Un homenaje diario, como tú lo mereces, Selena…



A veces se gana, a veces se pierde en la vida. Siempre buscamos la superación, ser alguien en nuestras vidas, desarrollar el don que tenemos o explorar más sobre lo que nos gusta. Y siempre querremos ganar o al menos lograr parte de los objetivos o fines en nuestras vidas. Pero la vida no consiste sólo en eso. La vida nos prepara para amar, para expresar nuestros sentimientos y para ser felices, ni más ni menos. Y eso es lo más difícil, quizá porque al hombre no lo preparan tanto para ser solidarios, para dar sin esperar, para explorar nuestros sentidos, para sentir. La sociedad nos prepara para superarnos, pero no para ser más solidarios. La sociedad nos inculca tanto la cultura del exitismo, del triunfalismo, del ganar a toda costa, de dejar nuestros sentimientos a un lado para lograr lo que queremos, que nadie nos enseña luego sobre el valor de mantener la dignidad, de perder sosteniendo las convicciones, de mantener nuestra esencia por encima de todos y de todo. A veces la crueldad de la competencia no nos hace ver lo importante que es no sólo competir sino ser feliz, que a veces la meta no es sólo llegar primero sino haber encontrado la esencia de cada uno, lo que nos identifica, lo que nos hace plenos, lo que nos hace felices. Y cuando encontramos ese verdadero fin nada nos detendrá en el camino de la esencia de cada uno, de la felicidad de cada uno…

Si hay algo que Selena ha dado es Amor, ha sabido transmitir cariño, fraternidad, humildad, honestidad. Y la gente la comenzó a querer mucho antes de ser famosa y popular. Selena supo dar sin esperar y quizá es la que más temprano aprendió a que muchas veces hay que esperar mucho tiempo para llegar a ser alguien en la vida. Y sin embargo, para Selena lo más importante no era sólo lograr el mayor éxito posible como cantante y como artista, sino llegar a su gran anhelo que era el de ser diseñadora y ser feliz con su campo en el cual pensaba mudarse para estar con su esposo y tener niños. Y si bien por su padre ella siguió su carrera como cantante, ella tenía muy en claro cuáles eran las cosas de las que la hacía tan feliz, que no pasaba sólo por lo artístico. Tal vez lo que más nos apene y más nos entristezca era que Selena estaba en eso cuando sucedió lo peor. Por eso cada vez que vemos imágenes de Selena no podemos dejar de llorar y de lamentarnos. Primero y principal, pues antes de ver a la cantante vemos a la persona. Y cuando vemos a Selena sentimos pena por aquella muchacha del Barrio Molina que había pasado por tantas privaciones, por tantas injusticias, por tanta espera para llegar por fin al camino que la llevaba a la gloria, al éxito, que al final, una vez logrado el objetivo, alguien le impide seguir su camino a la felicidad plena, aquel que la completaba como persona, que le diera la plenitud para encarar cada momento de su vida. Sentimos pena por lo que no pudo lograr a nivel de premios, de prestigio personal y de éxito en total, pero también por no poder lograr vivir todo lo que tenía para transitar con tan sólo 23, casi 24 años. El saber todo lo que ella tenía planificado, todo lo que ella sentía, toda la energía que poseía Selena tanto dentro como fuera del escenario, nos hace poner sumamente tristes porque acaso nos damos cuenta de que Selena no sólo no pudo lograr determinados éxitos y galardones sino que, fundamentalmente, ella no pudo vivir todo lo que tenía para vivenciar, todo lo que merecía vivir. Selena era, como dijo Johnny Canales en el dvd “Selena Performances”, una flor a la que la habían regado y la veían crecer y mostrar todo su posible esplendor, para que, a la espera de que esa flor luzca en toda su plenitud, alguien impunemente la corte. Ése es el momento más terrible que debemos vivir y aceptar en la vida, aceptar que Selena no está entre nosotros, no está triunfando como artista, no está disfrutando de su vida, no pudo ser feliz con lo que le Dios le dio y permitió que le quitaran...

Creo que aquel que ama a Selena siente tanta necesidad de homenajearla que la pone en ese plano de prioridad. Primero está ella, luego los demás. A mí en lo personal me pasa cuando exhibo mis fotos en el trabajo o en mi casa, cuando le escribo, cuando hago algo por ella. Siempre pongo mi homenaje diario por encima de todo, más allá de lo que haga. Y eso, si uno lo hace público adquiere mayor valor, porque tal vez, en ámbitos como en los que yo vivo, en los que lamentablemente no se conoció tanto a Selena, el tener algo de ella y exhibirlo implica que alguien la tomará en cuenta, la distinguirá si la ve en algún programa de televisión o en Internet, y nos lo hará saber. Para alguien que ama a Selena ésa es la mejor sensación que uno puede tener, pues ello implica que, aunque sea por un instante, Selena estará en los primeros planos como una artista actual, y no en esos primeros planos dolorosos y de los cuales no queremos recordarlos ni verlos nunca más. Y cuando uno homenajea de ese modo y con esa intensidad a Selena en algún programa muy famoso y visto, eso adquiere un valor incalculable. Es el caso claramente de Karen Rodríguez, quien hasta hace poco concursaba para el programa exitosísimo y de gran audiencia como es el de “American Idol”. Ella en todo momento puso su homenaje a Selena por encima de su performance como concursante del programa. Por primera vez veíamos a alguien cantando en ese programa un tema en español (“No me queda más”), por primera vez veíamos que alguien deseaba cantar un tema de Selena, algo que pensé que nunca iba a poder ver en ese programa, por primera vez veíamos imágenes de Selena, fotos de Selena y hasta las muñequitas de Selena en un programa masivo en todo el mundo. Karen Rodríguez en todo momento hizo pública su admiración desde chica por Selena, se declaró fan, contaba que bailaba y cantaba como ella por pedido de su madre desde muy chica, y en instancias finales, en la que tal vez conviene apostar por lo seguro o por lo que le agrade más al jurado o al público, ella quiso seguir rindiéndole tributo a Selena cantando uno de los pocos temas en inglés que había grabado Selena para su soñado disco cantado en ese idioma: “I could fall in love”. Hasta yo pensé que tal vez no debía forzarse con un tema así, y optar por otro tema más adaptable a su voz y a su actuación. Pero Karen seguía pensando en Selena y apostó a uno de sus temas en inglés. Y como decía al inicio, a veces uno sabe qué prioridad debe darle a las cosas, qué es lo que uno lo hace muy feliz. Y eso que es la plenitud absoluta no está en el éxito total y profundo, en ganar todo, en llegar a la meta. A veces está a mitad de camino. Es evidente que Karen quería homenajear a Selena y que la gente la tuviera siempre presente cada vez que apareciera. Con ella vimos su música, sus fotos, sus imágenes, su estilo. Hasta diseñó su vestido para cantar “I could fall in love” al estilo Selena, tal como lo dijo públicamente. Nada más hermoso. Nada más gratificante a 16 años de un mundo sin Selena…

Esto que ha hecho Karen Rodríguez es lo más hermoso que se puede hacer por Selena: el recuerdo, el homenaje, el tributo diario. Porque tal vez sea fácil y sencillo, y queda bien, que se recuerde a Selena en las fechas conmemorativas, en los aniversarios y en los días importantes. Pero para el que ama a Selena no le alcanza esto, sin duda. Necesita todos los días dejarle algo, expresarle algo, exteriorizar el cariño, pero también el dolor. Es poder decirle todos los días a Selena cuánto la amamos, que es la mejor y que la extrañamos. Siempre diré que una de las mejores formas de recordar a Selena es partir del supuesto de que Selena está en algún lado observándonos y viendo qué hacemos por ella, estar convencidos de que es así y de que por ello todos le demostramos todos los días lo que sentimos por ella. Si Selena pudiera demostrarnos que ha recibido las muestras de cariño de todos los que la amamos, seríamos las personas más felices del mundo, y ella estaría “allí”, lo cual no es poco, ya que es uno de los mayores anhelos en la actualidad para cualquiera que la ama. Y en esa forma de tributar a Selena nada estará por encima de ella. Selena es el centro de toda nuestra atención y admiración. Eso es lo que pude percibir en Karen Rodríguez. En todo momento puso por encima su tributo a nuestra Selena que a ganar. Seguramente con lo último su futuro estaría asegurado, pero para ello debía dejar de lado a Selena. Y eso seguramente no la haría feliz …Prefería asegurarse estar feliz tributando a Selena que a ganar. Eso la pondría contenta y sin dudas ejecutó su plan teniendo en mente su homenaje a la artista que tanta la ha inspirado. Tal vez deberíamos ayudar a las nuevas generaciones para enseñarles que hay valores más importantes que el ganar por ganar. El sólo vencer no es garantía de la felicidad. Así también pensaba Selena, que consideraba que el éxito como cantante la llevaba a algo que tal vez para los demás era menor, pero para ella era lo máximo: ser diseñadora, tener su casa, tener una familia, eso que el éxito frío y sin discusión tal vez no se lo aseguraría…

Tal vez lo más lindo cuando se hacen estos tributos es darnos cuenta de lo que somos y hacemos, de lo que estamos dispuestos a hacer, de hasta dónde daríamos por Selena. A veces me inquieto cuando hay gente que, so pretexto de recordarla, se ponen por encima de ella y creen que sus figuras son más importantes que la original. Nada más errado. Creo que si Selena tuviera la oportunidad de observarnos le dolería mucho ver que en el nombre de su recuerdo se ataquen a otras personas que también quieren a Selena sólo porque no piensan como ellos, y que se mienta y se falseen cosas para fomentar divisiones y erigirse en los paladines de su recuerdo. Eso le causaría mucha tristeza, pues eso no la representa, su recuerdo dejaría su imagen mancillada. Si uno ama verdaderamente a Selena no se le pasaría ni por casualidad pensar en esas cosas. Sólo pensaría en ella, sólo buscaría su felicidad, aplicaría en la vida sus principios, así su vida y su Legado nunca se perderían. Creo que la tristeza que nos provoca la ausencia de Selena nos lleva a tratar de ser como ella a la hora de recordarla. Y nada más acertado. Porque si uno quiere que no se la olvide, habrá que sostener su figura a pesar del paso del tiempo, del surgimiento de nuevas artistas, de nuevas modas, de nuevas tendencias. Y así como Karen Rodríguez instaló de nuevo la figura de Selena en todo Estados Unidos, México y toda Latinoamérica, sería bueno que todos pongamos nuestro granito de arena para que se recuerde a Selena no sólo como artista sino también como persona, ver la importancia de la palabra, del trabajo, de la honestidad, de ser auténtico, de decir siempre la verdad, de ir de frente en la vida con nuestras convicciones, de no darse nunca por vencido, de hacer gala de la cultura del trabajo, de que ir por el camino de la honestidad sea un tema a tratar desde el nacimiento hasta lograr todos los premios, todos los aplausos, todos los reconocimientos…

Tal vez nos ponga bien y hasta nos ponga muy orgullosos darle un buen tributo a nuestra Selena, pero nada mejor que poder ser como ella para encarar todos los aspectos de la vida. Lo más maravilloso, lo único que nos podría poner plenamente felices sería ver a Selena hoy entre nosotros siendo la mejor y más famosa artista del mundo, habiendo logrado todos los premios, filmado películas, grabado telenovelas, hacer conciertos en todo el mundo, tener a toda la gente a sus pies. Y no es que ese deseo fuera una quimera. Justamente el ver que ese objetivo era más que posible, nos sume en el sinsentido, el repreguntarnos sobre el sentido de la vida, el decirle a Dios simplemente “¿Por qué?”, “¿Por qué a ella, por qué a ella le pasó todo eso cuando Selena sólo transmitía Amor?”. Con Selena fiel a su estilo y a su famosa frase “The impossible is always posible”, nada se podía interponer a su camino … ¡¡nada!! Pero esa nada surgió y todo cambió. Tal vez uno deba aprender que nada es seguro en la vida, que hay que transitar aún un largo trecho para llegar a los objetivos mayores y que en el medio se deben lograr las pequeñas metas sin perder nunca de vista que hay muchos obstáculos y que cada uno de ellos debe ser tenido en cuenta. Tal vez no hubo en general una gran conciencia de lo que se había generado y se pagó caro, muy caro. En realidad, sólo Selena lo pagó muy caro sufriendo mucho por algo que no era de su exclusiva responsabilidad. Y para siempre quedará grabado ese nefasto 31 de marzo. Y frente a esta densa realidad, y ante la ausencia de Selena, sólo nos queda procurar dar todo de nosotros para que ella sea feliz, para realzar su figura como cantante, como artista, como mujer, como ejemplo de vida. Y no sólo resaltar su figura sino seguir su ejemplo haciendo lo que ella hacía como un merecidísimo homenaje. Ésa es la mejor forma de recordarla: poner su figura por encima de todos y de todo, y su obra un ejemplo a seguir…

Cuando recuerdo la vida de Selena, trato de poner énfasis en el aspecto menos conocido de su vida, como su niñez y su adolescencia. Muchas veces cuando un artista llega a lo más alto, por el simple efecto de la cultura del éxito, sólo nos quedamos con la parte final de la historia, pero no mucho del camino previo para llegar al gran éxito. Como mucho nos quedaremos con una visión general, incluso en su versión más liviana, más lavada, más optimista, para tener una idea acerca de cómo era aquella artista hasta que llegó al plano más alto. Seleccionaremos las imágenes más lindas y olvidaremos las insignificantes. Pero eso no puede hacerse con Selena. Primero, lamentablemente, porque su vida fue muy corta, no tenemos tanto tiempo para contar, no habrá tanto material y acaso nos quedaremos con “fotos y recuerdos” de esos momentos más que felices. Y cuando busquemos más de ella retrocederemos en el tiempo y echaremos mano de las grabaciones de Selena cuando era muy pequeña, cantando dulcemente aquellas canciones con su voz de muy niña. Seguramente, si Selena hubiese llegado a vivir todo lo que debió haber vivido, si en realidad Selena estuviera ahora entre nosotros, seguramente no tendríamos tan en cuenta estas grabaciones. No porque no fueran importantes, no porque no fueran lindas, pero en realidad las tendríamos como las tienen hoy en día los fans de, por ejemplo, Luis Miguel o de Shakira: sólo como registro de lo que hacían cuando eran niños. Como Selena no pudo llegar a ser tanto ya de adulta, ya desarrollada como cantante y famosa, entonces debemos tener en cuenta aquellas primeras grabaciones e incorporarlas en su repertorio. Pero al sólo tomar en cuenta esos registros nos estamos perdiendo lo más importante de ese momento de Selena, qué es lo que pasaba con su vida y con sus sentimientos por aquellas épocas. No todo es lecho de rosas en la vida de cada uno, y tal vez menos en la vida de un artista que empieza a actuar desde muy pequeña y que tiene que empezar muy de abajo, sin ningún tipo de sostén de ninguna discográfica que programe su carrera y difunda su música, como sí sucedió con Luis Miguel. Selena empezó su carrera de la manera más básica, cantando en el restaurante de su padre a los 8 años y difundiendo su música en eventos, cumpleaños, y en cualquier concierto que le permitiera hacerse conocer y ver. Tal vez esos 10 años que transcurrieron hasta que Selena fue contratada por una discográfica tan importante como la Emi sean los menos conocidos pero los más fascinantes para entender por todo lo que pasó Selena y todo lo que tuvo que hacer para llegar a ser lo que es hoy para todo el mundo, principalmente para el mundo hispano…

Hay momentos de esa Selena siendo sólo una preadolescente de 14 años que nos pinta lo que ella era en el escenario y que nos hace entender cómo llegó a ser lo que terminó logrando. Estaba en un concierto de Tamaulipas, México, en el marco de uno de los eventos organizados por el programa “El show de Johnny Canales”. Selena, como ya se sabe, no hablaba el español, sólo lo cantaba. Y estaba ante un público de habla hispana. Yo creo que cualquiera de nosotros en su lugar moriría de miedo, no sabría que hacer, desistiría de hacerlo antes de sentir cualquier respuesta fría del público, pues en definitiva Selena no era conocida, apenas empezaba su carrera y sólo tenía como difusión grande el programa de Johnny Canales. Y uno ve a Selena cantando tan natural y tan hermosamente “La bamba”, entre otros temas, que hasta allí uno no puede dejar de maravillarse por ella. Selena no era ni por asomo lo que sería años después en todo sentido. Y sin embargo uno ve atisbos de lo que se vería del estilo tan particular de Selena que nadie podía ni imitar ni emular. Ver a Selena arengando al público “¡¡Vamos, todos, allí atrás, a cantar!!”, apoyarse en su hermano A.B. para cantar y bailar, sonreír en todo momento, tener tanta gracia para hacer su actuación hace que uno no se sorprenda por lo que vendría después. Pero uno tiene que entender que ni Selena ni nadie por ese entonces tenían la seguridad de lograr el éxito. Que lejos estaban de saberlo. Sólo podían apoyarse en el convencimiento de que con determinación, talento y ganas lo podrían lograr. Lo demás corría por cuenta de hacer en el escenario todo para impactar al público y ése fue el gran mérito de Selena. Ella siempre dijo que antes de comenzar un show estaba muy nerviosa. Siempre admitía que su gran miedo era no ser amada, que la gente no la quisiera. Y no es para menos. Selena sabía que el éxito o el fracaso dependía de lo que podía ella generar en el escenario. Que más allá de que era importantísimo el apoyo de la banda, como bien lo indicara Johnny Canales en el dvd “Selena Performances”, la cara visible de la banda era Selena. El sólo hecho de que la banda se llamara “Selena y Los Dinos” implicaba una gran responsabilidad para ella. Y el fracaso podía ser la ruina para ella y para toda su familia. Así de simple la cuestión. Es ponerse por un instante en la piel de esa pequeña y sentir la pesada mochila que llevaba puesta. Una pesada mochila que la llevó desde los 8 años en los que Selena vivió momentos duros y de total incertidumbre cuando el restaurante de su familia quebró y ellos se tuvieron que mudarse a la casa de los hermanos de su padre. Hay que tener mucho temperamento, fortaleza y determinación para salir de esa situación. Y toda la familia de Selena la tuvo para transmitirle a esa pequeña la seguridad de que ella lo podría hacer. Y Selena tener el talento y esa entereza que pocos tienen para salir cada vez al escenario con la renovada responsabilidad de que debía lograrlo, de que debía ganarse al público, se sintiera bien, se sintiera mal, estuviera nerviosa, estuviera preocupada o relajada. Daba lo mismo. Así se entiende cómo esa pequeña pudo sobrellevar ese concierto en Tamaulipas, y actuar como si fuera una artista consagrada y experimentada. Así se entiende lo que uno ve cuando Selena ya era una artista completa y exitosa.

Creo que Selena fue única además por el camino rarísimo y particular que tomó para llegar al éxito. Con toda lógica y teniendo en cuenta su experiencia, el padre de Selena pensó que a ella no le iba a alcanzar con cantar canciones en inglés. Que ella podría sufrir como él la discriminación por ser de ascendencia mexicana, y con ello dificultarse el logro del éxito. Tal vez la situación por los años ’80 no era la misma que la de los ’60, pero tampoco era como en la actualidad. Aún lo latino no era tan apreciado en los Estados Unidos y había que seguir apostando a las canciones tradicionales en inglés. El padre de Selena quiso que ella por las dudas aprendiera lo que él no había hecho: cantar en español. Así Selena tendría dos opciones para ser famosa, y una vez que llegara el éxito con alguno de los dos caminos, preparar el camino para que Selena siguiera su carrera internacional y mundial partiendo del éxito absoluto en los Estados Unidos. Cuando la carrera de Selena allá por 1991 se debatía entre el éxito en el mercado anglosajón con “Where did the feeling go?” o en el mercado hispano con “Baila esta cumbia”, la balanza se inclinó por el mercado hispano con su arrollador éxito con “Como la Flor” y “La carcacha”. Hasta que llegó ese éxito Selena recorrió varios Estados de los Estados Unidos y México en un bus sabiendo que algún día el éxito llegaría y que se debía trabajar duro para lograrlo. Que no sólo había que esperar el éxito, sino que había que hacer todo lo posible para que ese soñado día se hiciera realidad. Y así fue la vida de Selena en su niñez y en su adolescencia. Prepararse cada día como si fuera el último, vivir intensamente cada momento desarrollando su carrera, pensando en nuevas ideas para el grupo, pensando en su futuro como diseñadora una vez que la gran empresa familiar lograra el gran objetivo. Éstos son los momentos en los que hay reparar en la vida de Selena pues transformó su vida y su carrera musical en algo único, irrepetible, inimitable. Selena hizo un derrotero bastante extraño, más que nada porque siempre estaba en la idea de la familia sacar un disco en inglés, pero para llegar a ello desarrollaron su carrera en español, recorrieron México, El Salvador, Honduras, Puerto Rico, y Selena tuvo que aprender bien ese idioma que no dominaba en principio. Pero mientras se hacía ese recorrido, siempre pensaron en aquel soñado disco en inglés. Cuando José Behar la contrató para Emi Latin, lo primero que hizo la Familia Quintanilla fue entregarle unos demos bellísimos de Selena cantando en inglés. Desde allí no faltaron las declaraciones de Selena diciendo que sacarían un disco en inglés, incluso antes de que llegaran los primeros número 1 de Selena en español en 1992 y aun antes de que los altos directivos de Emi Central accedieran a hacerle un contrato para hacer el soñado disco en 1993. Aun así y por el espectacular éxito de Selena en español, ese disco se dilató varias veces en su edición hasta que se decidió hacer en 1995 … y quedaron registradas sólo unas pinceladas de ese sueño de Selena…

