Hasta la próxima, Selena…


Había llegado al sitio de la entrevista puntualmente. Estaba excitado, con mucho, muchísimo miedo. Estaba por encontrarme con Selena y no sabía ni siquiera cómo iba a encarar la entrevista. Había ensayado miles de veces, había planificado una y otra vez las preguntas en función de mi objetivo, había estudiado las cosas que le iba a preguntar, las cosas que le quería decir para sorprenderla y las cosas que debía callar para no preocuparla. Pero todo se me había borrado por completo desde el día anterior cuando sabía que en poco tiempo me encontraría con ella. Me dolía el estómago, sentía un profundo nerviosismo, la ansiedad de la espera del momento me atormentaba, el saber que era fin de febrero de 1995 y faltaba poco tiempo me angustiaba más … Hasta la duda de cómo llamarla me generaba un nerviosismo incontrolable. ¿Cómo hacer para no decirle “Cuídate, Selena, no quiero decirte que falta poco tiempo. ¡¡Entérate tú, corrige el camino a tiempo!! ¡¡Piensa sólo en ti y en lo que quieres hacer para ti!!”? En el medio de mi ansiedad, el señor Quintanilla entró en el estudio de q-productions. Habló con una persona y ésta me señaló a mí. De inmediato se acercó a mí y me extendió su brazo para saludarme. Me dijo que su hija vendría en breve y que aceptaría gustosa ser entrevistada por alguien de tan lejanas tierras. Luego me dio algunas instrucciones sobre qué preguntas eran las más convenientes para la entrevista, que no tenía mucho tiempo dadas las intensas actividades de su hija, y se quiso asegurar qué tanto sabía de Selena. Le dije lo básico, pero lo suficiente como para convencerse de que sabía muy bien de qué se trataba la historia de su hija. Lo convencí a tal punto de que esbozó una sonrisa y me dijo. “Ojalá que muchos en Argentina sepan tanto de Selena como tú. Si es así, ¡¡el éxito de ella está asegurado en cuanto lleguemos allí!!”. Yo le dije. “No se preocupe, señor Quintanilla. Su hija ha llegado ya a lugares inimaginables aún para ustedes. Y está a un tantito así para que despegue y su éxito sea irrefrenable. En cuando pise Sudamérica, América latina toda caerá rendida a sus pies”. Él se sonrió de satisfacción, me dio una palmadita en la espalda y me dijo que ojalá Dios desee eso y se retiró no sin antes darme las gracias por venir desde tan lejos para entrevistar a Selena y de prometerme que en breve estaría aquí. Yo le retribuí el saludo y volví a subsumirme en la mayor de las angustias. “Pronto estará Selena aquí. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a decir? ¿Qué le preguntaré cuando la tenga enfrente y me quede encandilado? ¿Qué tendré que decirle para que piense en lo que le quiero decir?”. El sólo hecho de pensar que estaba a tan poco tiempo de aquella desgracia, de que yo poco podía hacer, y de que sólo podía hablarle y hacerle pensar en lo que estaba sucediendo sin que pensara que ella debía hacerse cargo de todo me daba una tremenda angustia, rayana a la locura. El sólo hecho de pensar que lo que quería decirle es que piense en ella, que piense en sus metas personales, que los problemas de otros son eso, problemas de otros, y de que lo que no hiciera ella por sus sueños no lo iba a hacer nadie me daban ganas de estallar en gritos y de decirle sin más lo que iba a suceder si no hacía algo a tiempo, gritarle y mostrarle todas las cosas que se hicieron después en su recuerdo y decirle si era ésta la forma en la que quería que se la recordara. Ser aun más cruel y mostrarle fotos, recortes de diarios, libros e innumerables homenajes y preguntarle si ella estaba preparada para semejante recuerdo, para ser recordada como un mito y como una leyenda, pero que poco podría hacer para lograr todo lo que quería .... Gritarle, en definitiva, si era eso lo que deseaba ... Miraba a mi alrededor y veía los recortes actuales, los premios, fotos de Selena con José Behar, con Los Dinos, con su familia. Empecé a preguntarme si yo estaba preparado para esto y de golpe escucho un “¡¡Hi!! ¿Cómo están todos?” … ¡¡Era Selena!! Sí, era ella y ¡¡no lo podía creer!! … Empecé a dar cuenta de que estaba en el medio del baile y de que no podía escaparme, y ¡¡menos de ella!! Tenía que enfrentarlo, tenía que enfrentarla, tenía que hacer algo por ella...

Parecía que todo estaba preparado para mí. Selena lucía increíblemente bella. Se la veía como yo lo hubiese soñado. Estaba vestida prácticamente igual que en aquella presentación del programa “Un nuevo día”, emitido el 3 de noviembre de 1994. Estaba con su pelo larguísimo y con flequillo, lucía un bustier y minifalda negros, y unas hermosas botitas al tono. Estaba muy maquillada y muy arreglada para la ocasión. Y es que había más de un motivo para presentarse así. Venía de un sinnúmero de entrevistas y de presentaciones luego de su formidable presentación en el Houston Astrodome, además de estar preparando su disco en inglés. Yo estaba mudo y tendía a hacerme el desentendido mientras temblaba como una hoja, y sentía congelados los pies y las manos. Esperaba que Selena terminara de hablar con su padre y de que éste le señalara el camino hacia mí. Ya para ese entonces estaba frenético. Por un lado, deseaba que estuviera frente a mí como lo había deseado durante tanto tiempo, pero por otro tenía pánico en cuanto Selena se fijara en mí, en cuanto me observara, en cuanto repara en mí y me mirara de arriba a abajo. Me sentía como aquellos varones que se presentaban para representar de “ex novios” cuando Selena interpretaba “¿Qué creías?”, y que no sabían cómo Selena los iba a encarar. Dependía de su ánimo, pero también dependía de lo que le transmitía su “ex novio”. Eso me atormentaba aun más. Me sentía pequeño ante tamaña estrella, pero pronto ella se encargaría de que yo no me sintiera así … En cuanto volví a mirar para el lado en el que estaban todos, vi con temor mayúsculo que Selena venía sonriendo hacia mí. Llevado por mi miedo, apenas si levanté la vista hasta que la tuve bien cerca. Bastó con observarla, bastó con ver su sonrisa, bastó con que fuera ella quien me preguntara cómo estaba yo, bastó con que sin siquiera me diera tiempo a decirle nada para que me diera un beso y me agradeciera semejante atención para con ella para que yo me sintiera otro, para que sintiera que estaba tocando el cielo con las manos, para que me sintiera en el paraíso, para que me sintiera que estaba con lo que más deseaba estar en toda mi vida…

- Antes que nada, quiero decirte si te molesta si te digo “Selena” y no “Selina”. Yo sé que prefieres que se te diga “Selina”, pero entiende que para nosotros que hablamos el español desde siempre nos cuesta pronunciar la “e” como “i”, como se hace en inglés. Además, para mí decirte “Selena” es ponerte en la dimensión que tienes como artista y como persona. Sé que suena tonto y banal, pero…

Ella me interrumpió. Tal vez notó que estaba haciéndome un gran problema con ello y me dijo:

- Pero, por favor, Sergio. ¿Qué me dices? ¿Cómo me habría de molestar que me llames así? Vienes de tan lejos con palabras tan elogiosas hacia mí, me halagas con lo que escribes, haces que se me conozca en tus tierras como nadie y piensas que me voy a molestar por ello. ¡¡En absoluto!! Aparte, ya me acostumbré a que me llamen de las dos maneras. Tal vez al principio me desconcertaba que me llamaran “Selena” porque no entendía el motivo. Ahora lo sé y la mayoría lo hace por lo que tú me dices. Pero oye, ¿Cómo estás tú? Se te ve bien, pero te noto nervioso. Te tiemblan las manos al tomar nota de mis palabras. ¡¡Ya noté que tenías las manos heladas!! -y echó a reír en una de sus clásicas carcajadas mirando a todo su entorno que la acompañaba de su ocurrencia-. ¡¡Vamos!! ¡¡No es para tanto!! No estás ante Gloria Stefan, Whitney Houston, ni nadie de esos artistas tan famosos. Estás frente a mí…

