Las cosas son mucho más simples de lo que parece, Selena…



A veces las cosas son mucho más simples de lo que parece. A veces la realidad es tan implacable y tan visible que nos parece increíble que se manifieste de ese modo. Cuando una tragedia ocurre, luego del dolor y del llanto vienen las explicaciones, los porqués, los motivos, los análisis. Y la realidad está allí, al alcance de la mano. La mente humana es compleja y múltiples son sus variantes. Pero en la conducta humana las cosas suelen ser evidentes. Y en el ser humano están también las explicaciones rimbombantes, plagadas de razonamientos entendibles y justificables. Y es que en las tragedias el ser humano nunca puede comprender, nunca puede entender, ni explicar lo sucedido. Y cuando al ser humano le ocurre eso no le alcanza con saber que las cosas pueden ser más sencillas y a la vez más complejas de lo que se piensa. Cuando hay una tragedia el buscar el motivo nos lleva a analizar al ser humano que ha sido sacado burdamente de este mundo, nos invita a adentrarnos en su vida, cómo era, quién era, de qué se componía su familia, si se llevaba bien con todos, si tenía algún problema que llevara a entender y explicar semejante acontecimiento del cual fue víctima. Y en esa búsqueda de explicaciones está en el ser humano poner su propio límite, saber que se puede llegar hasta cierto punto en esa búsqueda del conocimiento de la víctima de la tragedia. Que nada del mundo nos habilita para meternos en todos los aspectos de la vida privada de esa persona para explicar lo que le ha sucedido. Que como mucho se podrá buscar el establecimiento del perfil de la persona que permita hacer más viable la investigación, pero que de ninguna manera eso nos habilita para querer saber todo, profanar la morada de la víctima para conocer hasta el último detalle de su vida … No. De ninguna manera el investigar nos permite ejercer ese nefasto periodismo “amarillista” que sólo busca ventilar el escándalo y no saber la verdad como prioridad. Y lo que es peor, ninguna tragedia habilita a que determinado periodismo “serio” hurgue en determinados asuntos o se haga cargo de determinadas cuestiones privadas y delicadas con el pretexto de obtener la bendita primicia o nota periodística, o de saber la “verdad”. De ninguna manera…

Como si el destino hubiese querido ensañarse con Selena, y arrebatarle de cuajo y sin miramientos la vida de Cenicienta que llevaba, ese nefasto 31 de marzo se encargó de colocarla en la peor de las situaciones, de las más trágicas e insólitas, y sin que nadie pueda encontrarle una explicación aún. Nadie hubiese esperado perder la vida a los 23 años en el mejor momento de su carrera. Nadie hubiese imaginado que alguien quería dañar a Selena cuando todo el mundo la quería y la apreciaba. Nadie hubiese imaginado, de sólo pensar en semejante ataque a Selena, que lo hubiese perpetrado la presidenta de su club de fans, una persona que no sólo había ganado su confianza sino la de toda su familia. Nadie hubiese imaginado que esa misma persona se encargaría de hacer saber al periodismo “amarillista” y al “serio” disfrazado de tal la “verdad”, que consistía en decir barbaridades de su vida privada y de insinuar relaciones llenas de mentiras e infidelidades. Que no le alcanzó con quitarle la vida, sino que necesitó dispararle una y otra vez hasta el día de hoy para no ver la realidad que consistía en que ni Selena ni su familia ya no confiaban más en ella para ese entonces. Pero también nadie se hubiese imaginado que Selena tendría al lado a una psicópata que estaba dispuesta a todo y a mucho, mucho más … Nadie hubiese imaginado que luego de esa hermosa presentación de Selena en el Houston Astrodome el 26 de febrero de 1995 íbamos a asistir 33 días después a esas imágenes que lamentablemente se difunden hoy, y que se dan gracias a la confusión de la Familia Quintanilla sobre cómo encarar a tanta gente que no quería irse del lugar del velatorio si no la mostraban … de esa manera. Cuesta creer que para vivir a pleno el dolor haya que ver aquello que más nos duele. Como si no nos alcanzara con saber que aquella mujer que tanta alegría nos daba ya no está más, que ya no podrá impactarnos con su figura, que ya no podrá reír más, que ya no podrá cumplir sus sueños. Cuesta creer que haya que ver para creerlo, como si no alcanzara con ver el dolor de su familia. Cuesta creer que haya gente que quiera ver esa escena, que necesite ver a Selena así. Sé que las culturas son diversas, y que cada una tiene sus valores y sus rituales. Pero si hay algo de lo cual uno querría no ver nunca es a Selena así, inmóvil, seria, sin energía, sin vitalidad. Cuando uno ha visto a Selena en todo su potencial, hay cosas que mejor no ver, mejor no apreciar, mejor pensar que no es cierto cuando lo es. Cuesta creer que por cerciorarse de algo del cual era ridículo imaginarse una especulación, se hayan visto esas imágenes. Y no sólo eso. También que se la filmara, que se le sacaran fotografías. ¿Había necesidad de esto? ¿Por qué no se aplicó aquí la vieja y consabida frase “Déjenla descansar en paz”, que tanto se usó para justificar a la asesina y atacar a la Familia Quintanilla? Lo cierto es que la curiosidad, la duda, el morbo y el dolor se hicieron presentes allí. No dejan de ser conductas humanas, muchas veces justificables. Muchas otras no. Pero que invitan a que ese periodismo “amarillista” siempre esté presente. Simplemente se hace porque vende. Toda esta locura empujó a que el padre de Selena, en estado de shock y en el medio de tanta confusión, haya decidido abrir ese cajón que nunca debió haberse abierto. Pero es casi seguro que el padre de Selena accedió porque en su fuero más íntimo debió haber esperado y deseado con toda el Alma que nada de lo que estaba ocurriendo fuera cierto, verdaderamente…


Y después las especulaciones, las investigaciones, los motivos. Se hicieron miles de publicaciones. Se escribieron miles de libros. Supuestamente todos buscaban la consabida “verdad”. ¿Pero fue así? Muchos hicieron lindos e interesantes planteos y hasta anunciaron que nos develarían la verdad de los hechos. ¿Pero lo hicieron? ¿O sólo fueron oportunistas? ¿Es posible saber la verdad tomando como parámetro lo dicho sólo por una de las partes? ¿Es posible sacar como conclusión que Selena hacía tal cual o cual cosa, o iba a tomar tal determinación, solamente basándose en dichos de una de las personas involucradas en el hecho? Me pregunto si los que hicieron esto sabían de antemano que lo que había realmente sucedido era menos escandaloso que lo que proponían, y como eso no era muy vendible, inventaron otras cuestiones ... ¿Cuántos intentarían explicar esta situación partiendo de la base de que Selena tenía una vida tranquila con el deseo de ser una cantante exitosa, de ser diseñadora, de vivir sin sobresaltos en una casa con su esposo para allí agrandar su propia familia? ¿Cuántos intentarían explicar que Selena sólo fue una víctima de una psicópata, una manipuladora que no dudaría en llevar a cabo sus objetivos a cualquier precio, y que para ello había engañado a toda una familia que le confió todo como a nadie le había dado esa posibilidad? Porque en definitiva las cosas son mucho más simples de lo que parece. A veces es cuestión de observar, escuchar y analizar sobre los hechos concretos. Creo que a todos nos cuesta ver a Selena de un lado más humano, más simple y menos rimbombante. Siempre nos invitaron a ver a Selena como mito o al revés, verla enredada en escándalos absurdos y en decisiones inverosímiles. Parece como si eso fuera más lógico y “normal”. Parece menos doloroso no aceptar que Selena haya sido víctima, la única víctima de muchas circunstancias, y quedarnos en aceptar entre una u otra opción como las únicas valederas. Pero siempre hay una tercera posición, y también más interpretaciones, que nos puede hacer entender las cosas, a aceptarlas como son, aunque sean muy duras, para llegar a explicar algo tan inexplicable como inentendible que es la partida de nuestra Selena…


Y a veces tener esa mirada nos permite entender determinadas cuestiones. A nadie le gusta ver a Selena enredada en los juegos de una psicópata y que haya sido engañada al punto de que se le quitara la vida impunemente. Pero habrá que aceptarlo, tomarlo como lección y como aprendizaje de vida para que eso que le sucedió a Selena no le ocurra a más gente talentosa y con un futuro enorme. Habrá que aceptar que a nuestro alrededor hay mucha, muchísima más gente parecida a la asesina de Selena, que hay gente que pulula por este mundo mostrando un lado angelical, una actitud optimista, mostrando un lado afable, simpático, que atrae a mucha gente, generando aceptación y confianza, y que la verdadera cara la muestra cuando ya las cosas no son como las piensa o como las desea, cuando ya no ejercen el control y no lo quieren dejar por nada del mundo. Hay mucha gente como la asesina de Selena que sólo arma amistades con gente en la búsqueda de que esa gente se convierta en lugarteniente, en marioneta, que le responda a sus intereses y a sus expectativas. Y en la medida en que esa gente haga lo que esas personas psicópatas quieren, todo funcionará. Y la relación puede durar años, toda la vida … siempre que funcione así. Y si no, buscarán desesperadamente que eso se mantenga. Primero, por las buenas, con la persuasión, con el convencimiento, con el razonamiento, con la pasión, llegado el caso. Y si no es así, apelarán a la presión, a la amenaza, a la extorsión. Y si nada se logra con eso, apelarán a la destrucción de esa persona. Pues para personas como la asesina de Selena no es admisible que el otro tome decisiones, que el otro haga su vida sin ella, que el otro vuele sin el miedo a la culpa que le genera el psicópata, que el otro sea ... Tan simple como eso. Para estas personas no es admisible la derrota. Antes que admitirlo buscarán borrar lo que ha sucedido, eliminarán el presente y abortarán el futuro. Jamás admitirían que la otra persona siga su camino y ellas se queden sin su “propiedad”. Antes matarse. Antes matar. Eso es lo que ha hecho esa mujer que le quitó los sueños a Selena. Y lamentablemente estos sucesos y estas conductas son mucho más comunes de lo que parece. Hay mucha gente así, y tal vez pocos lo adviertan, o lo que es peor, muchos lo perciban y se lo toma como algo “normal”. Lamentablemente aquel 31 de marzo Selena sólo pudo darse cuenta del verdadero peligro cuando ya era tarde. Antes que eso esa mujer utilizó todos los recursos. Primero, buscando todas las maneras para que Selena fuera sola al motel, con la excusa de que la habían violado. Es muy común que el psicópata apele al argumento de que le hacen daño para generar pena, para que se busque el desprecio en otra persona, en otro lugar. Siempre el psicópata se pone en víctima para lograr lo que quiere. Y una vez que esa mujer logró convencerla de ir sola apelando a ese juego sucio, comenzó a echar a andar el plan premeditado. Llevarla al hospital, lograr que hubiera testigos que certificaran que estaban juntas y “sin conflictos” en un lugar público, y negarse a ser examinada luego de que insistiera a ir al hospital para volver al motel y perpetrar lo que había planificado. Tal vez Selena ignoraba que esa mujer podía negarse a ser revisada ya que estando en Corpus Christi, siendo oriunda de San Antonio y denunciando violación en Monterrey, no podían los médicos actuar de oficio, salvo que se hiciera una denuncia, que la asesina obviamente no hizo. Seguro que Selena no lo sabía. Pero su asesina sí lo sabía … Ella era enfermera … Tal vez Selena allí recién empezó a sentirse molesta y estafada en su buena fe. Tal vez Selena haya determinado allí cortar definitivamente toda relación con esa persona. Pero aún la ataba la culpa y todo el pasado con sus buenos tiempos que le recalcaba constantemente la asesina en su último intento para que se pusiese de su lado en su lucha contra el padre de Selena. Y decidió acompañarla. Acaso nunca haya imaginado qué sorpresa le depararía esa mujer. Acaso haya decidido acompañarla por respeto a ese lindo pasado y para despedirse de la mejor manera … Un gravísimo error. Con esta gente no se puede ser condescendiente. Con esa gente no hay manera de razonar. Selena quiso confiar y manejarlo a su manera. Pero con esta gente eso es imposible. Esta clase de gente quiere manejar todo y nunca permitiría que alguien decida por ella. El intento de devolución del anillo y las negativas a tolerar más ingratitudes por parte de Selena se encargaron de convencer a esa mujer de que no la podría retener por mucho más tiempo. Y ante esa realidad prefirió impedirle que se fuera y sea libre. Antes que eso decidió que fuera suya y suyo su destino. Y tanto fue su afán de lograrlo y de vencer al padre de Selena eliminándole lo que más apreciaba, que la huida de Selena malherida le hizo pensar en un segundo disparo. Pero la sangre y el dolor le hicieron ver que todo era cosa juzgada y se retiró a su cuarto con una frialdad increíble … “con la satisfacción del deber cumplido”…


Así de simple y triste las cosas. Cuesta asimilar que esto haya ocurrido así. Parecería que es más fácil imaginarse intereses siniestros detrás de todo este asesinato. Oscuras relaciones, enfrentamientos personales, intereses contrapuestos. Nada de eso. Fue tan sólo la lucha de una psicópata en pos de lograr su objetivo, y que al no lograrlo elimina lo que ella consideraba “la razón de su vida”, “el fundamento de su existencia” … Y frente a ello Selena queriendo abrirse paso, queriendo hacer su propio camino. Porque en esa búsqueda de por qué las cosas fueron así y no de otro modo uno tiene que entender que Selena tenía otros intereses, otros objetivos, algunos más ambiciosos, otros mucho más simples. A Selena no le fue nada fácil llegar a lo que había llegado. A veces los éxitos logrados nos impiden ver lo duro que fue lograr lo propuesto desde hacía muchos años. Selena y toda la Familia Quintanilla lo han dicho infinidad de veces en muchos reportajes. Selena tuvo que dejar de lado muchas cosas que quería hacer en su niñez y en su adolescencia. Tuvo que esperar muchos años para empezar a cristalizar esos sueños que parecían tan lejanos en otros tiempos. En esa búsqueda y a los 20 años Selena comenzó a tener el éxito suficiente como para proyectar su futuro como cantante y para poder vivir con más comodidad. Pero a Selena todo eso significaba un excelente momento para poder vivir aquello que tanto buscó, aquello que tenía bien guardado en su corazón. Y aún así Selena estaba experimentando muchas cosas mientras vivía ese momento tan soñado, muchas situaciones que nunca había vivido. Por eso vemos a Selena tan hiperactiva y con tantas ganas de hacer todo al mismo tiempo. Y no siempre pensaba lo mismo. Ella iba cambiando según la marcha de las cosas, el correr de los acontecimientos. En pleno auge y locura de la gente por Selena, ella había echado a rodar el mayor de los sueños que fue crear Selena Etc. y diseñar su propia línea de ropa. En esa época ella quería que su éxito musical le permitiera hacer todo lo que había postergado por años. Como si fuera una premonición, Selena actuaba como si le quedara poco tiempo, como si no tuviera tanto margen como para hacer todo lo que quería. Pero en ese 1994 Selena había echado las bases para empezar a actuar de acuerdo con su visión de las cosas, sus perspectivas, sus objetivos. En aquel año todo era actuar y hacer marchar su negocio de diseño de ropa, abrir otras sucursales de Selena Etc., pensar en abrir su negocio en diversas ciudades de México, sacar su propio perfume con el nombre de sus temas más populares, además de encantar a su gente con su música y sus conciertos. Más que nunca Selena hizo todo lo que se propuso para poder saber cuáles eran sus prioridades en el futuro. Hasta allí Selena había sido todo vértigo. Sólo pensaba en sus conciertos y en su trabajo de moda. Si se le preguntaba en aquel momento a Selena cuándo agrandaría su familia ella decía que aún no, que era tiempo de sacar todo lo que tenía en mente, todo lo que quería hacer, pero no aún tiempo de tener niños. Pero luego vino 1995 y como en todo año que se comienza hay un período de reflexión y en pensar en nuevos proyectos. Selena sabía lo que se venía, con todas las obligaciones que se le presentaban: el disco en inglés, las giras en Estados Unidos con ese disco, y las giras por Latinoamérica con sus éxitos en español. También vendría la apertura de los locales de Selena Etc. en Monterrey y México DF. También sabía que era un año muy importante para la banda, como lo manifestara luego en el programa “Padrísimo”. Pero tal vez por ello Selena debió haber pensado que era mejor parar un poco, que debía más pensar en su propia familia, en Chris y en su sueño de habitar su nueva casa, que lo tenía algo postergado. Tal vez pensó que era momento de establecer sus propias prioridades, sus propias ideas, sus propios objetivos. Tal vez pensó en rodearse de otra gente y de trazarse nuevos proyectos. Y allí debió haber pensado que era mejor tener un hijo en ese momento. Eso le daría más tiempo para hacer sus tareas artísticas cimentando su vida personal. Tal vez Selena estaba deseosa de salir de muchos apuros, de obligaciones, de imposiciones. Y tal vez Selena no quería que influyeran tanto los demás en sus decisiones. Es posible que Selena haya sido perturbada en esa necesidad de paz por esa pelea entre la asesina y el padre de Selena, y buscó desesperadamente destrabar el conflicto, como lo hizo con su padre cuando decidió casarse en secreto con Chris. Su deseo de paz y de tranquilidad no le hizo ver el peligro. Tal vez por eso se apresuró al ir más de una vez a ese motel con el objeto de pasar a un segundo plano la cuestión con esa mujer. Tal vez pensando en lo que quería hacer con su vida no vio lo que otros querían hacer con la suya impidiendo cumplir con lo que más anhelaba en ese momento. Y allí quedó Selena aquel absurdo y lluvioso 31 de marzo. Sola, desamparada, descuidada, a merced de una mujer que todo había planificado para destruir lo que supuestamente “amaba”…


Siempre pensé, entre las tantas cosas posibles que hubiesen cambiado esa absurda suerte, que si Selena hubiese obtenido aquel Grammy en 1995, como lo había logrado en 1994, ese nefasto 31 de marzo no hubiese existido. Tal vez hubiese sido lo mejor que le podía pasar, más allá de lo que deseaba hacer Selena en aquel momento. Si ese Grammy se hubiese logrado, los medios de comunicación hubiesen estado más encima de ella en marzo de 1995, muchos productores se habrían adelantado a ofrecerle nuevos proyectos y el disco en inglés no se hubiese demorado más. Y esa mujer no habría tenido manera de manipular más ni a Selena ni a su familia. Tal vez Selena hubiese postergado algunas cosas pero hoy estaría entre nosotros. Y lo postergado se efectuaría de todos modos. Y eso era lo más importante. Lo único importante. La vida de Selena estaba por encima de todo ... Sus sueños, sus anhelos, sus expectativas, sus deseos de superarse, sus ganas de vivir ... Eso era lo más valioso. Y eso fue lo que se perdió. Tal vez a la hora de recordar a Selena y para explicar lo que sucedió aquel absurdo día haya que tener en cuenta eso, y no perderse tanto en grandes explicaciones que no se condicen con lo que era Selena como artista y como persona. Tal vez sólo se trate de ponerse en su piel para entender todo lo que pasó, todo lo que a ella le sucedió sin que nadie nunca lo pueda explicar en su totalidad…


Tal vez sea la única forma de entender lo que le pasó aquel día, entendiendo primero lo que era Selena y todo lo que le sucedía en aquel momento, sobre todo comprendiendo y sintiendo sus más puros sentimientos…


Por eso estoy aquí, Selena, para que, a través de mi recuerdo, pueda tributarte y resaltar no sólo por lo que fuiste como artista y por lo que podrías haber logrado. Yo estoy aquí para que todo lo que fuiste como persona, lo que sentiste, lo que soñaste, lo que anhelaste, tus ganas de vivir y tus deseos de amar sean tu mejor legado, tu mayor virtud. Si algún día lo logro, sabré que logré recordarte como querías, que era recordarte y tributarte con Amor…


Te quiere, te extraña, te busca todos los días…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)



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