Ya no quiero soñar más esa pesadilla…


Estoy aún asustada por aquel sueño … No es la primera vez que lo sueño ni será la última seguramente. Es tan terrible que ni quiero ni hablar ni recordar. Es tan terrible lo que siento que no lo quiero siquiera mencionar. Tal vez por eso no tengo registro de lo que he soñado y que es una pesadilla que he tenido recurrentemente desde muy chica. Nunca lo pude saber. Tampoco lo quise saber. Es como si todo lo tuviera tan claro que el solo tomar plena conciencia de ello me haría volver loca. Tengo miedo. Tengo miedo pues sé que tarde o temprano ese sueño se hará realidad, se hará presente ante mí y ya no sabré qué hacer. Es sentir mi destino, es como si en mi interior supiera todo, supiera todo lo que va a pasar conmigo, qué será de mí. Pero en verdad no soy consciente de lo que pasará. Y siento miedo de saberlo. ¿Qué es lo que veo tan claro? ¿Qué es lo tan terrible que me hace asustar tanto? ¿Acaso me pasará algo a mí? ¿Acaso le sucederá algo a mi familia? ¿Me espera una enfermedad? ¿Me espera un accidente? ¿Acaso se trata de …? No, mejor no lo menciono. Mejor no saberlo. El solo pensar en ello me hace casi desmayar … Es curioso. Algo parecido siento cuando despierto de esa pesadilla, de ese sueño que se hace cada vez más recurrente, más tremendo, más insoportable. Hace años que me viene una y otra vez ese sueño y nunca se lo quise contar a ninguna persona. Es que no quiero preocupar a nadie. Además, si a alguien le confiara este sueño, tendría que empezar a contar algo de lo que sueño y no quiero recordarlo, no quiero pensar en ello. Pero ya no lo puedo soportar. Debería al menos permitirme decirme a mí misma de qué se tratan aquellas imágenes que me asustan, qué es lo tan tenebroso que me acosa a cada momento, a cada instante. Para colmo de males, me he levantado antes de tiempo. Tal vez sea eso. Tal vez esté preocupada, y por ello estoy así y nada tiene que ver con el sueño. Es que ayer a la noche viví un momento difícil yendo al Days Inn. Por un momento quería aclarar todo de una vez por todas, pero no lo podía hacer. Chris estaba esperándome afuera y no lo quería preocupar con mi tardanza. No quería que se imaginara más de la cuenta, que pensara que había más de un problema, que no sólo era una cuestión de papeles. No quería que sus miedos lo llevaran a trasladar su preocupación a mis padres y a mis hermanos. No es que tuviera miedo de que se enteraran de algo raro, de algo que yo no quería que supieran. No tengo nada que ocultarles. Pero siento que esto sólo lo puedo arreglar yo. Si mi padre sigue interviniendo, esto se hará insostenible. Ella se espantará y me tironeará para su lado. Y mi padre hará lo mismo para el otro. Yo no quiero estar en el medio de todo esto. Pero me da culpa alejarme de todo, dejar que ellos arreglen sus cosas. No puedo. Nunca pude. Todos me conocen. Yo no puedo ser indiferente a todo. Yo no puedo mostrarme insensible frente a lo que pasa. Yo no puedo ser feliz si los demás no están felices…

Son las 5 de la mañana y no puedo dormir. Definitivamente no quiero dormir, pues si lo hago seguramente volveré a soñar aquello y temo vivir esas imágenes, que las empiece a ver y sentir. ¡¡Y yo no quiero!! ¡¡Ya no quiero soñar más aquello!! Tal vez debería quedarme un rato aquí sentada en la cocina de mi casa y esperar que sea la hora indicada para ir a verla y arreglar definitivamente las cosas. Mejor que me quede aquí para no despertar a Chris. No quiero que me acompañe como ayer. No quiero que se entere de nada. Que cuando despierte me vea aquí habiendo solucionado todo sin que se haya enterado de nada. Desearía que si no estoy aquí sepa que estoy en el estudio grabando el disco en inglés o que estoy con mis padres. Que ni sepa el motivo por el que voy a verla. Que siga creyendo lo de los papeles y nada más. No quiero que piense que estoy tratando de que mi padre no se pelee más con ella, ni que la espante más de la cuenta. Yo quiero persuadirla de que nos podemos ver sin que se entere mi padre, que a pesar de las diferencias todos podemos convivir. Que si tiene que estar fuera de nosotros, que no sienta que la abandonamos a su suerte. Que aun así la podemos ayudar, la podemos escuchar, la podemos atender. En definitiva, no hay que olvidar que ella nos ayudó. Ella nos dio la idea de hacer un club de fans. Ella nos ayudó en cosas que para nosotros era engorroso. Por eso iré a atenderla de sus dolencias y allí aclararemos las cosas. Le diré que tolere esta situación un tiempito más aunque tal vez sea para siempre. Yo quiero que entienda que para tener a los dos yo no los quiero ver más pelear. Que cada uno acepte su lugar y yo los apoyaré. Yo no quiero estar corriendo por cada problema en el mundo. ¡¡No quiero estar más en el medio de todo!! Se lo tengo que decir de una vez. Lo mismo haré con mi padre. Si realmente me quieren, lo sabrán entender. Y yo sé que me quieren a pesar de todo…

Otra vez me estremezco por ese sonido del disparo. Retumba en mi interior. Me sobresalta. Llevo la mano a mi pecho, pego un grito hasta que veo que no es nada de afuera ni nada de mi casa. Está en mí, en aquel sueño, en aquella pesadilla que me atormenta desde muy chica. Siento como si recibiera mensajes del futuro en los que me advierten de que algo malo sucederá. Es como aquella película que vi hace unos siete años, de casualidad. Un amigo me había insistido en ver “una de terror”. Yo no quería saber nada de nada, pero él tanto porfió que al final accedí. Resultó ser una película que se llamaba “”El príncipe de las tinieblas”. Yo creía que era una película de Barbra Streisand, pero evidentemente no lo era. Tenía un título parecido pero esta película era bien diferente, bien inquietante. Nunca me pude olvidar de ese momento en los que unos seres del futuro les enviaban mensajes a la gente a través de los sueños, y de a poquito, cada tanto, aparecía el año en el que ellos le confirmaban que el mal se apoderaría del mundo. No recuerdo el año ahora, pero era por esta época. Ahora no puedo discernir si eso lo vi en la película o si se encontraba en mi sueño. Recuerdo cuando aparecían esos mensajes que al principio los seres presentes recibían en sus sueños, e iban procesando esa información en cada sueño: al principio captaban uno de los números del año y en cada sueño recibían otro número: así primero recibían el número 1, luego el número 9, más tarde otro 9, hasta que llegaba el momento en el que faltaba un número. En un momento todos sabían que era el año 199… y restaba saber el último número. No recuerdo al final cuál fue el año, y si esto se develaba en la película o estaba presente en mi sueño o en ambos. ¡¡Vaya a saber por qué no lo puedo recordar!! Y ahora que lo pienso ... ¡¡Ahora estamos en 1995!! ¿No sería éste el año, no? ¿Era el mal o era otra cosa lo que aparecía en ese momento? Lo que aparecía, ¿era detrás de un espejo o detrás de una puerta? Apenas si recuerdo de que alguien decía sentirse mal y de que alguien corría a ayudarla. Y después un disparo, y después ... ¡¡No!! ¡¡No puedo seguir!! ¡¡Es muy doloroso!! ¡¡Ya no lo quiero soñar más!! ¡¡Quisiera no tener que vivir más con esta horrible sensación, con esta horrenda pesadilla!!

