15 años sin Selena...

31 de marzo de 2010













15 años…


15 años duró su corta carrera … 15 largos años han pasado de su ausencia. Una ausencia que no es ausencia, pues todos los días está presente, presente con sus canciones, presente con sus conciertos, presente con sus entrevistas y declaraciones, presente con sus fotos, presente con su Amor, ese Amor que desplegó Selena por doquier y que llenó los corazones de toda esa gente que supo apreciar su talento y que siempre quiso lo mejor para su artista más representativa…

15 años de ver imágenes, de emocionarse con cada aparición suya, con cada gesto, con cada interpretación. 15 años de reír y de llorar, de bailar y de escucharla emocionados, de contemplarla, de apreciar su carisma, de escuchar su voz, de impactarse con su personalidad, con su don de gente. 15 años que se pueden ver en videos, que se pueden apreciar en sus discos, que se pueden contemplar en fotos, pero que nunca alcanzará. Porque son 15 años de ausencia, 15 años de no poder verla, de no poder emocionarse con Selena, de no poder cantar con ella, de no gritar su voz mientras nos deleita, de no poder acercarnos a ella y agradecerle por habernos dado tanto y nosotros haberle dado tan poco. 15 años de buscarla y de no poder encontrarla, de no saber dónde están sus nuevas canciones, cuál es su figura hoy, con qué nos sorprenderá esta vez, con qué nuevo gesto nos hará suyos, suyos sin ninguna condición…

15 años de silencio, de un silencio impropio de Selena, justo de ella que llenaba con sus risas cada lugar, cuyas carcajadas tapaban cualquier vacío, cualquier silencio, cualquier tensión que circundara el lugar. 15 años de no escuchar nada de Selena, de no decirnos que está aquí pues tiene muchas ganas de hablarnos, de hacerse conocer, de contarnos sus vivencias, de lo que quiere, de lo que desea, de lo que ambiciona hacer. 15 años de un silencio inaceptable, insoportable, inadmisible, inconcebible. 15 años de aquel día en el que se fue sin despedirse, sin decir palabra, sin ser ella misma, sin darnos una imagen digna de Reina indiscutible, sin decirnos que nos veremos muy pronto, sin dejarnos aunque más no sea una mueca de sonrisa, un mensaje de esperanza, un palabra que nos haga estremecer de felicidad…

15 años sin verla en un concierto, sin pasear su esbelta figura por el escenario, sin saludarnos, sin dar una reverencia, sin poner su mano en el pecho, sin expresarnos su alegría, su tristeza, sus emociones, sin poder expresar su propia vida en un lugar que conocía bien, que dominaba como nadie, que manejaba a la perfección. 15 años sin ver a su público al que conocía desde muy pequeña, al que conocía sus gustos y preferencias, sin poderlo alegrar, sin poder darle una canción, una esperanza, sin poder darle sentido a sus vidas, paz en sus corazones, alegría a sus almas…

15 años que pasaron como un rayo, como pasaron esos 15 años de su carrera, en los que ha sabido lo que eran el sacrificio, el vivir cada día como si fuera el último, que aprendió desde muy pequeña lo que es vivir con privaciones, en hacerse adulta de golpe, de seguir tenazmente sus objetivos a pesar de tanta adversidad, de poner la mejor cara al dolor, a los días malos, al llanto, a los cambios de hogar, a la falta de comida a la mesa, al encontrarse con un mundo difícil que no sabía qué esperar de Selena, que desconfiaba si ella le podía ofrecer algo novedoso, nuevo, diferente. 15 años de vida en lo que todo fue cuesta arriba, todo fue empezar de “menos de 0”, perdiendo, teniendo que levantar situaciones de derrota segura, de horizontes sin esperanza, de camino sin final. 15 años en los que Selena demostró que podía lograrlo, en los que subió la apuesta, en los que siempre fue por más, por más de lo que esperaba su padre, más de lo que deseaba su familia, más de lo que imaginaba José Behar cuando la contrató para la primera gran disquera. 15 años en los que Selena dio todo pero que para ella no era nada. En Selena sólo habían 15 y otros 15, y otros 15, y más 15 años para ofrecer todo, para dar todo, para dar lo mejor de ella, para dejar una huella en la música, una huella en el arte, una huella en el corazón de la gente, esa gente a la que se encontró y encaró desde muy chica, a la que se ganó con sacrificio, a la que se ganó con honestidad y mucho Amor…

15 años sin poder entender, sin poder explicar nada, de quedarnos anodadados, sin poder entender tanto dolor, tanta injusticia, tanto desconcierto, tanto absurdo. 15 años con el dolor más profundo, con la herida abierta, con el llanto más abierto sin poder disimular nada, sin querer ocultar nada. 15 años sin palabras. Nos quedamos mudos, tristes, con lágrimas, con velas en nuestras manos, con la lluvia en nuestra cara, con el frío en nuestras manos, con el frío en nuestro corazón. Nos dieron el peor golpe, ese golpe artero en el Alma, ese golpe que dura una eternidad y que nunca desaparece, no tiene remedio, no tiene cura, no tiene explicación ni respuestas posibles. 15 años sin poder reaccionar porque ni siquiera pudimos tener esa alarma interior que nos hiciera alertar de que algo malo iba a suceder, de que Selena podía irse, de que corría peligro, un aviso que la alegría no es para siempre, que todo puede cambiar en un minuto, y de nada servirán las explicaciones, las culpas, las “revelaciones”, las declaraciones, los juicios, los informes, las verdades y las mentiras, los protagonismos de gente que al lado de Selena no tenían protagonismo alguno, que nada tenían que hacer al lado de ella. Porque como dice aquel tango, por más que veamos el lamento de tanta gente, veamos llorar a tantas otras personas, nos den una palmada en la espalda y nos digan que ellos también lo sienten, “todo es mentira, mentira es el lamento. Hoy está solo mi corazón”.

15 años sin su Amor, 15 años sin su dulzura, 15 años sin su espontaneidad, 15 años sin esa personalidad que avasalle todo, que se lleve todo por propio peso, que nos subyugue a todos, que nos encante sin excepción, que nos haga suyos, que se declare Reina por siempre y sin discusión. 15 años sin que ninguna cantante, ninguna artista y, sobre todo, ninguna mujer nos emocione con su voz, con su energía, con su hermosura, con su increíble talento. 15 años sin sentir algo que Selena tenía de sobra: pasión. Pasión para cantar, pasión para expresar, pasión para vivir, pasión para interpretar, pasión para emprender cada cosa, cada trabajo, cada objetivo. 15 años en los que Selena se nos fue con su última gota de pasión, un sentimiento genuino pero traicionero, que mal manejado nos puede jugar una mala pasada, como le pasó a nuestra Selena…

15 años que Monterrey no tiene a su Reina. 15 años que México no se rinde ante una artista que apenas hablaba el español. 15 años que no ve a una artista que haga ridículas las fronteras, que haga un sinsentido a los límites de espacio y de tiempo. Tal vez México haya pensado con justa razón que nadie que no supiera hablar su propio idioma merecía ser escuchado, prestarle su atención, considerarlo en lo más mínimo … Selena les hizo ver que tal vez México había olvidado que tenía otros idiomas, otras culturas, otras vivencias, otros sentimientos que también formaban parte de su identidad, de su historia, de su lenguaje, de su cultura. Tal vez eso explique que una mujer con tan sólo 20 años y con un español limitadísimo los conquistara sin armas, sin violencia, sin ninguna artimaña maliciosa, sin ninguna campaña publicitaria de magnitud. Selena se ganó México y enamoró Monterrey con algo tan elemental y tan sencillo como el lenguaje del Amor, con algo tan simple como hablarle con el sentimiento de un pueblo que vive las mismas cosas, ríe por lo mismo, llora por lo mismo, siente por lo mismo. Selena los representó como nadie. Ni antes ni después vivieron lo mismo. Y lo vivieron con una norteamericana, que hablaba inglés desde chica y a la perfección … Pero que tenía su mismo corazón y que llevaba en sus genes la cultura de siglos, el sentimiento de un pueblo, la voz que salía de las entrañas mismas de su tierra…

15 años sin ver, sin escuchar ni sentir una artista que encante a todos por igual, que haga bailar a grandes y chicos, que encante a toda una familia, que se transforme en modelo de toda una generación de chicas, que enamore a cada varón sin oposición, sin resistencia. Selena no sólo llamaba la atención al amante de la música tejana, al admirador de la cumbia, al seguidor de la música norteña. Miles de declaraciones de admiración propinadas por gente gustadora de músicas disímiles a esa artista única e irrepetible se desparramaron por todo el mundo ... Cantantes de rock declarando haber ensayado sus canciones a viva voz, miles de espacios de diferentes músicas en revistas y en Internet reservando un espacio para dedicarle un tributo a Selena ... Selena podía apaciguar al más violento, podía hacer que todos los ojos de cuanta alma pululaba por allí la siguieran milímetro a milímetro. Selena podía ser esas sirenas de la Odisea que encantaban a esos navegantes para atraerlos a su tierra, pero en vez de provocar la distracción, la desorientación y que se dieran de bruces contra la tierra sin volver nunca a la suya, los atraía para envolverlos con su Amor, hacerlos más humanos, llenar sus almas con su canto, y darle sentido a sus vidas y guiarlos al camino correcto. Selena hacía de lo imposible posible. Con su presencia podía evitar hasta guerras, podía detener odios, rencores, llanto, dolor … 15 años en los que el hombre perdió el camino, en lo que nunca pudo volver a sus orígenes … 15 años en los que el odio y el dolor volvieron a ocupar su lugar…

15 años han pasado sin que los “gringos” pudieran apreciar el potencial de su artista más talentosa. 15 años trabajó Selena para llegar a ese momento, para llegar a lo más alto, soñando con ofrecerles un concierto en su idioma, con las canciones que siempre le había gustado y que pacientemente esperó para tener su momento, su oportunidad. 15 años componiendo, cantando en cada concierto desde muy pequeña algunas canciones en inglés para que se apreciara hasta dónde podía llegar, en el que quería llegar a ser aquella cantante amada por todo el mundo, apreciada en su tierra, adorada a uno y otro lado del Río Bravo, esperada en todo el mundo, reconocida por todas las culturas. Selena le ofreció a Estados Unidos una versión maravillosa de “Where did the feeling go?”, le prometió un disco en inglés en aquel recordado concierto de San Antonio en 1991, festejó como nadie cuando obtuvo en 1993 el contrato que le daba esa soñada oportunidad de lograr lo que tanto había anhelado, que era cantar en los dos idiomas, ser una estrella en ambas y ser la mejor artista del mundo. Cuando aquellos gringos estaban preparados para recibir a su hija dilecta que arrasaba en la tierra de sus ancestros, cuando le abría las puertas a los grandes escenarios, a los grandes conciertos, a las grandes películas, a las grandes invitaciones, a programas reconocidos, a las grandes pantallas que eran una vidriera a todo el mundo, cuando Hollywood la llamaba para invitarla a la gran fiesta, sólo recibieron cuatro maravillosas canciones, el llanto de toda una comunidad, el lamento de una nación, fotos y portadas de innumerables publicaciones … y una congoja imposible de superar. 15 años en los que Estados Unidos sólo tiene una estrella de Selena en San Antonio y espera que haya muchas más, muchas más acordes a su figura y a todo lo que Selena les dio…

15 años sin ver ningún diseño, sin ver ninguna creación de Selena, sin que podamos apreciar todos los sueños de una mujer que en ese mismo tiempo sólo soñó con volcar todas sus ideas y su imaginación en algo que había soñado desde muy pequeña, que era diseñar, imaginando y pensando que con el correr del tiempo todas las muchachas se vestirían como ella, todas querrían lucir lo que Selena había imaginado para cada mujer. 15 años pensando en que el sacrificio no tenía un solo fin, un solo objetivo. 15 años en los que Selena vivía pensando en que si lograba ser la artista más brillante, talentosa y popular, podría tener vuelo propio para desplegar toda su imaginación, toda su creación, todas sus ambiciones, toda su energía, toda su vocación. Más de una vez Selena dijo que ella tenía varias cosas en su cabeza y que no podía parar hasta verlas concretadas. Una cosa llevaba a la otra. Selena quería cumplir con el mandato familiar, que lo sentía propio pues ella misma contribuyó a pergeñarlo. Y una vez logrado ello, quería que su nombre también se conociera por sus diseños, por toda lo que rondaba por su cabecita inquieta. Para Selena eso era la libertad, el triunfo, la conquista de todos y de todo poniendo todo de sí con Amor, cariño y pasión, esa bendita pasión … 15 años han pasado. 15 años de lucha. 15 años en los que uno no quiere ver que aquel sueño máximo de Selena, Selena Etc., no tiene espacio físico, no tiene lugar. 15 años en los que uno espera que nadie cierre ese anhelo de Selena, que nadie nos diga que hay imposibles, que estando Selena de por medio nos digan que todos los sueños no se pueden realizar…

15 años en los que uno no ve andar ese bus, ese Big Bertha que acompañó a Selena desde muy chica, que la llevó a cuanto pueblo les abría la puerta para que desplegara su canto y su talento. Un bus que vio a Selena crecer, vivir su infancia y su adolescencia sin intimidad, sin tener amigos fijos, sin poder confiar sus cosas más íntimas con alguien que no fuera de su propia familia. Un Big Bertha que vio a Selena terminar sus estudios por correspondencia, que la vio ensayando, cantando, soñando. Un Big Bertha que llevó a Selena por un camino que ella misma no soñó pero que vio cómo esa niña con Amor había contribuido a ello estudiándose aquellas canciones que cantaba su padre desde niño sólo para agradarlo, sólo para ser la baby de la familia, la más querida, la más mimada. 15 años de ausencia de una artista que hizo todo para ser querida, y que hoy la esperan millones de personas que la adoran y que darían todo por ella…

15 años han pasado de que se ausentara una mujer a la que todos conocemos por su nombre, un nombre sin necesidad de apellido, un nombre que tiene cuerpo, Alma y vida. Un nombre que habla por sí solo. Un nombre que tiene su sello. Un nombre que paradójicamente sus padres no lo tenían pensado para ella. Un nombre que en el ideario de sus padres no estaba registrado … simplemente porque no pensaban en que llegaría una niña. Pensaban en que llegaría un varón al que llamarían Marc Anthony. Y ese ser que vendría les daría la primera sorpresa, los impactaría por primera vez apareciendo de un modo inesperado, altamente sorpresivo. Sería por un instante una niña sin nombre, una niña sola y sin identidad. Sus padres echaron mano de una compañera de cuarto de su madre en el hospital que esperaba una niña y le vino un varón. Esa mujer le iba a poner como nombre Selena. Cuando llegó ese nombre a oídos de sus padres, doña Marcella Samora lo consultó con don Abraham Quintanilla y éste tomó su primera gran decisión para con su hija. Adoptó ese nombre y le puso Selena, simplemente Selena. Un nombre agradable pero no muy común. Un nombre destinado para ser distinguido para quien lo portara. 15 años han pasado para que ese nombre pasara a la inmortalidad, sea pronunciado “Selena”, sea denominado “Selina”, sea recordado como “Salinas”. Un nombre que sólo puede llevarlo una persona, que sólo puede ser recordado por toda una comunidad por su nombre de pila, y que está grabado en las Almas y en los corazones de tanta gente que aún la espera…

15 años en los que Selena dejó una huella imborrable en los corazones de tanta gente, que se alegra cuando le escucha y la ve, pero que llora su partida, que siente que fue ayer aquella tragedia, aquella locura, que no lo puede aceptar, que no lo quiere admitir. Para esa gente no hay consuelo alguno, porque para ellos Selena era su vida, y uno no puede renunciar a la alegría, a la ilusión, a los proyectos. No puede aceptar que Selena se les ha ido para siempre. Que se ilusiona que volverá. Que se levanta cada día pensando que la verá, que volverá a ver su sonrisa, que volverá a contagiarles sus ganas, que les dará esa energía tan necesaria para que vuelvan a ser felices, vuelvan a estar contentos, vuelvan a ser aquellos que vivían por y para Selena, para disfrutarla, para que vuelvan a verla triunfar, vuelvan a verla feliz, para volverla a ver con sus tremendas ganas de hacer cosas, de ser aquello que tanto soñó, que sea la dueña de su destino, y para volver a ver su hermosa cara de satisfacción como aquella que mostró a la salida del Houston Astrodome el 26 de febrero de 1995. 15 años en los que ellos esperan ser aquellos, aquellas personas que son felices en un Mundo con Selena, en un Mundo con Selena dichosa y muy feliz…

15 años en los que estamos huérfanos, 15 años de una mujer que nos cantó “Yo fui aquella que te amaba cuando tú necesitabas Amor”. Una mujer que nos preguntó “¿Qué creías? ¿Que como yo había muchas?”. Y que nos demostró hace 15 años que es la única, que es insuperable, que es inigualable, que es única e irrepetible. Una mujer que desde aquel día la seguimos buscando, la seguimos añorando. 15 años en los que querríamos que aquel 31 de marzo se borre para siempre de nuestras vidas…

Afuera puedo ver a una niña, a una niña que cumple sus adorados 15 años, esos 15 años que la convierten en una mujer. Una mujer feliz, que baila el vals con su padre, que saluda con emoción a sus familiares y que se alegra con sus amigos bailando esas canciones que escuchaba desde muy pequeña, esas canciones que le cantaba su madre y que le daban tanta alegría. Una alegría que nunca pudo compartir con aquella portadora de la dulce voz porque ella se fue cuando había nacido … Y sin embargo, baila, salta, canta, canta con alegría, canta con una lágrima que sale de sus mejillas. Cada año que cumple es un año sin Selena, un año sin su presencia, pero que la vive en su Alma, la siente en su corazón, la hace vivir, ser feliz, encender esa pasión que se aviva con sus 15 años, esa pasión que lleva en su sangre, esa pasión que vive a través de Selena, esa pasión que sólo ella podía transmitir…

15 años sin ti, Selena, 15 años esperándote, 15 años recordándote, 15 años dando todo mi Amor, 15 años llevándote en mi corazón que sólo late por ti…

Gracias, mi Selena, gracias por llenar de vida a mi Alma, gracias por alegrar mi corazón, gracias por sentirme orgulloso de ser latino…

Simplemente te quiere … para toda la vida…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)









Selena y el Amor de una comunidad que vive por ella…


Es cierto que muchas veces en nuestras vidas vivimos muchas frustraciones, muchos sinsabores, muchas rutinas que tal vez si el destino estuviera enteramente en nuestras manos no los viviríamos, o aunque el resultado fuera el mismo lo haríamos de un modo distinto. Todos en nuestras vidas vivimos cosas buenas y malas, bellas y frustrantes. Muchas veces depende de nuestra propia voluntad, de nuestras buena predisposición para darle sentido a nuestras vidas, darle color, alegrarlas poniéndole la mejor gana, la mejor predisposición, alegrándose con esas pequeñas cosas que nos arrancan una sonrisa, nos alegra el día, le pone sentido a aquello que no es tan lindo, ni tan agradable. A veces una buena sonrisa en medio de tanta mala onda, de egoísmo, de envidias, de peleas innecesarias, nos cambia nuestras vidas, las vidas de los otros, la vida de toda una comunidad…

Y a veces, nuestras expectativas, nuestros sueños, lo que siempre quisimos vivir, sentir, lo que siempre proyectamos para nuestras vidas, para nuestros hijos, para todos nuestros seres queridos se centran en determinadas cosas que nos alegran un poquito nuestras existencias. Y así un resultado deportivo, el triunfo de algún equipo o el éxito de determinado cantante o artista lo vivimos como propio y nos pone lo suficientemente felices como para exteriorizarlo a todos los que nos rodea, a todos nuestros familiares y amigos. Nos da ese sabor, ese color que muchas veces le falta a nuestras vidas llenas de ideales, de muchas realidades, y de muchos fracasos y frustraciones.

Pero todo aquello cambia cuando alguien viene a colmar nuestros sueños, nuestras expectativas, nuestros anhelos, todo aquello que deseamos en la vida. Muy pocas veces aparece algo tan hermoso que suplanta aquello que quisiéramos para nosotros, para nuestras existencias, para nuestro gozo. A veces hay alguien que lo sentimos propio, que lo sentimos nuestro, que es parte nuestra, que tiene nuestra misma sangre, que tiene nuestros mismos sacrificios, que vive y siente lo mismo que nosotros, que aspira a lo mismo, que tiene los mismos objetivos, pero con su actitud, con su don, con su figura engloba los sueños de todos y los hace propios, y su vez representa con su recorrido los anhelos, la proyección, las aspiraciones de toda una comunidad, y ésta ve en esa persona la realización de esas almas que viven solamente de sueños. Ve en esa persona el triunfo, la llegada a la meta, la culminación de tantas frustraciones, el fin de tanto sufrimiento, la alegría misma, la culminación del fracaso, la llegada al paraíso…

Selena era eso para todos. Selena era una comunidad y la comunidad era Selena. El triunfo de Selena era el triunfo de todos. La llegada a la meta de Selena era la llegada de todos. Pocas veces alguien representó los sueños y los anhelos de tanta gente que se levanta temprano, que no tiene tiempo más que ir a trabajar, mantener una familia, con la única y terrible preocupación que la de llevar un plato de comida a la mesa, que deja sus sueños de lado, que ve pasar el tiempo sin poder recibir recompensa alguna por tantos años de sacrificio, de luchar todos los días, de poner el hombro a tanta adversidad. Muy pocas veces tiene motivos para reírse, permitirse ver hecho realidad el sueño de un mundo mejor. Mira a su alrededor y ve que muchos de sus familiares y amigos corren esa misma suerte, ese mismo destino. Y a veces busca en cosas bellas como el Amor de su pareja, la llegada de un hijo, la sonrisa de un niño, el abrazo fraterno y sincero un paliativo a tantos sueños frustrados, a tanta tristeza, a tanto llanto contenido … si es que los llega a conseguir y vivir….

