Yo sólo pido que no me dejen nunca sola…


¿Qué hago yo aquí? Estoy temblando de miedo. No sé qué hacer. Veo a ese público que me mira, que está esperando vaya a saber qué de mí. Es terrible estar aquí. Por primera vez siento temor de que la gente me rechace, de que no me quiera, de que sienta desilusión por lo que les vaya a ofrecer. Sé que no estoy sola. Están en mis hermanos en esta aventura y mis padres apoyándonos. También es un alivio que estemos por actuar en el restaurante de mi padre y que el público lo sepa. Claro que eso no es garantía de nada. Así como los comensales pueden quejarse de una comida o de un platillo mal preparado, o de un servicio mal atendido, pueden quejarse de nosotros. ¡¡Oh!! ¡¡Es terrible esto!! Me siento como si fuera parte del menú, la sugerencia de la casa, la recomendación del chef, ¡¡y con el temor de que al público no le guste!! Siento que no saldrá nada de mi boca, que mi voz se ha acallado por completo. Miro a un costado a mi hermano A.B. Él me mira conteniendo sus ganas de decirme “Mira en lo que nos metiste” con aire de fastidio, o tomándoselo con aire de sorna diciéndome: “¡¡Eso te pasa por tener celos de mí!!”. Y en cualquier caso él tenía razón y valoraba el hecho de que no me lo echara en cara frente al público. En todos estos días, mientras ensayábamos para dar nuestros primeros conciertos en público, me lo dijo una y otra vez, de mil modos diferentes, de mil modos distintos, pero ahora sabía que estábamos en el mismo barco, en la misma empresa, formando parte de lo mismo, que dependía de nosotros salir de esta situación. A.B. no sólo contenía su terror, su fastidio, su incertidumbre, sino que me daba ánimos con su mirada, y con sus indicaciones sobre cómo y con qué empezar. Por un instante nos olvidamos de que queríamos estar en cualquier lado menos aquí y que tal vez después de ver el resultado de nuestra primera performance en público, nuestro padre desistiría. Pero en nuestro fuero más íntimo sabíamos que nuestro padre nos insistiría con seguir a pesar de cualquier inconveniente, a pesar de cualquier circunstancia. ¡¡Maldigo haberme puesto tan celosa de A.B.!! Pero es que no lo pude evitar. No podía soportar que mi padre le diera más importancia a él y a su bajo que a mí. Sé que está mal, sé que él es mi hermano y que mi padre me quiere, pero bueno, también es cierto que los hermanos se pelean y se celan. Yo vivo jugando y a la vez peleándome con Suzette y con A.B. Eso es normal. Es normal jugar, agredirse tirándose con almohadas, poniéndole al otro un chicle en el pelo, escondiéndole cosas, pegarle una palmada y darse a la fuga. No digo que esté bien, pero es normal. Tampoco está bien escondernos todos en un garaje luego de hacer una travesura por miedo a que nuestro padre nos regañara. Tan mal estaba que yo una vez me asomé mientras él nos buscaba en son de paz y lo único que logré es que fuéramos fuertemente castigados. Yo siempre fui así. Hacía travesuras y después creía que podía siempre enmendar la situación … Y no siempre se logra eso. No siempre …

Ahora me doy cuenta de que no todo depende de uno para solucionar las cosas. Ni tampoco ningún plan te garantiza que te salgas con la tuya y menos medir las consecuencias. Nunca imaginé que por aprenderme unas canciones viejas de las que solía entonar mi padre o que solía ensayar con su guitarra tendría esta respuesta. Yo sólo temía que mi padre no me quisiera más. ¡¡Eso era todo!! Pensé que ese bajo que le había regalado a mi hermano A.B. sería mi perdición. Sentí que ya no sería su linda Selena, la nena de la casa, la baby, la niña que con su sonrisa todo lo podía, a todos convencía, a todos agradaba. Por primera vez sentí que perdía la confianza en mí misma. Las risas y los aplausos que lograba A.B. ante cada acierto en su instrumento me hacían sentir que ya no llamaba la atención, que a nadie importaba, que las cosas ya no serían lo mismo. Podría haberme quedado llorando en un rincón. Podría haberme lamentado por mi suerte … Desde ya que lo hice y mucho pero siempre a escondidas y sin que nunca se diera cuenta nadie, absolutamente nadie. Siempre disimulé mis reales sentimientos, sobre todo los de dolor. Por alguna razón no quería mostrarme débil, no quería mostrarme que me podían ver derrotada. Cuando interiormente superé el mal momento, me avoqué a “reconquistar” a mi padre, a lograr que se volviera a fijar primero en mí. Durante un tiempo busqué y desempolvé unos viejos libros de canciones que mi padre tenía bien guardado en su cuarto y me las aprendí. No sé cómo hice tan rápido. No sé cómo me las ingenié para no sólo aprender bien la letra sino también la melodía. Pero lo hice. Si hay algo que aprendí por mí misma es no darme por vencida nunca, ni aún vencida. En todos los ámbitos de mi vida he sido siempre así. Aun con mi corta edad, bastaba para que me dijeran “Hey, Selena, te desafío a que no me ganas en el juego de beisbol”, o me retaran a algún juego, o me pusieran a prueba en cualquier circustancia, para que yo encarara el reto y no parara hasta lograrlo. Muy pocas veces he perdido. ¡¡Hey!! ¿Perdí alguna vez? … Sí, es una broma, una de mis clásicas bromas … Es un chiste. Estoy jugando Pero sí es cierto que no iba a permitir estar en costado viendo cómo me dejaban a un lado y yo sin hacer nada. Pensé y estaba confiada en que mi padre se fijaría en mi canto y le gustaría lo que estaba haciendo … al menos por un tiempo. No pensaba en que podía durarle para siempre su idilio para conmigo, para con mi forma de cantar … Pero tampoco supuse que iba a generar lo que generó. Recuerdo que a propósito dejé el libro de canciones en una de las mesas que había en el garaje en el que mi padre solía cantar sus canciones, esas canciones que solía entonar con su grupo Los Dinos. Yo sabía que él extrañaba esos tiempos y que muchas veces se refugiaba allí para al menos sentir un consuelo ante la frustración de haber dejado el negocio de la música para ser un simple empleado de una compañía petrolera, ocupación que la podía hacer sin problemas y con total eficiencia, pero que la detestaba por ser aburrida y sin que pudiera desarrollar allí su creatividad. Yo todo lo sabía a pesar de ser muy pequeña, pues todo lo observaba, todo lo miraba y quiero mucho a mi padre. Esperé a que le llamara la atención que estuviera ese libro allí y preguntara quién lo dejó en aquella mesa. Cuando eso ocurrió, yo me apresuré a decirle que había sido yo. Le expliqué que lo estuve mirando y de paso que me había aprendido las canciones que se incluían allí. Y tal como yo lo había imaginado, mi padre se rió y me dijo que era imposible que yo supiera esas canciones. Yo lo miré desafiante y le dije: “¿Que no me las sé? ¿Estás seguro? ¿Quieres retarme? ¡¡Te apuesto 10 dólares a que sí las sé!!”. Mi padre se asombró de mi seguridad sin dejar de sonreírse, pero valoró que defendiera mi posición y que lo desafiara. “¡¡Pues bien!!”, me dijo mi padre poniéndose un poco más serio y extendiendo su mano. “Te doy 10 dólares si te sabes las canciones de este libro. Yo escojo cualquier canción y tú al menos me cantas el comienzo. ¿Trato hecho, Selena?”. “¡¡Trato hecho!!”, exclamé yo estrechando su mano. Sentía satisfacción de saber que lo iba a sorprender. Sabía que mi padre no tenía idea de cómo cantaba. Tampoco pensé si eso podía importarle. La apuesta aquí era por si sabía esas canciones que él las conocía a la perfección y que las llegó a cantar con su grupo en vivo … “¿Estás lista, Selena?”, me dijo mi padre mientras tomaba su guitarra. “¡Lista!”, le dije yo contenta, orgullosa y satisfecha de haber logrado ser de nuevo el centro de atención de mi padre. Por fin no lo veía a él de lejos, sonriendo de satisfacción viendo cómo aprendía a tocar el bajo mi hermano. Tuve la seguridad de que todo dependía de mí para que los ojos de mi padre se apoyaran siempre en mi persona. Estaba segura de que lo sorprendería. Estaba segura de que de allí en más mi padre querría escuchar cómo sabía sus canciones. Estaba segura, convencida … Nunca supuse que lo sorprendería tanto. Nunca supuse que mi vida, su vida, la vida de todos nosotros cambiaría para siempre, sin saber aun hoy si ese cambio será para bien o si nos llevará a la ruina…

Ahora que lo pienso, mientras nos preparamos para dar nuestro primer concierto, veo cuáles fueron las reales consecuencias de semejante apuesta, de semejante expectativa, de semejante jugada para llamar la atención de mi padre, para que yo siguiera siendo su baby. Todavía puedo recordar los gestos de asombro de mi padre. Ya no se trataba de que supiera las canciones. Ahora lo que estaba en juego era mi talento para cantar. Mi padre trataba de disimular su asombro y satisfacción por mi forma de cantar, de entonar, de saber bien las canciones. Prefería seguir con el juego y me desafiaba y mucho … “¡¡Vamos, Selena!! ¿A que no sabes la canción “We belong together”? ¿A que no sabes “Over the rainbow”? Y mientras ganaba mi reto cantando una y otra canción, mi padre iba dejando de desafiarme y sólo me dejaba cantar. Ya no disimulaba más su satisfacción y su orgullo, pero notaba en la expresión de su cara que había algo más, que veía en mí algo que yo no podía apreciar del todo pero lo intuía. Yo también me sentía extraña. Porque al cantar frente a él, noté que me había desinhibido y ya no lo hacía sólo para ganarle la apuesta. Podía haberle dicho: “¡¡Ahí lo tienes!!! Te he vencido. ¡¡Las sé todas!! ¡¡Dame mi dinero!!” y haberme ido de allí saltando de felicidad. Pero no lo hice. Seguí cantando y cantando hasta que mi padre dejó de tocar la guitarra, sonrió de una manera que nunca lo vi hacer en mi vida, toco mi cabecita, sacó su billetera, me dio los 10 dólares y sólo me dijo: “¡¡Te felicito!! Me has vencido justamente. Tienes bien merecido ese dinero”. Y me dejó ir. Yo me fui corriendo al parque a jugar con la seguridad de que mi padre me tendría en el centro de su atención. Por eso no le comenté nada a nadie sobre lo sucedido. No quería que nadie supiera lo que había hecho. Total, tarde o temprano se iban a enterar, cuando tal vez mi padre me hiciera cantar delante de mi familia mientras A.B. tocaba el bajo. Tal vez, pues no descartaba que mi padre sólo quería que por el momento sólo le cantara a él para hacerle compañía en aquellas tardes en las que quería recordar aquellos viejos tiempos, aquellos tiempos en los que él era feliz con su banda, con su música, haciendo lo que él siempre quiso hacer, lo que más le gustaba, lo que siempre deseó ser en la vida. Nunca supuse que aquel viejo sueño que él siempre tuvo, y que estaba dormido y condenado a quedar encerrado en aquel viejo garaje, despertara con todos los bríos y con todas las ganas de retomarlo, esta vez conmigo. No me imaginé que su sueño iba a continuar con mi presencia y cantando. Y mientras yo suponía que mi canto acaso fuera una compañía que lo podía hacer vivir y recordar con alegría aquellos viejos tiempos, una felicidad que compensaba la frustración de no poder seguir haciendo lo que más le gustaba, mi padre pensaba en ir mucho más lejos. Él no se iba a limitar a que ese sueño se quedara en un garaje. Él vio en mí que podía continuar su viejo sueño. Tal vez su tiempo había pasado, es cierto, pero los sueños nunca mueren. Y esos sueños se los iba a cumplir yo, y a través de mí, de mis hermanos, de mi madre, de toda la familia. Lo que para todos era un sueño terminado, para mi padre era un sueño apenas dormido por un tiempo y despierto ahora, bien despierto para hacerlo concretar…

Miro atrás y veo a mi hermana con un aire medio angustiada, medio alarmada, medio enojada, con tanto miedo como todos nosotros. Pero yo entendía lo que le pasaba. Ella se sentía totalmente ajena a todo esto. Sentía que estaba allí porque tenía que ocupar un lugar, como parte de la familia que es. Pero su situación no era la mía, pues el grupo fue formado para mí. Hasta el nombre lo decía todo: “Selena y Los Dinos”. Mi hermano tocaba el bajo y mal que mal podía seguir aprendiendo tocando en el grupo … ¿Pero Suzette? Ella no quería tocar la batería. Si hubiese sido por ella no hubiese hecho nada más que mirar. Tenía que aceptar el rol como mi madre, sólo que mi madre acompañaba a mi padre pues era la esposa, pero mi hermana sentía con lógica que no era ésa su obligación, y quería tener su vida normal como A.B. y como yo, con la diferencia de que ella quería estar totalmente alejada de la música. Recuerdo que un día de ensayo en el que mi padre nos había filmado para que se viera cómo tocábamos, Suzette ni miraba a la cámara. Estaba de costado mirando para abajo. Ni siquiera cambió de posición con una ocurrencia mía, diciéndole a mi padre cuándo íbamos a comenzar a cantar en vez de seguir hablando. Todavía puedo sentir su risa y ver de refilón cómo mantenía su mirada para abajo recostada sobre su izquierda … Ahora la veía y me sonreía. No estaba para nada convencida pero aceptó el mandato familiar. Ella sabía que cumpliendo lo que se le pedía a la larga podría tener su vida normal como tanto lo anhelaba. Yo entendí esa expresión y ese sentimiento, pues compartía con ella y con A.B. esa necesidad de hacer las cosas bien para a la larga poder cumplir nuestros sueños personales. Yo no me imaginaba estar aquí. Hasta que se me dio por cantar soñaba con ser diseñadora y en mis juegos solitarios estaba el hacer pequeños dibujos de vestidos que se me ocurrían, que me gustaban. Aunque yo quería sólo jugar como cualquier niña, me gustaba cantar y mostrarme como tal. Sentía, a diferencia de mi hermana, que quería destacarme en algo fuera de lo común, que tenía más inquietudes que sólo tener una vida normal como cualquiera. Por eso pensé que el cantar acaso me permitiría ser famosa y con la fama poder ser una gran diseñadora con inquietudes. Suena una quimera, ¡¡pero quién sabe!! ... En vez de tomar todo esto como una simple locura de mi padre y sentirnos frustrados por no poder hacer nuestra vida normal, preferimos seguir el sueño de mi padre para que, una vez cumplido, pudiéramos hacer posibles los nuestros. ¿Pelear con nuestro padre? … ¡¡Imposible!! Él ya estaba determinado a seguir esto cueste lo que costare y caiga quien cayere. Ahora que lo pienso, creo que yo soy muy parecida a él. Yo también cuando me propongo hacer algo no me detengo hasta lograrlo. ¿Acaso no estamos aquí porque me propuse llamar la atención de mi padre? ¡¡Y vaya si lo logré!! Pero todo el trajín que padecimos hasta llegar aquí no fue fácil de abordar. De jugar a estar encerrados en una habitación tratando de parecer una banda de vaya a saber qué no fue nada fácil. Ver a nuestro padre enceguecido yendo de un lugar a otro con instrumentos para que tuviéramos todos los elementos que nos permitiera tocar, con nuestra madre detrás tratando de recapacitara en lo que hacía, no fue algo fácil de entender para nosotros. Creo que desde ese momento mis hermanos y yo crecimos de golpe. Es como si hubiesen pasado como rayo unos 10 años y ahora nosotros razonáramos de pronto como adultos. Desde ese momento mis hermanos y yo nos hicimos más confidentes que nunca, pues más allá del apoyo familiar y las indicaciones de mi padre, los que estábamos en el escenario dando la cara éramos nosotros. Dependía puramente de lo que hiciéramos en el escenario para seguir adelante. Con quien más me involucré en este sentimiento fue con A.B. Él y yo sentimos que no bastaba con simplemente cantar bien unas viejas canciones. Que debíamos encantar a la gente con nuestras actuaciones y con nuestras composiciones. Que a la larga había que hacer mucho más si queríamos llegar muy lejos. Desde ese momento nos hicimos más unidos que nunca y mucho más comprensivos uno del otro…

¡¡Cómo me costaba entender a mi padre sobre el sentido de cantar en español!! ¿Para qué? ¿Por qué? Si yo no quiero ser una cantante hispana. Yo quiero ser como Gloria Gaynor, como Donna Summer, como esas artistas norteamericanas que brillan no sólo con su voz sino con su presencia. A mí me gusta la música disco, el rock, el country, cantar en inglés, ¡¡pues yo hablo inglés, no español!! Sé de mis ascendientes, pero yo no me crié con eso. ¡¡Ni siquiera mis padres me lo inculcaron!! Claro, luego mi padre habló de su vida, de todo lo que tuvo que sufrir, de la discriminación, del error de sólo cantar en inglés y al no saber canciones en español perderse la oportunidad de cantar en tantos locales de la comunidad mexicana en Corpus Christi. “¿Por qué crees que puse un restaurante de comida mexicana, Selena?”, me decía mi padre. Para gente como nosotros, gente mexicana que hace tiempo vive aquí y que extraña su música, quiere seguir viviéndola, quiere bailar, no quiere perder su tierra aunque ahora viva aquí y hable más inglés que español. ¡¡Ojalá me hubiera dado cuenta yo de eso!! Si hubiese sido así, cantaría en español desde joven. Ése fue mi error, mi Selena. Debí haber tenido un plan B. Debí haber apostado a las dos músicas, a la de mis orígenes, a la de mis ancestros, y también a la que adopté al vivir aquí. Por eso a la larga tuve que abandonar todo, muy a mi pesar y además porque ya éramos muchos en la familia como para esperar tanto tiempo la oportunidad que tanto deseaba que llegara. Pero contigo es diferente, Selena. Tú eres pequeña, tú tienes tiempo, tienes un largo trecho para recorrer. Es por ello que les pido paciencia a ti y a tus hermanos, le pido un ratito de cada día para que toquen, para que practiquen. Y a ti te pido un esfuerzo más, pues tú tienes el talento especial, tú tienes ese algo distinto que no lo posee nadie. Creeme, Selena, que aun siendo tan pequeña, te puedo asegurar que nadie es ni será como tú. Ya me creerás cuando crezcas. Ya verás cómo la gente te querrá, como todos cantarán tus canciones, ya verás que estas palabras y elogios que te prodigo te lo dirán otros. ¡¡Ya verás cómo se enamorarán de ti!! Tú tienes voz, talento y una gracia increíble. ¿Pero sabes qué, Selena? No alcanza con eso. Muchos no te prestarán atención pues eres muy pequeña. Otros te discriminarán por ser latina y mexicana. Y creeme que no quiero que vivas mi experiencia. No quiero que te preguntes por qué a una persona la atienden para cantar y no a ti. Por eso impáctalos con tu canto y te lo pido encarecidamente … Canta en español, aprende aunque más no sea en forma fonética cada canción. Yo te ayudaré. No importa si al principio no entiendes bien de qué se trata. Ni siquiera interesa si no lo hablas bien o directamente no lo hablas. Interesa, eso sí, que los impactes cuando lo cantes. Conmuévelos. Pon tu mano en el pecho, cuando llegues a una palabra que sepas lo que significa pon tu cara expresando lo que significa para ti. ¿Ya sabes lo que significa la palabra “Desprecio”, no, Selena? Pues bien, cuando cantes y llegues a esa palabra enséñale a la gente lo que sientes en ese momento. Sé que te los ganarás. Y recuerda. Siempre sé amable con la gente que te está escuchando. Y aprende y grábalo en tu mente y en tu corazón: sin ellos no lograrás nada, sin ellos Selena y Los Dinos no existirán. Salúdalos, hazle saber que los conoces y les cantas a ellos, salúdalos personalmente y sonríeles. Pregúntales cómo les va en sus vidas, que hicieron ese día, que harán mañana. Ellos seguro se enternecerán y con el tiempo lo tomarán como un gesto que te enaltece. Piensa en que si los conquistas a ellos conquistarás el mundo. Y yo confío en ti. ¡¡Estoy seguro de que lo lograrás!! Pero te lo pido. Haz ese esfuerzo. Aprende bien el español. Es nuestra gran carta. Tal vez tengamos que hacer más de una vuelta para llegar a nuestro gran objetivo. Tal vez te destaques primero como artista en español y luego recién en inglés. ¿Quién sabe? Ya veremos … Lo importante es que tú debes esforzarte y yo me encargaré del resto. ¿Alguna pregunta, Selena? ¿Algo que me quieras decir?”.

Yo le dije que no con la cabeza y mi padre se fue a seguir preparando los equipos para el concierto. Siempre en esos momentos de mucha presión para mí y de incertidumbre, mi madre se acercaba y me preguntaba qué pasaba o qué necesitaba. Pero esta vez me sugirió algo: “¿Por qué no bailas? ¿Quieres que te enseñe a bailar la cumbia?”. Fue un gran consejo de mi madre. El aprender a bailar esa nueva música me sirvió mucho para distenderme, para distraerme, para divertirme mientras trabajaba, para reírme mientras hacía algo que desconocía y que nunca hubiese imaginado que iba a hacer … ¿Cantar en español, bailar “La lavadora”? Nunca lo hubiese imaginado. Me sentía tan rara, tan exótica. Pero enseguida me adapté. Nadie ni nada me iban a decir que fuera imposible hacerlo. Y si bien todas estas cosas las hacíamos por el sueño de mi padre, yo sentía que cada día estaba en juego mi orgullo, mi Amor propio, mi tozudez. Tomé esas palabras de mi padre y el optimismo de mi madre para trazarme un plan. Buscaría encantar al público poniendo sentimientos, toda mi pasión, mi alegría, mi tristeza, mi desazón, mi optimismo. Buscaría cantar a la perfección y a sorprender al público con mis expresiones. Pero los impactaría también con mi baile, con mi gracia. Incorporaría todas las cosas que hacía cotidianamente para ponerlas en el escenario. Si a veces hacía reír en los ensayos, hacía bromas o salía con algo ingenioso, ¿por qué no lo haría allí mientras tocaba con mi banda? Empecé a pensar que siendo yo misma podía lograrlo y que luego con el tiempo podría incorporar otras cosas. En el futuro pienso en cambiar vestuarios con mis ideas y mis proyectos. Me encanta diseñar y me gustaría poder hacer mis propios vestidos y diseñar la ropa de mi banda. Eso lo haré en el futuro. No es que no me agrade lo que me pongo, pero me gustaría ponerme otras cosas. Igual, como ahora no hay dinero, no podré innovar mucho, pero cuando sea famosa yo armaré mi propio vestuario y el de la banda. ¡¡EEyy!! Muchas veces hablo como si todo estuviera escrito. Y me falta todavía. Lo que pasa es que siento que no puedo esperar más, que me salgo de la vaina. Quiero lograr todo, así puedo vivir tranquila en el futuro. Quisiera poder vivir en paz como no lo pude hacer en muchísimo tiempo…

Sé que aún soy muy pequeña y cualquiera que me ve o cualquiera que me escucha puede sorprenderse de lo que digo. Pero a esas personas les diría que en este tiempo he crecido mucho. Sé que mi vida no será normal nunca. Nuestro destino está marcado. Porque a la larga todos viviremos de la música, y si nos va mal, que Dios nos ayude. Pero no debemos recurrir a Dios por estas cosas. Nosotros somos los que debemos encausar nuestro futuro. Las dificultades deben ser superadas sin pensar que nunca podrán ser solucionadas. Sé que no cursaré mis estudios regularmente. Sé que viviré más arriba en el Big Bertha que en una casa. Pero nuestro destino ya está sellado. Se determinó en el momento en el que mi padre decidió armar una banda de música con nosotros … Pero ahora que lo pienso bien, ¡¡yo forjé mi destino y el de mi familia!! Ese destino lo forjé en el momento en el que, por los celos a mi hermano, decidí aprender unas canciones viejas y encantar así a mi padre. Tengo que admitirlo: he sido yo. Y la vida me ha enseñado a que uno tiene que hacerse cargo de lo que se dice y de lo que se hace. Tendré que asumir que estoy aquí por algo, que yo he forjado mi propio destino. Desde ya que no se trata de esconderse y mirar para atrás. Se trata de poner lo mejor de sí para que el público me acepte. Y para que ellos me acepten tendré que deslumbrarlos con mi sentimiento, con mi pasión, con mis alegrías y con mis tristezas. Tendré que apelar a lo que vivo, a lo que me pasa, a lo que siento. Seré en el escenario como soy en la vida. Y con el tiempo el que me sepa apreciar sabrá que no sólo mi voz y no sólo mi canto estarán allí. ¡¡De ninguna manera!! Estarán presentes allí mi vida, mi historia, lo que me pasa, lo que más quiero. Tal vez no sepa hablar bien el español y por ello tenga que recurrir a cantar de memoria las canciones de ese idioma para manejarme correctamente en el escenario, o bien tenga que leer las letras escritas en un papel. Pero yo les pondré a cada canción mi propio sentimiento, mi propia Alma, todo mi sentir. Tal vez con ello los convenza de que con poner el corazón y todo el Amor en cada canción podré impactar al público aun más que si supiera el español a la perfección. Es que no se trata de saber el idioma, no se trata de saber todo. Se trata, eso sí, de que la gente me crea, me crea cada palabra, cada estrofa, cada gesto, cada entonación. Si algún día logro eso, sabré que el público estará de rodillas a mis pies. Mientras tanto, hay que tratar de buscar el camino. Ahora estoy frente al público y sé que todo depende de mí. No me voy a quedar esperando a ver cómo reaccionan. Yo seré la que los irá a buscar para alegrarlos, para conmoverlos, para ofrecerles todo mi Amor, para acusarlos de algo que me han hecho, para hacerlos reír con una historia divertida. Yo seré la dueña del escenario mientras esté allí. Yo los haré cantar, los haré bailar, yo haré que vistan mi ropa y que les guste todo lo que yo hago. Sé que a la larga me envidiarán, pero yo me las ingeniaré para que sólo me quieran y acepten mi destino. Lograré que tomen mi destino como propio y que deseen que me vaya bien, pues mi triunfo será su triunfo. Lograré que se identifiquen conmigo y se sientan representados. Sabrán que si me alejo de estas tierras, siempre volveré. Saben que en mí hay buenas intenciones y que siempre les daré lo mejor de mí tanto dentro como fuera del escenario. Tal vez logre poco ... o no. Mi idea es poder ser como las grandes artistas, como Gloria Gaynor y como tantas otras que brillan con su estilo y personalidad. Pero lo que más quiero en la vida es que me quieran. Yo llegué aquí por necesidad. Pero lo que ahora necesito es tener a todos que invoquen mi nombre y que me den afecto. Si logro eso, sabré que conquisté el mundo. Sé que no me puede ir mal. Si bien por necesidad tuve que interactuar con otra gente, yo confío en lo que está a alrededor mío, en mi familia, en mi gente. Sé que sin ellos no podría seguir. Sé que con ellos lograré todo lo que me proponga…

Ya está por comenzar el concierto y me sigo preguntando qué hago yo aquí. Pero ahora que estoy con este micrófono que es más grande que mi mano frente a este público siento que ya no tengo más dudas. Uno también construye su destino. Nada es casualidad. Todo surge por algo. Después de lo que me sucedió tengo muy en claro que uno tiene que hacer lo que le parece bueno o justo. Ahora encararé el concierto con el mismo espíritu, con el mismo ímpetu, con las mismas ganas que siempre, teniendo en claro el objetivo noble que me lleva aquí. Sé que cada cosa que emprenda, por más pequeña que sea, tiene que ser con esa idea. Si hay algo que deseo es llegar a cumplir mis sueños siendo tal cual soy, sin esconder nada, pero tampoco sin necesidad de mentir, de dar una imagen falsa de mí, sin tener que engañar ni decepcionar a la gente. Siempre desee que la gente me quiera. A veces, detrás de una carcajada, detrás de una conversación, detrás de una actitud, estoy pidiendo a gritos que me amen, pero que me amen tal cual soy. Y yo soy así: humilde, espontánea, natural, una persona que también tiene sus enojos y sus fastidios, pero que nunca estafará a nadie ni engañará a nadie. Quisiera poder, a través de mi canto, transmitirles a todos que pueden contar conmigo, que sólo quiero transmitirles felicidad, que quiero compartir con todos nuestros sentimientos, nuestros sueños, nuestras esperanzas. Quisiera que sepan que yo les doy todo, todo mi cariño, todos mis sentimientos, todo mi Amor. Sólo espero a cambio que si ven que lo mío es verdadero y creíble, que todos puedan devolverme esa entrega dándome también su Amor, su cariño, su bondad. Quisiera que sepan, sin necesidad de que se los diga, que necesito como el agua que me protejan, que me den sus muestras de Amor, que me quieran. Me gustaría que entre todos formemos una comunión de Amor, una comunión en el que sintamos ese afecto sólo con vernos, sin necesidad de expresarlo con grandes manifestaciones, sólo sentirlo. Para mí lo más importante no es sólo llenar un estadio, llenar un local, que un concierto mío esté colmado de gente. Yo sueño con que algún día entre a un escenario lleno de gente que quiera expresarme todo su cariño, que quieran compartir conmigo sus anhelos, sus ganas de vivir, sus ganas de hacer, sus ganas de ir siempre por más. Quisiera ser no sólo una artista consagrada sino una persona querida por lo que es, por haberlo intentado todo con nobles métodos y que su ejemplo sirva para que todos seamos mejores personas sabiendo que todo es posible si uno se lo propone, que todo es posible si uno lo quiere, que todo se puede lograr si se quiere ser más que una persona que hace lo que se debe. A veces cuando veo que grandes artistas llenan estadios gigantescos como el del Houston Astrodome, me imagino allí. Sueño con que algún día llegaré y si alguna vez ello sucede que sea porque les di lo mejor de mí para lograrlo. Que ese concierto sea uno más pero a la vez único. Uno más porque sueño con brindarles mi mejor voz y mi mejor actuación como siempre, sea en un gran estadio o en un local pequeño. Y único porque deseo que si algún día llego a estar en ese gran rodeo, que el concierto sea recordado por siempre, no sólo por la cantidad de personas asistentes, sino por la calidad del concierto y por nuestra entrega. Quisiera que si llego a dar alguna vez un concierto en el Houston Astrodome todos seamos felices porque estamos juntos otra vez compartiendo nuestras vidas, nuestros sueños, nuestras expectativas. Quisiera que un concierto mío allí sea la ratificación de que un mundo de Amor es posible, de que con trabajo, dignidad, verdad, constancia, dedicación y audacia también se puede llegar al objetivo, se puede volar bien alto, se puede lograr el cariño de todos sólo sintiendo, sólo cantando, sólo siendo como uno es, nada más y nada menos que eso. Espero que algún día todo eso lo pueda lograr…

Ya está por comenzar el concierto. Ya veo las señas de A.B, ya veo las expectativas de mi padre. No sé por qué pero se me dio por pensar que lo que más sueño en la vida es que sepan que todos pueden contar conmigo. Que siempre estaré allí, que siempre me tendrán a mí para contribuir a mejorar las cosas. A veces pienso por qué siento la necesidad de estar allí buscando que todo esté bien, de moverme a uno y otro lado cada vez que se me requiera, de hacer todo lo posible para que aquello que sea digno de cumplirse o realizarse se cumpla. Tal vez me mueva con el mismo espíritu con el que llegué a esta instancia. Tal vez en lo sucesivo siempre encare las cosas de ese modo para lograr todo lo que quiera. Pero tal vez lo que deba aprender en la vida es que a veces las cosas no resultan siempre bien, que tal vez haya que esperar un buen momento aquello que uno quiere hacer sea del momento o sea de algo que uno viene pensando de un tiempo largo. No es que eso me haga dudar sobre lo que debo hacer en lo sucesivo. Pero no siempre sabemos lo que nos puede deparar el destino, lo que nos podemos encontrar a la vuelta de la esquina. Está muy bueno ir siempre en la vida con el espíritu de que podemos arrasar con todo, pero también tenemos que saber que hay de todo en la vida, tanto en el mundo exterior como en el ámbito en el que nos movemos. Siento que a veces el impulso lo tenemos que usar en el momento justo, que un impulso hecho a destiempo puede costarnos mucho, mucho más de lo que pensamos. ¡¡Quién sabe qué hubiese pasado si esta idea de cantarle a mi padre esas canciones las hubiese hecho en un momento inadecuado!! Cada día construimos nuestro destino. Movernos en la vida con tanta pasión puede darnos grandes frutos como también grandes pérdidas. Espero que una persona tan impulsiva como yo sepa manejar mis movimientos, mis expectativas, mis deseos. No sé por qué pienso en esto y por qué justo me viene a la mente esa pesadilla que soñé el otro día pero no quiero ni recordarla. Creo que me tendré que acostumbrar a que ese mal sueño me acompañe toda la vida… ¡¡Espero que mis actitudes me la hagan olvidar muy pronto!!

Llegó el momento, ya se escucha la música. A.B. me mira con confianza pero a la vez con nerviosismo y expectativa. Yo miro al público y pienso qué voy a hacer. Pero desisto rápido de la idea y sólo me propongo conquistarlos con mi voz, con mi sonrisa, con mi carisma, con mi talento, con mi humildad, con mi convencimiento, con mis saludos. Sé que lo haré. Me mueve la necesidad de mi familia, me mueven mis sueños, me llevan mis deseos de ser alguien en la vida. Sólo espero que la gente se acuerde de mí y que me quieran siempre … Me quieran no sólo por ser una buena cantante, una buena artista, sino por ser una buena persona. Espero que todos me lo puedan valorar, pero para ello sé que tendré que dar todo de mí. Allí voy, allí voy para que el mundo sepa de quién se habla y cómo cuando se habla de mí, cuando se habla de Selena, simplemente de Selena…

Si llego a ser famosa, me gustaría poder ayudar a los niños. Me gustaría tener una fundación o la posibilidad de ir a los colegios para ayudarlos. Tal vez me gustaría que no tengan que pasar por las privaciones que tuve que padecer yo y, por ello, me encantaría tenderles una mano. Pero mi modo de ayudar sería poder darles mejores formas para acceder a lo que quieran ser. Pues si llego a esa instancia es porque lo que hice sirvió y tuvo un buen fin. Quisiera poder ayudarlos con mi ejemplo y darles un mensaje positivo en sus vidas, diciéndole que todo es posible si uno se lo propone. Que ejerciten sus mentes, que imaginen, que se esfuercen, que se dediquen, que procuren ser mejores que una misma. Que en todo caso tomen mi ejemplo para tomar lo que les parece bueno y desechar lo que les parece malo, pero que hagan, que piensen, que se diviertan, ¡¡que sean ellos mismos!! Quisiera poder tener esa fundación para que tengan menos dificultades que yo, pero también para que sepan que el futuro depende de ellos, que ellos pueden hacer de éste un mundo mejor. Espero poder llegar a ese momento. Si lo logro, mucho de lo que pude concretar no habrá sido en vano, tuvo su razón, tuvo su sentido. Ése es uno de mis tantos sueños, unos sueños de niña, pero que serán una realidad cuando yo sea grande y sea famosa. Una realidad como que me llamo Selena … Una realidad como que ya comienza mi concierto …¡¡Que así sea!!

(Ojalá que todo lo que has soñado para ti y para este mundo se haya cumplido, Selena … Sé que te han quedado muchas cosas por hacer, sé que no has podido cumplir muchos sueños. Pero dejaste tu huella, dejaste tu marca, dejaste tu ejemplo. Sé que muchas de las cosas que lograste las pensaste e imaginaste desde pequeña … Tal vez te hayas ido de este mundo con la incertidumbre de si te seguirían recordando, si tu ejemplo acaso pudo ser seguido por alguien … No te preocupes, Selena, tú dejaste todo en la vida de mucha gente, tú dejaste todo tu Amor que está grabado en cada uno de sus corazones que hoy sólo laten por ti…)

Y no te preocupes, Selena. Aquí está alguien que siempre ratificará con su recuerdo, agradecimiento y tributo que nunca estarás sola, que siempre estarás acompañada, que siempre serás querida, que siempre tendrás protección y que siempre tendrás el Amor que pediste desde lo más profundo de tu Alma y de tu corazón…

Simplemente te recuerda con Amor, con tu Amor…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)







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