- Estoy ante Selena, ni más ni menos -esta vez la interrumpí yo, estando mucho más seguro de mí mismo-. No sé si eres consciente de lo que significas para tanta gente, para tantas personas. Tuve oportunidad de estar en el Houston Astrodome y me quedé impactado. Debo confesar que no esperaba semejante actuación. No te había visto en concierto, no tuve oportunidad de ver nada de ti en directo. Nunca vi a nadie actuar de esa manera. ¡¡Eres fantástica!! Para mí ya eres una realidad. Pero lo que más me llamó la atención es la relación que tienes con el público. En verdad, la gente te ama. No ven en ti sólo a una artista a quien admiran. Te ven como un familiar, como alguien cercano a quien quieren mucho. ¿Eres consciente de ello? ¿Sabes que la gente tiene grandes esperanzas en ti?

- Sí, sé del cariño que me tiene la gente. Tal vez no haya dado cuenta, ahora que lo dices, sobre las expectativas de la gente. Cuando canté “Como la Flor” gocé mucho de ese momento porque me sentí muy querida. Ahora que lo pienso, siempre desee eso y siempre busqué que me quisieran. Tal vez me gustó ese momento porque la expresión de la gente hacia mí surgió sola, no fue como respuesta a algo que yo había generado. Era cantar, bailar, y escuchar el griterío y el amor de la gente. Tal vez eso me hizo sólo sentir placer sin pensar si faltaba mucho para terminar la canción, sin siquiera hacer nada más que escucharme y escucharlos. Sentí como nunca el Amor de ellos, sentí que me estaban dando lo que siempre había deseado. El final y la despedida fueron momentos muy lindos para mí. Me costaba creer lo que estaba viviendo. Sentí como nunca que había logrado muchas cosas. En más de una oportunidad me acordé de cuando era niña y todo era miedo e incertidumbre para mí…

- ¿Y es por eso que daba la sensación de que no querías irte? ¿Que cuando bajaste del auto que te llevaba a la salida y los custodios te invitaban a irte a tu camarín, tú te resistías y seguías asomando la cabeza para despedirte hasta del último espectador que coreaba tu nombre?

- ¡¡Hey!! ¡¡Qué buena observación!! ¡¡No sabía que alguien lo había notado!! ¡¡Ni que hubieses visto infinidad de veces esa salida del Astrodome!! Sí, recuerdo bien ese momento ... Si bien soy de devolver cada uno de los saludos y estoy acostumbrada al cariño de mis fans, esa noche no me quería ir. Fue muy conmovedor ese concierto. Me generaron muchas sensaciones. Mi padre siempre me enseñó a ser amable con la gente. Por eso no escatimo ninguna muestra de agradecimiento hacia ellos. Pero esa noche la viví como si fuera la última. Tuvo un gran significado para mí. Les di lo de siempre, pero les adelanté lo que vendría. Tenía temor por si les iba a gustar o no. Pero la gente respondió como siempre y eso me emocionó. Confieso que me quedé mucho tiempo sola en mi camarín pensando en eso y en mi futuro…

- ¿Y cómo ves tu futuro?

- Es un año clave para todos nosotros. Sabemos que estamos haciendo una apuesta muy fuerte, pero confiamos en que todo saldrá muy bien. Sabemos que hemos llegado lejos, pero ahora hay que saber mantenerse y saber que hay que seguir esforzándose para llegar a lo más alto…

- ¿Tú te sientes preparada para todo? Tú sabes que la fama luego de tu disco en inglés te expondrá a cosas hermosas pero te enfrentará a gente diferente, a gente que por ahí no gustará de tu éxito, que te criticará, que tratará de minimizar lo logrado, que te envidiará, que querrá aprovecharse de tu fama. ¿Ése no es un riesgo del cual no están acostumbrados a afrontar?

- Es verdad. Nosotros siempre fuimos muy honestos y siempre hemos dicho lo que pensamos. Tal vez haya gente no muy buena que no guste de lo que hacemos, de lo que pensamos, de lo que creemos o de nuestro éxito, pero confiamos en que todo eso lo podemos superar. Si hasta ahora pudimos, ¿por qué no lo podremos superar ahora?

Justo en ese momento aparece esa mujer. Apenas ve que está Selena en la entrevista, la saluda desde lejos, pero no interviene. No deja de mantener el bajo perfil para que nadie repare en ella, para que nadie piense que ella tiene planes y tiene ideas, para que nadie sepa que ella es el verdadero peligro. Supongo que Selena me iba a aclarar el saludo, pero yo, para demostrar mi atención por lo que estaba sucediendo, pero sin que ella sospechara lo que sentía por esa mujer, le dije:

- ¿Sabes? Siempre sentí curiosidad por tus saludos. Noto que siempre saludas a la gente. Les dedicas un beso, tu mano extendida, les indicas que agradeces cada palabra de Amor que recibes tomando ese gesto con la mano y llevándolo a tu pecho o a tu mejilla. Y sé que lo haces desde muy chica. Vi que por lo menos desde los 15 años lo haces cuando tuve la oportunidad de ver imágenes de tu concierto en Matamorros, que se transmitiera en el Show de Johnny Canales. Allí noté cómo saludabas a cada uno de los asistentes siendo tan pequeña. ¿Cómo es que lo adoptaste a tus conciertos?

- ¡¡Hey!! No dejas de sorprenderme. ¿Cómo sabes todo eso? ¡¡Es como si me hubieses visto desde siempre!! ¿En serio no eres de Texas? ¿No has estado aquí antes? ¡¡Me intrigas!!

- Yo creo, Selena, que debes saber a esta altura de tu vida que eres más conocida y más querida de lo que tú crees. Yo te puedo asegurar que en mi país ya tienes fans aun cuando allí no se consiguen cosas de ti. Apenas si se pasa algún video tuyo en MTV. Y aun así ya eres conocida. Me gustaría que lo supieras, más que nada a la hora de tomar cualquier decisión, a la hora de que te encuentres en alguna disyuntiva… Pero oye, aún no me has dicho cómo aprendiste lo de los saludos…

- Mi padre estuvo al tanto de estas cosas. Él siempre nos inculcó que debíamos ser agradecidos con el público y con todo lo que recibiéramos de él. Que sin ellos no seríamos nada. Y es por eso que se me ocurrió saludarlos y agradecerles todo de las maneras que se me ocurrían. A veces el no saber el español me imposibilitaba expresarme, pero a mí siempre se me ocurría algo para sorprenderlos.

- Supongo que el cantar desde muy pequeña y estando sola con un micrófono ante un público te debe haber dado mucho miedo y te hizo pensar en un montón de estrategias para agradarlos…

- Sí, efectivamente. ¡¡Y ese miedo aún existe!! Siempre tengo miedo y siempre lo tendré. Pero aprendí desde muy chica a estar privada de tantas cosas y de lo que cuesta conseguirlas. Pero que todo se puede conseguir con honestidad y mucho amor. Y que cada cosa que se consigue hay que valorarla como oro. Yo sé del valor de cada pequeña cosa… Y sé que nada es imposible. Que todo se puede lograr…

- “The impossible is always possible”.

- ¡¡Exacto!! ¡¡Y ahora me sorprendes con tu inglés!! -y echa otra vez una de sus hermosas risotadas-. Ésa es mi forma de ver la vida. Así lo aprendí y así será siempre…

- Supongo que debes amar mucho a tu padre. Porque de alguna manera todo empezó porque por miedo a que él se ocupara más por hacerle aprender a tocar el bajo a tu hermano, tú te aprendiste unas viejas canciones que tenía guardadas en un libro y así pudo él apreciar tu talento nato para cantar…

- ¡¡Oye!! Por momento me dejas anonadada. Para ser de tan lejos y de un país que poco me conocen sabes muchísimo. Me halaga pero me asusta. ¿Acaso vienes de otro planeta? ¿Acaso vienes del futuro? -y echó a reír de nuevo, pero esperando mi respuesta con mirada inquisidora-…

Si supieras, Selena, si supieras de donde vengo … Muero por decírtelo. Muero por decirte toda la verdad … ¡¡toda!! Pero no puedo…

- ¡¡No es para tanto, Selena!! Digamos que me esmeré mucho por saber mucho de ti para estar a la altura de una gran artista como es lo que eres, y sabiendo y no teniendo ninguna duda de que llegarás bien lejos … Sé también que tu gran proyecto son los diseños y de que por eso has abierto tu boutique aquí en Corpus Christi y en San Antonio, y que vas por Monterrey y México DF… ¿Pero no vas muy rápido? Hay artistas que primero hacen su carrera musical y recién al final de sus carreras se dedican a sacar sus diseños, lanzar un perfume o dedicarse a otros menesteres…

- Es que éste es mi gran sueño. Es tan importante como cantar. No es un hobby. Querría ser conocida en todo el mundo por mi canto pero también por mis diseños. Quiero que la gente sepa que puedo dar mucho, que tengo capacidad para ello y que puedo lograr que toda la gente vista mi ropa… Todo el día pasan por mi cabeza cientos de ideas y en cuanto tengo tiempo libre las pongo en marcha. No tengo tiempo que perder. Sé que soy joven, pero no sé si me alcanzará la vida para hacer todo lo que quiero. Muchas veces quería pero no lo podía hacer. Ahora que tengo la oportunidad no la puedo desaprovechar. ¡¡No hay tiempo que perder!!

- Ojalá todos fueran como tú, Selena. Con personas como tú, la humanidad estaría salvada ... Pero hay una cosa que me llama la atención. Hay mucha gente que te preguntan cómo te gustaría ser recordada, a tu madre le preguntarían que haría sin ti … ¿No crees que es prematuro que te hagan esas preguntas con todo lo que quieres hacer y con todo lo que te falta dar? ¡¡Estás por cumplir tan sólo 24 años!!

- Sí, es cierto lo que dices. Tú me estás haciendo pensar en que esas cosas deben tener un significado. Les debo estar transmitiendo algo que ignoro ... Por lo pronto les diré lo que dices. ¡¡Que aún tengo mucho para dar!! Ahora que lo pienso, ¿por eso me dijiste antes eso de que “tú sabes que la fama luego de tu disco en inglés te expondrá a cosas hermosas pero te enfrentará a gente diferente, a gente que por ahí no gustará de tu éxito, que te criticará, que tratará de minimizar lo logrado, que te envidiará, que querrá aprovecharse de tu fama”? … Tal vez … Tal vez debería pensar más en ello…

- Sí, Selena. Yo pensaría mucho en esas cosas … No sabes la gente envidiosa y con malas intenciones que hay en todo el mundo … ¡¡y no muy lejos!! A veces están más cerca de lo que tú crees ... ¿Cómo tomarías que alguien a quien conoces te mienta o te defraude?

- No tolero las mentiras y las deslealtades. Eso me enfada mucho. Si me pasara encararía a esa persona, y le diría lo que pienso y que no espero más nada de ella. Soy muy impulsiva. También soy de buscar arreglar las cosas por mi cuenta. Muchas veces tuve que enfrentarme a ello y supe lograr lo que me proponía y superarlo…

- Pero sabes, Selena, que la vida te da sorpresas, y muchas veces no son agradables. A veces uno confía en gente que no es tan honesta como tú y cuando quieres reaccionar puede que sea tarde…

- Tal vez. Pero pienso que eso no puede pasarme ... ¡¡Oye!! A veces pienso que tú me preguntas como si supieras de algo, de que te preocupa algo de mí como si presintieras algo y de me estás aconsejando como si me conocieras de toda la vida … ¿Me tengo que preocupar? -y echó otra de sus carcajadas, pero esta vez de nervios, como tantas otras veces-.

- Yo me detendría en esas palabras tuyas que dijiste en el Houston Astrodome al final de “Como la Flor” … ¿Las recuerdas, no? Esas de “Mil abrazos y mil besotes a cada uno de ustedes. Cuídense muchísimo y nos veremos muy pronto. Hasta luego, ¡chau!”.

- ¡¡Wow!!! Las recuerdas como si las hubieras escuchado miles de veces. ¿Cómo las has memorizado? ¡¡Sí, es cierto!! Las dije … Es mi forma de retribuirle todo a mi público que tanto me admira…

- Pero míralo de este modo. Tal vez estas palabras las tengas que tener grabadas para ti. Tú también debes cuidarte muchísimo, pues tu público también quiere verte muy pronto. Piensa, a la hora de tomar cualquier decisión, en ese público que tanto te espera, que tanto te quiere. Piensa en él como tú piensas en tus sueños, en tus anhelos, en todo lo que proyectaste para tu vida. El cumplimiento de tus sueños es el cumplimiento de sus sueños. No lo olvides nunca Selena. ¡¡Todos nos debemos cuidar para que todos nos volvamos a ver!!

- Te lo prometo, palabra de honor. Sé que me lo estás diciendo de corazón y lo tendré bien en cuenta. ¡¡Pensaré en eso que tú me has dicho!!

El señor Quintanilla me hizo una evidente seña de que se debía terminar la entrevista. Por suerte no estuvo tan al tanto de lo que habíamos hablado, porque estaba atendiendo a mucha gente que requería de Selena. Si no hubiese sido así, tal vez me hubiese regañado, pues no le hice mucho caso a sus indicaciones. Selena me miró con lamento y me hizo una seña como diciendo “Es mi padre…”. Yo me levanté y le dije que no había problema, que en todo caso lamentaba no poderle haber dicho más cosas, como felicitarla por su Grammy, por conciertos tan lindos como el de Corpus Christi 1993, Acapulco 1994 o los del Far West Rodeo 1994 de hacía tan poco. No pude dejar de decirle sobre estos últimos que, más allá de que ella estuvo fantástica en todos, me encantó aquel que lucía vestida de azul. Selena asintió y me dijo que a ella también le gusto ese concierto, porque se sintió libre y feliz, que se sentía plena y que nada la podía detener … Estuve por estallar en lágrimas, y antes de que ella lo notara le dije:

- Disculpa mi falta de cortesía, Selena, pero creeme que no lo hice antes por ser muy tímido y porque no quiero que pienses que esto es lo más importante para mí … Pero realmente luces bellísima. ¿Sabes que me recuerdas a lo linda que estabas en el programa “Un nuevo día”? Ese día diste un lindo concierto y me encantaron tus palabras en el reportaje que diste, aparte de cantar “Si una vez”, mi tema preferido…

- ¡¡Ay, Sergio!! No sé cuándo viste esos programas. Pero ya no importa. Importa cómo te has preocupado por mí y cómo me halagas en todo sentido. Y creeme: ¡¡también me gusta que me digas que soy linda!!

Ella se acercó emocionada para abrazarme. Sabía que me estaba despidiendo. Se me hizo un nudo en la garganta, quería contenerme, pero no pude. La abracé bien fuerte, quería que sintiera lo que me pasaba mientras lo hacía y le dije casi al oído, para que sólo la escuchara ella: “Recuerda Selena. Tú eres la mejor. No permitas que te saquen de ese lugar. Cuídate muchísimo, mucho, mucho. Haz lo que tengas que hacer y lo que quieras. Si lo haces, sé que triunfarás”. Cuando me aparté de ella, yo estaba llorando. No podía dejarlo de hacer. Pero por alguna extraña razón, ella me miró como entendiéndome, como si supiera de qué se trataba todo. Me miro tiernamente, tomo mis manos y me dijo:

- No te preocupes, Sergio. Me cuidaré muchísimo y nos veremos muy pronto. Sé que te veré en Argentina. En cuanto llegue te buscaré para que tú me hagas conocer tu país. Igual, yo sé que estarás allí esperándome y eso me dará una gran alegría …

Y se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla bien fuerte, a tal punto de dejar su marca labial…

- ¡¡Oh!! Te manché. Déjame sacarte la marca de mis labios…

- ¡¡No!! ¡¡No lo hagas!! Déjalo así. Déjame irme así, con ese recuerdo, como si fuera un tatuaje, como si fuera ese micrófono que queda con tu marca luego de un concierto. Déjalo así. En todo caso, ven a sacármelo cuando vengas a la Argentina. Lo tomo como un compromiso. Como algo que harás inexorablemente a pesar de todo, a pesar de todas las dificultades, a pesar de mí. Recuerda. Piensa que te estaré esperando, que todos te estaremos esperando allí. ¿Lo harás, no? ¿Me lo prometes?

Ella echó a reír y a pesar de todas las señas que le hacía su padre, ella le dijo que esperara un tantito más y me dijo para tranquilizarme:

- ¡¡Pues claro!! Claro que lo haré. Lo haré aunque más no sea por este momento tan agradable que me hiciste pasar…

Y la dejé ir. Ella se fue despidiendo y daba vueltas varias veces para dejarme su saludo. Lo sentí como una despedida larga que uno no deseaba, pero que tenía que ser así. Quería correr para abrazarla y decirle todo, todo, todo … Pero no podía. En cuanto se fue de mi vista, corrí rápidamente hacia fuera y eché a llorar desconsoladamente. Selena era como yo me imaginaba y no quería que se fuera, no quería que se nos fuera tan linda persona. Invoqué a todo el mundo y a Dios para que reviera su decisión, para que no la dejara ir. Lloré mientras caminaba hacia la nada, sin esperanzas y sin rumo fijo… Cuando tomé conciencia y estaba por tomar un taxi para irme al aeropuerto, vi que un auto pasaba a toda velocidad y alguien que me gritaba desde la ventana: “¡¡No te olvides de mí. Pronto te volveré a ver!!” … Era Selena … Yo extendí mi mano y le di mi mejor sonrisa. Corrí y salté para que me viera, para que supiera que la había visto. Grite: “¡¡Te veré pronto, Selena!! ¡¡Cuídate!! Te esperaré siempre, toda mi vida, toda mi existencia. ¡¡Siempre mi corazón estará contigo!!”.

Y me fui … No quise mirar más. Me quise quedar con esa última imagen, con la imagen de la esperanza. Quizá cuando vuelva todo sea diferente. Quizá cuando vuelva podré ver a Selena y agradecerle por haber cumplido su promesa…

Sé que si llego a publicar esta entrevista en el diario “La Nación” mi sueño se habrá hecho realidad. Que no será una quimera, que tal esfuerzo no fue en vano. Quiero creer que cuando vuelva todo será distinto, todo será feliz. No importará mi realidad, no importará lo que haga, no importará lo que me pase. Importará que pude no sólo entrevistar a Selena como un mero periodista recién recibido que logró una gran nota …Importará que vendrá Selena. Mientras tanto tendré su marca labial en mi mejilla para que sea ella quien me la saque, para que sea ella quien me salude, para certificar que ella vendrá a cumplir su promesa, para confirmar que meditó todo, y que pensó que ella nació para ser la mejor y que hará todo lo posible para validarlo. Será en el momento en el que vuelva a abrazarla aquí en mi país otra vez llorando, pero esta vez de felicidad, y poder decirle “Sí, Selena, lo lograste, has triunfado, eres una realidad, eres feliz y exitosa, eres la mejor” … Será en el momento en el que le dibuje a Selena una sonrisa de satisfacción, la satisfacción del que lo logró, la satisfacción del que puede con todo y con todos sólo con Amor…

Ojalá que cuando vuelva a mi Buenos Aires querido, yo la pueda volver a ver…

Mientras tanto, la seguiré esperando con todo el Amor que le tengo, con el corazón que sólo le pertenece a ella…

… Yo sólo estoy aquí en este mundo para recordar con Amor a Selena, para que su nombre siempre esté en lo más alto y para que nunca, nunca, se sienta sola…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)















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