Pocas veces una comunidad vio colmar todas las expectativas en una persona que le dio todo, todo lo que necesitaba, todo lo que anhelaba, todo lo que proyectaba, toda la alegría que quería recibir en toda su vida. Pocas veces una artista logró alegrarles la vida, darles todo lo que necesitaban, hacerlos sentir importantes, plenos, dichosos. Pocas veces una comunidad encuentra a alguien como Selena que les dé todo aquello que tanto querían y que aquélla espera de ella que llegue a su consagración para hacerlos felices, para ver colmados sus sueños, para hacer de su triunfo el triunfo de todos, para sentirse victoriosos, para ver en Selena la mayor representación de sus sentimientos, de la sangre, de la raza, de la comunidad toda. Por eso Selena era tan querida, tan admirada, tan amada. Selena era ellos en el escenario. Era ellos cantando, bailando, triunfando, ver sus sueños hechos realidad. El destino de Selena era el de ellos. Selena era todos ellos. Selena era la alegría de sus corazones…

Por eso, no importaban las limitaciones del idioma, no importaba si Selena era mexicana o norteamericana, no importaba qué música le gustaba a cada uno. Todos se sentían identificados con Selena. Selena podía apaciguar al más violento, podía enamorar al más frío, podía llamar la atención al más distraído. Si uno le gustaba la cumbia, podía ver en Selena su máximo exponente. Uno podía ser tejano y veía en ella su máxima figura que mayor los representaba. Uno podía ser mexicano o de cualquier país de habla hispana y veía en Selena una artista que mejor interpretaba su sentir, la que mejor sabía expresar sus sentimientos, y lo hacía una cantante cuya limitación para hablar el español era evidente. Selena cantaba desde el Alma más profunda, con el corazón en la mano, expresando su propio sentir, su propia vivencia, su propia historia en cada canción, en cada tema, en cada estrofa. Selena era esa niña, esa hija, esa hermana, esa vecina que les hablaba con el lenguaje del Amor, con el sufrimiento de los suyos, con la esperanza de toda una comunidad que bregaba por siglos cinco minutos de felicidad, un pequeño tiempo de gloria, un momentito de sentirse protagonistas e importantes. Selena les dio a todos esa importancia, ese rol protagónico, esa alegría que pocos consiguen aunque lo intenten toda su vida…

Y cuando uno tiene una artista que tanto les da, que tanto los representa, que tanto los ilumina, sólo le desea lo mejor, sólo le desea que le vaya bien, sólo desea verla triunfar, sólo desea verla feliz con lo suyo, con los suyos, con la vida, con sus proyectos, con sus ambiciones. Por eso no se contentó con comprar sus discos, no se contentó con asistir a sus conciertos, no se contentó con bailar sus temas. No. También necesitó expresarle su cariño, acompañar su alegría, gritar por ella, contentarse con ella, desearle lo mejor, verla volar a lo más alto, verla querida en todo el mundo. A nadie en el mundo hispano le iba a molestar que Selena en 1994 pensara hacer un disco enteramente en inglés y lo anunciara a cuanto lugar la quisiera escuchar, en pleno éxito de su carrera musical, cuando la lógica, la conveniencia, la especulación les indicaba que lo más conveniente era sacar un disco similar a “Amor prohibido” o algún disco en vivo registrando la euforia que generaba Selena en México y Estados Unidos. No les molestaba porque veían la honestidad de Selena para plantearlo, porque Selena jamás ocultó que su gran sueño era ése y porque a ella se la veía como a esa mujer que se la quería con toda el Alma, y cuando uno tiene ese sentimiento sólo desea lo mejor para esa persona, sólo desea que sea libre, que sea como quiera ser, que deba ir a donde quiera estar. Porque en definitiva, haga lo que haga, emprenda el camino que quisiera emprender, Selena no los iba a defraudar. Volvería una y otra vez a visitarlos, a cantarles las canciones que más deseaban escuchar, esas canciones que habían escuchado durante toda la vida, desde muy chicos, a través de lo que habían aprendido de sus padres, a través de la música que habían escuchado durante toda su vida. Selena podía irse a cualquier lado, podía transitar el mundo, cantar diferentes canciones, hablar en otras lenguas, codearse con gente de otras culturas y vivencias, pero sabían que Selena iba a volver, seguro iba a volver, volver para saludarlos, volver para agradecerles, volver para sonreírles, volver como aquella vecina que se fue por un tiempo a recorrer el mundo para triunfar, para conocer otras cosas, para ofrecer su arte por todo el mundo, pero que vuelve a sus orígenes, vuelve al lugar en el que nació y salió. Todos los que la conocían sabían que ello iba a suceder. Nadie dudaba de Selena. Selena ocupaba sus sueños. La gente le dio la más preciado que puede recibir un artista, que es el Amor, el cariño, la confianza, el afecto. La gente confió en ella, le dio sus sueños para que Selena, sólo Selena, se los cumpliera, los hiciera posibles, les diera dimensión, les hiciera sentir importantes, tan importantes que salieran a las calles con el cuerpo erguido, el semblante en alto, el orgullo a flor de piel, invocando un solo nombre, el nombre de Selena … Selena era la alegría, el orgullo y la esperanza de tanta gente que no tiene más que eso, esperanza, pero muchas veces sin una persona que lo corporice…

Hasta que un día alguien impunemente nos quitó a Selena, nos quitó el bien más preciado, lo más hermoso que nos habían regalado, lo único divino que pudieron ver generaciones y generaciones. De pronto, nos quedamos vacíos. Nos quedamos sin esperanza, nos quedamos sin ilusión, nos quedamos sin nuestra hermanita, nos quedamos sin nuestra vecina que nos sonreía todos los días, nos quedamos sin alguien que nos represente, nos quedamos sin identidad, nos quedamos sin esa persona que nos unía a pesar de todas las diferencias posibles, nos quedamos sin ilusión, nos quitaron la alegría, nos quitaron el Amor, nos quitaron la posibilidad de expresar el cariño, nos impidieron amar, nos quitaron la voz, nos quitaron lo más valioso, eso que no se puede obtener con dinero, que no se puede recuperar, eso que no nos devuelven más, eso que no se reemplaza con nada ni con nadie. Bastó que el odio, el rencor, la desidia, el desamor de una persona ganaran la batalla y le quitaran a todos todo. De pronto, la gente se quedó sin aquello que les devolvía la alegría a tanta adversidad, quedó subsumida en el más profundo dolor sin saber por qué, sin saber por qué le quitaron lo más hermoso, lo más divino, lo más vital, lo único que les iba a cumplir lo que les habían prometido, la única persona a quien se les ofrecería todo el Amor sin ninguna condición. Esa gente recibió la peor cachetada de su vida, porque un mundo sin Selena significaba un mundo vacío, sin vida, sin esperanza, sin ninguna expectativa. Esa persona terminó asesinando a toda una comunidad, la sometió al mayor de los dolores, la puso en su terrible rutina, les quitó energía, ganas de encarar cada situación, cada avatar en la vida con el pecho inflado y lleno de orgullo. ¿Cómo iba a ser esa comunidad para recibir el sol de cada día con una sonrisa si no podía recibir a Selena? ¿Cómo iba a soportar las injusticias de la vida si al final del día no estaba Selena para calmar tanto dolor? ¿Cómo iba a tolerar tanta injusticia si asistía a la mayor de las injusticias que es ver el destino de Selena, el destino de sus vidas, el destino y la tragedia de sus propias existencias? ¿Cómo explicar a alguien, a sus hijos, a hombres de otras tierras, al mundo, al universo, a Dios mismo, que esa mujer con tanta vida, con tantas ganas de vivir, con tantas ganas de crecer, con tantas ganas de triunfar, con tanto Amor para generar tanto cariño en tanta gente iba a terminar así, le iban a quitar todo, todo, todo, todo, todo con tan sólo 23, casi 24 años? ¿Cómo explicarle a alguien eso sin ponerse a llorar? ¿Cómo hacer para reparar tanto dolor? ¿Cómo hacer para seguir? ¿Cómo hacer algo para seguir con nuestras vidas? ¿Cómo hacer algo por nuestra Selena? ¿Cómo hacer para devolverle la vida y recuperar la nuestra, que se fue con la de ella?

Tal vez esto explique lo que se vivió hace casi 15 años. Tal vez eso explique la gente movilizándose kilómetros y kilómetros para acompañar a Selena, para dejarle su último saludo, o para correr y gritar por ella esperando que no sea cierto, que no sea verdad aquella realidad, que le digan que fue un mal chiste, o una gran equivocación, que alguien los saque de esa pesadilla de una vez. Tal vez eso explique miles y miles de personas en el medio de la lluvia con velas encendidas, apenas mantenidas con el calor y el Amor de la gente, que llevaba fotos, fotos y recuerdos de su artista, de su hermana, de su vecina, de su amiga, de su hija, de su madre, de su novia. Tal vez este triste y sentido espectáculo es lo que tanto asombró a tantos periodistas, muchos de ellos conocedores de Selena, pero que jamás pensaron que al cubrir la noticia, la fría noticia policial, se iban a encontrar con semejante muestra de dolor y de afecto. Una vez más se sorprenderían de Selena, de lo que había generado, de la huella que generó en tanta gente. En la liviandad de los análisis pensaron que Selena comenzó a ser popular a partir del mito que nacía … ¡¡Qué error, mi Dios, qué error!! Jamás pensaron en que Selena había sembrado Amor hacía muchos, muchos años a pesar de su juventud, y que ahora lo estaba cosechando todo junto de golpe, de pronto, imprevistamente, tan imprevistamente como su partida, tan repentina como su insólita y absurda partida, que era la partida de nuestra ilusión, de nuestra vida, de nuestra esperanza…

Por eso, cuando se hacen tantos análisis, se hacen tantas conjeturas, se indagan en cosas de Selena que poco importa saber, porque nada de lo que se busque por ese camino no explicará nada, no repará nada, no remediará nada, se olvidan que lo más importante que nos ha dejado Selena está allí, en la huella que dejó en su gente, en el Amor que representó y desparramó en todo el mundo, en todo lo que que Selena hizo por una comunidad, por el camino que dejó para que lo transitaran otros, por la expresión de cariño que quedó manifestada en todas las muestras de Amor que aún hoy la gente le prodigan a Selena. La más absoluta representación de lo que Selena había logrado es la famosa escena de los muchachos que hacen “todo por Salinas”, representada en la película “Selena”. Porque allí se ve cómo Selena, a espaldas de las grandes metrópolis, en lugares en los que no llegan las disqueras, no están los grandes productores, no indagan los “investigadores” de la vida y del destino de Selena, en los lugares en los que están todos aquellos que viven con sacrificio cada día, que no ve a nadie de los suyos que triunfa pasar a visitarlos alguna vez, allí estaba Selena para ofrecerles un concierto, ofrecerles su cariño, darles su caricia de Amor, darles su saludo a todos sin distinción. Y la gente, agradecida, se lo devuelve con gestos como lo de aquellos muchachos que le ofrecen toda clase de ayuda a Selena y que serían capaces de hacer todo por “su Salinas”. Ésas son las manifestaciones que pocos han visto, que pocos han sabido apreciar y que luego se sorprenderían por la magnitud del éxito de Selena, de la gente que se movilizaba por ello, de las manifestaciones de Amor incondicional que recibía … Pero para el que sabe lo que significa Selena, para la gente y, fundamentalmente, para la gente que la ama a Selena aún hoy, nada es sorpresivo. Para estos últimos, ¿quiénes no se sentían identificados con aquellos muchachos? ¿Quiénes no darían todo por Selena? ¿Quiénes no le ofrecerían a Selena toda clase de ayuda, no le prodigaría toda clase de cariño, quién no se ofrecerían a ayudarla, a cuidarla y acompañarla si aun haciendo todo ello no emparentarían ni en la mitad de todo lo que Selena les dio en tan poco tiempo? Selena había logrado el cariño de su gente que se sentía plenamente identificada con ella. Selena los había conquistado hacía ya tiempo, y ese cariño sería expresado para siempre. Esa gente se sentía escuchada, comprendida, querida, entendida. Esa gente sólo recibía una visita, un besito, una caricia. Y era sólo de Selena … Y ese gesto sería retribuido una y otra vez, con el paso del tiempo, a través de los años. Esa gente sólo vio a Selena pasar por allí, y ese gesto sería agradecido por siempre…

Selena significó todo eso para toda una comunidad. Nada más y nada menos. Una comunidad que vio en Selena su Alma, su vida, su destino. Una comunidad que recibió Amor, alegría, dolor, llanto. Una comunidad que no puede entender tanto dolor, tanta derrota, tanta frustración, esa sensación de vacío. Una comunidad a quien le quitaron impunemente a su Selena … físicamente, pero que se resistió a verla partir protegiéndola en lo más vital, donde afloran los sentimientos, donde se expresa todo el Amor por alguien … en los corazones, en esos corazones que viven por y para Selena, esos corazones cuyos latidos pertenecen a Selena y le dan vida, color, inmortalidad. Ese Amor que nadie en el mundo podrá quitar, que ninguna pérfida podrá arrebatar, que ninguna fuerza del mundo podrá doblegar, que ni todo el oro del mundo podrá comprar…

Por eso estamos aquí … para que Selena nunca se sienta sola, para que sea feliz, para que sonría cada día, para que se sienta orgullosa y satisfecha, satisfecha de haber alegrado a toda una comunidad, de haberle dado todo su Amor, de hacerla sentir orgullosa de su condición, de su existencia, y para que vea que lo suyo no fue en vano, que dio sus frutos, que cosechó cariño y recuerdo, recuerdo surgido de su infinito Amor, ese Amor que no se olvida, ese Amor más preciado, el más divino, ese Amor que es capaz de generar y sacar lo mejor de nosotros, un Amor que si todos lo ponemos en práctica cambiará el mundo, hará de lo imposible posible, nos hará felices, terminará con la frustración y la tristeza. Si somos capaces de ser un poquito como Selena haremos de este mundo algo hermoso y posible, y a una Selena feliz riéndose dichosa y orgullosa, de todos nosotros, de ella misma…

Siempre estaré aquí, Selena, para que saques tu mejor sonrisa, para que te sientas feliz, querida, amada, acompañada, para que sepas que vives por siempre en el corazón de una comunidad que sólo ha sido feliz contigo…

Simplemente te da mi corazón todos los días…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)















Todas las noches, una noche contigo, Selena…


¡¡Hey, estoy aquí, mi querida Selena!! ¡¡Sí, aquí!! ¿Me escuchas? Espero que sea así ... No te sorprendas ni te rías de mí si me ves invocando tu nombre mirando a cualquier lado como un loco que habla solo a alguien producto de su imaginación. Es que no sé bien dónde estás. Mi vista está fijada en una estrella, en una estrella enorme que brilla enormemente mi cara. Estoy aquí solo en el medio de la nada, con la oscuridad, las estrellas y el sonido de los grillos como única compañía. Pero te siento cerca, Selena, percibo tu cercanía, siento tu presencia. Donde quiera que esté te siento allí con tu Amor desparramado por todo el mundo, en cada imagen, en cada objeto, en cada ser vivo que está en este planeta solitario que te extraña, que te espera, que te invoca. Yo no te veo, es cierto, pero sé que te estás allí. Yo sé que un día tú volverás para darnos tu cariño, para recibir el Amor de tu gente ... ¿Me escuchas, Selena? ¿Acaso no puedes oírme? Puedo percibir que en ese pestañear de aquella estrella que me acompaña tú asientes … No, no te preocupes, Selena, estoy bien .... No, no me va a pasar nada. Estoy seguro. No porque esté físicamente solo quiere decir que corra peligro ni tenga miedo ... Además, no estoy solo. Estoy bien acompañado. Me acompaña tu presencia, tu Amor, tu cariño, por esa ternura que quedó grabada en cada uno de los corazones que te quiere, que te quiere para siempre, que te quiere para toda la vida, que te quiere sólo a ti, que sólo te espera a ti, que sólo quiere tu presencia para volver a ser feliz…

¡¡Hey, Selena!! ¿Estás allí, no? ¡¡Ah, bueno!! ¡¡Qué bien!! … No … No … No estoy llorando … Sabes que siempre estar al aire libre en las noches provoca resfriados … pero es momentáneo … Ya se me va a pasar … Yo estoy bien. En realidad, no estoy totalmente bien, porque te extraño, quiero verte, quiero decirte muchas, muchas cosas, muchas palabras que pude escribirte pero no pude decirte, muchas emociones que no pude expresarte, muchos sentimientos que no alcancé a manifestarte ... Es que siento que llegué tarde, llegué tarde a la fiesta, a los buenos tiempos, al momento en el que todos bailaban, en el que todos eran felices. Llegué tarde a una fiesta en el que todos querían compartir tu alegría, en la que todos se sentían identificados por tu presencia, por la música, por el baile, por la raza, por toda una comunidad que por ahí está mucho tiempo separada por diferentes motivos pero que los une una sola cosa, una cosa que los identifica, y los hace ser y sentir uno solo, una familia con los mismos valores, los mismos ideales, las mismas banderas, los mismos objetivos, los mismos ancestros, la misma sangre. Una comunidad, una familia que festejaba, gritaba y cantaba al ritmo de tu voz, de tu baile, de tu carisma, de tu personalidad arrolladora, de tu áurea que hacía que todos fijaran la vista en ti y no la despegaran en todo el tiempo en el que tú estuvieras presente. Esos ojos que podían ser de jovencitas, de varones, de mujeres, de gente mayor, de niños …. No importa … Contigo, Selena, no había diferencias, no había rencor, no había violencia, no había división. Sólo había Amor, cariño, confraternidad, algarabía y felicidad, esa felicidad que por ahí para muchos se presentaba sólo cuando estabas tú, una felicidad que sólo tú les podías ofrecer. Una fiesta hermosa, única, irrepetible a la que yo asistí tarde, muy tarde. Una fiesta que ya no era fiesta. Una fiesta que se transforma en el silencio, con las luces prendidas, con el salón semivacío, las serpentinas desperdigadas, la gente afuera y la nostalgia de aquellos que vivieron eso que tal vez nunca volverán a ver y que sin embargo esperan, esperan que se les vuelva a presentar. Una fiesta que todos quieren volver a vivir … con tu presencia, Selena … Una fiesta a la que yo también quiero participar, en la que yo quiero sentir, en la que yo quiero vivir, para sentir esa inmensa emoción que significa verte, vivirte, sentirte, emocionarse, deslumbrarse. Una fiesta en la que yo pueda declararte mi admiración absoluta, manifestarte mi Amor eterno, una fiesta en la que yo pueda hacerte una reverencia, arrodillarme a tus pies y declararte de mi parte que eres la Reina, mi única Reina, nuestra Reina…

¡¡No!! ¡¡No me digas nada, Selena!! No me digas cuándo vas a volver. No digas lo que no puedes decirme. Yo te voy a esperar siempre. Yo sé que vendrás algún día. Todos los que te amamos sabemos que tú vas a volver. Estamos convencidos de que no te has ido. Un ángel como tú no se va sin despedirse, no se va abandonando a su gente, no se va sin decir palabra a todos aquellos que te quieren con toda el Alma. Yo sé que no te fuiste, Selena, simplemente porque no nos dijiste adiós … Sólo te fuiste por un tiempito tal vez para cantar una nueva canción, tal vez para buscarla. Te fuiste Selena sola y eso me convence de que no te has marchado. Tú nunca estabas sola. Los que te amamos de verdad no te lo hubiésemos permitido. Si te has ido así es porque pensaste que era lo mejor para todos, pero nos hiciste un guiño de que volverías pronto, de que volverías para recibir el cariño de toda tu gente. Sé que te fuiste para corroborar cuánto y cómo te amaban. Sé que tu miedo y tu inseguridad pudieron más y te quisiste convencer ... Pero mira, Selena … ¿No crees que es hora de volver? ¿Cómo estás allí en el cielo? ¿Eres feliz sola? ¿No quieres volver aún? ¿No extrañas cantar por aquí? ¿No extrañas a tu familia? ¿No extrañas a tu gente? ¿No quieres sentir aquel Amor, ese cariño incondicional de tu gente? ¿No quieres retomar el camino? ¿No quieres demostrar que eres la mejor? ¿No quieres deslumbrar a todo el mundo? ¿No quieres mostrarte y que todos volvamos a sentir esa comunión de Amor contigo? ¿No quieres demostrarnos que otro mundo es posible con tu voz, con tu presencia, con tu estirpe, con tu Amor? ¿No quieres sentir ese Amor que tanto querías, que tanto necesitabas? ¿No quieres volver a sentir ese miedo, esa sensación rara en el cuerpo antes de entrar al escenario? ¿Prefieres estar sola allí? ¿Quieres más tiempo? … Está bien, Selena, no te preocupes, no me digas nada. Entiendo ese silencio, entiendo y respeto tu decisión. Yo te sigo esperando, esperando que algún día estés aquí en este mundo tan maravilloso como cruel, tan mágico como devastador, tan hermoso como injusto…

¡¡Ay, Selena, las vueltas de la vida!! ¿Quién iba a decir que yo iba a estar aquí? … Sí, oíste bien … Soy de aquella tierra, de aquel país tan lejano de ti, de gente que en su mayoría supo de tu existencia cuando decidiste retirarte por un tiempito, para hacerte desear ante el público, como cuando uno se arregla, se viste, se pone bien a último momento para aparecer lindo, presentable, admirado, respetado. Soy de aquel país que tú nombraste varias veces para ir a visitarlo con el objetivo de presentarte en concierto, para deslumbrarlo, para dejar a su gente boquiabierta. Soy de aquel país que te asemeja con la legendaria Gilda y de que no pudo verte, admirarte, adorarte. Soy de aquel país tan lejano y que por años se preguntó por qué te fuiste, por qué nos dejaste, cuál fue el motivo de semejante partida tan abrupta, tan repentina, tan silenciosa. Una partida que provocó que poco tiempo después buscara una explicación, una respuesta lógica y razonable que me hiciera no pensar más en esa inquietud. Y que esa fallida búsqueda me hiciera acercar a ti, a tu voz, a tu magia, a tus condiciones de artista única e irrepetible que hiciera que me quedara subyugado, fascinado, encantado, anonadado. Y que ese descubrimiento producto de la sorpresa, ese efecto que sólo tú podías lograr, me hicieran abandonar todo lo que hacía hasta allí invocando tu nombre, que dejara música, gustos, costumbres, juegos, rutinas, sólo para verte, para escribirte, para admirarte, para tributarte, para homenajearte. Tal vez hoy siga sin saber qué pasó contigo, por qué estabas sola, qué fuiste a buscar, por qué te retiraste en silencio. Pero ese intento fallido me hizo descubrirte, fascinarme, admirarte, quererte, ofrecerte mi corazón. Pasé por lo que pasaron muchos: de no esperar nada a recibir todo, de subestimarte a amarte, de ser indiferente a ofrecerte mi vida. Hoy soy de los que te descubrieron después y que te aman como los que te supieron ver y apreciar. Soy de los que llegó tarde a la fiesta y quiere que haya una más. Soy de los que piensa en Corpus Christi, de los que ha descubierto la música tejana contigo y que ha sentido la sangre latina a través de tu inmenso talento…

¡¡Sí, Selena!! ¡¡Tienes razón!! Tal vez me veas un poco cansado. Tal vez a veces duerma poco por querer verte, por hacer algo por ti, por invocarte, por buscarte denodadamente y sin descanso. No me retes. Te juro que por ti me portaré bien. De hecho estoy descansando más, estoy regularizando mi vida, estoy tratando de “ser razonable”. Pero tienes que comprenderme, tienes que entendernos. Yo no te pido que me digas nada. ¡¡Sólo escúchame, Selena!! Yo sólo quiero que estés aquí. Yo sólo quiero que vuelvas a nosotros. ¡¡Mira, Selena, y creeme!! Todas las noches te busco, todos los días me levanto pensando que todo fue una pesadilla, un mal chiste, un sinsentido. Todos los días me imagino que te descubro en algún lado, que vas a aparecer sin decir nada, que sólo me sonreirás y me alzarás tu mano para hacer tu saludo de siempre. Y que esperarás que yo corra con cara de incrédulo, con una mezcla de emoción, alegría, tristeza, risa, llanto, algarabía, nostalgia, para abrazarte fuerte, muy fuerte, y decirte que lo que tú generaste en mí no lo hizo nadie. Que sólo tú llenó de alegría mi corazón, que llenó de emoción mi Alma, que dio vida a mi existencia errática por este mundo. Te diría que por qué tanto tiempo, que por qué te fuiste sin decirnos adiós, sin verte crecer, triunfar, tener hijos, verte feliz, verte admirada, verte como ejemplo, ver un mundo mejor contigo. Te abrazaría fuerte para convencerte de que te quedes, de que te des una oportunidad, de que nos des una oportunidad. Te rogaría de que nos devuelvas la felicidad con tu alegría, de que nos vuelvas a cantar, de permitirme exteriorizar mi afecto por ti, de darme la oportunidad de decirte en un escenario que te amamos y que sólo te quiero a ti. Te pediría que me dieras la oportunidad de vivir un espectáculo tuyo, de que me acercaras tu micrófono para permitirme cantar “No debes jugar” como lo hiciste en el Far West Rodeo, de ser tu partenaire mientras cantas “¿Qué creías?” y que me zamarrees como al “ex novio” del concierto de Odessa. Te rogaría que recuerdes tus palabras de que nada es imposible, y que nunca, nunca abandones tus sueños, todo lo que tenías planificado en tu vida, y que para cumplirlos tengas que quedarte un siglo sin descansar nunca. Te pediría verte crecer, madurar y hasta retirarte con honores por el deber de haber cumplido con todo. Yo querría ver tu obra completa para que te sientas feliz, plena, querida, admirada, siempre amada y con tu idea de ir siempre por más…

¿Qué me dices, Selena? ¿Que tienes temor? ¿Qué piensas que la gente se olvidó, que ya no te quiere como antes? ¿Que las cosas no son como aquel entonces? … ¿De dónde has sacado eso, Selena? ¿Crees que lo que tú has generado es poco? ¿Acaso no te has dado cuenta de que el público te adora? ¿Acaso no sentiste el Amor de todos los que te han amado y querido? ¿Acaso crees que los que te amamos de verdad dejaríamos que se olviden de ti, de que abandonen tu Legado, de que no te devuelva aunque sea un poquito de todo el Amor que nos dejaste? ¿Acaso crees que alguien tendrá tu voz? ¿Acaso crees que alguien puede tener tu risa? ¿Acaso crees que no se extrañan tu sencillez, tu prestancia, tu figura, tu carisma, tu don de gente, tu infinito talento? ¿Acaso crees que fuimos a buscar a otra como tú? Y si fuera así, ¿crees que conseguiríamos a alguien tan fácilmente que tenga todo lo que tú tenías? ¡¡No, Selena!! … ¡¡No hay manera!! … Yo sólo estoy aquí para decirte y afirmarte que tú has generado mucho más de lo que te imaginas, y que al adoptarte sólo admitimos la posibilidad de que tú vuelvas. Por eso, Selena, vuelve, no te cohibas, ten confianza. Te doy mi palabra de que tú nombre y tu figura están bien cuidados, de que la gente, tu gente, guarda tus cosas como tesoro. Que se aferra a ellas porque es lo único que les quedó de ti. Soportan la angustia y lo inexplicable de tu ausencia teniendo algo de ti, aferrándote a esos discos, a esas fotos, a esos autógrafos, a esas remeras, a esos perfumes, a esas muñecas, a esos aretes, a esos anillos. Todos sabemos que esas cosas se opacarían con tu presencia, pero se aferran a ellas mientras te esperan, mientras encuentran una explicación a lo inexplicable, mientras lloran, mientras esperan una señal tuya, mientras sueñan, mientras piensan en imposibles…

¡¡Oh, mira, Selena!! La luna se asoma gigante en el horizonte … Pronto iluminará aun más esta noche en la que me siento tan sólo, tan triste, pero con esperanza. Porque en la inmensidad de la oscuridad, en la letanía de la noche, en la soledad de mi ser, en el vacío que me genera tu ausencia, yo estoy aquí contigo, Selena, acompañándote y acompañándome. Sintiéndome apesadumbrado por no verte pero sintiéndote tan cerca. Sé que estás, Selena … Te siento y me siento. Alguien como tú tiene que estar en algún lugar. Alguien como tú siempre está, como lo estás en todos los corazones de los que te quieren de verdad. Tú, Selena, hiciste posible el Amor, afirmaste con tus actos que es posible dar sin esperar, y que dar de esa manera genera gratitud y afecto. Por eso todos te esperamos. Porque nadie se olvida del primer Amor, como nadie se olvida cuándo descubre el verdadero Amor, del mismo modo que nadie se olvida de quién marcó para siempre nuestras almas. A veces para bien. A veces para mal. En tu caso, Selena, tú ganaste nuestros corazones con tu enorme talento y tu bondad infinita. Hiciste de tu Amor nuestro Amor, nuestro único Amor, nuestro Amor para siempre, ese Amor que nunca se olvida, ese Amor que siempre se busca…

Ese alejamiento de la estrella, tu estrella, me indica que te tienes que ir … ¿No te puedes quedar un poquito más, Selena? ¿No puedes seguir acompañándome? ¿No puedes escucharme cinco minutos más? … No, está bien … No llores … ¡¡No llores, Selena, por favor!! … Si hay algo que no quiero es verte triste. Yo sólo quiero arrancarte una sonrisa, hacerte compañía, tenerte siempre presente, hablarte para que sepas que hay alguien aquí que te invoca, escribirte para hacerte mi homenaje siempre … Yo sólo quiero, Selena, que sepas que te quiero, que te extraño horrores, que no me contento con cantar tus canciones y recordarte con cariño. Yo quiero que no te sientas sola, que lo que tú has hecho ha dejado huella en todos nosotros, que tu ejemplo es practicado por todo el mundo, que tu Legado de Amor permanece intacto a resguardo de tanta gente que te quiere. Yo sólo quiero que estés contenta, que lances una de tus tantas carcajadas que sabías prodigar, y verte satisfecha de sentirte recordada y de que no estás sola. Yo sólo quiero que esa felicidad te haga volver, que quieras regresar sólo para que completes tu obra, para que cumplas con todos tus anhelos. No quiero verte llorar, no quiero verte triste, no quiero verte sola, no quiero verte abandonada, no quiero ver tu energía apagada sin poder ser expresada. Yo quiero verte como siempre Selena, donde quieras que estés. Y que todo lo que hagamos por ti te dé las ganas de regresar, de que estés con tu gente, en el hábitat en el que siempre estabas cómoda, contenta, feliz. Yo sólo quiero ver tu rostro con tu enorme sonrisa. Yo sólo quiero que puedas darnos mil abrazos y mil besotes más…

Bueno, Selena … Sé que te tienes que ir. Sé que no quieres que esa estrella se aleje, pero no te preocupes … pues esa estrella volverá y con ella tú, y yo estaré aquí, esperándote con una sonrisa, con mi corazón y mi alma, y para ofrecerte mi vida para que tú siempre, siempre, estés acompañada, siempre seas feliz, siempre recibas el Amor de tu gente, y decidas regresar, regresar para recibir y dar Amor, para cantar, para diseñar, para ofrecer toda tu energía, para seguir siendo Selena, esa Selena que no se olvida, esa Selena que siempre se recuerda, esa Selena que sólo desparrama Amor y cariño a todo el mundo, estando presente o ausente, estando cerca o lejos, pase el tiempo o no. Porque el Amor es uno, y ese Amor tiene un solo nombre: el tuyo!!

Nunca me olvidaré de lo que hiciste en tan sólo 23, casi 24 años. Yo no me olvido de tus privaciones, yo no me olvido de todo lo que tuviste que sacrificar para llegar a ser Selena. Yo no me olvido de ese camino tan difícil que tuviste que recorrer desde muy pequeña. Yo no me olvido de tus sentimientos, de tu Amor de mujer, de tu vida sin igual, de tu pasión, de tu energía, de tu talento, de tu personalidad. Porque por sobre todas las cosas, por sobre tu carrera musical, por sobre tus logros, por sobre tus canciones, por sobre el cariño de tu gente, por sobre el mérito de todos los que contribuyeron a tu éxito, yo jamás me olvidaré de tu vida, jamás me olvidaré de que antes que nada eras una excelente persona, una ser humano divino y un ejemplo de mujer…

Simplemente te quiere y no se resignará nunca a verte, Selena, aunque sea una vez…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)















Ya no quiero seguir sin Selena…




No hay peor cosa en la vida que sentirse solo, triste, imposibilitado e impotente para cambiar una realidad tan devastadora, tan cruel, tan injusta, tan indigna. No hay peor cosa que sentir que hay que seguir en la vida tratando de gozar de las pequeñas cosas de nuestro quehacer cotidiano sin tener a nuestro lado lo que nos da vida, lo que da sentido a nuestra existencia, lo que nos da alegría, lo que saca lo mejor de nosotros, lo que nos da la energía suficiente como para encarar cada momento de nuestras vidas con la mejor sonrisa, con la mejor predisposición, con la mejor actitud. No hay peor cosa que sentir que se nos va la vida, que se nos acaban las posibilidades, que se acaban nuestras ilusiones de ver un mundo mejor, de estar plenamente felices, de poder estar rodeado de aquello que nos da el aire que respiramos, el alma a nuestro cuerpo, el latido a nuestro corazón…

A veces, me detengo en lo que hago, y no puedo dejar de pensar en Selena, en el tiempo que está sin nosotros, en el dolor de su ausencia, en la vida que pudo vivir, en todo lo que nos dio mientras estuvo entre nosotros … y no puedo evitar entristecerme. Cuando pienso en Selena, pienso en lo banal de mis preocupaciones, en el sinsentido de preocuparse por cosas fugaces, por importancias inexistentes, por urgencias ridículas. Salgo a la calle en busca de aire, de una explicación, de una esperanza. No importa la vida que tengo, no importa cuán importantes sean mis problemas. No siquiera interesa lo que me pone feliz y contento. Porque lo que más me interesa en la vida no está, lo que daría sentido a mi existencia no está, porque lo más dulce en mi vida no está … No está Selena aquí y me siento incompleto, vacío, sin poder gozar de una felicidad completa, sin poder ser enteramente feliz al no ser feliz ella en este mundo, al no estar ella en este mundo…

A veces no quiero seguir adelante. Adelante significa seguir un camino no elegido por mí, elegido por los demás, por el destino, por las circunstancias. En realidad, no quiero seguir adelante, porque pasa el tiempo y mayor es mi dolor. Cada día que pasa es un día más sin Selena y eso agranda mis heridas, mi sangre no deja de fluir, mis lágrimas no cesan y el dolor del alma es más punzante que cualquiera que yo haya conocido … y eso que he padecido muchos dolores ... Yo no quiero seguir adelante sin tener a Selena con su risa, con su voz, con su alegría, con su talento, con su carisma, con su personalidad. Avanzar es ir admitiendo que nada se puede hacer, genera un desgaste en nuestras ilusiones, en nuestra imaginación, en nuestra existencia. Seguir adelante es seguir cargando con esa mochila tan dolorosa que nunca nos la podremos quitar. Con una historia de hadas que termina en tragedia, que termina con una herida absurda, con un dolor que nos duele tanto a nosotros como a Selena, un dolor que no se cura con el olvido, con una evocación, con fotos y recuerdos. Un dolor que sólo se va si Selena aparece entre nosotros, si la justicia y el Amor aparecen en este mundo y en nuestras vidas…

Yo no quiero seguir adelante. Yo quiero volver sobre mis pasos. Quiero ser dueño de mi destino. Quiero poder hacer algo por Selena, ayudarla, darle su oportunidad, cuidarla para que sea feliz y libre, para que esté contenta, para que sonría una vez más. Quisiera retroceder. Retroceder en el tiempo. Retroceder en la vida. Mirar atrás y correr, correr en busca de Selena, correr hasta buscar en qué se falló y repararlo. Buscar reparar algo que ha dañado a toda una familia y a tanta gente. Buscar reparar lo más valioso y lo que más se ha destrozado, que es la vida de Selena. Uno quiere retroceder para darle esa nueva oportunidad a Selena. Para decir “aquí no ha pasado nada” y tener esa posibilidad de reinventar el año 1995 y reencaminar el futuro con Selena. A veces pienso que el Amor que uno le tiene a Selena haría posible aquello que hoy y siempre sonaría imposible. Yo comulgo la idea que Selena nos transmitió, que es que nada es imposible, que todo se puede lograr en pos de nuestra felicidad. Por eso recuerdo aquella película denominada “Groundhog Day”, en el que el protagonista era una periodista que iba a cubrir la noticia de un pequeño pueblo que todos los años celebraba “El día de la marmota”. Al día siguiente, nota que se repite ese día hasta que da cuenta de que ha quedado atrapado en el tiempo y de que está condenado a vivir todos los días el mismo día con los mismos hechos, con los mismos acontecimientos, con las mismas palabras, sin poder salir de ese día que se hace insoportable para él. Una y otra vez vive ese día que se hace intolerable para él. En el ínterin de esa peripecia asfixiante, se enamora de su compañera de trabajo y aprovecha toda la información que obtiene todos los días “viviendo el mismo día” para conquistarla. Nada sucede. Por el contrario, los “mismos días” se hacen peores para él. Cada vez tiene más problemas. Hasta que se da cuenta de que hay una sola manera de salir de la trampa, que es permitirse ser feliz, ser él mismo, descontracturarse, no vivir en la amargura de su vida cotidiana, y ser auténtico en la vida y en sus sentimientos. Cuando lo logra, se despierta y se da cuenta de que “El día de la marmota” ha pasado. Pasó el tiempo, reencausó su vida, recuperó su ritmo de trabajo y pudo seguir adelante en la felicidad plena de ser feliz siendo uno mismo al lado de lo que más amaba, que era esa periodista que durante años trabajó con ella sin darse cuenta de que era ella y sólo ella su felicidad, y la posibilidad de vivir en armonía con todo…

Por eso no puedo seguir adelante, porque para seguir adelante necesito de eso que le da sentido a mi vida, aquello que le da Amor, felicidad, esperanza, aquello que alumbra mis ojos, los llena de alegría, me da la energía necesaria que me lleva a encarar cualquier avatar en mi vida sin mayores problemas. No puedo vivir sin tener a ese alguien que me haga feliz, que me haga pasar por la vida sintiéndome con el pecho inflado, con el semblante bien en alto y la felicidad a flor de piel. Yo no puedo seguir adelante sin Selena. Seguir sin ella me convierte en un hombre sin esperanza, sin ilusiones, sin metas, sin perspectivas. Sin Selena yo no soy realmente el mismo, soy un ente vacío que se arrastra por las calles sin Alma, sin sangre, sin fuerza, sin alegría. Sin Selena es como no respirar, como no tener sentido seguir. Selena le daba sentido a las cosas, le daba alegría, le daba emoción. No es que Selena fuese un Dios. Por supuesto que no lo era … Pero Selena era algo divino que llenaba de vida el lugar, lo colmaba con su presencia, con su espíritu. Incluso el verla en un video genera esa sensación .... Pero falta su presencia, su lugar en el mundo ... El que ella no esté significa para el que la ama de verdad la angustia, el dolor, la impotencia, el enojo, el llanto, la sensación de que su partida debió haberse evitado, debió haberse prevenido. Y esa partida le ha quitado magia a este mundo, la alegría a su gente y la vida a Selena, que era lo más preciado…

No puedo seguir adelante sin Selena, sin ver a Selena feliz y contenta, contenta con todo lo que hacía, contenta por poder hacer todo lo que se había propuesto realizar, con toda su energía, con toda su pasión, con su baile, con su voz, con su talento, con su carisma. No puedo seguir adelante sin verla a ella triunfar, aunque estuviera lejos de mí, de mi vida, de mi existencia. Me quita fuerzas el vivir cada día y no poder torcer el rumbo, quedar supeditado mi deseo a los demás. Me deprime vivir no pudiendo tener la posibilidad de hacer algo más por Selena, ver al resto de la gente siendo feliz con no sólo tener lo más preciado al lado de ellos, sino pudiendo proyectar cosas, tener objetivos, proponerse metas y trabajar en ellas. Yo deambulo por las calles estando triste porque no me queda más que un abismo de tristeza y lágrimas ... Yo quisiera poder reír para siempre. Yo quisiera ir en la vida con el pecho erguido, caminando con orgullo de que puedo invocar el nombre de Selena y de que todos sepamos de qué se trata, y de ver a Selena al final del camino triunfando y siendo querida, siendo feliz en su intimidad de ser alguien apreciada y amada, sabiendo que es un ejemplo para todos…

No puedo seguir adelante sin tener una señal de Selena, sin poder hacer todo lo posible y lo imposible por encontrarla, abrazarla, agradecerte, disfrutarla. No puedo seguir si no está ella. Yo quiero reencausar el camino. La vida siempre nos da una nueva oportunidad. Yo quiero darle esa nueva oportunidad a Selena. Yo quiero darle esa oportunidad que la vida le ha negado. Yo quiero que no viva con esa pesada mochila del dolor, del final abrupto del camino, del corte de las ilusiones, de la impunidad de lo mediocre, del odio y del rencor. Yo quiero ofrecerle a Selena mi Alma, mi cuerpo, mi espíritu, toda mi existencia para que siga cantando, para que siga diseñando, para que siga creando, para que vuelva a tener esa energía que era el equivalente a toda la energía del universo. Yo quiero que Selena sea nombrada por todo el mundo, sea el ejemplo para todo el mundo, sea la felicidad para tanta gente, sea esa pequeña embajadora mundial que nos muestre con palabras y hechos todo lo que se puede lograr con trabajo, dedicación, honestidad, amor propio, energía, proyectos, sueños, anhelos. Yo quiero darle vida a Selena, sea retrocediendo en el tiempo, sea dándosela a Dios mismo ahora, sea esperando a alguien que me diga qué tengo que hacer para que mi deseo y el sueño de tanta gente se hagan realidad. Porque no puedo dejar de pensar en el dolor de tanta gente que llora cada 31 de marzo, que recuerda con desazón lo sucedido, que no acepta que Selena se haya ido de este mundo. Porque tampoco puedo dejar de pensar en lo que pensaría Selena aquel día, aquel momento, aquel instante en el que comenzó a percibir que sus sueños se esfumaban como pompas de jabón, siendo tan joven, sin entender por qué, sin poder siquiera despedirse, sin siquiera poder decir una palabra. Por eso quiero darle la posibilidad a Selena de que pueda hablar, de que pueda hacer, de que pueda actuar, de que haga todo lo que tenga que hacer en lugar de mí, que ya he hecho lo que podía dar…

No hay peor cosa cuando uno pierde la ilusión, la alegría, la sonrisa. No hay peor cosa que no haya luz en el camino, no hay peor cosa que asistir impotentes a una realidad que es un cachetazo a la vida, al Amor, al entusiasmo, a un modo honesto de ver las cosas. Y frente a eso, peor aún, es no hacer nada para remediarlo, aceptar que ya nada se puede hacer. Y eso no es así. Eso no debe ser así, y menos con Selena … Y mientras espero ese milagro, no bajaré los brazos por Selena. Haré lo imposible para que todo el mundo la reconozca, la tribute, la evoque. No pararé hasta lograr que todo artista de cualquier género quiera recordarla con sus canciones o recreando sus propios temas. No pararé hasta ver que toda su obra se pueda apreciar. No me detendré hasta que se conozca la totalidad de sus interpretaciones. No pararé hasta recuperar Selena Etc. No me detendré hasta que certifique que no sólo se ha mejorado El Mirador, sino que hay más miradores, que el Gravesite vuelva a ser un lugar amplio y de paz, que no sólo haya una estrella de Selena en el Hard Rock Café de San Antonio, sino que hay varias en todo el mundo. Y no me detendré hasta que los Spurs de San Antonio la tengan como su figura principal, que todos sus videos de enseñanza para las escuelas se divulguen en todas las escuelas de México y Estados Unidos y que Monterrey tenga sus lugares propios para recordar a Selena a quien tanto amaban. Yo quisiera tener todo el oro del mundo … sólo para hacer todo por el recuerdo de Selena, para reparar en algo tanta pérdida, para darle un poco de vida a la espera del pequeño milagro de que vuelva a estar entre nosotros. Yo no me resigno a tener mi “Día de la Marmota” y que lo pueda superar…

Todo esfuerzo siempre será poco. Yo no puedo vivir la vida sin un mañana. Yo no puedo vivir sin tener sueños, esperanzas, aunque sean difíciles de lograr, sin pensar que algún día Selena volverá. Prefiero ser un iluso, prefiero pecar de delirante, pero prefiero apostar a la esperanza, a la vida, a los imposibles. Yo quiero que Selena tenga su nueva oportunidad, yo quiero poner en práctica aquellas palabras que Selena siempre pronunciaba: “Siempre hay que pelear por los sueños” y “The impossible is always possible”. Yo no quiero vivir llorando, llorando de dolor, quedándome con esa horrenda sensación de que no se puede hacer nada. Para mí la vida tiene un mañana si Selena está en él. No importa cómo se me presenta Selena. Lo importante es que se me presente y que dé sentido a mi existencia. Y que con su presencia encuentre el sentido a la suya, que es lo más importante. Y si Selena no puede llegar a mí y a todos los que la amamos, seré yo el que buscaré la manera de encontrarla, de darle esa vida que se le presentó corta. Yo no puedo vivir sin darle mi homenaje diario, mi agradecimiento eterno. Sólo así habrá un presente y un futuro. Sólo así tiene sentido el pasado. A la hora de recordar a Selena como se debe, yo no me puedo olvidar de esa niña y su micrófono enorme en sus manos, a la espera de cantar en un ensayo. Yo no me puedo olvidar de esa niña que ante el silencio de todos antes de tocar, ser grabados y filmados, diga mirándolo a su padre “¿Cuándo comenzamos?”. No puedo olvidar sus ganas de agradar a tan variado público desde muy pequeña. No puedo olvidar cantando “Dame un beso” en los TMA 1987, a la edad de 15 años, cerca de los 16. No puedo olvidar el crecimiento de Selena al interpretar “Quisiera darte” en el Show de Johnny Canales en 1989, no puedo olvidar el furor en Monterrey desde que lo pisó por primera vez, no puedo olvidar cómo le agarró la corbata a Johnny Canales mientras interpretaba “¿Qué creías?” en 1993, su particular e innovadora forma de vestir en su última aparición en “El show de Johnny Canales” en 1994 interpretando “No me queda más”, no puedo olvidar esos conciertos multitudinarios en Monterrey en 1994, no puedo olvidar su despedida saludando hasta el último espectador en el Houston Astrodome 1995, no puedo olvidar su sueño de hacer un disco en inglés y 4 canciones hechas…

Yo no me puedo olvidar de ello y por eso haré que esos 23 años en el que Selena estuvo en este mundo y lo hizo feliz se recuerden siempre, se valoren siempre, se rememoren como aquello en el que todos estuvimos contentos y dichosos de nuestras vidas, que se recuerden como aquellos años en los que tuvimos alegría y esperanza, que se recuerden como algo hermoso que se nos fue pero que Dios algún día nos devolverá con su infinito Amor. Yo sé que Dios nos devolverá a su criatura más preciada, acaso lo más hermoso que pudo crear en el Universo…

Yo estoy aquí Selena para que sepas que te espero, porque tú eres el aire que respiro, el latido de mi corazón, el Alma de mi cuerpo, la alegría en mi rostro, la felicidad eterna…

Siempre estoy pensando en ti, Selena, dando todo para ti y queriéndote aunque no pueda verte nunca, aunque nunca pude verte…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
















Selena … Ese recuerdo vivo


Puedo ver aún hoy a Selena en aquel hermoso concierto de San Antonio en 1991 pidiendo a uno de los asistentes que le acercaran aquello que le ofrecían. Cuando llegó a sus manos, lo vio y se sorprendió gratamente cuando notó que era un globo con una flor adentro. Selena primero sonrió, luego se emocionó y exclamó un “Ahhh!!!” Y no contenta con ello le pidió al público que acompañara su exclamación. Atrás de ella se podía ver a A.B. muy enojado con otra de las asistentes al concierto porque pedía un globo también. Detrás de Selena podía verse cómo le gritaba “Tienes. Tienes” y le pedía que dejara de pelear. Pero nadie daba cuenta de ello. Los ojos de todos se posaban en Selena que los invitaba a bailar cumbias. Un sí rotundo estalló en sus oídos a tal punto que ella se echó para atrás sorprendida y enseguida dio comienzo a la canción “Baila esta cumbia”. Y ella echó a bailar y a reír exhortando a todo el mundo a que siguiera su ritmo, a que la siguiera a ella. Selena tenía tan sólo 19 años. Estaba por cumplir los 20 y era toda una cantante profesional. Tan era así que se permitió advertir, mientras arengaba al público, que su hermano, aún enojado, le hacía una indicación para que se acercara. Ella con disimulo, y nunca perdiendo el ritmo, se acercó a A.B. y escuchó lo que éste le decía. Enseguida se apartó de él y se adelantó de nuevo en el escenario encarando al público para que siguiera participando, para que siguiera prestándole atención a su pedido. Por supuesto que éste acató su pedido pues tanto la seguía, tanto la amaba, que ni siquiera advirtió lo dicho por A.B. a Selena. Es más, ni se enteró. Sólo seguía la voz de Selena, su agitar de manos, su baile. No pasó ni un minuto cuando Selena lo miró de nuevo a A.B. para hacerlo partícipe del tema … Así le hizo creer al público ... En realidad, quería corroborar si todo estaba bien. Cuando lo confirmó, se apartó de él y siguió cantando ante su gente como si nada hubiera pasado. Pronto la cara de A.B. cambió y comenzó a notarse en él de nuevo la alegría y la satisfacción. Poco después éste se acercó a Suzette y le comentó con ansias lo que había sucedido, y luego se puso a bailar también él con su bajo. Selena luego paró de golpe de cantar y mirando en forma cómplice a su público le preguntó “¿Quieren más?”. Ante la algarabía de la gente Selena siguió y todo siguió bien en un concierto que llegó a durar 3 horas…

Tal vez éste como tantos otros hechos muestran como nadie lo que era Selena. Lo que era Selena como artista y como persona. Una persona que estaba atenta a todo y que no podía seguir si no veía que todo estaba bien, que todos estaban bien. No podía concebir un concierto, un lugar, un momento sin advertir de que todos estaban gozando, de que todos estaban felices, de que todos estaban contentos. Siempre entendió y aprendió que debía dar todo de sí para que la gente que estaba a su alrededor estuviera bien y satisfecha. No podía estar en un lugar en el que hubiera tensión, hubiera enojo. La mejor síntesis de ello eran sus risotadas. Podía estar bien, podía estar mal, podía no tener ganas, podía hasta estar no de muy buen humor, pero si había un minuto de silencio en el ambiente o si había un clima de enojo, ella se ponía a hablar y a reírse, decir algo y estallar en carcajadas. Y nadie podía resistirse a ello, pues Selena se encargaba de cautivar a todo el mundo con su encanto, con su carisma, con su personalidad. Eso la hizo una persona particular, una artista distinta, una cantante única e irrepetible. Eso la hizo sencillamente encantadora, difícil de olvidar, imposible de no querer…

Tal vez esa personalidad arrolladora, esa necesidad de acaparar todo, de querer solucionar todo aun en la mayor de las adversidades le haya jugado en contra, tan fatídicamente en contra que tal vez explique en parte lo sucedido aquel nefasto 31 de marzo. Y tal vez todos entendamos que no alcanza con lamentarse por lo sucedido, con esperar que el paso del tiempo se haga cargo de nuestros recuerdos, de nuestro cariño, de aquello que nos tocó el corazón y el alma. Y encima la incomprensión acerca de todo lo que le pasó aquel día nos genere un permanente estado de movilización, de querer seguir haciendo algo por Selena, por querer reparar algo de lo irreparable. Porque no podemos evitar pensar que se ha ido Selena, que se ha ido una artista excepcional, que no tiene igualación ni continuación. Y aunque nos ofrecieran a nuestros pies a la mejor cantante del mundo, no la aceptaríamos … Porque a ella la habíamos adoptado, a ella la habíamos elegido. Ella nos llenaba de alegría el corazón, ella nos emocionaba, ella nos hacía vivir un mundo mejor. Y cuando uno percibe eso de un artista difícilmente quiera a otro del mismo modo. El que ama a Selena sólo quiere ver a Selena. Y la forma de su partida y la consternación que ha provocado lo sucedido aumentan más el deseo de verla, de no aceptar lo que ha sucedido, de no acostumbrarse a que aquello que sucedió ya no se puede revertir, de no aceptar que no se puede hacer nada por ella…

Vivimos un tiempo en el que nos invitan al olvido, a la aceptación sumisa, a la resignación. Nos invitan a asimilar las cosas, a aceptarlas como son. A que Selena hay que recordarla por su música y que el dolor hay que aceptarlo con el dolor de cada día, con el llanto en cada medianoche, con el vacío que dejó Selena, con el despertar de cada día sin entender cómo Selena no está entre nosotros. Pero el que ama a Selena no puede hacerlo. No puede hacerlo porque la recuerda con Amor con cada disco, con cada concierto, con cada imagen que pudo retener de Selena en la televisión, en un concierto, en cualquier lugar en el que ella transitó y dejó su mensaje de cariño, amor y esperanza. No puede hacerlo porque alguna vez estrechó su mano para saludarla, le dio un beso, le pidió un autógrafo. Y menos puede hacerlo porque a cambio recibía no sólo lo pedido, sino algo más, algo que le subía el ánimo y la autoestima: Selena les preguntaba por ellos, por su familia, por su vida. A veces era la misma Selena quien se acercaba a ellos para saludarlos, para dar su cariño, para ofrecerles su Amor. ¿Cuántas veces veían cómo Selena en cada concierto los individualizaba y los saludaba, y se ponía la mano en le pecho y hacía una reverencia como muestra de cariño? ¿Cuántas veces recibía el cariño en el escenario tomando con una mano en el aire el beso recibido de lejos y poniéndoselo en el corazón? ¿Cómo olvidarse de tantas muestras de afecto? ¿Cómo olvidarse de semejante cantante que nos daba todo lo que queríamos recibir de un artista y más, mucho más?

Creo que todos los que amamos a Selena nos gusta recordar todo lo que nos dejó Selena como algo presente, como algo que está vivo, a pesar del dolor. A veces es tanto el dolor que creemos que para seguir adelante hay que aceptar la situación, recordarla con anécdotas divertidas reservadas para los aniversarios, pensar que la encontraremos tal vez en otra vida, contentarnos con que alguien nos diga que Selena nos deja un mensaje de un eventual más allá … Nada más errado … pues antes que aceptar eso se debe aceptar que es imposible recordar a Selena sin una lágrima, sin enojo, sin la consternación que generó su partida, sin el hecho de su partida. Eso también forma parte del recuerdo, de la vida, de todo lo que tenga que ver con Selena. Nunca se puede olvidar aquello y tampoco se quiere, a juzgar por lo sucedido. La duda, los interrogantes, los proyectos rotos, una vida hecha a base de sacrificios, alegría, optimismo y tremenda voluntad hecha añicos nos movilizan a hacer algo por ella, algo para reparar lo que de por sí es irreparable. No podemos dejarla sola, no podemos olvidarla, no debemos abandonarla, porque no hay peor cosa que aceptar una realidad que no tiene explicación, justificación, asimilación. Tal vez esa densa y triste realidad se exprese en el hecho de que Selena, siendo una estrella a punto de conquistar el mundo, quede reducida en su lugar de recuerdo en Corpus Christi. Que de una superestrella internacional su impronta quede reducida a un mirador con colores de olvido y abandono, un gravesite cercado, una boutique cerrada, un museo que exhibe lo poco que queda y en el que se proyectan imágenes de Selena que inexplicablemente no se dejan plasmadas para la posteridad en un dvd, en un formato que permita que ese Legado de Amor de Selena esté vivo siempre en aquella gente que la conoció y vio, en la gente que la descubrió y en aquellas personas que la descubrirán, porque la magia de Selena radica en eso, en que aun en ausencia sigue generando lo mismo que hace 15 años. Sólo una artista en serio con un tremendo talento puede lograr la misma sensación que tuvo el padre de Selena cuando la escuchó por primera vez, la misma sensación que tuvo José Behar, presiente de la Emi Latin, cuando la observó de casualidad en San Antonio, la misma sensación que todos tuvimos cuantos la vimos por primera vez sin saber quién era, sin imaginarnos lo que era, sin siquiera teniendo en muchos casos perspectivas y confianza en su canto antes de apreciarla…

Todos queremos seguir viviendo y haciendo vivir lo que nos dejó Selena, pues aún hoy nos sigue emocionando, nos sigue llenando el Alma, nos sigue cautivando, nos sigue sacando lo mejor de cada uno. Uno sigue cantando con ella “Como la Flor”. Uno se sigue emocionando con su entrada en el Astrodome. Uno sigue recordando su eterna sonrisa. Uno sigue cantando con ella mientras Selena nos susurraba “pero .,. ay, ay, ay, cómo me duele” en Festival Acapulco 1994. Uno sigue admirando su voz, su baile y su belleza cantando “Si una vez” en el programa “Un nuevo día”, del mismo año. Uno recuerda deslumbrando en La Fiesta Broadway 1992 cantando “Enamorada de ti”. Uno recuerda ese inicio de una artista sin igual en el Memorial Coliseum de Corpus Christi 1993 cantando “Como la Flor” y “Baila esta cumbia”. Uno canta con ella y la acompaña en los coros dirigidos bajo su batuta cantando “No debes jugar” en el Far West Rodeo 1994, con Selena y su hermoso boustier y pantalón azul. Uno no puede olvidar sus miradas, sus señalamientos y sus increíbles interpretaciones en el Houston Astrodome de “Tus desprecios” y “Cobarde”. Uno no puede olvidar y dejar de emocionarse cuando Selena interpreta “Where did the feeling go?” en el concierto de San Antonio 1991. Uno no puede olvidar la evolución de Selena desde su interpretación hasta su música al escuchar y ver “La carcacha” en los conciertos de Houston Astrodome 1993 y 1995. Uno no puede olvidar la increíble interpretación y el zamarreo que Selena le da a su “ex novio” en el concierto de Odessa de 1994 ... Uno tampoco puede olvidar la belleza de Selena en aquel concierto .... Uno no puede olvidar a Selena cantando en Padrísimo, en especial “Fotos y recuerdos” en marzo de 1995 con su increíble gracia y carisma, o con su expresividad y esas miradas que nos dejaban helado mientras interpretaba “Si una vez” en febrero de 1995, o con su aire de artista inigualable en el video “No debes jugar” en 1993. Uno no puede olvidar esa magistral interpretación en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, en noviembre de 1994. Uno no puede olvidar esos conciertos de Monterrey, esa locura de la gente mientras Selena cantaba “Ven conmigo” en la Feria 1994, el delirio de sus fans mientras cantaba “Amor prohibido” en el programa “Siempre en domingo” con su pelo largo y lacio con flequillo y su vestido rojo, o el carisma y el manejo increíble del escenario cuando melena al viento con un peinado que se la recordaría por siempre junto con su sexy vestido color crema interpretaba “Techno cumbia”, mientras hacía entrar y bailar al mismísimo Raúl Velasco, conductor del programa… Uno no puede olvidar cómo se oía su respiración cuando se detuvo de golpe al final del tema “Si una vez” en el Houston Astrodome 1995 para rematar con “Ese error … Ese error … es cosa de ayer” con una increíble voz en el medio del asombro y los gritos de admiración de su gente… Uno no puede olvidar su canto y su baile interpretando “Baila esta cumbia” en 1993 en el programa “Furia musical”, como también no se puede olvidar cómo se trababa al hablar en español. Y, más aun, uno no se puede olvidar en 1992 en Monterrey mientras cantaba “Como la Flor” con su enorme gorro oscuro. Y así tantos recuerdos que se sintetizan cuando Selena cantó “Como la Flor” en el concierto “Estamos en Tejas” 1992 y luego invitaba a tres chicas a que cantaran su versión de ese tema…

Son muchísimos los recuerdos, son muchísimas las imágenes, pero Selena no llegaba sólo por su voz, por su talento, por su carisma, por su personalidad … Selena llegaba al público por cómo era, por lo que decía, por su esfuerzo, por sus ambiciones, por ser sencilla pero también frontal. Por no conformarse nunca, por querer siempre mejorar, por imaginarse que podía llegar a lo más alto en su carrera con honestidad, franqueza y ganas. Que entendió que cuando triunfó en México, debía aprender el español por respeto al público y lo hizo en muy poco tiempo. Que tal vez en “Furia Musical” mostró con franqueza su sentir al expresar que cuando ella tenía tiempo libre lo empleaba para cumplir con sus proyectos, con todo lo que había soñado. Que no tenía ningún inconveniente en decir que antes de formar una familia primero quería poder cumplir con todo lo que tenía planeado en su mente, que a los 16 años en los Tejano Music Awards y ante su primer premio no pudo con su genio y dijo “Agradezco a Los Dinos porque sin ellos yo no sería nada. Cuando ellos ganan yo gano. Cuando ellos pierden … yo no los conozco!!!”. Porque Selena era así y eso también formaba parte de su encanto. Selena ganaba con su magia, con su áurea. Selena era una artista irresistible, y deslumbraba por su canto y por su presencia. Y Selena lo sabía … Vaya si lo sabía! … Y aunque tengamos que recurrir a un video casero en el que dice “Odio que digan que soy la mejor porque odio que me digan la verdad”, todos sabemos que se sentía la mejor porque así lo pensaba y así se lo hacía saber su público, que se sintetizaba con aquellas hermosas palabras que le prodigara la conductora del programa “En vivo”, cuando le hizo saber a Selena que la gente no sólo la admiraba, sino que la quería, y que siempre ese público necesitaba mostrarle no sólo su cariño, sino también la necesidad de protegerla, de cuidarla…

Por eso, cuando se dio ese hecho difícil de entender, de explicar, de aceptar, la gente reaccionó de esa manera. El público no reacciona de la misma manera ante el mismo suceso protagonizado por diferentes personas. La gente que la conocía a Selena se vio sacudida porque le quitaron lo que tanto querían, lo que tanto habían buscado, lo que colmaba su felicidad. Y los que no la conocían se conmovieron por alguien que si no sabían en ese momento lo que significaba para tanta gente lo sabrían después. De ahí la cachetada que recibieron todos, el llanto de tantas mujeres, varones, niños, gente mayor. De ahí que la gente que tanto la quiso sólo se aferró a lo que había dejado Selena para no olvidarla nunca, para no dejarla sola, para aferrarse a la esperanza de que le digan que todo fue un mal sueño, una pesadilla, un terrible sueño que no se condice con la realidad, con una realidad de un mundo con felicidad, de un mundo con Selena…

Y mientras tanto, la gente que quiere a Selena espera a Selena, escucha a Selena, no acepta ese terrible hecho del que fue víctima sólo Selena … sí, sólo Selena ... Y el público no lo hace porque evade la realidad, porque ha perdido los cabales. No la acepta por Amor a Selena, por Amor y agradecimiento a una artista sin igual que dio todo de sí para la alegría y felicidad de su gente…

Por eso estoy aquí, Selena, para no aceptar tu partida, para esperarte todos los días, para evocarte como ejemplo cuando mis días no son felices … para demostrarte que siempre estaré aquí por ti para recordarte, para quererte, para tributarte, para dejar tu nombre bien en alto, para cuidarte, para acompañarte, para no dejarte nunca, nunca sola!!!

Te quiere de todo corazón, ese corazón que es sólo tuyo…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)