Sobrevivir y contarlo...



Segunda parte de: No me dejen caer…

Cuando desperté, quise salir corriendo pero una mano me contuvo … Era la mano de mi madre que me observaba envuelta de emoción y llanto … No entendía nada … Hasta un instante atrás hubiese jurado que había oído un disparo … Mientras veía sin comprender cómo mi esposo, mis padres y mis hermanos se acercaban para abrazarme, yo trataba de recordar, de recordar lo que había pasado y por qué estaba allí … Traté de hablar, pero no podía … Quería preguntar dónde estaba y mi madre decía algo que no llegaba a entender … De pronto noté que alguien los hacía alejar de mí y alguien se instalaba delante de mis ojos … Era una enfermera que mientras acariciaba mis manos y ponía luego el dedo en su boca rogándome silencio, aplicaba una inyección … No sé si estaba bien o estaba mal lo que me hacían … Quise moverme, pero no podía … De pronto escuché o creí escuchar un disparo y me sobresalté … Y allí la veía … A ella … A ella que me apuntaba y me decía que ni se me ocurriera salir, que ni se me pasara por la cabeza abrir la puerta de la habitación … Y volví a escuchar el disparo … Y empecé a gritar … Y empecé a darme vuelta para salir de allí pronto … corriendo lo más rápido de ese lugar … Sintiendo un fuerte dolor en la espalda y en el pecho … Y algo que me hacía sudar, pero que no quería tocar … para corroborar mi destino … Quería llegar a un lugar, a un refugio … Algo que me cobijara de ese monstruo que se me apareció de pronto sin que pudiera advertirlo antes … Sin que nadie de mi familia pudiera advertirlo … Gritaba, pero no salía nada de mi boca … Buscaba a alguien que saliera en mi auxilio, pero no encontraba a nadie … Gritaba, gritaba hasta que vi el lobby del motel, y fui hasta allí para desvanecerme y entregarme a lo que pudiera venir … Pero tenía que llegar … Tenía que lograrlo … Faltaba un trecho que parecía interminable … Gritaba, pero no me escuchaba nadie … O al menos eso creía … Corría, pero no llegaba a destino … Vi la muerte, pero trataba de escapar de ella … Corría, gritaba, me agitaba … Estaba a punto de caer hasta que … “Selena … ¡¡Por favor, tranquilícese!! ¡¡Está aquí con nosotros!! Está bien … Está viva … De milagro … Pero ya va a estar todo mucho mejor … Ha despertado después de un largo sueño … Por suerte está aquí para contarlo … Trate de descansar … Pronto volverán su esposo y su familia para visitarla … Ahora … Ahora trate de descansar…”. Evidentemente me habían dado algo para tranquilizarme, pero no lo suficientemente para tumbarme … Ya eso me hizo pensar que la situación había sido grave y que hacía un tiempo que estaba allí … Traté de preguntarle qué había pasado … Por qué estaba allí … Y qué tenía … Y cuánto tiempo estaría en el hospital … El médico me hizo un gesto de que descansara, pero me dijo: “Ya tendremos tiempo para hablar mejor … Piensa que has despertado de una pesadilla … Pero ya estarás mejor … Lo peor ya pasó … Ahora viene el tiempo de la recuperación … Pero no nos adelantemos … Celebremos que estás aquí sana y salva…”. Mis ojos se iban cerrando … Me pesaban … Apenas podía sostenerlos…

De pronto volví a sentir esa angustia … Esa soledad … Estaba tirada en el piso … No me podía mover y maldecía por dentro no haberme quedado en casa … No haberle hecho caso a Chris … Él me lo había advertido … Y ahora me decía: “¿Cómo me pudo haber pasado esto? ¿Justo ahora? ¿Justo cuando estaba en mi mejor momento artístico? ¿Justo ahora que iba a tener mi propia casa de ensueño que compartiría con mi esposo? ¿Justo ahora que pensaba que había llegado la hora de tener un hijo? ¿Justo ahora que mi sueño hecho realidad con “Selena Etc.” se estaba cristalizando? Quería hablar, pero no podía … Podía sentir que había gente a mi alrededor gritando … Al menos me alegraba de que había llegado al lobby del Days Inn y que tal vez podían sacarme de ese infierno … Me aferré al anillo, y juré retenerlo y no soltarlo hasta que estuviera segura … De que saldría de esto … No quería pensar en lo que había pasado … Debía concentrarme en el anillo y en no soltarlo … Mi vida estaba allí … En ese anillo … Y si lo soltaba … Sería el fin … Unos enfermeros trataban de asistirme … Yo no oponía resistencia … No tenía forma … Tenía ese anillo … Ese anillo era mi sostén, mi respirador … Cerré mis ojos, porque necesitaba descansar … Pero no debía dormirme … Tenía que descansar, pero debía estar alerta … No me tenía que dejar vencer … No lo iba a permitir … Había pasado por tantas luchas y había salido delante de todas … Esta no sería la excepción … Claro que no dependía de mí … Ahora estaba en manos de otros … Me maldije en mis decisiones cuando todo sí dependía de mí … Me maldije dejarme llevar por la ansiedad … Me maldije adelantarme en mis decisiones … No siempre estaba bien querer hacer todo de golpe, resolver las cosas sin medir las consecuencias … Sé que muchas veces tuve que hacer las cosas así, pero debía aprender que a veces había que meditar, había que pensarlo dos veces, mil veces si fuera necesario … Y también debía aprender a dejarme ayudar … Muchas veces tuve que resolver las cosas sola … Muchas veces no debía escuchar a los demás para tomar decisiones importantes … Pero en ese momento sí … Estaba bien en su momento no escuchar a mi padre y decidir casarme con Chris … Sólo así lo iba a aceptar … Pero no estaba bien no escuchar a mi padre cuando habló de esa mujer cuando había tantas evidencias … Debí haber actuado como él y si necesitaba esos papeles, tenía que hacerle caso a Chris … Él me dijo que recurriera a un abogado para resolver estas cuestiones … Que si no podía lograr que me devolviera esos documentos, debía pedir ayudar a quienes supieran hacerlo … Pero yo no quise escucharlos … Y no porque no pensara que tuvieran razón … ¡¡Claro que la tenían!! ¡¡Qué tonta fui!! Pero yo pensé que podía sola … Como siempre … Que mi fuerza, mis ganas y mi determinación podrían una vez más … Y no … No siempre se podía … Recién cuando iba camino al hospital lo supe … Y parecía que era tarde … Muy tarde … Me aferré al anillo e hice fuerza … La poca fuerza que tenía … Y traté de no dormir … No debía hacerlo … Fue el último esfuerzo que hice … Sólo esperaba abrir los ojos y saber que había podido salir de aquella pesadilla … De aquella pesadilla que era realidad … Me entregué el Señor esperando que Él me diera una nueva oportunidad…

Abrí los ojos … Y vi que Chris me miraba sonriendo … Quise abrazarlo, pero no pude … Miles de cables, plásticos y apliques me lo impedían … Recién allí noté que tenía el anillo en mi mano … “Eres increíble, Selena … Hace un mes que estás aquí y no han podido quitarte el anillo … ¡¡Y mira que han hecho de todo para salvarte!! Se dieron por vencidos y esperan que cuando salgas de aquí decidas soltarlo por tu propia voluntad…”, me llegó a decir mientras mi mente trataba de comprender … “¿Un mes? ¿Hace un mes que estoy aquí? ¿Pero qué me pasó? ¿Qué me hizo esa mujer?” … Y no podía pensar en ese instante … Se me vinieron las imágenes de aquel día, cuando la acompañé al hospital porque decía que la habían hecho algo … Yo no le creía … Pero ahora me doy cuenta de que me estaba psicopateando …Me llevaba de un lado para otro sabiendo que podía jugar con mi ansiedad, con mi locura de querer resolver de una todo por mí misma y de que no escucharía a otra persona para llegar a una solución … Yo ya sabía que no lograría nada, pero me quería convencer yo misma … Por eso le decía a Chris de volver al Days Inn la noche anterior … No lo podía controlar … Mi ansiedad, mi necesidad de sacar todo lo que me molestaba en mi mente, mis ganas de seguir adelante con mis proyectos … Quise convencerme …Y quería convencer a Chris de volver para “ponerla en evidencia con sus mentiras” … Nada más alejado de la realidad … Yo quería que todo terminara de una vez y pensaba que con ir de nuevo lo lograría … Y ella sabía que iría tarde o temprano … Por eso me llamaba, por eso me insistía … Había fallado la noche anterior sólo porque había ido con mi esposo … Era cuestión de que fuera sola … Allí no tendría escapatoria … ¡¡Y yo quería ir!! ¡¡Insólito!! … Pero lógico … Jugaba con esa promesa que jamás cumpliría con la ilusión de que esa vez … de que esa vez sería distinto … Chris había logrado que no fuera la noche anterior a ese nefasto 31 de marzo … Pero no podría impedir que fuera en la mañana siguiente … Esa mujer había encendido la mecha y yo iba a su encuentro … Era el canto de las Sirenas … Y yo iba hacia ella esperando algo distinto de lo que inconscientemente sabía … No siempre actuamos con la razón … Y eso lo saben bien los psicópatas … Esa mujer lo era, pero yo no lo iba a admitir … Prefería tapar el sol con una mano … Prefería ir a solas a solucionar algo que la otra persona ya había decidido por mí hacía largo rato…

Abrí los ojos de nuevo y vi que el médico estaba frente de mí de nuevo … Me puse a llorar … A llorar fuerte … de rabia, de impotencia … Estaba enojada conmigo misma … Ahora sabía lo que había pasado … Y no sabía lo que iba a pasar … Por un momento pensé que no iba a ser la misma de antes … Ni quería preguntar por mi futuro … Ni siquiera por ese momento … “Te entiendo, Selena, pero no debes llorar … Piensa que aún tienes tu mano aferrada a ese anillo … Como llegamos a la conclusión de que era mejor dejar eso como estaba y actuar donde debíamos hacerlo, seguimos adelante en la convicción de que cuando mejoraras lo harías por ti misma … Mira … Estuviste a punto de morir … No sé cómo lo has logrado … Tal vez te preguntes cómo un médico como yo puede decir eso … Pero es así … Hay cosas que se solucionan clínicamente … Otras no … Llámalo la mente humana, llámalo Dios, llámalo como quieras … Cuando llegaste aquí, empezamos a reanimarte … Hicimos todo lo posible … Alguien de nosotros hizo un gesto de no seguir intentando … Estábamos por hacerlo … De hecho, uno, instintivamente, fue a sacarte el anillo de tu mano … Podría haber hecho eso, como cubrirte con una sábana … Después me dijo que le había llamado la atención que aún estuviera allí e intentó sacarlo … para ir preparando … ya sabes para qué … Y de pronto … Él notó que había una fuerza que se lo impedía … ¡¡Eras tú!! Vimos que había señales en el monitor y empezamos de nuevo con la reanimación … ¡¡Y resultó!! … No me expliques qué pasó … Porque no tengo las razones para explicarlo … Sólo sucedió … Después … Después sí supimos lo que debíamos hacer…”, empezó a explicarme el médico no saliendo del asombro y de la emoción … “¿Me hicieron transfusiones de sangre, no?”, alcancé a preguntarle … “Sí, pero no estabas consciente, como lo habrás notado…”, me contestó, como ya sabiendo cuál era mi preocupación al respecto y continuó: “Va a llevar un tiempo la recuperación … Por suerte no has sido dañada en tus signos vitales … Milagrosamente superamos lo peor, que era la pérdida de sangre … Pero esto trajo secuelas físicas y psíquicas … Tuvimos que intervenir muchas veces … Y cada operación era un riesgo que debíamos asumir … Había que recuperar tejidos, había que reparar lo dañado … Y mientras, debíamos esperar a que despertaras … Has estado consciente desde hace un tiempo, pero no podías despertar … Este es otro gran paso que has dado … Espero que pronto des el último…”. De pronto noté que algo se había caído … El médico se agachó para ver lo que había sucedido y, para mi asombro, veo que se levanta mirándome con gran emoción y con mi anillo en su mano … Alcé mis brazos y él vino hacia mí … Nos abrazamos un largo rato en el medio de risas y llantos … Recién allí supe que estaba viva … Recién allí supe que saldría adelante … Recién allí supe que tenía que ser fuerte para intentar volver a la vida…

Dos meses después pude salir del hospital … Aún lo hacía con dificultad … Salí en una silla de ruedas acompañada de Chris y de toda mi familia … Una multitud me esperaba con cánticos, con gritos, con muestras de afecto, con flores blancas, con la energía que necesitaba para salir de nuevo a la vida … Fue muy fuerte para mí, pero muy necesario … Los médicos habían dudado de exponerme ante la gente después de lo que me había pasado … Pero no tuvieron sólo en cuenta mis condiciones físicas ... También las psíquicas … Y estas últimas en aquellas que me podían servir de lección … Y los médicos llegaron a la conclusión de que debía tener siempre en cuenta la voz de aquellos que me querían de verdad … No debía perder de vista lo que me decían mi esposo, mi familia, mi gente … Ellos nunca me engañarían, ellos me dirían siempre la verdad, ellos me dirían lo que es mejor para mí, ellos me harían pensar … Pensar para luego decidir lo mejor para mí … Fue la mejor lección que recibí … Por ellos salí adelante, por ellos me recuperé, por ellos pude seguir cantando y con mi sueño de ser diseñadora … Por ellos volví a vivir … Pude sobrevivir y contarlo … No debí pasar por esto para entenderlo, pero muchos parece que debemos llegar al límite para preverlo … Espero que a mis hijos les pueda enseñar a prevenir que a curar, a pensar que a ser impulsiva, a buscar lo mejor para una en vez de conformar a los demás … De todo debemos aprender … Y ya que sobreviví sólo me queda aprovechar el tiempo que me queda para seguir aprendiendo…

(Vivimos aprendiendo … Cuando cree uno saberlo todo, algo en un momento, en un instante, nos cambia la perspectiva de todas las cosas … Yo viví momentos límite tratando de salvar a mi esposa -en aquellos momentos novia- de la muerte misma … Y uno saca fuerzas de donde nunca hubiese imaginado tener … Y aprende hasta de las consecuencias de lo sucedido … Cada paso marca el camino y nuestro destino, y el horizonte que se presente por lo hecho y lo no hecho se verá tarde o temprano, inexorablemente … Selena tuvo una vida vertiginosa en la que cada día tenía un desafío por cumplir … Y cuando pudo disfrutar de las mieles del éxito, siguió su vida vertiginosa para cumplir sus sueños postergados … No pudo detenerse … Tal vez no quería … Tal vez no sabía cómo hacerlo … Más de una vez dijo que ella no podía parar hasta ver cumplido todo aquello que pasaba por su mente … Y no vio, o no quiso o no pudo ver, lo que se estaba generando tan cerca de ella … Ese monstruo grande que pisaba fuerte … De esto también debemos aprender de Selena para no cometer tamaño error … Para al menos tener la oportunidad de sobrevivir y contarlo…)

Y yo estaré siempre al lado de ti para poder reflejar tus sentimientos más puros, Selena … Como artista y como persona … Como cantante y como mujer … Con tus virtudes y con tus defectos … Como el ser humano que nos dio su mejor ejemplo con tanto Amor…

Te quiere mucho…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

No hay comentarios: