Qué linda eras Selena…


¡¡Qué linda era Selena!! Qué linda persona era … Qué ejemplo de mujer, de artista y, fundamentalmente, de persona … Muchas veces hay imágenes que hablan por sí solas, que explican mejor que nada lo que era verdaderamente Selena … Y ella alegraba la vida a cualquier persona. Selena no era de esas personas que simplemente estaban en un lugar y no hacían nada. Selena tenía que hacer algo, tenía que ver que el ambiente en el que estaba fuera lindo, fuera ameno para todos los que la rodeaban. Siempre uno busca explicaciones a por qué se dan ciertas cosas. Y en el caso de Selena es más que probable que todo lo que generaba ella se diera porque ella supo desde muy pequeña que debía entretener a la gente, debía darles lo mejor de sí, tenía que tener su mejor sonrisa, su mejor predisposición, siempre debía agradecer, siempre debía estar dispuesta a cantar, a sonreír, a alegrar. Alguna vez el padre de Selena dijo, al explicar cómo había grabado los temas “Siempre hace frío” y Tú solo tú”, que Selena no estaba bien de la garganta, que estaba afónica, pero que aún así le pidió que tratara de esforzarse lo mejor posible pues iban a venir unos señores importantes que la querían ver cantar y así facilitar el grabado de esos temas. Obviamente que Selena lo aceptó y lo hizo, y uno puede apreciar cierta dificultad de ella para poder cantar y aun así hacerlo maravillosamente. No hay que mirar mucho de Selena para darse cuenta de que buena parte de lo que ella hacía se debía a su historia y a cómo tuvo que desarrollar su carrera profesional y a cómo tuvo que construir su vida personal… pero eso no explica todo, no explica toda su magia. Cuando uno ve cómo alegraba a su entorno, cuando siempre que tenía algo que hacer o que decir, que hacía que no sólo la gente sino el entrevistador, los presentadores y cualquiera que se topara con ella irrumpiera en una carcajada, en una sonrisa, en sentirse alegre por el resto del día, ahí uno entiende el porqué de la magia de Selena, de por qué era tan querida. Cuando uno conoce a Selena, no sólo queda extasiado por su actuación, sino feliz de estar ante una persona así. Difícilmente alguien cuente que haya tenido una mala experiencia con ella, un mal recuerdo, un desagradable momento. Todo el que se encontraba con Selena tenía un recuerdo lindo, una emoción especial vivenciada con ella. Uno aún se puede reírse cuando, grabando una entrevista y mientras el presentador estaba anunciando el reportaje a Selena, ella no podía evitar tentarlo al hacer un saludito y una sonrisa detrás de él mientras hablaba. Y aun cuando por ello lo tuvieron que repetir porque el presentador se había reído, Selena no podía con su genio y lo volvía a hacer. Selena no podía con su propio carácter, tan espontáneo, tan personal ... Uno puede ver cómo ella decía una y otra vez: “Sorry, sorry, excuse me”, mientras se reía a carcajadas y el presentador también. Allí uno detectaba dónde estaba la magia, dónde estaba ese plus que hacía que Selena fuera distinta para todos, fuera tan especial. Selena no dejaba de ser ella misma a la hora del trato con la gente, no dejaba de ser una más que hacía lo mejor para ganarse la vida dignamente. Selena sabía que todos tenían que hacer muchos sacrificios para llevar un plato de comida a la mesa y por ello cada uno debía ser respetado en lo suyo, mientras se lo hiciera dignamente. Creo que era imposible no sentir un cariño tan particular por alguien que hacía tanto por los demás. Selena alegraba la vida de la gente dentro y fuera del escenario. Su temperamento era así. Uno podría pensar que actuaba como una profesional que entendía que parte del negocio de la música era estar siempre bien y solícito ante la gente y ante los productores, la compañía discográfica, otros artistas, las cadenas televisivas y tantos otros a quienes había que tener una buena relación para llegar a la cima del éxito. Pero todos sabemos que muchos artistas no tienen tan buen genio como para afrontar tamañas exigencias y hay muchos otros que en cuanto tienen un éxito, se le suben los “humos a la cabeza”, se las dan de “divos” y empiezan a seleccionar a qué lugares van, con quiénes quieren entrevistarse, y deciden día y horario para ver a los fans ávidos por algún autógrafo o gesto de agradecimiento de su parte. No era para nada el caso de Selena. Ella podía venir de que la vean 65.000 personas en el Houston Astrodome, ir a que la vean millones en el Festival “Noches de Carnaval” y luego ir al programa “Padrísimo” para hacer de presentadora, luego de que ella ya había estado allí el mes anterior. Para ese entonces Selena tenía la suficiente fama y la suficiente autoridad como para decir si quería ir a un lugar y decidir a cuál no ir, y podía limitarse a hacer lo suyo y listo. Pero Selena siempre estaba dispuesta a tratar con todos sin condición y, no sólo eso, sino sorprenderlos dándoles algo más. Estaba en su esencia darles todo de sí en el sentido literal del término y ver a todos felices. Si eso no hacía no era ella. Selena era una excelente artista y mejor persona. Y esos dos componentes no se podían separar a la hora de ver a Selena actuar, al momento de tener una impresión lo más cercana posible a su real esencia....

¡¡Qué linda era Selena!! Y cuando digo esto no me refiero únicamente a su belleza física. Si me limitara a ver sólo eso de Selena estaría minimizando lo más valioso que tenía, lo que realmente hacía que uno se enamorara perdidamente de ella. Selena hacía ver qué es lo que realmente nos gusta de alguien, qué es lo que verdaderamente nos hace emocionar. Selena podía ser bellísima como tantos artistas, pero si no tenía algo más que transmitir no dejaría de ser una más, una mujer más que llamaría la atención por su belleza y que dejaría de ser atendida en cuanto esa belleza se fuera, cuando el paso del tiempo hiciera lo suyo. Pero lo mágico de Selena no radicaba allí, no pasaba por ese lugar su verdadero potencial. Lo hermoso de Selena era su risa, su alegría, sus ganas de vivir y de ser feliz ... De ser feliz y de hacer feliz a los demás ... Es probable que muchas de las risas de Selena fueran las típicas de alguien nervioso que necesitaba cubrir los silencios con algo, que no podría tolerar estar un tiempo quedándose en silencio sin hacer nada. Hay una escena que explica muy bien el carácter de Selena y cómo ella transmitía sus propias sensaciones que eran tan contrastantes con respecto a las de los demás: en un momento ella es filmada en su casa al lado de Chris que se pone a tocar la guitarra dándole pie a Selena para que ella cantara, pero mientras él iba tocando hasta encontrar la perfecta afinación y entonación para que Selena pudiera cantar, Selena no podía dejar de reírse, no podía dejar de hacer un comentario gracioso, no podía esperar para ponerse a cantar y lo intentaba igual a pesar de que Chris no estaba tocando algo concreto ... Selena era movediza, eléctrica, sonora, vital, exultante. Selena siempre tenía que hacer algo … Lo dijo una vez a Verónica Castro en el programa “Furia musical”: allí le expresó que ella no podía dejar de estar sin hacer nada, que no podía estar ni un momento sin pensar en qué hacer desde el primer minuto en el que se levantaba. Y tal vez por ese espíritu con el cual Selena se desenvolvía en la vida surgió el tema “Bidi bidi bom bom”. En los conciertos siempre la banda se hacía un parate para afinar los instrumentos, para preparase para tocar otro tipo de temas. Y siempre esto se hacía en el medio de los conciertos. Selena, fiel a su estilo, no podía quedarse callada, no podía estar sin hacer algo concreto. Y entonces, del mismo modo en el que lo hacía en ese video en el que intentaba cantar siguiendo la entonación de la guitarra de Chris, Selena empezó a cantar cualquier letra en inglés acompañando la melodía que estaba la banda tocando en ese mismo momento. Y así comenzó a cantar una letra inentendible que hablaba de un pecesito que nadaba. Pero esa ocurrencia de Selena a la gente le encantó, y lo que resultó ser un simple pasatiempo para que no resultara aburrido para la gente terminó siendo un tema que pedía la gente en los conciertos en los que Selena y Los Dinos se presentaban. Al detectar A.B. ese fenómeno, no sólo incorporó ese “tema” como algo que formaba parte del cancionero de Selena en sus conciertos, sino que le pidió a Pete Astudillo que hiciera una letra en español que completara lo que había iniciado Selena. Y así nació uno de los mayores éxitos de Selena, que habla muy bien no sólo del espíritu de equipo que primaba en la banda por la actitud e inteligencia de A.B. para ver en esa pequeña canción un potencial éxito, sino en el espíritu inquieto de Selena, en esa necesidad de ella de cubrir todos los vacíos, todos los momentos en los que “no se estaba haciendo nada”. Ese plus de Selena le daba ese sello distintivo que hacía de ella algo tan diferente de los demás…

¡¡Qué linda era Selena!!, porque todavía puede generar tantas alegrías a la gente, tantas emociones, tantas ganas de seguir luchando por algo en la vida. Cuando uno ve a Selena y lo que genera aún hoy con sólo verla en un video, uno no puede comprender por qué la vida no se puede encarar de la misma manera, con las mismas ganas de hacer algo constructivo por y para los demás, además de hacerlo en provecho propio. A veces me da mucha pena, y no odio precisamente, cuando veo que mucha gente vive la vida con mala cara, siempre quejándose de todo, siempre hablando mal de los demás, juzgando con total impunidad a la gente a la que ni siquiera conoce. Me da mucha pena ver que a mucha gente le haya ganado el odio y el rencor. Es tan penoso ver a la gente cuchicheando en voz baja contra alguien o contra algo, cuando construyen su vida en función de ver y hablar de los demás mal, de ver a su prójimo decaído por la maldad que ellos mismos construyen, esa maldad que increíblemente a ellos les hace tan bien. Si tal vez ellos conocieran a Selena, se darían cuenta de que otro mundo es posible, de que otra vida está a nuestro alcance, de que se puede llegar al éxito haciendo el bien, alegrando a los demás y sobre todo actuando honestamente en todos los aspectos de la vida. Cuando uno conoce la carrera de Selena, uno ve que todo se ha logrado con mucho trabajo, con mucho sacrificio, pero también con mucha humildad y con una gran honestidad. Selena empezó bien de abajo, nadie le había regalado nada y construyó su carrera haciendo lo mejor, tratando de hacer todo lo más dignamente posible. Siempre buscó perfeccionarse mejorando su voz, su actuación, su presentación, su vestuario. Siempre buscó ser apreciada por su talento, por el respeto que ella tenía por la gente y por sus colegas. Jamás habló mal de nadie, jamás hizo de la confrontación su modo de hacerse notar ante los demás. Selena nos dio el más acabado ejemplo de que era posible todo si uno se lo proponía. Ella puso en práctica aquello de lo “imposible siempre es posible” para que dejara de ser un mero eslogan. Selena pudo demostrar que el camino de la verdad, del respeto y de la honestidad es el camino más sencillo y más hermoso para llegar al éxito, aunque a veces ese triunfo tarde en llegar. Selena hizo ver que cualquiera sea el rol que tengamos en la vida, este camino era posible y viable. Pero parece que la gente con el tiempo se ha quedado más con el ejemplo de la asesina que con Selena misma. Es triste ver que la gente prefiera destruir a una persona y no contenta con eso disparar una y otra vez con la persona caída con la peor arma, que es el arma de la palabra, de la lengua venenosa. Parece que el mundo se ha querido quedar con ese ejemplo de alguien que dispara, no se arrepiente y encima mancha el honor de la persona que ya no está con mentiras francamente insultantes. Parece que a la gente le resulta más fácil eso, a juzgar por lo que uno puede certificar en la vida cotidiana, en la que hay tanta, tanta gente tan parecida a esa mala mujer. Muchas veces en la vida nos han repetido una y otra vez que lo que importan son los resultados, que lo que importa es llegar, no importa cómo pero llegar, que en el mundo no hay lugar “para los perdedores”, que en el mundo de que “hay que ganar como sea” todo vale, todo tiene sentido, si hacer daño a los demás es un medio para lograr el objetivo entonces es válido … Qué triste ejemplo, qué triste mensaje ... Tal vez por eso no hay que olvidar nunca que hubo un 31 de marzo, aunque sea muy doloroso. Muchas veces nos han dicho que las cosas malas hay que olvidarlas, que debemos quedarnos con lo lindo para poder seguir viviendo con alegría … Nada más errado … Siempre hay que recordar ese nefasto día, no hay que olvidar que un día alguien cambió para mal la historia de la humanidad privándole al mundo de gozar y de apreciar a una estupenda artista y mujer como Selena, que le quitó al mundo la posibilidad de ver un hermoso ejemplo a seguir, un camino de llegar al éxito en cualquier emprendimiento que se hiciera con sacrificio, con verdad, con honestidad, con humildad, con Amor. Y que es más valioso no olvidar que una psicópata de las tantas que pululan en nuestra vida cotidiana, y que construyen sus vidas a base de engaños y de mentiras, fue capaz de quitar la vida, los sueños y las ganas de vivir a alguien que tenía tanto para dar, tanto para generar alegría en la gente, tanto para hacer feliz a la humanidad toda…

¡¡Qué linda era Selena!! Qué distinta era a todas … Con ese empuje, con esas ganas de siempre ir por más, por no contentarse con lo obtenido, por pensar que la vida era corta y que no había que desaprovecharla con lamentos, frustraciones y miedos … Una mujer de sólo 23, casi 24 años, que ni siquiera había llegado al tope de su carrera y que sin embargo iba por más, iba siempre por otros sueños, que pensaba que todo se podía hacer e incluso al mismo tiempo. Es conmovedor ver a alguien tan joven pensar y expresar que cada minuto de su vida debía aprovecharse para hacer algo, para construir algo, para querer siempre realizar algo para cumplir sus más sentidos anhelos. Ella siempre pensaba que no podía estar mirando la vida pasar sin aprovecharla, sin vivirla, que tenía tantas cosas en su cabeza que hasta que no hacía algo para poder quitárselas al haber cumplido con sus objetivos no podría ver cristalizados sus sueños y, por ende, no podría encarar otros proyectos. Cuando uno ve cómo son las cosas en la actualidad, en la que algún artista casi sin esfuerzo puede llegar a la fama con un tema o con cualquier cosa que puede ser originado con talento y muchas veces no, cuando uno ve que se llega a la fama casi sin esfuerzo apelando a lo más bajo del Alma, cuando se cree que haciendo cosas desagradables es sinónimo de espíritu progresista o desafiante del sistema imperante y no es más que un hecho banal realizado por gente que está insatisfecha con su vida y que expresa su desprecio a la sociedad, a la gente, al mundo de esa manera, vemos cómo hace falta Selena, cómo el mundo ha cambiado sin su presencia. A veces el paso del tiempo nos confunde, nos obnubila, creemos que cualquier artista joven que obtiene fama es equiparable a Selena y no es así. Selena expresaba con su éxito, con su actuación, con su actitud, el triunfo del trabajo, el triunfo del sacrificio, el triunfo de la honestidad, el triunfo del respeto, el triunfo de llegar al cima producto del talento, y de las ganas de mejorar y de perfeccionarse, tanto en lo individual como en lo colectivo. Selena no concebía la idea de estancarse, de hacer siempre lo mismo o más de lo mismo. Así como A.B. buscó incorporar nuevos ritmos y melodías a la banda que le permitieran explotar al máximo la versatilidad de Selena para cantar y actuar, ella siempre daba más de lo que se esperaba, buscaba el factor sorpresa para impactar a la gente, buscaba mejorar su repertorio, innovar siempre para enriquecerse más, explotar todo su talento para dejar su sello en este mundo. Nadie, ni en su época, ni antes de ella y menos ahora, alguien a la edad de Selena pensaría en abrir una tienda de moda para explotar su pasión por el diseño, tal como ella lo había hecho a los 22 años. Hubiese tratado de hacerlo antes o hubiese preferido llegar a la fama mundial y con el correr de los años recién dedicarse a la moda aprovechándose del éxito, esperando que todos compraran sus diseños, cualquiera que éstos fueren. Pero Selena no era así. Ella consideraba que eso que estaba en su cabecita debía salir rápido. Que no había que esperar al éxito para desarrollar algo que le gustaba. Muchas veces se decía que Selena era muy humilde y que ese sentimiento le impidió ver lo grande que era, y que al no advertirlo no se puso a la altura de lo que significaba estar en ese lugar. Yo creo que parte de ese pensamiento es cierto, pero no creo que Selena no hiciera más por su carrera porque creía que no era todo lo grande o todo lo famosa que efectivamente era. Yo más bien pienso que Selena tenía tan claro seguir su carrera musical por mandato familiar y porque le gustaba, como también que sentía que debía hacer lo que le realmente le gustaba hacer además del canto, al mismo tiempo que seguía desarrollándose en el campo artístico. Selena no iba a esperar a ser diseñadora. Si la fama que tenía le daba la posibilidad de ejercer su gran pasión, lo haría, como finalmente hizo. No es que Selena desconocía lo que pasaba con ella. No era ni tan ilusa sin tan ingenua como se pensaba. Selena tenía los pies bien puestos sobre la tierra, y en cuanto vio que su éxito y su nombre le daban la posibilidad de dedicarse a la moda, como lo hizo, lo llevó adelante sin dudar. A Selena no le importaba si los demás no le prestaban la real atención en lo que estaba haciendo. Es más que probable que muchos pensaban que tal vez Selena sólo lo hacía como pasatiempo o como hobby. Hasta más de uno le debe haber dicho que montaba eso sólo para poder tener la posibilidad de lucir bien sin recurrir a otros. Pero quien conocía bien a Selena sabía que ella lo hacía por vocación y convicción. Nunca defraudaría a su familia y no cumpliría el sueño de su padre de ser la mejor cantante latina del mundo, pero también le haría ver a su familia que ella tenía también un sueño y que en la medida que ella cumpliera el de los demás, éstos debían aceptar el suyo. Selena era de convicciones fuertes y no era de dar marcha atrás cuando estaba decidida a hacer algo. Cuando decidió tener su relación sentimental con Chris Pérez tuvo una gran resistencia de su padre. Selena intentó hacerle ver por las buenas que la dejara llevar adelante esa relación, pero ante la negativa de su padre decidió casarse en secreto y volver a plantearle a su padre la relación, pero en otros términos. El padre de Selena tuvo que aceptar que su hija tenía la convicción de que había cosas que no se negociaban, que sólo había que aceptarlas y que podía en el mejor de los casos haber un margen de negociación. Eso hizo más grande a Selena, pues era humana y porque siempre dejó en claro que había muchas cosas de las cuales había que luchar y que eran tan o más importantes que la fama. Para Selena ella no era sólo la artista que subía al escenario sino esa mujer que tenía sentimientos, proyectos, Amores, corazón. Y ese sentimiento estuvo siempre presente en cada acto de su vida…

¡¡Qué linda era Selena!! Porque sobre todo era una buena mujer, una buena esposa, una buena hija, una buena artista, una buena anfitriona. Ella siempre tuvo en cuenta a su público. Nunca dejó de saludarlos ni de darles lo que ellos necesitaban mínimamente de ella, que era un estrechar de manos, un beso, un autógrafo, un mimo. Y si bien Selena supo siempre que debía tener esta actitud porque el padre siempre le inculcó que tenía que tener respeto y buen trato con su público, y porque el mismo negocio de la música así se lo exigía, ella sabía lo que era estar en ese lugar, en el que hay gente que muchas veces sufre la falta de comida, la falta de Amor, la falta de cariño. Por su propia experiencia personal, Selena sabía lo que era estar un largo tiempo en un pueblo luchando contra tanta adversidad, no teniendo oportunidad de que alguien venga a verlos para darles alegría, una palabra de aliento, un motivo para sonreír ante tantos males de la vida. A Selena no le tuvieron que contar lo que es no saber si se llega a fin de mes, lo que es perder el trabajo, lo que es perder una casa, lo que es vivir cada día con la incertidumbre de no saber lo que puede pasar en el futuro inmediato y a largo plazo, lo que es luchar años y años con honestidad y la verdad, y lograr poco y nada, la alegría de recibir un artista cuando en el pueblo en el que se vive no viene nadie a actuar para ellos. A Selena no le tuvieron que contar lo que significaba eso para que lo pudiera ver y entender. Selena era uno más de ellos. Nunca lo dejó de ser. Ni siquiera en el mejor momento de su carrera, y teniendo la oportunidad de hacerlo, dejó la ciudad de Corpus Christi en la que vivió desde su infancia. El éxito apenas le había hecho pensar en comprar un lugar mucho más grande para disfrutar de la vida después de estar casi una vida arriba de un bus. A Selena no le gustaba ir a lugares de más brillos, de más luces. Ella estaba cómoda con su esposo, con su familia, con su ciudad, con lo que ella había logrado y con lo que estaba proyectando hacer. Sólo tenía 23 años, casi 24 … Todavía era una adolescente por las cosas que no pudo vivir y gozar, y a su vez tenía la madurez dada por su vida llena de penurias y de privaciones que la llevó a que cada meta lograda fuera fruto de un gran esfuerzo y largamente festejada. A Selena nadie le había regalado nada. Selena a los 8 años no tenía una discográfica multinacional que le promocionara sus discos y sus temas. Eso recién vendría a los 18 años luego de ir de concierto en concierto, de pueblo en pueblo, de un disco hecho en un sello pequeño a otro. Selena recién tuvo la suerte cuando el presidente de la Emi Latin, José Behar, la viera casi de casualidad, se quedara impactado, la contratara sin más y la tratara como su hija pródiga a partir de 1989. Recién allí a Selena se le abrió el camino al mundo mediático, pero paradógicamente la fama obtenida de ir en bus por los pueblos de todo Estados Unidos y México fueron la base de la enorme popularidad que le dio una fama que pocos llegaron a comprender y tomar en su real dimensión luego del nefasto 31 de marzo de 1995. Selena era de un artista que surgió bien de abajo, y eso fue lo que le dio más fama y legitimidad a su éxito…

¡¡Qué linda era Selena!! Porque era una mujer genuina, espontánea, sincera, sentimental, franca, frontal. Por ello era tan querida por la gente que la supo conocer por una entrevista, por un concierto, por el trato diario que tenían con ella. Cierto periodista en México que supo cubrir sus conciertos en dicho país decía que se había quedado impactado por ver cómo Selena no podía dejar de ayudar cuando veía a un niño desvalido y necesitado de comida y de afecto. No se quedaba sólo con las declamaciones sobre las injusticias de este mundo y el lavado de culpas haciendo sólo conciertos benéficos. Selena estaba allí donde la gente la necesitaba, pues nunca dejó de sentirse una más, una igual a todos ellos. Tal vez muchos piensen que si hubiese sido más egoísta, si hubiese pensado más en ella que en los demás no le hubiese pasado lo que le pasó. Quizá haya sido así, pero Selena no podía dejar de ser ella, no podía perder su esencia para poder llegar a un lugar que quién sabe si ella hubiese querido lograr de cualquier modo, a cualquier precio. Selena era capaz de no sólo detener su marcha si veía a un perro herido sino de llevarlo a un hospital de urgencia y pagar lo que sea para curarlo. Para Selena era más importante amar y ser amada. Tal vez en esa necesidad de ver a Selena como un mito, como una leyenda, como una mujer que logró todos sus sueños a pesar de lo que le sucedió, nos impide apreciar lo más valioso de esa mujer que eran sus sentimientos. Selena siempre necesitó el cariño de todos los que la rodeaban y que a su manera se los pedía. Basta con ver las expresiones cuando terminaba de cantar un tema, cuando pedía que la acompañaran, cuando esperaba un instante ese aplauso, esa muestra de afecto. Si por allí no se daba como ella quería se le podía ver un gesto de frustración pero insistía hasta lograrlo, y si lo conseguía sentía la mayor de las energías para continuar. Selena podía encarar a Chris y hacerle toda clase de morisquetas, hablarle, hacerle mimos, reírse, hacerle chanzas. No lo hacía de molesta, no lo hacía por tener sólo un Alma traviesa. Selena era una mujer llena de afecto y necesitada de Amor, de un Amor que muchas veces se le negaba en esas épocas de penurias, de viajes en bus, de tiempos de destinos inciertos. Selena era una mujer llena de sentimientos y de sensibilidad. Selena era una mujer … Una bella y noble mujer. Una mujer que aun en la cresta de la ola tenía sus dudas, tenía sus errores, tenía sus temores, tenía sus ganas de sentirse libre como tal vez no lo haya sentido nunca. Selena era aún una mujer que buscaba su lugar en el mundo, que buscaba su felicidad plena que no pasaba solamente por el éxito como cantante y diseñadora. Selena era una mujer especial que podía decir lo que pensaba y sentía en cualquier momento, en cualquier circunstancia, en cualquier lugar. Sólo era cuestión de escucharla y de hacer lo posible para que se sintiera feliz. Yo sé que hay veces que los que circunstancialmente quedamos en este mundo necesitamos el consuelo de pensar que a pesar de todo Selena había logrado todo en la vida … Pero no fue así. Lamentablemente no fue así ... Y a la larga no es malo admitirlo pues en definitiva entenderemos no sólo todo lo que quería hacer Selena y no pudo realizar sino comprender lo más maravilloso que tenía Selena que la hacía una estupenda mujer y que por ser así logró no sólo el éxito sino que la quisieran mucho. Salvo esa horrible mujer que le quitó los sueños, nadie nunca tuvo un mal concepto de Selena, un mal recuerdo. Tanto antes como después del 31 de marzo sólo se has tenido las mejores palabras sobre Selena … Era una gran artista y mejor persona. Era una cantante famosa y una gran mujer…

¡¡Qué linda era Selena!! Siempre dispuesta, siempre amable, nunca creyendo que ella era la única artista a ser considerada. Podía sentirse la mejor, podía sentirse capaz de ser la mejor cantante latina del mundo, podía sentirse lo suficientemente talentosa como para copar el mercado anglosajón, algo inimaginable por ese entonces, podía tener la total certeza de que a ella el público la quería, que era a ella a quien amaban, y sin embargo nunca se puso por encima de su banda, ni de ningún artista, ni en el escenario, ni en ningún evento; ni siquiera en alguna reunión ella se puso en estrella desdeñando a sus compañeros de ruta. Podía ir a una entrega de premios, recibir todos los honores, y aun así dejar que sea el grupo a veces quien hable en vez de ella. Del mismo modo que Selena pensaba y decía que sin el público ella no era nada, también consideraba que sin Los Dinos ella no sería la misma. Podían transformar el grupo -por una cuestión de marketing debido al tema del crossover-, de “Selena y Los Dinos” en “Selena”, podían proyectar su carrera musical al infinito, podían sólo requerir la palabra de ella, pero Selena siempre les daba su lugar, el lugar que merecían, el lugar que se habían ganado por haber ayudado a Selena a ser una gran artista. Selena no podía concebir que su grupo no estuviera bien. Es como dijo Johnny Canales, que Selena tenía una excelente relación con la banda, y como ella los trataba bien y les daba su recompensa por haber logrado las metas propuestas, ellos no le rendían un ciento por ciento sino un ciento cincuenta por ciento… Selena era generosa con todos. Cuando Selena cantaba “Las cadenas” siempre se acercaba a su hermano A.B. para cantarlo a dúo para que él se luciera también, porque le gustaba mucho cantar esa canción. Selena era capaz de dejar el escenario para que Freddie Correa cantara su tema solista y no sólo eso: ella se ponía a un costado para hacer los coros. Para Selena la felicidad no sólo era estar ella contenta y satisfecha, sino que ese sentimiento lo tuvieran los demás. Cuando Selena estaba por cantar “Baila esta cumbia” en el concierto de San Antonio en 1991, y mientras ella le pedía a alguien del público que le acercara como regalo un globo que contenía una flor adentro, A.B. estaba muy alterado con alguien del público porque se peleaba con otro para tener más globos. Selena no había dado cuenta de ello hasta después de que pidiera al público que suspirara por el regalo recibido en un tono más bien cómico. Al rato Selena notó muy alterado a su hermano y se le acercó como si nada pasara mientras bailaba y cantaba. Cuando su hermano le contó lo sucedido ella siguió cantando normalmente arengando y alegrando al público mientras cada tanto se acercaba a A.B. para ver si estaba mejor, y hasta que no le sacó una sonrisa de su rostro y logró que cantara con ella, no paró. Éstas son las pequeñas cosas que hacían a la grandeza de Selena y que muchas veces por problemas de edición se han quitado estas escenas de los dvds. En el dvd “Selena remember” se quita la escena de Selena recibiendo el globo con la flor y el final del tema “Baila esta cumbia”, cuando Selena amagó terminar y siguió al grito de “¿Quieren más?" … Es una pena, lo mismo que haber quitado al final de la interpretación de Selena del tema “Where did the feeling go?”, pues allí dice que ese tema es para el futuro disco en inglés ... Justo se han quitado esas imágenes de los dvds, imágenes que ejemplificaban como nada la esencia de Selena, que va más allá del canto y de la interpretación … Selena era tan generosa que era capaz de permitir que una fan en 1992 llamada Gaby -a quien yo conocí en el Fotolog- le pidiera en pleno desarrollo del programa “Órale primo”, conducido por Jesús Soltero, si le permitía darle un regalo a su esposo Chris y hablarle .... Así era Selena, siempre quiso ver bien y feliz a los demás … hasta el último día, hasta el nefasto 31 de marzo en el que por ser así frente a una psicópata recibiera la mayor desilusión y el peor de los dolores…

¡¡Qué bella era Selena!! ... Y tal vez la palabra “era” sea la que más nos duela, la que represente inequívocamente la más inexplicable situación ... Qué bella era Selena, qué buena era Selena, qué artista completa, qué mujer que generaba un sinfín de emociones de un modo que nadie podía lograr … Si ella era tan buena, ¿por qué le hicieron eso? … Si era tan buena, ¿por qué Dios la castigó de esa manera? Si Selena era tan bella, tan querida, tan buena persona, ¿por qué el mundo se ensañó con ella? No se trata de endiosar a una persona, no se trata de endilgarle cosas que no tuvo ni que obtuvo, no se trata de decir lo que no es. A veces cuando un ángel como Selena se nos va sentimos la necesidad de sacralizarla, de convertirla en algo mítico, perfecto, alguien que no tuvo errores, que logró todo lo que se propuso pero “por esas cosas del destino” se nos fue pronto, pero dejándonos, eso sí, un gran legado. Y hablaremos del mito, de la leyenda, y el paso del tiempo se encargará si ese frío monumento que se yergue sobre ella va erosionándose hasta desparecer en el más absoluto olvido o se mantendrá vivo pero con imágenes editadas, mejoradas, con música “aggiornada”, mejorada, “remixada” … Y no se trata de eso, no ... Se trata de recordar a Selena no sólo como una gran artista sino como una bella, sentimental, pasional, tierna, voluntariosa y hermosa mujer que tenía un mundo por delante, que estaba llena de sueños, de ilusiones, de dudas y de certezas, de alegrías y de temores, con unas ganas de vivir y de amar que difícilmente Selena reemplazaría por los grandes y fríos monumentos hechos en su nombre, regados por el calor de la gente en los días de aniversario. Selena era muy joven … aún estaba armando su vida, aún estaba tratando de acostumbrarse a esa nueva vida de artista exitosa que por fin podía vivir permanentemente en un casa y proyectar vivir en otra más grande. Selena estaba tratando de ver qué haría con su vida, si tendría niños en ese momento o después, si quería llegar a lo más alto o postergar su carrera artística para desarrollar su vida personal y para darle cabida a su gran pasión que era el diseño. Selena estaba explorando, buscando, creando. Marzo de 1995 descubriría a Selena cantando para otros sellos, ayudando a componer a su esposo, siendo recibida por innumerables productores que la sumaban a ambiciosos proyectos advirtiendo el talento y el futuro que tenía Selena ... Y ella estaba gozando, sólo estaba gozando, vivir la vida como nunca la había vivido, paseándose por su casa y respirar contenta y alegre, feliz por lo logrado y expectante por lo que iba a vivir … Con miedo, con mucho miedo, pero arriesgando, queriendo ver hasta dónde podía llegar, hasta dónde quería llegar. Más de una vez Selena dijo tener miedo pero a su vez afirmar que había que arriesgarse para ver qué había “del otro lado”. Selena tenía dudas, era una bella mujer hipersensible que allá por febrero de 1995 llegó a decir que ese año sería fundamental para ella y para el despegue de la banda por todo el mundo. Tal vez si reparáramos en todo ello, si recordáramos a Selena no sólo por lo que era sino por lo que representaba, sentía y quería, tal vez nos daríamos cuenta del diamante que hemos perdido, el ángel que se nos escapó de las manos sin poder saber por qué y sin podernos explicar cómo no nos dimos cuenta de lo que sucedía hasta que sucedió lo inexplicable e inconcebible…

Selena es una linda persona, una persona que aún hoy puede generar toda clase de emociones, toda clase de sensaciones. Selena sigue enamorando, subyugando e impactando. Selena está tan llena de Amor que aún a 16 años desde que nos dejara sigue irradiando su Alma por todo el mundo y recibida por todos los que la supieron amar y la siguen queriendo. Y como el Amor de Selena es ilimitado, ella seguirá generando tanto cariño, tanta pasión, tanta ternura. Y mientras ello exista, Selena seguirá viva en los corazones de la gente que la sigue queriendo, que la sigue esperando, que no se resigna, que daría parte de su corazón, de su cuerpo, de su Alma, para que ella siga queriendo, amando, soñando, logrando todas las metas, sonriendo, y siga siendo feliz viviendo la vida que mereció vivir por derecho propio…

Y yo estoy aquí, Selena, para que tú sigas siendo más que una gran artista, más que un mito, más que una leyenda … Una mujer que fue feliz y supo hacer feliz a los demás…

Te quiere con toda el Alma, te ofrece mi corazón…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)




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