Cuando tu vida quedó en mis brazos, Selena…


Iba caminando por el patio externo del motel “Days Inn” aquella mañana plomiza que presagiaba una gran tormenta rumbo a mis quehaceres cotidianos cuando algo me detuvo y estremeció por un instante … Pensé en un estampida, en el reviente de algún neumático … Ni llegué a determinar de qué se trataba y de actuar o no en consecuencia cuando vi que una mujer joven corría desesperadamente hacia ninguna parte … Estaba por desmayarme al ver lo herida que estaba cuando hubo algo … hubo algo en un instante en el que no sé qué ocurrió conmigo … Me di cuenta de que era alguien a quien yo conocía … No sabía bien quién era … Pero yo la conocía … Alguien querido, alguien significativo … Alguien que formaba parte de mi vida … No dudé … Corrí hacia ella a pesar de que me temblaban las piernas … Al tiempo que corría vi que alguien salía de una habitación con algo en la mano … Parecía un arma … Pero sentí que no debía prestar atención en ella … Y a la vez presentí que no había tiempo que perder … Esa joven mujer me necesitaba … ¡¡Y esa mujer era Selena!! … Lo comprobé al volver la vista hacia ella y al acercarme … De pronto entendí que lo peor no había pasado … Que además de su herida estaba esa mujer … Me abalancé sobre Selena y la tuve que derribar para que detuviera su paso … Rápidamente pegué un grito que hizo que esa mujer huyera espantada … En ese momento no podía darme cuenta de sus intenciones pero por mi voz de alto quedaba claro que no eran las mejores … Evidentemente era un arma lo que tenía en la mano … Rápidamente me volví sobre Selena y creí que no lo iba a poder soportar … Estaba temblando … Quería gritar, correr, salir de la pesadilla todo al mismo tiempo … Quería huir del lugar … Quería huir de la muerte … No sé cómo … Aún no sé cómo puse la mano sobre su frente y le dije: “Calma, Selena … No te preocupes … Yo te salvaré … No tienes de qué preocuparte … Estás a salvo conmigo…”. Selena quiso explicarme algo, quiso incorporarse, quiso gritar hasta que se aferró a mí aceptando que yo era su única esperanza, su única salvación … La tomé como pude y sólo por intuición la abracé fuertemente apoyando una de mis manos sobre su espalda y la otra cubriendo todo su cuerpo tratando de hacer un torniquete o algo parecido … Yo no sabía nada de primeros auxilios … Tampoco quería saber de qué se trataba su herida porque seguramente caería redondo … No podía permitirme hacer eso … Tenía a Selena en mis brazos y tenía que salvarla de cualquier manera … Mantuve como pude toda mi fuerza sobre el cuerpo de Selena y con gran esfuerzo alcé mi cabeza para no tener que aturdirla y preocuparla más de la cuenta y comencé gritar casi con desesperación: “¡¡Aquí, aquí!! ¡¡Por favor!! ¡¡Tengo a Selena malherida!! ¡¡Traigan una ambulancia con todo el equipo disponible!! ¡¡No vengan hacia mí!! ¡¡Vayan por médicos especialistas!! ¡¡Selena se está desangrando!! ¡¡No la vamos a poder trasladar aún!! ¡¡Hay que atenderla aquí mismo!! ¡¡Mientras tanto, yo la tengo sujetada para que no pierda más sangre!! ¡¡Vamos, no hay tiempo que perder!!” … La gente debe haber entendido mis gritos y mi angustia porque no intentó acercarse más. Todos fueron en busca de ayuda entendiendo la situación ... Pude ver sus rostros de desesperación, sus manos llevadas a la boca, su angustia … A los pocos que se quedaron sin moverse les grite “¡¡No se queden ahí!! ¡¡Al menos llamen a la policía para que busquen la persona que le disparó … Se metió en algún lugar … ¡¡Cuidado que sigue con el arma!! ¡¡Vamos, hagan algo!! ¡¡Hagan algo por Selena!!” … Era curioso … Sabía lo que pasaba, pero sólo me daba cuenta de la magnitud de mis palabras por lo que generaban apenas terminaba de decirlas … Para mí todo era normal y acorde a las circunstancias … Ni podía saber si estaba gritando o sólo pidiendo … Hasta pensé que estaba hablando bajo para que Selena no me escuchara…

Me volví sobre Selena … Me miraba sin entender … Por momentos trataba de decirme algo … Por momentos parecía dormirse … Rápidamente entendí que ambos actos eran peligrosos … La sujeté aún más fuerte … Prefería que se mostrara molesta porque le dolían mis abrazos que se dejara abandonar por su debilidad o que perdiera aún más fuerzas por querer hablar … “No, Selena, no hables … No hables ahora … Hazlo después cuando me cuentes lo que harás mañana … He oído que darás un concierto en Los Ángeles … ¿Y qué haces aquí en vez de prepararte para viajar? ¿Sabes que hay mucha gente esperándote? ¿Sabes lo que te quieren allí, los que te quieren aquí, lo que te quiere todo el mundo? Por eso, mi linda Selena … No te esfuerces … ¡¡pero no te duermas!! Sólo quédate aquí conmigo … Ya te llevarán algunos médicos para que te revisen … ¡¡No te preocupes, no tienes nada!! Tienes un rasponcito … Ahora, Selena, escúchame … ¡¡Sólo escúchame!!}! Te he visto muchas veces … ¿Sabes que te fui a ver en aquel concierto de San Antonio hace 4 años? ¿Te acuerdas? Tenías el pelo más cortito … Usabas esos raros vestidos de vaca … Entre nos, Selena, no eran muy lindos que digamos … ¡¡Admítelo!! No sé cómo la banda consintió en usarlos…”. Y traté de reírme para que Selena me escuchara … Ella apenas podía moverse … Yo la sujetaba aún más y no quería pensar en lo que recorría en mis brazos y en todo mi cuerpo … Yo sólo estaba concentrado en la cara de Selena, en su respiración y en sus expresiones … No sé el tiempo que llevaba allí … Ni siquiera prestaba atención en la gente que se iba agolpando alrededor mío … Por suerte nadie se abalanzó sobre mí ni sobre Selena … Luego sabría por qué … Seguí mirando a Selena y le decía: “Sabes que aún recuerdo cuando cantaste ‘¿Where did the feeling go?’ … Me emocioné muchísimo … Era una canción hermosa, pero tú la cantaste desde el corazón … Nadie me había hecho llorar tanto … A propósito … ¿No estás preparando tu disco en inglés? ¿Para cuándo estará terminado? Mira que lo espero ansioso … Tan ansioso como espero tu éxito mundial…”. Por un instante sentí que Selena no me respondía. Yo entré en pánico pero no dejé de sujetarla … Su suerte estaba en mis manos y yo no iba a dejar que se nos fuera … La sujeté más fuerte y le decía: “¡¡Vamos, Selena!! ¡¡No te duermas!! ¡¡No te vayas!! Estoy aquí … Aquí contigo, como tú lo estuviste conmigo en todos estos años … Tú eres mi vida, tú eres mi energía … No te dejes vencer … Tú no te dejarás vencer … Tampoco dejarás vencer a la persona que te hizo esto … ¡¡Selena: te quiero mucho!! ¡¡Te queremos mucho!! ¿Tanto esfuerzo durante toda tu vida y te me quedas ahora? ¡¡No!! ¡¡No te vas a ir!! No te dejaré ir … ¡¡Tampoco te darás por vencida!! ¡¡Vamos que como tú no hay ninguna!! ¡¡Vamos!! ¡¡No me defraudes!! ¡¡Vamos que tú tienes que vivir, triunfar y ser feliz!! ¡¡Vamos que queda mucho por hacer!! ¡¡Vamos que estoy contigo y mucha gente que está haciendo fuerza por ti a tu alrededor!!” ... Sentí que me derrumbaba del dolor y del esfuerzo cuando noté que Selena estaba parpadeando o al menos lo intentaba … Traté de sujetarla pero sentía que se me resbalaba, que se me escapaba y no podía dejarla ir … Cuando pensé que no podía más vi que unos médicos se me acercaron … Casi con desesperación y con extremo cuidado fui dejando a Selena en sus manos no sin antes decirles: “¡¡Por favor, tienen que sujetarla y tener algo urgente para atenderla!! La balearon … Creo que es en la espalda … Y creo que perdió mucha sangre … ¡¡No la dejen de sujetar y atiéndanla rápido!! ¡¡No tiene que morir!! ¡¡Por favor, sujétenla bien, por el Amor de Dios!!!” ... Los médicos fueron tomándola cuidadosamente hasta que una vez en sus brazos comenzaron a actuar … Recién allí comprendí el cuadro de situación … Alrededor de mí y de los dos médicos que tomaron a Selena había otros médicos con dispositivos para atenderla allí mismo … Muchos policías nos rodeaban para evitar que la gente se acercara … Los dos médicos fueron sobre la herida y rápidamente tras el gesto desesperado de uno de ellos intervinieron los otros … Yo ni quise mirar … Miré el cielo y rogué a Dios que no se llevara a Selena … Luego posé mi mirada en uno de los médicos que la había atendido primero, y que ahora observaba y ayudada a los especialistas que la estaban tratando … De pronto vi que al grito de uno todos salieron corriendo llevándose a Selena a la ambulancia … Me incorporé rápido y corrí hacia ellos para ver qué pasaba cuando uno de ellos me dijo: “Pudimos cubrir provisoriamente la herida pero no sabemos qué pasará. Ahora la llevamos al hospital. Perdió mucha sangre. Espero que lo que hicimos haya servido”. Yo lo seguí a las corridas y cuando ya se disponían a subirse a la ambulancia e irse, le grité casi implorando: “¡¡Yo voy con ustedes!! ¡¡No dejaré a Selena sola!!”. Estaba por detenerme uno de ellos pero ante mi desesperación, su desesperación y al ver mi estado, optó por dejarme ir con ellos ... Luego sabría por qué ... Apenas subí cerraron sus puertas y partimos a toda velocidad rumbo al hospital. Yo trataba de mantener la calma … Al menos había una esperanza … No se había quedado en el motel … Pero podría quedarse en el hospital … No quería pensar en el próximo minuto … Tenía que concentrarme en ese minuto … En ese minuto que estaba viviendo … Porque ese minuto con Selena viva serviría para los siguientes … Sólo había que estar concentrado en cada minuto y a seguir haciendo fuerza … Selena no se podía ir … Selena no se debía ir … Y ya estábamos camino al hospital…

Mientras íbamos a nuestro próximo destino, vi que los médicos seguían trabajando con el cuerpo de Selena sin parar … Yo no quería pensar en lo que estaba pasando … No quería pensar en lo que le hacían a Selena y en por qué sucedió todo esto … Tampoco quería pensar en si salía de esto cómo quedaría … Sólo deseaba que saliera de esta pesadilla … No podía creer que estaba viviendo esto … No quería pensar que mi esfuerzo había sido en vano … No quería pensar en mi vida, en el mundo, en el futuro sin Selena a mi lado … De pronto vi que los médicos se mostraban consternados … Veían que Selena se mostraba inquieta, se movía de un lado para otro … Se quejaba pero no se sabía por qué … Por mera intuición me incorporé y puse la mano sobre la de Selena … Uno de los médicos estaba por quitármelo hasta que notó que Selena dejó de quejarse y de molestarse … Estaba débil, muy débil, pero respiraba y no parecía empeorarse … Yo le hice un gesto a los médicos para que siguieran trabajando mientras yo me quedaba en un costadito sosteniendo la mano de Selena: “Aquí estoy, Selena … ¿Qué creías? ¿Qué te iba a dejar sola ahora, justo ahora? ¿No te había contado que iban a venir unos médicos para curarte de tu rasponcito? Pues bien, los médicos vinieron y yo te tuve que dejarte un ratito sola con ellos … Y como tú mejoraste ya estoy de nuevo contigo … Ahora vamos al hospital, ¿sabes? Sólo para observarte y ver cómo evolucionas … Ya verás que todo fue un susto, ¡¡un gran susto!! Ahora no te esfuerces … Sólo descansa … ¡¡pero no te duermas!! Te necesito despierta y que respires para que todo salga bien…”

En ese momento que parecía eterno me pareció ver que una lágrima se le escapaba a Selena de sus ojos … La tomé fuerte de su mano y le dije: “¡¡No estés triste, Selena!! No siempre se puede con todo … Aparte, ¿tú que me enseñaste? Que de todo se sale con alegría, con esfuerzo, con trabajo, con dedicación … Que nada es imposible, que todo se puede lograr … ¡¡Y tú saldrás de esto!! ¡¡Claro que lo harás!! ¡¡No te pongas triste!! Hay cosas que tal vez hoy te pongan mal y te decepcionen … ¿Pero acaso no has vivido una vida así siempre? … No será ni la primera ni la última vez que te pase … Recuerda … Recuerda ese tema que cantaste tantas veces y tan bien … “Si una vez dije que te amaba y que por ti la vida daba … Si una vez dije que te amaba no lo vuelvo a hacer … ¡¡Ese error es cosa de ayer!!” … Recuerda Selena … Recuerda lo lindo que lo cantas, lo lindo que lo interpretas … ¿Acaso has olvidado tu interpretación en el Houston Astrodome hace poquito? Yo estuve allí … ¡¡No lo podía creer!! … Nos detuviste el habla por un largo rato … Pude escuchar hasta tu respiración … como ahora … en el medio del silencio total … ¡¡que habías generado tú sola!! Y tú allí quieta con tu dedo índice de una de tus manos en la frente y tus ojos cerrados … Como ahora … ¿Recuerdas lo que pasó después? ¿Lo has olvidado? … Te paseaste por el escenario, y nos mirabas y te sonreías … Y terminaste tu obra … Nunca me había sentido así … La gente gritaba, te vivaba, te adoraba … Los enamoraste para siempre … Hoy es un día como esos, Selena … ¡¡Vamos!! Cuando llegues al hospital, volverás a pasearte por el escenario y nos volverás a sonreír otra vez … ¡¡Vamos, Selena!! ¡¡Yo sé que lo harás!!”. Por un instante los médicos se miraron con esperanza … Luego de luchar duro vieron que algunos signos vitales empezaron a funcionar nuevamente … Uno de ellos me indicó que estaban por llegar al hospital pero me pidió un favor: que fuera con ellos y que sujetara a Selena. Que ella me necesitaba … Y me preguntó si tendría valor para soportar lo que tenían que hacer para salvarla. Yo me sonreí … Era la primera vez que lo podía hacer en ese larga y pesada mañana que parecía despejarse … “Por Selena haré lo que sea … Si pude tenerla en mis brazos sujetándola y rogando que no se me muriera, ¿cómo no voy a poder seguir estando a su lado? No me despegaré de ella hasta que la vea fuera de peligro … ¡¡Cuenten conmigo!!” … El médico me palmeó la espalda sin ocultar la emoción … “Creo que Selena nos ha dado una señal … Roguemos a Dios que todo lo que hagamos nos haga salvarla”, me dijo mientras ingresábamos al hospital …Los demás ya preparaban sus dispositivos para trasladar a Selena a terapia intensiva. Había que hacer un esfuerzo más. El más importante, el definitivo … Todo el esfuerzo que hicimos fue para llegar al hospital con alguna esperanza … Ahora había que hacer uno y más esfuerzos para que Selena viviera … Otro esfuerzo más … y los que sean para que todos sigamos siendo felices con Selena entre nosotros…

Entramos a la sala de terapia intensiva … Ya ni recuerdo lo que hicieron los médicos … Yo confiaba en ellos … Ni siquiera reparé en que lo que hicieran sobre Selena generaría un impacto en mí … o en ella misma … Yo sólo estaba concentrado en ella … Me las ingenié para sostener su mano a pesar del momento y de las circunstancias … Y la miraba … Miraba sus ojos cerrados que cada tanto pestañaban … Miraba su cara seria que cada tanto mostraba algún signo de dolor … algún signo de vida … “Vamos, Selena … Recuerda … Recuerda aquellas lindas noches que nos diste … ¿Sabes cuándo pensé que serías grande y nada te detendría? … Aquí mismo … Cuando diste hace dos años aquel concierto en el Memorial Coliseum … Estabas hermosa … Se notaba que estabas en buena forma, y segura de tus pasos y de tus objetivos … ¡¡Y pensar que luego sacaste un disco de ese show y con él ganaste un Grammy!! … No, no podría sorprenderme de ello … Tú eres única en vivo, inigualable en el escenario … Tienes ese encanto … Aún me da escalofríos cuando recuerdo cómo abriste el show … Esa interpretación de ‘Cómo la Flor’ … No, Selena … No trates de cantarme esa canción … Ni quiero que la recuerdes … ahora … No … ¿Sabes que quiero que recuerdes? Esa versión rara del ‘tema de los pescaditos’ …¡¡Sí!! Esa pequeña versión de un tema que cantabas en inglés y que con ella generaron el tema ‘Bidi bidi bom bom’ … ¡¡Eso!! Recuerda aquello … Recuerda qué buen equipo haces con el resto de la banda … Recuerda cómo del disfrute de un intermedio se te ocurrió cantar esa canción improvisada y que eso derivó en aquel lindo tema … ¡¡Eso!! Quiero que memorices esa letra … Quiero que la cantes … mentalmente … ¡¡Vamos!! Cantémosla juntos … ‘Cada vez … cada vez que lo veo pasar … Mi corazón se enloquece y me empieza a palpitar…’ … ¡¡Vamos Selena!! Cántala … Haz que te corazón funcione como en esa canción … ¡¡Vamos, canta!!: ‘Bidi bidi bom bom ... Bidi bidi bom bom ... Cada vez, cada vez que lo oigo hablar ... Me tiemblan hasta las piernas ... Y el corazón igual … Bidi bidi bom bom … Y se emociona, ya no razona. No lo puedo controlar ... Bidi bidi bom bom ... Y se emociona, ya no razona. Y me empieza a cantar. Me canta así, así!!’. ¡¡Vamos, Selena!! ¡¡No te quedes, no te quedes ahora!! Canta conmigo … ¡¡Canta que tú puedes hacerlo!!” … Creí que me desvanecía … Creí que no podría … Creí que me ganaría la desesperación … Pero seguí … Escuchaba a los médicos gritar, ir de un lado para otro, pasarme por al lado con sus manos, con sus cuerpos, con sus urgencias … Los escuchaba mas no los veía … Sólo veía a Selena … No quería mirar ningún monitor … No quería ver otra cosa … Sólo quería ver a Selena y tomarla de su mano … Yo no iba a permitir que se fuera … No, no se iba a ir … “¡¡Vamos, Selena!! Quiero verte de nuevo por Monterrey … ¡¡Ellos están impacientes por verte!! Hace como 4 meses que no vas … ¿Con qué vestido los encantarás? … ¿Qué nuevo tema les dedicarás?… No, no pienses en ‘Fotos y recuerdos’ … No, ahora … También en Acapulco te esperan … Vuelve a interpretar ‘Techno Cumbia’ como aquella noche … ¡¡Qué linda que estabas!!… Sí, recuerdo esa hermosa interpretación de ‘Como la Flor’ … Pero no la recuerdes ahora … Y no me olvido en aquella calurosísima tarde la primera vez que fuiste allí de aquella interpretación de ‘La Carcacha’ … Y tú siempre con una sonrisa … Nunca quejándote … Siempre superando lo más duro dando lo mejor de ti … Como ahora … ¡¡Vamos, Selena!! ¡¡Vamos!! Yo sé que esto también lo superarás … ¡¡Esto es sólo una prueba!! ¡¡Vamos, canta conmigo, Selena, vamos!!”… De pronto veo que Selena intenta abrir los ojos … Veo que los médicos se mueven más rápido … Escucho gritos de júbilo … Me permito mirar hacia ellos sin dejar de sostener a Selena … Uno de ellos me dice: “¡¡Está saliendo!! ¡¡Está saliendo!! Hay esperanza … Sigue sujetándola … En pocos minutos terminaremos y si todo sale bien … creo que puede salvarse … Pero espera un poco más … Sigue tomando a Selena … ¡¡Ella cree en ti!! … Sujétala que nosotros haremos el resto…”. Yo no sabía qué decir y qué hacer … Entré en la desesperación … Quería hablarle a Selena pero me había ganado la ansiedad … Ahora que se veía una luz en el túnel … “Vamos, Selena … Sólo falta un poquito … ¡¡Canta!! Canta como aquella última vez en la Feria de Monterrey ‘El chico del apartamento 5121: ‘El chico del apartamento 512, el que hace mi pobre corazón saltar, es al que le hago cartas noche y día ¡¡que no puedo entregar!! El chico del apartamento 512 es el que me hace tartamuda y más. Es en quien yo pienso y sueño noche y día. ¡¡Él, sólo él!!’. ¡¡Vamos!! ¡¡Mantén tu sonrisa!! Mantén tu corazón … alegre … Afuera te estamos esperando … Afuera…” … De pronto siento que mi mano es sujetada con dureza … “¡¡Vamos, Selena está respondiendo!!”, dice uno de los médicos … Casi atónito veo que Selena abre los ojos y trata de ubicar a alguien … “¡¡Vamos, lo logramos!! … Manténganla así que la llevaremos nuevamente a la sala para que descanse”, escucho decir de otro médico … Otro me palmea el hombro y me dice: “Si quieres ya puedes soltarla … Parece que Selena nos acompañará por un buen tiempo aunque hay que ver cuánto falta para que se recupere totalmente” … Yo permanecí inmóvil por un tiempo, luego del cual volteé mi cabeza y vi al médico que me miraba sonriente … Volví mi mirada sobre Selena y vi que ahora descansaba con otro semblante … Sentí que mil toneladas de plomo caían sobre mi cuerpo … Esas mil toneladas que no permití que cayeran sobre mí y sobre Selena … Fue entonces cuando solté la mano y me abracé nuevamente a Selena … Lloré como nunca lo había hecho … Lloré todo lo que contuve ese día … “¡¡Lo lograste, Selena!! ¡¡Lo lograste!! ¡¡Sabía que no te irías!! ¡¡Sabía que no nos dejarías solos!!” … Y así estuve un largo rato hasta que los médicos la trasladaron … “Ahora descansa un poco tú … Ya no tienes de qué preocuparte … Lo peor ya pasó … Si quieres quédate afuera que nosotros te tendremos al tanto, como a toda la Familia Quintanilla … A propósito … Su padre quiere verte … Sabe ya lo que pasó y sabe lo que has hecho … por Selena…”.

Cuando salí vi al padre de Selena. Él se quedó impactado al verme y recién allí me di cuenta. Estaba con mi camisa y mi pantalón llenos de sangre. Casi estaba por pedirle disculpas por mi estado, pero el señor Quintanilla no me dio tiempo. Me abrazó y sólo me dijo: “¡¡Gracias por salvar a mi hija!!”. Estuvimos un largo rato llorando. Por momentos reíamos y luego volvíamos a exteriorizar la angustia de lo vivido, el extremo dolor de lo que pudo haber pasado, el alivio de haber salido de este tormento … “¿Qué puedo hacer por ti, m’hijo? ¿Qué necesitas? ¡¡Yo te lo daré!! ¡¡Lo que sea!! Sólo pídemelo…”. Yo lo interrumpí: “No, señor Quintanilla: yo no quiero nada. Yo sólo quiero que Selena esté bien … Bueno, sí … En realidad, le voy a pedir una cosa. Que me permita estar aquí hasta saber que Selena mejora. Que hable con mis jefes del motel para que me permitan estar aquí. Sólo eso le pido. No necesito nada más. Nada es más importante que la vida de su hija. ¡¡Nada!! … Sólo quiero que haga eso por mí…”. El padre de Selena me volvió a abrazar. “No te preocupes. Yo hablaré con ellos, pero no creo que haga falta … Ellos ya saben lo que has hecho y ya mucha gente sabe lo que sucedió. ¡¡Eres un héroe, m’hijo!! Hay gente que te espera para abrazarte, para tocarte. Quieren agradecerte, como yo, quieren que…”. Lo volví a interrumpir: “No, señor Quintanilla. Yo no soy un héroe. Yo no soy el protagonista. Yo sólo hice lo que debía hacer. Usted sabe como nadie que la única protagonista de esta historia es Selena … Sólo ella … Yo sólo he sido un instrumento para salvarla … Porque si soy un héroe es por eso … Porque si no hubiese sido yo, hubiese sido otro, de los tantos que están afuera  … No, señor Quintanilla … Yo no soy el protagonista ni quiero ser el héroe … Yo quiero que Selena esté viva y sea feliz … Y apenas termine todo esto me iré a mi casa y seguiré con mis tareas de siempre … Como hace usted … Como hace Selena … Como lo hace cualquiera … Espero que lo entienda…”. El padre de Selena me volvió a dar un abrazo, dijo entenderlo perfectamente, que compartía mi pensamiento y me puso al tanto de la situación: “Luego la policía querrá hablar contigo sobre cómo se dieron las cosas. No te preocupes … La persona que perpetró todo esto fue capturada. Se había parapetado en su camioneta y amenazó con matarse. Lo curioso es que cuando supo que Selena continuaba con vida le agarró un ataque de furia, intentó salir del garaje del motel a balazos pero fue rápidamente reducida por la policía. ¡¡Ya está detenida y lo estará para siempre!!”. Yo sólo pude dar una mueca de satisfacción … “Pero déjame hacer algo por ti … Al menos quítate la ropa. Te conseguiré algo nuevo. No puedes estar así, no puedes…”, me pidió encarecidamente el padre de Selena, a lo que yo contesté: “Aún no, señor Quintanilla. Aún no. Cuando salga todo bien, cuando Selena salga de esta situación haré lo que me pida. Mientras tanto, déjeme estar con esta ropa. Sé que estoy impresentable, pero eso en estos momentos es lo menos importante”. De pronto uno de los médicos se acercó a nosotros, pidió hablar conmigo y me dijo: “Aunque no lo creas, Selena quiere verte … Me lo hizo saber por gestos … Puedes hacerlo … ¡¡pero sólo por unos minutos!!! Está muy débil … En otras circunstancias no lo permitiría, pero como se dieron las cosas, es mejor que Selena note tu presencia … Aún no sé cómo la salvaste. Técnicamente no habías hecho lo mejor. Lograste que se mantuviera estable, pero aún así…”. Yo le contesté: “Fue Amor, doctor … Fue Amor y Fe … Nada más … Y lograr que Selena no se sintiera sola … Eso fue todo…”. El médico se sonrió y con un gesto que dio con la mano derecha que llevaba en el bolsillo me indicó que podía pasar. Yo sonreí y terminé diciendo: “Y todo eso me lo enseñó Selena … Yo sólo puse en práctica aquello que siempre ella ha pregonado…”.

Cuando entré vi que Selena estaba esperando mi entrada. Intentó hacerme el saludito como hiciera 33 días antes en el Houston Astrodome cuando cantaba “Como la Flor”. No podía hablar. Yo le hice el gesto de silencio y rápidamente me puse en un costadito de la cama y la abracé. No pude evitar llorar.  Sé que ella también lo estaba haciendo … “¿Y sabes, Selena, qué cantaste al principio de tu concierto en el Astrodome? ¡¡Sí!! … ‘I will survive’. Y eso pasará contigo … ¡¡Sobrevivirás!! … Eso sí. Sólo te pido una cosita: que te cuides, que sigas tu camino sin mirar atrás y que no te dejes llevar por esa gente que no sabe valorarte … Pero ahora descansa. Yo estaré aquí. Si no me ves aquí, puedes llamarme pues estaré allí afuera en el patio … Y no me iré de aquí hasta que vuelvas a tu casa … ¡¡Yo no te dejaré sola!!  ¡¡Nunca!! Siempre que me necesites estaré aquí … Y estaré contigo para siempre para que triunfes, para que seas feliz y para que recibas parte de todo el Amor que supiste dar en todos estos años…”. Ella me miraba con dulzura y tristeza a la vez … Empezaba a dar cuenta de todo … Y estaba muy débil … “Pero ahora no quiero verte mal ni deseo que pienses en otra cosa que no sea en que te tienes que poner mejor … ¡¡Vamos, Selena!! ¡¡Te quiero mucho!! ¡¡Te queremos mucho!! … Supongo que ya lo habrás escuchado mucho hoy … Y no me regañes por si te repito todo tantas veces como si fuera un niño … Bueno, ¡¡siendo tú lo puedes hacer!!”, le terminé diciendo con una sonrisa … Vi que a Selena se le iluminaban los ojos … Le tomé fuerte de las manos y le dije: “Ahora descansa … Y ya sabes … Estoy afuera … Ya sabes lo que tienes que hacer” … Y me quedé un rato largo tomándole la mano hasta notar que Selena se había quedado dormida … Los médicos ni intentaron sacarme … Sabía que conmigo las cosas se les facilitaban … Pero ya con Selena dormida me hicieron un gesto y yo asentí … Me incorporé y les dije que me quedaría afuera esperando nuevas instrucciones y buenas noticias … Ellos me dejaron ir no sin antes prometerme que cumplirían sus promesas…

Cuando salí, no había más nadie … El padre de Selena fue a hacer las urgentes diligencias del caso, junto con toda su familia, que pronto estaría aquí conmigo esperando a Selena salir de esta pesadilla … Afuera estaban la gente, los periodistas y la policía … Y yo estaba solo … Esperando que Selena mejorara … que volviera a cantar, que volviera a alegrarnos … que volviera a vivir … Estaba solo … y nada me movería de allí hasta ver a Selena salir de allí viva y entera … Solo y con la ropa que llevaba ese día … Ropa que guardaría en algún placard y que no tocaría nunca más … Para no olvidarme del pasado, para no olvidarme de lo que pueden hacer hasta con Selena … Para no olvidarme de que estuvimos a punto de quedarnos solos en la vida para siempre…

(Me pregunto hasta dónde llegaríamos en una situación límite … Son situaciones en las que nos exponemos como somos realmente, cuando ningún condicionamiento personal, familiar o social nos puede detener … Son situaciones en las que aprendemos a conocernos … ¿Sabemos cómo somos realmente? ¿Lo queremos saber? Hay veces en las que, aunque lo queramos negar por siempre, la vida nos expone a estas situaciones y nos obliga a conocernos … ¿Qué no daríamos por alguien o por algo significativo en nuestras vidas? Ojalá hubiese tenido la oportunidad de hacer por Selena lo que ya hice por otra persona significativa en mi vida … No lo hubiese dudado … Pero no tuve esa oportunidad … Sólo me queda recordarla y escribirle para poder decirle todos los días que le debo haberme convertido en una persona feliz después de muchos años, de toda una vida en la que creí conocerme y viví totalmente equivocado… y engañado… Y todo gracias a Selena…)

Selena. Yo sólo estoy aquí para que tu mundo sea posible…

Te quiere mucho…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

Mi identificación contigo, Selena…



Tal vez sea para muchos curioso, para otros una obsesión, para otros algo inexplicable. Pero para mí es absolutamente natural. En la computadora que tengo en el trabajo tengo fotos de Selena. Pero también en la computadora que comparto con mi esposa y mi hija en mi casa mi carpeta se llama “Selena” y tiene su foto. No tiene ni mi nombre ni nada que me identifique a mí. Muchos pensarán que debería tener una foto mía o de mi familia a modo de exhibición o de identificación. Pero no. Yo no necesito exponer públicamente fotos que tengan que ver con mis afectos, porque los tengo conmigo y porque no es mi idea que en ese asunto yo tenga que poner mis sentimientos hacia otros asociados a mí. En lo que tiene que ver conmigo yo tengo que poner fotos que hablen de mí o me describan. Tienen que tener mi sello, mi identificación. Tienen que definirme, tienen que identificarme. Y yo me identifico con Selena. Poner algo de Selena es poner algo de mí. Parte de mí tiene que ver con Selena. Selena soy yo. O yo soy Selena. Parece grandilocuente o pomposo. O inquietante. Pero para mí no lo es. Es así ... No podría poner otra cosa desde que pude descubrir a una artista increíble y a una persona sin igual. No tiene que cantar la música que me gusta. No tiene que tener ni mis gustos ni mis preferencias. Tiene que estar ella allí presente, porque alguien como ella me identifica y me representa. Digamos que desde que la descubrí me descubrí yo. Desde que la conocí pude entender que otro mundo era posible. Desde que la conocí supe que podía ser una persona mejor. Nadie como ella me hizo sentir el valor de un buen gesto, de una sonrisa, de pensar que el esfuerzo de uno vale la pena, que uno puede marcar la diferencia siendo simplemente como es y no ser más de lo mismo. Podría decir que Selena me representa porque exalta valores que yo ponderé siempre, pero acaso consideré que con ellos nunca podría llegar a ningún lado: ser trabajadora, honesta, sincera, constante, positiva, auténtica, personal, de carácter y de convicciones. Podría decir que Selena me representa por aquellas cosas que siempre decía, cuando afirmaba que si se le pasaba algo por la cabeza no paraba hasta poder lograrlo. Podría decir que Selena me representa porque no dejó nunca de ser una niña que quiso jugar y disfrutar de la vida. Y también me representa porque hubo gente que se lo impidió. Podría decir que Selena me representa porque hasta el último instante de su vida intentó hacer lo que debía hacer. Luchar no sólo por su vida sino por sus convicciones. Podría decir que Selena me representa precisamente porque no era una mujer perfecta ni nada parecido. Selena era maravillosa precisamente porque era imperfecta, era natural, era auténtica. Se mostraba en público de la misma manera que se mostraba en la vida. No quería darle una imagen falsa a nadie, no quería mostrarse de un modo que no la representaba. Quería que todo el mundo supiera cómo era y cómo pensaba sin ninguna inhibición, con todo lo que ello implica, y que la quisieran por eso. Selena me representa porque no era ni ingenua ni tonta porque se mostrara así y sabía demostrarlo cuando se presentaban las circunstancias. Todo ello me representa Selena y por eso me gusta que todo el mundo lo sepa, aunque tal vez a muchos les cueste comprender, del mismo modo que le pasó a Selena, que ante su muerte y el intento de explicarlo, muchos lo atribuyeron a que era muy dada e ingenua con la gente. Confiaba mucho y quedaba expuesta, decían. Y eso que parecía una virtud quedó para todos como el origen de su muerte. Toda una alegoría de este mundo que nunca va a entender que las cosas son más simples de las que uno cree si se propone hacerlas. Y por eso la humanidad sigue así y nosotros nos quedamos sin Selena…

A veces me resulta muy difícil explicar cómo llegue aquí, a un lugar en el que nunca me hubiera imaginado estar: escribiendo sobre Selena, recordándola todos los días, emocionándome cuando la veo, sintiéndome tan orgulloso al sentirme tan identificado con ella. Siempre me hago la figura, como en esos escritos que hago en el que vuelvo el tiempo atrás sólo para salvar a Selena, que llego corriendo, en el medio de la tragedia, de un mundo tan lejano que nada tiene que ver con ella y que todos se preguntan qué hago yo aquí, viéndome como el típico “sapo de otro pozo” … Y estoy tan lejos de esa figura ... Llegué tarde a ella ... Es verdad. Pero por suerte llegué. Ojalá pudiera agradecérselo. Selena me cambió la vida. Me hizo más bueno y comprensivo. Me hizo más optimista y positivo. Me hizo sonreír más. Me hizo sentir el valor de las cosas pequeñas. A través de ella pude sobrellevar momentos muy difíciles de mi vida que sin ella hubiese sido imposible salir. Y es curioso. Tal vez lo lógico hubiese sido que su trágico final me hubiese hecho más pesimista y más oscuro. Me hubiese confirmado que no vale la pena ser bueno, honesto ni trabajador, porque ya sabemos qué le pasa a esas personas. Tal vez el motivo por el cual comencé a indagar sobre “el caso policial” que me llevó a ella fue que me resultaba incomprensible entender lo que le había sucedido, y el cómo y el por qué. Selena era joven y talentosa, estaba en el mejor momento de su vida personal y artística … Era admirada y querida … Y termina todo de ese modo tan increíblemente cruel ... Busqué y busqué una explicación durante mucho tiempo ... La encontré bastante tiempo después ... Era importante descubrirlo y me sirvió saberlo para explicar el motivo de su asesina … Pero eso ya no importaba tanto, porque en el medio descubrí a Selena y por ella a mí. Logró lo que nunca hubiese pensado. No sólo escribir sobre ella y hacerlo ininterrumpidamente por 8, casi 9 años, sino que lo hiciera públicamente con mi nombre completo y destacando el lugar del que provengo. Esto último lo hice tal vez para que el mundo supiera que alguien de tan lejos, que ni la conoció y con gustos musicales tan diferentes, la quería y admiraba tanto que necesitaba escribirle para agradecerle por haberme enseñado tanto. Pero el hecho de poner mi nombre fue todo un acontecimiento y una revelación. Yo siempre tuve vergüenza. Nunca me jugué por nada ni por nadie por miedo a hacer el ridículo o porque todos criticaran lo que quisiera hacer. Pero por Selena eso no importaba. Por Selena valía la pena poner mi nombre con orgullo. No importa si escribo bien. No importa si me expongo. No importa si me descubren por este medio. Con Selena no importa si me revelo tal cual soy. Con Selena vale la pena. No puedo no agradecerle lo que hizo por mí y necesito que el mundo lo sepa. Selena sacó de mí lo que nadie pudo. Y eso es mérito de ella. Ojalá pudiera decírselo y abrazarla fuertemente para sentir lo mismo que sintió ella en su corta vida. Sé que eso no es posible. Y lo lamento mucho. Pero al menos me queda escribirle, recordarla y agradecerle con la esperanza de que, donde quiera que esté, lo pueda ver y se le pueda escapar, además de una lágrima, una sonrisa. Escribirle para recordarla y para que sepa que al menos alguien en el mundo está con ella. Recordarla y homenajearla para que nunca se sienta sola…

Y una identificación más … Cuando Selena nació se iba a llamar Marc Anthony … Nadie pensó que sería una nena la que nacía … Sus padres tomaron el nombre de una compañera de sala de partos que esperaba una nena a la que iba a llamar Selena pero al final tuvo un varón … Este último fue también mi caso …  Me iba a llamar Marisa ... Al final, al nacer varón, recibí el nombre de Sergio por consejo de una vecina de mi madre ... Hasta en eso nos une el destino o el inicio de nuestras vidas, aunque, claro está, yo no he hecho absolutamente nada comparado con los 23, casi 24 años, de Selena en este mundo … Buscaré al menos en el resto de mi vida reparar mis propias falencias recordando a Selena como ella quería, con Amor…

Te descubrí tarde, Selena, pero te descubrí … Y me descubrí … Sólo me queda seguir recordándote hasta el día en el que podamos redescubrirnos con un gran abrazo que selle por siempre y para siempre nuestras vidas y nuestros destinos…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez

(Buenos Aires, Argentina)