Es lo único que deseo para mi cumpleaños, Selena…


Cuando llega el día del cumpleaños cada uno hace balances, piensa en lo que ha hecho el último año y proyecta lo que hará en el siguiente. Pero sobre todo en los cumpleaños uno pide deseos. Y en esos deseos uno expone lo que realmente es y lo que realmente quiere. En ese deseo de que algo se dé o de que algo se cumpla están nuestras ambiciones, nuestros nobles sentimientos, qué tanto necesitamos para ser felices, si somos egoístas o altruistas, si pensamos en nosotros o en los demás cuando pensamos en nuestras prioridades, en aquellas cosas que más nos gustan y más deseamos que se cumplan. La vida me agarra en estos días cumpliendo años y escribiendo sobre Selena, acaso porque en aquella lista de prioridades primero está en dedicarle todas las semanas parte de mi vida a escribirle a Selena, a darle mi mejor recuerdo, el mayor de los agradecimientos. Se me dirá que soy esquemático, que soy obsesivo, que no tiene sentido hacer todo esto. Y para mí hacer esto por Selena es más importante que mi propio cumpleaños. Yo al menos tengo la posibilidad que Selena lamentablemente no tiene, que es poder levantarme y poder gozar de algo tan hermoso como es la vida, con su pro y con su contra, con lo bueno y con lo malo. Y como sé que eso que Selena tanto lo merecía no lo puede tener, yo al menos le doy parte de mi vida para que viva a través de la mía, de mis palabras, de mis recuerdos, de mi admiración, y con la esperanza de que algún día seremos muchos que con nuestro Amor la hará volver a pesar de todo, para certificar de que nada es imposible…

En mi cumpleaños yo sólo deseo lo mejor para Selena. Yo sólo deseo poder levantarme y verla en todos lados, desparramando su alegría por todo el mundo, triunfando, sorprendiendo en cada país, en cada cultura. Nada más quisiera verla feliz haciendo lo que le gusta, disfrutando cada canción interpretada, mostrando con orgullo sus diseños, siendo el ejemplo de toda una generación, ser el bálsamo para tanta gente, la esperanza de tanta otra. Quisiera ver un mundo feliz disfrutando de sus triunfos, verla feliz recibiendo tanto cariño, ¡¡tanto Amor!! Si hay algo que desearía que se cumpliera es ver no sólo la gente acercarse a ella por un autógrafo, o para estar con ella y sacarse una foto. Quisiera ver que se la toma como un ejemplo y no como un ídolo más del momento que un día se quiere y el otro se olvida. Quisiera certificar que la gente se acerca para agradecerle, para darle un abrazo, para dedicarle las mejores palabras de aliento. Yo quisiera ver hoy a Selena siendo admirada por todos, que sólo a través de ella prevaleciera el Amor, la tolerancia, la comprensión. Quisiera ver que el mundo viera quién ha triunfado y quién es la artista más querida del mundo. Quisiera que en mi cumpleaños se me hiciera posible ese deseo. Renunciaría a todo lo que me diera felicidad para verla a Selena con nosotros. Porque verla a ella con nosotros me daría esa alegría completa, soñada, ampliamente deseada. Verla a Selena entre nosotros, aunque nunca me pudiera acercar a ella, sería la mayor de las felicidades. Colmaría todos los otros deseos que terminan siendo ampliamente banales al lado del que deseo para nuestra Selena…

Quisiera en mi cumpleaños no tener que ver cosas de Selena y menear una y otra vez mi cabeza buscando una explicación a tanta locura, a un acto tan salvaje. Miro el video de “I could fall in love” y me es inevitable llorar en el último tramo. Es ver el video y recordar cada imagen, cada canción, cada concierto. Es recorrer con los ojos la figura de Selena y casi a memoria describir de dónde viene tal foto, a qué corresponde tal video, tal imagen, tal concierto. Podemos adivinar todo lo que significan aquellos momentos felices, pero en aquel video llegamos al último minuto en el que la canción llega a su clímax y en el que Selena saca su mejor condición de cantante, vemos esos hermosos momentos de Selena en el concierto del Far West Rodeo 1994, en el de San Antonio 1991, en el de Corpus Christi 1993, en los del Astrodome 1993, 1994 o 1995, o en sus videos tan recordados como el de “No me queda más”, “Bidi bidi bom bom”, “La llamada”, “Donde quiera que estés”, “Amor prohibido” y uno no puede evitar llorar. Jamás pude evitar el llanto en ese momento porque aquello tan lindo se ha ido, aquellos momentos tan hermosos terminaron abruptamente. Vamos cayendo en la realidad de que es un típico video homenaje de alguien que ya no está, vamos cayendo en la realidad de que aquella hermosa canción que Selena está cantando nunca la pudo hacer en vivo, no tenemos imagen ni ningún video que registre ese momento, esa grabación. Sabemos que esa melodía es apenas un muestrario de lo que Selena estaba haciendo, que nunca sabremos cómo hubiese sido el resultado final de ese disco ni su repercusión real. Tendremos que conformarnos con las imágenes de la película, con ver a Jennifer López interpretando su paso fugaz de esos momentos y es entonces cuando la desolación se apoderará de nosotros. Más de una vez me he quedado mirando la computadora luego de esas imágenes, deteniendo mi vista en la nada y tratando de buscar una explicación, algo que me consuele, algo que me dé una idea medianamente lógica de por qué tenía que terminar todo así. Más de una vez busqué entender por qué se llegó a esto, qué pasaba antes de todo esto y no hay nada que me dé una mediana tranquilidad. Sabré tal vez las condiciones que propiciaron este abrupto final, entenderé por qué esto no se podía prever, pero aun así no entenderé como lo sucedido aquel nefasto día no se pudo al menos evitar siendo que hubo más de una condición para pensar que estando medianamente atentos pudo haberse evitado…

El otro día observaba con satisfacción alguien que es fan de Shakira que se enteró de Selena y comenzó a interesarse por ella y por su obra. Entró al Foro de Selena en Univisión y comenzó a pedir precisiones sobre qué discos escuchar primero, qué opinábamos de lo que sucedió, qué lugares visitar relacionados con Selena, cómo adquirir algunas cosas de ella, y conforme le íbamos diciendo, ella aparecía ya no sólo para preguntar, sino para acercar videos de Selena que le habían gustado, imágenes de Selena que le habían impactado y hasta llegó a cambiar su banner de Shakira por otro de ella y de Selena. Cuando veía eso, no sólo me dio satisfacción, sino que revisé mi propia llegada a Selena y noté que, de algún modo, a mí me había pasado algo similar. Y allí entendí que todos lo que terminamos queriendo a Selena no nos contentamos con admirarla comprando sus discos o viendo sus videos. Necesitamos algo más que eso, necesitamos expresarle nuestro cariño, nuestro Amor, nuestra admiración. Y esta sensación no ha surgido sólo por su trágico final sino por lo que siempre ha generado Selena. Ya en vida Selena generaba esas cosas. Se lo habían hecho notar a la misma Selena en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, cuando le señalaban que no sólo era una artista que vendía muchos discos y que era popular por sus conciertos multitudinarios. También le señalaron que Selena generaba cariño en la gente. Esa gente necesitaba acercarse a ella para agradecerle, para hacerle notar lo que le generaba esa artista con su canto, con sus expresiones, con su talento, con su bondad, con su predisposición, con su forma de expresarse, con su forma de tratar a la gente. Selena no era una artista más. Era diferente porque ella no creía que el haber llegado a la fama era sólo producto de su propio mérito como cantante sino por el cariño de su público. Sabía que el público la había puesto allí, en ese lugar privilegiado. Y ella también agradecía como lo hacía el público. Selena hizo realidad las palabras que muchas veces se maltratan, pues muchos artistas la usan demagógicamente para ganarse fácilmente a la gente. Selena no decía “Sin ustedes aquí nosotros no somos nada” para contentar a su público con palabras bonitas. Selena ponía en práctica lo que ella decía en teoría. Y el público se lo agradecía con creces. En un video podía apreciar cómo alguien se acercaba a Selena para pedirle que saludara a su hija que iba con timidez atrás. Selena se dio vuelta para saludarla y cuando advirtió que se refería a su admiradora corrió a saludarla. Cuando la admiradora vio ese gesto de Selena, no pudo evitar abrazarla con emoción ante semejante gesto de su ídolo. Selena estaba por subir al escenario para dar un concierto. Estaba sola, sin guardaespaldas y sin nadie que espantara al público para que la “dejaran tranquila”. Éstos son los gestos que provocan el Amor que se le tiene a Selena, cuando uno advierte que Selena no sólo generaba admiración como artista sino también como persona…

Tal vez cuando uno advierte esto es cuando uno le cuesta aceptar semejante cachetazo de la realidad, que no se mitiga con el paso del tiempo. El odioso paso del tiempo se encarga de erosionar esa figura que alguna vez fue la realidad alegre y hermosa que tuvo un presente, que se transforma en ese pasado idílico y tan soñado, y que en algún momento se convirtió en un sueño que se estaba cumpliendo, que era real. Era un cuento de Cenicienta con un final feliz y real, pero que alguien se encargó de privarlo. Una felicidad que se le privó a la gente, y un sueño que se le quitó a Selena. Tal vez es tan triste, tan doloroso, tan indignante lo que ha sucedido que cuando uno se apega a Selena, cuando uno la admira por todo lo que hizo, por todo lo que dejó, es cuando uno se aferra a todas sus cosas, la escucha una y otra vez, la ve todos los días, sueña con que algún día ella regresará. Cuando uno ve esos gestos como la admiradora de Shakira, tal vez advierta que Selena genera eso cuando uno se la empieza a querer. Selena no genera medias tintas, no se la admira un poquito, no se le presta un poquito de atención. Se la admira totalmente, con todo el corazón. Desde luego que su ida de este mundo potencia todo, pero la admiración que generaba Selena siempre existió, siempre estuvo. La admiración, el cariño, la fama misma no vienen de la nada. La ida de este mundo no genera por sí sola ventas inusitadas de discos ni un Amor que antes era indiferencia. La ida de este mundo de Selena acaso potenció lo que ya existía, lo que ya estaba instalado en la gente. Selena era admirada en Texas desde pequeña. Ya recibía premios en los Tejano Music Awards desde que tenía 16 años y desde antes ya estaba nominada a dichos premios. Mucha gente ya la conocía por sus conciertos en cada pueblo, en cada lugar que ella recorría en su bus. Antes de que se instalara en los grandes medios de comunicación por sus grandes éxitos, había mucha gente que ya la amaba desde hacía mucho tiempo. Antes de que muchos se enteraran de ella por sus discos más afamados, por sus grandes premios como el Grammy, Selena ya era una artista reconocida. Selena ya tenía una historia antes de que muchos la descubrieran. Por eso la confusión de muchos al creer que su partida generó semejante éxito en ventas y la admiración de millones. La situación fue inversa. Fue precisamente su fama entre el público lo que provocó el descubrimiento de muchos de lo que significaba Selena para tanta gente. Tuvo que pasar lo peor para que muchos se dieran cuenta de que la realidad estaba fuera de lo que decían dichos medios de comunicación, que la realidad no sólo pasaba por allí y que estaba entre la gente. Por eso para muchos Selena era la artista del pueblo, la que surgió entre el público, la que llegó a lo más alto de la forma más difícil de llegar, y que sólo Selena lo logró con talento y mucho Amor…

Cuando uno descubre a Selena tal vez empiece a advertir luego de verla varias veces que detrás de la gran cantante había una artista que no necesitaba de las grandes luces artificiales para llegar a lo más alto. Tal vez advierta lo que no había notado antes. Que tras ella no había ni estruendosas luces, ni grandes pantallas que sobredimensionaran sus shows. Tal vez hasta adviertan que tras Selena no había grandes medios de comunicación que hablaran todo el día de ella para instalarla entre el gran público consumidor. Selena era algo real que estaba entre la gente. No era algo artificial que se presentaba en cualquier lado como la gran novedad. No había una gran corporación tras ella que la presentara como la continuadora de tal o cual artista, o que la mostrara como la gran novedad ignorada hasta entonces para la mayoría de la gente. No era una artista que con un video instalado en la red ya tenía millones de admiradores. Selena no era una artista anónima con admiradores también anónimos. Selena no necesitaba disfrazarse para llamar la atención, no necesitaba inventar un personaje o reinventarse para generar que una legión de admiradores la amaran de un día para al otro. Selena era real. Llamaba la atención siendo tal cual era. Selena se mostraba en el escenario tal cual era en la vida. Difícilmente en estos tiempos en los que la realidad se ve a través de las computadoras, podamos ver y apreciar la dimensión de Selena, todo lo que ella ha generado por sí sola. Porque todo lo que generaba Selena lo hacía estando ella presente en carne viva ante su gente. Para captar su esencia, para advertir y sentir todo su potencial uno debía vivirlo a través de lo que transmitía en el escenario. Y en el escenario la figura era ella con su voz, con su risa, con su talento, con su baile, con sus saluditos, con su presencia, con el contacto con su gente. Selena llegaba a su punto más alto viéndola en vivo, observando cada una de sus actuaciones. Ni un disco ni un video ni una grabación podrán captar la dimensión de Selena en el escenario y con su presencia. Hasta diría que si en sus conciertos ponían muchas luces, mucha pirotecnia, mucha artificialidad para sobredimensionar sus actuaciones, todo le hubiese jugado en contra porque se perdería su espontaneidad, todo lo que ella hacía naturalmente, y la reacción espontánea de un público feliz con su presencia y siempre sorprendido por ese plus que les daba Selena en cada actuación. Por ello, cualquier ingrediente artificial a sus actuaciones le hubiese quitado su esencia, hubiese empañado la naturalidad con la que Selena se movía en público y lo que provocaba entre la gente con sus actuaciones. Estoy seguro de que si hoy estuviera Selena muy diferentes serían las cosas. Se valorarían otras actitudes, otros gestos, otros artistas. Habría otros valores, habría otras necesidades. Con Selena la gente sería feliz y no tendría necesidad de llenar sus vidas con felicidad artificial. Selena les daría el Amor que necesitaban recibir de un artista, recibirían la atención y el cariño que muchas veces se les ha negado. Con Selena no necesitarían de tantos paliativos para calmar su propia desolación y falta de Amor…

Tal vez por eso se la llora a Selena. Tal vez por eso uno se pone muy triste al verla en los buenos tiempos que se fueron tan rápido. Cuando uno ve a Selena al final del video “I could fall in love” en esa escena tomada del video “No me queda más”, en la que va en una calesita y que extiende su mano para tomar la sortija es cuando el dolor se hace grande, inmenso. Dan ganas de extender el brazo para tomar su mano, para salvarla de su suerte, para compartir con ella todo, para no dejarla sola, para darle la vida que no tiene, para darle la esperanza que parece irremediablemente perdida. Cada día todo aquel que ama a Selena quisiera poder revertir todo, poder darle la posibilidad de hacer realidad los sueños que ella tenía para sí y para los demás. No es que sólo querríamos que Selena estuviera aquí para hacernos felices. Nosotros querríamos que Selena estuviera aquí para que ella fuera feliz y con su felicidad hacernos feliz a todos nosotros. Los que admiramos a Selena soñamos con que algún día podamos vivir y sentir la sensación de que se ha hecho realmente justicia con ella y con su historia. Apenas, y por momentos, podemos evadirnos de la realidad y sentir que aquello nunca pasó, pero siempre en el momento menos pensado, en una fracción de segundo recibimos ese cachetazo, esas imágenes finales que no queremos ver, que no deseamos que hayan ocurrido, que sean producto de una pesadilla y nada más, como aquella que siempre contaba Selena que había experimentado y que nunca la quiso contar por el miedo que le generaba, acaso como si esa pesadilla fuera el aviso inconsciente que le decía lo que le iba a pasar, o como un mensaje del futuro enviado por cualquiera de nosotros a través de “taquiones”, tal como se lo mostrara en la película “El príncipe de las tinieblas”, de John Carpenter. Siempre en youtube o en cualquier página web veremos esa imagen de Selena que no queremos ver y que se presenta siempre aun sin nuestra voluntad. Eso es lo que querríamos que sucediera: no tapar la realidad, no evitar verla, sino cambiarla. Poder permitirnos tener un mundo feliz y contento, un mundo bueno y justo. Un mundo con Selena aquí entre nosotros…

Eso es lo que deseo en mi cumpleaños, que volvamos a tener a Selena entre nosotros, que podamos permitirnos ser felices con ella en este mundo, que ella sea feliz con su vida, que pueda permitirse soñar y cumplir sus sueños por su propia voluntad y energía. Quisiera que el ejemplo de Selena nunca se pierda, que ella sea el ejemplo para todos, el camino a seguir, que nuestros esfuerzos sean para que todo lo que haya hecho no sea en vano, inútil, que ella pueda observar con felicidad que la gente la ama y la espera, y que nuestro clamor le haga a Selena pedir a Dios si puede volver con nosotros y Él con su bondad asentir sabiendo de antemano lo que generaría tal decisión … Simplemente la felicidad, simplemente la esperanza, simplemente la alegría, simplemente la algarabía de toda la gente que la ama de verdad y que aún la espera…

Esto lo único que deseo para mi cumpleaños … Que Selena vuelva a estar con nosotros para que sea feliz con el Amor que sólo ella ha generado…

Lo desea de todo corazón, ese corazón que sólo pertenece a Selena…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)









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