Ámame, quiéreme, ámame


30 de noviembre de 2011






Quisiera encontrarte del otro lado, Selena…


Un día más sin Selena … Me levanté ese día y como tantas otras veces prendí la radio, encendí la televisión y prendí la computadora esperando vanamente que el milagro sucediera, que viera a Selena en algún lugar riendo, cantando, mostrando sus diseños, triunfando ... Sé que no es lógico, sé que no es racional, sé que no tiene sentido buscar algo que ya no podré encontrar jamás. ¿Pero de qué me sirve la lógica cuando hablamos de sentimientos? ¿De qué me sirve entender cuando no puedo siquiera comprender lo que ha sucedido hace ya 16 años? ¿De qué me sirve ser contemplativo cuando veo lo que se le ha hecho a Selena? ¿De qué me sirve mantenerme inalterable cuando veo el éxito de tantas artistas hoy en día y no la veo a Selena? ¿Cómo no llorar por su suerte? ¿Cómo no desear cada día que cambie el destino, que cambie todo, que se le dé una nueva oportunidad a Selena? Sé que acaba de salir un libro de Stephen King en el que se habla de una persona que viaja en el tiempo para impedir el asesinato de John Kennedy. En cuanto me enteré no pude evitar pensar en Selena y en que yo quisiera hacer lo mismo ... Tener esa oportunidad ... Lo desee siempre. Lo quise desde que supe lo que le pasó a Selena. Siempre pensaba en que si alguna vez alguien viniera a darme la oportunidad de volver el tiempo atrás con la condición de que sólo podía modificar un episodio sea de mi propia vida o de otros, yo siempre elegiría cambiar el destino de Selena el 31 de marzo de 1995 … No es que yo no deseara cambiar algo de mi vida, pero nada es más importante que salvar a Selena. Mal que mal yo viví bastante, y tuve tiempo y vida para cambiar el rumbo de mis cosas. Y aún las puedo modificar … En cambio, Selena no pudo … Tuvo poco, muy poco tiempo … Eso es lo que me atormenta todos los días, lo que no me deja ser feliz enteramente en mi vida. Yo no puedo estar como si nada en este mundo a sabiendas de que hubo alguien tan hermoso como Selena y la humanidad no le dio la oportunidad que sí se la dio a los otros … Es injusto … Es muy injusto … Cuando uno ve en lo cotidiano las cosas que hay que padecer de tan mala gente, recuerdo lo que le han hecho a Selena y no lo puedo asimilar ... Es muy difícil la vida ... Y muy dura, implacable. Parece que los buenos, talentosos y honestos no tienen su lugar merecido en este mundo hostil que celebra toda clase de actitudes rayanas a lo absurdo ... La falsedad, la hipocresía, el mirar para el otro lado cuando no queremos ver el mal que está en nuestra cara ha dado lugar a personajes siniestros que con tal de figurar en los medios son capaces de hacer cualquier cosa, incluso para denigrar y degradar la condición humana … Es increíble ver que aún se le permite hablar a la mujer que le quitó todos los sueños a nuestra Selena, y que la difama de una manera inconcebible con toda clase de mentiras y de fabulaciones … ¡¡Qué fácil es mentir, qué fácil es calumniar, qué fácil es odiar!! … Amar, ser bueno, talentoso, honesto parecen ser valores inalcanzables y no valorables para nadie en este mundo. Todo esto sería diferente con Selena, muy diferente … Otra sería la música, otros conciertos se verían. Muchas famosas no lo serían tanto y sin duda la N° 1 sería Selena. Pero por sobre todas las cosas, otro mundo sería posible con Selena. Todo está al revés. Como una crónica anunciada, asistimos a la invitación a disfrutar de nuestra decadencia y a esperar casi sin fuerzas nuestro propio final. Al final, el pobre Discépolo tenía razón con su tango “Cambalache”. Hizo esa letra con dolor, impotencia y bronca, mucha bronca. Y así se fue de este mundo, solo y olvidado en la mayor de las tristezas, con la peor de las sensaciones que puede sentir alguien en la vida: levantarse y no tener ninguna ilusión, ninguna esperanza. Cada día me parecía más a Discépolo, pero no por su talento sino por su tristeza … Cada día esperaba más que sólo viniera el fin … Pero sólo una cosa me mantenía vivo, me mantenía fuerte … Selena … Sólo Selena. Es increíble … Selena no está y es ella la que me da vida. Es ella la que sufrió y sin embargo me transmite paz, alegría, esperanza. En estos últimos tiempos viví como nunca la falsedad, la mentira, la calumnia, el odio. Y si pude soportar todo esto es porque hubo alguien en la vida de este mundo que se llamó Selena que dio y generó tanto Amor a lo largo de todo el mundo, a través de todo este tiempo … Sin Selena yo hubiese tomado el mismo camino de Discépolo. Con Selena era una persona con una sonrisa y una esperanza, la esperanza…

Salí a la calle en la noche. Había tenido un día fatal. Esta vez no pude olvidarme de todo y hacer como si nada me hubiera pasado. Esta vez no me servía de consuelo tener una foto de Selena como fondo de pantalla. No me servía tener pegada en la pared una hermosísima imagen de Selena ilustrando una conmovedora y cierta nota que le hiciera Chito de la Torre, aquel periodista de México que la siguiera desde muy pequeña … De nada servía. Sentía que no podía más, que no podía estar un minuto más sin sentir que Selena estuviera en algún lugar. No importaba si no la podía ver, si no la podía disfrutar, si nunca iba a poder abrazarla y agradecerle por lo que hizo de mi vida. Eso no importaba. Importaba ella, sólo ella. Y viendo cómo el mundo se caía a pedazos, no ver que esté Selena para poder remediarlo con su Amor era el mayor de los actos injustos. Que ver a este mundo sin remedio era la confirmación de las consecuencias de aquel acto nefasto de esa psicópata. Varias veces pensé: “Este mundo se dio el lujo de prescindir de Selena y dejar a esa mala mujer. Nadie parece tener consciencia de que además de Selena todos salimos perjudicados por semejante elección. A nosotros también nos dieron por la espalda…”. Había caminado apenas unas cuadras. El calor era francamente insoportable en Buenos Aires, que en verano parece ser el refugio del mismísimo demonio. Arrastraba las piernas. No tenía fuerzas. Me sentía como si tuviera 80 años y por allí era ésa la edad que tenía y no me había dado cuenta. O tal vez Dios ya no sólo no me escuchaba en mis deseos de volver el tiempo atrás, sino que me lo aceleraba para que ya no sufriera más, para confirmarme que ni Él podía remediar lo ya hecho. Giré en una de las calles hasta que algo me paralizó. Era una afiche, un afiche enorme. No podía creer lo que estaba viendo. Veía a una artista muy parecida a Selena sosteniendo con sus manos y una amplia sonrisa el Premio Grammy. Iba a seguir de largo: “No. No tiene sentido. Seguro que la desilusión será aún mayor. Cuando quiera ver si es ella seguro que es Selena Gómez muy parecida a Selena recibiendo algún Latin Grammy…”. Ni quise mirar el nombre pues podía pasar de la ilusión a la mayor de las desilusiones en sólo unos segundos hasta que, por detrás de mí, escuché alguien que dijo: “¡¡Qué linda era Selena!! ¡¡Qué feliz se la veía en aquel Grammy de 1994!! Y ni quiero pensar si lo hubiese logrado en 1995 ... Tal vez la historia hubiese sido diferente, muy diferente…”. Me di vuelta y vi a alguien correr rápidamente hasta la esquina y doblar. Apenas si vi su espalda cuando doblaba y un viento muy fuerte que me golpeó la cara. Cuando pude reaccionar fui hacia el afiche para corroborar lo que yo pensé haber visto y escuchado. ¡¡Era Selena!! ¡¡No lo podía creer!! Era una de sus clásicas fotos de aquel Grammy 1994. Y es cierto … ¡¡Se le veía tan feliz!! Y no era para menos … En esos tiempos no habían Grammys latinos. Apenas si se les daba un solo premio a los latinos. ¡¡Y Selena lo había logrado a los 22 años ganándole a todos los de su raza!! ... Tenía un gran futuro ... Ya era una realidad y nadie la iba a detener. Me pregunté sin entender cómo vino a parar un afiche de este tipo en el año 2011 en Buenos Aires. Iba a proceder a leer lo que se decía en ese afiche y tomarlo sin que nadie me viera para llevármelo a mi casa hasta que escuché de nuevo esa voz: “¿Has escuchado lo que te he dicho? ¿No crees que todo hubiese cambiado si Selena hubiese logrado ganar de nuevo el Grammy en 1995?”. Cuando volteé mi cara, casi me muero de un síncope. Vi a un hombre barbudo, de pelo largo y negro, enfundado en una enorme capa y sombrero negro que me mostraba su amplia sonrisa casi encima, y me volvió a decir: “¿Acaso no lo crees? ¿No lo quieres comprobar tú mismo?”.

No sé cuánto tiempo estuve inconsciente. Vi que el señor barbudo trataba de tranquilizarme y me pedía que lo escuchara y confiara en él. En cuanto pude recuperar mi lucidez le pedí: “Más te vale que me des una razón para justificar que casi me mates del susto. ¿Qué quieres de mí? ¿Tú eres el responsable de este afiche? ¿Por qué me hablas del Grammy que no logró Selena en 1995? Y antes que nada, ¿cómo te llamas?”. El señor se sonrió y me dijo: “Me llamo Pedro. Un gusto enorme conocerte. No me pidas que te diga cómo llegué aquí. Sé que quieres mucho a Selena y sé qué harías lo que sea por volver el tiempo atrás y salvarla. ¿Pero sabes? Eso no parece tan improbable. Se puede lograr, pero habría que buscar los tiempos justos, si es que realmente se quieren buscar que las cosas cambien de verdad. Es como buscar las coordenadas justas. Si las encuentras, todo es posible. Es como estar buscando el camino correcto que te lleve a tu casa, posees miles y sólo tienes una oportunidad de tomarlo. Es cuestión de estudiar bien la situación y se puede lograr, ¡¡créeme que al final se logra!!”, me dijo el señor todo entusiasmado. “Aun no alcanzo a comprender. ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué me hablas de probabilidades y de improbabilidades de viajar en el tiempo y de salvar a Selena? ¿Acaso se puede hacer? ¿Lo puedo hacer yo?...”, alcancé a decirle todo contrariado. “¿Sabes? Las cosas en este universo son más fáciles de lo que tú crees. Parecen más difíciles porque se desconocen, pero si todo se conociera … Las cosas no son como las dijo Ray Bradbury … No es que si tú viajas en el tiempo y alteras algo, al volver a tu tiempo todo termina siendo muy diferente. Eso es una falsa posibilidad. Si se elige un mal camino, un mal momento, en el peor de los casos no alterarás nada en lo sustancial. Como mucho, tal vez postergues por unos días lo que inexorablemente pasará. Pero si eliges las coordenadas justas, tal vez, tal vez lo logres. Si tú pudieras viajar en el tiempo para salvar a Selena, ¿qué momento elegirías?”, me preguntó Pedro y se me quedó mirando como sabiendo que no daría con la respuesta acertada … “Y … No sé. Supongo que iría el mismo 31 de marzo. Trataría de detener a Selena, sea en su casa, sea en el Days Inn … Tal vez advertiría a su familia … No sé, no sé, no sé exactamente qué haría, pero lo haría ese día…”, le dije totalmente perturbado y confundido por la situación ... “Ya sería tarde, muchacho. Ya sería tarde. Por cierto, ¡¡qué calor que hace en esta ciudad!! Ya sé que es verano, pero supuse que hacía más frío … Tal vez eso te impida reflexionar un poco más…”, me dijo Pedro sacándose la capa y el sombrero mientras se arremangaba la camisa … Y prosiguió: “Para esa época ya no habría margen para que las cosas cambien. Esa mujer ya estaba decidida a hacerle daño a Selena. Y Selena estaba muy perturbada estando en el medio de una disputa que no le pertenecía, y muy deprimida al advertir tanta mentira, falsedad y engaño … No, muchacho. Para ese entonces las cartas estaban echadas. Interviniendo ese día, como mucho hubieses estirado la situación por unos días más, pero el hecho sucedería de todos modos. Tal vez sería en otra ciudad, en otro hotel, pero sucedería. ¿Acaso no recuerdas que pudo suceder a mediados de marzo pero una tregua de la asesina con el padre de Selena le hizo devolver a aquélla el arma a la tienda en la que la había comprado? ¿Acaso no recuerdas que pudo ser el 30 de marzo de no estar Chris del otro lado de la puerta de la habitación del hotel en el que estaban Selena y esa mujer? Ese día lo impidió Chris, pero ¿acaso lo pudo impedir al otro día? ¿Entiendes a qué me refiero?”, me miró Pedro con una mirada inquisidora esperando mi obvia reflexión … “¿Por eso me has hablado de los Premios Grammy de 1995? ¿Y por qué eso cambiaría las cosas con Selena?”, le dije intrigado. “Muy simple. Yo no te tengo que explicar el momento que vivía Selena en lo profesional. Cuando ganó el Grammy en 1994 se le abrieron las puertas a un mundo de productores, medios de comunicación y artistas de todo tipo que querían saber de qué la iba Selena. Y cuando vieron lo que era como artista, lo popular y joven que era, y que estaba pasando por su mejor momento, no dudaron en proponerle innumerables proyectos de hacer nuevos discos, de actuar en telenovelas y de participar en películas, de cantar con otros artistas. ¡¡A Selena se le abrían las puertas de los Estados Unidos de par en par!! Y encima sacó un disco exitosísimo que la llevó a la mayor de las popularidades en México, Centroamérica y en la comunidad latina en los Estados Unidos. Pero todavía Selena estaba atada al viejo esquema. Seguía viajando en el bus, seguía manejándose profesionalmente como si fuera una artista de menos convocatoria y trascendencia en el mundo. Nadie de los Quintanilla tenía la real dimensión de lo que ya había logrado Selena en el planeta. Su padre veía el éxito más visible de Selena en Estados Unidos y México. Pero no se daba cuenta de que Selena abarcaba muchas más áreas que la música. Debía abrir el espectro, debía hablar con otra gente, debía ampliar el horizonte. Había que abandonar viejos esquemas. Había que sacarse de encima a esa mujer que le impedía a Selena ver quiénes realmente la querían, quiénes realmente confiaban en ella”, me explicó larga y pacientemente Pedro, y prosiguió: “A Selena la agarró confundida esta situación. Ella debía abandonar las viejas prácticas para ejercer las nuevas que le permitieran manejar la nueva situación. Seguramente temía por los cambios pero estaba dispuesta a hacerlos, pero tropezó con muchos obstáculos. Y esa pérfida temía que el éxito mundial de Selena le haría perder su influencia sobre ella. Luego las peleas con su padre aceleraron los tiempos. Antes de que ello sucediera, si Selena ganaba ese Grammy la realidad que traería ese premio la haría actualizar sin remedio. Antes de que todos terminaran de festejar, a Selena le llegarían millones de proyectos que la tendrían muy ocupada y bien resguardada por gente que la alejaría del peligro del pasado … y del presente”. “¿Y entonces qué sugieres? ¿Que alguien como yo le haga ganar el Grammy?”, le pregunté mirándolo con aire desconfiado y haciéndole un gesto de incredulidad tratando de ser específico en aclararle que estaba loco. “Digamos que sí. Digamos que ésas serían las coordenadas y los instrumentos justos para que Selena aproveche su única opción de salida, de salvataje”, me dijo Pedro con una asombrosa seguridad. “¿Pero por qué yo? ¿Qué se supone que yo puedo lograr que no lo puede hacer otro?”, le volví a preguntar ya con cierto fastidio. “Tú eres la persona indicada, pues a ti ya no te importa que este mundo funcione sin Selena. Yo sé que canjearías tu propia vida por la de Selena para que ella la pueda vivir. Yo sé que en el medio de la situación sabrías lo que tendrías que hacer aun cuando no tengas ni idea de cómo hacerlo a prori…”, trató de convencerme Pedro. “Ven, acompáñame. Caminemos un poco, ahora que se levantó un poquito de viento…”, me terminó pidiendo ese señor tan extraño en una más que extraña ciudad. Caminamos un buen rato. Hablamos de Selena, hablamos de lo que para mí significaba, de lo feliz que sería si ella estuviera entre nosotros. Pasaron horas en las que yo le contaba a Pedro algo que sin duda él ya sabía, pero que él pacientemente escuchaba pues él entendía lo importante que era para mí exteriorizar mis sentimientos por Selena … De pronto me encontré con que estábamos en una estación de tren en el medio de un pueblo en pleno campo, muy lejos de la gran ciudad. No tenía ni idea de cómo habíamos llegado hasta allí. “¡¡Parece que caminamos mucho!!”, me dijo entre risas Pedro y me pidió que le indicara si había una recepción para preguntar cómo podíamos volver a Buenos Aires, si había que esperar mucho el próximo tren. Cuando di con la recepción y le iba a indicar a Pedro que no había nadie allí como en toda la estación, Pedro me miró y me dijo: “¿Sabes por qué eres el elegido? Porque eres el único que sabría actuar a la altura de las circunstancias aun en los peores momentos y con toda la presión … y por el Amor que le tienes a Selena”. Luego se sonrió y me dio un leve empujón con su mano lo suficientemente fuerte como para derribar la puerta y entrar del otro lado de la Recepción … “¡¡Pero por fin has llegado!! ¡¡Llamé a tu casa y no me has contestado!! ¿Qué te ha sucedido? Bueno, luego me lo explicas. ¿Estás listo para empezar en tu nuevo puesto de trabajo?, me dijo alguien a mis espaldas. Cuando volteé mi cabeza y miré, creí que me desmayaba. Era José Behar, que me estrechaba su mano. “¡¡Bienvenido a Emi Latin!! ¡¡Sé que nos serás de mucha ayuda!!”. Yo se la estreché con una media sonrisa y mirando para todos lados. Tenía que ganar tiempo. Tenía que saber por qué estaba allí y para qué…

“Mira. Sé que hace poco que estás aquí, pero el hecho de que eres argentino me dará una buena pauta de cómo piensan allí y ven a los artistas de Latinoamérica. Hace poco que venimos trabajando para que nuestra compañía promueva a los artistas latinos. Empezamos por México y Estados Unidos. Pero viendo que el éxito de muchos es muy grande y el mercado es mucho mayor de lo que imaginábamos, estábamos con la idea de empezar a promover a muchos de estos artistas por Sudamérica. Pensamos que empezar por Buenos Aires es lo ideal, pues un éxito allí repercute en todo Sudamérica, como un éxito en México lo promueve en Centroamérica. Me gustaría que vieras cuáles son nuestros artistas predilectos, estúdialos y dinos qué te parece que son los más indicados para iniciar este intento de expansión del mercado. No quiero influirte. Yo tengo mis gustos. Quiero primero que me des tu opinión y luego conversamos. ¿Puedes empezar ya mismo?”, me preguntó ansiosamente José Behar. Yo estaba totalmente desconcertado. ¿Quién se supone que era para él para que yo le fuera de ayuda? ¿Por qué estaba allí? ¿Yo pedí trabajo y me lo dieron? ¿Me recomendó alguien? Apenas si entendía de la importancia que para ellos me daba mi condición de argentino, ¿pero por qué yo? ¿Quién se supone que era? Hasta llegué a dudar de si estaba o no Selena con nosotros. No sabía si había viajado en espacio y tiempo o sólo en espacio. Tenía que tantear para saber qué piso estaba apoyando mis pies. Tuve bien tino en no haber dado ningún dato. Sólo los podía dar hasta tener algo seguro … “Confíe en mí, señor Behar. Haré todo lo que pueda. Supongo que nuestro amigo en común tiene la suficiente confianza como para saber que puedo aportar mi humilde sabiduría, que no es tanta, pero…”. “¡¡Pero no seas tan humilde, Eduardo!! Efectivamente nuestro amigo Mario, presidente de la Emi México, me dio las mejores referencias de ti. Eres un excelente productor y cazador de talentos que ha dado sus frutos desde que te instalaste en México DF. ¡¡Sé que ésta es una excelente oportunidad para ti y para nosotros nos serás de inestimable ayuda!!”, me dijo José palmeándome la espalda e invitándome a mi nueva oficina. Yo tragué saliva y rogué que todo saliera bien. Era evidente que me estaban confundiendo con otra persona, o creían que yo era Eduardo, o en estas nuevas coordenadas del tiempo yo tenía ese nombre. Yo sólo lo seguí y esperaba que me diera esos archivos cuanto antes. Quería ubicarme cuanto antes en mi nueva condición. Me sentía como en una mudanza y quería ya saber dónde estaba todo para desarrollar mi vida normalmente. Quería estar en mi escritorio cuanto antes para saber qué fecha era. Quería estar con esos papeles cuanto antes para saber si entre las estrellas que me quería mostrar José Behar estaba Selena…

En cuanto José Behar me dejó solo vi el calendario de mi escritorio y note que era 7 de agosto de 1994. Miré para afuera y traté de buscar una referencia acerca de en qué ciudad estaba. Y al poco tiempo lo supe: ¡Los Ángeles! Me ponía contento en saber que Selena estaba con nosotros pero me inquietaba saber que yo estaba bajo otro nombre y condición. Además, José Behar quería que yo le indicara cuáles artistas podrían pegar fuerte en Sudamérica, y yo sólo pensaba en Selena y en conseguir que volviera a ganar el Grammy en 1995. Pero como hago siempre en todos los aspectos de mi vida, sabiendo el espacio y tiempo de estas “nuevas coordenadas”, fui a asegurarme lo más importante ... Si estaba Selena en esos papeles y cuáles eran los planes de Emi Latin. Tomé la carpeta y empecé a buscar sus archivos. Al principio me agarró una gran desesperación pues pasaba rápidamente los documentos de cada artista y no encontraba los de Selena. Miraba para atrás y para adelante, y no los hallaba. Por un instante pensé que no la tenían en sus planes, pero deseché de la idea pues eso no podía ser. Pensé en lo contrario: justamente porque ya Selena era una artista consagrada y con gran proyección por su propia fama bien ganada, ya tenía la compañía sus propios planes y no necesitaban ningún consejo de nadie. Me empecé a desesperar pues si era así ya no tenía sentido estar allí, pues mi único interés era Selena. Y si no estaba ella, ¿para qué seguir? Y si me quería ir, ¿cómo lo haría? Estaba por llamar a José Behar y preguntarle sin vueltas si no faltaba Selena, a quien había escuchado hablar loas de todos lados, y esperar la respuesta. Pero providencialmente miré para abajo y vi unos papeles en el piso con la foto de Selena. Como si fuera un aviso del destino justo se me había caído el expediente de Selena en mi desesperación por buscarlo y no lo había notado. Lo tomé cuidadosamente y lo cuidé como todas las cosas que conservo de Selena: con cuidado, con ternura, con cariño. Sólo que ahora estaba en un lugar y en un tiempo en el que a Selena no se la añoraba pues Selena estaba allí, ¡¡al alcance de la mano!! Estudié cuidadosamente su expediente y confirmé que la Familia Quintanilla quería cuanto antes sacar un disco en inglés, que Emi le había firmado un contrato con ese fin en 1993 pero venía postergándolo pues el estruendoso éxito de Selena en español les hacía pensar que lo mejor era explotar al máximo esa veta, ese camino en el que Selena era ya la Reina indiscutida. Es más: en esos mismos archivos Emi buscaba que Selena sacara en 1995 un disco con sus mejores éxitos, y con él salir de gira por Centro y Sudamérica. Pensaron en sacar un disco en vivo, dado el arrasador éxito en México, sobre todo en Monterrey, pero Selena en 1993 había sacado el disco “Live”, que le hizo ganar el Grammy al otro año. Por eso Emi pensó que con un disco que incluyera sus más grandes éxitos la posicionaría en el resto de América latina y su presencia allí haría el resto. Los Quintanilla no ponían objeciones a ello, pero querían darle prioridad al disco en inglés y salir de gira por Estados Unidos en cuanto saliera. Estaban en plena disputa por esa decisión. Había que decidir cuál sería el plan luego del exitazo de “Amor prohibido” y en Emi Latin estaban preocupados pues Selena anunciaba públicamente las dos cosas y ambas no se podían hacer al mismo tiempo. A alguna había que darle prioridad. Yo tenía mi idea al respecto, pero lo que debía decidir estaba en función de mi objetivo, de que Selena ganara el Grammy de nuevo al otro año. Si fuera por mí, yo entendía las dos partes, pero consideraba que el arrasador éxito de Selena con “Amor prohibido” había que aprovecharlo para que Selena conquistara lo que le quedaba del mundo latino. Que tal vez el disco en inglés debía surgir luego de las giras, para cuando Selena fuera indiscutible para todo el mundo y que para nadie objetara de allí en más ninguna decisión … Pero dadas estas circunstancias, yo no podría salvar a Selena de ese modo. Se me había ocurrido algo, muy arriesgado, muy audaz, pero que para mí era la única forma de lograr el objetivo. Yo ya sabía el resultado del Grammy. Por ende sabía que el camino por “Amor prohibido” no le daría un nuevo galardón a Selena, aunque eso fuera increíblemente insólito e injusto. Había que adelantarse a los tiempos, a esos tiempos. Tal vez Selena debía competir con más de un material. Tal vez Selena debía competir por más de un premio … y ganarlo…

Estuve un día largo haciendo como que estaba estudiando todos los expedientes, cuando ya tenía todo decidido. Luego de ese día pedí a la secretaria de José Behar hablar con él. Al poquito tiempo él me llamó a su despacho. En cuanto llegué, él me saludó efusivamente, se sorprendió por la premura de mi parte para ya hablarle del tema que nos ocupaba luego de un solo día de “estudio” y enseguida me pidió una sugerencia. “Mire, señor Behar. No vi todos los expedientes. Bueno, en realidad, sí, pero sólo me detuve en algunos y más especialmente en el de Selena. Creo que su caso requiere que se tome una decisión concreta cuanto antes. Me gustaría que me escuche con atención antes de que pueda parecerle algo osado o presuroso…”, le dije cuidadosamente. “¿Quieres hablarme de Selena? ¡¡Pero con todo gusto!! Ella es mi artista preferida. La descubrí de casualidad enn un concierto y la contraté allí mismo en San Antonio. Ella es única, fantástica, con un gran talento y un carisma increíble. Ella será la artista mundial N° 1 sin duda. ¿Acaso crees que ya está lista para enviarla a Sudamérica? Nosotros pensábamos darle mayor promoción, sobre todo en países como el tuyo, en el que hay otras influencias y gustos…”, me alcanzó a decir y yo en cuanto pude lo interrumpí: “Mire, señor Behar. Yo pienso como usted. Selena es increíble. Yo la conocí en México y no vi a nadie igual. Ella sin duda tiene un futuro enorme, pero creo que debemos hacerles caso a los Quintanilla. Deberíamos priorizar el disco en inglés. Y no sólo eso. ¡¡Deberíamos sacarlo cuanto antes!! No debería pasar de este año. Sé que se lo viene postergando y piensan que por allí es mejor que salga en marzo del año que viene o incluso a mediados de ese año. A mí me parece que no. Nos estamos perdiendo de un dato no menor. Dígame, señor Behar: cuando Selena ganó el Grammy, ¿eso no cambió la visión de la gente ligada al mundo del espectáculo aquí en Estados Unidos sobre ella o todo siguió igual que antes del premio?”, le pregunté en forma bien segura. José Behar quedó descolocado. Sin duda no esperaba esta reflexión, aunque estaba seguro de que compartía este punto de vista que le daba. En su rostro percibía que él temía que esto aceleraría el conflicto entre Emi y él, y por extensión entre Emi y los Quintanilla … “Mira, Eduardo. No sé si es buena idea acelerar los tiempos. No es que no lo comparta, pero tú sabes el momento de Selena, sobre todo en México. De todos modos, sí te puedo confirmar que el Grammy le dio un impulso muy fuerte a la carrera de Selena. Me llama la atención de que lo hayas notado, pues todos siguen el éxito de su disco ‘Amor prohibido’ y la acompaña de sus éxitos anteriores. No le prestaron mucha atención a los premios, pues su Amor por Selena viene de antes. Para ellos no ha cambiado nada la situación antes y después del Grammy, antes y después de ‘Premios Lo Nuestro’. La gente ya sabía de Selena antes de todo esto. Nosotros, los productores y los medios de comunicación la descubrimos a Selena con estos galardones. El público ya la conoce de mucho antes. Así la conocí a Selena, por el delirio de la gente al verla actuar en un escenario, no recibiendo un premio…”, me sentenció. “Antes que nada, señor Behar. ¿Me podría llamar por el segundo nombre que me es más familiar? Por lo menos en mi país me suelen llamar así. Si puede, llámame Sergio. Por lo demás … yo lo entiendo perfectamente. Hasta coincido con usted. Pero también me pidió mi punto de vista como argentino … Yo le puedo asegurar que un éxito fuerte de un disco en inglés y la notoriedad de ganar un nuevo Grammy la atraerán sin duda a mi país. Sé cuál es el tipo de material que cantaría Selena en ese disco. En mi país no pasará inadvertida: estoy seguro de que sonará en la radio, se verá en televisión y comenzarán a surgir sus fans. Pero por otro lado, sé que el éxito de un disco así pondrá a Selena en un plano de atención que constituirá un envión enorme a su carrera que no parará nadie. Si ya ahora le llueven productores con miles de ofrecimientos, ¡¡con un disco en inglés y un nuevo Grammy los ofrecimientos serán millonarios!! Si todo sale bien, Selena romperá las barreras que le quedan para su éxito en el mundo de un modo mucho más sencillo que cuando conquistó México casi sin saber el español. Créame, si nos movemos rápido y bien, verá los frutos en pocos meses. ¡¡Y en un año será la nueva Reina de la música!!”. José Behar me miró asombrado. No le salían las palabras. Pensaba que era una buena idea pero tenía que convencerlo cuanto antes al presidente de Emi Central y eso no iba a ser fácil … “Está bien, Edu…, perdón, Sergio. Está bien. Pero me tendrás que acompañar para convencer a mis jefes de Emi. Es más, tendrás que hablarles tú. Trata de decirles con el mismo convencimiento con que me lo dices a mí. Además, tendré que decírselo al padre de Selena. Tal vez él pueda presionar a su manera…”, me dijo José Behar …. “¡¡No, no!! ¡¡No lo haga aún!! ¡¡No!! ¡¡Será peor!! Los ilusionaremos antes de tiempo y eso será una presión para Selena. Me preocupa ella más que nada. Si vamos a decirle algo es con la decisión tomada y firmada. Quiero que Selena mantenga la alegría de su éxito y la esperanza de su porvenir. Si le vamos a decir algo que no tenemos solucionado, la ansiedad y la incertidumbre le jugarán en contra cuando vaya a un concierto … ¡¡Y no quiero que le salga nada mal!! Así que por ahora dejémosla tranquila. Ya si todo sale bien le agregaremos una presión extra”, le supliqué. “Sí, tienes razón, Sergio. Mejor reunámonos en secreto con mis jefes y luego se lo comunicamos … ¿Sabes, Sergio? Veo que Selena te ha impactado a ti como a todos nosotros. ¡¡Hablas como si la conocieras de toda la vida!! Eso es bueno. ¡¡Y eso demuestra que ella ya llegó más lejos de lo que imaginamos!!”, me dijo entusiasmado José. “Justamente eso es lo que tenemos que tener en cuenta, José. Selena ha llegado más lejos de lo imaginado. Selena es más conocida de lo que nosotros creemos. Eso es lo que tenemos que decirle a la gente de Emi. Con Selena es sólo cuestión de dejarla volar y todos quedarán encantados con ella”, le sentencié…

José Behar hizo los trámites pertinentes para concertar una reunión de urgencia con las autoridades de Emi. “Ya tengo todo listo para mañana. Tuvimos mucha suerte de que el jefe máximo estuviera de paseo por Los Ángeles para poder contactarlo. Así que tendremos que darle más de un buen motivo para justificar la interrupción de sus minivacaciones”, me dijo José Behar muy preocupado. “No te preocupes, José. Déjamelo en mis manos. Eso sí. No me interrumpas y ni reacciones por lo que voy a decir. Sólo interviene si al cabo de mi alocución notas que salió todo mal”, le advertí. José Behar aceptó algo contrariado mi pedido, pues no entendía por qué le pedía que no se inmutara por lo que fuera a decir. Cuando al otro día nos reunimos, fui muy amable en mis saludos y agradecimientos, pero enseguida fui al grano: “Sé que ustedes tienes un contrato con Selena firmado el año pasado para hacer el disco en inglés. Me pregunto por qué está demorado el asunto, por qué no hay una autorización para ser grabado”, le recriminé. “Bueno, tal vez eso podría contestárselo José Behar sin recurrir a mí. Lo que pasa es que…”. No lo dejé terminar. Enseguida lo interrumpí: “¡¡No, no!! Ya sé las razones que tienen y ya me las explicó José Behar. Y créame que son muy razonables. Posiblemente en su lugar yo haría lo mismo. Pero yo estoy en este lugar y noto dos cosas: que estamos ante una familia que está pidiendo y anunciando desde hace 4 años que van a hacer un disco en inglés y ustedes se lo prometieron de palabra y hasta con la firma. Además, estamos ante una artista talentosísima. ¿Usted la ha visto en concierto? Si no la vio, se lo recomiendo. Selena está destinada a ser la cantante latina más importante de todos los tiempos. ¿Qué vamos a esperar? Mire, yo le propongo una cosa a mi cuenta y riesgo. Le pido que autorice a hacer el disco cuanto antes, ¡¡este mismo año!! Aprovechemos que está en un momento fantástico y que todo lo que haga será celebrado por su público, y atendido por los grandes medios y productores … ¿Usted sabe que ganó un Grammy, no? Pues bien, yo quiero que haga doblete, que lo vuelva a ganar el año que viene. Eso sería ganancia para todos. Yo apuesto a que el disco será un éxito que la posicionará en el mercado anglosajón y la hará estar en el candelero mundial. ¿Quiere apostar a lo contrario? ¡¡Hágalo!! Nosotros nos comprometemos a hacernos cargo de la pérdida si Selena fracasa, y ella ya no lo molestará más. En cambio, si gana, todos saldremos ganando, y usted se llevará su parte y lo que obtenga en el futuro. ¿Qué piensa?”. El dueño de Emi se me quedó mirando fijo mientras se tocaba la barbilla. José Behar estaba pálido y sólo hacía gestos de lamento. Pensó que todo había terminado. Iba a ensayar una excusa hasta que su jefe me dijo: “Tú ganas, por decirlo de alguna manera. Tienes hasta fin de noviembre para que Selena grabe el disco. Quiero que salga a mediados del mes de diciembre y sea el disco más vendido para Navidad. Te daré todo lo que necesites. ¡¡Todo!! Selena será tratada como si fuera la artista más importante de la disquera. Si gana, ganamos todos. Si pierde, tú serás responsable de la pérdida y Selena queda fuera de la compañía … ¿Entendido?” y me estrechó la mano. “Trato hecho”, le contesté. Luego abrazó a José Behar y le dijo: ”Has contratado a una persona muy audaz. ¡¡Me gusta!! Veremos qué resulta de toda esta aventura”. José Behar trató de mantener la compostura hasta que se fueron él y su comitiva. En cuanto se fueron, me gritó desesperado: “¿Pero qué has hecho? Nos estamos jugando la vida y tenemos poco tiempo. ¿Por dónde vamos a empezar?”. “Por el principio”, le contesté. “Ahora sí llama a la Familia Quintanilla. Ellos se pondrán muy contentos: ya verás cómo se esforzarán en hacer el disco en poco tiempo y acomodarán sus conciertos en función de este proyecto que ya lo podrán anunciar con fecha y todo. Lo único que te pido es que vayas tú a la grabación del disco. Selena va a necesitar de tu compañía y de tu apoyo”, le pedí. “Y tú, ¿qué harás? ¿Acaso debes volver a México o tienes que viajar a la Argentina? Mira que te voy a necesitar…”, me dijo desesperado. “¡¡Y claro que estaré!! Pero es mejor que cubra desde Los Ángeles todo el tema de la preparación del disco, de las grabaciones, de las bandas y de las gestiones para que Selena tenga todo de primera. Tú me avisas si necesitas algo en el lugar en el que Selena vaya a grabar”. José Behar aceptó la idea y procedió a llamar allí mismo al padre de Selena. Al rato vino y me dijo con gran alegría: “¡¡No sabes cómo están todos allá en Corpus Christi!! ¡¡Están enloquecidos!! Salgo esta misma noche para allá para ver cómo podemos hacer para compaginar fechas de concierto y de grabaciones. Tú encárgate de que Selena tenga todo, los mejores músicos, los mejores productores. ¡¡Todo!! Cualquier problema, me avisas. ¿OK?”. “¡¡Por supuesto!! Ya logramos lo que deseábamos todos. ¡¡Ahora manos a la obra!! Lo imposible siempre es posible. ¡¡Yo sé que lo lograremos!!”. José Behar se sonrió, me dio un fuerte abrazo y me dijo: “Eso es lo que diría Selena … ¡¡Seguro que estará ansiosa por empezar!!”. Al otro día recibí un llamado en el que pedían por mi nombre verdadero. Yo atendí temeroso y del otro lado escuché una voz que me decía: “¿Así que haciéndote pasar por Eduardo? ¡¡Qué bien!!”. Cuando estaba por darle toda clase de excusas y de súplicas, me completó: “No, no me des ninguna explicación. Soy Mario, de Emi México. Me llamó Pedro y me explicó todo. ¡¡Todo sea por Selena!! Te deseo la mejor de las suertes. Me dijo Pedro que te llamará en breve. Y no te preocupes por Eduardo. ¡¡Lo tengo bien entretenido aquí!!” y cortó. Por un tiempo me quedé pensando si debía preocuparme o desesperarme … ¿Cómo es que Pedro se comunicó con Mario a través del espacio y del tiempo? Pero un sonido repentino del teléfono me sobresaltó y me hizo volver a esta realidad. Atendí más temeroso aún por alguna novedad que se le habría olvidado a Mario hasta que escucho: “¡¡Hola!! ¿Con Eduardo, Sergio o quien sea? ¿Tú eres el responsable del milagro? Hace días que estoy esperando para agradecerte con mil abrazos y mil besotes, y tú ni apareces. ¿Pero cómo no has venido? ¿Sabes quién soy, no?”. Me quedé helado, simplemente petrificado. Tanto tiempo pensando en ella ... Tanto tiempo haciendo lo que sea para tenerla entre nosotros que nunca se me dio por pensar en que podía tener la posibilidad de escucharla, como si a la larga eso fuera una quimera y yo temiera corroborarlo. Supongo que por eso no quise ir a Corpus Christi … Estuve a punto de llorar, pero Selena se encargó de que yo lo disimulara. “¡¡Hey!! ¿Pero qué te pasa? ¿Acaso estás vivo o qué? ¿No me quieres hablar? ¿Cuándo vendrás?”. “No lo puedo creer ... Creeme Selena que no hablo, pues estoy temblando de la emoción. Para mí eres lo máximo, la mejor artista que he conocido. No es por mala voluntad que no estoy allí. Estoy organizando todo desde aquí para que tengas todo lo que necesites en las fechas que grabes. Sabes que el tiempo urge y hay que estar preparados. ¿No habrá problema, no?”, le dije sin querer aclararle que me moría por abrazarla, por certificar de que estaba allí entre nosotros y bien, y cuidándose de que no le pasara nada … “No te preocupes. Estoy nerviosa, eso sí, pero estamos preparados. Ya organizamos las fechas de los conciertos y de las grabaciones. José habló con los compositores para tener los temas listos en esas fechas, y tú nos mandas los músicos. ¡¡Tanto desee este momento que no lo voy a desaprovechar!! ... Y eso que te voy a decir que quede entre nosotros, sólo entre nosotros, y te lo digo por lo que has hecho por mí ... Sé que soy la mejor, pero no me basta con saberlo. Quiero que me lo digan el público, los periodistas, los productores. ¡¡Todo el mundo!! Sólo así sabré que lo logré … Pero no me distraigas … ¿Cuándo vas a venir? ¡¡Mira que te estoy vigilando!! ¡¡Por eso te llamé!!”, y echó una de sus clásicas carcajadas para cambiar el clima. “Yo estaré para cuando tengas listo el disco. ¿Y sabes qué te voy a pedir? Que me regales la edición N° 1 del disco y me lo autografíes. ¡¡Ése es el mejor regalo que me puedes hacer!!”, le pedí. “¡¡Pues lo tendrás!! Así que me voy a apurar con las grabaciones, ¡¡así vienes cuanto antes y dejas tu aire de misterioso!!”, volvió a reír Selena luego de despedirnos una y otra vez hasta decidirnos en colgar el teléfono al mismo tiempo…

Los preparativos del disco comenzaron en setiembre de 1994, y las grabaciones se hicieron a mitad de mes y duraron hasta fines de noviembre. Muchas veces las grabaciones se complicaban por las fechas de concierto y de entrevistas de Selena que eran cada vez mayores, lo mismo que sus otros compromisos. Estando más cerca pude apreciar el furor que causaba Selena, lo famosa que se estaba convirtiendo, fundamentalmente por sus impresionantes e innumerables conciertos en Monterrey. Eso nos animaba más y nos alentaba a todos. Era increíble la buena predisposición de todo los músicos, productores, compositores, ingenieros, todos, para ayudar a Selena en estas maratónicas sesiones de grabación para su disco en inglés. Selena lo estaba grabando en Nashville y en Corpus Christi, y la premura era tal que muchas veces algún compositor pasaba su letra por teléfono, o algún músico de Los Ángeles le daba una indicación a otro de Nashville por la misma vía, o le pasaba alguna nota o sonido. Poco antes de finalizar noviembre, vino José Behar con el ejemplar N° 1 del nuevo disco de Selena: “In only seven days...”. “Selena me dijo que te dejara este disco que te prometió. Me dijo que quería dártelo cuánto antes. Y también me dijo que lo abrieras en cuanto te lo diera…”. Yo lo abrí y me encontré con una hermosa foto de Selena con el peinado que más me gustaba de ella, con su pelo largo y lacio, y su flequillo sobre sus ojos. Pero lo que más me agradaba, me alegraba y me emocionaba era que la foto principal como las interiores eran de una Selena sonriente y feliz, de una Selena sensual, madura, vivaz. ¡¡Qué distinta era esta fisonomía respecto de la de “Dreaming of you”!! Aquí no había nostalgia, final, pasado, tristeza. Aquí había talento, presente, triunfo, alegría, consagración. Cuando estaba por guardar el disco, me encontré con una notita: “I already did my part. I hope you will do the same. I just want to be able to thank you in person for all you have done for me; you have made my dream of many, many years come true. With love. Selena. November 1994”. En cuanto lo leí, lloré, levanté la vista y vi a José Behar que me pasaba un boleto a Corpus Christi. “Sale esta noche. Selena te está esperando. Todos te esperan allí. Espero que todo salga bien”, me dijo. “Yo sé que todo saldrá bien. Está hecho por Selena. Los demás sólo estamos para facilitarle las cosas”, le dije entre lágrimas. Salí como pude y casi no pude ni comer, ni siquiera tomar agua en el trayecto a Corpus Christi. Así estaba de nervioso por ver a Selena. Cuando llegué al estudio de q-productions, acompañado del padre de Selena y de toda la Familia Quintanilla que no paraban de agradecerme por lo hecho por ellos, A.B. se adelantó y me dijo: “Entra tú primero. Selena quiere recibirte y agradecerte en persona. Y si no fue a recibirte al aeropuerto es porque tuvo que recibir a más y más productores, periodistas y músicos. ¡¡Nos están lloviendo ofertas de todos lados!! Y Selena no quiere desatender a ninguno de ellos. Sabe que es su oportunidad. ¡¡Pero ahora ve, que ella te está esperando!!”. Yo fui tímidamente hacia la puerta del estudio y cada tanto miraba hacia atrás, esperando una contraorden, pero sólo recibía la respuesta de A.B. de que apurara el paso, de que fuera a ver a Selena de una vez. Cuando llegué al estudio y estaba por golpear, alguien de adentro me dijo: “Entra Sergio, Eduardo, ¡¡o como te llames!! ¡¡Entra que te quiero conocer!!”. Entré tímidamente y vi que ella se me acercaba toda sonriente con las manos alzadas. Yo me quedé obnubilado, del mismo modo que cuando me quedaba impactado con una presentación suya, con una increíble interpretación de su parte. Selena estaba hermosa, pero no sólo por ser una linda mujer, sino por ser, sobre todo, una encantadora, dulce y tierna persona. Como siempre ocurre en estos casos, yo quería huir, pero no podía negarme a esa mujer, a esa áurea que dejaba tras su andar por el estudio. Tenía un paso y una personalidad avasallantes, y uno se quedaba encantado como Ulises con el canto de las sirenas relatado en “La odisea”. En cuanto se acercó a mí yo me le adelanté y rompí en llantos. Selena sólo se limitó a abrazarme, acariciarme la cabeza como a un niño y a decirme: “Ya está, ya todo pasó. ¿No ves que estoy bien? No me pasó nada. ¡¡Y esto recién empieza!!”. Cuando se me pasó un poco la emoción, Selena me miró tiernamente y con tono de voz muy suave y tan distinto al que ella solía mostrar públicamente me dijo: ¿Sabes? En todo este tiempo me pregunté por qué lo habías hecho. Ahora con verte y observar la expresión de tus ojos no tengo dudas de por qué lo hiciste … No te preocupes. Sabré cuidarme y estar a la altura de las circunstancias…”. Hubo un pequeño silencio que pareció una eternidad hasta que me dijo: “Y si no, mira la cantidad de gente que me viene a visitar, que me entrevista, que me pregunta por mi disco en inglés, por si sueño con ganar de nuevo el Grammy, por mis planes para 1995. ¡¡Qué año me espera!! A veces me reclaman del club de fans y de ‘Selena Etc.’ y no sé si debería …”. Yo abrí bien los ojos totalmente alarmado. No sabía cómo decírselo, pero me dejé llevar por mi propia desesperación: “Por favor, Selena. Tú dijiste que tenías mucho que agradecerme. Si piensas que te debo un favor…”, le supliqué. “No te debo un favor, te debo miles de favores…”, me interrumpió Selena. “Entonces, más para mí. Si quieres devolverme esos favores, sólo te pido una cosa. De aquí hasta unos meses sólo dedícate a tu disco en inglés, a dar conciertos, entrevistas y a escuchar propuestas. Prepárate para el año siguiente pues será un año consagratorio para ti. Tengo mucha fe en que volverás a ganar el Grammy, que recorrerás el mundo, que serás la N° 1 en poco tiempo, y cuando lleguemos a marzo con todos tus compromisos, sólo dame el gusto de que des tu primer concierto de Sudamérica en Argentina para fines de ese mes. Mientras tanto, delega todo, consulta todo con tu familia y nadie más. No vayas sola a ningún lado con caprichos de gente alocada. ¡¡Sólo cuídate hasta que vayamos a la Argentina!! Luego todo será diferente, ya verás. Espero no ser abusivo en mi pedido. Sólo quiero que llegues a…”. Allí Selena me interrumpió: “Sé a qué te refieres, Sergio … Estar a la altura de las circunstancias ... Sólo hablar con mi familia ... No quedarme sola ... No ver a gente un tanto alocada con ropaje de capricho … Lo entiendo … Y te lo prometo. ¿Estarás tranquilo? Yo te llamaré todos los días y te tendré al tanto de todo. ¡¡Sé que estando tú aunque estemos distantes no estaré nunca sola!!”, me miró con ojos de entender todo lo que me pasaba y me abrazó tiernamente. Estuvimos ahora un largo tiempo sin decirnos nada hasta que Selena me dijo: “¿Tú crees que lo lograré? ¿Estás seguro? ¿Me dirás si no voy por buen camino, si corro peligro, si acaso fracaso? ¿Me ayudarás aunque tal vez no llegue a todo lo que me proponga? ¿Estarás al lado de mí aunque esté sola en este mundo?” y se me quedó mirando esperando que fuera sincero con lo que le iba a decir: “Yo siempre estaré contigo en las buenas y en las malas, Selena. Y no dudo de que lo lograrás. Pero para eso te pido que hagas lo que te dije…”, .le rogué. “Sé lo que me has querido decir y así será. Quiero que tú seas el primero que certifique que el mundo me quiere porque soy la mejor. ¿Recuerdas?”, me dijo y me observó en forma pícara. Nos miramos y nos echamos a reír. Nos prometimos que nos hablaríamos todos los días y que nos veríamos cuando ella lograra cada objetivo que se diera en los próximos meses…

Los meses siguientes fueron de ensueño, sólo de ensueño. Selena provocó una conmoción con el disco en inglés. Se vendía a raudales y tenía una excelente crítica de todos los medios. Selena tuvo ofertas para presentar el disco en inglés ya en enero, por lo que la gente de Emi, los Quintanilla, y miles de productores y organizadores tuvieron que trabajar mancomunadamente para adaptarse a la nueva situación. Se venía un 1995 increíble para Selena. Por suerte habían retrasado el anuncio de los Premios Grammy y cuando se dieron a conocer, para sorpresa de propios y extraños, Selena había sido nominada no sólo en la categoría latina por “Amor prohibido”, sino en todas las categorías que le pertenecían al rubro anglosajón por el disco “In only seven days...”, por lo que Selena comenzó a estar en las tapas de todos los periódicos y revistas. Comenzó a aparecer antes de lo previsto en los programas más importantes de los Estados Unidos, tanto en la Costa Este como en la Oeste. Con José Behar nos reíamos cuando veíamos al presidente de la Emi explicando el apoyo de la disquera a Selena en su nuevo proyecto y los frutos que le había dado. “No importa si se adjudica los créditos. Lo importante es que a Selena le vaya bien”, le dije. De pronto recibo un llamado. Era Pedro. Casi no le reconocí su voz. Todo lo relacionado con él me sonaba lejano y atemporal. Por un instante caí en la “realidad” … “Mira, Sergio. Ya has logrado más de la cuenta. No quisiera que te esfuerces más. Ya puedes regresar a tu tiempo…”, me pidió. “Con la nominación de Selena en tantos rubros, ¿ya está salvada?”, le pregunté. “Casi. En realidad debería ganar al menos el rubro latino y el de mejor cantante en inglés, pero yo creo que así…”, trató de explicarme. “¡¡No!! ¡¡Entonces no me voy!! ¡¡Yo no me voy hasta que todo esté seguro!!”, le dije terminante. “Pero, Sergio, ¡¡estás en el límite de las coordenadas de espacio y de tiempo!! Si te quedas, corres el riesgo de perder lo que tienes aquí en tu tiempo. ¡¡Es muy arriesgado!! Confórmate con…”. Lo corté al instante: “¿Confórmate con qué? Tanto tiempo esperando este momento, ¿y tú me dices que me conforme con que “casi” lo logro? ¡¡No, Pedro!! Yo vi a Selena, yo abracé a Selena, yo sentí a Selena. ¿Crees que voy a dejarla en este momento? ¿Crees que puedo dejarla sola luego de lo que le prometí? ¿Crees que me conformaré con el “casi”? ¡¡Al diablo con mi vida!! La vida de Selena es la que vale. ¡¡Y yo seré feliz si ella es feliz!!”, le grité y le colgué. Al rato me puse a llorar como un niño y corrí presuroso a pedirle a José Behar para que llame a Selena por si necesitaba algo. Él la llamó sin entender y cuando noté la voz de Selena en el auricular me quedé tranquilo. Pero antes de que pudiera decir algo, escuché que Selena le decía a José: “Y dile a Sergio Eduardo que no se preocupe. ¡¡Que me estoy cuidando y que me estoy convirtiendo en la N° 1!!”.

Faltaba el último escollo. Al día de los Premios Grammy llegué sin comer por dos días. Selena me tuvo que llevar a la fuerza y bajo la amenaza de “si tú no vienes yo no me presento, ¡¡y un día antes devuelvo el Grammy que gané al año pasado!!”. Eso decididamente me convenció ... Todos estábamos muy expectantes, y todo fue una locura, el sueño más deseado, el momento más esperado por un artista. Selena estaba ganando todo, absolutamente todo. Todos nos abrazamos. Hasta vino el presidente de la Emi para agradecerme que lo hubiera convencido. Nos fundimos en un abrazo con José Behar, me abrazé a los llantos con los padres de Selena, festejamos a los saltitos con A.B., con Chris, con Suzette … Y me abracé a los llantos con Selena. En el medio del griterío, en el medio de tantas luces, de tanto glamour y de tantos premios, Selena me dijo al oído: “Gracias, muchas gracias. Hoy siento que gané mucho más que unos premios. ¡¡Siento que me has salvado la vida, Sergio!! ¡¡Siento que hoy vuelvo a vivir!!”. Justo en ese momento estaban anunciando una nueva nominación y Selena tuvo que detenerse. Me hizo una seña de que la esperara y yo asentí. En cuanto se dio vuelta me mordí el dedo con la boca para que no se escuchara el ruido de mis llantos. Yo también sentí que había nacido de nuevo. Yo también volvía a vivir…”. En ese momento se anunció que Selena había ganado el premio a la mejor cantante de habla inglesa. Cuando subió al escenario estalló en llanto en el medio de los aplausos de pie. Cuando se repuso, me señaló y dijo: ”Este premio es tuyo. Te lo debo a ti. ¡¡Así que prepara el concierto en Buenos Aires, Argentina, que ya voy para allá!!”. Luego bajó y nos abrazamos fuertemente y por varios minutos. “Quiero que te contactes con todos para que a fines de marzo dé mi concierto en tu país. ¿Lo harás?”, me preguntó. “Qué te parece el 31 de marzo. Cae viernes. Si todo va bien las ventas en el estadio River Plate, seguramente podremos dar conciertos el 1 y 2 de abril. Tal vez tengas que posponer algún concierto por aquí…”, le contesté. “¡¡No importa!! Eso se arregla. Yo quiero estar en Argentina antes de vivir de concierto en concierto por Estados Unidos y México para volver a Sudamérica hacia fin de año”, enfatizó. Cuando pasamos conciertos memorables como el del Astrodome, y de numerosos festivales y programas de televisión, fuimos para Argentina. La fama de Selena había pegado mucho más fuerte de lo que yo me imaginaba. Dio 4 conciertos el 31 de marzo, 1, 3 y 4 de abril. Fue un furor inusitado. Antes de volver yo le ofrecí mi fiesta de despedida con el festejo de su tercer año de casada en mi país. “Lástima que no estés aquí para tu cumpleaños el 16”, le dije. “Sabes que no festejo los cumpleaños … ¡¡pero si no estás en Corpus Christi el 16 de abril no te hablo más!!” y se echó a reír a carcajadas. Luego me dijo más calma. “Se te ve cansado. Estuvimos bajo una gran tensión, ¡¡pero aquí estamos!! Quiero que vuelvas a tu casa, que te quedes unos días descansando y en una semana te espero. Y no te preocupes. Me cuidaré, te llamaré ¡¡y no me quedaré sola!!”, me dijo. “Yo ya me puedo ir a descansar tranquilo. Ya sé que todo será una vida de ensueño para ti”, le dije. “Así lo espero, ¡¡pero mira que te espero!! ¡¡No te escapes!!” y nos abrazamos por largo tiempo. “Siempre supe desde que te conocí que algo me ligaba a ti. Y desde que sé eso no podría dejarte nunca sola. Lo que te pase a ti me pasará a mí…”, le susurré. Selena me miró tiernamente, besó su dedo índice y lo apoyó en mis labios. “Descansa”, me dijo, me dio un dulce beso en la mejilla y se fue dándome besos a la distancia hasta que ya no la pude ver más…

Cuando me di vuelta para volver por fin a mi casa luego de estar días en mi ciudad en un hotel, casi me muero de un síncope. Me esperaba apoyada su espalda en un poste Pedro. “¿No esperarás volver a tu casa en este momento, no? No lo puedes hacer. Estás en diferentes coordenadas de espacio y de tiempo. Tú estás reviviendo estos días de 1995. Ahora todo tiene que reacomodarse…”, me dijo mientras me invitaba a caminar. “¿Y cómo se puede lograr eso?”, le dije intrigado. “Del mismo modo en el que te fuiste. Encontrando el camino que te llevó en el tiempo a Selena sólo que emprendiendo el regreso. Ahora acompáñame, te llevaré a un hotel … a otro hotel. Allí descansarás. Cuando despiertes, ya verás. Todo será como antes. Ya lo corroborarás. Y tú estarás contento de haber estado con Selena, de haber vivido una hermosa vida de ensueño, de un gran sueño…”. Hubo algo en esas palabras que no me gustaron ... Me alarmé, pensé en el “confórmate, casi lo logra, puede que se salve…”. ¿Qué era un sueño? ¿Lo que viví en mi vida o lo que viví con Selena? Mi intuición me decía que no debía dormir, no tenía que dejar que Pedro me hiciera dormir. No quería descansar en la incertidumbre. No quería pasar a una vida teniéndola a Selena lejos y con sólo un dulce sueño como sensación, como recuerdo. No quería depender de los demás. La tenía a Selena cerca. ¡¡Qué me importaban las coordenadas!! ¡¡Qué me importaba el aquí y el allá!! Acá la tenía a Selena. ¿La tendría del otro lado de la puerta? No me iba a arriesgar. Recordé la escena de la estación del tren. Simulé un extremo cansancio, dejé que Pedro me llevara a la puerta del hotel y cuando vi que me iba a empujar allí, lo tomé fuerte del brazo y le dije: ¡¡No, gracias!! Yo me quedó en este mundo. ¡¡El que se vuelve al otro eres tú!! Disfruta de tu conformismo. ¡¡Disfruta del ‘casi’!!” y lo empujé al otro lado de la puerta y la cerré con furia. Luego corrí desesperado al aeropuerto. No me quedaba mucho tiempo. No me quedaba casi nada. Corrí, tomé un taxi, corrí por calles, pasillos, hangares, empujando gente, violando todas las reglas. Al fondo de la entrada para uno de los vuelos a partir vi a Selena con Chris. Selena ya había pegado la vuelta para tomar el avión, pero Chris no … “¡¡Selena, Selena, Selena!! ¡¡No te vayas!! ¡¡No te vayas sin mí!!”, grité desesperado. Chris lo advirtió, me hizo una seña de espera, entró y volvió con Selena. Yo corrí a buscarla, pasé los controles, unos policías me corrían para apresarme hasta que Selena los detuvo con una seña. Yo me acerqué a ella y le dije: “Tú me dijiste que te salvé la vida, de que has vuelto a vivir. Si quieres salvar la mía, llévame contigo para ayudarte a ser la mejor de todas. Yo sólo estoy para servirte…”, le supliqué. Selena me abrazó y me llevó para el avión en silencio. Nadie me obligó a detenerme, un poco por Selena, un poco porque todos entendían lo que pasaba allí. De pronto Selena me dijo: “Está bien, te llevo, pero con una condición…”. “¿Cuál?”, le pregunté. Ella me miró pícaramente y me preguntó: “¿Cómo me ves para un Oscar?”. Nos miramos y nos desternillamos de la risa. Me fui a los abrazos con Selena, con Chris, con A,B., con todos. Lo que me esperaban eran días felices, sólo días hermosos y felices con Selena contenta, risueña y viva, viva y no sólo en nuestros corazones…

(Quisiera creer que el que escribe es Pedro, aquel que se quedó “de este lado”. Quisiera creer que del “otro lado”, está Sergio, Sergio Eduardo o quien sea. Quisiera que en algún lado alguien sea testigo de lo grande que Selena es hoy, de lo gran artista que fue, es y será. Espero que este relato sea la verdadera versión de la vida de Selena. Espero que “el otro lado” sea el lado verdadero, el lado correcto, el lado en el que Selena está feliz…)

Yo sólo estoy para servirte, Selena. Yo sólo estoy aquí para que seas siempre feliz … donde quieras que estés…

Te quiere con toda el Alma…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)





Con las manos vacías, Selena…


No hay caso. Siempre sentiré esa sensación … Las manos vacías ... Nos quedamos con las manos vacías ... Cuando veo decir a Selena, a la salida de un concierto y ante la pregunta de una periodista, qué es lo más importante para ella de un show y Selena le contesta “El apoyo, el aplauso del público. Eso es impagable…”, siento nuevamente que me he quedado con esa sensación de que me quitaron el corazón, el alma, me quitaron mi madre, mi hija, mi hermana, mi esposa, mi novia. Me quitaron lo que más he querido, lo que más he amado, lo que más querré. Cuando escucho decir a Selena entre risas al referirse al “Big Bertha” que toda su vida ha vivido arriba en un bus, sé que estaré condenado de por vida a llorar la pérdida de Selena, a añorar su vuelta, a desear que pueda completar su obra, que pueda ser feliz cumpliendo todo lo que había soñado, todo lo que había querido, y conquistando un mundo que estaba dispuesto a rendirse a sus pies, un mundo que se resiste a vivir sin Selena... No hay día en que no piense en cómo pudo haber sucedido esto, cómo le han hecho esto a Selena. Y creo que en mi recuerdo a Selena ello está ampliamente reflejado. Me levanto pensando y deseando que nada de lo que le ha ocurrido a Selena sea cierto, que me encuentre con que Selena está con su sonrisa de siempre y triunfando … No pasa un día en el que piense cómo sucedió ese día, cómo pudo haber ocurrido lo que pasó, cómo no se pudo evitar, cómo nadie pudo evitarlo, cómo nadie sospechó nada, cómo no se supuso que ante un conflicto algo podía suceder, por más que no se pensara en lo peor. Todos los días me levanto con la esperanza de volver el tiempo atrás, me entusiasma leer novelas o ver películas que hablan de viajar en el tiempo o hasta de leer informes científicos que hablan de ello para ver si tengo alguna esperanza de reparar tanto dolor, tanta injusticia, tantos sueños frustrados, de poder salvar a Selena. No puedo dejar de pensar en que le quitaron todo a Selena cuando tenía 23, casi 24 años, y que desde los 6 añitos, y más profesionalmente a los 8, tuvo que sacrificarse duramente, cuan si fuera un adulto, para llegar a lo más alto, a un lugar en el que todo sería posible y nada se le interpondría en el camino para llegar a ser la artista mundial más importante que diera este mundo. No puedo dejar de pensar en lo injusto, en lo absurdo, en el sinsentido. No puedo dejar de sentir desazón cuando veo que otras artistas triunfan y llegan a lugares de privilegio y Selena no está. Incluso cuando veo el recorrido que tuvo JLo para llegar a la cima mundial, a la vez que la empezó luego de haber interpretado a Selena en aquella película, no puedo dejar de sentirme triste, no por JLo, claro está, sino por Selena. Basta con ver la carrera de JLo luego de la película “Selena” para darse cuenta de que ese camino era el que iba a hacer inexorablemente Selena. JLo supo aprender mientras filmó la película cómo seguir su carrera artística, tomando el ejemplo de Selena, con lo bueno y también con lo erróneo… JLo acaba de ser premiada como la artista latina del año en los American Music Awards 2011 … A estas cosas me refiero cuando digo que me pongo triste. Hoy me gustaría enterarme que es Selena la que recibe ese premio…

Se me dirá que estoy totalmente equivocado o simplemente se me preguntará si creo en esa posibilidad, pero yo no tengo dudas de que al irse Selena las cosas tomaron un rumbo equivocado. Yo soy de lo que cree que un hecho, por más aislado que sea, cambia totalmente la historia de la humanidad. Y así como no dudo de que si hoy estuviera Selena las cosas serían diferentes y un mundo sería mejor, al irse ella la humanidad tomó un camino fatal y las cosas fueron de mal en peor. Para esa época en Texas había un gobernador, pero los texanos amaban a Selena. Con ella presente difícilmente ese gobernador hubiese sido presidente y muchas calamidades no hubiesen sucedido. Con Selena presente no hubiese ocurrido lo de las Torres Gemelas. Con Selena presente nadie en Monterrey hablaría ni ejercería la violencia. Yo no tengo dudas de que con Selena presente primaría el Amor y no el odio. Con Selena presente nadie se atrevería a hacer nada malo, por respeto supremo a ella. Con Selena presente, se tomaría su vida como ejemplo para poder triunfar en cualquier emprendimiento que se estableciera. Pero al suceder las cosas como han sucedido, ¿qué ejemplo nos ha quedado? Cuando uno ve hoy en día las barbaridades inadmisibles que dice esa mujer que le quitó todo, absolutamente todo, a nuestra Selena, ¿qué podemos esperar de este mundo? No hace mucho leía a una psicóloga que observaba con alarma que en los últimos tiempos era cada vez mayor la cantidad de psicópatas que había entre la gente y más le alarmaba aun que la gente lo tomaba como algo normal, que no veía mucha diferencia entre esa clase de personas y ellos. ¿Y cómo no va a ocurrir esto si el mundo nos da como ejemplo que una psicópata hace lo que hizo con nuestra Selena y no contenta con ello desde ese día, hace ya más de 16 años, sigue hablando con total impunidad y manchando con mentiras y calumnias la imagen de nuestra Selena? ¿Qué ejemplo le damos a la humanidad cuando no permitimos que una mujer tan encantadora como Selena llegue al triunfo con honestidad, talento, sacrificio, verdad, trabajo y humildad, y sí permitimos que una mujer mediocre, mala, sin talento alguno y con total resentimiento haga lo que quiere y le impida ser y hacer al otro con un acto salvaje, cobarde y criminal? De eso hablo cuando digo que un acto, sólo un acto puede cambiar el destino del mundo. Un acto, sólo un acto puede virar el destino de toda la humanidad…

He visto varias veces a Selena, en diferentes momentos en mi vida, en diferentes miradas sobre ella, desde tener una mínima idea de ella y con la incredulidad sobre lo que le había pasado y con ansias por encontrar una explicación, hasta ahora, en donde cada imagen, cada logro, cada recorrido al éxito de Selena me genera llanto, desazón, impotencia, deseos fervientes de que lo que va a suceder finalmente no sea cierto, que una mujer como Selena sólo puede tener un final feliz, debe tener un final feliz. Que no puede ser que cuando por fin vemos que alguien que viene tan de abajo, a quien no le habían regalado nada, que todo lo obtenido fue a base de esfuerzo, dedicación, amor propio y, sobre todo, talento, no puede tener un final así. No puede ser que cuando una artista tan querida por su gente, tan identificada con su pueblo, ese pueblo que la conocía, ese pueblo que la amaba, ese pueblo a quien le depositaba toda su confianza, ese pueblo con quien sólo se identificaba con ella, llega a lo más alto, sucumba con su peor final, un final impropio, un final que le cortó en el momento justo todos sus sueños, todas sus ganas, todas sus ambiciones, todo el deseo de grabar con fuego el nombre de Selena en todo el mundo... Hoy si quisiéramos hacer una película sobre Selena, con toda la información que podemos obtener informáticamente, no necesitaríamos ni de actrices, ni de guiones, ni de argumentos … Bastaría con poner conciertos, reportajes, vivencias de Selena a lo largo de toda su carrera para darnos cuenta de lo que Selena era como artista y como persona, de lo que ella significaba para la gente, para ver cómo ella sorteó cada uno de los obstáculos y llegó a lo más alto a base de puro talento y por su único mérito. Hoy para darnos cuenta de lo que era Selena y de lo que generó basta con verla y escucharla a ella, y basta con ver y escuchar lo que decían de ella tanto los otros artistas, los periodistas en general, como los grandes y pequeños medios, y sobre todo, la gente. Así nos daríamos cuenta de qué artista nos hemos perdido y de que como ella no habrá nadie, absolutamente nadie…

Hay momentos que quedarán grabados para siempre en mi corazón. Ese instante de Selena entrando en el Astrodome es uno de los instantes en el que más he llorado. Recuerdo que la primera vez que lo vi me impactó ver y apreciar la comunión entre Selena y su gente, esa relación que había entre Selena y su público que iba mucho más allá que del simple contacto entre la artista consagrada y la gente que compra los discos y asiste a sus conciertos. La gente amaba a Selena porque Selena les cantaba a ellos, les agradecía a ellos, les hablaba de sus cosas, les hablaba de sus alegrías, los acompañaba en sus tristezas. Selena les hablaba en su mismo idioma. Y a pesar de que resulte paradójico por la limitación de Selena con el español, la gente entendía y sentía muy bien el lenguaje de Amor de Selena. Y no hay nada más emocionante, más impactante, que genera tanta emoción y tanto llanto, que ver a Selena entrando en el Houston Astrodome el 26 de febrero de 1995. Tal vez porque uno sabe perfectamente lo que ha sentido Selena en ese momento. Un momento en el que sólo estaba ella ... Sólo ella y su gente ... Sólo ella y la expresión de Amor producidas por 65.000 personas. Sólo Selena podría saber lo que se siente en esa situación, que no es sólo la emoción de llenar un estadio, que no es sólo ser la cantante del momento. Es la sensación de una mujer que siente los mismos nervios que cuando cantó por primera vez ante un público a los 8 años. Es la emoción de una mujer que dos años antes tenía terror en ese mismo escenario de no ser querida y que ahora sólo la gente apostada allí pedían que sólo querían verla a ella. Era a ella a quien le expresaban todo el Amor, que le devolvían el Amor que ella como nadie les había dado...

Estamos con las manos vacías. Vacías porque para el que ama a Selena es inaceptable un mundo sin ella, una vida sin ella, un sentir sin ella. El Amor que ella impregnó a cada uno es imposible de olvidar. Y el vacío que ha dejado es imposible de llenar. De nada servirán las comparaciones. De nada servirá buscar sucesoras. De nada servirá consolarnos con otras cantantes, con otras canciones, con otras músicas, con otros ritmos. Cuando uno adopta a Selena, sólo desea fervientemente que vuelva ella, que nos cante ella, que sea Selena quien nos devuelva la alegría, el Alma, nuestra identidad. Sólo una artista en serio y tan querida logra que la amen hombres, mujeres, niños, gente mayor. No hay nada más que nos identifique hoy en día tener cualquier cosa que le pertenezca a ella, pues eso nos da algo material en el que podamos darle todo nuestro Amor y nuestro cariño, ya que no le podemos decir “Gracias” o no le podemos dar ese abrazo y ese beso que tanto le querríamos dar ... No hay nada más que nos identifique con esa sensación pues hoy todos haríamos lo que sea por Selena. Daríamos todo a cambio de nada. Aunque sepamos que ya no vuelva seguiríamos emocionados como aquellos muchachos de la película que encontraban a Selena y se ofrecían a ayudarla en lo que sea, y que harían lo indecible para expresarle su admiración y para ayudarla en lo que fuera al grito de “¡Todo por ‘Salinas!’ “. ¿Qué otra frase nos identifica más que ésa para expresar nuestra admiración por Selena? Nada más claro cuán hondo llegó Selena en el corazón de la gente. Nadie como Selena llegó a esa gente que no tenía manera de ver a una artista salvo que tuviera dinero. Por eso para todos era un igual, alguien a quien se le tenía confianza, que era querible. Sólo Selena podía lograr que una mujer participara de un concurso para ganar un par de entradas para ver a Selena en el Astrodome no para verla ella, sino para que la fuera a ver su esposo, que la amaba y era fan suyo. Esa mujer quería verlo feliz … ¿y cómo privarlo de que viera a alguien tan querible como Selena?... Sólo generaba tanto Amor, porque tenía todo el Amor…

Estamos con las manos vacías porque le quitaron el sueño a un talento, a una persona que buscó honestamente llegar a lo más alto. Que con buenas intenciones y con nobles armas se había propuesto que todo el mundo supiera quién era Selena. Ella se sabía que estaba destinada para los grandes desafíos. Selena sabía que no había llegado a este mundo para pasar inadvertida. Uno sabe, al observar su vida, que ella no iba a parar hasta que todo el mundo escuchara sus canciones y vistiera su ropa, luego de sentirse tan feliz ante su casamiento, y ante su meteórico éxito en México y Estados Unidos. Que no iba a esperar a ser grande o a entrar en un impase en su vida para hacer todo lo que tenía en su cabeza con tan sólo 21 años. Selena era inquieta, ambiciosa, nunca se sentía satisfecha con lo logrado, siempre iba por más, para ella era una realidad que “lo imposible siempre es posible”, y no un simple eslogan familiar para repetir demagógicamente ante la gente. Siempre nos escapará una lágrima saber que recién en ese momento se sentía libre y era tan feliz. Porque siempre nos identificaremos con aquella mujer que había logrado todo sin que le regalaran absolutamente nada. Que tenía muy claros sus objetivos. Que no se contentaba con el éxito fácil. Que para ella no sólo la fama y el éxito constituían su felicidad. La felicidad para Selena era ser libre, libre haciendo lo que quería, libre con su canto, libre con su Amor, libre con sus sueños, libre no quedándose quieta, libre no siendo conformista, libre ofreciendo todo de sí todos los días, libre siendo Selena ... Por eso nada más auténtico que ver a Selena diciendo en un video casero que no le gustaba que los miembros de su banda le dijeran que era la mejor, fundamentalmente porque a ella no le gustaba que ellos tuvieran la razón...

Estamos con las manos vacías porque no está Selena. Porque nada más injusto en la vida que no verla a ella aquí como una artista consagrada mundialmente. Porque nos es inevitable, y por eso lo repito tantas veces, que cuando vemos a alguna artista famosa triunfar, y gozando de la fama y del afecto de la gente en todo el mundo, preguntarnos por qué no está Selena en ese lugar. Nos es inevitable angustiarnos y decir por qué esa artista pudo llegar y Selena no. Y no es que uno cuestione a esa artista. No es que se ponga uno en duda su talento. Lo que no podemos evitar es llorar por no ver a Selena en Hollywood, no verla a ella caminando en la Alfombra Roja, no ver a Selena obteniendo un Oscar, no recibiendo ella Amor en todo el mundo, no siendo Selena la cantante latina hiperconsagrada en todo el planeta, o no ver a Selena paseando por Cannes, en Pekín, o en donde sea. Nos preguntamos esto porque sabemos que lo hubiese logrado sin duda. Lo sabemos en cada presentación. Lo vemos y lo sentimos cuando observamos cómo Selena se ganó el público en Monterrey sin saber casi el español. Lo sabemos ante cada desafío que tomaba. Lo sabemos porque Selena cambiaba el miedo por acción. Lo que para muchos su pobre español era una barrera, para ella era simplemente una limitación que sólo era superada con carisma, con gracia, con simpatía, con talento, con saber que el otro, y ese otro podía ser el público, los periodistas, los promotores, los fans, iba a agradecer un gesto de atención, una actitud de interés por lo que hacía la otra parte, un gesto por demostrarle que el otro era tan importante como la artista. Selena demostró que dando Amor siempre se devuelve Amor. Ese Amor que se ve reflejado en aquellos momentos en los que nada podía contener a la muchedumbre que se abalanzaba sobre el escenario para tocarla, para darle un beso, para abrazarla, para agradecerle. Nada ni nadie podía contener aquello si no estaba Selena con su sonrisa. Todos absolutamente todos en el mundo hispano pusieron sus ojos en Selena. Y esa pequeña muchacha de apenas 20 años, muerta de miedo y de incertidumbre, que trataba de dar lo mejor de sí aun con sus limitaciones del idioma, aceptó ese desafío que nadie se atrevía a enfrentar. Basta con verla en un reportaje que se le hiciera en Monterrey en esa época para ver lo avergonzada que se sentía por no poder hablar o entender el español y aun así, con gracia y con esfuerzo, responder las preguntas, dejando bien en claro que su objetivo más grande en la vida era poder dedicarse al canto y al diseño de ropa. Y no se contentó con eso. Con el tiempo aprendió hablar el español no sólo para poder responder en las entrevistas sino por respeto a toda la gente que la sostenía como artista y la quería tanto … Lo hizo como tantas otras veces, tomando impulso y poniendo todo su Amor para una vez más cumplir con sus propias expectativas y con las de los demás...

Estamos con las manos vacías. Es ver a Selena, es ver su obra, es ver lo que logró, es ver lo que pudo haber logrado y no tener consuelo. Sólo su presencia nos devolvería la sonrisa, las ganas, la alegría de vivir. Todos querríamos que Selena nos volviera a cantar “Si Una Vez”, pero el “Si Una Vez” del Astrodome, aquel que todos añoramos, aquel que magistralmente interpretó Selena en aquel mágico concierto. Todos queremos volver a sentir el contener la respiración al ver a Selena, luego de cantar "Si una vez dije que te amaba, no lo vuelvo a hacer", detener su canto, alzar su brazo, mover su cabeza a un costado, poner su dedo índice en la frente, apoyar su boca en el micrófono, hacernos oír su respiración en el medio de un silencio total, hacernos estallar en un grito y arrodillarnos a sus pies mientras ella se paseaba a uno y otro lado del escenario con su mirada cómplice, con su mirada cómo diciéndonos "Miren que no les creo", para decirnos "Ese error" y detenerse de nuevo, decirnos "Ese error" otra vez y ponerse la mano en el pecho, quedarse en silencio, y en el medio del júbilo y del éxtasis, ella sonreírnos, acaso como aceptándonos, acaso como perdonándonos, para después, ante nuestra creencia de que ya habíamos visto todo, de que habíamos sentido lo suficiente, sorprendernos alzando su mano izquierda, haciendo una nueva pausa que nos hace contener nuevamente la respiración para regalarnos un ¡¡Ese error es cosa de ayer!!" en un final de tema que nos llegó en lo más profundo en el corazón, de una manera en la que no la habíamos sentido ni sentiremos jamás .... Con una interpretación que no veremos nunca más. En una interpretación que nos dejó sin aliento, con el corazón en la mano, con la piel erizada, con una emoción que no tendremos jamás en nuestras vidas ... Que no veremos más ni lo volveremos a experimentar con ningún otro artista a lo largo del tiempo...

Muchas veces me pregunto por qué no podemos olvidarnos de Selena, por qué a medida que pasa el tiempo hay nuevos admiradores, y se suman gente y generaciones que nunca la llegaron a ver ... Es que nos es inevitable sentirnos identificados con aquella vida mágica de Selena, una vida que expresa nuestros sentimientos, una vida que nos emociona, una mujer que no deja de brindar y generar Amor a tal punto que necesitamos retribuírselo compartiendo nuestros sentimientos, su vida, sus sueños, sus emociones. Es que la vida de Selena constituye nuestras vidas. Su suerte es nuestra suerte. Su vida y su partida en este mundo también son nuestros, y nos resistimos a pensar que ése fue su destino, ése sea nuestro final. Porque lo que le hacía feliz nos alegraba, lo que le entristecía nos dolía. Su mayor dolor es nuestra mayor decepción. Su trágico final es nuestra máxima tristeza. Esa vida truncada es el fin de nuestra ilusión, es el límite a nuestras esperanzas, es la realidad que nos dice "no todo es posible", "no siempre se logran nuestros sueños". Es allí cuando soltamos nuestras manos, como Selena, y dejamos caer el anillo. Hacemos como Selena, resistimos con nuestro último esfuerzo pero sucumbimos ante la realidad. En ese instante nos damos cuenta de que nuestro corazón está allí donde está ahora Selena...

Pero después uno mira a su alrededor, ve las manifestaciones de Amor de tanta gente, ve el cariño de tantas personas expresadas en todo el mundo y allí uno comienza a sentir que no está solo en el mundo. Que Selena no está sola ni estará sola jamás. Que mientras la persona que le quitó los sueños sigue destilando su odio y rencor en una oscura celda teniendo una patética notoriedad, Selena sólo irradia Amor en todo el mundo, sigue generando sorpresa y admiración. Es allí cuando uno piensa y siente que Selena ha triunfado. Que siempre la querrán. Que todo el mundo, sea en América, en Europa, en África, en Asia o en Oceanía, sólo le expresará Amor, ternura, admiración y cariño. La gente en todo el mundo le demuestra día a día a Selena que ha logrado sus sueños, ha vencido, le comprueba que son infundados sus miedos de no ser querida, que es conocida en todo el mundo con Amor, que su música ha llegado a lugares inesperados en los que sólo Selena podía llegar. La gente, su gente, la que la recuerda, la que la quiere, la que la aprecia, la que se alegra con su presencia, la que llora con su ausencia, hace posible lo imposible. Es la misma gente que lucha por sus sueños, la que con sus corazones hace que Selena viva por siempre, la que siempre se resistirá a la realidad, la que siempre esperará a Selena para verla una vez más...

A pesar de tantas cosas, sólo el Amor de Selena, sólo la vida de Selena, nos hará sentir dichosos de ser partícipes de sus sueños, de su suerte, de su cariño. Es allí cuando nos sentimos orgullosos de ser sus admiradores, de difundir su talento, de quererla, de expresarle nuestros más hondos sentimientos. Es allí cuando sentimos que Selena ha triunfado y que vive ... en nuestros corazones... Porque muchas veces en nuestros recuerdos a Selena no faltan nuestros lamentos, nuestras lágrimas, el dolor de no poderla ver, de no poder disfrutar de su alegría, de su triunfo, de su sonrisa desparramada por doquier ... Que siempre lamentaremos no asistir a un concierto suyo, que no podremos aceptar jamás que se haya ido, que nunca asimilaremos su partida, que siempre en cada recuerdo a Selena, sea bueno o malo, sea alegre o triste, nos arranque una sonrisa o nos provoque el más prolongado llanto. Ese recuerdo siempre tendrá ese sabor de la nostalgia, de la frustración de no poderla disfrutar, pero fundamentalmente, de no poder disfrutar de que esté feliz con su vida, con sus éxitos, con su sueño de toda una vida hecha realidad... Pero también es cierto que el Amor de la gente sigue vigente, sigue presente. Tal vez sea hora de que ese Amor, pero también ese dolor, se exprese de una manera, de una promesa de hacer algo para que Selena, donde quiera que esté, sea feliz, vuelva a sonreír y sienta que nunca estará sola…

Con las manos vacías, pero con el corazón lleno del Amor de Selena … Por eso me pregunto si acaso sería bueno replantearnos nuestro recuerdo hacia Selena. Si el paso del tiempo y su ausencia nos obliguen a ver las cosas de otro modo ... ¿Y si la recordamos de otra manera? ¿Y si pensamos que realmente no se ha ido? ¿Y si realmente está aquí con nosotros? No se trata de negar lo innegable. No se trata de canjear tristeza por alegría. No se trata de volvernos locos. No se trata de que sólo debemos recordarla con lo bueno y no con lo malo ... Simplemente se trata de recordarla con lo que nos ha dejado. Simplemente se trata de creer fervientemente en que si ponemos todo nuestro Amor por ella del mismo modo que ella lo hizo por nosotros, algún día aparecerá para cantarnos otra vez, para reírnos otra vez, para agradecernos otra vez ... Que en cada situación cotidiana allí estará presente, que no esté tan distante, que esté mucho más cerca de lo que uno se imagina ... Que es cuestión de proponérselo, como lo ha hecho Selena con cada acto de tu vida...

Para no tener las manos vacías habrá que proponerse tener siempre una sonrisa en el rostro, como lo hacía Selena. Desafiar todas las adversidades que se tenga cotidianamente poniendo la mejor predisposición, siendo amable con todos, ayudando al prójimo con lo que necesita, preguntándole cómo se siente, demostrándole que es tan importante lo que él hace como lo que hace uno. Que no sirve encerrarse en nuestros propios asuntos. Que no sirve contagiarse del odio y de la frustración de los demás. Que no sirve con limitarme a ser una persona que hace "lo que tiene que hacer". Que siempre las cosas hechas con Amor, con afecto y con alegría son más valiosas, que serán satisfactorias para uno pero, fundamentalmente, serán gratificantes para los demás, que agradecerán infinitamente ese gesto ... Que Selena estará presente en cada acto de Amor, de solidaridad, de apoyo, de afecto que tengamos con nuestros padres, con nuestros hijos, con nuestros hermanos, con nuestros amigos ... Eso que reflejó Selena en cada contacto con el público al que jamás le negó un saludo, una foto, un autógrafo. A ese público al que siempre le dio su mano para estrechársela si lo tenía cerca o para alzarla para que le llegara su saludo a la distancia. A ese público al que uno por uno saludó a la salida de aquel concierto inolvidable en el Astrodome el 26 de febrero de 1995 colmado con 65.000 personas...

Con las manos vacías pero nunca bajando los brazos. Nunca pensar que algo no es viable, que hay cosas que son imposibles de realizar, que las fuerzas propias tienen un límite, que hay metas que no se pueden lograr. Que el poder realizar las cosas que nos proponemos en la vida depende de uno y que no hay nada ni nadie en el mundo que nos pueda impedir lo que nos hemos propuesto en nuestras vidas. Que sólo uno es el límite, que uno sabrá si seguir o detenerse. Que la palabra “imposible” no existe en el diccionario, en nuestro vocabulario, en nuestra vida cotidiana ... Que la vida misma de Selena es la mejor demostración de ello ... Que nada ni nadie pudo impedir que sus más íntimos sueños se pudieran cumplir. Que su anhelo de trascender con su canto, que su mayor sueño de ser diseñadora, que su necesidad de ser querida por todo el mundo con todo lo que ella les ofrecía no tuviera ni freno ni límite. Que su Amor fuera lo suficientemente grande como para que la palabra “imposible” se transformara en “posible”. Para que su frase "The impossible is always possible" no fuera sólo una declaración de principios que luego se los llevara el viento ... Que sus actos fueran la confirmación de lo dicho y hecho por Selena...

Con las manos vacías pero aun así permitirse soñar, permitirse que, más allá de lo que se haga diariamente, se tengan sueños, alegrías, ganas de hacer cosas, proyectos, ambiciones. Que cada cosa que se sueñe se dé el lugar que se merece, que no se tape, que no se deje relegado por las obligaciones cotidianas. Que siempre estará Selena para decirnos que hay que luchar por nuestros sueños. Que nunca nos frustremos por no haberlo intentado, por no dar el lugar que se merece a lo que realmente nos da satisfacción todos los días, lo que nos identifica, lo que nos da la energía necesaria para encarar todo, lo que nos hace sentir vivos, lo que nos hace sentir felices. Nada más hermoso cuando se siente que tenemos nuestro espacio, nuestro lugar en el mundo. Ese lugar que es sólo nuestro y que nada ni nadie nos lo quitará ... Que en cada sueño realizado sentiremos la misma alegría que sentió Selena cuando, con apenas cumplidos los 23 años, abrió “Selena Etc.”, su sueño de niña hecho realidad ... Ese sueño que lo tuvo siempre, que lo deseó siempre y que no sólo esperó pacientemente a que se cumpla, sino que hizo lo indecible para que se cumpliera cuanto antes. Selena redobló su esfuerzo con su canto y con su arte para hacerle un nombre, y que ese nombre le diera lugar para expresarlo en ese ámbito que tanto le gustaba, en esa boutique en la que todos la reconocieran como Selena, la cantante, la actriz, la artista, la diseñadora...

Con las manos vacías, pero aun así teniendo siempre en cuenta que lo más importante en el mundo es la vida. Que Selena demostró que nada más hermoso en el mundo que estar en contacto con sus afectos, con todo lo hermoso que la acompañaba y la llenaba de vida. Que el valor de los que nos rodea no tiene ninguna cotización. Que nada material en el mundo ni la fama son más valiosos que la vida misma. Siempre recordaré cuando Selena se preocupaba por llevar a cuanto animal veía herido en su camino para que fuera salvado. Que cuando rememoro ese hermoso acto recuerdo sus sueños de tener el jardín de su nueva casa lleno de animales de todas las especies para que convivan, para que sean felices, para que todos, Selena, su familia, sus animales sean gobernados por su cariño, por los códigos del afecto y que sean libres, como Selena deseaba que fueran, con toda esa libertad que tanto le costó conseguir ... Por eso podía tener tres perros y una pitón en su casa y decirlo a todo el mundo con orgullo. Muchos la miraban con extrañeza. A nadie se le hubiera ocurrido hacer y decir públicamente semejante cosa. A nadie se le hubiera ocurrido, en el medio de la fama, con las luces de Hollywood tan próximas, en soñar con tener una casa con un enorme jardín lleno de animales como máximo objetivo …. Sólo Selena y su esposo Chris. Sólo Selena y los animales. Sólo Selena y la naturaleza. Sólo Selena y la vida...

Con las manos vacías, pero siempre defendiendo los afectos. Que nadie impida defender contra viento y marea aquello que ha ganado nuestros corazones y que para mantenerlo se tenga que poner todo de uno para mantenerlo. Que incluso se ponga mucho más de uno que los demás para defender lo que más se quiere. Que siempre hay que tener en cuenta todo lo que hizo Selena por defender su Amor por Chris, que decidió casarse en secreto con tal de que nadie le impidiera su legítimo derecho a amar, a darse un espacio en su vida sin por ello dejase de cantar y de cumplir con lo que se propuso desde pequeña. Que cuando uno ama da sin esperar, pelea por su Amor, no mira a su alrededor, no mide las consecuencias. Sólo se deja llevar por lo que le dice su corazón ... Que la pasión de Selena, acaso uno de los sentimientos más distintivos tanto de su carrera artística como de su vida, siempre sea el motor para desplegar los más nobles sentimientos. Y que muchas veces hay que poner mucha pasión para defender lo que uno más quiere. Y Selena lo hizo con creces. Lo hizo por Amor, por un Amor al que sólo ella le puso toda el Alma, sólo Selena lo defendió con todo su corazón ante su familia. Un Amor al que Selena lo expuso con su vida...

Con las manos vacías, pero aprendiendo a ser humilde, a agradecer todo lo que se ha logrado, a ser agradecido hacia quienes han tendido una mano para lograr nuestros objetivos. A quienes supieron dar un consejo. A quienes valoraron lo que uno hecho en su vida. A los que vieron en uno algo especial y lo quisieron resaltar. A los que nos destacaron por algo bueno que uno ha dejado. Habrá que aprender a encarar cada día como si fuera una jornada distinta y nueva en la que todo lo que se ha logrado se tendrá que revalidar. Que lo que se ha obtenido no pone a nadie en una situación superior frente a los demás. Que sólo nuestra actitud ante la vida y ante los demás nos engrandecerá. Que el ser consecuente entre lo que se dice y lo que hace nos hará fuertes ante todo y nos hará libres ante los demás. Que sólo si uno da todo de sí dará sentido a lo logrado, se hará creíble el mensaje y será respetado. Siempre recordaré que en el fuero más íntimo, Selena se sentía la mejor y lo sabía, pero también sabía que ante su público no alcanzaba con eso. Ante el público había que ser sólo agradecido, humilde y honesto... Que sólo el público la ponía en el lugar en el que estaba y a él tenía que darle lo mejor de sí todos los días para revalidarlo...

Con las manos vacías, pero siempre aprendiendo que las cosas valederas y verdaderas son las que valen la pena, las que sólo se logran con trabajo y con esfuerzo. Que la vida artística de selena, que comenzó a los 8 años, demostró que para lograr el éxito había que trabajar duro, y que sólo con verdadero Amor a lo que se hace y con trabajo honesto y respetuoso ante los demás se puede lograr todo lo que uno se propone. Que para lograr los mayores anhelos personales y aun los materiales se pueden lograr a base de esfuerzo y dedicación. Que no hay nada más lindo en el mundo que llegar a la noche y apoyar la cabeza en la almohada con la conciencia tranquila y con la satisfacción del deber cumplido. Que en este mundo sin Selena en el que se glorifica el éxito inmediato, fugaz y sin ningún esfuerzo, su vida es el mejor ejemplo de que con una vida ejemplar, con trabajo, talento, Amor y dedicación también se puede lograr todo. Sólo así se explica su particular recorrido al éxito, sus innumerables premios en los Music Tejano Awards desde los 16 años, su increíble éxito en México y en el resto de los Estados Unidos, cómo con sólo su presencia se levantaron todas las barreras que impedían el éxito a tantos otros, que su talento llegó a verse en Centroamérica, y cómo en países como Colombia y Venezuela la adoraron sin siquiera verla...

Con las manos vacías, pero siempre poniendo más de uno en cada emprendimiento que se hace. Que cada cosa que se elabore estará nuestro sello personal, que no hay que esconderse detrás del conformismo. Que siempre se puede dar más de lo normal, que siempre tenemos un plus, algo más que demuestre nuestras ganas de hacer, de dar, de sobresalir poniendo Amor en lo que se hace, ganas de demostrar que se puede hacer más de lo que se espera, sorprender a más de uno. Que con ganas, con ansias de saber, de conocer, de ir más allá de lo que se nos pide obtendremos más de una satisfacción. Siempre recuerdo cómo sorprendía Selena a todo aquel que no la conocía, que acaso cuando se disponía a conocerla esperaba, en el mejor de los casos, una buena voz, una aceptable actuación y nada más, y luego se quedaban anodadados por todo lo que les brindaba. Y eso que les ofrecía no surgía de casualidad, de esas cosas del destino. Surgía, aparte de su magia, de sus ganas de sobresalir, de querer brindarles todo de sí, de su necesidad de agradar, que surgió, tal vez, de la necesidad más primaria, cuando tuvo un micrófono en mano y todo un auditorio que esperaba algo de ella. Pero que tal vez nació antes que ello, incluso en un acto que acaso marcó el destino de Selena y de su familia. Tal vez surgió cuando quiso ganarse el Amor de su padre y se le ocurrió aprenderse las canciones viejas de un libro que tenía él como una forma de acaparar su atención, como una forma de sorprenderlo, como una forma de que jamás olvidara aquella actuación, aquella demostración de Amor...

Con las manos vacías, pero aprendiendo a tener la constancia de Selena, tener su tesón, que cuando uno se propone algo no se para hasta cumplirlo. Habrá que procurar no boicotearse. Si Selena se propuso aprender el español no sólo por necesidad sino por respeto al público, ¿cuál es el impedimento para lograr algo por respeto a los demás y a uno mismo? Muchas veces cuando la observamos en sus primeros tiempos, en los que no sabía hablar el español, sólo cantarlo, nos reímos con ternura cómo quería evitar hablarlo para no pasar sobresaltos, para no exponerse en una situación incómoda ante su gente. Pero aprendió con Johnny Canales que tenía que intentarlo. Fue él quien le dijo, cuando tenía 14 años, que se animara a decirle al público de México que cómo hacían los cambios de vestuario. Allí se permitió decir "Los pintaron…" y se desternilló de la risa para descomprimir una situación más que comprometida. Desde allí para adelante todo lo que se propuso Selena lo logró, y cuando su propia necesidad le hizo saber que debía aprender el español lo hizo con total dedicación y perfección. Y aunque tuviera dificultades y se mandara algún desliz como decir "diez y cuatro" en vez de "catorce" en el Show de Cristina, nunca dejó de aprenderlo y de hablarlo. Selena fue un ejemplo para todos nosotros. Por eso, una forma de retribuir de nuestra parte ese esfuerzo, ese respeto, ese hacer cada cosa con su misma constancia, es recordarla con el mismo esfuerzo, Amor y dedicación que Selena…

Con las manos vacías pero haciendo todo lo humanamente posible para no quedarnos sólo con el recuerdo y con el dolor. Eso lo sentiremos todos los días, pero hay una forma de contrarrestarlo, aunque sea un poquito. Es una forma de tenerla presente, de saber que está con uno siempre, que no se necesita tenerla físicamente en este mundo para tenerla en nuestras mentes y en nuestros corazones. Y en lo personal, aunque me muera por verla en cualquier lugar sólo para abrazarla y para agradecerle por tanto Amor, el resto de mi vida lo dedicaré para demostrarle que lo suyo ha sembrado de Amor a mucha gente, que ha cambiado el destino de tantos otros, que no fue en vano, que llenó de vida y de alegría a tantas Almas que pululan por todo el planeta, por tierras que nunca Selena imaginó que llegaría, pero que las soñó. Y semejante muestra de Amor se ve presente en todos los actos de nuestras vidas, en los actos de tanta gente. Y siempre será así porque Selena está en nuestros corazones, que dirigen nuestros actos, le pertenecen a ella y ellos sólo se rigen por lo que Selena nos has enseñado, por lo que ella les has marcado. Se rigen, en definitiva, por su Amor, por el Amor que sólo ella les podías dar ... Esos corazones que aun así la esperarán siempre y que nunca se resignarán a que logren volver a verla, o verla por primera vez…

Con las manos vacías, Selena, pero siempre estando aquí por tu recuerdo, por todo lo que nos diste, por tanto Amor...

Te quiere mucho, Selena, por siempre y para siempre...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)




Déjame abrazarte una vez más, Selena, sólo una vez más…


Se dice que el tiempo cura las heridas. Se dice que el tiempo nos hace olvidar lo que más nos duele … La vida nos pone a innumerables pruebas. El Señor nos expone a innumerables retos para saber qué tanto estamos preparados para afrontarlos y que tan bueno somos nosotros para resolverlos, si seguimos sus palabras y sus enseñanzas para demostrar que estamos más cerca de Él. Se supone que luego de tanto dolor a la larga tenemos que levantarnos, mirar el Sol, disfrutar de que aún estamos vivos, aferrarnos a lo bueno que aún tenemos, y así juntar fuerzas y ganas para seguir adelante … Pero no .... No es fácil. No es para nada fácil .... Creo que si pude juntar fuerzas es porque aún tenía una familia, mis otros dos hijos y mi esposo. De hecho fue Abraham, mi esposo, quien más me recalcó ello cuando yo estaba en el más profundo de los dolores, cuando sentí que ya no quería vivir más. Me lo dijo allí en el velatorio delante de ella, de ese cajón que no quise mirar jamás … Nunca pude admitir seriamente que mi hija podía estar allí y yo llorándola sin entender nunca qué pudo haber pasado, qué hicimos mal para merecer esto, por qué nuestro Señor nos quitó a Selena, qué quería de nosotros y que deseaba que le demostráramos … Tuve que juntar fuerzas, aunque cueste creerlo desde afuera, por mi propio esposo. Él quería demostrar que estaba aún entero, pero estaba tan o más destruido que yo. Había perdido a su baby, a su princesita, a su nena, a su propia creación, a su descubrimiento. Aunque cueste creerlo, él lo sintió más que nadie. Cuando él estaba encima de mí tratando de consolarme, tomándome la cara y dándome toda clase de palabras de aliento para que yo no me cayera en el más profundo de mi depresión, yo podía ver cómo inevitablemente aparecían lágrimas debajo de sus infaltables anteojos negros. Fue un momento duro e insoportablemente inolvidable para nosotros. Ni siquiera tuvo que pasar mucho tiempo para que alguien me lo hiciera ver. No tuve que ver nunca aquel dvd “Selena remembered” para recordar aquel reportaje que se me hiciera a propósito de Selena y que parecía ser premonitorio. Lo recordé ese nefasto día, ese horrible y lluvioso día. Meses antes yo decía que no podía concebir mi vida sin mi hija Selena. Y ahora estaba ante semejante reto del destino. Me quería morir .... En mi intimidad, cuando nadie me veía en aquel horripilante día, la abracé varias veces buscando desesperadamente que me contestara, que me dijera algo. Y allí estaba con su rostro serio, adusto, enojado. No estaba fría. Al contrario, la sentía como la sentí desde que nació. Pero en esa expresión no podía reconocer a Selena. Algo había pasado además de la agresión cobarde. Algo descubrió ese día que la desconcertó, la enfureció, la decepcionó. Ese día Selena estaba sola, muy sola, y vaya a saber todo lo que debe haber sentido antes de que esa nefasta persona le disparara. Mi hija no soportaba la mentira, la falsedad, el doble discurso, que la tomaran de tonta. Ella confiaba en las personas que quería, no andaba con vueltas, no hacía una indagación sobre alguien antes de tomarla como amiga o sólo para tener una simple conversación. Si le caía bien alguien, lo adoptaba y punto. Y así era con todos. Era su forma linda de ser. Ella pensaba que cuanto más espontáneo se era, mayores eran los frutos, que no importaba si los demás eran distintos o si eran personas de poco confiar. Selena se mostraba tal cual era y confiaba en su mirada y en su intuición para elegir a las personas a quienes quería que estuvieran a su lado. Por eso puedo imaginar lo que sintió cuando esa mala mujer le mostró su verdadero rostro, su verdadera cara, sus reales intenciones. Lo más increíble de todo es que ella no la había elegido, no fue de esas personas a las que Selena fue a buscar o que adoptó apenas la vio. Esa mujer vino a nosotros con una idea expuesta a mi esposo sobre hacer un club de fans para mi hija. Y no es que nosotros se la aceptáramos enseguida. Al contrario. La tuvimos a prueba varios meses, un tiempo bajo supervisión de mi otra hija Suzette y otro tiempo bajo mi control. Estuvo un largo tiempo trabajando para nosotros antes de que conociera a Selena. Y ella fue hábil, muy hábil. Supo tener una paciencia infinita, la famosa “paciencia de la araña”, para ganarse la confianza de todos poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Nunca nos dimos cuenta de sus reales planes. Cuando empezamos a tener sospechas de ella y nuestras grandes diferencias, sólo tomamos las medidas lógicas del caso. Mi esposo estaba convencido de que era cuestión de pegarle cuatro gritos y ella saldría corriendo despavorida. Yo empecé a inquietarme cuando él desistió de despedirla y prefirió dejarla trabajando para Selena en los futuros locales de “Selena Etc.” en Monterrey y en México DF. Él me decía: “¡¡No, Marcella!! ¡No nos apresuremos! Es mejor dejarla adentro de la organización y que crea que sigue siendo un miembro importante de ella. Si hacemos lo contrario, tal vez ella nos pueda perjudicar en público y eso no nos conviene, y ¡¡menos en este momento en el que nuestra hija está por conquistar el mundo!! … Mejor dejemos que las cosas se decanten solas” ... Yo no quise preguntar más pues sabía que mi esposo quería manejar estas cosas a su manera y porque yo no quería pensar más en estos problemas, pero mi intuición de madre me hacía pensar que aquí algo no olía bien. Esto no era como los otros problemas. Nosotros pasamos por muchos inconvenientes, vivimos momentos en los que no sabíamos si íbamos a comer al otro día, no teníamos ni idea si todo lo que imaginaba mi esposo para con Selena se podría lograr … Pero siempre sabíamos de qué se trataba el problema, por más difícil que fuera, y sabíamos cómo afrontarlo y siempre de un modo abierto y sincero. Esto yo no lo había vivido y sentido antes, por lo que no tenía un buen presentimiento de que fuera a solucionarse en breve ... Yo no me sentía tranquila sabiendo que había alguien que podía hacernos daño, aunque no fuera presumiblemente tan grave … Cuando quisimos reaccionar, ya mi hija estaba en el hospital … y más que en un estado crítico. Siempre me culpé. Me culpé de no avivarme a tiempo, de no pensar que la situación era mucho más grave de lo que pensábamos, que el mal podía estar entre nosotros, en nuestro círculo más íntimo, y no afuera. Sé que nadie tuvo la culpa … Miro hacia atrás y no hay manera … No teníamos forma de pensar que ella era una psicópata que sólo nos quería si hacíamos lo que deseaba ella, si hacíamos las cosas que la beneficiaban. Esas personas no terminan de querer a nadie. Sólo les gusta poseer, manipular, dominar. Son personas que nunca recibieron Amor y por ende nunca pudieron amar. El error nuestro fue ése precisamente. Nadie en la familia podía concebir que hubiera gente tan distinta y tan cerca de nosotros, y si la había nunca podría estar ni siquiera en las inmediaciones de nuestro ámbito. Y si uno va en la vida convencido de que con la verdad, con honestidad y franqueza todo se puede lograr y cualquier dificultad se puede sortear, le cuesta pensar que puede toparse con este tipo de gente que haga tanto, tanto daño. Creo que todos cometimos el error de confiar en nuestras fuerzas, de creer que por vivir tan difíciles experiencias, ya teníamos la fórmula para atravesar todas las barreras. Pero no es así ... Nunca es así. Si de algo sirve lo que hemos vivido es para darnos cuenta de que hay que vivir cada día como si fuera el primero, con nada aprendido y con todo por saber…

Nunca podré olvidar ni esas imágenes, ni lo que sentí ese día, ni cuando vi a mi hija en ese estado. Muchas veces uno repara en lo que se dice antes y yo pude recordar esas palabras en aquel reportaje. Pero nosotros nunca fuimos de creer en esas cosas, ni en presagios, ni en mensajes del destino, ni en señales. Creo que por eso decíamos lo que sentíamos sin temer por los prejuicios de los demás. Mi hija Selena solía decir cosas que por allí descolocaban al público o a las personas que la entrevistaban, pero es que ella era así como todos nosotros: directa, franca, honesta. Nosotros confiábamos en nuestras fuerzas y teníamos mucha confianza en nosotros mismos. Mi esposo y yo tuvimos siempre una gran fe en nuestro Señor y en sus enseñanzas. Y eso fue lo que le trasmitimos a nuestros hijos. Y más allá de que ellos no fueran tan creyentes como nosotros, desarrollaron su espíritu en base a nuestro modo de vida, nuestra manera de ver las cosas y de afrontar los problemas. Selena misma se convenció por su cuenta de que nada era imposible, de que todo se podía lograr. Selena era muy inquieta. Lo supe desde que la tenía en la panza. Podía saber desde ese momento que ella siempre haría otra cosa, algo distinto, distinguible, un agregado más a lo que nosotros le inculcaríamos, y sabía que eso la haría particular, como su nombre mismo … ¡¡Y pensar que nosotros no teníamos pensado ningún nombre para ella!! ¡¡Estábamos seguros de que tendríamos un varón!! Hoy sería imposible que a alguien le pase esto, pero por aquellos tiempos era lo más común. Siempre me sentí mal por no haberle puesto un nombre que lo hubiésemos pensado nosotros de antemano. Seguramente nosotros le hubiésemos puesto un nombre muy diferente … pero en aquel momento no podíamos esperar y no teníamos pensado nada para nuestra baby … Tuvimos que recurrir a una vecina de pieza del hospital que tenía un problema similar para solucionar nuestro problema, ya que ella esperaba una niña y le nació un varón … Esa mujer nos dio el nombre que no le pudo poner a su hija … Parecía un señal del destino, pero nosotros no lo habíamos visto así. Lo analizamos, nos pareció un lindo y novedoso nombre y lo adoptamos. Con el tiempo Selena se encargó de darle vida propia a ese nombre más que bonito…

A veces cuando recuerdo los pocos añitos que tuve a Selena conmigo no puedo dejar de llorar y de sentirme irremediablemente responsable. Ella fue única desde que se instaló en nuestra casa. No se trataba de que ella fuese más o menos que mis otros hijos. Ella era particular, sensible, femenina, vulnerable, sencilla, nerviosa, risueña, muy risueña. Yo hubiese querido que todo fuese más sencillo y más lógico con ella, con mi familia, con mis otros hijos. Yo me había preparado para tener mi familia y ser feliz con estar todos juntos contentos viviendo en una casa con una vida sin sobresaltos. Yo no pretendía otra cosa. No sentía que podía destacarme en algo en particular ni pretendía hacerlo. Todo lo que había soñado lo había logrado y desde muy joven ... Conocer al hombre de mi vida y con él formar la mejor de las familias. Encima los dos teníamos nuestras mismas creencias religiosas y teníamos los mismos objetivos. Pero mi esposo tenía otra pasión, que era la música y tal vez eso alteraba un poco nuestras vidas. Pero yo siempre lo comprendí. Era algo muy importante para él, era algo que lo ponía contento y yo, con tal de verlo feliz, dejaba que ensayara, que fuera a muchas ciudades a tocar y que innumerables veces se fuera del trabajo a los ensayos para recién llegar muy tarde a casa. Yo no lo regañaba pues sabía que no hacía otras cosas ocultas o despreciables. Una mujer se da cuenta de ello y depende de cada una qué hacer frente a ello. Si me hubiese pasado yo no lo hubiese perdonado, pero por algo tan noble valía la pena dejarlo que lo hiciera, aunque en algunas ocasiones hubiese querido que estuviera más presente. De hecho cuando nació nuestra hija Suzette, él estaba de gira y no estuvo presente. Pero siempre entendí esas situaciones. Hubiese sido peor si no lo dejaba. Yo no lo quería como un objeto, sólo para poseerlo. Yo quería que me amara y eso él lo hacía. Tal vez porque veíamos las cosas de esa manera tan simple como natural no comprendíamos las cosas de otro modo. Si lo hubiésemos sabido, seguramente nos habríamos dado cuenta de las intenciones de esa malvada mujer. Seguramente si nos hubiésemos tomado nota de hasta dónde puede llegar alguien con la maldad y la destrucción, hoy nuestra hija estaría con nosotros…

Yo sé que muchos pensarán que yo digo esto sabiendo lo que nos deparó el destino, pero créanme que mi hija era particular, muy particular. Ella le dio otro aire a nuestra casa, a nuestras vidas. Está bien que cuando nació Selena había algunas cosas que habían cambiado. Mi esposo había abandonado la música sabiendo que, conforme se iba agrandando la familia, era muy difícil estar tanto tiempo afuera. Y si bien en un principio, él no toleraba vivir toda su vida siendo un oscuro empleado que hiciera correctamente sus tareas todos los días, aceptó que ése sería el camino para estar más cerca de su familia. Al menos se lo propuso por un tiempo … Todo para él sería diferente y, aunque cueste creerlo, paradógicamente por esa camino logró volver a la música. Por lo pronto disfrutaba por primera vez cambiar los pañales haciéndolo con Selena, ver crecer a sus hijos y estar con ellos todos los días, admirando cada charla y cada atardecer compartido con todos nosotros, algo que era importantísimo para él, pues se trataba de su familia. Pero todo se potenció a medida que crecía Selena. Vivía correteando tras de él, lo buscaba siempre, lo requería siempre. Nunca había visto a mi esposo tan embelesado con alguien pero es que era imposible no quedarse de ese modo teniendo a Selena que hacía todo para ser querida. Pronto me di cuenta de que ella lograba que la quisieran tanto porque, y antes que nada, Selena daba todo su Amor sin ningún tipo de límite. Ella era amada porque ella sabía amar. Era imposible decirle que no. Mi esposo le hacía caso en todo, hasta en cosas que nunca imaginé que podría prestar atención a alguien. Cierta vez Selena estaba en un rincón llorando sin consuelo. Cuando mi esposo le preguntó qué le pasaba, Selena le dijo que lloraba porque había visto cómo alguien sin ningún escrúpulo había herido de muerte a una paloma de un piedrazo. Selena era muy, muy pequeña. Aun así le dijo a mi esposo: “Dime, dime daddy, ¿cómo alguien puede quitarle la vida a otro? ¿Acaso no es Dios quien dispone de ello? Prométeme una cosa, padre. ¡¡Y prométemela de verdad!! Quiero que nunca mates a ningún animal, ¡¡a ninguno!! ¡¡Ni siquiera a ningún mosquito!! Por favor, ¡¡hazlo por mí!! ¡¡Yo no quiero que sufra nadie en este mundo!!”. Selena se puso a llorar más fuerte aún y durante un buen rato mi esposo se quedó abrazándola, consolándola y prometiéndole que no tocaría ningún animal ni a nadie jamás. Y así lo hizo, así lo hizo … A veces pienso lo que le sucedió después y me pregunto por qué a ella, por qué esto le pasó a ella que nunca provocó a nadie … Ella era una niña muy tierna, sensible y llena de Amor … Y también necesitada de Amor. No me podía imaginar en aquel momento, pero cuando la vi triunfar con el tiempo lo pude comprobar. Selena ocupaba el centro de atención de la casa. Era imposible no mirarla, no seguirla, no prestarle atención, no quererla por lo que era, por el cariño que brindaba, por el ser de luz que era. Y lo repito: no es que mis hijos no fueran tan buenos y especiales como ella. No es que mi esposo no fuera así. ¡¡Incluso yo misma!! Pero Selena tenía un encanto especial. Estaba destinada a destacarse en todo lo que fuera a emprender. De hecho, y antes de que fuera la artista inigualable en la que se transformó, se había destacado en los estudios, en sus iniciativas, ¡¡en todo!! Selena siempre fue el centro de atención a pesar de su timidez y de su fragilidad. Su propio Amor la puso en ese lugar. Su propia necesidad de amar y de ser amada la puso en un sitial que ella buscó siempre y que había logrado…

Las cosas se dieron de una forma en la que yo no lo esperaba. Nunca hubiese querido que mis hijos tuvieran que trabajar de tan pequeños. Yo había hecho todo para que ellos estudiaran, la pasaran bien, no les faltara nada. Era mi objetivo en la vida y era mi forma de ver las cosas. Toda esa idea se me cayó como pompas de jabón. Cuando vi que mi esposo quería formar una banda con mis hijos sabía que algo empezaba y no iba a parar. Sabía que él no decía toda la verdad cuando me prometía que sólo sería un pasatiempo y que sólo quería que los niños despuntaran en lo musical. Al principio no entendía cómo surgió su descubrimiento de que Selena cantaba tan bien. Cuando él me dijo que se había quedado impactado con la interpretación de unas canciones viejas que había aprendido de un libro viejo, comprendí todo. Yo había notado desde hacía unas semanas que ella permanecía encerrada por varias horas haciendo algo a escondidas. Yo no la quería molestar. Me contentaba con preguntarle cada tanto si se sentía bien y que ella me respondiera que sí. Ahora que veía el resultado di cuenta del ardid de mi pequeña. Yo sabía que le molestaba que mi esposo estuviera largo tiempo enseñándole a tocar el bajo a mi hijo A.B. Estaba muy celosa, pero en vez de quedarse refunfuñando y mascullando bronca por sentirse desplazada, optó por algo más sano y constructivo. Buscó superarse, buscó aprender cosas que no sabía para impactarlo a mi esposo. Estoy segura de que ella no esperaba semejante repercusión. Ella sólo quería volver a ser el centro de todas las miradas y fundamentalmente el centro de atención de su padre. No se imaginó que se vendría semejante revuelo. Cuando la encaré y le dije: “Selena. ¿Tú tienes que ver con todo esto, no? ¡¡Dime la verdad!!”. Ella se sonrió pícaramente y me dijo: ¿Qué pasa, madre? ¿Acaso no te gusta que mi banda se llame “Selena y Los Dinos” y yo sea la cantante?”, y enseguida echó a reír a carcajadas. Yo me reí con ella, y la abracé fuerte y tiernamente. Sabía que cuando Selena se reía así era porque estaba nerviosa e inquieta, y buscaba con sus risas cambiar el eje principal de la conversación. Yo sé que a ella le gustaba que todo lo que mi esposo generaba la pusiera en un lugar central, pero por otro lado tenía el temor de a qué lugar nos llevaría con esta idea alocada de la banda. Ella percibía lo mismo que yo, y estaba del mismo modo asustada. Yo sabía que mi esposo, conforme viera los ensayos y la evolución del grupo, iría por más y nada lo detendría. Quise persuadirlo de todo. Quise que nada se saliera de su cauce, pero cuando una noche a la pasada él me dijo que quería abrir un restaurante para no sólo apostar a un negocio redituable sino para que nuestros hijos cantaran allí temí que se nos vendría el mundo abajo. Yo que había apostado a la seguridad, a la vida tranquila, a estar felices en nuestra casa, sabía que ya nada de eso se cumpliría ... Aun cuando nos fuera bien de movida, nuestro destino sería vivir bastante tiempo lejos de casa, con el riesgo de que mi esposo en cuanto viera una posibilidad renunciara a nuestro último ingreso seguro, el de empleado de una importante petrolera. Y así fue. Siempre se las ingeniaba para decírmelo en momentos en los que yo estaba ocupada atendiendo en el restaurante o cuando estaba preparando a los pequeños para que salieran al escenario. Sólo rogué en ese momento que nos fuera bien. Por dentro estaba más que molesta por sentirme tan desplazada en sus decisiones. Pero él estaba muy decidido y confiado. Tampoco quería frenarlo y que una vez más se sintiera frustrado por no haber intentado todo por vivir de la música. Mal que mal tendríamos a nuestros hijos cerca y ellos estarían seguros con nosotros. Pero no me gustaba que hiciéramos una vida tan anormal, que mi hija cantara hasta tan tarde y le costara poder desempeñarse en el colegio. ¡¡Ella era la más pequeña y la más vulnerable!! No se me escapaba el hecho de que ella llevaba la más difícil tarea en el grupo. Selena era la cantante, la cara visible, la que debía estar siempre bien, la que debía cautivar al público. Yo sé que Selena lo podía lograr. Lo había logrado con todos nosotros. ¿Por qué no podría lograrlo con los demás? Pero ella sólo tenía 8 años. Mis otros hijos ya eran más grandes. A.B. ya era una adolescente bien grande. Pero Selena … Le hice ver eso a mi esposo. Le hice notar que para ella era distinto cantar con un público ajeno, y sin ninguna obligación de aprobar y de tener buenos comentarios. Pero él fue contundente: “Marcella. Confía en mí. Confía en ella. Selena tiene un enorme talento. Eso se ve claramente. Sabes que en estos casos yo no hablo como su padre sino como un músico. Ella es especial. No es sólo particular para nosotros, para la familia. Selena logrará todo lo que se proponga. Y eso será mucho más de lo que yo espere de ella. ¿Acaso no la conoces? ¿Acaso no te das cuenta? Ella lo tiene todo. Ya lo verás. Ya verás cuando todos la aplaudan, cuando todos la quieran. Yo no digo que las cosas sean fáciles. Yo sólo te digo que Selena llegará a lo más alto. ¿Me acompañarás para verlo por ti misma?”. Yo bajé los ojos y asentí con un leve movimiento de cabeza. Al rato fui corriendo a abrazar a Selena. Ella se sonrío. “¿Me dirás siempre si algo está mal, si hay algo que no te satisface, si hay algo que te molesta? ¿Me prometes que si hay algo que intuyes que va por mal camino me lo vas a decir? ¿Me lo prometes?”, le dije casi implorando. Ella dejó el libro que estaba leyendo, se me quedó mirando un largo rato, miró para abajo, hizo un leve movimiento de cabeza y luego dijo: “No te preocupes, madre. Nunca te haré sufrir. Siempre te diré si hay algo que me molesta o que no me gusta. Y si alguna vez necesito ayuda, ¡¡recurriré a ti primero!!”. Y me abrazó y me dio un largo beso. Luego dejó que yo la tuviera arropada bajo mis brazos. Ella estaba fría y temblaba. No se lo hice notar pues ello la pondría peor. Yo no necesitaba que me dijera más. Sabía que debía acompañarlos a todos. No era mi ideal, no era esto lo que esperaba como proyecto de familia, pero era el deseo de mi esposo, y era el deseo que todos mis hijos a la larga aceptaron cumplir. Supe que desde ese momento mi función era contenerlos, ser la persona que pudiera conciliar las cosas, ser el equilibrio necesario para que todos estuvieran bien. No era esto lo que quería, pero amaba a mi esposo y a mis hijos. Decidí que lo mejor era acompañarlos en esa difícil aventura…

Sentí que me moría cuando la crisis económica nos llevó el restaurante, la casa y nos dejó en la calle. Quise gritar, quise decirle a mi esposo: “¿Has visto? ¿Para qué arriesgar todo a cambio de tan poco? ¿De qué nos sirvió? ¿Qué haremos ahora?”. Pero me detuve porque sabía que él estaba más destrozado que yo. Se sentía avergonzado, humillado, en el fondo del océano. Yo lo amaba y de nada serviría que le fregara en la cara lo decidido. De última yo también avalé este camino. Además, estaban los niños … No fue fácil. Nada fácil ... Tener que mudarnos, vivir en una casa ajena de prestado, sintiéndose un intruso aunque fueran familiares y nos trataran bien. Una vez fuimos a cobrar el seguro por desempleo. Mi esposo era un trapo de piso. Pero cuando estábamos por entrar y vimos esa enorme cola de gente, él me tomó del brazo y me dijo: “No, Marcella, Yo no quiero que me humillen más. No quiero dádivas. No quiero favores. Vamos a salir de esto. Yo los puse en este lugar. Y yo los sacaré de allí. ¡¡Te lo prometo!!”. Sentí una alegría enorme con esa actitud en el medio de tanta malaria, de tan difícil situación. Estábamos en el límite de nuestras posibilidades. Vivíamos como si todos los días y todas las noches bordeáramos un precipicio. Eso nos hizo más fuertes. Sacamos fuerzas de donde no teníamos. Pudimos salir de a poco de esa situación penosa sin depender tanto de nuestros familiares, nos ofrecíamos en cuanta fiesta y en cuanto festival hubiera en todo Texas e hicimos del bus que nos llevaba de pueblo en pueblo nuestra hogar real. Varias veces en nuestros largos viajes hablaba con Selena pero fundamentalmente ponía mi hombro para que apoyara su cabeza y me dijera qué era lo que sentía, qué era lo que anhelaba, qué era lo que esperaba de la vida. “Mira madre. Yo querría ser famosa no sólo como cantante. Me gustaría ser diseñadora. Es lo más hermoso para mí crear, diseñar, tener tus propias ideas y que queden expresadas en algo. Sé que papá quiere que sea la mejor cantante de Estados Unidos, de Europa, de China, ¡¡de todo el mundo!! Lo sé. Y yo querría cumplir ese sueño para con esa fama poder ser diseñadora. Quiero que haya miles de diseños en todo el mundo que lleven mi nombre. Me gustaría quedar en el mundo recordada por mis creaciones, y que estén grabadas y expresadas a fuego con mi nombre. Si lo logro sabré que por siempre y para siempre estaré presente … ¿Pero sabes madre? Lo que más me gustaría lograr es que la gente me quiera. No podría soportar un auditorio en silencio, un público que me ignore. No importa si son 2 personas o 100.000 las que me vayan a ver. Yo sólo quiero que en cuanto me vean me amen para siempre. Eso es sólo lo que deseo. ¿Crees que lo lograré?”. Yo recordé todo lo que hacía en casa, cómo acaparaba la atención en cuanto hacía algo, cómo llegamos a meternos en el negocio de la música, cómo mi esposo quedó cautivado y no dudó. Y también veía cómo la gente seguía su voz y sus pasos desde que era muy pequeña. También daba cuenta del bonito recuerdo que dejaba en los pueblos que visitaba, pueblos que muchas veces no recibían ninguna visita de ningún artista, salvo la de nosotros. Yo le acaricié la cara y le dije: “Yo sé que lo logarás. Pues no sólo tienes talento. También tienes Amor. Y ese Amor lo siente la gente. Yo he empezado a notar que ellos no sólo te admiran sino que también te quieren. ¡¡Yo sé que ellos te pondrán en el lugar más alto!!”. Selena me tomó de la cintura poniendo su cabecita en mi panza y me dijo: “Ojalá sea así, madre. ¡¡Ojalá!! A veces me pongo muy nerviosa. Así lo estoy cada vez que subo al escenario. A veces pienso que voy más rápido de lo que puedo, que mi cerebro va más rápido que los pies. ¡¡Querría ya lograrlo todo y no esperar más!! ¡¡Querría poder estar más tranquila sin esta angustia!!”. Yo la entendía a Selena. Ella como nadie había vivido en las mayores privaciones, angustias e incertidumbre desde muy pequeña. Sentía que ella había iniciado todo y que ella era la máxima responsable de lograr la felicidad de todos. Aunque fuera cierto en un punto, yo quería que no sintiera esa presión. Por eso la contuve, por eso la ayudé, por eso busqué que siempre supiera que podría contar conmigo para todo…

Muchas veces reflexioné sobre mis palabras de aquel reportaje, pues con el correr del tiempo mis otros hijos me reprocharon que dijera que con Selena no podía vivir, y que sólo los nombrara como algo aclaratorio. Nunca lo hicieron tan seriamente dadas las tristes circunstancias, pero me hicieron notar que eso era lo que sentía antes de que el dolor nos invadiera para siempre … Es que en realidad yo la acompañé constantemente, una vez que corroboré que nuestro destino en el negocio de la música sería inexorable. Aprendí con sus palabras y con sus sentimientos a que debía ser más considerada con ella. Para los padres siempre los hijos son niños aunque sean bien grandes y creo que cada uno retiene una imagen significativa de cada uno. Yo siempre retuve la imagen de Selena cuando cantó por primera vez a los 6 años en los ensayos … ¡¡Se la veía tan pequeña con ese micrófono enorme!! Luego puede corroborar sus lógicos miedos y su vulnerabilidad. Y entendí como nadie la mochila que llevaba encima. Por eso la defendí tanto y busqué darle todos los gustos. Porque ella no pudo tener una infancia y adolescencia normales. Mal que mal mis otros hijos pudieron tener parte o toda la niñez en entera libertad. Selena no, lamentablemente. Claro que nos llevaba una buena causa que Selena la seguía con gusto. Pero Selena no se podía permitir distracciones, malas caras, desgano, agotamiento. Ni siquiera se podía refugiar detrás de un instrumento cuando sólo quisiera cantar. Ella era la cara visible del grupo. Ella era la atracción principal. ¡¡Selena siempre tenía que estar bien!! Y era consciente de que muchas etapas de la vida las tenía que sortear o bien postergarlas para otro momento. Como madre sufría cuando sabía que tenía que estar todo el día en el bus estudiando las clases de colegio por correspondencia, ensayar, preparase para el próximo concierto, comer, dormir, y todo delante de la familia y de los miembros del grupo. Yo sabía lo que era vivir así. Por eso procuré ayudarla con los vestidos, con los estudios, interceder en cualquier conflicto en favor de ella, o al menos buscar que se la comprendiera. Cuando traté de persuadir a mi esposo para que la dejara que luciera sus famosos “boustiers” lo hacía porque quería verla contenta y evitar que sufriera más de la cuenta. Tal vez en otros momentos y en otras circunstancias yo hubiese objetado que luciera esas prendas, pero en este caso, ¿cómo negarme? Sabía lo que significaba el diseño para ella, sabía lo contenta que se ponía cuando lucía linda y original, sabía lo feliz y segura que se sentía forjando su personalidad en el escenario. ¿Por qué rechazarlo? Para esas épocas se habían invertido los roles. Ahora era mi esposo quien estaba celoso. Yo le hice ver que viera a su hija y que aprendiera de ella cuando estaba celosa. Que en vez de evitar que el otro estuviera feliz, buscó superarse para lograr sus objetivos: “¡Abraham! ¡Mira qué feliz está nuestra hija y mira qué felices están todos! ¿Tú ves que alguien vaya a propasarse con ella? ¿Acaso crees que alguien que la admira osaría a hacer eso? ¿Has visto cómo los varones aceptan con alegría su rol de “ex novio” en el tema “¿Qué creías?”. Aparte estamos nosotros para cuidarla si sucede algo raro o malo. ¡¡Descuida!! ¡¡Nunca su público le hará daño!! Espera en todo caso a que tengamos que ir a lugares desconocidos para nosotros para tomar las medidas del caso”, le dije. Mi esposo lo entendió y no sólo le pidió disculpas a Selena, sino que la dejó que luciera como quisiera. Era lo mejor que se podía hacer. Si la aceptábamos como tal ella misma aceptaría los objetivos familiares con la mayor de las alegrías. Y así funcionó tanto en estas situaciones más livianas como en las más complicadas, como cuando decidió casarse con Chris ... Yo sabía que a la larga Selena tomaría una decisión así. Ella no tenía tantas posibilidades de conocer gente fuera de nuestro ámbito. Muchas veces me preocupaba por su futuro sentimental en plena adolescencia, cuando sólo iba del bus al concierto y del concierto al bus. Cuando apareció Chris y vi la expresión de la cara de Selena sabría que a la larga terminarían juntos. Traté de preparar a mi hija, traté de preparar a mi esposo … No hubo caso ... Había que esperar el conflicto para que todo llegara a buen cauce. Cuando mi esposo se puso tan inflexible tratando de negar lo que estaba tan a la vista, yo sólo busqué con mis palabras y reflexiones que todos terminaran aceptando la realidad para el bien de la familia. Cuando parecía que no había solución, varias veces le hablé a Selena para que tuviera paciencia y que pensara que todo se iba a solucionar en modo favorable para todos. Y a su vez hablé con mi esposo, haciéndole ver que lo mejor que podía hacer era escuchar a su hija y que sintiera su corazón. Y sin que lo supieran ninguno de los dos, hablé con Chris y le dije que tenía mi apoyo, que ya lograría que mi esposo le diera el suyo. Por suerte todos me escucharon y buscaron hacer las cosas lo mejor posible para el bien de todos …. Eso sí, no pude contener el temperamento que tenía cada uno y lo inevitable pasó ... Selena tenía el mismo carácter que su padre: no iba a parar hasta lograr lo que para ella era justo y necesario. A la larga Selena hizo lo que ya no podía aconsejarle, aunque en mi fuero más íntimo se lo hubiese dicho si hubiese sido mi amiga. Cuando se casó en secreto y todos lo supimos por radio y televisión, sólo me acerqué llorando a mi esposo y le dije: “Ya sabes lo que tienes que hacer si quieres ver a tu hija feliz y tu sueño hecho realidad” …. Una vez más vi a mi esposo abatido, mirando la ventana de su habitación cual si fuera un anciano que sólo contempla el paso del tiempo sin ninguna expectativa. Pero mis palabras le devolvieron la sonrisa. Me miró, asintió con la cabeza y se comunicó con Selena y Chris. Cuando nos reencontramos todos lloramos pero lo hicimos de felicidad. Una nueva etapa comenzaba, una linda etapa que parecía no terminar jamás…

Si tuviera que quedarme con una imagen que sintetizara la esencia de Selena pero a su vez que significara que había logrado sus objetivos, no me quedaría con una imagen de cuando ya era un éxito total en México y Estados Unidos. Yo me quedo con aquellas imágenes y palabras de Selena cuando ganó el primer Tejano Music Awards a la mejor cantante femenina cuando sólo tenía 16 años. Se la veía emocionada, exultante. Ella, como todos, sentía que esto iba a suceder tarde o temprano, ya que el año anterior el grupo había sido nominado en varios premios. Pero cuando Selena subió a recibir por primera vez su premio, no pudo con su genio. Agradeció a todos y cuando se refirió a Los Dinos dijo: “Si ellos ganan, yo gano. Si ellos pierden, ¡¡yo no los conozco!!”. Muchas veces me lamenté que en algunas ediciones de este momento corten estas palabras de mi hija, pues era una típica humorada de ella cuando no sabía qué decir, cuando necesitaba rematar con un chiste o con una humorada una situación en la que se sentía nerviosa o que no sabía qué decir. Así era en innumerables reportajes y en cualquier contacto con la gente. Recuerdo cuando en pleno concierto se apartó del escenario para hacerle los “cuernitos” a Rock and Roll James que estaba allí cubriendo el evento. Todo estas actitudes eran parte de su ser y que a la gente le encantaba… Pero las que más me emocionaban eran aquellas en las que Selena no podía dejar de expresar su emoción, aquella que no podía disimular con una risotada o con una salida ingeniosa. Selena siempre tenía siempre vergüenza y temor al ridículo o a quedar desairada si mostraba todos sus sentimientos, su cara real, su Alma al desnudo. Ella era de esas personas que sólo mostraban una parte de su personalidad y no es que por hacer eso diera una imagen errónea de ella. Sólo que eso que mostraba, que era genuino, no permitía conocerla en toda su dimensión, en lo más profundo de su ser. Yo lo puedo decir no sólo porque era su madre sino porque también fui su confidente. A solas uno podía ver a una Selena solitaria, callada, de largas miradas al cielo buscando un futuro mejor para sí y para los demás. La Selena en toda su dimensión podía ser una mujer de largas reflexiones y enormes sentimientos, que se expresaban en un llanto, en una caricia, en un abrazo, en un beso dado de improviso, en una dulce sonrisa. Esto a Selena le costaba expresar en público en toda su dimensión. Sólo mostraba parte de esos sentimientos y con eso bastaba para que la amaran. Pero mostrar todo … Pensaba que quedaba mal y por eso reemplazaba todos esos sentimientos profundos por una risotada, por un chiste, por una ironía. Pero aun así pude ver cómo se emocionó cuando recibió su primer Premios Lo Nuestro en 1993. Y no era para menos. Era su primer premio importante fuere de los Tejano Music Awards. Recuerdo sus manos llevándose a la cara, su llanto contenido, su mano en el pecho, sus escuetas palabras que no provenían sólo de su limitado español sino de no saber qué decir estando con el corazón abierto. No la vi tan emocionada como en aquella oportunidad. Ni siquiera cuando ganó el Grammy, oportunidad en la que la vi más seria y más preparada para la ocasión. Una vez le pregunté por eso y me dijo: “Es que madre ... ¿Acaso no te has dado cuenta de que me compré el premio. ¡¡Uy!! ¡¡Perdona, perdona!! Estoy bromeando. Es que, hablando en serio: con Premios Lo Nuestro sentí que habíamos llegado a un camino del que ya no volveríamos. Por eso me emocioné tanto, pues sabía a dónde habíamos llegado y también a dónde iríamos. El Grammy, en cambio, me lo vi venir. Era más fácil imaginarse que con muchos premios internacionales podría llegar a obtenerlo aunque fuera difícil igual. En cambio, cuando obtuve el premio a la mejor cantante regional en Premios Lo Nuestro, yo sentía que aún no había dado un gran paso. Pero a partir de obtenerlo sabría que, más que nunca, todo lo lograría si seguía por el mismo camino que nos habíamos propuesto”, me explicaba una Selena reflexiva y pausada, muy distinta a la Selena pública, pero igual de genuina. Me gustaba escucharla así a Selena. No dejaba de ser ella misma pero daba rienda suelta a su personalidad y a su visión de las cosas. Pocas veces la vi hacer esto públicamente. A pesar de ser tan franca, a veces en los reportajes se prestaba al juego del entrevistador y no siempre eso era garantía de que ella dejara bien en claro sus sueños, sus anhelos, su trabajo, sus objetivos. Yo recuerdo dos veces que hablara de ese modo: en la misma entrevista en la que yo dije esos mensajes premonitorios y en un reportaje que le hiciera Verónica Castro en “Furia musical” en 1994. Cuando a Verónica le dijo que ella no podía aún planificar en tener niños o agrandar su familia pues tenía muchas cosas en la cabeza y que debía primero sacárselas, proponérselas y cumplirlas, supe que estaba ante la verdadera Selena. Verónica Castro debió haberse sentido afortunada de que en aquella oportunidad Selena le dijera lo que quería para sí, para los demás y para el futuro. Y ése era el mayor capital y el mayor atributo de Selena: que era franca y muy sincera. A ella no sólo se la amaba por sus dotes de artista sino también por lo que era como persona…

Durante 1994 y 1995 literalmente no paramos. A la larga tal vez eso nos perjudicó pues perdimos las perspectivas de las cosas. De pronto, luego del Grammy y del éxito de “Amor prohibido”, a Selena le llovían ofertas no sólo para dar más conciertos, sino para actuar en telenovelas y hasta en cine. A veces me costaba creer que nuestra hija a los 22 años era considerada el mayor exponente latino tanto en México como en Estados Unidos y aun así siguiéramos yendo a muchos conciertos en bus. Nos sorprendía pero también nos emocionaba que con nuestro mismo modo de ver las cosas llegáramos a tan lejos. A Selena la notaba exultante. Tenía todo a sus pies y aun así se movía por la ciudad como una más. Sólo buscó desesperadamente aprovechar su éxito para cumplir su sueño de diseñadora. Yo le sugerí si no era mejor esperar un poquito más … “¡¡No madre!! ¡¡De ninguna manera!! No voy a esperar a ser vieja para hacer lo que más me gusta. Éste es mi momento y lo quiero aprovechar. ¡¡Quién sabe si habrá otra oportunidad!!”, me dijo casi proféticamente Selena. Y mientras era un furor como nunca en Monterrey, cuando era cada vez más popular en México y Estados Unidos, cuando se desbordan las calles con su presencia, cuando en cada ciudad o pueblo se coreaba su nombre, Selena daba vida artística a su hija “Selena Etc.”, pero entre ella y su padre pusieron a esa mujer como guardián de su pequeña. Selena la tenía en consideración como persona pero no como una profesional que supiera algo del negocio de la ropa. Pero le daba pena dejarla y le daba los mejores puestos de trabajo para que no se quejara de más. Tal vez lo prefería así pues sabía que si algún día llegara a haber un problema con ella, ésta se llevaría todo lo suyo y allí sí había que agarrarse la cabeza. Selena pensaba sólo en su voz y en sus creaciones. Quería tener listos sus negocios en Monterrey, México DF, San Antonio y Corpus Christi para cuando saliera su disco en inglés. Trataba de minimizar todas las otras cuestiones. Prefería que su padre se encargara de ello que le resultaba pesado. “¡¡No sabes lo contenta que estoy madre!! A veces me cuesta creer lo que estoy viviendo. Soy exitosa, querida, admirada. ¿Quién lo diría? Sólo espero que salga ese bendito disco en inglés. Vienen postergándolo desde hace tiempo, ¡¡pero julio de 1995 debe ser el límite!! Para esa fecha mis sucursales de Selena Etc. estarán listas y si todo sale bien (¡¡crucemos los dedos!!), ¡¡nada me detendrá!! Que quede entre nosotras, madre. Que no lo oiga nadie pues me da vergüenza y no quiero que crean que soy una vanidosa … Yo sé que soy la mejor … ¿Pero sabes? A veces tengo miedo … A veces me viene esos sueños, esas pesadillas…” … “¿Pero de qué hablas, Selena? ¿Qué sueños son los que tienes”, intenté preguntarle ... “Sólo abrázame, madre. Sólo abrázame y dime que estarás conmigo y estarás cuando yo te lo pida. ¿Recuerdas lo prometido?”, me dijo mientras extendía sus brazos. “Claro que sí, mi hija. Claro que sí”, le dije y la abracé como en aquella oportunidad en la que era una niña tan frágil. No dejaba de ser lo mismo ahora. Para los padres los hijos nunca cambian. Selena podía ser muy famosa pero no dejaba de ser mi hija … La sentí fría como aquella vez, y me quedé con esa sensación, pero olvidé lo más importante, lo fundamental: sus sueños, sus pesadillas. Creí que sólo eran los miedos lógicos de una artista a punto de su consagración mundial … Nunca creí que era un presagio, un mensaje desesperado del destino que quería avisarnos de lo que se nos vendría pronto…

Ese día me levanté sobresaltada. Había soñado algo terrible. Veía a mi hija llamándome desesperadamente. Me decía que me acordara de lo prometido, que no la dejara allí sola en una habitación a oscuras, que tenía miedo, que no sabía qué hacer. Me pedía que la fuera a abrazar, a que le diera calor. Que sentía frío, mucho frío, que sentía que se le perdían las fuerzas, que se estaba por desmayar. Ni lo pensé, ni siquiera esperé a tomar debida conciencia de dónde estaba y qué significaba aquel sueño. Corrí desesperada a buscar a mi esposo. Ya se había ido a q-productions. Llamé a A.B. Ya se había ido. Llamé al estudio de grabación para confirmar si estaban ellos allí. Me dijeron que sí, pero cuando pregunté por Selena me confirmaron que no había aparecido. Llamé a Chris ... Lo había levantado con mi llamado. Le dije desesperadamente si Selena estaba allí. En un principio me alivié cuando creyó que estaba allí, pero cuando lo fue a confirmar me dije muy preocupado que intuía que fue a ver a esa mujer en el motel, como en el día anterior. Empecé a llamar a familiares, a personas conocidas ... Y nada ... De pronto me llamó Abraham y me dijo del atentado, del disparo, de que mi hija estaba grave, muy grave. El “muy grave” me daba una idea real de la situación. Corrí, corrí y corrí al hospital esperando que no me dijeran lo que sabía que escucharía de cualquier modo. Yo tenía la esperanza de que mis ruegos desesperados, casi a los gritos, los escuchara. No podía vivir en paz imaginándome que estaba invocando mi presencia y yo no estaba … Cuando llegué, me esperaban mi esposo y mi hijo A.B. Abraham me abrazó bien fuerte sólo para contenerme: “Nuestra hija se fue para encontrarse con el Señor”, me dijo. Yo rompí en llanto. Él también. Sólo hubo un momento de calma para escuchar cómo había pasado, quién lo hizo, por qué. Cuando iba escuchando lo sucedido de parte de un amigo de mi esposo, policía él, no podía sacar de mi mente la imagen de mi hija corriendo desesperada invocando mi nombre, esperando que yo la rescatara del horror, que yo la sacara del miedo que siempre tuvo … Ni en mi imaginación, que podía ser lo más cercana a la real, podía concebir a mi hija sufriendo, llorando, teniendo la certeza de que sus fuerzas y sus esperanzas se le iban insólitamente como agua entre los dedos. No podía retener una imagen de Selena que no fuera de una amplia sonrisa, de optimismo, de ganas de vivir, de hacer, de crear. No podía entender esa imagen. No podía concebir la realidad. Por eso entendí ese rostro que le terminó dibujando esa pérfida. Por eso digo y reafirmo que esa que estaba allí frente a mí “descansando en paz” no era mi hija. Sólo atiné a la decisión de arroparla con aquel hermoso vestido que usara apenas unos meses atrás en los Tejano Music Awards. Quise que descansara con ese vestido no tanto por lo lindo que era en sí, sino por lo que representaba. ¡¡Ese día Selena estaba tan linda, lucía tan tierna, tan feliz, tan plena, tan llena de vida … Quise que se fuera así. Era la mejor forma. Ya que no pude estar abrigándola en el momento en el que más me necesitaba, al menos trataría de que se nos fuera con una imagen que se asociara a la que ella siempre quiso transmitir. Era lo último y poco que podía hacer en ese momento. Espero que ella me haya entendido y al menos cada tanto esboce una sonrisa. Eso al menos aliviaría el eterno tormento, ese dolor que no se me irá jamás, aunque cada tanto lo disimule, cada tanto sonría, cada tanto haga algo para que la familia siga funcionando, para seguir siendo la mujer que quiso lo mejor para todos, pero, por sobre todo, quiso que Selena siempre estuviera feliz…

Cada tanto me levanto por las mañanas con la ingenua esperanza de que todos estos años hayan sido parte de una pesadilla, de su pesadilla, de mi pesadilla. Cada tanto me levanto con la esperanza de que Selena me traiga el desayuno y me diga que se va a ir grabar a q-productions para terminar de una vez por todas el añorado disco en inglés. Cada tanto me levanto deseando ver a mi hija para que me diga que pronto seré abuela. Cada tanto me levanto rebelándome al destino, no aceptando jamás que alguien tan divino como Selena se me ha ido. Cada tanto me levanto … Ésa es mi única fuerza. Ésa es mi única esperanza. Alguna vez me encontraré con mi hija, le pediré que me perdone por no haber podido ayudarla cuando más me necesitaba y para prometerle que esta vez, y para siempre, nunca, nunca más la dejaré sola…

(Si hay algo que nadie puede aceptar es que Selena no esté entre nosotros. Si hay algo que siempre quiero expresar es que no sólo Selena vive en mi corazón sino que la sigo esperando para poder contenerla, para que no sienta más miedo, para ayudarla a que sea feliz, para poder decirle y asegurarle que nunca estará sola…)

Selena: tú eres mi vida, mi corazón, mi Alma … Simplemente eso…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)