¡¡Lo siento, chicas!! Me voy ya a prepararme y tomar el bus … ¡¡Tomen mis cosas y luego me llaman. Chau!!”, les dijo, les dio un gran abrazo y beso, y partió raudamente. Melina estaba inquieta pero a la vez contenta. Era su primera decisión a la que no tenía en cuenta ni la opinión, ni la cara, ni la aprobación de los demás … Corrió y se dirigió a la calle. Cuando giró a su izquierda casi choca con alguien que le dijo: “Así que decidiste huir … ¡¡Te felicito!!”. Era Ernestina. Ahora entendía la actitud de Marisel … Se abrazó con ella pero no sabía qué decirle … No sabía si pedirle disculpas como en el sueño … La situación era distinta … “¿Crees que hago mal en huir? ¿No crees que Selena debió haber huido aquel 31 de marzo? ¿O piensas que es mejor siempre encarar los problemas?”, alcanzó a preguntarle … “¡¡Uh!! ¡¡Cuántas preguntas después de tanto tiempo sin hablarme!! … Depende … Yo soy de las que piensa que es mejor encarar las cosas pero con las condiciones que uno quiere … Si no, puedes caer en la trampa que le tendió la asesina a Selena … Pero huir según el caso no está mal … Eso sí: si decides eso, sabes que debes tomar una distancia real. Si no tu huida se transformará en el juego del cazador-cazado … Y por distancia real no me refiero a estar a miles de kilómetros del lugar del que huyes … Me refiero a la distancia mental … Si huyes es para no ver más a quien no deseas … Si la ves es por las circunstancias que se te pueden presentar … Pero nunca debes dar el paso de vuelta … ¡¡Nunca!! … Ni atender llamados o requerimientos … El otro tiene que entender que te fuiste para siempre aunque no lo digas … Y eso lo sabrá con el tiempo y con tus actitudes … Así que ya sabes qué hacer si has decidido huir de ella…”, le aconsejó sugestivamente Ernestina. “Sabes que te debo una disculpa … Yo sé que estuve mal contigo … Yo sé que…”, quiso explicarle Melina. “No tienes nada que disculparte, amiga …Me hubiese ofendido si realmente lo que hacías era por tu voluntad … Pero sé quién te arrastró a ello … Podría recriminarte que igualmente ya eres grande para permitir que te lleven de las narices, pero no me voy a olvidar del gesto de acercarte a mí a pesar de que Marisel te incitaba a lo contrario. Eso me dio la pauta de tus verdaderos sentimientos … Eres una gran persona y a pesar de lo que piense apoyo tu decisión”, le terminó diciendo Ernestina … Melina la abrazó largamente y le prometió que mantendría comunicación con ella y que la tendría al tanto de todo … “¿Igualmente no crees que Selena debió huir aquel día?”, le volvió a preguntar Melina. “En realidad nunca debió haberse acercado. Ella tenía un camino y en vez de seguirlo se dejó llevar por los llantos de una psicópata y terminó sellando su destino … Puedes acercarte, puedes huir … Pero nunca debes permitir que te manejen tu vida … ¡¡Nunca!! … Porque si lo haces no tendrás escapatoria … Si Selena huía o se alejaba igual tendría a la asesina buscándola y para eso hay que tomar decisiones tajantes, dolorosas pero necesarias … Pero Selena no lo había hecho … Y tú sí, en este momento … Así que … ¡¡sigue adelante que todo va a ir bien!!”. Melina la volvió a abrazarla pero antes de despedirse le dijo: “¿Me creerías que soñé contigo, con Marisel y con mis compañeras de colegio, y tú me recomendabas que debía decirle a Marisel lo que pensaba en mi terreno y con mis palabras, y que con eso tendría solucionado el tema?”. Ernestina sólo le dijo: “Los sueños, sueños son. No está mal mi consejo en ese escenario, pero la verdad está en ti. En el sueño como en la realidad lo bueno es hacer lo que uno siente … ¡¡Y eso hiciste!! … Eso es mejor que cualquier consejo”, le contestó. “¿Y qué crees que hará Marisel?”, le preguntó Melina antes de irse a su casa … “Lo de siempre … Seguirá reclutando súbditos … Se hará líder de todo el colegio … Y de allí a … ¡¡directora del colegio!!”, le dijo Ernestina y juntas empezaron a reír… “Ya sabes: es una pobre chica que se siente importante con las personas que la rodean … Igual que la asesina … Sin ellas no es nada … Sin ellas siente que no es nadie …Así será hasta el fin de su vida…”, reflexionó Ernestina. “¿Y tú qué harás con ella aquí?, le preguntó Melina … “Ser libre como tú, sólo que sin viaje, sin ir a otro colegio”, le dijo riendo Ernestina mientras tomó del brazo a Melina y la acompañó hasta la esquina del colegio. Al llegar allí se dieron un fuerte abrazo tras lo cual Ernestina sólo le dijo: “Sé feliz sin mirar a quién…”. Se dieron varios besos en el aire mientras Melina se alejaba. Cuando ya no la vio más Melina sintió un irrefrenable impulso de apurar el paso y llegar lo más rápido posible a su casa. Respiró hondo y sintió que estaba disfrutando cada segundo de su vida. Melina sintió que comenzaba un nuevo camino sin retorno … Simplemente comenzaba su camino a la libertad…

