Ya no quiero seguir sin Selena…




No hay peor cosa en la vida que sentirse solo, triste, imposibilitado e impotente para cambiar una realidad tan devastadora, tan cruel, tan injusta, tan indigna. No hay peor cosa que sentir que hay que seguir en la vida tratando de gozar de las pequeñas cosas de nuestro quehacer cotidiano sin tener a nuestro lado lo que nos da vida, lo que da sentido a nuestra existencia, lo que nos da alegría, lo que saca lo mejor de nosotros, lo que nos da la energía suficiente como para encarar cada momento de nuestras vidas con la mejor sonrisa, con la mejor predisposición, con la mejor actitud. No hay peor cosa que sentir que se nos va la vida, que se nos acaban las posibilidades, que se acaban nuestras ilusiones de ver un mundo mejor, de estar plenamente felices, de poder estar rodeado de aquello que nos da el aire que respiramos, el alma a nuestro cuerpo, el latido a nuestro corazón…

A veces, me detengo en lo que hago, y no puedo dejar de pensar en Selena, en el tiempo que está sin nosotros, en el dolor de su ausencia, en la vida que pudo vivir, en todo lo que nos dio mientras estuvo entre nosotros … y no puedo evitar entristecerme. Cuando pienso en Selena, pienso en lo banal de mis preocupaciones, en el sinsentido de preocuparse por cosas fugaces, por importancias inexistentes, por urgencias ridículas. Salgo a la calle en busca de aire, de una explicación, de una esperanza. No importa la vida que tengo, no importa cuán importantes sean mis problemas. No siquiera interesa lo que me pone feliz y contento. Porque lo que más me interesa en la vida no está, lo que daría sentido a mi existencia no está, porque lo más dulce en mi vida no está … No está Selena aquí y me siento incompleto, vacío, sin poder gozar de una felicidad completa, sin poder ser enteramente feliz al no ser feliz ella en este mundo, al no estar ella en este mundo…

A veces no quiero seguir adelante. Adelante significa seguir un camino no elegido por mí, elegido por los demás, por el destino, por las circunstancias. En realidad, no quiero seguir adelante, porque pasa el tiempo y mayor es mi dolor. Cada día que pasa es un día más sin Selena y eso agranda mis heridas, mi sangre no deja de fluir, mis lágrimas no cesan y el dolor del alma es más punzante que cualquiera que yo haya conocido … y eso que he padecido muchos dolores ... Yo no quiero seguir adelante sin tener a Selena con su risa, con su voz, con su alegría, con su talento, con su carisma, con su personalidad. Avanzar es ir admitiendo que nada se puede hacer, genera un desgaste en nuestras ilusiones, en nuestra imaginación, en nuestra existencia. Seguir adelante es seguir cargando con esa mochila tan dolorosa que nunca nos la podremos quitar. Con una historia de hadas que termina en tragedia, que termina con una herida absurda, con un dolor que nos duele tanto a nosotros como a Selena, un dolor que no se cura con el olvido, con una evocación, con fotos y recuerdos. Un dolor que sólo se va si Selena aparece entre nosotros, si la justicia y el Amor aparecen en este mundo y en nuestras vidas…

Yo no quiero seguir adelante. Yo quiero volver sobre mis pasos. Quiero ser dueño de mi destino. Quiero poder hacer algo por Selena, ayudarla, darle su oportunidad, cuidarla para que sea feliz y libre, para que esté contenta, para que sonría una vez más. Quisiera retroceder. Retroceder en el tiempo. Retroceder en la vida. Mirar atrás y correr, correr en busca de Selena, correr hasta buscar en qué se falló y repararlo. Buscar reparar algo que ha dañado a toda una familia y a tanta gente. Buscar reparar lo más valioso y lo que más se ha destrozado, que es la vida de Selena. Uno quiere retroceder para darle esa nueva oportunidad a Selena. Para decir “aquí no ha pasado nada” y tener esa posibilidad de reinventar el año 1995 y reencaminar el futuro con Selena. A veces pienso que el Amor que uno le tiene a Selena haría posible aquello que hoy y siempre sonaría imposible. Yo comulgo la idea que Selena nos transmitió, que es que nada es imposible, que todo se puede lograr en pos de nuestra felicidad. Por eso recuerdo aquella película denominada “Groundhog Day”, en el que el protagonista era una periodista que iba a cubrir la noticia de un pequeño pueblo que todos los años celebraba “El día de la marmota”. Al día siguiente, nota que se repite ese día hasta que da cuenta de que ha quedado atrapado en el tiempo y de que está condenado a vivir todos los días el mismo día con los mismos hechos, con los mismos acontecimientos, con las mismas palabras, sin poder salir de ese día que se hace insoportable para él. Una y otra vez vive ese día que se hace intolerable para él. En el ínterin de esa peripecia asfixiante, se enamora de su compañera de trabajo y aprovecha toda la información que obtiene todos los días “viviendo el mismo día” para conquistarla. Nada sucede. Por el contrario, los “mismos días” se hacen peores para él. Cada vez tiene más problemas. Hasta que se da cuenta de que hay una sola manera de salir de la trampa, que es permitirse ser feliz, ser él mismo, descontracturarse, no vivir en la amargura de su vida cotidiana, y ser auténtico en la vida y en sus sentimientos. Cuando lo logra, se despierta y se da cuenta de que “El día de la marmota” ha pasado. Pasó el tiempo, reencausó su vida, recuperó su ritmo de trabajo y pudo seguir adelante en la felicidad plena de ser feliz siendo uno mismo al lado de lo que más amaba, que era esa periodista que durante años trabajó con ella sin darse cuenta de que era ella y sólo ella su felicidad, y la posibilidad de vivir en armonía con todo…

Por eso no puedo seguir adelante, porque para seguir adelante necesito de eso que le da sentido a mi vida, aquello que le da Amor, felicidad, esperanza, aquello que alumbra mis ojos, los llena de alegría, me da la energía necesaria que me lleva a encarar cualquier avatar en mi vida sin mayores problemas. No puedo vivir sin tener a ese alguien que me haga feliz, que me haga pasar por la vida sintiéndome con el pecho inflado, con el semblante bien en alto y la felicidad a flor de piel. Yo no puedo seguir adelante sin Selena. Seguir sin ella me convierte en un hombre sin esperanza, sin ilusiones, sin metas, sin perspectivas. Sin Selena yo no soy realmente el mismo, soy un ente vacío que se arrastra por las calles sin Alma, sin sangre, sin fuerza, sin alegría. Sin Selena es como no respirar, como no tener sentido seguir. Selena le daba sentido a las cosas, le daba alegría, le daba emoción. No es que Selena fuese un Dios. Por supuesto que no lo era … Pero Selena era algo divino que llenaba de vida el lugar, lo colmaba con su presencia, con su espíritu. Incluso el verla en un video genera esa sensación .... Pero falta su presencia, su lugar en el mundo ... El que ella no esté significa para el que la ama de verdad la angustia, el dolor, la impotencia, el enojo, el llanto, la sensación de que su partida debió haberse evitado, debió haberse prevenido. Y esa partida le ha quitado magia a este mundo, la alegría a su gente y la vida a Selena, que era lo más preciado…

No puedo seguir adelante sin Selena, sin ver a Selena feliz y contenta, contenta con todo lo que hacía, contenta por poder hacer todo lo que se había propuesto realizar, con toda su energía, con toda su pasión, con su baile, con su voz, con su talento, con su carisma. No puedo seguir adelante sin verla a ella triunfar, aunque estuviera lejos de mí, de mi vida, de mi existencia. Me quita fuerzas el vivir cada día y no poder torcer el rumbo, quedar supeditado mi deseo a los demás. Me deprime vivir no pudiendo tener la posibilidad de hacer algo más por Selena, ver al resto de la gente siendo feliz con no sólo tener lo más preciado al lado de ellos, sino pudiendo proyectar cosas, tener objetivos, proponerse metas y trabajar en ellas. Yo deambulo por las calles estando triste porque no me queda más que un abismo de tristeza y lágrimas ... Yo quisiera poder reír para siempre. Yo quisiera ir en la vida con el pecho erguido, caminando con orgullo de que puedo invocar el nombre de Selena y de que todos sepamos de qué se trata, y de ver a Selena al final del camino triunfando y siendo querida, siendo feliz en su intimidad de ser alguien apreciada y amada, sabiendo que es un ejemplo para todos…

No puedo seguir adelante sin tener una señal de Selena, sin poder hacer todo lo posible y lo imposible por encontrarla, abrazarla, agradecerte, disfrutarla. No puedo seguir si no está ella. Yo quiero reencausar el camino. La vida siempre nos da una nueva oportunidad. Yo quiero darle esa nueva oportunidad a Selena. Yo quiero darle esa oportunidad que la vida le ha negado. Yo quiero que no viva con esa pesada mochila del dolor, del final abrupto del camino, del corte de las ilusiones, de la impunidad de lo mediocre, del odio y del rencor. Yo quiero ofrecerle a Selena mi Alma, mi cuerpo, mi espíritu, toda mi existencia para que siga cantando, para que siga diseñando, para que siga creando, para que vuelva a tener esa energía que era el equivalente a toda la energía del universo. Yo quiero que Selena sea nombrada por todo el mundo, sea el ejemplo para todo el mundo, sea la felicidad para tanta gente, sea esa pequeña embajadora mundial que nos muestre con palabras y hechos todo lo que se puede lograr con trabajo, dedicación, honestidad, amor propio, energía, proyectos, sueños, anhelos. Yo quiero darle vida a Selena, sea retrocediendo en el tiempo, sea dándosela a Dios mismo ahora, sea esperando a alguien que me diga qué tengo que hacer para que mi deseo y el sueño de tanta gente se hagan realidad. Porque no puedo dejar de pensar en el dolor de tanta gente que llora cada 31 de marzo, que recuerda con desazón lo sucedido, que no acepta que Selena se haya ido de este mundo. Porque tampoco puedo dejar de pensar en lo que pensaría Selena aquel día, aquel momento, aquel instante en el que comenzó a percibir que sus sueños se esfumaban como pompas de jabón, siendo tan joven, sin entender por qué, sin poder siquiera despedirse, sin siquiera poder decir una palabra. Por eso quiero darle la posibilidad a Selena de que pueda hablar, de que pueda hacer, de que pueda actuar, de que haga todo lo que tenga que hacer en lugar de mí, que ya he hecho lo que podía dar…

No hay peor cosa cuando uno pierde la ilusión, la alegría, la sonrisa. No hay peor cosa que no haya luz en el camino, no hay peor cosa que asistir impotentes a una realidad que es un cachetazo a la vida, al Amor, al entusiasmo, a un modo honesto de ver las cosas. Y frente a eso, peor aún, es no hacer nada para remediarlo, aceptar que ya nada se puede hacer. Y eso no es así. Eso no debe ser así, y menos con Selena … Y mientras espero ese milagro, no bajaré los brazos por Selena. Haré lo imposible para que todo el mundo la reconozca, la tribute, la evoque. No pararé hasta lograr que todo artista de cualquier género quiera recordarla con sus canciones o recreando sus propios temas. No pararé hasta ver que toda su obra se pueda apreciar. No me detendré hasta que se conozca la totalidad de sus interpretaciones. No pararé hasta recuperar Selena Etc. No me detendré hasta que certifique que no sólo se ha mejorado El Mirador, sino que hay más miradores, que el Gravesite vuelva a ser un lugar amplio y de paz, que no sólo haya una estrella de Selena en el Hard Rock Café de San Antonio, sino que hay varias en todo el mundo. Y no me detendré hasta que los Spurs de San Antonio la tengan como su figura principal, que todos sus videos de enseñanza para las escuelas se divulguen en todas las escuelas de México y Estados Unidos y que Monterrey tenga sus lugares propios para recordar a Selena a quien tanto amaban. Yo quisiera tener todo el oro del mundo … sólo para hacer todo por el recuerdo de Selena, para reparar en algo tanta pérdida, para darle un poco de vida a la espera del pequeño milagro de que vuelva a estar entre nosotros. Yo no me resigno a tener mi “Día de la Marmota” y que lo pueda superar…

Todo esfuerzo siempre será poco. Yo no puedo vivir la vida sin un mañana. Yo no puedo vivir sin tener sueños, esperanzas, aunque sean difíciles de lograr, sin pensar que algún día Selena volverá. Prefiero ser un iluso, prefiero pecar de delirante, pero prefiero apostar a la esperanza, a la vida, a los imposibles. Yo quiero que Selena tenga su nueva oportunidad, yo quiero poner en práctica aquellas palabras que Selena siempre pronunciaba: “Siempre hay que pelear por los sueños” y “The impossible is always possible”. Yo no quiero vivir llorando, llorando de dolor, quedándome con esa horrenda sensación de que no se puede hacer nada. Para mí la vida tiene un mañana si Selena está en él. No importa cómo se me presenta Selena. Lo importante es que se me presente y que dé sentido a mi existencia. Y que con su presencia encuentre el sentido a la suya, que es lo más importante. Y si Selena no puede llegar a mí y a todos los que la amamos, seré yo el que buscaré la manera de encontrarla, de darle esa vida que se le presentó corta. Yo no puedo vivir sin darle mi homenaje diario, mi agradecimiento eterno. Sólo así habrá un presente y un futuro. Sólo así tiene sentido el pasado. A la hora de recordar a Selena como se debe, yo no me puedo olvidar de esa niña y su micrófono enorme en sus manos, a la espera de cantar en un ensayo. Yo no me puedo olvidar de esa niña que ante el silencio de todos antes de tocar, ser grabados y filmados, diga mirándolo a su padre “¿Cuándo comenzamos?”. No puedo olvidar sus ganas de agradar a tan variado público desde muy pequeña. No puedo olvidar cantando “Dame un beso” en los TMA 1987, a la edad de 15 años, cerca de los 16. No puedo olvidar el crecimiento de Selena al interpretar “Quisiera darte” en el Show de Johnny Canales en 1989, no puedo olvidar el furor en Monterrey desde que lo pisó por primera vez, no puedo olvidar cómo le agarró la corbata a Johnny Canales mientras interpretaba “¿Qué creías?” en 1993, su particular e innovadora forma de vestir en su última aparición en “El show de Johnny Canales” en 1994 interpretando “No me queda más”, no puedo olvidar esos conciertos multitudinarios en Monterrey en 1994, no puedo olvidar su despedida saludando hasta el último espectador en el Houston Astrodome 1995, no puedo olvidar su sueño de hacer un disco en inglés y 4 canciones hechas…

Yo no me puedo olvidar de ello y por eso haré que esos 23 años en el que Selena estuvo en este mundo y lo hizo feliz se recuerden siempre, se valoren siempre, se rememoren como aquello en el que todos estuvimos contentos y dichosos de nuestras vidas, que se recuerden como aquellos años en los que tuvimos alegría y esperanza, que se recuerden como algo hermoso que se nos fue pero que Dios algún día nos devolverá con su infinito Amor. Yo sé que Dios nos devolverá a su criatura más preciada, acaso lo más hermoso que pudo crear en el Universo…

Yo estoy aquí Selena para que sepas que te espero, porque tú eres el aire que respiro, el latido de mi corazón, el Alma de mi cuerpo, la alegría en mi rostro, la felicidad eterna…

Siempre estoy pensando en ti, Selena, dando todo para ti y queriéndote aunque no pueda verte nunca, aunque nunca pude verte…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
















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