Selena … Ese recuerdo vivo


Puedo ver aún hoy a Selena en aquel hermoso concierto de San Antonio en 1991 pidiendo a uno de los asistentes que le acercaran aquello que le ofrecían. Cuando llegó a sus manos, lo vio y se sorprendió gratamente cuando notó que era un globo con una flor adentro. Selena primero sonrió, luego se emocionó y exclamó un “Ahhh!!!” Y no contenta con ello le pidió al público que acompañara su exclamación. Atrás de ella se podía ver a A.B. muy enojado con otra de las asistentes al concierto porque pedía un globo también. Detrás de Selena podía verse cómo le gritaba “Tienes. Tienes” y le pedía que dejara de pelear. Pero nadie daba cuenta de ello. Los ojos de todos se posaban en Selena que los invitaba a bailar cumbias. Un sí rotundo estalló en sus oídos a tal punto que ella se echó para atrás sorprendida y enseguida dio comienzo a la canción “Baila esta cumbia”. Y ella echó a bailar y a reír exhortando a todo el mundo a que siguiera su ritmo, a que la siguiera a ella. Selena tenía tan sólo 19 años. Estaba por cumplir los 20 y era toda una cantante profesional. Tan era así que se permitió advertir, mientras arengaba al público, que su hermano, aún enojado, le hacía una indicación para que se acercara. Ella con disimulo, y nunca perdiendo el ritmo, se acercó a A.B. y escuchó lo que éste le decía. Enseguida se apartó de él y se adelantó de nuevo en el escenario encarando al público para que siguiera participando, para que siguiera prestándole atención a su pedido. Por supuesto que éste acató su pedido pues tanto la seguía, tanto la amaba, que ni siquiera advirtió lo dicho por A.B. a Selena. Es más, ni se enteró. Sólo seguía la voz de Selena, su agitar de manos, su baile. No pasó ni un minuto cuando Selena lo miró de nuevo a A.B. para hacerlo partícipe del tema … Así le hizo creer al público ... En realidad, quería corroborar si todo estaba bien. Cuando lo confirmó, se apartó de él y siguió cantando ante su gente como si nada hubiera pasado. Pronto la cara de A.B. cambió y comenzó a notarse en él de nuevo la alegría y la satisfacción. Poco después éste se acercó a Suzette y le comentó con ansias lo que había sucedido, y luego se puso a bailar también él con su bajo. Selena luego paró de golpe de cantar y mirando en forma cómplice a su público le preguntó “¿Quieren más?”. Ante la algarabía de la gente Selena siguió y todo siguió bien en un concierto que llegó a durar 3 horas…

Tal vez éste como tantos otros hechos muestran como nadie lo que era Selena. Lo que era Selena como artista y como persona. Una persona que estaba atenta a todo y que no podía seguir si no veía que todo estaba bien, que todos estaban bien. No podía concebir un concierto, un lugar, un momento sin advertir de que todos estaban gozando, de que todos estaban felices, de que todos estaban contentos. Siempre entendió y aprendió que debía dar todo de sí para que la gente que estaba a su alrededor estuviera bien y satisfecha. No podía estar en un lugar en el que hubiera tensión, hubiera enojo. La mejor síntesis de ello eran sus risotadas. Podía estar bien, podía estar mal, podía no tener ganas, podía hasta estar no de muy buen humor, pero si había un minuto de silencio en el ambiente o si había un clima de enojo, ella se ponía a hablar y a reírse, decir algo y estallar en carcajadas. Y nadie podía resistirse a ello, pues Selena se encargaba de cautivar a todo el mundo con su encanto, con su carisma, con su personalidad. Eso la hizo una persona particular, una artista distinta, una cantante única e irrepetible. Eso la hizo sencillamente encantadora, difícil de olvidar, imposible de no querer…

Tal vez esa personalidad arrolladora, esa necesidad de acaparar todo, de querer solucionar todo aun en la mayor de las adversidades le haya jugado en contra, tan fatídicamente en contra que tal vez explique en parte lo sucedido aquel nefasto 31 de marzo. Y tal vez todos entendamos que no alcanza con lamentarse por lo sucedido, con esperar que el paso del tiempo se haga cargo de nuestros recuerdos, de nuestro cariño, de aquello que nos tocó el corazón y el alma. Y encima la incomprensión acerca de todo lo que le pasó aquel día nos genere un permanente estado de movilización, de querer seguir haciendo algo por Selena, por querer reparar algo de lo irreparable. Porque no podemos evitar pensar que se ha ido Selena, que se ha ido una artista excepcional, que no tiene igualación ni continuación. Y aunque nos ofrecieran a nuestros pies a la mejor cantante del mundo, no la aceptaríamos … Porque a ella la habíamos adoptado, a ella la habíamos elegido. Ella nos llenaba de alegría el corazón, ella nos emocionaba, ella nos hacía vivir un mundo mejor. Y cuando uno percibe eso de un artista difícilmente quiera a otro del mismo modo. El que ama a Selena sólo quiere ver a Selena. Y la forma de su partida y la consternación que ha provocado lo sucedido aumentan más el deseo de verla, de no aceptar lo que ha sucedido, de no acostumbrarse a que aquello que sucedió ya no se puede revertir, de no aceptar que no se puede hacer nada por ella…

Vivimos un tiempo en el que nos invitan al olvido, a la aceptación sumisa, a la resignación. Nos invitan a asimilar las cosas, a aceptarlas como son. A que Selena hay que recordarla por su música y que el dolor hay que aceptarlo con el dolor de cada día, con el llanto en cada medianoche, con el vacío que dejó Selena, con el despertar de cada día sin entender cómo Selena no está entre nosotros. Pero el que ama a Selena no puede hacerlo. No puede hacerlo porque la recuerda con Amor con cada disco, con cada concierto, con cada imagen que pudo retener de Selena en la televisión, en un concierto, en cualquier lugar en el que ella transitó y dejó su mensaje de cariño, amor y esperanza. No puede hacerlo porque alguna vez estrechó su mano para saludarla, le dio un beso, le pidió un autógrafo. Y menos puede hacerlo porque a cambio recibía no sólo lo pedido, sino algo más, algo que le subía el ánimo y la autoestima: Selena les preguntaba por ellos, por su familia, por su vida. A veces era la misma Selena quien se acercaba a ellos para saludarlos, para dar su cariño, para ofrecerles su Amor. ¿Cuántas veces veían cómo Selena en cada concierto los individualizaba y los saludaba, y se ponía la mano en le pecho y hacía una reverencia como muestra de cariño? ¿Cuántas veces recibía el cariño en el escenario tomando con una mano en el aire el beso recibido de lejos y poniéndoselo en el corazón? ¿Cómo olvidarse de tantas muestras de afecto? ¿Cómo olvidarse de semejante cantante que nos daba todo lo que queríamos recibir de un artista y más, mucho más?

Creo que todos los que amamos a Selena nos gusta recordar todo lo que nos dejó Selena como algo presente, como algo que está vivo, a pesar del dolor. A veces es tanto el dolor que creemos que para seguir adelante hay que aceptar la situación, recordarla con anécdotas divertidas reservadas para los aniversarios, pensar que la encontraremos tal vez en otra vida, contentarnos con que alguien nos diga que Selena nos deja un mensaje de un eventual más allá … Nada más errado … pues antes que aceptar eso se debe aceptar que es imposible recordar a Selena sin una lágrima, sin enojo, sin la consternación que generó su partida, sin el hecho de su partida. Eso también forma parte del recuerdo, de la vida, de todo lo que tenga que ver con Selena. Nunca se puede olvidar aquello y tampoco se quiere, a juzgar por lo sucedido. La duda, los interrogantes, los proyectos rotos, una vida hecha a base de sacrificios, alegría, optimismo y tremenda voluntad hecha añicos nos movilizan a hacer algo por ella, algo para reparar lo que de por sí es irreparable. No podemos dejarla sola, no podemos olvidarla, no debemos abandonarla, porque no hay peor cosa que aceptar una realidad que no tiene explicación, justificación, asimilación. Tal vez esa densa y triste realidad se exprese en el hecho de que Selena, siendo una estrella a punto de conquistar el mundo, quede reducida en su lugar de recuerdo en Corpus Christi. Que de una superestrella internacional su impronta quede reducida a un mirador con colores de olvido y abandono, un gravesite cercado, una boutique cerrada, un museo que exhibe lo poco que queda y en el que se proyectan imágenes de Selena que inexplicablemente no se dejan plasmadas para la posteridad en un dvd, en un formato que permita que ese Legado de Amor de Selena esté vivo siempre en aquella gente que la conoció y vio, en la gente que la descubrió y en aquellas personas que la descubrirán, porque la magia de Selena radica en eso, en que aun en ausencia sigue generando lo mismo que hace 15 años. Sólo una artista en serio con un tremendo talento puede lograr la misma sensación que tuvo el padre de Selena cuando la escuchó por primera vez, la misma sensación que tuvo José Behar, presiente de la Emi Latin, cuando la observó de casualidad en San Antonio, la misma sensación que todos tuvimos cuantos la vimos por primera vez sin saber quién era, sin imaginarnos lo que era, sin siquiera teniendo en muchos casos perspectivas y confianza en su canto antes de apreciarla…

Todos queremos seguir viviendo y haciendo vivir lo que nos dejó Selena, pues aún hoy nos sigue emocionando, nos sigue llenando el Alma, nos sigue cautivando, nos sigue sacando lo mejor de cada uno. Uno sigue cantando con ella “Como la Flor”. Uno se sigue emocionando con su entrada en el Astrodome. Uno sigue recordando su eterna sonrisa. Uno sigue cantando con ella mientras Selena nos susurraba “pero .,. ay, ay, ay, cómo me duele” en Festival Acapulco 1994. Uno sigue admirando su voz, su baile y su belleza cantando “Si una vez” en el programa “Un nuevo día”, del mismo año. Uno recuerda deslumbrando en La Fiesta Broadway 1992 cantando “Enamorada de ti”. Uno recuerda ese inicio de una artista sin igual en el Memorial Coliseum de Corpus Christi 1993 cantando “Como la Flor” y “Baila esta cumbia”. Uno canta con ella y la acompaña en los coros dirigidos bajo su batuta cantando “No debes jugar” en el Far West Rodeo 1994, con Selena y su hermoso boustier y pantalón azul. Uno no puede olvidar sus miradas, sus señalamientos y sus increíbles interpretaciones en el Houston Astrodome de “Tus desprecios” y “Cobarde”. Uno no puede olvidar y dejar de emocionarse cuando Selena interpreta “Where did the feeling go?” en el concierto de San Antonio 1991. Uno no puede olvidar la evolución de Selena desde su interpretación hasta su música al escuchar y ver “La carcacha” en los conciertos de Houston Astrodome 1993 y 1995. Uno no puede olvidar la increíble interpretación y el zamarreo que Selena le da a su “ex novio” en el concierto de Odessa de 1994 ... Uno tampoco puede olvidar la belleza de Selena en aquel concierto .... Uno no puede olvidar a Selena cantando en Padrísimo, en especial “Fotos y recuerdos” en marzo de 1995 con su increíble gracia y carisma, o con su expresividad y esas miradas que nos dejaban helado mientras interpretaba “Si una vez” en febrero de 1995, o con su aire de artista inigualable en el video “No debes jugar” en 1993. Uno no puede olvidar esa magistral interpretación en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, en noviembre de 1994. Uno no puede olvidar esos conciertos de Monterrey, esa locura de la gente mientras Selena cantaba “Ven conmigo” en la Feria 1994, el delirio de sus fans mientras cantaba “Amor prohibido” en el programa “Siempre en domingo” con su pelo largo y lacio con flequillo y su vestido rojo, o el carisma y el manejo increíble del escenario cuando melena al viento con un peinado que se la recordaría por siempre junto con su sexy vestido color crema interpretaba “Techno cumbia”, mientras hacía entrar y bailar al mismísimo Raúl Velasco, conductor del programa… Uno no puede olvidar cómo se oía su respiración cuando se detuvo de golpe al final del tema “Si una vez” en el Houston Astrodome 1995 para rematar con “Ese error … Ese error … es cosa de ayer” con una increíble voz en el medio del asombro y los gritos de admiración de su gente… Uno no puede olvidar su canto y su baile interpretando “Baila esta cumbia” en 1993 en el programa “Furia musical”, como también no se puede olvidar cómo se trababa al hablar en español. Y, más aun, uno no se puede olvidar en 1992 en Monterrey mientras cantaba “Como la Flor” con su enorme gorro oscuro. Y así tantos recuerdos que se sintetizan cuando Selena cantó “Como la Flor” en el concierto “Estamos en Tejas” 1992 y luego invitaba a tres chicas a que cantaran su versión de ese tema…

Son muchísimos los recuerdos, son muchísimas las imágenes, pero Selena no llegaba sólo por su voz, por su talento, por su carisma, por su personalidad … Selena llegaba al público por cómo era, por lo que decía, por su esfuerzo, por sus ambiciones, por ser sencilla pero también frontal. Por no conformarse nunca, por querer siempre mejorar, por imaginarse que podía llegar a lo más alto en su carrera con honestidad, franqueza y ganas. Que entendió que cuando triunfó en México, debía aprender el español por respeto al público y lo hizo en muy poco tiempo. Que tal vez en “Furia Musical” mostró con franqueza su sentir al expresar que cuando ella tenía tiempo libre lo empleaba para cumplir con sus proyectos, con todo lo que había soñado. Que no tenía ningún inconveniente en decir que antes de formar una familia primero quería poder cumplir con todo lo que tenía planeado en su mente, que a los 16 años en los Tejano Music Awards y ante su primer premio no pudo con su genio y dijo “Agradezco a Los Dinos porque sin ellos yo no sería nada. Cuando ellos ganan yo gano. Cuando ellos pierden … yo no los conozco!!!”. Porque Selena era así y eso también formaba parte de su encanto. Selena ganaba con su magia, con su áurea. Selena era una artista irresistible, y deslumbraba por su canto y por su presencia. Y Selena lo sabía … Vaya si lo sabía! … Y aunque tengamos que recurrir a un video casero en el que dice “Odio que digan que soy la mejor porque odio que me digan la verdad”, todos sabemos que se sentía la mejor porque así lo pensaba y así se lo hacía saber su público, que se sintetizaba con aquellas hermosas palabras que le prodigara la conductora del programa “En vivo”, cuando le hizo saber a Selena que la gente no sólo la admiraba, sino que la quería, y que siempre ese público necesitaba mostrarle no sólo su cariño, sino también la necesidad de protegerla, de cuidarla…

Por eso, cuando se dio ese hecho difícil de entender, de explicar, de aceptar, la gente reaccionó de esa manera. El público no reacciona de la misma manera ante el mismo suceso protagonizado por diferentes personas. La gente que la conocía a Selena se vio sacudida porque le quitaron lo que tanto querían, lo que tanto habían buscado, lo que colmaba su felicidad. Y los que no la conocían se conmovieron por alguien que si no sabían en ese momento lo que significaba para tanta gente lo sabrían después. De ahí la cachetada que recibieron todos, el llanto de tantas mujeres, varones, niños, gente mayor. De ahí que la gente que tanto la quiso sólo se aferró a lo que había dejado Selena para no olvidarla nunca, para no dejarla sola, para aferrarse a la esperanza de que le digan que todo fue un mal sueño, una pesadilla, un terrible sueño que no se condice con la realidad, con una realidad de un mundo con felicidad, de un mundo con Selena…

Y mientras tanto, la gente que quiere a Selena espera a Selena, escucha a Selena, no acepta ese terrible hecho del que fue víctima sólo Selena … sí, sólo Selena ... Y el público no lo hace porque evade la realidad, porque ha perdido los cabales. No la acepta por Amor a Selena, por Amor y agradecimiento a una artista sin igual que dio todo de sí para la alegría y felicidad de su gente…

Por eso estoy aquí, Selena, para no aceptar tu partida, para esperarte todos los días, para evocarte como ejemplo cuando mis días no son felices … para demostrarte que siempre estaré aquí por ti para recordarte, para quererte, para tributarte, para dejar tu nombre bien en alto, para cuidarte, para acompañarte, para no dejarte nunca, nunca sola!!!

Te quiere de todo corazón, ese corazón que es sólo tuyo…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)









No hay comentarios: