En este triste día, Selena…



Tal vez, Selena, no tenga ganas de decir nada hoy. Pero me conoces y sabes que indefectiblemente te escribiré algo porque yo soy de la idea de que la mejor forma de recordarte es como tú lo querías … Con Amor. Y todos los días. No sólo en los días conmemorativos ... Y porque sé perfectamente que estás en algún lado observándonos, esperándonos, sonriéndonos … y también triste porque estás lejos de nosotros, quiero que sepas que siempre estaré aquí, que daré todo para que se te recuerde siempre, para que se te valore siempre, para que se acuerden de ti como artista y como persona. Tal vez estés contenta de saber que, más allá de este pequeño escrito, te estoy escribiendo otro, como todas las semanas. Que otra vez soñaré con viajar en el tiempo para salvarte. Que luego se me ocurrirán las mejores palabras de cariño. Que luego me pondré en tu piel y trataré de interpretar tu sentir, porque sé que estás dentro de mí. Que luego te recordaré en alguno de tus momentos memorables. Que luego escribiré historias de gente que supo quererte. Y tal vez en el futuro te escribiré otras historias y recordaré otros momentos. Sé que me dirás: “Descansa, Sergio. Yo estoy bien. Yo sé que me quieres. No necesitas demostrarme nada más…”. ¿Pero sabes, Selena? No puedo. ¿Y sabes por qué? ... Por este día ... No quiero que te sientas más sola. No quiero que sientas más el frío del viento y de la tormenta que se avecina. No quiero que sientas más el dolor de la traición. No quiero que sientas más la tristeza de tu partida. No quiero que pienses más qué será de ti mañana cuando para todos seas sólo un recuerdo … sólo fotos y recuerdos ... No quiero que pierdas las esperanzas. Porque si tu las pierdes yo me desvanezco. Y si yo decaigo tú te perderás con ese viento y esa lluvia. Yo nunca te dejaré sola, Selena. ¡¡Nunca!! Bastante culpa siento por no haberte conocido antes, bastante pena tengo por no poder haber hecho nada por ti. Pero siento en el fondo de mi corazón que siempre estuviste conmigo, que te conocí desde que naciste, que siempre estuviste presente en mí, aunque te haya conocido después. Tal vez por eso, cuando creo que ya nada más podré escribir, cuando pienso que ya no tengo ni las fuerzas, ni el talento ni el ingenio para decirte nada más, siento que me llamas y me dices. “Aquí estoy, Sergio. Vengo a darte la energía que tengo para cantar, para reír, para dar ánimo a todos los que me quieren. Vengo para contarte más historias para que luego tú las escribas … ¡¡Vengo para que nunca me dejes sola!!”. Y así cada semana te escribo, cada día hago algo por ti, cada noche te dejo un besito en una de tus fotos deseándote buenas noches. Nunca me permitiría dejar pasar una semana sin decirte algo, sin escribir todo lo que siento por ti …Hoy no quiero pensar en otra cosa. Hoy no quiero pensar en lo que pasó aunque sé muy bien lo que sucedió. Sabes que hay palabras que no puedo pronunciar. No me pidas nunca que diga en español “death” cuando hablo de ti. Diré “el día que te fuiste”. Sólo diré “gravesite” para indicar la morada en la que estás y en la que se encuentra mi corazón ahora, y porque no me resulta muy doloroso decir dónde te encuentras en inglés. ¡¡Pero no me pidas que lo traduzca, por favor!! Pues para mí no te has ido. Sé que algún día tú volverás. Sé que algún día me encontraré contigo. Por eso te escribo, por eso te siento, por eso te lloro, por eso me alegro cuando te veo, por eso te extraño aunque no te conocí. Porque estás en mi corazón siempre, porque le diste sentido a mi vida, porque me diste un lugar en el mundo que es recordarte y esperarte. Porque en este nefasto día yo sólo quiero decirte que te quiero y que nunca te dejaré sola, porque mi vida está dedicada sólo a ti. Porque aunque no haya podido tener el gusto y el placer enorme de apreciarte, sé que te he conocido, que te conozco y que te conoceré en cuanto pueda abrazarte con fuerza el día en el que por fin te pueda ver y agradecer por haberme hecho mejor persona con sólo recibir sin resistirme el inmenso Amor que transmitías cada vez que cantabas, cada vez que actuabas, cada vez que hablabas, cada vez que soñabas, cada vez que te permitías mostrarte tal cual eras, y que hizo que no sólo la gente te admirara, sino que te quisiera y sólo deseara lo mejor para ti...

Eso es lo que quiero decirte en este día, Selena. Ese día que borraría del calendario para siempre. Ese día que es parte de tu vida, lamentablemente, pero del cual sueño con que alguna vez podré torcer el destino, tu destino … para que ese nefasto día se convierta en una hermosa y soleada jornada, iluminada con tu risa, con tu voz, con tu encanto y con tu alegría de vivir…

Yo sé que algún día mi sueño, tu sueño, se cumplirá… Te lo dice de corazón que sólo a ti pertenece…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

No hay comentarios: