Si hubieras sido, Selena…


El otro día leía un artículo sobre Selena en el que puntualizaba que no había peor cosa que la palabra “hubiera” al hablar de ella, y efectivamente, cuando uno ve hasta dónde han llegado determinadas artistas como Shakira, cuando vemos cómo hasta la mismísima Jennifer López no sólo ha llegado a la fama, sino que la comenzó a transitar luego de que hiciera la película “Selena” y hasta llegó a hacer lo que siempre deseó Selena que era hacer su propia línea de ropa, es cuando uno piensa una y otra vez hasta dónde hubiera llegado Selena, en qué lugar estaría hoy, qué modelo sería para los demás, qué hubiese hecho y qué hubiese dejado en el camino, qué familia tendría, cuándo hijos hubiese tenido, hasta dónde hubiese llegado en su carrera musical, hasta dónde hubiese desarrollado su pasión por el diseño, qué lugar ocuparía en el mundo, qué posición hubiese tomado ante los problemas del planeta, cuánto influiría en este mundo con su presencia en todos los medios, hasta dónde hubiese llegado su figura que todo lo podía y no tenía oposición…

Efectivamente, lo más doloroso que nos pasa es darnos cuenta de que todo lo de Selena es en potencial. Nos quedamos viendo la elaboración de un proceso y no su culminación. Quedamos viendo esas hermosas imágenes de una artista que iba logrando sus metas sin ningún tipo de barrera, sin obstáculo alguno. Una artista que en cuanto empezó a ser famosa en la región méxico-americana, inició una carrera meteórica en la que nada la detenía. Su propia fuerza, su propia energía, sus propias ganas de crecer y de progresar la investían de un poderío difícil de resistir. Como dijo no hace mucho la mismísima JLo, Selena tenía una fuerza imparable que se llevaba al mundo por delante. Para Selena, el único inconveniente era ver cómo se podían sortear los obstáculos que se le presentaban en el mundo de la música. Una vez logrado eso, nadie se podía resistir y nadie podía no cobijarla en su seno. En poco tiempo Selena pasó de ser la Reina del Tex-Mex a ser la Reina de la gente, la artista más premiada, la que comenzaba a sorprender por su versatilidad, que logró en tan poco lo que a muchos les hubiese llevado años. En un año recibió el Grammy, participó como actriz en una telenovela, llenaba estadios en México y Estados Unidos, participó en una película, giró en otros países de Centroamérica, se consagró definitivamente en el ámbito internacional con el disco “Amor Prohibido” y esperaba con ansias su soñado disco en inglés. Tal vez lo más triste de Selena es que en ese momento en su mundo estaban bien presentes las palabras “es”, “hace”, “voz”, “talento”, “fama”, “energía”, “proyectos”, “consagración”, “giras”, “discos”, “cine”, “televisión”, “actuación”, “estrellato”, “exposición”. Pero en un minuto todo eso se transformó en lo que “hubiera sido”, en todo lo que “hubiese llegado a ser y a hacer”. Selena pasó al pasado sin que ese presente se presentara en su mayor expresión, sin que pudiera brillar en toda su dimensión, sin ver cómo hubiese reaccionado ante los distintos avatares que se le presentarían en su carrera al éxito total. Selena pasó a ser un mito, una leyenda, pero no un presente hermoso de su vida y una alegría para toda la gente que la amaba. Selena no pudo hacer todo, se quedó en lo que “hubiera sido” y la gente se quedó pensando, imaginando y hasta llorando con todo lo que podría haber llegado a ser Selena en el mundo de la música, de la moda, de la actuación, en este mundo tan difícil que Selena lo hacía tan hermoso tan sencillo, tan feliz, tan amado, tan añorado…

El que ama a Selena queda azorado, solo, con esa tristeza en su corazón que nunca podrá apartarla. “Siempre estará presente la tristeza al recordarla”, decía A.B. y nada más cierto. Por más que se la recuerde con alegría, por más que se pretenda olvidar su destino, por más que se recuerde sólo su música, por más que se pretenda superar todo buscando no entristecerse al evocarla, siempre tendremos una lágrima que se nos brotará en algún momento, una mueca de tristeza, impotencia y sinrazón, un meneo de cabeza, una mirada perdida buscando una explicación, un ruego de que esto no sea cierto, una necesidad imperiosa de volver el tiempo atrás para aplacar tanta locura, tanto sinsentido, tanta insensatez. Porque por más que queramos olvidar todo, por más que nos encerremos en el Mundo de Selena sin ver lo que pasó aquel nefasto 31 de marzo, siempre veremos la consagración de una artista en Hollywood, la gira a todo el mundo de otros, miles de fans y admiradores dedicándole todo su Amor y todo su cariño, miles de personas en todo el mundo coreando su nombre, y eso inevitablemente nos hará recordar que Selena debería ser una de esas artistas que tendría que estar allí y no ser un “hubiera”, un pasado que alguna vez fue un presente hermoso, un potencial que perdió sus fuerzas en un instante, una convicción y una seguridad que no eran tales a la hora de enfrentar un problema que nunca debió tener esa dimensión y ese final. Tal vez al ver esos artistas nos preguntemos una y otra vez cómo Selena no está allí, cómo si ella tenía todo el talento, toda la fama, todo el reconocimiento, toda la proyección, toda la planificación, se quedó en el camino, termina presa de algo que pudo haberse evitado, que pudo haberse prevenido. Nos preguntaremos una y otra vez cómo Selena ya siendo una artista preparada y con el camino allanado al éxito no pudo resolver esta ecuación tan simple para algunos, tan difícil para otros. Nos preguntaremos cómo estando la banda tan preparada para todos los desafíos no pudo llegar a pegar el último y gran salto a la fama. Nos preguntaremos si acaso en algún aspecto no estaban tan listos como parecía y que aquel nefasto día lo puso en evidencia. Nos preguntaremos cómo Selena pagó tan caro errores que no le pertenecían y que no estaba en sus manos manejar. Nos preguntaremos si acaso Selena se dio cuenta de todo cuando ya era tarde…

Todos lo que amamos a Selena convivimos con el “hubiera” y nos quedamos con esa sensación de hacer algo por su recuerdo. En un punto sabemos que ese “hubiera” estaba a un paso de ser “es”, y con ese espíritu la recordamos y tratamos de mantener vivo su recuerdo. Vivimos recordando, hablando, compartiendo, convenciendo, tratando de no dejar a Selena aun más sola de lo que estuvo aquel día. Conviviremos con la idea y la seguridad de que una cosa que saliera diferente aquel día aclaraba las cosas y para bien de Selena. Conviviremos con la idea de que evocamos a alguien que ya no genera noticias y novedades propias, que debemos juntar el valor y las ganas para divulgar aquello que hizo y dijo, que debemos dejar el corazón para recordarla, que debemos mitigar el dolor que nos genera todo tratando de mostrar lo que Selena era como artista y como persona, y aun así es muy difícil tratar de llevar adelante todo. Mostraremos sus fotos, describiremos cada concierto, escribiremos los sentimientos que genera, diremos que fue una artista única e irrepetible y nos inundará el dolor de no poder refrendar aquello mostrando lo que sería Selena ahora. Tendremos que juntar todo el valor y toda la energía que tenía Selena para poder hacer un recuerdo que esté a la altura de lo que semejante artsita dejó para toda la gente. Y es allí que se nos figuran las imágenes de una Selena que necesita que se la recuerde con Amor y que se sienta admirada todos los días. No hay peor cosa que pase un día sin hacer algo por ella, pues si ello sucede implicaría revivir aquel día nefasto. No podemos dejar de olvidar que ese día Selena estaba sola, no estaba con su gente, no estaba comunicada con los que la amaban de verdad, no estaba encontrándose con su familia. Y al ver esta triste realidad de un mundo sin Selena, trataremos de no dejar sola a Selena, que nunca sienta la sensación de que se ha ido insólitamente de este mundo y que ya nadie la recuerda. El que ama a Selena siente como un puñal en el pecho el hecho de que pase el tiempo y que ya no haya tanto interés en los grandes medios internacionales en recordarla como se debe y sólo busquen alentar a muchos artistas para que de alguna manera sigan o emulen el camino de Selena sin tomarla como ejemplo, sólo para relacionar sus figuras con la de ella, o peor aun, que relacionen sus vidas con la de Selena para asegurar su fama. Hacer esto es como atentar contra Selena. El que ama a Selena quiere que se la recuerde a ella, sólo a ella, y que se le dé un recuerdo digno a su figura…

Tal vez tengamos la tarea más difícil, pero no por ello no grata, que es recordar a Selena con Amor, y tratando de valorar lo que fue y lo que es, y no quedarnos con los hubiera o lo que pudo haber sido. Tal vez sería bueno recordar cómo lo hecho por Selena ha sido la motivación de tanta gente. Tal vez sería bueno que artistas hoy tan conocidas puedan darles las gracias a Selena y dedicarle alguna canción, algún recuerdo. Porque los que amamos a nuestra Selena sabemos que ella vivirá con nuestro recuerdo, con nuestro Amor, a través de nuestros latidos, de nuestros sentimientos. En nuestro recuerdo no está solamente que no debemos dejarnos abatir por los que nos proponen que nos olvidemos, que nos resignemos, que nos refugiemos en nuestra soledad para evocarla a Selena, tal cual ella estaba aquel nefasto día. En nuestro recuerdo siempre primará el sentimiento de que ella volverá, de que ella retomará el camino perdido, Y que allí estaremos nosotros para esperar ese momento recordando todo lo que hizo, todo el Amor desparramado, todo el talento desplegado por doquier. Nos quedará el deber de darle a Selena el sentimiento de que estará siempre acompañada y de que se la recordará por todo lo que dejó en este mundo. Nos quedará el sentimiento de dar sin esperar, de entregar todo el cariño para que ella esté contenta donde quiera que esté. Nos quedará ese Amor sin medida, esa admiración sin igual, esa sensación de que estaremos con el Alma al desnudo cuando hablemos de ella y la evoquemos. Nuestra artista no puede estar aquí para que nosotros divulguemos sus actividades y lo que va a ser en el futuro. Están allí sus fotos, sus imágenes, todo lo que dejó, y nosotros tendremos que evitar que sean sólo “Fotos y Recuerdos”. Tenemos que darle ese sentimiento que nos da el saber que somos pocos quienes tuvimos la oportunidad de conocerla y de saber que estábamos ante una artista única e irrepetible, diferente, dueña de una gran voz y de un talento impresionante. Tal vez más que nunca sea necesario que la gente que la ama proponga que no hay que resignarse, que hay que poner en práctica aquellas palabras de Selena, en las que “lo imposible siempre es posible”. Tal vez deberíamos no ser mezquinos y pensar sólo en el bolsillo, las conveniencias y las especulaciones a la hora de mostrarle al mundo todo lo que hizo Selena no sólo en un estudio de grabación, sino, fundamentalmente, en vivo, en esos memorables conciertos tanto en estadios como en estudios de televisión. De nada nos sirve tener la mejor tajada o salir victorioso de una contienda. Ya nos ha quedado claro eso viendo lo que terminó pasando con Selena por ello. Sólo nos sirve recordar a Selena con Amor, esperarla con ansias locas y soñar con que nada de lo malo haya realmente sucedido…

Siempre recordar y evocar a Selena tendrá un dejo de dolor, porque el “hubiera” siempre estará. Muchos como yo nos hemos acercado a Selena justamente por no saber explicar por qué le había pasado todo esto, y finalmente terminamos cautivados por una artista que dio todo, que nos sorprendió con su voz, que nos cautivó con su presencia, que nos enamoró con su actitud, que nos hizo partícipes con sus saluditos, que nos agradeció por su participación. Siempre sentiremos que nadie fue como Selena, que nadie tenía esa forma de expresar sus sentimientos, que nadie tenía esa naturalidad para cantar y expresarse, que nadie tenía esa facilidad para generar la atención de todos con su sola presencia. Tal vez sintamos que es hora de seguir recordando a Selena tal cual fue y tal cual lo quiso transmitir. Tal vez tengamos que despojarnos de todo para darle un lindo recuerdo. Cuando sentimos el “hubiera” y vemos el presente de otros artistas, es cuando sentimos que nuestro recuerdo y evocación a Selena deben ser diarios, y con toda la fuerza y el Amor. Sólo así la mantendrá viva y su Legado estará intacto. No alcanzan sólo los aniversarios y las fotos más sentidas emitidas por los que la recuerdan. Es necesario retener todo lo que hizo, no cerrar todo lo que tenga que ver con ella y entender que para recordarla hay que hacer algo por ella todos los días. Y si se logra hacer que el mundo repare en lo que hacemos, mejor, pues siempre habrá gente con ganas de dar todo para que Selena sea recordada y admirada por todo lo que hizo. Por eso no me resigno a la posibilidad de que muchos artistas le hagan un homenaje y le dediquen su mejor recuerdo. Yo sigo esperando que le digan gracias a Selena, canten alguna canción de ella y hasta contribuyan a su Legado. Yo sigo esperando que algún día Selena sea escuchada en todos los países y en todos los idiomas gracias a su talento y a todo nuestro esfuerzo…

Tal vez si tuviéramos aunque más no sea el esbozo del Amor de nuestra Selena nos daríamos cuenta de que podemos quitar esa molesta palabra “hubiera” y podamos hablar de presente, de realidad, de reconocimiento, de Amor, de cariño. Si somos capaces de tener la constancia, la energía, el Amor, la destreza y el talento de nuestra Selena, podremos asegurar que por siempre y para siempre Selena estará presente, y que siempre estará viva para gracia de su gente … Si pudiéramos llegar a eso, al menos Selena podrá estar presente a través de su propio y exclusivo medio y mérito, y con nuestra energía y constancia … A mí me sigue doliendo cuando hoy artistas latinos tan reconocidos mundialmente giran por Estados Unidos, por Europa, y se los aclaman y reconocen. Y no es que me duela porque no se lo merezcan ... No ... Me duele porque ese camino que ellos transitan lo inició Selena. Selena les abrió el camino a los latinos cuando nadie tenía la facilidad para ingresar a esos países, a esos mercados. En aquellos ’80, en aquellos ’90, era inimaginable que algún latino tuviera el éxito, el reconocimiento y el efecto masivo en países anglosajones. Era impensado que un latino tuviera un éxito mundial, que fuera convocado a grandes eventos artísticos, deportivos, culturales. Hoy eso impensado se hizo realidad gracias a Selena. Selena inició ese camino cuando las posibilidades eran nulas y cuando nadie pensaba en el poder de los latinos. Ni siquiera se pensaba en que alguna vez algún artista tejano podía tener éxito en México. Selena hizo realidad primero que una mujer arrodillara Texas a sus pies, que México se enamorara de una tejana, y que Estados Unidos se fijara y admirara en esa latina, esa latina que hablaba inglés y que cantaba en español, que primero cantó en español para una vez logrado el éxito, se preparara a ser admirada en inglés y de allí al enamoramiento mundial. Esto último nos remite nuevamente, y lamentablemente, al “hubiera”, pero ese camino hizo posible lo que antes era imposible y que fuera aprovechado por otros … gracias a Selena. El éxito de ellos es el éxito de Selena. Hace 16 años entre los 200 más famosos en Estados Unidos había sólo 2 latinos, uno de ellos era Selena. Hoy hay muchísimos más, y todo gracias a esta artista única e irrepetible, y por suerte muchos de ellos lo saben y se lo agradecen todos los días…

Es por todo eso que, a pesar de nuestro dolor, de ese dolor de no poder ver a Selena transitando el camino que ella misma inició y que lo están disfrutando otros, podemos transformar ese “hubiera” en algo que “es”, en ese “es” que no es sólo expresado en el éxito de tantos artistas latinos, sino en el reconocimiento, en la admiración, en el enamoramiento, en la sorpresa y en todos los sentimientos que sigue generando Selena aun hoy y por siempre. Porque lo que ha generado Selena no es patrimonio de una época, no es el producto de una moda, no es el fruto de una generación. Lo que genera Selena es consecuencia de su voz, de su talento, de su carisma, del poder de sus actuaciones en vivo, del sentimiento que despliega, del Amor que transmite. Y eso no tiene límite de tiempo, no hay barrera que lo detenga. Ese sentimiento que transmitía Selena estuvo siempre, estará siempre y permanecerá en el aire que respiramos aunque ya no estemos aquí nosotros, aunque ya no haya más nadie para poder contarlo…

Por eso siempre estaré aquí Selena, para que siempre estés presente, para que veas y sientas que no estamos aquí por lo que hubieras sido sino por lo que eres a través de tu talento, de tu Amor y de nuestros corazones que sólo laten por ti…

Simplemente, te ama…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)








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