Esperando que llegues a la Gloria con nuestro recuerdo, Selena…


Escuchando y viendo a Gloria Calzada en uno de los especiales que hiciera Univisión en homenaje a Selena, podía ver y hasta sentir aquello que tanto nos duele por el destino de Selena, por todo lo que ha sucedido, por lo bueno que ha pasado y por lo terrible que ha acontecido. Pues bastaron unos pocos segundos para que uno pudiera entender en esas palabras por qué nos duele aún lo que le ha sucedido a Selena, por qué nos cuesta tanto aceptar su destino, por qué nos es inaceptable su ausencia. Gloria Calzada hablaba acerca de que el camino de Selena era de ensueño, todo estaba tan claro, todo era tan divino, era un cuento de Cenicienta con un final feliz, el resultado lógico y esperado de una artista que había trabajado duro y mucho para cumplir sus sueños, para vivir y para llegar a ser alguien en la vida, para tener ese aplauso y ese reconocimiento de la gente. Y cuando Selena iba a logrando una a una las metas que se había propuesto, cuando después de tantos sacrificios había tomado el camino de una autopista que la llevaba a rápida velocidad por el camino del éxito, cuando el reconocimiento del público y de los medios hacía que difícilmente a Selena alguna vez la fueran a rechazar, cuando le iban a perdonar ante cualquier eventual traspié, cuando todos estaban dispuestos a aplaudir antes de cualquier actuación, que con la aparición de Selena bastaba para sacar una sonrisa al más distraído, alguien de la nada se sintió lo suficientemente dueño de Selena para decidir sobre la vida y sobre los sueños de ella. Y decidió acabar con Selena y con sus anhelos, y con ellos la ilusión de tanta gente que desde allí aprendió a que poco se puede esperar de la vida si el mundo se encarga de hacerle esto a Selena. El ver que semejante atrocidad se le hace a Selena, ¿qué pueden esperar los demás?, ¿qué se puede esperar de los demás? Tal vez sea esto lo que nunca se pueda entender, porque en definitiva Selena había hecho tanto por llegar a este lugar de ensueño y de privilegio, tanto por llegar al éxito, al reconocimiento, al Amor de su gente, que recibir esta respuesta de una de las tantas desquiciadas que hay por el mundo no hace más que sumirnos en una de las mayores penas, en una de las mayores desilusiones. A veces la realidad, la tremenda realidad, la densa realidad, puede acabar con la fe, con la mayor de las ilusiones…

Porque ya no se trata sólo de ver lo que nos hemos perdido. A veces nuestra propia visión egoísta de las cosas hace que nos lamentemos por lo que nos hemos perdido, por no poder disfrutar a Selena en el escenario, por no tener un disco nuevo de ella, por no haber podido apreciarla en su momento. Lo más importante y acaso lo más triste es ver que le han quitado la vida a Selena. Ni más ni menos. Le han quitado vida a un ser lleno de luz y con todas las ganas de vivir. Le han quitado todo a Selena. No le dieron una nueva oportunidad para rehacer su vida, para poder armarla de nuevo, para resignificarla. Ni siquiera le dieron oportunidad para que se diera cuenta de todo. Ni siquiera pudo defenderse. Ni siquiera estaba alguien que la protegiera, que la aconsejara. Estaba sola. Increíblemente sola una mujer que era amada por tanta gente, gente que hubiese dejado todo por salvarla a Selena, gente que hubiera dado la vida por darle una nueva chance. Selena no perdió sólo una oportunidad de quedarse por siempre en la Galería de los Grandes del Mundo en base a todo lo que tenía para mostrarle a la humanidad toda. Si acaso eso hubiese ocurrido, no sería tan terrible, pues siempre el ser humano tiene una nueva oportunidad. Mientras uno vive, sabe que el inicio de cada mañana puede ser un gran día que nos depara el mejor de los augurios. Selena vivía las cosas así. Vivía y hacía vivir. Se alegraba y hacía alegrar. Trataba de darse ánimo viendo las cosas del lado positivo, sabiendo que todo era posible mientras estuviera en manos de uno mismo su propio destino, la alegría de cada día. Y no se quedó con ese pensamiento para consigo misma. Se encargaba de transmitírselo a los demás. Con sus palabras y con su ejemplo. Que un ser de luz, con tanto Amor y con tanto para dar no esté aquí entre nosotros es una de las mayores absurdos de este mundo, un mundo que nos podrá decir que vivió cosas peores y que allí anda llevando las cosas lo mejor que se pueda. Pero lo que tal vez el mundo no pueda explicarnos es cómo a una mujer como Selena se le ha dado todo y luego se lo ha quitado … En un solo instante … Es como darle un juguete a un niño y luego quitárselo para más tarde golpearlo. En Selena podemos ver una historia increíble, extraordinaria, fuera de lo común, por lo positivo y por lo negativo. En Selena nada es convencional, previsible, lógico. Tal vez todo lo que le ha sucedido sea el fiel reflejo de lo que ella transmitía en todo momento, en todo lugar. Selena generaba vida, alegría, sentido a las cosas. Que ella ahora no esté es como si nos hubiesen quitado algo de nosotros. Es como si nos hubiesen amputado algo de nuestro cuerpo, algo de nuestra alma. Algo se nos murió también en nosotros con la partida de Selena. Sin Selena este mundo nunca será lo mismo. Sin Selena este mundo jamás será enteramente feliz…

En esas palabras de Gloria Calzada se puede uno explicar y entender el sentimiento de tanta gente, esa angustia de haber vivido a Selena y perderla de una manera tan inexplicable y tan absurda. Selena estaba tan ilusionada como cualquier mujer que aspira a lo mejor pero que lo quiere sólo si es amada y querida. A veces es realmente inexplicable entender cómo muchos creían que Selena no era ni tan conocida ni tan querida, porque no aparecía como cualquier artista que quiere triunfar y que piensa más en ello que en su talento, que en sus posibilidades de dejar algo en este mundo con lo hecho, con lo creado. Muchos no podían entender que una artista como ella fuera tan sencilla, tan humilde, tan honesta. No podían entender que ella no tuviera ni envidia, ni celos ni aires de diva. No podían entender que en cualquier premiación fuera ella a acercarse a otros artistas para mostrarles su admiración y su cariño. No podían entender que fuera ella al público a saludarlo, incluso antes de que ellos, en cuanto la advirtieran, fueran en su búsqueda. No podían entender que nunca tuviera ni un escándalo ni ninguna pelea con otro artista. No podían entender que no tuviera ninguna palabra molesta para nadie, que siempre estuviera bien predispuesta aun cuando por allí estuviera bastante cansada o no tuviera el mejor ánimo para hablar. No podían entender que Selena era simplemente distinta. Selena aprendió a que en la vida siempre había que ser agradecida a Dios, a la gente, a todos, por todo lo que recibía, por poco que fuera. Y con su actitud fue un modelo a seguir para todos. Predicó con el ejemplo. No se quedó con bellas palabras grandilocuentes pero sin un correlato con su actitud. Selena mostró al mundo que se podía llegar a ser alguien en el mundo con grandeza, con Amor, con sacrificio, con honestidad, con ir en la vida con la frente en alto. Selena les mostraba a todos que aun siendo ella la estrella, era ella quien se acercaba a los demás antes que éstos a ella. Selena era una artista diferente, diferente a todo, diferente en su forma de ver y entender las cosas. El ir triunfando en la vida no le hacía pensar en mostrarse al mundo señalando y paseando su opulencia, y tomando distancia de su público. Selena sólo quería que la amaran y para que ello fuera posible dio todo su Amor. Ella entendía así la vida y de ese modo actuó. Y así obtuvo los resultados. Y cuando, como bien lo decía Gloria Calzada, todo parecía tan claro, cuando el camino parecía allanado, cuando todo lo anhelado por años se cumplía, cuando los malos tiempos parecían no volver jamás, cuando la vida le sonreía a Selena, cuando el mundo entero estaba dispuesta a aceptar a Selena, alguien se encargó de quitarle todo, todo, sin poder siquiera tener la posibilidad de lamentarse, sin tener la oportunidad de rever tantas cosas. La vida ni siquiera le dio la posibilidad de que Selena pensara más en ella que en los demás. La vida no le permitió a Selena ser hasta más mezquina y calculadora. Selena se fue siendo ella, auténticamente ella, en un mundo lleno de mezquindades, de falsedades y de hipocresía, que le hizo ver que en la vida no se puede ser bueno, no se puede ser distinto, no se puede ser como uno es. Selena recibió la realidad en un solo momento, en un solo instante fatal de aquel lluvioso y nefasto día…

Tal vez por eso nadie lo entienda. Por eso tal vez nadie lo acepte. Selena había recibido en pocos años las mieles del éxito, pero en poco tiempo le cayeron e ella todas las calamidades. En ella se puede ver el absurdo, la injusticia, la perplejidad, la maldad, la psicopatía, la inocencia, la desorientación. Tal vez lo que nunca podemos dejar de ver, de sentir y de quedarnos sin explicación con lo sucedido con Selena es que en un instante, en un momento todo cambiara, todo se convirtiera en tragedia. Podremos decir que a infinidad de seres humanos les pasa esto. Podremos decir que mucha gente vive toda su vida no logrando nada a pesar de dar todo. Podremos decir que infinidad de inocentes mueren jóvenes. Podremos decir que mucha gente se nos va en forma cruel y absurda. Pero si nos conmueve tanto la vida y la pasión de Selena, y si seguimos llorando por su partida es porque vemos que alguien como cualquiera de nosotros con su trabajo, con su ilusión, con su empeño y con su dedicación puede llegar a tener lo que más sueña, lo que más anhela. A veces en la vida podemos querer tener muchas cosas y no tenerlas, y ni aun con todo nuestro sacrificio no estar ni siquiera cerca de lograrlas. Pero tal vez una de las peores sensaciones sea cuando estamos tan cerca de lograrlo, cuando empezamos a ver el fruto de todo lo que hemos hecho, cuando tenemos el reconocimiento de propios y extraños, de gente que siempre nos apoyó y de la que en su momento nos ha desdeñado, que empezamos a asomarnos a la vida con la certeza de tenerlo todo en nuestras manos y disfrutarlo, que todo depende de nosotros mientras sigamos por el mismo camino y con la misma dedicación, y que por esas cosas alguien nos lo saca todo y ni siquiera nos deja vivir con nada a cuesta y sólo sostenidos por la ilusión de volver a empezar. Cuando vemos las imágenes de los dos últimos años de Selena sentimos que Selena vivía las cosas así, como la artista que llega al éxito y disfruta del momento a sabiendas de que se asoma al gran éxito mundial y un mundo que la espera con los brazos abiertos. Cuando queremos a Selena vemos que es eso lo que a ella le ha pasado, que recibió el peor castigo sin saber nunca por qué, que recibió el mazazo de la realidad en un mundo de ensueños. Todos somos de alguna manera Selena y ella es cada uno de nosotros. Porque Selena nunca dejó de pertenecer al público que la amaba. Jamás se apartó de él ni aun siendo exitosa. Ella se preparaba ante un concierto, ante una entrevista, ante cualquier aparición televisiva de la mejor manera, con la mejor predisposición, por respeto al público. Nunca se sintió más que nadie, ni mejor que nadie. Ella sentía el mejor de los sentimientos, el del agradecimiento al público, a la gente que la trataba, a la gente que le hacía notas, a la que le ofrecía una nueva presentación. Selena supo ser agradecida en la vida, supo valorar cada cosa que obtenía, pues sabía lo que costaba lograrla. Selena empezó muy de abajo. Todo lo que logró fue por mérito propio. Nadie le regaló nada. No tenía de qué quejarse pues nadie mejor que ella podía decir lo que era vivir con las más absolutas privaciones. Y nada más lindo que lograr todo con honestidad y con tanto talento. Nada más gratificante que poder lograr todo con lo que a uno le gusta y obteniendo el reconocimiento hasta de gente que nunca se hubiese imaginado recibir las mejores palabras y aliento. Y nada más triste que perderlo todo por la mezquindad, por la falsedad, por la hipocresía, por el egoísmo, por la falsedad, por el odio, por el rencor. Y nada más triste que Selena haya perdido todo acaso por algo que le era totalmente ajeno a ella, a problemas que no le pertenecían, estando expuesta a situaciones de las que nunca tuvo que enfrentar y que no le agradaba tener que asumir. Nada más triste que ver que ella fue la única víctima de algo que ni siquiera había comenzado ni alimentado. Tal vez hasta de algún modo inconsciente nos demos cuenta de que eso es lo que más nos duele de Selena. Que ella haya pagado con su vida tanta locura y tanto egoísmo de los demás que estaban tan cerca de ella…

Uno puede escribir millones de páginas sobre Selena pero en esos pocos minutos que vi hablar a Gloria Calzada sobre Selena pude verlo todo, pude apreciarlo todo, pude sentir que estaba todo explicado. A veces una imagen vale más que mil palabras. A veces un simple relato sirve más que mil tratados para entender lo que significaba Selena, y que nos explica por qué la queremos tanto y por qué la seguimos tributando y homenajeando. Cuando ella habla de cómo ensayaba Selena en aquel concierto del Houston Astrodome del 26 de febrero de 1995, cuando explica lo ilusionaba que estaba, lo preocupada que estaba por aparecer linda, por estar al tanto de cada detalle, de que todo estuviera bien, nos pone en un eterno abismo de tristeza y de lágrimas, y una vez más nos preguntaremos por qué a ella, por qué justo a ella .... Y también nos quedaremos perplejos y hasta nos indignaremos con el inicio de la película hecha en homenaje a ella en el que la ponen a Selena llegando tarde al concierto y eligiendo el vestido de apuro tomando uno cualquiera de una de las tantas cajas tiradas con ropa que había por allí. Nada más alejado de la realidad, de una realidad que mostraba a Selena tan profesional y tan respetuosa del público ... Una Selena que, como bien lo relata Gloria Calzada, había elegido aquel famoso vestido morado que había mandado a hacer según su propia idea y creación. Una Selena que hasta último momento dudó en usar ese vestido u otro que había confeccionado. Una Selena que había pensado cada instante del concierto con el mayor profesionalismo y con la misma alegría de siempre. No tenía problemas de estar horas antes del concierto ensayando en el mismo lugar con alegría y dedicación. No tenía problemas de sacarse fotos con admiradores y de recibirlos antes del concierto. No sólo no tenía problemas, sino que le gustaba hacerlo. Ella le gustaba dar Amor y necesitaba recibirlo, y siendo muy joven sabía lo que era ser una artista de verdad, una profesional con todas las letras y lo que apreciaba el público que tenía su mismo origen. Hace muy poco estuvo aquí dando un concierto Paul McCartney y era conmovedor no sólo verlo dar a los 68 años un concierto de 3 horas, sino de estar presente horas antes en el estadio ensayando y dando un miniconcierto al público que había comprado las entradas más caras, permitirles ensayar con ellos, y camino al estadio, sin que nadie lo supiera, bajar el vidrio del auto que lo transportaba para saludar a la gente que iba a asistir a verlo. Él también fue muy pobre antes de la fama. Él también tuvo que luchar mucho para llegar. Él no tiene necesidad de mostrar nada más, pero sigue teniendo esas ganas de siempre y ese mismo amor de siempre. Selena hubiese hecho lo mismo. Pero a Selena no le dejaron vivir todo lo que sí vivió Paul. De allí nuestro llanto…

Tal vez no sean necesarias ni tantas palabras ni tantas explicaciones. Gloria Calzada en pocos minutos lo dijo todo. Pero tal vez, como ella misma lo dijo, están buenos los homenajes que se le han hecho. Homenajes muchos de ellos en base a recordarla con Amor. Y tal vez hagan falta muchas palabras, muchos homenajes y muchos recordatorios. Y aun así no estar satisfechos y estar seguramente convencidos de que ni con todo ello alcanzaremos a manifestarle todo nuestro agradecimiento. Selena quería ser recordada con Amor. Y para ello hay que demostrárselo todos los días para que su espíritu, sus ganas, su talento, su voz y su alegría de vivir jamás se pierdan. Si tal vez fuésemos capaces de seguir su ejemplo hasta para recordarla al menos podríamos transformar en triunfo semejante derrota, mantener viva a Selena aunque se haya partido, aunque sólo podamos tenerla en nuestros corazones. Tal vez si fuésemos capaces de tener toda la energía que tenía ella con cada emprendimiento, con cada idea, con cada meta en la vida, estaríamos logrando que Selena siempre esté presente, que sus sueños se cumplan a pesar de todo. Si acaso somos conscientes y asumimos todo el dolor que nos genera la densa realidad de la ausencia de Selena, y somos capaces de mantener viva su ilusión, su porvenir venturoso, su carrera meteórica e inexorable al éxito, si acaso somos capaces de mantener la llama viva de una Selena que encaraba cada concierto con la mejor predisposición, dando su mejor voz, desplegando todo su talento, todo su carisma, con la preocupación de deslumbrar con su encanto y con su belleza, entonces nos será más tolerable su ausencia y nos sentiremos satisfechos de seguir su Legado, de poderle arrancar una sonrisa a Selena donde quiera que esté. No hay peor muerte que el olvido, no hay peor muerte que la resignación. Tal vez al escuchar esas palabras de Gloria Calzada sintamos la necesidad de que Selena no sucumba por un acto detestable de una persona impresentable y despreciable. Tal vez sintamos la necesidad de sentir, de vivir la vida como la vivía Selena, de estar en su ser, de sentir su cuerpo estremecido por el Amor de su público, de sentir el miedito antes de cada concierto por temor a defraudar, por no estar a la altura de lo que se esperaba de ella, y luego colmar todas sus expectativas a base de puro talento, dedicación y Amor. Tal vez sintamos la necesidad de sentirnos como vivía Selena cada momento de su vida, cada instante de su infinito y hermoso ser. Tal vez sintamos la necesidad de dar lo mejor de nosotros para que la gente nos ame por lo que realmente somos. Tal vez si logramos ser como Selena podremos lograr que ella cumpla su sueño, logre todo lo que se propuso sin haberse nunca alejado de todos los que la supieron amar. Tal vez si logramos eso la pérfida que le quitó los sueños se sentirá derrotada y se sentirá tal cual es: una mediocre que sólo obtuvo notoriedad no por algo noble sino por lo más bajo de la naturaleza humana. Tal vez si logramos eso haremos justicia con Selena y habremos puesto las cosas en su lugar. Sólo si somos capaces de ser un poquito como Selena lograremos que aquel camino tan claro de Selena vuelva a tener sentido. Sólo así Selena habrá cumplido su sueño y podrá estar en paz … consigo misma y con el Amor de su gente…

A veces no hay que buscar tantas explicaciones ni interpretaciones a lo que generó Selena. A veces no hay que buscar tantas razones, tantas causalidades, ni “intelectualizar el fenómeno”. Selena era una mujer que desde muy pequeña recorría su canto y su Amor de pueblo en pueblo. Cuando los grandes medios, el gran mercado y el gran público la descubrió, Selena era ya muy querida y muy amada por mucha gente. Esa gente era pobre, de escasos recursos, que no tenía nada material … Como Selena. Y supo apreciar y tener como algo propio a aquella mujer que les dio lo más valioso, lo que no se consigue con dinero, lo que nunca se olvida: Amor. Selena les dio ese Amor y ese cariño que tanto les cuesta entender a tantos y que tan bien explicara Gloria Calzada…

Yo siempre estaré para ser e intentar ser un poquito como tú, Selena. Intentar tener el Amor que sólo tú supiste prodigar en este mundo…

Sólo tengo Amor para ti…

Simplemente te quiere…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)









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