(A veces es tan difícil tomar decisiones aunque ellas nos lleven a la felicidad … Preferimos la comodidad, lo conocido, lo previsible, aunque nada de eso colme nuestras expectativas … Nos han educado para seguir un camino, no para hacerlo … También nos enseñaron a decir lo que hay que hacer pero no hacerlo efectivo jamás … Tal vez el mayor peligro de no ser nosotros mismos, de no arriesgarnos sin red a buscar lo que queremos, a mostrarnos como deseamos, a expresarnos del modo más genuino y auténtico que nos hace felices es que quedamos a merced de gente que nos mutila, nos saca nuestra energía, nos maltrata, nos humilla, nos descalifica para luego aceptarnos si somos obedientes … Deberíamos ser sin miedo, deberíamos permitirnos decir o expresar nuestros sentimientos en libertad, deberíamos ir con la cabeza en alto y paso firme, y que los demás acepten nuestra decisión como nosotros lo hacemos con ellos … Pero nos cuesta tanto ser libres … Selena quiso ser libre pero también quería la aceptación y controlar todo … Y a veces eso no se puede … y no lograrlo puede costar caro … A veces debemos hacer las cosas más allá de todo y de todos … A veces debemos ir sin miedo … No tenemos que esperar que las cosas cambien … Nosotros debemos cambiar … Y si lo logramos los demás aceptarán inexorablemente nuestra decisión.)

Tú me hiciste ver el verdadero sentido de esta vida, Selena … Algún día me gustaría tener tu valentía para construir mi propio camino … y llegar al tuyo...

Te quiere mucho…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

Una espera más … Una espera eterna sin ti, Selena…




Un hombre solo en la ventana…

Lúcida la mirada…

Mirando la nada…

O acaso esas estrellas…

Lágrimas en su mejilla…

Esperando que cambie la suerte…

Esperando que algo venga…

Esperando algo que nunca vendrá…

Si no lo busca…

De pronto todo se le ilumina…

Escucha esa canción…

Ve de nuevo las estrellas…

Y es ella, ¡¡es Selena!!

Que le dice…

“¡¡Acá estoy, mi Amor!!

No existe el olvido...

¡¡Acá estoy, mi Amor, de vuelta!!

He venido…

¿Lo puedes creer?

No existe el olvido, mi Amor…

No existe...”

Pero no es Selena…

Es simplemente una canción…

Una canción distinta, de otra realidad…

El hombre sabe del tiempo…

Sabe del olvido…

Sabe de la espera sin sentido…

Tal vez nunca haya esperado nada de la vida…

Tal vez haya pensado que ningún esfuerzo tenga sentido…

Tal vez nunca haya creído en el Amor…

Aunque lo deseara siempre…

Aunque lo soñara…

Lo imaginara…

Lo viera corporizado en una mujer…

En una mujer inmaculada…

En una mujer inalcanzable…

Nunca la encontraría…

Pues nunca la buscaría…

“¿Para qué?”, se preguntaba…

“Sólo sentí desilusión…

Esperaban cosas que nunca les daría…

Esperaba cosas de las que ellas no creían…

Nunca me creyeron…

No importa lo que dijera…

No importa lo que hiciera…

Se reían, me señalaban…

Es mejor refugiarse…

Es mejor esperar…

Algún día alguien vendrá…

Algún día alguien me comprenderá…

Algún día alguien me hará sentir orgulloso…

Pero ahora sólo me queda esperar…”

¿Qué esperar?

“Esperar que ella vuelva.

y le diga:

‘¡¡Acá estoy, mi Amor!!

No existe el olvido…

¡¡Acá estoy, mi Amor, de vuelta!!

He vencido…

No puedes creer…

No existe el olvido, mi Amor…

No existe...”

El hombre vuelve a escuchar esa canción…

Sabe que no es de Selena…

Pero expresa su sentir…

Siente que Selena le habla…

Siente que Selena lo consuela…

Acaso lo que tanto soñaba no era inalcanzable…

Ni inmaculado…

Era alguien terrenal…

Como él…

Sencilla, simpática, agradable…

Carismática, honesta, frontal…

Siempre con una sonrisa…

Siempre dispuesta a dar lo mejor de sí…

Para ella ser feliz…

Y hacer feliz a los demás…

Esa es la mujer que esperaba…

Y la tenía tan cerca…

El hombre retiene esos recuerdos…

Esas sensaciones…

Trata de convencerse…

De que ella no se ha ido…

De que ella no ha perdido…

De que ambos han vencido…

A pesar de todo…

El hombre sabe que sólo fue feliz una vez…

Y esa vez duró unos pocos años…

Esos años que compartió con Selena…

Compartió sus sueños…

Compartió sus éxitos…

Compartió su felicidad…

Compartió su trabajo…

Se sintió identificado con su vida…

Con sus ideales…

Con su sinceridad, con su honestidad…

Con su forma de ser…

Ese hombre sólo podía ser feliz con ella….

En silencio, a distancia…

No podía creer que alguien fuera como él…

Y le fuera bien…

Pensaba que Selena realizó lo que él nunca había hecho…

Arriesgarse…

También pensó que Selena no tuvo opción…

Él sí…

Pero no hizo nada … o no pudo…

Y mientras muchos en su condición la hubiesen envidiado…

Él se sentía feliz con su triunfo…

Al menos podía ver a alguien como él ser dichosa y exitosa…

Era algo…

Compró sus discos…

Fue a sus conciertos…

La vio infinidad de veces en la televisión…

Compartió sus pocos momentos de felicidad…

En extrema soledad…

Pero fueron los momentos más lindos de su vida…

No se sentía solo…

Pensaba que todo valía la pena…

Con Selena como su estandarte…

Como su modelo…

Como su meta…



Pero todo terminó siendo un sueño…

Un suspiro…

Una estrella fugaz…

Una honda pesadilla…

Un tremendo dolor…

El sueño había terminado…

El idilio se esfumó…

El hombre se quedó realmente solo…

Sin sentimientos…

Sin pasión…

Sin Amor…

Rodeado de miseria…

De artificios…

De tontas vanidades…

De gente penosa que se cree valiosa…

Y sólo da pena…

Pero dominan el mundo…

El hombre mira las estrellas…

Cree verlas titilar…

El hombre vuelve a esperar…

¿Qué esperar?

“Esperar que ella vuelva

Y le diga:

‘¡¡Acá estoy, mi Amor!!

No existe el olvido...

¡¡Acá estoy, mi Amor, de vuelta!!

He vencido...

¿Lo puedes creer?

No existe el olvido, mi Amor.

No existe’.”

Pero sólo es una canción…

Que no es de Selena…

Selena no ha vencido...

Él tampoco…

Al menos para los parámetros de este mundo...

De este mundo ingrato que la dejó partir…

El hombre sintió al fin que el olvido existe…

Como el espantoso paso del tiempo…

“Campanas en la noche.

Ruidos de melancolía.

De esperar…

¿Que esperar?”

El hombre termina tomándose la cara con sus manos…

Y llora sin consuelo…

Sabe que Selena no volverá…

Y que no lo abrazará para consolarlo…

Con su presencia…

“Si al menos todo cambiara…

cuando vuelva a mirar el cielo”, piensa…

Y esperar…

¿Qué esperar?

Lo que ha esperado siempre…

Lo que ha deseado siempre…

Volver a ser feliz….

Volver a vivir el único momento…

en el que se sintió orgulloso…

Dichoso…

Volver a ser feliz con Selena…

Con Selena en este mundo…

Con Selena volviendo a sonreír…

(A veces esperamos que todo cambie. A veces esperamos la felicidad. A veces esperamos que las cosas sean como las deseamos. Tal vez el error sea esperar ... Tal vez sea mejor que nosotros busquemos esa felicidad, lo que más deseamos, el Amor, nuestros sueños, nuestros deseos … Si no lo buscamos, nadie lo hará por nosotros … Selena lo hizo … Tal vez lo hizo a su pesar … Pero eso sólo fue al principio, cuando era niña … Selena hizo su propia búsqueda después … Reconvirtió el deseo de su padre en su deseo, transformó su sueño en su sueño, llegó al éxito para realizar lo que más deseaba … Ser diseñadora, ser ella misma, ser feliz … No se quedó esperando … Fue a buscar su destino … Sólo le faltó ser más precavida … Y tal vez eso mismo tenga que ver con su historia … Y demuestra que a veces hay que esperar … Pero eso es con la relación con los otros … Pero con nosotros mismos no hay nada que esperar … Todo lo que dejemos pasar por esperar se transformará en una añoranza cuyo efectivización jamás se cumplirá…)

Y la ironía de todo es que lo que hago ahora y es desde hace años es esperarte, Selena … Como todo en mi vida…

Y tal vez algún día vengas a darme un abrazo para decirme: “Aquí estoy de vuelta … He vencido … Pues no existe el olvido … No existe…”

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez

(Buenos Aires, Argentina)