Creo que consciente o inconscientemente las mujeres latinas aún hoy tienen muy en cuenta ese recorrido extrañísimo y particular que hizo Selena para llegar al éxito y que hizo que para todas ellas Selena se hiciera un ejemplo y un ícono para el desarrollo de sus vidas. No es para menos. Y no es casualidad que tantas mujeres jóvenes en Estados Unidos la tomen como su ejemplo y la tomen como modelo a seguir en sus carreras, ya sea actuando por su cuenta o imitándola. Tan fuerte ha sido para ellas ese Legado de Selena. Tan impresionante ha sido lo que dejó Selena en tan poco tiempo. Poco tiempo que se transforma en mucho si se tiene en cuenta que ya para 1994 Selena llevaba 14 años de carrera. “Es que ya estoy un poco viejecita”, como decía graciosamente Selena en muchos reportajes recordando todo el recorrido al éxito y, por extensión, de su vida. Nada es casualidad con lo sucedido con Selena. Por eso ella dejó semejante marca en tanta gente que la recuerda, la tributa y le agradece de por vida. Es por ello lo valioso que ha hecho Karen Rodríguez en “American Idol”. Hizo lo que hacemos muchos todos los días desde nuestros humildes lugares. Agradecerle todos los días por la marca que dejó en nuestros corazones y tributarla poniéndola a Selena por encima de todo y de todos. Es la mejor forma de recordarla. Es la mejor muestra de lo que hizo Selena por su público: entregarles todo, brindarles todo, dejar su vida en cada actuación para arrancar la ovación del público y llenarlo de alegría. Es hermoso dar sin esperar, dar sin saber si acaso se lo van a retribuir. Dar esperando que al final el público le dé lo más importante, lo que más buscaba Selena: Amor, simplemente Amor…

Tal vez para muchos sea una quimera, quizá para muchos sea un sinsentido. Tal vez para muchos sea un fanatismo enfermizo. Es un gran error. El fanatismo sin sentido lo poseía la que le quitó los sueños. También lo tienen otros que, so pretexto de recordarla, se ponen por encima de ella, y si no logran la notoriedad que desean, la abandonan sin dudar. Para los que la aman de verdad se trata de algo mucho más profundo, que tiene un sentido más amplio. Tal vez pocos entiendan que Selena forma parte de nuestras vidas, que forma parte de nosotros, que conforma algo vital en nuestro sentir. Que lo que le alegra a Selena, nos hace sonreír. Y lo que le duele, también nos lastima. Y con su partida también se nos fue algo nuestro, se ha ido parte de nosotros. Nadie es la misma persona sin Selena, nadie es enteramente feliz sin ella. Nunca dejaremos de llorar por su ausencia. Siempre nos dolerá no verla hoy como la artista latina más famosa. Hoy en día no hay nadie quien no diga que ningún artista podría estar a la altura de Selena. Como dice Johnny Canales en el dvd “Selena Performances”, Selena fue muy querida pues todos apreciaron que ella estaba un escalón por encima de todos los artistas. Y esa sensación de poder vivir hoy esa realidad nos duele. Y más si el paso del tiempo se encarga de olvidarla y que nos haga aclarar de que cuando hablamos de Selena no estamos hablando de Selena Gómez sino de Selena Quintanilla, la única Selena. Y tal vez por todo ello es que el que termina amando a Selena necesita imperiosamente tenerla presente en su vida cotidiana, en sus quehaceres diarios, en el camino que cada uno ha elegido. Y que todos hagamos el mismo esfuerzo que ha hecho Selena para que su Legado nunca se olvide. El hecho de que nos esforcemos para que todos sepan de qué hablamos cuando nombramos a Selena es un gesto noble de valor incalculable. Y más noble aún porque la beneficiaria de todo este homenaje, la destinataria de semejante gesto de Amor, es Selena, sólo Selena. Por eso, más allá de lograr ganar en una competencia, yo consideró que lo que quiso lograr Karen Rodríguez lo ha obtenido con creces. Ella ha sido la ganadora. Ella ha triunfado porque logró lo que quería: desde su lugar darle un merecido y diario homenaje a nuestra Selena…

Ojalá que todos los que amamos a Selena hagamos esos gestos todos los días para tributar a Selena como ella misma quería: con Amor…

No te preocupes, Selena, siempre habrá gente que te quitará los nervios que tenías antes de comenzar un concierto, esos mismos nervios que se originaban por el miedo a quedarte sola. No te preocupes, Selena, siempre habrá gente que te hará compañía y te recordará de la manera que tú te merecías por obra y gracia de tu Amor, de todo lo que sembraste con tu cariño e infinito talento…

Simplemente te recuerda, te ama y te espera todos los días…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)



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