30 de setiembre de 2022
Como la Flor, con tanto Amor, Selena…
Esa interpretación de Como la Flor acaso sintetice
perfectamente cómo eras tú en el escenario, Selena, cómo eras tú ante tu gente
y cómo eran ellos ante ti. Tú le brindabas todo y el público se maravillaba, te
escuchaba y, sobre todo, te respetaba. Nunca se vio tan claro en ese concierto,
en la interpretación de un tema tan emblemático para ti, Selena, el Amor de tu
gente, cómo ellos interpretaban como nadie lo que tú les transmitías y tú se
los devolvías con creces...
Difícilmente alguien no se haya quedado boquiabierto y
emocionado con tu inicio del tema. ¿Cómo no encantarse con ese momento en el
que empezaste a entonar "Como la Flor ... Con tanto Amor" sosteniendo
tu micrófono con tu mano derecha y tus ojos cerrados mirando hacia arriba? ...
Con tu voz que te salía de tu propia Alma, con el sentimiento a flor de piel,
con la pasión siempre encendida ... ¿Cómo no quedarse con la respiración
contenida, con la mirada incrédula y emocionada de una mujer que transmitía
tanto, tanto Amor? ... Y tu gente no salía de su asombro que tú bajaste tu
mirada, tomaste el micrófono con tus dos manos y les cantaste "Me diste
tú, se marchitó" ... Seguramente esa mirada tan tierna, que acaso te
remitías a cuando eras una niña de 8 años, y comenzabas a emocionar y a
sorprender a tanta gente, debe haber despertado todo clase de emociones al público
presente .... ¿Cómo no quedarse callado, cómo no sentir tanto cariño ante una
persona que les cantaba así, que les transmitía así, que expresaba como nadie
esas letras, esas canciones? Pero tú no te detenías allí, Selena. Cuando todos,
absolutamente todos, creían que ya habías llegado a tu punto límite, cuando
creían que habías llegado a lo más alto, tú les tenías guardada una sorpresa.
Cantaste "Me marcho hoy. Yo sé perder", alargaste la frase y diste un
pequeño grito de emoción, un pequeño jadeo que despertó el júbilo de la gente
al tiempo que tú les dabas tu clásica mirada cómplice. Pero tú les tenías
preparada una sorpresa más. Bajaste tu micrófono, te adelantaste en el
escenario y casi susurrando les dijiste "Pero...". Y te quedaste
esperando sonriendo, sin mirarlos, con tu mirada hacia el suelo. Hasta que el
público rápidamente te respondió "Ay, Ay, Ay...". Y tú te echaste a
reír, y con tu micrófono en tu mano derecha lo acompañaste con un leve
movimiento de tu mano izquierda y les completaste la frase con un "Ay, Ay,
Ay. ¡¡Cómo me duele!!", mientras te llevabas tu mano izquierda para
golpeártelas varias veces a tu pecho, como era tu característica, para realzar
más lo que estabas cantando, para expresar con la pasión que sólo tú podías
transmitir en semejante canción...
Siempre diré que luego de semejante introducción, ya nada
más teníamos que escuchar, que ya estaba todo dicho, que desde allí sólo se te
podía dar muestras de Amor, de cariño, de afecto. Siempre diré que una persona
como tú, que apenas sabías hablar el español, tiene que tener mucho Amor, mucho
talento, mucha actitud, mucha personalidad para cantar así, pare expresar así,
para encantar así. Siempre diré que tú rompiste el molde. Que como tú nadie
habrá. Porque no importa qué música nos gusta. No importa qué artista
admiramos. No importa a quién íbamos a ver esa noche. Era verte a ti y las
palabras sobraban, los análisis de los críticos quedaban en segundo plano, los
demás estaban demás. Era verte a ti y sólo nos quedaba estar en silencio escuchándote.
Era escucharte a ti y olvidamos de todo. Era escucharte a ti y olvidarnos de
que Festival Acapulco no era un concierto tuyo. Festival Acapulco era un
concierto en el que participaban muchos artistas consagrados. Tú eras una
artista más ... Supuestamente eras una artista más ... Pero tú te encargabas
con tu actuación de que no fuera actuación más de una artista más. Tú te
encargabas de que esa fuera la única actuación de Festival Acapulco...
Y sí no, ¿cómo entender lo que pasó después de aquella
inolvidable introducción? ¿Cómo explicar que subieran aquellos muchachos para
bailar contigo? ¿Cómo explicar que subieran tantos niños a darte un beso? ¿Cómo
explicar que subiera al escenario tanta gente para dejarte un mensaje de
cariño, para felicitarte, para abrazarte, para dejarte toda clase de afecto?
¿Cómo explicar tanto respeto y tanta admiración para un artista? En todo
momento nunca tuviste que alzar tu voz más de una vez para decirle a aquel que
quería bailar contigo, aquel que quería decirte algo, a aquellos que te dejaban
marcado tu rostro con tantas muestras de afecto, con tantos besos, que debían
bajar del escenario por respeto al público, a aquel que, según nos decías tú,
Selena, sin ellos "nosotros no seríamos nada". Tu presencia generaba
un respeto que nacía del cariño, un respeto que nacía de la admiración, un
respeto que nacía del Amor. Nunca esas manifestaciones de cariño surgieron por
exceso de confianza de tu parte. Tu público, aquel que te quería tanto, te
conocía bien. Tú también los conocías. Sólo había afecto entre ambos. No había
necesidad ni de confiar ni de desconfiar. Sólo había Amor. Tan simple como eso,
Amor...
Siempre que te veo allí, Selena, tan linda, tan
impecablemente vestida, dando siempre mucho más de lo esperado, mucho más de lo
que te pedían, marcando tú a la banda cómo empezar, cómo seguir y cuándo
terminar, diciéndole al público "Ayúdame" y pidiéndole que te
acompañen con tu canto, que se integren, que no te dejen sola, que te quieran,
que expresen ese sentimiento que todos tenemos y lo guardamos por pudor, por
vergüenza, por no animarnos, me digo cuánto en ti hay en nosotros. Y que
bastaba que viniera alguien como tú para expresar lo que nosotros sentimos
todos los días, lo que vivimos todos los días, lo que padecemos todos los días,
lo que nos alegra todos los días, lo que sufrimos todos los días, lo que nos da
esperanza todos los días, para que te adoptáramos sin más, para que te
quisiéramos sin más, para que sintiéramos por ti como no hemos sentido por
nadie. Porque tú, Selena, tú eras de los nuestros. Tú nos representabas como
nadie. Tú decías como nadie lo que nosotros sentíamos. Tú eras nosotros y
nosotros tú. Por eso te queremos tanto, por eso nos duele tu ausencia. Porque
tú demostraste que el Amor no tiene idioma. Tú, que hablabas tan precariamente
el español, nos tocaste una y otra vez nuestros corazones y nuestras Almas, tú
transmitiste como nadie nuestros sentimientos, tú eras una artista de verdad,
que nació con las mismas necesidades económicas y afectivas que todos, que tuvo
que trabajar para vivir como todos, pero tú, Selena, tuviste que hacerlo desde
muy pequeña y desde muy abajo. En definitiva, para nosotros, tú, Selena, eras
esa vecina del barrio, a la que veíamos cotidianamente, a la que saludábamos
todos los días, con quien compartíamos las mismas cosas, que había llegado.
Había llegado para triunfar. Había llegado para conquistar al mundo. Y lo había
hecho con nobles armas. Con las armas que las da el Amor, el sentimiento más
puro, ese que sólo tú podías dar...
Por eso Selena, tú nunca necesitaste ir a buscar a un
niño, a un necesitado, a alguien desprotegido para abrazarlos y demostrarle al
mundo que eras una mujer sensible que se preocupaba por ellos. No lo
necesitabas porque ellos venían a ti a saludarte. Porque ellos ya te conocían.
Ya sabían quién eras. No necesitaban verte en la televisión para conocerte.
Para cuando instabas a que los niños vuelvan al colegio y en tantos otros
programas en los que te invitaban pues ya eras una figura reconocida, ellos ya
te habían visto hacía mucho, mucho tiempo. Hombres, mujeres y niños ya te
habían visto de pequeña, ya te habían visto en un pueblo, habían bailado
contigo en un festival, se habían quedado maravillados con tu increíble
presencia en un concierto. Ya te conocían, Selena. Eran los mismos que en ese
momento de Festival Acapulco se alegraban de que te fuera tan bien, de que
triunfaras, de que por fin uno de ellos llegaba después de tanto esfuerzo, de
trabajar duro, de tantos sacrificios, de tantas privaciones, de tanta angustia
contenida, de tanto dolor...
Y por ello, Selena, por todo lo que nos diste, yo también
me subo al escenario de Festival Acapulco para darte un pequeño beso en tu
mejilla izquierda y para decirte gracias, muchas gracias, y para que te quedes
tranquila, que yo te quiero y que hasta el día que me tenga que ir de este
mundo yo me encargaré de decirle al mundo lo que eras, lo que representabas y
representas para nosotros, para mostrar nuestro corazón herido y marcado con tu
Amor, para decirles que eres única e irrepetible...
Y para decirles con orgullo que tú no robaste mi corazón
... Yo te lo ofrecí con Amor…
Te quiere mucho...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
Es sólo verte y escucharte, Selena…
El otro día observaba la presentación de Selena en el
programa "Un nuevo día" el 3 de noviembre de 1994 interpretando
"Si una vez". Si alguien me pregunta en qué concierto o en qué lugar
en el que haya cantado Selena la he visto más linda y en su total plenitud me
atrevería a decir que fue en aquella presentación televisiva. Uno la veía más
madura, más segura, con una voz increíble y con una personalidad y una
seguridad tan grandes que uno no podía dejar de quedar rendido a sus pies ante
semejante figura, ante semejante artista ... Nadie será como ella, de eso no
tengo ninguna duda...
Y aun así, como dijera alguna vez, siempre ver a Selena
en ese programa, sobre todo en el espacio de la entrevista, me genera una
sensación rara. Como si Selena estuviera con alguna sensación extraña,
imposible de explicar en ese momento. Como si algo la preocupara. Como si
supiera lo que podría llegar a pasarle…
Sensaciones que uno tiene al ver algo, en una mirada al
pasar… En un instante… Intuición, tal vez… Nunca lo sabré…
Lo que quiero decir en definitiva es que la pérdida es
tan grande, el dolor es tan intenso, nuestra impotencia es tan inmensa que
siempre vamos a querer buscar una respuesta, un por qué, un motivo para
entender por qué Selena no está hoy en el mundo gozando de una popularidad y de
una admiración de la que llegó a gozar sin lugar a duda en vida y por qué hoy
no podemos gozar de su talento, de su buena persona, de su tremenda voz. En
definitiva, por qué no podemos hablar de ella, sólo de ella gozando de su éxito
y de su vida...
El increíble desenlace, la violencia del final, ese
epílogo imprevisto, absurdo, irreal, nos cambió de eje. Entonces Houston, que
era el centro de una presentación maravillosa, espectacular, inolvidable de
Selena en su concierto en el Astrodome el 26 de febrero de 1995, pasó a ser el
escenario de algo bastante triste y desagradable. Entonces, todas las cámaras
que otrora seguían una y otra vez los movimientos de Selena en el escenario,
luego seguirían frenéticamente a abogados, periodistas, a la asesina, a gente
que nada tenía que ver con aquella magia de Selena, gente que ni aparecería en
los medios en condiciones normales. En pocos días pasamos de la alegría al
llanto, del paraíso al infierno, de Selena a la innombrable asesina ... Y entonces
cuando veíamos con gracia cómo Selena le pegaba un suave empujoncito a un
hombre que tomaba con su cámara el concierto para tener un lugarcito para
saludar a su público, ahora veíamos los empujones, el nerviosismo, la
agresividad de un montón de gente para entrar a uno y otro lugar, para obtener
la nota, para agredir, para obtener la exclusiva, para tomar imágenes de gente
que en otros momentos más lindos nunca hubiesen tenido ese protagonismo, ese
trato, esos primeros planos. Habían cambiado los tiempos. El Amor y la magia se
habían ido. El odio y la mediocridad se habían apoderado de Houston. Otro era
el escenario...
Y la incomprensibilidad de lo ocurrido también nos cambió
el eje a nosotros. Y hoy estamos en el desconcierto de cómo recordar a Selena.
Porque si hoy estuviera con nosotros gozaríamos de su música actual, de su
música pasada y esperaríamos con ansias lo que vendrá. Pero sabemos que no es
así y es conmovedor ver cómo la gente, la gente que ama de verdad a Selena,
busca en todos lados alguna presentación nunca vista de Selena, busca alguna
grabación pocas veces escuchada, busca algún disco ya olvidado, lo comparte con
otros y lo exhibe en todos los medios a su alcance para que otro admirador de
Selena tenga la posibilidad de ver "algo nuevo" de Selena... En los
últimos tiempos la Familia Quintanilla tomó la posta, y no sólo ha exhibido
conciertos y presentaciones pocas veces vista de Selena, sino grabaciones viejas
y caseras actualizadas de ella con la producción de A.B. Es algo ante semejante
ausencia…
Pero es lógico que querramos más y a veces perdamos de
vista que lo de Selena fue tan rico y tan vasto que no es necesario buscar
nuevas versiones ni nuevas interpretaciones de los temas de Selena. Las
canciones de Selena son hermosas porque las interpretaba ella. Las
interpretaciones de Selena son únicas porque sólo ella podía cantarlas así con
esa voz, con ese énfasis, con la expresión de su cara y de su voz en cada
palabra que hacía estremecer hasta el más insensible, hasta el más distante, hasta
el más frío de Alma y espíritu. Y más nos asombramos cuando nos enteramos de
que esa joven mujer que nos cautivaba, nos impresionaba, nos enamoraba, no
sabía hablar correctamente el español. Esa contrariedad acaso nos haga
enaltecer su capacidad de canto, de interpretación, de profesionalismo, de
pasión, de talento...
Y también la impotencia nos haga caer en el error de que
es más importante hablar de nosotros mismos con nuestra admiración, nuestras
demandas, nuestras dudas, nuestros llantos, nuestros pedidos de explicaciones
por lo que pasó. A veces por querer legítimamente expresar todas esas
sensaciones, perdamos nuevamente el eje, y caigamos una y otra vez en el error
de hablar de nosotros, de exteriorizar nuestros más puros sentimientos como
también nuestra ofuscación, nuestra frustración. Y así perdemos mucho tiempo,
mucha energía que deberíamos dedicarla pura y exclusivamente a nuestra Selena.
A veces no nos damos cuenta de que estamos dejando a Selena a un lado, con todo
el riesgo de lo que ello implica. Y si bien es cierto que por ese triste final
es lógico que expresemos todo lo que ello genera, que también es razonable que
busquemos una explicación, que es lógico pensar que los admiradores de Selena
son los verdaderos sostenedores del recuerdo de Selena y lo que hizo que ella
fuera grande, el sólo quedarnos en esto nos hizo perder de vista por qué
estamos aquí. Incurrimos a veces en el mismo error que cuando creemos que la
única forma de mantener viva la música de Selena es buscar nuevas versiones
hechas por otros o con nuevas interpretaciones de otros artistas. Y si bien
esto contribuye a su recuerdo, lo cierto es que Selena es una fuente inagotable
y sólo basta con escucharla para saber que ella es capaz aun hoy con su voz
emocionarnos una y otra vez, sin que nos cansemos nunca de verla.
Por eso, en definitiva, me quedo con esa imagen que
Selena nos dejó en el programa "Un nuevo día". No sólo por sus
interpretaciones sino por sus palabras, por su trato con los conductores, por
su deferencia con la gente. Aún hoy recuerdo sus palabras. Cómo ella escuchaba
los pedidos de la gente. Cómo devolvía con su sonrisa y su carisma los elogios
que le prodigaban. Cómo recordaba lo que la gente requería de ella. Recuerdo
que cuando dijo que iba a cantar “Amor prohibido”, pidió a los conductores que
le volvieran a decir qué persona pidió ese tema. Resultó ser un tal Abraham y
entonces Selena le dedicó dicho tema con su mejor sonrisa...
Cada vez que recuerdo a Selena quiero recordar
precisamente a Selena. Recordar su voz, recordar su pasión, recordar su
carisma, recordar su talento, recordar lo extraordinaria artista que fue. En
definitiva, recordarla a ella. Y depositar en ella todo mi Amor, ese Amor que
sólo ella podía dar. Depositar mi cariño, dar todo lo bueno de mí. Y ser en
definitiva el instrumento para que todo ello sea posible, para que sea
recordada por siempre y para siempre...
Es lo que Selena espera de nosotros, es lo que Selena
esperaba ver en el futuro y que no pudo vivir para verlo, para gozarlo. Pero
para eso estamos nosotros, para recordarle que estamos aquí para decirle que lo
suyo no fue en vano, que tuvo sentido, que ella está cosechando el Amor que
supo sembrar. Que ella sigue teniendo a la gente que la cuida, que la quiere
proteger, que la admira, que la ama...
Si estamos aquí es por Selena. Ella hizo posible todo
esto. Ella lo construyó y sólo ella es capaz de generar tanto Amor, ese Amor
que tenemos y se lo dedicamos a ella todos los días...
Y estaremos aquí esperándola, extrañándola, tendiéndole
nuestros brazos para cuando ella se reencuentre con nosotros...
Siempre sostendré que la mejor forma de recordar a Selena
es simplemente ser como ella en todos los aspectos. Sé que es difícil, pero si
la queremos de verdad, lo imposible, ya sabemos, se transforma en posible…
Todo sea por Selena… Por nosotros… Por hacer de este un mundo
algo mejor… Un Mundo con Selena…
Selena: todo lo que yo hago es sólo para ti. Mi corazón
está dedicado a tu recuerdo...
Te quiere mucho...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)