Quisiera encontrarte del otro lado, Selena…


Un día más sin Selena … Me levanté ese día y como tantas otras veces prendí la radio, encendí la televisión y prendí la computadora esperando vanamente que el milagro sucediera, que viera a Selena en algún lugar riendo, cantando, mostrando sus diseños, triunfando ... Sé que no es lógico, sé que no es racional, sé que no tiene sentido buscar algo que ya no podré encontrar jamás. ¿Pero de qué me sirve la lógica cuando hablamos de sentimientos? ¿De qué me sirve entender cuando no puedo siquiera comprender lo que ha sucedido hace ya 16 años? ¿De qué me sirve ser contemplativo cuando veo lo que se le ha hecho a Selena? ¿De qué me sirve mantenerme inalterable cuando veo el éxito de tantas artistas hoy en día y no la veo a Selena? ¿Cómo no llorar por su suerte? ¿Cómo no desear cada día que cambie el destino, que cambie todo, que se le dé una nueva oportunidad a Selena? Sé que acaba de salir un libro de Stephen King en el que se habla de una persona que viaja en el tiempo para impedir el asesinato de John Kennedy. En cuanto me enteré no pude evitar pensar en Selena y en que yo quisiera hacer lo mismo ... Tener esa oportunidad ... Lo desee siempre. Lo quise desde que supe lo que le pasó a Selena. Siempre pensaba en que si alguna vez alguien viniera a darme la oportunidad de volver el tiempo atrás con la condición de que sólo podía modificar un episodio sea de mi propia vida o de otros, yo siempre elegiría cambiar el destino de Selena el 31 de marzo de 1995 … No es que yo no deseara cambiar algo de mi vida, pero nada es más importante que salvar a Selena. Mal que mal yo viví bastante, y tuve tiempo y vida para cambiar el rumbo de mis cosas. Y aún las puedo modificar … En cambio, Selena no pudo … Tuvo poco, muy poco tiempo … Eso es lo que me atormenta todos los días, lo que no me deja ser feliz enteramente en mi vida. Yo no puedo estar como si nada en este mundo a sabiendas de que hubo alguien tan hermoso como Selena y la humanidad no le dio la oportunidad que sí se la dio a los otros … Es injusto … Es muy injusto … Cuando uno ve en lo cotidiano las cosas que hay que padecer de tan mala gente, recuerdo lo que le han hecho a Selena y no lo puedo asimilar ... Es muy difícil la vida ... Y muy dura, implacable. Parece que los buenos, talentosos y honestos no tienen su lugar merecido en este mundo hostil que celebra toda clase de actitudes rayanas a lo absurdo ... La falsedad, la hipocresía, el mirar para el otro lado cuando no queremos ver el mal que está en nuestra cara ha dado lugar a personajes siniestros que con tal de figurar en los medios son capaces de hacer cualquier cosa, incluso para denigrar y degradar la condición humana … Es increíble ver que aún se le permite hablar a la mujer que le quitó todos los sueños a nuestra Selena, y que la difama de una manera inconcebible con toda clase de mentiras y de fabulaciones … ¡¡Qué fácil es mentir, qué fácil es calumniar, qué fácil es odiar!! … Amar, ser bueno, talentoso, honesto parecen ser valores inalcanzables y no valorables para nadie en este mundo. Todo esto sería diferente con Selena, muy diferente … Otra sería la música, otros conciertos se verían. Muchas famosas no lo serían tanto y sin duda la N° 1 sería Selena. Pero por sobre todas las cosas, otro mundo sería posible con Selena. Todo está al revés. Como una crónica anunciada, asistimos a la invitación a disfrutar de nuestra decadencia y a esperar casi sin fuerzas nuestro propio final. Al final, el pobre Discépolo tenía razón con su tango “Cambalache”. Hizo esa letra con dolor, impotencia y bronca, mucha bronca. Y así se fue de este mundo, solo y olvidado en la mayor de las tristezas, con la peor de las sensaciones que puede sentir alguien en la vida: levantarse y no tener ninguna ilusión, ninguna esperanza. Cada día me parecía más a Discépolo, pero no por su talento sino por su tristeza … Cada día esperaba más que sólo viniera el fin … Pero sólo una cosa me mantenía vivo, me mantenía fuerte … Selena … Sólo Selena. Es increíble … Selena no está y es ella la que me da vida. Es ella la que sufrió y sin embargo me transmite paz, alegría, esperanza. En estos últimos tiempos viví como nunca la falsedad, la mentira, la calumnia, el odio. Y si pude soportar todo esto es porque hubo alguien en la vida de este mundo que se llamó Selena que dio y generó tanto Amor a lo largo de todo el mundo, a través de todo este tiempo … Sin Selena yo hubiese tomado el mismo camino de Discépolo. Con Selena era una persona con una sonrisa y una esperanza, la esperanza…

Salí a la calle en la noche. Había tenido un día fatal. Esta vez no pude olvidarme de todo y hacer como si nada me hubiera pasado. Esta vez no me servía de consuelo tener una foto de Selena como fondo de pantalla. No me servía tener pegada en la pared una hermosísima imagen de Selena ilustrando una conmovedora y cierta nota que le hiciera Chito de la Torre, aquel periodista de México que la siguiera desde muy pequeña … De nada servía. Sentía que no podía más, que no podía estar un minuto más sin sentir que Selena estuviera en algún lugar. No importaba si no la podía ver, si no la podía disfrutar, si nunca iba a poder abrazarla y agradecerle por lo que hizo de mi vida. Eso no importaba. Importaba ella, sólo ella. Y viendo cómo el mundo se caía a pedazos, no ver que esté Selena para poder remediarlo con su Amor era el mayor de los actos injustos. Que ver a este mundo sin remedio era la confirmación de las consecuencias de aquel acto nefasto de esa psicópata. Varias veces pensé: “Este mundo se dio el lujo de prescindir de Selena y dejar a esa mala mujer. Nadie parece tener consciencia de que además de Selena todos salimos perjudicados por semejante elección. A nosotros también nos dieron por la espalda…”. Había caminado apenas unas cuadras. El calor era francamente insoportable en Buenos Aires, que en verano parece ser el refugio del mismísimo demonio. Arrastraba las piernas. No tenía fuerzas. Me sentía como si tuviera 80 años y por allí era ésa la edad que tenía y no me había dado cuenta. O tal vez Dios ya no sólo no me escuchaba en mis deseos de volver el tiempo atrás, sino que me lo aceleraba para que ya no sufriera más, para confirmarme que ni Él podía remediar lo ya hecho. Giré en una de las calles hasta que algo me paralizó. Era una afiche, un afiche enorme. No podía creer lo que estaba viendo. Veía a una artista muy parecida a Selena sosteniendo con sus manos y una amplia sonrisa el Premio Grammy. Iba a seguir de largo: “No. No tiene sentido. Seguro que la desilusión será aún mayor. Cuando quiera ver si es ella seguro que es Selena Gómez muy parecida a Selena recibiendo algún Latin Grammy…”. Ni quise mirar el nombre pues podía pasar de la ilusión a la mayor de las desilusiones en sólo unos segundos hasta que, por detrás de mí, escuché alguien que dijo: “¡¡Qué linda era Selena!! ¡¡Qué feliz se la veía en aquel Grammy de 1994!! Y ni quiero pensar si lo hubiese logrado en 1995 ... Tal vez la historia hubiese sido diferente, muy diferente…”. Me di vuelta y vi a alguien correr rápidamente hasta la esquina y doblar. Apenas si vi su espalda cuando doblaba y un viento muy fuerte que me golpeó la cara. Cuando pude reaccionar fui hacia el afiche para corroborar lo que yo pensé haber visto y escuchado. ¡¡Era Selena!! ¡¡No lo podía creer!! Era una de sus clásicas fotos de aquel Grammy 1994. Y es cierto … ¡¡Se le veía tan feliz!! Y no era para menos … En esos tiempos no habían Grammys latinos. Apenas si se les daba un solo premio a los latinos. ¡¡Y Selena lo había logrado a los 22 años ganándole a todos los de su raza!! ... Tenía un gran futuro ... Ya era una realidad y nadie la iba a detener. Me pregunté sin entender cómo vino a parar un afiche de este tipo en el año 2011 en Buenos Aires. Iba a proceder a leer lo que se decía en ese afiche y tomarlo sin que nadie me viera para llevármelo a mi casa hasta que escuché de nuevo esa voz: “¿Has escuchado lo que te he dicho? ¿No crees que todo hubiese cambiado si Selena hubiese logrado ganar de nuevo el Grammy en 1995?”. Cuando volteé mi cara, casi me muero de un síncope. Vi a un hombre barbudo, de pelo largo y negro, enfundado en una enorme capa y sombrero negro que me mostraba su amplia sonrisa casi encima, y me volvió a decir: “¿Acaso no lo crees? ¿No lo quieres comprobar tú mismo?”.

No sé cuánto tiempo estuve inconsciente. Vi que el señor barbudo trataba de tranquilizarme y me pedía que lo escuchara y confiara en él. En cuanto pude recuperar mi lucidez le pedí: “Más te vale que me des una razón para justificar que casi me mates del susto. ¿Qué quieres de mí? ¿Tú eres el responsable de este afiche? ¿Por qué me hablas del Grammy que no logró Selena en 1995? Y antes que nada, ¿cómo te llamas?”. El señor se sonrió y me dijo: “Me llamo Pedro. Un gusto enorme conocerte. No me pidas que te diga cómo llegué aquí. Sé que quieres mucho a Selena y sé qué harías lo que sea por volver el tiempo atrás y salvarla. ¿Pero sabes? Eso no parece tan improbable. Se puede lograr, pero habría que buscar los tiempos justos, si es que realmente se quieren buscar que las cosas cambien de verdad. Es como buscar las coordenadas justas. Si las encuentras, todo es posible. Es como estar buscando el camino correcto que te lleve a tu casa, posees miles y sólo tienes una oportunidad de tomarlo. Es cuestión de estudiar bien la situación y se puede lograr, ¡¡créeme que al final se logra!!”, me dijo el señor todo entusiasmado. “Aun no alcanzo a comprender. ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué me hablas de probabilidades y de improbabilidades de viajar en el tiempo y de salvar a Selena? ¿Acaso se puede hacer? ¿Lo puedo hacer yo?...”, alcancé a decirle todo contrariado. “¿Sabes? Las cosas en este universo son más fáciles de lo que tú crees. Parecen más difíciles porque se desconocen, pero si todo se conociera … Las cosas no son como las dijo Ray Bradbury … No es que si tú viajas en el tiempo y alteras algo, al volver a tu tiempo todo termina siendo muy diferente. Eso es una falsa posibilidad. Si se elige un mal camino, un mal momento, en el peor de los casos no alterarás nada en lo sustancial. Como mucho, tal vez postergues por unos días lo que inexorablemente pasará. Pero si eliges las coordenadas justas, tal vez, tal vez lo logres. Si tú pudieras viajar en el tiempo para salvar a Selena, ¿qué momento elegirías?”, me preguntó Pedro y se me quedó mirando como sabiendo que no daría con la respuesta acertada … “Y … No sé. Supongo que iría el mismo 31 de marzo. Trataría de detener a Selena, sea en su casa, sea en el Days Inn … Tal vez advertiría a su familia … No sé, no sé, no sé exactamente qué haría, pero lo haría ese día…”, le dije totalmente perturbado y confundido por la situación ... “Ya sería tarde, muchacho. Ya sería tarde. Por cierto, ¡¡qué calor que hace en esta ciudad!! Ya sé que es verano, pero supuse que hacía más frío … Tal vez eso te impida reflexionar un poco más…”, me dijo Pedro sacándose la capa y el sombrero mientras se arremangaba la camisa … Y prosiguió: “Para esa época ya no habría margen para que las cosas cambien. Esa mujer ya estaba decidida a hacerle daño a Selena. Y Selena estaba muy perturbada estando en el medio de una disputa que no le pertenecía, y muy deprimida al advertir tanta mentira, falsedad y engaño … No, muchacho. Para ese entonces las cartas estaban echadas. Interviniendo ese día, como mucho hubieses estirado la situación por unos días más, pero el hecho sucedería de todos modos. Tal vez sería en otra ciudad, en otro hotel, pero sucedería. ¿Acaso no recuerdas que pudo suceder a mediados de marzo pero una tregua de la asesina con el padre de Selena le hizo devolver a aquélla el arma a la tienda en la que la había comprado? ¿Acaso no recuerdas que pudo ser el 30 de marzo de no estar Chris del otro lado de la puerta de la habitación del hotel en el que estaban Selena y esa mujer? Ese día lo impidió Chris, pero ¿acaso lo pudo impedir al otro día? ¿Entiendes a qué me refiero?”, me miró Pedro con una mirada inquisidora esperando mi obvia reflexión … “¿Por eso me has hablado de los Premios Grammy de 1995? ¿Y por qué eso cambiaría las cosas con Selena?”, le dije intrigado. “Muy simple. Yo no te tengo que explicar el momento que vivía Selena en lo profesional. Cuando ganó el Grammy en 1994 se le abrieron las puertas a un mundo de productores, medios de comunicación y artistas de todo tipo que querían saber de qué la iba Selena. Y cuando vieron lo que era como artista, lo popular y joven que era, y que estaba pasando por su mejor momento, no dudaron en proponerle innumerables proyectos de hacer nuevos discos, de actuar en telenovelas y de participar en películas, de cantar con otros artistas. ¡¡A Selena se le abrían las puertas de los Estados Unidos de par en par!! Y encima sacó un disco exitosísimo que la llevó a la mayor de las popularidades en México, Centroamérica y en la comunidad latina en los Estados Unidos. Pero todavía Selena estaba atada al viejo esquema. Seguía viajando en el bus, seguía manejándose profesionalmente como si fuera una artista de menos convocatoria y trascendencia en el mundo. Nadie de los Quintanilla tenía la real dimensión de lo que ya había logrado Selena en el planeta. Su padre veía el éxito más visible de Selena en Estados Unidos y México. Pero no se daba cuenta de que Selena abarcaba muchas más áreas que la música. Debía abrir el espectro, debía hablar con otra gente, debía ampliar el horizonte. Había que abandonar viejos esquemas. Había que sacarse de encima a esa mujer que le impedía a Selena ver quiénes realmente la querían, quiénes realmente confiaban en ella”, me explicó larga y pacientemente Pedro, y prosiguió: “A Selena la agarró confundida esta situación. Ella debía abandonar las viejas prácticas para ejercer las nuevas que le permitieran manejar la nueva situación. Seguramente temía por los cambios pero estaba dispuesta a hacerlos, pero tropezó con muchos obstáculos. Y esa pérfida temía que el éxito mundial de Selena le haría perder su influencia sobre ella. Luego las peleas con su padre aceleraron los tiempos. Antes de que ello sucediera, si Selena ganaba ese Grammy la realidad que traería ese premio la haría actualizar sin remedio. Antes de que todos terminaran de festejar, a Selena le llegarían millones de proyectos que la tendrían muy ocupada y bien resguardada por gente que la alejaría del peligro del pasado … y del presente”. “¿Y entonces qué sugieres? ¿Que alguien como yo le haga ganar el Grammy?”, le pregunté mirándolo con aire desconfiado y haciéndole un gesto de incredulidad tratando de ser específico en aclararle que estaba loco. “Digamos que sí. Digamos que ésas serían las coordenadas y los instrumentos justos para que Selena aproveche su única opción de salida, de salvataje”, me dijo Pedro con una asombrosa seguridad. “¿Pero por qué yo? ¿Qué se supone que yo puedo lograr que no lo puede hacer otro?”, le volví a preguntar ya con cierto fastidio. “Tú eres la persona indicada, pues a ti ya no te importa que este mundo funcione sin Selena. Yo sé que canjearías tu propia vida por la de Selena para que ella la pueda vivir. Yo sé que en el medio de la situación sabrías lo que tendrías que hacer aun cuando no tengas ni idea de cómo hacerlo a prori…”, trató de convencerme Pedro. “Ven, acompáñame. Caminemos un poco, ahora que se levantó un poquito de viento…”, me terminó pidiendo ese señor tan extraño en una más que extraña ciudad. Caminamos un buen rato. Hablamos de Selena, hablamos de lo que para mí significaba, de lo feliz que sería si ella estuviera entre nosotros. Pasaron horas en las que yo le contaba a Pedro algo que sin duda él ya sabía, pero que él pacientemente escuchaba pues él entendía lo importante que era para mí exteriorizar mis sentimientos por Selena … De pronto me encontré con que estábamos en una estación de tren en el medio de un pueblo en pleno campo, muy lejos de la gran ciudad. No tenía ni idea de cómo habíamos llegado hasta allí. “¡¡Parece que caminamos mucho!!”, me dijo entre risas Pedro y me pidió que le indicara si había una recepción para preguntar cómo podíamos volver a Buenos Aires, si había que esperar mucho el próximo tren. Cuando di con la recepción y le iba a indicar a Pedro que no había nadie allí como en toda la estación, Pedro me miró y me dijo: “¿Sabes por qué eres el elegido? Porque eres el único que sabría actuar a la altura de las circunstancias aun en los peores momentos y con toda la presión … y por el Amor que le tienes a Selena”. Luego se sonrió y me dio un leve empujón con su mano lo suficientemente fuerte como para derribar la puerta y entrar del otro lado de la Recepción … “¡¡Pero por fin has llegado!! ¡¡Llamé a tu casa y no me has contestado!! ¿Qué te ha sucedido? Bueno, luego me lo explicas. ¿Estás listo para empezar en tu nuevo puesto de trabajo?, me dijo alguien a mis espaldas. Cuando volteé mi cabeza y miré, creí que me desmayaba. Era José Behar, que me estrechaba su mano. “¡¡Bienvenido a Emi Latin!! ¡¡Sé que nos serás de mucha ayuda!!”. Yo se la estreché con una media sonrisa y mirando para todos lados. Tenía que ganar tiempo. Tenía que saber por qué estaba allí y para qué…

“Mira. Sé que hace poco que estás aquí, pero el hecho de que eres argentino me dará una buena pauta de cómo piensan allí y ven a los artistas de Latinoamérica. Hace poco que venimos trabajando para que nuestra compañía promueva a los artistas latinos. Empezamos por México y Estados Unidos. Pero viendo que el éxito de muchos es muy grande y el mercado es mucho mayor de lo que imaginábamos, estábamos con la idea de empezar a promover a muchos de estos artistas por Sudamérica. Pensamos que empezar por Buenos Aires es lo ideal, pues un éxito allí repercute en todo Sudamérica, como un éxito en México lo promueve en Centroamérica. Me gustaría que vieras cuáles son nuestros artistas predilectos, estúdialos y dinos qué te parece que son los más indicados para iniciar este intento de expansión del mercado. No quiero influirte. Yo tengo mis gustos. Quiero primero que me des tu opinión y luego conversamos. ¿Puedes empezar ya mismo?”, me preguntó ansiosamente José Behar. Yo estaba totalmente desconcertado. ¿Quién se supone que era para él para que yo le fuera de ayuda? ¿Por qué estaba allí? ¿Yo pedí trabajo y me lo dieron? ¿Me recomendó alguien? Apenas si entendía de la importancia que para ellos me daba mi condición de argentino, ¿pero por qué yo? ¿Quién se supone que era? Hasta llegué a dudar de si estaba o no Selena con nosotros. No sabía si había viajado en espacio y tiempo o sólo en espacio. Tenía que tantear para saber qué piso estaba apoyando mis pies. Tuve bien tino en no haber dado ningún dato. Sólo los podía dar hasta tener algo seguro … “Confíe en mí, señor Behar. Haré todo lo que pueda. Supongo que nuestro amigo en común tiene la suficiente confianza como para saber que puedo aportar mi humilde sabiduría, que no es tanta, pero…”. “¡¡Pero no seas tan humilde, Eduardo!! Efectivamente nuestro amigo Mario, presidente de la Emi México, me dio las mejores referencias de ti. Eres un excelente productor y cazador de talentos que ha dado sus frutos desde que te instalaste en México DF. ¡¡Sé que ésta es una excelente oportunidad para ti y para nosotros nos serás de inestimable ayuda!!”, me dijo José palmeándome la espalda e invitándome a mi nueva oficina. Yo tragué saliva y rogué que todo saliera bien. Era evidente que me estaban confundiendo con otra persona, o creían que yo era Eduardo, o en estas nuevas coordenadas del tiempo yo tenía ese nombre. Yo sólo lo seguí y esperaba que me diera esos archivos cuanto antes. Quería ubicarme cuanto antes en mi nueva condición. Me sentía como en una mudanza y quería ya saber dónde estaba todo para desarrollar mi vida normalmente. Quería estar en mi escritorio cuanto antes para saber qué fecha era. Quería estar con esos papeles cuanto antes para saber si entre las estrellas que me quería mostrar José Behar estaba Selena…

En cuanto José Behar me dejó solo vi el calendario de mi escritorio y note que era 7 de agosto de 1994. Miré para afuera y traté de buscar una referencia acerca de en qué ciudad estaba. Y al poco tiempo lo supe: ¡Los Ángeles! Me ponía contento en saber que Selena estaba con nosotros pero me inquietaba saber que yo estaba bajo otro nombre y condición. Además, José Behar quería que yo le indicara cuáles artistas podrían pegar fuerte en Sudamérica, y yo sólo pensaba en Selena y en conseguir que volviera a ganar el Grammy en 1995. Pero como hago siempre en todos los aspectos de mi vida, sabiendo el espacio y tiempo de estas “nuevas coordenadas”, fui a asegurarme lo más importante ... Si estaba Selena en esos papeles y cuáles eran los planes de Emi Latin. Tomé la carpeta y empecé a buscar sus archivos. Al principio me agarró una gran desesperación pues pasaba rápidamente los documentos de cada artista y no encontraba los de Selena. Miraba para atrás y para adelante, y no los hallaba. Por un instante pensé que no la tenían en sus planes, pero deseché de la idea pues eso no podía ser. Pensé en lo contrario: justamente porque ya Selena era una artista consagrada y con gran proyección por su propia fama bien ganada, ya tenía la compañía sus propios planes y no necesitaban ningún consejo de nadie. Me empecé a desesperar pues si era así ya no tenía sentido estar allí, pues mi único interés era Selena. Y si no estaba ella, ¿para qué seguir? Y si me quería ir, ¿cómo lo haría? Estaba por llamar a José Behar y preguntarle sin vueltas si no faltaba Selena, a quien había escuchado hablar loas de todos lados, y esperar la respuesta. Pero providencialmente miré para abajo y vi unos papeles en el piso con la foto de Selena. Como si fuera un aviso del destino justo se me había caído el expediente de Selena en mi desesperación por buscarlo y no lo había notado. Lo tomé cuidadosamente y lo cuidé como todas las cosas que conservo de Selena: con cuidado, con ternura, con cariño. Sólo que ahora estaba en un lugar y en un tiempo en el que a Selena no se la añoraba pues Selena estaba allí, ¡¡al alcance de la mano!! Estudié cuidadosamente su expediente y confirmé que la Familia Quintanilla quería cuanto antes sacar un disco en inglés, que Emi le había firmado un contrato con ese fin en 1993 pero venía postergándolo pues el estruendoso éxito de Selena en español les hacía pensar que lo mejor era explotar al máximo esa veta, ese camino en el que Selena era ya la Reina indiscutida. Es más: en esos mismos archivos Emi buscaba que Selena sacara en 1995 un disco con sus mejores éxitos, y con él salir de gira por Centro y Sudamérica. Pensaron en sacar un disco en vivo, dado el arrasador éxito en México, sobre todo en Monterrey, pero Selena en 1993 había sacado el disco “Live”, que le hizo ganar el Grammy al otro año. Por eso Emi pensó que con un disco que incluyera sus más grandes éxitos la posicionaría en el resto de América latina y su presencia allí haría el resto. Los Quintanilla no ponían objeciones a ello, pero querían darle prioridad al disco en inglés y salir de gira por Estados Unidos en cuanto saliera. Estaban en plena disputa por esa decisión. Había que decidir cuál sería el plan luego del exitazo de “Amor prohibido” y en Emi Latin estaban preocupados pues Selena anunciaba públicamente las dos cosas y ambas no se podían hacer al mismo tiempo. A alguna había que darle prioridad. Yo tenía mi idea al respecto, pero lo que debía decidir estaba en función de mi objetivo, de que Selena ganara el Grammy de nuevo al otro año. Si fuera por mí, yo entendía las dos partes, pero consideraba que el arrasador éxito de Selena con “Amor prohibido” había que aprovecharlo para que Selena conquistara lo que le quedaba del mundo latino. Que tal vez el disco en inglés debía surgir luego de las giras, para cuando Selena fuera indiscutible para todo el mundo y que para nadie objetara de allí en más ninguna decisión … Pero dadas estas circunstancias, yo no podría salvar a Selena de ese modo. Se me había ocurrido algo, muy arriesgado, muy audaz, pero que para mí era la única forma de lograr el objetivo. Yo ya sabía el resultado del Grammy. Por ende sabía que el camino por “Amor prohibido” no le daría un nuevo galardón a Selena, aunque eso fuera increíblemente insólito e injusto. Había que adelantarse a los tiempos, a esos tiempos. Tal vez Selena debía competir con más de un material. Tal vez Selena debía competir por más de un premio … y ganarlo…

Estuve un día largo haciendo como que estaba estudiando todos los expedientes, cuando ya tenía todo decidido. Luego de ese día pedí a la secretaria de José Behar hablar con él. Al poquito tiempo él me llamó a su despacho. En cuanto llegué, él me saludó efusivamente, se sorprendió por la premura de mi parte para ya hablarle del tema que nos ocupaba luego de un solo día de “estudio” y enseguida me pidió una sugerencia. “Mire, señor Behar. No vi todos los expedientes. Bueno, en realidad, sí, pero sólo me detuve en algunos y más especialmente en el de Selena. Creo que su caso requiere que se tome una decisión concreta cuanto antes. Me gustaría que me escuche con atención antes de que pueda parecerle algo osado o presuroso…”, le dije cuidadosamente. “¿Quieres hablarme de Selena? ¡¡Pero con todo gusto!! Ella es mi artista preferida. La descubrí de casualidad enn un concierto y la contraté allí mismo en San Antonio. Ella es única, fantástica, con un gran talento y un carisma increíble. Ella será la artista mundial N° 1 sin duda. ¿Acaso crees que ya está lista para enviarla a Sudamérica? Nosotros pensábamos darle mayor promoción, sobre todo en países como el tuyo, en el que hay otras influencias y gustos…”, me alcanzó a decir y yo en cuanto pude lo interrumpí: “Mire, señor Behar. Yo pienso como usted. Selena es increíble. Yo la conocí en México y no vi a nadie igual. Ella sin duda tiene un futuro enorme, pero creo que debemos hacerles caso a los Quintanilla. Deberíamos priorizar el disco en inglés. Y no sólo eso. ¡¡Deberíamos sacarlo cuanto antes!! No debería pasar de este año. Sé que se lo viene postergando y piensan que por allí es mejor que salga en marzo del año que viene o incluso a mediados de ese año. A mí me parece que no. Nos estamos perdiendo de un dato no menor. Dígame, señor Behar: cuando Selena ganó el Grammy, ¿eso no cambió la visión de la gente ligada al mundo del espectáculo aquí en Estados Unidos sobre ella o todo siguió igual que antes del premio?”, le pregunté en forma bien segura. José Behar quedó descolocado. Sin duda no esperaba esta reflexión, aunque estaba seguro de que compartía este punto de vista que le daba. En su rostro percibía que él temía que esto aceleraría el conflicto entre Emi y él, y por extensión entre Emi y los Quintanilla … “Mira, Eduardo. No sé si es buena idea acelerar los tiempos. No es que no lo comparta, pero tú sabes el momento de Selena, sobre todo en México. De todos modos, sí te puedo confirmar que el Grammy le dio un impulso muy fuerte a la carrera de Selena. Me llama la atención de que lo hayas notado, pues todos siguen el éxito de su disco ‘Amor prohibido’ y la acompaña de sus éxitos anteriores. No le prestaron mucha atención a los premios, pues su Amor por Selena viene de antes. Para ellos no ha cambiado nada la situación antes y después del Grammy, antes y después de ‘Premios Lo Nuestro’. La gente ya sabía de Selena antes de todo esto. Nosotros, los productores y los medios de comunicación la descubrimos a Selena con estos galardones. El público ya la conoce de mucho antes. Así la conocí a Selena, por el delirio de la gente al verla actuar en un escenario, no recibiendo un premio…”, me sentenció. “Antes que nada, señor Behar. ¿Me podría llamar por el segundo nombre que me es más familiar? Por lo menos en mi país me suelen llamar así. Si puede, llámame Sergio. Por lo demás … yo lo entiendo perfectamente. Hasta coincido con usted. Pero también me pidió mi punto de vista como argentino … Yo le puedo asegurar que un éxito fuerte de un disco en inglés y la notoriedad de ganar un nuevo Grammy la atraerán sin duda a mi país. Sé cuál es el tipo de material que cantaría Selena en ese disco. En mi país no pasará inadvertida: estoy seguro de que sonará en la radio, se verá en televisión y comenzarán a surgir sus fans. Pero por otro lado, sé que el éxito de un disco así pondrá a Selena en un plano de atención que constituirá un envión enorme a su carrera que no parará nadie. Si ya ahora le llueven productores con miles de ofrecimientos, ¡¡con un disco en inglés y un nuevo Grammy los ofrecimientos serán millonarios!! Si todo sale bien, Selena romperá las barreras que le quedan para su éxito en el mundo de un modo mucho más sencillo que cuando conquistó México casi sin saber el español. Créame, si nos movemos rápido y bien, verá los frutos en pocos meses. ¡¡Y en un año será la nueva Reina de la música!!”. José Behar me miró asombrado. No le salían las palabras. Pensaba que era una buena idea pero tenía que convencerlo cuanto antes al presidente de Emi Central y eso no iba a ser fácil … “Está bien, Edu…, perdón, Sergio. Está bien. Pero me tendrás que acompañar para convencer a mis jefes de Emi. Es más, tendrás que hablarles tú. Trata de decirles con el mismo convencimiento con que me lo dices a mí. Además, tendré que decírselo al padre de Selena. Tal vez él pueda presionar a su manera…”, me dijo José Behar …. “¡¡No, no!! ¡¡No lo haga aún!! ¡¡No!! ¡¡Será peor!! Los ilusionaremos antes de tiempo y eso será una presión para Selena. Me preocupa ella más que nada. Si vamos a decirle algo es con la decisión tomada y firmada. Quiero que Selena mantenga la alegría de su éxito y la esperanza de su porvenir. Si le vamos a decir algo que no tenemos solucionado, la ansiedad y la incertidumbre le jugarán en contra cuando vaya a un concierto … ¡¡Y no quiero que le salga nada mal!! Así que por ahora dejémosla tranquila. Ya si todo sale bien le agregaremos una presión extra”, le supliqué. “Sí, tienes razón, Sergio. Mejor reunámonos en secreto con mis jefes y luego se lo comunicamos … ¿Sabes, Sergio? Veo que Selena te ha impactado a ti como a todos nosotros. ¡¡Hablas como si la conocieras de toda la vida!! Eso es bueno. ¡¡Y eso demuestra que ella ya llegó más lejos de lo que imaginamos!!”, me dijo entusiasmado José. “Justamente eso es lo que tenemos que tener en cuenta, José. Selena ha llegado más lejos de lo imaginado. Selena es más conocida de lo que nosotros creemos. Eso es lo que tenemos que decirle a la gente de Emi. Con Selena es sólo cuestión de dejarla volar y todos quedarán encantados con ella”, le sentencié…

José Behar hizo los trámites pertinentes para concertar una reunión de urgencia con las autoridades de Emi. “Ya tengo todo listo para mañana. Tuvimos mucha suerte de que el jefe máximo estuviera de paseo por Los Ángeles para poder contactarlo. Así que tendremos que darle más de un buen motivo para justificar la interrupción de sus minivacaciones”, me dijo José Behar muy preocupado. “No te preocupes, José. Déjamelo en mis manos. Eso sí. No me interrumpas y ni reacciones por lo que voy a decir. Sólo interviene si al cabo de mi alocución notas que salió todo mal”, le advertí. José Behar aceptó algo contrariado mi pedido, pues no entendía por qué le pedía que no se inmutara por lo que fuera a decir. Cuando al otro día nos reunimos, fui muy amable en mis saludos y agradecimientos, pero enseguida fui al grano: “Sé que ustedes tienes un contrato con Selena firmado el año pasado para hacer el disco en inglés. Me pregunto por qué está demorado el asunto, por qué no hay una autorización para ser grabado”, le recriminé. “Bueno, tal vez eso podría contestárselo José Behar sin recurrir a mí. Lo que pasa es que…”. No lo dejé terminar. Enseguida lo interrumpí: “¡¡No, no!! Ya sé las razones que tienen y ya me las explicó José Behar. Y créame que son muy razonables. Posiblemente en su lugar yo haría lo mismo. Pero yo estoy en este lugar y noto dos cosas: que estamos ante una familia que está pidiendo y anunciando desde hace 4 años que van a hacer un disco en inglés y ustedes se lo prometieron de palabra y hasta con la firma. Además, estamos ante una artista talentosísima. ¿Usted la ha visto en concierto? Si no la vio, se lo recomiendo. Selena está destinada a ser la cantante latina más importante de todos los tiempos. ¿Qué vamos a esperar? Mire, yo le propongo una cosa a mi cuenta y riesgo. Le pido que autorice a hacer el disco cuanto antes, ¡¡este mismo año!! Aprovechemos que está en un momento fantástico y que todo lo que haga será celebrado por su público, y atendido por los grandes medios y productores … ¿Usted sabe que ganó un Grammy, no? Pues bien, yo quiero que haga doblete, que lo vuelva a ganar el año que viene. Eso sería ganancia para todos. Yo apuesto a que el disco será un éxito que la posicionará en el mercado anglosajón y la hará estar en el candelero mundial. ¿Quiere apostar a lo contrario? ¡¡Hágalo!! Nosotros nos comprometemos a hacernos cargo de la pérdida si Selena fracasa, y ella ya no lo molestará más. En cambio, si gana, todos saldremos ganando, y usted se llevará su parte y lo que obtenga en el futuro. ¿Qué piensa?”. El dueño de Emi se me quedó mirando fijo mientras se tocaba la barbilla. José Behar estaba pálido y sólo hacía gestos de lamento. Pensó que todo había terminado. Iba a ensayar una excusa hasta que su jefe me dijo: “Tú ganas, por decirlo de alguna manera. Tienes hasta fin de noviembre para que Selena grabe el disco. Quiero que salga a mediados del mes de diciembre y sea el disco más vendido para Navidad. Te daré todo lo que necesites. ¡¡Todo!! Selena será tratada como si fuera la artista más importante de la disquera. Si gana, ganamos todos. Si pierde, tú serás responsable de la pérdida y Selena queda fuera de la compañía … ¿Entendido?” y me estrechó la mano. “Trato hecho”, le contesté. Luego abrazó a José Behar y le dijo: ”Has contratado a una persona muy audaz. ¡¡Me gusta!! Veremos qué resulta de toda esta aventura”. José Behar trató de mantener la compostura hasta que se fueron él y su comitiva. En cuanto se fueron, me gritó desesperado: “¿Pero qué has hecho? Nos estamos jugando la vida y tenemos poco tiempo. ¿Por dónde vamos a empezar?”. “Por el principio”, le contesté. “Ahora sí llama a la Familia Quintanilla. Ellos se pondrán muy contentos: ya verás cómo se esforzarán en hacer el disco en poco tiempo y acomodarán sus conciertos en función de este proyecto que ya lo podrán anunciar con fecha y todo. Lo único que te pido es que vayas tú a la grabación del disco. Selena va a necesitar de tu compañía y de tu apoyo”, le pedí. “Y tú, ¿qué harás? ¿Acaso debes volver a México o tienes que viajar a la Argentina? Mira que te voy a necesitar…”, me dijo desesperado. “¡¡Y claro que estaré!! Pero es mejor que cubra desde Los Ángeles todo el tema de la preparación del disco, de las grabaciones, de las bandas y de las gestiones para que Selena tenga todo de primera. Tú me avisas si necesitas algo en el lugar en el que Selena vaya a grabar”. José Behar aceptó la idea y procedió a llamar allí mismo al padre de Selena. Al rato vino y me dijo con gran alegría: “¡¡No sabes cómo están todos allá en Corpus Christi!! ¡¡Están enloquecidos!! Salgo esta misma noche para allá para ver cómo podemos hacer para compaginar fechas de concierto y de grabaciones. Tú encárgate de que Selena tenga todo, los mejores músicos, los mejores productores. ¡¡Todo!! Cualquier problema, me avisas. ¿OK?”. “¡¡Por supuesto!! Ya logramos lo que deseábamos todos. ¡¡Ahora manos a la obra!! Lo imposible siempre es posible. ¡¡Yo sé que lo lograremos!!”. José Behar se sonrió, me dio un fuerte abrazo y me dijo: “Eso es lo que diría Selena … ¡¡Seguro que estará ansiosa por empezar!!”. Al otro día recibí un llamado en el que pedían por mi nombre verdadero. Yo atendí temeroso y del otro lado escuché una voz que me decía: “¿Así que haciéndote pasar por Eduardo? ¡¡Qué bien!!”. Cuando estaba por darle toda clase de excusas y de súplicas, me completó: “No, no me des ninguna explicación. Soy Mario, de Emi México. Me llamó Pedro y me explicó todo. ¡¡Todo sea por Selena!! Te deseo la mejor de las suertes. Me dijo Pedro que te llamará en breve. Y no te preocupes por Eduardo. ¡¡Lo tengo bien entretenido aquí!!” y cortó. Por un tiempo me quedé pensando si debía preocuparme o desesperarme … ¿Cómo es que Pedro se comunicó con Mario a través del espacio y del tiempo? Pero un sonido repentino del teléfono me sobresaltó y me hizo volver a esta realidad. Atendí más temeroso aún por alguna novedad que se le habría olvidado a Mario hasta que escucho: “¡¡Hola!! ¿Con Eduardo, Sergio o quien sea? ¿Tú eres el responsable del milagro? Hace días que estoy esperando para agradecerte con mil abrazos y mil besotes, y tú ni apareces. ¿Pero cómo no has venido? ¿Sabes quién soy, no?”. Me quedé helado, simplemente petrificado. Tanto tiempo pensando en ella ... Tanto tiempo haciendo lo que sea para tenerla entre nosotros que nunca se me dio por pensar en que podía tener la posibilidad de escucharla, como si a la larga eso fuera una quimera y yo temiera corroborarlo. Supongo que por eso no quise ir a Corpus Christi … Estuve a punto de llorar, pero Selena se encargó de que yo lo disimulara. “¡¡Hey!! ¿Pero qué te pasa? ¿Acaso estás vivo o qué? ¿No me quieres hablar? ¿Cuándo vendrás?”. “No lo puedo creer ... Creeme Selena que no hablo, pues estoy temblando de la emoción. Para mí eres lo máximo, la mejor artista que he conocido. No es por mala voluntad que no estoy allí. Estoy organizando todo desde aquí para que tengas todo lo que necesites en las fechas que grabes. Sabes que el tiempo urge y hay que estar preparados. ¿No habrá problema, no?”, le dije sin querer aclararle que me moría por abrazarla, por certificar de que estaba allí entre nosotros y bien, y cuidándose de que no le pasara nada … “No te preocupes. Estoy nerviosa, eso sí, pero estamos preparados. Ya organizamos las fechas de los conciertos y de las grabaciones. José habló con los compositores para tener los temas listos en esas fechas, y tú nos mandas los músicos. ¡¡Tanto desee este momento que no lo voy a desaprovechar!! ... Y eso que te voy a decir que quede entre nosotros, sólo entre nosotros, y te lo digo por lo que has hecho por mí ... Sé que soy la mejor, pero no me basta con saberlo. Quiero que me lo digan el público, los periodistas, los productores. ¡¡Todo el mundo!! Sólo así sabré que lo logré … Pero no me distraigas … ¿Cuándo vas a venir? ¡¡Mira que te estoy vigilando!! ¡¡Por eso te llamé!!”, y echó una de sus clásicas carcajadas para cambiar el clima. “Yo estaré para cuando tengas listo el disco. ¿Y sabes qué te voy a pedir? Que me regales la edición N° 1 del disco y me lo autografíes. ¡¡Ése es el mejor regalo que me puedes hacer!!”, le pedí. “¡¡Pues lo tendrás!! Así que me voy a apurar con las grabaciones, ¡¡así vienes cuanto antes y dejas tu aire de misterioso!!”, volvió a reír Selena luego de despedirnos una y otra vez hasta decidirnos en colgar el teléfono al mismo tiempo…

Los preparativos del disco comenzaron en setiembre de 1994, y las grabaciones se hicieron a mitad de mes y duraron hasta fines de noviembre. Muchas veces las grabaciones se complicaban por las fechas de concierto y de entrevistas de Selena que eran cada vez mayores, lo mismo que sus otros compromisos. Estando más cerca pude apreciar el furor que causaba Selena, lo famosa que se estaba convirtiendo, fundamentalmente por sus impresionantes e innumerables conciertos en Monterrey. Eso nos animaba más y nos alentaba a todos. Era increíble la buena predisposición de todo los músicos, productores, compositores, ingenieros, todos, para ayudar a Selena en estas maratónicas sesiones de grabación para su disco en inglés. Selena lo estaba grabando en Nashville y en Corpus Christi, y la premura era tal que muchas veces algún compositor pasaba su letra por teléfono, o algún músico de Los Ángeles le daba una indicación a otro de Nashville por la misma vía, o le pasaba alguna nota o sonido. Poco antes de finalizar noviembre, vino José Behar con el ejemplar N° 1 del nuevo disco de Selena: “In only seven days...”. “Selena me dijo que te dejara este disco que te prometió. Me dijo que quería dártelo cuánto antes. Y también me dijo que lo abrieras en cuanto te lo diera…”. Yo lo abrí y me encontré con una hermosa foto de Selena con el peinado que más me gustaba de ella, con su pelo largo y lacio, y su flequillo sobre sus ojos. Pero lo que más me agradaba, me alegraba y me emocionaba era que la foto principal como las interiores eran de una Selena sonriente y feliz, de una Selena sensual, madura, vivaz. ¡¡Qué distinta era esta fisonomía respecto de la de “Dreaming of you”!! Aquí no había nostalgia, final, pasado, tristeza. Aquí había talento, presente, triunfo, alegría, consagración. Cuando estaba por guardar el disco, me encontré con una notita: “I already did my part. I hope you will do the same. I just want to be able to thank you in person for all you have done for me; you have made my dream of many, many years come true. With love. Selena. November 1994”. En cuanto lo leí, lloré, levanté la vista y vi a José Behar que me pasaba un boleto a Corpus Christi. “Sale esta noche. Selena te está esperando. Todos te esperan allí. Espero que todo salga bien”, me dijo. “Yo sé que todo saldrá bien. Está hecho por Selena. Los demás sólo estamos para facilitarle las cosas”, le dije entre lágrimas. Salí como pude y casi no pude ni comer, ni siquiera tomar agua en el trayecto a Corpus Christi. Así estaba de nervioso por ver a Selena. Cuando llegué al estudio de q-productions, acompañado del padre de Selena y de toda la Familia Quintanilla que no paraban de agradecerme por lo hecho por ellos, A.B. se adelantó y me dijo: “Entra tú primero. Selena quiere recibirte y agradecerte en persona. Y si no fue a recibirte al aeropuerto es porque tuvo que recibir a más y más productores, periodistas y músicos. ¡¡Nos están lloviendo ofertas de todos lados!! Y Selena no quiere desatender a ninguno de ellos. Sabe que es su oportunidad. ¡¡Pero ahora ve, que ella te está esperando!!”. Yo fui tímidamente hacia la puerta del estudio y cada tanto miraba hacia atrás, esperando una contraorden, pero sólo recibía la respuesta de A.B. de que apurara el paso, de que fuera a ver a Selena de una vez. Cuando llegué al estudio y estaba por golpear, alguien de adentro me dijo: “Entra Sergio, Eduardo, ¡¡o como te llames!! ¡¡Entra que te quiero conocer!!”. Entré tímidamente y vi que ella se me acercaba toda sonriente con las manos alzadas. Yo me quedé obnubilado, del mismo modo que cuando me quedaba impactado con una presentación suya, con una increíble interpretación de su parte. Selena estaba hermosa, pero no sólo por ser una linda mujer, sino por ser, sobre todo, una encantadora, dulce y tierna persona. Como siempre ocurre en estos casos, yo quería huir, pero no podía negarme a esa mujer, a esa áurea que dejaba tras su andar por el estudio. Tenía un paso y una personalidad avasallantes, y uno se quedaba encantado como Ulises con el canto de las sirenas relatado en “La odisea”. En cuanto se acercó a mí yo me le adelanté y rompí en llantos. Selena sólo se limitó a abrazarme, acariciarme la cabeza como a un niño y a decirme: “Ya está, ya todo pasó. ¿No ves que estoy bien? No me pasó nada. ¡¡Y esto recién empieza!!”. Cuando se me pasó un poco la emoción, Selena me miró tiernamente y con tono de voz muy suave y tan distinto al que ella solía mostrar públicamente me dijo: ¿Sabes? En todo este tiempo me pregunté por qué lo habías hecho. Ahora con verte y observar la expresión de tus ojos no tengo dudas de por qué lo hiciste … No te preocupes. Sabré cuidarme y estar a la altura de las circunstancias…”. Hubo un pequeño silencio que pareció una eternidad hasta que me dijo: “Y si no, mira la cantidad de gente que me viene a visitar, que me entrevista, que me pregunta por mi disco en inglés, por si sueño con ganar de nuevo el Grammy, por mis planes para 1995. ¡¡Qué año me espera!! A veces me reclaman del club de fans y de ‘Selena Etc.’ y no sé si debería …”. Yo abrí bien los ojos totalmente alarmado. No sabía cómo decírselo, pero me dejé llevar por mi propia desesperación: “Por favor, Selena. Tú dijiste que tenías mucho que agradecerme. Si piensas que te debo un favor…”, le supliqué. “No te debo un favor, te debo miles de favores…”, me interrumpió Selena. “Entonces, más para mí. Si quieres devolverme esos favores, sólo te pido una cosa. De aquí hasta unos meses sólo dedícate a tu disco en inglés, a dar conciertos, entrevistas y a escuchar propuestas. Prepárate para el año siguiente pues será un año consagratorio para ti. Tengo mucha fe en que volverás a ganar el Grammy, que recorrerás el mundo, que serás la N° 1 en poco tiempo, y cuando lleguemos a marzo con todos tus compromisos, sólo dame el gusto de que des tu primer concierto de Sudamérica en Argentina para fines de ese mes. Mientras tanto, delega todo, consulta todo con tu familia y nadie más. No vayas sola a ningún lado con caprichos de gente alocada. ¡¡Sólo cuídate hasta que vayamos a la Argentina!! Luego todo será diferente, ya verás. Espero no ser abusivo en mi pedido. Sólo quiero que llegues a…”. Allí Selena me interrumpió: “Sé a qué te refieres, Sergio … Estar a la altura de las circunstancias ... Sólo hablar con mi familia ... No quedarme sola ... No ver a gente un tanto alocada con ropaje de capricho … Lo entiendo … Y te lo prometo. ¿Estarás tranquilo? Yo te llamaré todos los días y te tendré al tanto de todo. ¡¡Sé que estando tú aunque estemos distantes no estaré nunca sola!!”, me miró con ojos de entender todo lo que me pasaba y me abrazó tiernamente. Estuvimos ahora un largo tiempo sin decirnos nada hasta que Selena me dijo: “¿Tú crees que lo lograré? ¿Estás seguro? ¿Me dirás si no voy por buen camino, si corro peligro, si acaso fracaso? ¿Me ayudarás aunque tal vez no llegue a todo lo que me proponga? ¿Estarás al lado de mí aunque esté sola en este mundo?” y se me quedó mirando esperando que fuera sincero con lo que le iba a decir: “Yo siempre estaré contigo en las buenas y en las malas, Selena. Y no dudo de que lo lograrás. Pero para eso te pido que hagas lo que te dije…”, .le rogué. “Sé lo que me has querido decir y así será. Quiero que tú seas el primero que certifique que el mundo me quiere porque soy la mejor. ¿Recuerdas?”, me dijo y me observó en forma pícara. Nos miramos y nos echamos a reír. Nos prometimos que nos hablaríamos todos los días y que nos veríamos cuando ella lograra cada objetivo que se diera en los próximos meses…

Los meses siguientes fueron de ensueño, sólo de ensueño. Selena provocó una conmoción con el disco en inglés. Se vendía a raudales y tenía una excelente crítica de todos los medios. Selena tuvo ofertas para presentar el disco en inglés ya en enero, por lo que la gente de Emi, los Quintanilla, y miles de productores y organizadores tuvieron que trabajar mancomunadamente para adaptarse a la nueva situación. Se venía un 1995 increíble para Selena. Por suerte habían retrasado el anuncio de los Premios Grammy y cuando se dieron a conocer, para sorpresa de propios y extraños, Selena había sido nominada no sólo en la categoría latina por “Amor prohibido”, sino en todas las categorías que le pertenecían al rubro anglosajón por el disco “In only seven days...”, por lo que Selena comenzó a estar en las tapas de todos los periódicos y revistas. Comenzó a aparecer antes de lo previsto en los programas más importantes de los Estados Unidos, tanto en la Costa Este como en la Oeste. Con José Behar nos reíamos cuando veíamos al presidente de la Emi explicando el apoyo de la disquera a Selena en su nuevo proyecto y los frutos que le había dado. “No importa si se adjudica los créditos. Lo importante es que a Selena le vaya bien”, le dije. De pronto recibo un llamado. Era Pedro. Casi no le reconocí su voz. Todo lo relacionado con él me sonaba lejano y atemporal. Por un instante caí en la “realidad” … “Mira, Sergio. Ya has logrado más de la cuenta. No quisiera que te esfuerces más. Ya puedes regresar a tu tiempo…”, me pidió. “Con la nominación de Selena en tantos rubros, ¿ya está salvada?”, le pregunté. “Casi. En realidad debería ganar al menos el rubro latino y el de mejor cantante en inglés, pero yo creo que así…”, trató de explicarme. “¡¡No!! ¡¡Entonces no me voy!! ¡¡Yo no me voy hasta que todo esté seguro!!”, le dije terminante. “Pero, Sergio, ¡¡estás en el límite de las coordenadas de espacio y de tiempo!! Si te quedas, corres el riesgo de perder lo que tienes aquí en tu tiempo. ¡¡Es muy arriesgado!! Confórmate con…”. Lo corté al instante: “¿Confórmate con qué? Tanto tiempo esperando este momento, ¿y tú me dices que me conforme con que “casi” lo logro? ¡¡No, Pedro!! Yo vi a Selena, yo abracé a Selena, yo sentí a Selena. ¿Crees que voy a dejarla en este momento? ¿Crees que puedo dejarla sola luego de lo que le prometí? ¿Crees que me conformaré con el “casi”? ¡¡Al diablo con mi vida!! La vida de Selena es la que vale. ¡¡Y yo seré feliz si ella es feliz!!”, le grité y le colgué. Al rato me puse a llorar como un niño y corrí presuroso a pedirle a José Behar para que llame a Selena por si necesitaba algo. Él la llamó sin entender y cuando noté la voz de Selena en el auricular me quedé tranquilo. Pero antes de que pudiera decir algo, escuché que Selena le decía a José: “Y dile a Sergio Eduardo que no se preocupe. ¡¡Que me estoy cuidando y que me estoy convirtiendo en la N° 1!!”.

Faltaba el último escollo. Al día de los Premios Grammy llegué sin comer por dos días. Selena me tuvo que llevar a la fuerza y bajo la amenaza de “si tú no vienes yo no me presento, ¡¡y un día antes devuelvo el Grammy que gané al año pasado!!”. Eso decididamente me convenció ... Todos estábamos muy expectantes, y todo fue una locura, el sueño más deseado, el momento más esperado por un artista. Selena estaba ganando todo, absolutamente todo. Todos nos abrazamos. Hasta vino el presidente de la Emi para agradecerme que lo hubiera convencido. Nos fundimos en un abrazo con José Behar, me abrazé a los llantos con los padres de Selena, festejamos a los saltitos con A.B., con Chris, con Suzette … Y me abracé a los llantos con Selena. En el medio del griterío, en el medio de tantas luces, de tanto glamour y de tantos premios, Selena me dijo al oído: “Gracias, muchas gracias. Hoy siento que gané mucho más que unos premios. ¡¡Siento que me has salvado la vida, Sergio!! ¡¡Siento que hoy vuelvo a vivir!!”. Justo en ese momento estaban anunciando una nueva nominación y Selena tuvo que detenerse. Me hizo una seña de que la esperara y yo asentí. En cuanto se dio vuelta me mordí el dedo con la boca para que no se escuchara el ruido de mis llantos. Yo también sentí que había nacido de nuevo. Yo también volvía a vivir…”. En ese momento se anunció que Selena había ganado el premio a la mejor cantante de habla inglesa. Cuando subió al escenario estalló en llanto en el medio de los aplausos de pie. Cuando se repuso, me señaló y dijo: ”Este premio es tuyo. Te lo debo a ti. ¡¡Así que prepara el concierto en Buenos Aires, Argentina, que ya voy para allá!!”. Luego bajó y nos abrazamos fuertemente y por varios minutos. “Quiero que te contactes con todos para que a fines de marzo dé mi concierto en tu país. ¿Lo harás?”, me preguntó. “Qué te parece el 31 de marzo. Cae viernes. Si todo va bien las ventas en el estadio River Plate, seguramente podremos dar conciertos el 1 y 2 de abril. Tal vez tengas que posponer algún concierto por aquí…”, le contesté. “¡¡No importa!! Eso se arregla. Yo quiero estar en Argentina antes de vivir de concierto en concierto por Estados Unidos y México para volver a Sudamérica hacia fin de año”, enfatizó. Cuando pasamos conciertos memorables como el del Astrodome, y de numerosos festivales y programas de televisión, fuimos para Argentina. La fama de Selena había pegado mucho más fuerte de lo que yo me imaginaba. Dio 4 conciertos el 31 de marzo, 1, 3 y 4 de abril. Fue un furor inusitado. Antes de volver yo le ofrecí mi fiesta de despedida con el festejo de su tercer año de casada en mi país. “Lástima que no estés aquí para tu cumpleaños el 16”, le dije. “Sabes que no festejo los cumpleaños … ¡¡pero si no estás en Corpus Christi el 16 de abril no te hablo más!!” y se echó a reír a carcajadas. Luego me dijo más calma. “Se te ve cansado. Estuvimos bajo una gran tensión, ¡¡pero aquí estamos!! Quiero que vuelvas a tu casa, que te quedes unos días descansando y en una semana te espero. Y no te preocupes. Me cuidaré, te llamaré ¡¡y no me quedaré sola!!”, me dijo. “Yo ya me puedo ir a descansar tranquilo. Ya sé que todo será una vida de ensueño para ti”, le dije. “Así lo espero, ¡¡pero mira que te espero!! ¡¡No te escapes!!” y nos abrazamos por largo tiempo. “Siempre supe desde que te conocí que algo me ligaba a ti. Y desde que sé eso no podría dejarte nunca sola. Lo que te pase a ti me pasará a mí…”, le susurré. Selena me miró tiernamente, besó su dedo índice y lo apoyó en mis labios. “Descansa”, me dijo, me dio un dulce beso en la mejilla y se fue dándome besos a la distancia hasta que ya no la pude ver más…

Cuando me di vuelta para volver por fin a mi casa luego de estar días en mi ciudad en un hotel, casi me muero de un síncope. Me esperaba apoyada su espalda en un poste Pedro. “¿No esperarás volver a tu casa en este momento, no? No lo puedes hacer. Estás en diferentes coordenadas de espacio y de tiempo. Tú estás reviviendo estos días de 1995. Ahora todo tiene que reacomodarse…”, me dijo mientras me invitaba a caminar. “¿Y cómo se puede lograr eso?”, le dije intrigado. “Del mismo modo en el que te fuiste. Encontrando el camino que te llevó en el tiempo a Selena sólo que emprendiendo el regreso. Ahora acompáñame, te llevaré a un hotel … a otro hotel. Allí descansarás. Cuando despiertes, ya verás. Todo será como antes. Ya lo corroborarás. Y tú estarás contento de haber estado con Selena, de haber vivido una hermosa vida de ensueño, de un gran sueño…”. Hubo algo en esas palabras que no me gustaron ... Me alarmé, pensé en el “confórmate, casi lo logra, puede que se salve…”. ¿Qué era un sueño? ¿Lo que viví en mi vida o lo que viví con Selena? Mi intuición me decía que no debía dormir, no tenía que dejar que Pedro me hiciera dormir. No quería descansar en la incertidumbre. No quería pasar a una vida teniéndola a Selena lejos y con sólo un dulce sueño como sensación, como recuerdo. No quería depender de los demás. La tenía a Selena cerca. ¡¡Qué me importaban las coordenadas!! ¡¡Qué me importaba el aquí y el allá!! Acá la tenía a Selena. ¿La tendría del otro lado de la puerta? No me iba a arriesgar. Recordé la escena de la estación del tren. Simulé un extremo cansancio, dejé que Pedro me llevara a la puerta del hotel y cuando vi que me iba a empujar allí, lo tomé fuerte del brazo y le dije: ¡¡No, gracias!! Yo me quedó en este mundo. ¡¡El que se vuelve al otro eres tú!! Disfruta de tu conformismo. ¡¡Disfruta del ‘casi’!!” y lo empujé al otro lado de la puerta y la cerré con furia. Luego corrí desesperado al aeropuerto. No me quedaba mucho tiempo. No me quedaba casi nada. Corrí, tomé un taxi, corrí por calles, pasillos, hangares, empujando gente, violando todas las reglas. Al fondo de la entrada para uno de los vuelos a partir vi a Selena con Chris. Selena ya había pegado la vuelta para tomar el avión, pero Chris no … “¡¡Selena, Selena, Selena!! ¡¡No te vayas!! ¡¡No te vayas sin mí!!”, grité desesperado. Chris lo advirtió, me hizo una seña de espera, entró y volvió con Selena. Yo corrí a buscarla, pasé los controles, unos policías me corrían para apresarme hasta que Selena los detuvo con una seña. Yo me acerqué a ella y le dije: “Tú me dijiste que te salvé la vida, de que has vuelto a vivir. Si quieres salvar la mía, llévame contigo para ayudarte a ser la mejor de todas. Yo sólo estoy para servirte…”, le supliqué. Selena me abrazó y me llevó para el avión en silencio. Nadie me obligó a detenerme, un poco por Selena, un poco porque todos entendían lo que pasaba allí. De pronto Selena me dijo: “Está bien, te llevo, pero con una condición…”. “¿Cuál?”, le pregunté. Ella me miró pícaramente y me preguntó: “¿Cómo me ves para un Oscar?”. Nos miramos y nos desternillamos de la risa. Me fui a los abrazos con Selena, con Chris, con A,B., con todos. Lo que me esperaban eran días felices, sólo días hermosos y felices con Selena contenta, risueña y viva, viva y no sólo en nuestros corazones…

(Quisiera creer que el que escribe es Pedro, aquel que se quedó “de este lado”. Quisiera creer que del “otro lado”, está Sergio, Sergio Eduardo o quien sea. Quisiera que en algún lado alguien sea testigo de lo grande que Selena es hoy, de lo gran artista que fue, es y será. Espero que este relato sea la verdadera versión de la vida de Selena. Espero que “el otro lado” sea el lado verdadero, el lado correcto, el lado en el que Selena está feliz…)

Yo sólo estoy para servirte, Selena. Yo sólo estoy aquí para que seas siempre feliz … donde quieras que estés…

Te quiere con toda el Alma…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)





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