Muchas veces en la vida nos quedamos con la última impresión de las cosas, de las personas, de los hechos en sí. Y lamentablemente muchos han tomado esa imagen final tuya, Selena, como símbolo de tu despedida, como símbolo de tu final. Muchos ponderaron tu imagen, porque da la imagen de alguien que está durmiendo, de alguien que está en paz, de alguien que ha partido de este mundo sin ningún sufrimiento, sin ningún dolor, con la satisfacción de haber dado todo, con la tranquilidad de haber llegado a la plenitud...
Y es ahí cuando me pregunto si realmente es eso lo que
nos transmitías, Selena, si es eso lo que nos querías decir, si era ese el
mensaje que nos querías dejar a nosotros. Tú sabes, Selena, que yo nunca me
atribuiría ningún poder para hablar en tu nombre, para pensar por ti, para dar
por sentado que tú si estuvieras aquí desearías tal cosa o tal otra. Tú sabes
que no lo podría hacer. Que nadie debería hacerlo. Y sin embargo, cuánta gente
ha hablado en tu nombre ... Cuánta gente ha creído interpretarte en tu sentir,
en tus deseos, en tus sueños, en lo que tanto anhelabas. Cuánta gente se metió
en tu vida sin permiso, sin siquiera conocerte, invadiendo impunemente tu vida
privada y hablando con total desparpajo ... Son los que decían “déjenla
descansar en paz”, una frase que popularizó escribiendo de ti una periodista
muy ambiciosa que quería la fama y el poder blasfemando tu memoria…No. Selena
... Sólo tú sabes lo que sentías ... Sólo tú lo sabes expresar lo que deseabas ...
Sólo tú tienes autoridad para hablar pues eres la única persona que,
paradójicamente, se ha quedado sin voz en esta increíble, mágica y triste
historia...
No, Selena… Yo no puedo ver esa imagen. No la deseo ver.
No la quiero ver. Hay cosas tuyas que no las puedo aceptar. No importa si el
peso de la realidad me dice que no estás ni estarás más con nosotros. No
importa si mi pensamiento analítico me diga lo que ha pasado. Pero ninguna
lógica, ninguna información fría y distante, ninguna inteligencia artificial me
dirá ni entenderá lo que dice mi corazón. Y yo quiero expresarme contigo con el
corazón, ese lugar el que sólo tú llegaste, a ese lugar que sólo tu voz, tu
presencia, tu carisma, tu figura avasallante pudo ingresar sin ninguna barrera
que lo pudiera impedir. Es ese mismo corazón que ni siquiera cuando ve tu
interpretación de "Si una vez" en el programa "Un nuevo
día", el 3 de noviembre de 1994, quiere ver ese epígrafe que dice que esa
hermosa imagen, esa interpretación memorable, esa dulce y hermosa imagen tuya
es de un año después de tu partida. Si ni siquiera puedo ni quiero leer ese
epígrafe, ¿cómo voy a ver esa imagen? Es inaceptable. Es inconcebible. No eres
tú, Selena, porque no era lo que tú querías expresar. No era lo que tú querías
mostrar. Porque no querías irte de este mundo con esa imagen. Simplemente, no
querías irte de este mundo. Tenías mucho para dar. Tenías toda una vida para
vivir...
Por eso, esa imagen no me representa. Simplemente, porque
no eras tú, Selena. No era la Selena hiperactiva de siempre. No era la Selena
que irradiaba alegría. No era esa Selena nerviosa que hacía que tuviera que
hacer una cosa y enseguida hacer otra. No era esa Selena nerviosa que cuando
estaba en aprietos, pegaba una carcajada para cambiar el clima. No era esa
Selena que invadía todo con una sonrisa. No. Esta no es una Selena que duerme
tranquila. No. Esta es una Selena seria, que tal vez se haya ido muy enojada de
este mundo, que se haya ido muy triste porque alguien impunemente le quitó
todo: sus ganas de vivir, sus ganas de hacer tantas cosas, sus planes, sus
metas artísticas, sus metas personales. Una sola persona, un solo disparo,
acabó con todo. Y aun así, Selena, tú tenías tanta fuerza, tanta resistencia,
tantas ganas de vivir, que llegaste a desafiar la lógica para salir de ese
lugar, no para huir, no para escapar de esa malvada persona. Salías para
aferrarte a la vida, para aferrarte a tus sueños. Hacía falta mucho más que un
disparo para poder detenerte, mas no pudiste ante semejante maldad, maldad a la
que seguramente no estabas acostumbrada, a la que nunca imaginaste que te ibas
a tener que enfrentar...
Creeme que lloro aún de impotencia por no poder hacer
nada, por no poder ayudarte, por no poder borrar esa imagen que es una burla
para nosotros, para tantos años de trabajo, para tanto Amor desparramado, para
tanto talento en bruto que iba floreciendo día a día. Pero por sobre todo, es
una burla a ti. Y no hay nada ni nadie que pueda reparar tamaña pérdida, tamaña
vida, tamaño ejemplo de abnegación, de dedicación, de trabajo y de vida. Nos
han dejado a nosotros solos, huérfanos, sin horizontes, sin modelos a seguir,
sin ejemplos, sin una mujer a quien dedicarle todo nuestro cariño. Te escribo,
Selena, y deseo con toda el Alma que lo estés leyendo, no por mí, sino por ti.
Porque no quiero pensar que efectivamente te dejaron sin nada. Quiero creer que
aún estás aquí. Quiero creer que algún día vendrás. Quiero creer que tendré una
oportunidad, aunque sea una, para abrazarte, para decirte gracias, para
sentirte, Selena, para sentirte que estás, que no estás tan lejos, que no nos
han separado, que no nos han apartado de ti, que pronto vendrás a cantar, que
pronto vendrás a dar un nuevo concierto...
No. No es una imagen que me tranquilice, pues no es lo
que me transmites ... Es como imaginarse Houston sin ti, Selena. A la persona
que se le ocurrió que el juicio a la malvada debía hacerse en esa ciudad y no
en Corpus Christi, ¿sabría lo que tú hiciste en esa ciudad el 26 de febrero de
1995? ¿Sabría que asistieron 65.000 personas para verte, para cantar contigo,
para compartir contigo ese cariño que iba mucho, mucho más allá que la de un
simple espectador en un lindo concierto con una excelente artista? ¿Sabría que
esa ciudad se paralizó con tu presencia? ¿Sabría que hacía tres años que esa
cuidad se rendía a tus pies? ¿Sabría que lo peor que podían hacer por ti es que
esa ciudad que había vivido una magia tan especial contigo ahora era el
escenario de lo peor, de esa triste imagen que queda tras esa densa realidad,
de ese cachetazo al destino llamado asesinato? ¿No había que tenerte en cuenta?
Ya que todos querían justicia por lo que te habían hecho ... Ya que todos
pensaban en ti ... Ya que todos eran conscientes de que faltaba tu voz ... ¿Era
justo que esa ciudad que había sido el lugar que había cobijado tu presencia,
tu figura inconmensurable, tu voz, tu inconfundible presencia, ahora era el
lugar en el que era invadida por periodistas, abogados, cámaras de TV,
productores, jueces, gente que nada tenía que hacer y que hablaban en tu
nombre, personas que ocupaban un primer lugar que nunca lo obtendrían con tu
presencia? ¿Era justo que ahora tu asesina fuera el centro de atención de las
cámaras? ¿Era justo que de las imágenes de tu increíble personalidad y de tus
fans disfrutando de tu éxito pasáramos a un grupo de personas que portando
fotos tuyas lloraran y gritaran con furia clamando justicia? ¿Podía Houston
convivir con esas dos imágenes ese mismo año? No, Selena… Si lo hubieses visto,
aún tu rostro se volvería más serio, más sombrío. Ya no tendrías más ganas de
soltar una carcajada. Un largo silencio de dolor invadiría el lugar...
No es cuestión de llevarme una imagen u otra de ti,
Selena. No puedo consolarme pensando si te has ido tranquila de este mundo o si
tú querrías que te recordáramos de una manera o de otra. Yo aún deseo
despertarme un día y pensar que todo fue un mal sueño. Que todo forma parte de
aquella pesadilla de la que tanto te aquejabas. ¿Recuerdas Selena? Me gustaría
poder cumplirte algo que siempre añoraste, algo que siempre quisiste. Tu mayor
anhelo en tu vida, decías, era poder despertar cada día y poder agradecer por
ello ... Sí… Este era tu mayor deseo, el que te haría feliz, el que te haría
despertar cada día con una gran sonrisa, la que te daría energía para encarar
todos tus planes, todos los anhelos de tu vida ... Sí… Esto te haría feliz.
Esto te haría soltar una carcajada. Esto haría cambiar tu cara. Ya no habría
rostros serios. Sólo habría un rostro lozano, brillante. Serías nuevamente tú,
Selena. Y todo sería hermoso nuevamente...
Y como yo seguiré luchando para no ver nunca más ese
rostro serio y porque no me voy a contentar con descansar creyendo en un
consuelo para mí, sino que voy a hacer lo que sea para verte feliz, aquí estaré
para arrancarte una nueva sonrisa, para que vivas, Selena, para que vivas tu
vida, para que vivas con tu sonrisa...
Yo también tengo un sueño: Sueño con que alguien me dice:
"Está en tus manos que vuelva a estar entre nosotros, pero no sabrás las
consecuencias. Puede que cambie hasta tu vida…" Y entonces, yo sonriendo
diré que sí, que afrontaré las consecuencias, sólo para que vivas la vida que
te ganaste, la vida que te mereces vivir ... Para que vuelvas a reír. Para que
vuelvas a ser la protagonista de tu historia...
Haría lo que sea para que el mundo vuelva a ser feliz con
tu presencia, Selena…
Te quiere mucho...
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario