Afuera llueve y yo espero por ti, Selena…


Llueve fuertemente afuera. Un cielo gris plomo, unas nubes grandes y amenazantes nos amenazan con una lluvia sin fin que puede durar horas, días, semanas. Temo que pronto llegará el colapso y con él nos quedaremos sin energía, sin las comodidades a nuestro alcance. Pero sé qué hay cosas peores que eso. Escucho la lluvia que cae fuertemente sobre los pisos, sobre los techos, sobre la gente. Los gatos corren espantados buscando su refugio. Todos buscan guarecerse de semejante tiempo loco. En cambio, yo hago lo contrario. Miro al cielo, me amargo de no poder ver a Selena porque las estrellas son ocultadas por esas nubes terribles y recuerdo ese nefasto día, ese negro día en el que Selena partió de su casa para ya no volver. Y me pregunto: ¿tú también estabas huyendo, Selena? ¿De qué querías escapar? ¿Acaso fuiste a guarecerte en manos de esa pérfida? ¿Qué te hizo pensar ese negro cielo, esas nubes amenazantes, esa lluvia que se venía para instalarse para siempre ese día? ¿Qué sentías? ¿Qué creías? ¿Que te ibas a encontrar con una persona que te quería más que tu esposo, que tu familia? ¿Por qué aún debías escucharla? ¿Por qué tu ansiedad te llevó al arrebato y a querer solucionar todo? ¿Por qué una vez más creíste que tú debías solucionar por ti misma este problema que te planteaba esa cruel mujer? ¿Por qué esa lluvia no te hizo pensar en malos presagios? ¿Por que esas nubes no te detuvieron? ¿Por qué no pensaste que lo mejor era lo que dejabas en vez de creer que lo era tu destino? ¿Por qué no pensaste que cada día hay que vivirlo hasta lo máximo y como si fuera el último pero con cosas lindas y bellas, y no con problemas y con actitudes psicópatas de esa pérfida? ¿Por qué no pensaste en tu grandeza y no en la bajeza humana? ¿Por qué no te supiste querida por tanta gente? ¿Por qué aún le creías o le querías creer a esa mujer, por Dios, Selena? ¿Por qué no pensaste ese 31 de marzo lo que tú ya sabías, que eras la mejor, la más querida, la inigualable, la artista más entrañable? ¿Por qué fuiste a buscar ese nuevo y triste destino? ¿Por qué no pudiste pensar? ¿Por qué te dejaste llevar por el corazón siendo que a veces él nos juega una mala pasada? ¿En dónde quedó la famosa intuición femenina? ¿Por qué no lo consultaste con nadie? ¿Por qué no llamaste a tu familia? ¿Por qué al menos no les avisaste? ¿Por qué no reparaste en la preocupación de Chris? ¿Por qué no le confiaste a él o a alguien de tu familia lo que te pasaba, si es que te pasaba algo? ¿Por qué creíste que esa mujer con sus amenazas de destruirse o de destruir te iba a dejar mejor solución a tus problemas y a tus penas? ¿Por qué no reparaste en que si alguien se tenía que acercar era ella y no tú? ¿Por qué creíste que esto lo podías solucionar de la misma manera como cuando querías quedarte con Chris y tu padre se oponía? ¿Acaso no pensaste que tu familia te conocía y sabría que jamás te haría el daño que te hizo esa mala mujer? ¿Por qué tu enojo, tu preocupación, tu desesperación te encegueció, Selena? ¿Qué creías que podía buscar esa maldita mujer con sus amenazas? ¿No pensaste que ella no era Chris, no era tu padre, no era tu público? ¿No pensaste que una persona que extorsiona nada bueno puede querer, desear, hacer? ¿Por qué no hablaste con alguien, por qué no pediste ayuda, por qué no le confiaste a alguien lo que te ocurría? Y si lo hiciste, ¿por qué no te detuvo, por qué fuiste igual? ¿Por qué pensaste que esa mujer te quería más que tu público que te daba todo a cambio de nada, con su sonrisa, con su protección? ¿Por qué no pensaste en ese momento quién te puso en ese lugar en el que estabas, el que te hizo grande, el que te hizo tan querida? ¿Por qué no supusiste jamás que te podían lastimar de veras alguna vez?...

Estoy afuera en la calle mojándome y mucho. Siempre detesté mojarme, sobre todo mis pies. Me dejan descuidado, frío, sin protección. No me importa esta vez. Perdóname, Selena, por mis preguntas, por mis gritos, por mi desesperación en esta lluvia torrencial. Es que siento esa lluvia y me siento que ella me lleva a Corpus Christi ese nefasto 31 de marzo de 1995 y quiero detenerte a cualquier precio, de cualquier manera. Una vez más pienso en eso que me martiriza todos los días, que es querer volver el tiempo atrás, querer llegar justo a tiempo, correr a donde sea según la hora, y pararte, gritarte, hacerte recapacitar, tirarme frente a tu camioneta y dejarme atropellar, que tu atención se desvíe a otra cosa, a otra circunstancia. Que no pienses en aquello, que te alcance la lluvia, que te vea un admirador, que te vea Chris, que te vea tu padre, que alguien te detenga, que al menos no avances ese día, que sea ella la que se acerque y no tú.





Querría detenerte en el Days Inn, que me grites a mí, que intentes apartarme, que llames a la policía, lo que sea, para poder demorarte, poder lograr que ese cielo no me anuncie ese destino siniestro, que mágicamente se aclare ese día y que tú estés a salvo. Y yo … ¿Qué importa? No me importa estar preso, herido por esa mujer, atropellado, sin rumbo, sin destino. Lo único que querría es estar un instante, sólo un instante para darte una nueva oportunidad, una nueva vida, una nueva ilusión. Siempre me imaginé poderlo hacer antes de que se me acabara mi tiempo y volver a mi casa con la inquietud de qué sería de ti hoy … Recuerdo una gran película de terror dirigida por el maestro John Carpenter, llamada “El príncipe de las tinieblas”. Al final de la historia, el protagonista, luego de soñar una pesadilla, se incorpora y lentamente se acerca a un espejo y con mucho temor acerca su dedo a él temiendo que algo detrás de él hay. Y la película termina ahí, sin saber si hay verdaderamente algo o no … Yo también querría impedir todo, correr el riesgo de las consecuencias, llegar a mi casa y tímidamente acercarme al televisor o a la computadora, con la inquietud de saber qué sería de ti hoy, con qué me encontraría … Por ti correría ese riesgo, querría verte qué serías hoy con esa nueva oportunidad … Es curioso y nada casual. Esa película también habla de los viajes en el tiempo y de la posibilidad de hacerlo mediante taquiones. De hecho los protagonistas recibían mensajes de gente del futuro avisando que hagan algo para impedir lo que estaban viviendo en ese momento. La película es de 1995 hecha en Estados Unidos. Efectivamente, nada es casual…



Sigo caminando por la calle en plena lluvia y acaso encuentro una respuesta a por qué de mi necesidad de recordar todos los días a Selena, por qué necesito escribirle, recordarla, hacer lo que sea por su tributo, por todo lo que nos ha dejado. Cada vez que la veo, cada vez que la escucho, cada vez que percibo el enorme talento que tenía me niego a aceptar que no está entre nosotros, no puedo entender que se haya ido, que haya tenido ese destino, que tenga esta realidad. Sencillamente no puedo ni quiero aceptar. Cuando hablo de ella hay palabras que no pronuncio, hay imágenes que no puedo ver, pero el bombardeo mediático y sin filtro hace que más de una vez las haya visto y quede esa realidad en imagen marcada en mi corazón, en mi recuerdo, en mi alma … Y allí me pregunto: ¿cómo le hicieron esto a Selena? ¿Cómo la persona que perpetró esta locura puede dormir en paz? ¿Cómo semejante artista, semejante mujer ha quedado en el camino de una manera que no encuentro manera de explicarlo? ¿Qué nos queda después de esto? ¿En qué podremos creer? Si el mundo se quedó sin Selena por la obra de una persona que no tiene ni alma ni corazón, ¿qué nos queda a los demás, qué enseñanza le dejaremos a nuestros hijos, qué esperanza, qué futuro podremos tener? Y es allí que pienso en ti, Selena, saco fuerzas de donde no tengo y hago lo indecible para que todo el mundo te valore, para que todo el mundo sepa quién eras, para que el que ya te conocía no se olvide de ti jamás. Ahora es la tarea más difícil: luchar contra el paso del tiempo, contra el abandono, contra el olvido, contra los mensajes que nos dicen “Resígnate. Ya nada se puede hacer. Dejemos que el tiempo se encargue de hacer lo suyo. Lo hecho, hecho está. Cada uno tiene que seguir con sus vidas. ¿Qué podemos hacer? Recordemos a Selena en los aniversarios. Escuchemos su música cada tanto … Demos el homenaje cuando haya una fecha significativa…” No!! Definitivamente, me resisto a ello!! No lo puedo aceptar!! Selena tendría que estar con nosotros ahora. Selena tendría que estar disfrutando hoy de ser la mejor cantante latina y una de las mejores del mundo. Selena tendría que estar recorriendo el mundo con su voz, con su canto, con su sonrisa, con su carisma. Selena tendría que estar en un concierto cantando, bailando, saludando a su público, arengando a bailar, a cantar, a que la ayuden … sobre todo a que la ayuden ... Cada vez que la oigo decir “Ayúdame”, lloro. Lo hice desde la primera vez que la escuché sabiendo cuál era su destino … Selena debería estar feliz con su vida, con su esposo, con sus hijos, con su familia. Selena tendría que estar feliz con su destino cuando a los 8 años se le ocurrió cantarle viejas canciones a su padre, saber todo lo que le ha deparado haber hecho eso. Selena debería estar feliz viendo cómo su padre observa con orgullo cumplir su viejo sueño. Selena debería estar cantando en inglés y en español, y estar triunfando en ambos mundos: el latino y el anglosajón … Y ser conocida hasta en la India ... Selena debería disfrutar su destino de grandeza, de ser la única artista completa, que podía cantar cualquier tipo de música, cualquier tipo de canción. Selena debería disfrutar de su máximo sueño plasmado en Selena Etc. Selena debería ver cómo su propio sueño se materializaba con sucursales de su boutique en todo el mundo. Selena debería ver cómo las nuevas generaciones llevaban su nombre y usaban su ropa. Selena debería observar y sentir con emoción cómo todo el mundo la tomaba como ejemplo, cómo su figura era tomada como guía para toda la humanidad. Selena debería estar recorriendo los colegios para que los niños la pudieran ver, y sentir que ir a la escuela y aprender era una magnífica idea y una bendición. Selena debería estar alegrando al mundo y el mundo alegrarse de Selena. Tan simple como eso. Tan doloroso de no poder verlo hecho realidad hoy…



La lluvia me sigue golpeando pero yo no me quiero refugiar. No quiero guarecerme del dolor, de algo que me hiere, que lo llevo como carne viva. Siento la lluvia y siento el dolor de no tener a Selena, de no disfrutarla, de no poderla querer, de no poder decir lo que significa para mí … ¿Qué no daría hoy poder escribirle lo que significa para mí y tener la ilusión de que lo lea y de que se alegre? Sé que si estuviera aquí, me contestaría. Sé que si estuviera aquí sería ella quién me daría las gracias. Pero lo más importante sería verla hoy, verla triunfar, feliz, contenta, viviendo … ¿Cómo una mujer con tanta energía, con tantas ganas de hacer cosas, con tantos sueños, con tantos anhelos, con tantos deseos de vivir, con las ansias de realizar equiparable a veinte personas no esté aquí? ¿Qué me están queriendo decir?¿Que abandone, que no insista más, que escuche su música como si fuera una más, que no nos gane el dolor cada tanto, que ya no tiene sentido hacer algo por ella, que abandone, que deje, que la erosión del tiempo haga lo suyo? ¿Es eso lo que me quieren decir? ¿Dejaré que esa mujer enjaulada se salga con la suya? ¿Dejaré que sólo me queden de Selena fotos y recuerdos? ¿Pensaré que mi vida la puedo seguir normalmente sin ella? No, no lo aceptaré de ninguna manera!! No diré “Selena vive” como un mero formulismo, como una formalidad, del mismo modo como uno dice “Buenos días”. No, porque efectivamente, Selena vive … en mi corazón. Y mi corazón late por ella, vive por ella, le pertenece a ella. Por eso viviré cada día como si Selena estuviera aquí, haré lo que sea para que se difunda su obra, no me resignaré a la idea de que el mundo vea todo lo que hizo esta increíble artista con tan sólo y casi 24 años. Selena tendría que estar aquí. Yo me encargaré de que así sea, de que tenga siempre su sonrisa, de que su voz no se apague nunca, de que pongamos nuestros sentimientos a flor de piel a la hora de recodarla. Que cada día nos alegremos pero que también lloremos. Que sepamos que ese día tan feo y tan gris se llevó a una artista excepcional, única e irrepetible. Que ese día nefasto que presagiaba lo peor se llevó a ese ser tan hermoso que nunca podremos olvidar. Ese Amor que desplegaba Selena sólo lo podía desplegar ella, del mismo modo que sólo Selena podía cantar sus canciones. Porque Selena no era sólo una linda figura. Selena no era sólo una linda voz. Selena era algo increíblemente bello, un ángel que pasó fugazmente por esta Tierra tal vez para decirnos que Dios existe efectivamente. Sólo un ser como Selena puede dejar tantas certezas y ninguna duda…



Hace sólo un ratito que ha parado la lluvia. Parece que lo peor ya pasó. No es lo que siente mi corazón, mi cuerpo, mi alma. Tal vez porque todo ello le pertenece a Selena y mientras eso sea así, yo no bajaré los brazos, no me daré por vencido, no pensaré en imposibles, desafiaré el paso del tiempo, el destino, la vida, el mundo, las creencias. Vale la pena hacerlo, intentarlo. Se trata de Selena. Y movería hasta el universo con tal de arrancarle una sonrisa, para que viva en paz, para que esté con nosotros por siempre y para siempre. Para que ese cielo plomizo se transforme en un hermoso día de sol, de vida y de esperanza … con Selena … Con un mundo con Selena…
Selena … Yo jamás te abandonaré y siempre me tendrás aquí dándote mil abrazos y mil besotes, y teniendo la seguridad de verte muy pronto…



Simplemente te quiere con toda el Alma…



Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)















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