Tengo sueño, aún es de noche afuera, pero no me voy a acostar. ¡¡No soporto más esta situación!! ¡¡Lo tengo que resolver de una vez!! Siento que ya no puedo disimular más esto que me atormenta. Siento que me condiciona mi conducta, que me cuesta mantener la alegría frente a cada cosa que hago, ante cada situación que enfrento. A veces me siento obligada a tener una sonrisa forzada en la que no puedo disimular mi nerviosismo, mi angustia. El otro día me hicieron un reportaje aquí mismo en esta ciudad en un hotel y me sentí fatal. Quería reír y no podía. Me hacían decir unas palabras que las usarían como créditos para su programa de televisión y me salía todo mal. Tuve que hacerlo varías veces hasta que se quedaron satisfechos. ¿Y cómo estar bien cuando veo que detrás de las cámaras hay gente que se está peleando, cuando recibo mensajes de ella que me reclama una y otra vez que la vaya a verla pero sola, como lo ha hecho ayer, como seguramente lo hará hoy? Me siento cansada, muy cansada y ya no es por las giras. Es por toda esta locura, por estas peleas, por esta sinrazón. Me sentí mal tener que decirle a Rock and Roll James en San Antonio que me sentía muy cansada. No debería estar así pues en definitiva estoy acostumbrada, es mi trabajo y me gusta. Además, no estaba haciendo más de lo que estaba haciendo en todo este tiempo. Lo que me cansan son otras cosas, otras cosas que las quiero solucionar antes de que la situación lo empeore todo aun más. No quiero vivir nuevamente aquella situación como la que viví con mi padre para que acepte mi noviazgo con Chris. En aquella oportunidad me casé en secreto para poder imponer mi voluntad. Pero ahora no se trata de huir. Ahora no se trata de no hablar y actuar en silencio. Ahora quiero anticiparme a los hechos para prevenir males mayores. No quiero estar en el medio de un duelo y de que me disparen por error. Quiero evitar que se llegue al duelo. No es cuestión de salirse del medio. Tengo que convencerlos de que depongan sus armas…

Una imagen terrible se me cruza por mi mente y pego un grito de dolor. Corro hacia el patio para que ni mis gritos ni mi llanto despierten a Chris. En un instante vi algo de aquella pesadilla, algo de lo que no quiero ver. Tengo que saber de qué se trata ese misterio, eso que me duele, que tal vez sea un mensaje premonitorio. No sé ... Sí, veo a dos personas discutiendo. Una la amenaza con despedirla. La otra con que se atenga a las consecuencias de esa decisión. Aparezco yo y lo veo todo, lo veo todo desde una puerta de un viejo hotel, de alguno de los que hemos parado en los primeros tiempos en los que viajábamos de pueblo en pueblo en busca de un destino mejor. Al principio no intervengo, espero que paren de discutir, pero de pronto, alguien levanta un arma y la amenaza. Al principio, sólo levanta de costado el arma y lo mueve a uno u otro lado sin apuntar, pero cuando la otra persona trata de disuadirla, la persona apunta directo a su corazón y le dice que ni se le ocurra moverse. Aquélla hace un movimiento como para salir de ese lugar, pero la otra le dice que ni se le ocurra cerrar la puerta, y aprieta el gatillo sin disparar, pero estando a punto de hacerlo. Yo me horrorizo, comienzo a gritar … y … ¡¡Oh!! ¡¡No!! Otra vez los gritos. Lo voy a despertar a Chris. Mejor me voy a la puerta de mi casa. Iría ya a verla para quitar este peso de encima, pero aún es muy temprano. Quiero tomar aire puro. Lo necesito … ¡¡Vaya si lo necesito!!

A veces pienso que en estas dos semanas he quedado presa de estos problemas sin sentido, de estas cosas que no me pertenecen, que no son de mi incumbencia. Yo sólo quiero ser feliz. ¿Es un pecado acaso querer ser feliz? Tengo tantas cosas en mente que incluso no sé a qué darle prioridad. Por un lado, pienso seriamente en tener hijos, pero a su vez no querría tenerlos ahora. No porque no quiera, sino porque éste es mi momento y no lo quiero desaprovechar. Como nunca siento que éste es mi año, éste es el instante que debo aprovechar. El tren pasa sólo una vez en la vida, a veces ni siquiera pasa, pero en mi caso está pasando y yo no me quiero quedar cruzada de brazos viendo mis sueños desde afuera. Muchos podrán decir que puedo esperar, que mis diseños pueden esperar, que mi disco en inglés puede esperar. ¿Esperar qué? Si durante toda mi vida esperé este momento para sentirme feliz y dueña de mi destino, de mi porvenir, de mi dicha. Selena Etc. no es un capricho. Es mi sueño. Es lo que desee toda mi vida. Yo no quiero llegar a vieja para hacerlo. No voy a esperar a hacerlo para cuando ya no tenga ni las fuerzas ni las ganas que tengo hoy. ¡¡Es mi presente, mi color!! Quiero que mis diseños crezcan con mi carrera musical y vayan de la mano. Me gusta ser famosa, pero por sobre todo me encanta que me amen. Es lo que quise toda mi vida, es lo que desee toda mi vida, ¡¡es lo que esperé toda mi vida!! … No ... Definitivamente quiero hacer esto primero. Que mi carrera musical ayude a mis diseños. Primero quiero desarrollar todo lo que tengo en mi cabeza desde hace muchos años. Quiero que mi nombre esté grabado en todo el mundo, que todo el mundo hable de mí. Cuando haya logrado todo, podré relajarme un poco, distanciarme del medio y pensar en agrandar la familia. Hay tiempo. Hay mucho tiempo. Nada debe apartarme del camino. No puedo olvidarme de que estoy grabando el soñado disco en inglés … ¡¡y que encima mañana tengo que estar en Los Ángeles para dar un concierto!! La gente hace meses que me espera allí y yo no los defraudaré. ¡¡Les daré lo mejor de mí!!

¡¡Ay!! Otra vez esas imágenes, ese horror, esa pesadilla. Es la primera vez que me pasa que algunas de esas imágenes se me presentan estando despierta, como destellos que se disparan ante mí haciéndome estremecer, ¡¡haciéndome ver algo que no deseo ver!! ¡¡Tengo miedo, tengo mucho miedo!!! Veo a esa persona que está por dispararle a la otra. Veo a la otra que quiere escapar. Por un instante sólo cree que se quedará en la amenaza, pero un movimiento y un grito lo hacen tomar conciencia del peligro extremo al que está expuesta. Sabe que tiene que huir lo más rápido que pueda, que no debe estar un instante más allí. No puedo ver quiénes son pero las conozco, las vi en algún lado. No. ¡¡No puedo permitir que ello suceda!! Corro desesperadamente para alertar, para decir que no dispare, que no lo haga. Pero cuando yo aparezco en escena, la persona amenazada me reconoce y me dice. “¿Qué haces aquí, Selena? ¡¡Corre, corre, salva tu vida!!”. No alcanzo a descifrar lo que me dice cuando veo que la otra persona me mira fijamente, se sonríe y me dice. “Al fin viniste, Selena…”. ¡¡Ayyyyyy!! ¡¡No. No. No!!! No quiero ver más. ¡¡No quiero saber más!! ¡¡Tengo que salir de aquí!! No quiero que se despierte Chris. No quiero que se dé cuenta. No quiero que se den cuenta. Tengo que irme. Es temprano, pero ya es hora. Es hora de solucionarlo de una vez. Tal vez haya sido bueno haber visto parte de ese sueño horrible. Al final, los sueños, sueños son. Tengo que sacarme esta pesadilla. Tengo que sacarme este dolor. Tengo que ir a solucionar de una vez por todas esta situación que me atormenta. Es hora de dejarlo todo en claro. No necesito de ayuda. Será peor si mi papá interviene. Sé que si le planteo las cosas, ella lo entenderá. Aprendí en la vida que si uno va de frente sinceramente con la verdad todo lo puede, nada es imposible. Ésta no será la excepción. Yo sé que podré. Ya no tengo miedo. Sé que lo puedo enfrentar. Me iré sigilosamente y sin que nadie lo note, y cuando se quieran acordar me tendrán de vuelta lista para grabar, lista para viajar, siempre sonriente, siempre esperanzada en que todo se puede lograr con voluntad y con mucho, mucho Amor…

Salgo a la calle en busca del auto. El aire está raro, espeso. Una mezcla de frío y humedad estremecen mi piel. El cielo está oscuro, amenazante. Hoy será un día feo. Intuyo que en la noche lloverá mucho, pero por alguna razón intuyo que esa lluvia no me afectará, no me tocará. Cuando estoy por llegar al auto, me doy cuenta de que no traje las llaves. El miedo y el apuro me hicieron olvidar de ese pequeño detalle. Encima las llaves las dejé en la habitación. Entro sigilosamente al cuarto. Voy en busca de las llaves de la cómoda. Cuando las tomo y me estoy por ir, veo que Chris da vuelta sobre la cama hacia mi lado, abre los ojos y me apunta con su mano. Me estremezco al pensar que me ha descubierto. Veo que dice unas palabras, cierra sus ojos y se vuelve a acostar ... ¡¡Estaba soñando, pobrecito!! Por ahí él también tiene un mal sueño. Me dio ternura y me acerqué para besarlo, pero desistí de hacerlo. Tenía miedo de despertarlo y no debía hacerlo. Caminé despacito y enfilé para la puerta. Cuando salí, me acordé de que debía pasar por la casa de mis padres a avisarles de que por ahí llegaba un poco más tarde para grabar. Era temprano, pero seguramente mi padre estaría despierto. Pronto pensé que era innecesario hacerlo, pues en definitiva podía ser que llegara sólo un poco más tarde y nadie se daría cuenta. Además, mi padre sospecharía. No, es peor. Mejor no digo nada. Total en unas horas me verán y nada notarán. En todo caso los llamo luego y les digo lo que está pasando. ¿Cuánto tiempo me puedo demorar? No mucho … ¡¡Oh!! Allí está A.B. en el jardín de su casa. ¿Y si le digo a él? ¡¡No, mejor no!! Está con su hijo. Tal vez se levantó temprano para llevarlo a algún lado. No, mejor dejar todo así. Mejor no altero nada. Pronto los veré y les daré mi mejor sonrisa sin que nunca sepan lo que me estuvo pasando en estas horas. Pronto pasará todo. ¡¡Muy pronto!! Subo al auto sin mirar más y con mi vista apuntando al Days Inn. Cuando estoy saliendo veo que un niño me mira con mucha tristeza sin decirme nada. Cuando volteo la vista para ver qué pasa no lo veo más. Me quedo intrigada por ese espejismo cuando por la distracción casi embisto a un hombre que andaba en bicicleta. Freno de golpe pensando que lo había chocado. Pero para mi asombro, el hombre me sonríe enigmáticamente y retoma su andar sin despegar su vista de la mía con su andar seguro a pesar de que iba en sentido contrario…

Llego al Days Inn sin querer pensar más. Pasaron muchas cosas en mi cabeza y siento que sólo hablando con ella aquí se despejarán mis dudas y pronto acabará mi dolor. Cuando bajo, un dolor de cabeza tremendo se apodera de mí y me hace cerrar los ojos. En ese instante de negrura en mi vista siento un sonido de disparo que me estremece. Abro los ojos gritando y lo primero que se me aparece en mi vista es aquel niño con cara de tristeza que me sigue mirando fijo. Intento acercarme pero otra puntada en la cabeza me hace cerrar los ojos. Cuando los vuelvo a abrir el niño ya no está. De golpe suena un relámpago y en el medio de la luminosidad veo a ese hombre en bicicleta que pasa por la calle que no deja de parar de reírse mientras me mira. Entro en pánico. Quiero correr y no puedo. Quiero correr a mi casa, pero está lejos. Lo único que está cerca es la habitación de ella. Mejor voy para allá. Tal vez ella me tranquilice. En definitiva, estoy aquí para que toda esta pesadilla que antes era sueño y ahora es realidad se vaya definitivamente. Sé que hoy será el último día que sufra. Sé que después de este día ya no habrá más pena ni olvido. Esa frase me suena. ¿Dónde la habré oído? ¿De dónde la habré sacado? No importa ahora. Lo importante es correr. Correr para salir de esta lluvia. ¡¡Correr para salir de esta pesadilla!!…

(Ojalá, Selena, que todo esto sea sólo una pesadilla. Ojalá, Selena, que algún día sepamos que esto que vivimos es sólo la pesadilla que nunca quisiste contar, y que muy pronto podamos volver a verte para que tu sueño se haga realidad y para que no haya más pena ni olvido. Ojalá que esto sólo sea un mal sueño del que pronto, muy pronto, despertarás…)

Te extraña, te quiere, te espera toda la vida…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)









No hay comentarios: