Todo lo que siento por ti…

31 de octubre de 2010









Sólo se necesita tu Amor, Selena…


Uno lee las noticias del día y se entristece con lo que pasa en el mundo y en los lugares en los que alguna vez Selena paseó su voz, su Amor y su alegría. Es triste ver que muchos cantantes tengan temor de ir a lugares porque estiman que no se sienten seguros de cantar allí. Es triste ver que tal vez ellos no tengan la sensibilidad ni el Amor que tenía Selena para apaciguar al más violento, de llenarle los ojos al que más necesitaba Amor, que dejaba obnubilada a la gente que sólo seguía con sus ojos a esa mujer que les ofrecía su Alma y sus sentimientos en cada canción. Es lógico que esos artistas tengan temor, pero tal vez haya que pensar qué pasó en estos años para que las cosas se pongan tan violentas, para que la gente esté tan falta de Amor y se deje llevar por la sinrazón. Acaso haya que pensar si con Selena presente la gente estaría ocupada en lastimarse y en no escucharse. Se me dirán miles de argumentos “razonables” que me indiquen la complejidad de las cosas y de por qué se llega a determinadas situaciones. Se me dirá que una persona hoy no podría frenar lo que pasa en el mundo. Se me dirá que alguien con su presencia no podría impedir tanta irracionalidad. Pero hace 15, 20 años, Selena se paseaba de pueblo en pueblo en un bus dándoles lo mejor de sí. Selena no era una mujer que mostrara opulencia u ostentación en sus presentaciones, simplemente porque era alguien de origen muy humilde. Selena vivió buena parte de su vida en la mayor de las carencias y privaciones. Selena perdió mucho en su niñez y en su adolescencia. Perdió más de lo que ganó. Y sin embargo, ella siguió adelante en el más absoluto convencimiento de que ella podía con su dulce voz, con su Amor, con su cariño, con su bonhomía. Selena estaba segura de que con su honestidad podía dar vuelta la historia y hacer de lo imposible posible. Y cantaba frente a un público que tenía las mismas privaciones y las mismas expectativas que Selena. A ese público nadie le regalaba nada. Ese público vivía días difíciles y tenía que trabajar duro para llevar un plato de comida a la mesa ... Como Selena …Tantas privaciones y pocas expectativas los podía haber llevado por el camino del odio y del rencor. Y sin embargo, esa gente no se amilanó y siguió creyendo. Y es cierto que para creer uno tiene que tener un rumbo, un horizonte, un modelo a seguir, alguien que los represente y que con su presencia los llene de alegría y les permita levantarse cada día con fe, con ganas, con optimismo, con sentir el placer de vivir cada minuto del día hasta lo máximo. Y esa gente tenía a Selena, veía a Selena, saludaba a Selena, hablaba con Selena ... Selena estaba ante ellos y representaba como nadie la esperanza, la felicidad y la fe. Estando Selena hasta lo más duro y lo más difícil se podía encarar de otro modo. Estando Selena nada era insoportable ni duro de sobrellevar. Se dejaban de lado el odio y el rencor. No había lugar para la tristeza y el llanto. No se iba por el mal camino y los malos ejemplos. El único camino posible lo daba Selena. Selena era sencillamente la encarnación de la esperanza…

A veces en la vida uno toma la verdadera dimensión de la pérdida cuando aquello que se tiene tan a mano deja de estar. Esa gente que tanto quería a Selena y tanto la apreciaba se quedó sin ella, y en minuto se le borraron la sonrisa, las expectativas, el futuro. De pronto tuvieron que asumir algo del cual no estaban preparados. Hoy en día hay gente que no puede creer lo que ha sucedido ni lo quiere aceptar. Por eso duele a veces que el paso del tiempo nos permita borrar lo que significó Selena para tanta gente. Es increíble que incluso haya muchos que duden sobre si Selena era tan popular o no, tomando como referencia si en su ciudad o si en su país era tan conocida o no. Es increíble que haya gente que piense que la partida tan temprana de una artista genere popularidad por sí sola. Desde luego que las muertes potencian las cosas pero no las inventan. Si la artista ya era conocida, entonces su imagen se potenciará. Pero si no lo era y encima no era tan querida, entonces quedará poco de ella. Es como las tablas de multiplicar. Uno puede multiplicar cualquier número por otro y tendrá un valor. Ahora si ese número se lo multiplica por cero, será siempre cero el resultado. Si el artista tiene valor cero para la gente, nada quedará de ella. Pero si quedó algo de valor, y si ese valor es grande, entonces la magnitud de la pérdida se notará de inmediato. Pero parece que el destino siempre quiso que muchos medios de comunicación fueran corriendo varios kilómetros atrás de la verdadera fama de Selena. Porque ellos la descubrieran en gran escala entre 1994 y 1995 no quería decir que Selena empezó a ser muy popular recién en esos años. Ya lo era desde hace mucho en Texas y en Monterrey. También en los pueblos, ciudades y Estados circundantes. Esa realidad explica que su partida haya agigantado su figura a niveles increíbles. Basta con ver lo que pasó con muchos cronistas de las más afamadas cadenas televisivas de Estados Unidos y México. Cuando ellos tuvieron que trasladarse de urgencia a Corpus Christi, al principio dudaban de quién se trataba. Luego al darse cuenta de quién era, supieron que se trataba de alguien importante, pero imaginaron que se encontrarían en la ciudad con una reacción acorde a su visión de las cosas, a la visión que se tenía de lejos de Selena. Cuando llegaron allí, encontraron una multitud y un dolor que ellos no imaginaron que iban a tener que enfrentar y sentir. Ellos pudieron percibir y sentir en carne viva la dimensión de la pérdida, de un pueblo shockeado por la noticia y por lo que significaba la pérdida de Selena para ellos. Y esos cronistas terminaron llorando como uno más de aquellos fans y admiradores. Esos cronistas pudieron ver que Selena no era un “boom” a partir de ese momento. Selena era una realidad de hacía mucho tiempo. Y ese dolor era el fiel reflejo de la pérdida de alguien tan popular y, sobre todo, tan querido, que se había ido tan absurda como tempranamente…

Uno cuando ve la realidad de este mundo, pero fundamentalmente observa las cosas terribles que han sucedido en estos últimos tiempos, no puede evitar pensar si esto hubiera sido posible con Selena presente. ¿Uno podría imaginarse que lo sucedido con las Torres Gemelas se hubiese producido con Selena presente? ¿Uno podría imaginarse si los desastres naturales y las insensateces perpetradas por el hombre a la naturaleza se podrían haber dado con Selena aquí entre nosotros? Aquellos lugares en los que supo dar Selena todo su Amor y todo su cariño, y que hoy estás sumidos en la más absurda sinrazón y muerte, ¿podrían tener semejante grado de violencia con Selena presente? Allí es cuando uno toma conciencia de lo que se ha perdido y de cuáles han sido las consecuencias. Con el paso del tiempo uno empieza a notar cómo ha reaccionado el mundo sin tener el Amor de Selena que lo calme y lo lleve por el buen camino. A veces uno se queda en lo que Selena no ha podido vivir, que ya es mucho. Pero es más doloroso cuando uno empieza a ver qué ha sucedido con la gente que ha aprendido a tener alegría y esperanza con Selena, y que el odio y la violencia se la sacó abruptamente. Con el tiempo la gente aprendió a ver las cosas sin futuro, con resignación y con bronca contenida. La gente dejó de sonreír, de ver un futuro sin buenas expectativas. La gente era feliz con Selena. Siempre vio en Selena la encarnación de sus sueños. La gente dejó de lado su frustración de no poder lograr sus anhelos viendo a Selena cumpliendo los suyos. La gente le dio su corazón y su Alma a Selena para ser partícipes de su felicidad, de sus triunfos, de sus proyectos. Y un buen día se encontró con que el odio, la falsedad, la frialdad y la necedad de una psicópata se llevaron a Selena y con ella sus expectativas, sus corazones, sus sueños, sus vidas, su felicidad. La gente recibió en ese acto la peor lección: que el ser trabajador, honrado, talentoso, lleno de Amor, de cariño y de esperanza no es garantía de nada. La gente vio que una oscura y maligna persona pudo más que el Amor y el talento de una persona, que la fuerza y voluntad de una familia, y que el cariño de tanta gente. Hombres y mujeres aprendieron a ver lo injusto de la vida, y de cómo a pesar de la cárcel la asesina se sigue riendo de ellos y de Selena. La gente a partir de aquel nefasto día aprendió a levantarse sin salir nunca del asombro, del enojo y del llanto. Y cuando la gente pierde las ilusiones y se queda mascullando bronca, se empieza a dar un caldo de cultivo para que la violencia y la sinrazón se apoderen de ellos y se instalen en sus tierras para siempre. Habrá que pensar hasta qué punto lo que se ha hecho con Selena no tiene que ver con la dura realidad de hoy. Habrá que ver si la que planificó quitarle los sueños a nuestra Selena no ha originado un ambiente de odio y de rencor del que nunca, nunca, se saldrá…

Hay determinados hechos en la vida que pueden cambiar el rumbo de las cosas. Uno siempre recuerda con Amor aquel Grammy que ganara Selena en 1994 y que fuera determinante para que su carrera artística tomara un rumbo y una dimensión inusitados. El impulso que la vida artística de Selena tomó desde ese premio se muestra no sólo por el éxito de ella con el disco “Amor prohibido”, que se editara poco tiempo después, sino porque ese importante premio hizo que muchos productores musicales, televisivos y del cine dieran cuenta de Selena, se fijaran en ella y se encontraran con un diamante en bruto con todo para explotar. Lo que significó Selena ese 1994 para México y Estados Unidos se puede ver en cada concierto de Selena, en cada aparición televisiva, en la presencia de Selena en novelas, en películas, en comerciales, en su mayor participación en los grandes medios. Selena ya hacía rato que había dejado de ser la Reina del Tex Mex. Selena ya era una artista importante de renombre mundial. Su sola fama la depositó en Centroamérica y la repercusión de sus actuaciones allí generaron un efecto rebote en muchos países de Sudamérica. En Venezuela y en Colombia, y más tarde en Perú, se enamoraron de ella sin siquiera haberla tenido en sus tierras. Y siempre la esperaron para expresarle todo su Amor. Y aunque la desgracia y la insensatez le impidieron poder disfrutarla con su presencia, en esas tierras jamás se olvidaron de ella y todos los años le hacen toda clase de homenajes. Ellos no la vieron, y sin embargo la recuerdan y la veneran como si Selena siempre hubiese estado con ellos. Es que Selena ha generado eso en todo el mundo, y lo logró con un Amor y un sentimiento que no es captado por la miopía de tantos que creen que Selena no había generado tanto, que no era tan conocida. Es esa gente miope que cree que todos ven como lo perciben ellos, que creen que Selena tuvo consideración después de aquel nefasto día. Creen que la realidad es lo que le marcan sus ojos y lo que sienten sus almas que no se llenaron con el Amor de Selena …que nunca vieron un recital de Selena, o que si lo vieron, lo subestimaron, en la creencia de que lo que ella había generado terminaría siendo algo temporal y sin ninguna proyección. Esas almas no sabían lo que era Selena, lo que generaba en esos famosos conciertos de Monterrey, de Acapulco, de San Antonio, de Houston, de Corpus Christi. Muchos creyeron que Selena tuvo dimensión cuando ellos la consideraron, en un momento en el que la gente ya la había adoptado hacía largo rato… Pero así como ese Grammy le cambió la vida a Selena, estoy seguro, muy seguro, de que si Selena lo hubiese vuelto a ganar en 1995, ese 31 de marzo no hubiese sido un día nefasto para Selena. La repercusión de volver a ganar el Grammy hubiese puesto a Selena en una exposición que paradójicamente la hubiese protegido de los males que la aquejaban. Hasta los miopes que no veían que Selena había logrado tanto hubiesen tenido que admitir la realidad de una Selena pegando ese salto fundamental a la fama, ese pequeño pasito que la faltaba dar para convertirse en la mejor artista latina internacional en forma indiscutible. Un solo pasito … que no pudo dar y que estuvo tan cerca de lograrlo…

Hoy veo esa realidad que me marcan aquellas noticias y me pregunto qué haría mucha gente sumida en el dolor y en la frustración si la viera Selena. ¿Podría la gente seguir actuando así? ¿Podría mirarla a la cara? ¿Haría algo irracional delante de sus ojos? Del mismo modo, ¿cómo reaccionaría Selena si viera la realidad del mundo de hoy? ¿Podría dar sus conciertos en aquellos lugares que antes estaban llenos de alegría y que ahora están sumidos en el dolor? ¿Podría pasearse como si nada por sus tierras sabiendo las calamidades que ocurren día a día? ¿Podría sentir que sus sueños son posibles si los de su gente parecen imposibles de lograr? ¿Acaso el cierre de “Selena Etc.” no es un ejemplo emblemático de que los sueños se terminaron, de que aquellos lindos tiempos de Selena ya se fueron y de que se está en un camino sin retorno? ¿Cómo se puede salir si parece que con la partida de Selena el lindo camino que con Amor ella lo había construido se hizo añicos, llevado por el odio de una persona, que fue tan devastador como el paso de un tornado que no deja nada a salvo, y sólo deja llanto y dolor por igual a hombres, mujeres y niños? ¿No ha llegado el momento de tomar plena conciencia de que, aunque nunca seremos felices sin Selena, aunque jamás lo aceptemos y estemos con la esperanza vana de que algún día volverá, tenemos que tomar su Legado por nuestra cuenta y divulgarlo? ¿No es hora de que tomemos a Selena no sólo como una artista que sólo puede ser recordada por su música sino como un ejemplo de vida y de mujer? ¿No es hora de que se dejen de lado los egoísmos, las peleas por los derechos, el negarse a difundir determinados materiales de Selena bajo la excusa de “derechos de transmisión”, y que por el bien de Selena y de su gente se difundan y se divulguen todos sus conciertos, toda su obra, todos sus reportajes, toda su obra benéfica, toda su campaña en defensa de la mujer, de los niños, de la prevención de las adicciones y de las enfermedades terminales? ¿No es hora de pasar a los hechos y no quedarse en las palabras grandilocuentes? Creo que el mundo sería mejor si les diéramos buenos ejemplos y buenas guías. Y muchos que tienen a Selena parecen no dar cuenta de ello. Creo que es hora de mostrarle a la gente de hoy lo que era Selena, y enseñarle que el camino es ella, su obra y su ejemplo. Parecería que en todos estos años se tomó el ejemplo nefasto que dejó la mujer que le quitó todo a Selena. Sumidos en el dolor, no dimos cuenta de que estamos dejándonos llevar por la resignación y la desesperanza .... Si al menos nos diéramos cuenta de que Selena nos dejó tan lindo Legado ... Que es sólo cuestión de divulgarlo y de seguirlo. Si fuéramos capaces de hacerlo, seríamos sin duda otras personas. Nos dejaríamos llevar por su Amor y no por el odio de su asesina. Si al menos todos se dedicaran a mostrar todo lo que Selena hizo por la gente, todo el mundo pensaría dos veces antes de cometer una locura, la misma locura que se cometió con Selena…

Cuando uno ve a Selena en los conciertos de Selena en Monterrey y ve la calidad y la emotividad de sus actuaciones, uno puede apreciar el talento de Selena, pero también lo que ella provocaba en le gente. Ya se lo habían dicho en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, allí mismo en esa ciudad. Le dijeron que era tan popular en Estados Unidos, que ella junto con Luis Miguel eran los dos únicos latinos que estaban en la Lista de los 200 más famosos en ese país. Pero también le dijeron que era una artista querida. Que la gente tenía un sentimiento muy particular con ella que hacía que la quisieran cuidar, proteger, darle su mejor muestra de afecto. Tal vez la gente tenía inconscientemente una premonición y sentía que Selena necesitaba esas muestras de afecto como el agua para que no le pasara nada. Pero también la gente le tenía un profundo respeto a ella. Aun hoy se recuerda cuando cantó “¿Qué creías?” en la Feria de Monterrey. Ella eligió a un hombre que resultó ser personal de seguridad para cumplir con el papel de “ex novio”. El hombre permaneció mudo haciendo lo que Selena le pedía y no diciendo nada que la perturbara. Estaba mudo y quieto, obnubilado quizá por la presencia de Selena, y aunque ella le daba ánimo y le hacía toda clase de chistes para que entrara en confianza, el hombre estaba allí, petrificado y callado por respeto a Selena. Eso era lo que generaba Selena, como en Festival Acapulco. La gente podía subir a saludarla, darle un beso y darle sus mejores muestras de afecto, pero cuando Selena les agradecía y les pedía con amabilidad que la dejaran seguir cantando por respeto al público, la gente se retiraba de inmediato. Eso era lo que provocaba Selena. Hacía sentir importante al público, sin perder de vista el lugar que ocupaba cada uno. Se hacía querer por mujeres, varones, niños, ancianos. Y cuando la gente se siente querida y respetada, devuelve lo que genera el artista. Selena ponía en práctica aquello de “Sin ustedes allí nosotros no somos nada”. Para Selena esas palabras no eran vacías de contenido y de significado. Tampoco tenían un significado de demagogia. Era algo que sentía y se lo hacía sentir a esa gente que se sentía tan feliz con ella y con el Amor que les prodigaba. Ese Amor que con su ausencia les falta, y que los sume en esa realidad de dolor y de desamor…

Hoy más que nunca se necesita que Selena esté presente. Tal vez por eso hay gente que, comprendiendo esto, empiece a generar proyectos para lanzar nuevos materiales con nuevas presentaciones de Selena, proyecten hacer nuevas películas y documentales sobre su vida sin saltear ningún episodio por más triste que sea, y hasta hagan museos itinerantes que se paseen por muchos pueblos de Estados Unidos para que todos aprecien la obra de Selena. Ojalá que esto se haga realidad, por el bien de Selena y por el bien de su gente. No hay nada más lindo que se hagan homenajes diarios a Selena para que ella sienta, donde quiera que esté, y por siempre y para siempre, que es y será amada. Para que cuando se la recuerde nunca se olvide que ella es la única protagonista de su historia, que todo el mundo tenga acceso a su obra evitando que alguien tenga el monopolio de su recuerdo haciendo hasta casi imposible a mucha gente llegar a tener algo de Selena. No hay nada más injusto, habiendo tanta gente en el mundo que la quiere tanto, que le cueste horrores tener su música, sus conciertos, algo de su rica vida. Si todos comenzamos a tener conciencia de que a la hora de recordar a Selena tenemos que tener el mismo Amor que sólo ella supo prodigar, entonces haremos no sólo un digno y justo recuerdo de nuestra Selena, sino que contribuiremos a que mucha gente que supo vivir tiempos felices e inolvidables con Selena, y que vive hoy en la más absoluta desesperanza y dolor, vuelva a recuperar la sonrisa y el optimismo, vuelva a sentirse feliz sintiendo nuevamente el Amor y el ejemplo de nuestra querida Selena…

Alguna vez John Lennon cantó “Todo lo que necesitas es Amor” .... Las ironías de la vida hicieron que tanto él como Selena, que tanto predicaron con palabras y con el ejemplo sus convicciones, hayan terminado de la manera más increíblemente violenta, como si fuera la lógica respuesta de un mundo desquiciado y carente de buenas intenciones. Pero uno siempre sentirá que Selena se llevó la peor parte, pues ella recibió esa violencia de alguien a quien Selena conocía bien, de alguien a quien nunca ella hubiese creído que esa mujer le iba a prodigar la peor de las traiciones. Siempre al pensar en lo que ha ocurrido nos es imposible poder ver las cosas positivamente, pues nos damos cuenta de que Selena recibió ese cachetazo sin esperarlo nunca y reaccionando cuando era ya muy tarde. Siempre sentiremos pena por saber lo que sintió Selena cuando corrió sus últimos pasos sin comprender, sin poder reaccionar. Selena se nos fue sin poder decirnos nada, sin poder entender esa respuesta a su Amor. Nunca sabremos cuál hubiese sido su respuesta, pero nosotros sí sabemos lo que sentimos y cuáles son las consecuencias de semejante locura que nos ha calado tan hondo. Tal vez por eso el mundo esté así. Tal vez por eso la gente que la conoció a Selena esté así. Ha llegado el momento en el que, aunque siempre estemos llorando y siempre sintamos la misma sensación de tristeza e impotencia que nos provoca la partida de Selena, saquemos todo de sí, de nuestros cuerpos y de nuestras Almas para hacer algo por el Legado de Selena, para continuarlo y agigantarlo, para contribuir a su recuerdo y para que todo el mundo sepa quién era esa bella cantante e insuperable artista. Y hacerlo con Amor, como ella quería y con la forma de expresar el Amor como sólo ella podía hacerlo. Aunque nunca podamos transmitirlo del mismo modo, con seguir su camino y su forma de expresar cada acto de su vida alcanzará para que su obra esté terminada, para que la gente sea feliz y para que el mundo recupere el Amor que parece hacer perdido…

Sólo me debo a ti, Selena. Sólo me debo a tu obra, a tu Amor y a todo lo que nos dejaste en nuestros corazones, estando o no en este mundo. Nunca me cansaré hasta ver que tu nombre ha quedado en lo más alto del universo de artistas que han sabido dar algo para que este mundo sea un poquito mejor…

Simplemente te quiere con toda el Alma…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)









El futuro está en tus manos, Selena…


Miraba impaciente detrás de las cámaras. La veía a Selena interpretando “Si una vez” en el programa “Padrísimo” y me daban ganas de llorar. Es lo que siempre sucede con Selena ... Por un lado, uno disfruta de ese bello momento que nos da ella con sus canciones, con sus interpretaciones, con sus miradas, con sus sentimientos, pero por otro, esa emoción nos lleva irremediablemente a la angustia y al llanto, pues sentimos que poco podemos disfrutar cuando sabemos que no la tenemos al alcance para agradecerle, para disfrutarla, para compartir con ella su éxito, para encarar cada día con alegría a sabiendas de que Selena está en algún lugar riéndose, alegre, vivaz, chispeante, siendo la misma de siempre, siendo la mayor cantante latina de la historia ... Y es allí cuando nos sumimos en el llanto, en el grito desgarrador invocando en vano su nombre, como esperando que nada de eso sea cierto, que algún día nos despertemos y que ella esté allí, haciendo justicia a su vida, a la música, a la historia. Más de una vez he visto a cantantes consagradas participando de conciertos multitudinarios, siendo invitadas a programas exitosos, siendo partícipes de festivales o eventos como primeras figuras y siempre me pregunté cómo Selena no está allí, cómo puede ser que ella no esté dando todo de sí para que el mundo lo reconociera, y le diera el sitial que le corresponde y merece, cómo una artista que había hecho gala de haber sido famosa sólo con su música, con tan buen trato hacia todos, nunca participando de ningún escándalo, nunca hablando mal de nadie, siempre confiando en la buena fe en los demás, siempre teniendo una sonrisa para con su público, para con su familia, para con los medios, tuviera que aparecer mundialmente como un mero caso policial, con su nombre invocado en enredos de habladurías y especulaciones de las que una mente y un corazón como Selena nunca hubiese permitido ni querido ... Tanta gente buena que hace bien las cosas y que llega a lo más alto con honestidad y con talento, y que no sólo no le permiten llegar a ese aplauso y reconocimiento mundial, a no vivir y disfrutar como se debe la vida después de tantos sacrificios y privaciones, sino que la dejan en simples páginas policiales, y tanta gente hablando sin sentido y sin conocimiento de ella. Y luego todos hablan de Selena, todos tienen algo que decir … Y muchos verdaderamente no tienen mucho que decir ... Es como dice el tango: “Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi tormento. ¡Todo es mentira, mentira ese lamento! Hoy está solo mi corazón…”. Y así aparece gente que relativiza lo logrado, lo atribuyen la fama y el éxito a la muerte, a la desgracia, al escándalo, a la lástima que produce … ¡¡Mi Dios!! ¡¡Justo se da todo lo que no quería Selena, lo que nunca había hecho para lograr ser alguien en la vida y en el mundo!! Y encima con un disco en inglés a medio hacer ... ¡¡Y tan, tan cerca del éxito mundial a base de puro talento y sacrificio!!

Justo estoy escuchando a Selena hablando con la conductora de “Padrísimo” que la está entrevistando. Raquelín González la está felicitando por sus nuevos logros y le pregunta por lo que hará este año. Selena le habla del disco en inglés, de las giras que hará, de todo lo logrado hasta allí. Y pone hincapié en algo que me lleva al borde del llanto … Dice que sabe que es un año muy importante para ella y para el grupo, y que es consciente de lo que les depara el futuro. Yo miro a la persona que me acompaña y que me trajo aquí, y casi que le imploro que me deje decirle algo, que no debemos permitir que lo que va a suceder en unos 47 días se efectivice. Esa persona se pone un dedo a la boca invocando silencio mirándome bien fijo a los ojos y con la vista bien amenazante para que me quede claro que ni se me ocurra decir nada que tuerza el destino. Con su mirada inquietante sólo me hace recordar una y otra vez que yo estoy para observar y no para alterar las cosas. Me dio el gusto de poder verla ya que nunca la pude ver en vivo, pero no me dio la posibilidad de que la ponga sobre aviso. Era consciente de que lo hecho, hecho está, pero si acaso Selena pudiera darse cuenta, pudiera sospechar, pudiera tener ese simple sentido de la duda, de tener que alterar cosas para que el camino fuera seguro, para que ese año tan soñado, de tantas responsabilidades y sueños a cumplir no se convirtiera en un año de frustraciones, de anhelos truncos y de llantos eternos ... Pensaba y no podía dejar de pensar que esa mujer que estaba a escasos metros de mí había sacrificado su vida para vivir lo que estaba viviendo ese año, que si tenía un gran protagonismo y éxito fue por su exclusivo talento y mérito, que nadie le había regalado nada, que todo fue hecho bien desde abajo y sin ninguna influencia. Hasta los anunciantes les llegaron después, cuando Selena era una realidad y no una mera promesa. Todo, hasta lograr entrar a la Emi fue producto de su enorme voz, personalidad y carisma, ya que José Behar, presidente de la Emi Latin, la había descubierto de casualidad, cuando yendo a diferentes festivales buscando a figuras y artistas a quienes pudiera incorporar a su compañía escuchó un bullicio y con él a una artista sin igual que lo había impactado. Así era Selena, así lo había logrado todo: sorprendiendo a todos, convenciendo a un público que terminaba dándole mucho más de lo que esperaban las personas que más confiaban en ella. Y ahora que Selena estaba cosechando lo que había sembrado, ahora que ella estaba tomando vuelo propio, yo no podía ver y marcharme sin poder hacer algo, sin advertirle que por allí alguien dispararía sin permitirle ese vuelo, ese vuelo que para Selena era su realización personal, su vida … y la libertad…

Todo esto que pensaba me hacía angustiar más y más. Di unos pasos más adelante como dando la idea de que quería ver mejor a Selena, esperando una pausa o algo que me permitiera acercar directa o indirectamente a ella. En un momento me acerqué a la conductora de “Padrísimo” que estaba allí escuchándola y mirándola con admiración, y le hice un ademán de aprobación. Como Raquelín González me lo confirmó con una sonrisa, yo me animé a decirle: “Realmente es encantadora. ¡¡No dudo de que tendrá un gran futuro!!”. Ella se quedó intrigada con mi acento y me preguntó de dónde era. Le dije que era de Argentina, que estaba de paso por aquí, pero que me detuvo esa voz y esa presencia de Selena en el set de televisión. Le dije que no la conocía pues en mi país casi no se la conoce o al menos los medios no han dado aún cuenta de ella, pero que no dudaba de que en breve estaría en todos los canales de televisión y en todas las tapas de todas las revistas. “¿Y qué haces tú aquí? ¿Estás por algún motivo? ¿A qué te dedicas?”. Yo dudé por un instante, miré a la persona que me acompañaba, que me hacía nuevos gestos amenazantes exigiéndome que volviera a mi lugar, y me volví hacia Raquelín González. Para evitar que ella pensara que era un intruso allí, le dije lo primero que me vino a la mente, pero que podría convencerla de por qué estaba allí: “Yo … adivino el futuro. Leo las manos. Soy conocido en mi país y gracias a algunas predicciones que he hecho fui invitado a varios países de Latinoamérica. Ésta es mi primera visita a México y a los Estados Unidos. Vengo a participar de un programa que me ha invitado y esta persona que me acompaña es mi representante”. Y señalé a la persona que me acompañaba que estaba a punto de tomarme el brazo para sacarme de allí. “Mucho gusto, señor …”, dijo Raquelín González. “Hilario Navarro”, completé yo. “El señor Navarro hizo mucho para que yo estuviera aquí. ¿No es cierto?”. Y ahora era yo el que lo miraba fijo, pero con ruego. Él empezó a decir que nos teníamos que ir hasta que ella dijo: “Espera. Me has dejado intrigada. Me gustaría saber algo de mi futuro. ¿No me podrías decir algo, aunque sea en este ratito antes de que se vaya Selena y de que te tengas que ir?”. Yo inmediatamente dije. “¡¡Por supuesto!! Te puedo decir lo más inmediato y luego me retiro”. “¡Qué bueno!”, me dijo. “Espera sólo un segundito que Selena acaba de terminar una canción. Presento la última y ya estoy contigo”. Yo asentí y enseguida vino Hilario y me dijo: “Está bien. Tú ganas. Pero ni se te ocurra decir nada extraño. Sabes muy bien que no puedes alterar las cosas. ¡¡Ten cuidado con lo que dices!!”. Yo lo tranquilicé con un “No hay problema”, mientras pensaba cómo haría para llegar a Selena…

Enseguida volvió la conductora de “Padrísimo” y extendió su mano esperando que le dijera algo. “No espero que me digas todo, pues a eso le tengo miedo. Sólo dime lo que me depara este año”. De pronto me sentí que estaba en un brete. Yo no sabía tanto de Raquelín González como para augurarle cualquier cosa. No podía quedarme con vaguedades que se las podía decir cualquiera. Pero me acordé de la emisión de “Padrísimo” de marzo y hacia allí me dirigí. La tomé de la mano, puse cara de asombro y le dije: “Por lo pronto, veo que el mes que viene vas a ir a Los Ángeles a cubrir un festival muy importante. Por lo que veo, no podrás estar presente aquí en la emisión del 8 de marzo. Oye: ¿es cierto que están pensando en poner a Selena de conductora de este programa para cubrir tu ausencia temporal?”. Ella se asombró muchísimo: “¿Cómo has adivinado eso? Es algo que sólo lo tenemos como proyecto la producción y yo. Es más. Sólo lo hemos hablado entre nosotros. Ni siquiera se lo dijimos al señor Quintanilla. Ni siquiera sé si se animará Selena. ¿Cómo lo sabes tú?”. Ya lo miré con aire de suficiencia y le dije: “Bueno. Por algo trabajo de ello. Yo aquí lo doy como un hecho que será así. Tú no tendrás problema. Quedarás encantada con ella y hasta le pedirás que lo vuelva a hacer. Y Selena seguro que aceptará, a pesar de las ocupaciones que tiene y las que tendrá. Por lo demás, tú tendrás un gran éxito con tu conducción. Tendrás varias propuestas hasta que…”. Yo no sabía para donde seguir hasta que me salvó alguien inesperado. “¿Qué pasa aquí que me están nombrando? ¿Me tienes que decir algo? ¡Vamos! ¿Qué me estás ocultando? ¡Dímelo ya!” y echó una de sus inconfundibles carcajadas mientras le pegaba el brazo con su mano en tono de buena onda a Raquelín González … Era Selena … ¡¡Era Selena!! .. La tenía tan cerca ... Y yo no sabía qué hacer ni qué decir. Lucía ese trajecito gris, esa pollera corta negra, ese inconfundible cinturón, esas botas, ese pelo negro tirado al costado y largo. Estaba preciosa ... Era una de sus apariciones más bellas. La tenía tan vista y no podía aun así dejar de encandilarme con semejante presencia. La conductora de “Padrísimo” le dijo lo que estábamos hablando del proyecto del cual yo “había adivinado”, a lo cual Selena dijo. “¡¡Pero claro que aceptaré!! Sabes que todos te debemos muchos favores. Ni necesitas hablar con mi padre. Bueno, tal vez lo tengas que hacer para arreglar lo de la agenda. Y ahora que lo pienso, me tendrás que convencer, ¡¡pues de pensar que tengo que conducir el programa me pone nerviosísima!! Sabes que aun hoy mi español es un tantito corto. Pero no te preocupes: desde luego aceptaré”. “¡Pues qué bien!”, le dijo Raquelín González. “Entonces tenía razón él”, señalándome a mí. “Selena. ¿Por qué no le das su mano para ver qué predice de ti. ¿Acaso no tienes curiosidad?”. Selena se quedó como petrificada. Yo adiviné lo que significaba eso, le extendí mi mano y le dije: “Antes que nada, un placer, Selena. Yo vengo de muy lejos. Como tantos otros te descubrí de casualidad. No hay necesidad de leerte las manos para saber que tienes un futuro enorme. Además, no tienes por qué hacerlo. Supongo que tus propias creencias te impiden dar crédito a este tipo de cosas. Te entiendo. Y no te preocupes. Yo tampoco creo tanto en esto”. E insólitamente me eché a reír. Selena volvió a echar una de sus carcajadas, pero de nervios. Luego se quedó mirando inquieta a la conductora de “Padrísimo”. Selena estaba muy intrigada con lo que le afirmé. Acaso la sorprendí por mis dichos sobre sus creencias. Me miró, se sonrió, me dio un beso, agradeció mis dichos, extendió su mano y me dijo: “Yo soy de esa gente que cree en las miradas de las personas. Algo me dice que tú me tienes aprecio, como si me conocieras de hace tiempo, como si fueras de aquí y me hubieses visto en infinidad de oportunidades. ¿Qué puedes decir de mí para este año?”. Me quedé helado, miré a la persona que me acompañaba, me temblaban las manos, en un minuto pensé todo y nada hasta que ella me dijo: “Dime lo que me tienes que decir. Simplemente eso…”.

Tomé su mano y respiré hondo, muy hondo. Estaba tomando la mano de Selena. Podía sentir su latido, su vida, sus sentimientos. Estaba muy emocionado y tenía unas terribles ganas de llorar. Tenía ganas de abrazarla y de decirle: “¡¡Terminemos con esta farsa!! ¡¡Sálvate, Selena!! ¡¡No confíes en todo!! No deposites tu futuro en los demás. Tu camino no es el camino de ellos. Ya abriste tu camino. ¡¡Sólo tienes que seguirlo!!”. Quería poder decirle todo hasta el último detalle. Pero no podía. No podía yo torcer el destino. En todo caso, ella debía hacerlo. Yo sólo podría ayudarla. En eso me mentalicé y le dije casi con un hilo de voz: “En breve, en tan sólo dos semanas, tú tienes un gran rodeo al que ya fuiste dos veces. Es en Houston. El famoso Houston Astrodome … ¡Pues te felicito! Veo que en las dos presentaciones habías quebrado el record de asistencia. Ésta no será la excepción. ¡Lo volverás a quebrar!”. Ella sonrió de satisfacción, pero sentí que esperaba algo más para ser impactada. Era obvio que para ella y para el grupo no sería eso una gran novedad. Por eso le dije: “Esta vez dejarás ‘Como la Flor’ al final del concierto, pues tienes pensado comenzar el show con un medley de temas en inglés de los años ’70. Por lo que yo observo, esto tiene que ver con tu futuro disco en inglés. Ese disco hace mucho que lo vienes anunciando, pero este año sale, y por lo que veo, ¡ya has grabado algunos temas!”. Ahí me detuve y ahora podía observar su cara de asombro. Recién allí podía darme cuenta de que aquella confianza por pura intuición se convertía en una realidad tangible. “¡¡Es cierto!! ¡¡Muy cierto!! Estoy sorprendida de que lo sepas. No sé cómo lo has adivinado. ¡¡Ni que hubieras estado con nosotros!!” … “Es más”, la interrumpí. “¿Puede ser que uno de los temas que has grabado se llame ‘I could fall in love’ y que ese tema sea el adelanto del nuevo disco? Si no veo mal, está también “Dreaming of you” y “I’m geeting used to you”... ¿Es así?”. Selena miró a Raquelín González, miraba a su alrededor, no podía salir de su asombro y me dijo: “¿En serio no me conoces? ¿En serio no eres de aquí? ¿No has estado conmigo antes? ¿Acaso eres del futuro mismo? ¡Me intrigas! Es cierto que no creo en estas cosas, pero tengo que admitir que es verdad lo que dices, pero por favor no lo divulgues. Para todos es un secreto y una sorpresa. ¿Me lo prometes?”. “No te preocupes, Selena. Confía en mí y haces bien en no creer en estas cosas, Tal vez haya que confiar más en la intuición. Y ésa es tal vez mi habilidad: ser intuitivo. Un consejo: déjate llevar por la intuición. ¡¡Es buena consejera!!”.

Sentía que había llegado más lejos de lo esperado. Quería seguir, pero tenía límites. ¿Cómo decir lo demás? ¿Lo quiero decir? ¿O quiero que Selena piense en ciertas cosas para que las tenga en cuenta en ocasiones bien puntuales? ¿O quiero dejarle una pista? ¿Querrá Selena que le siga contando? En eso estaba cuando un hilo de sudor helado corrió en mi espalda cuando Selena me dijo: “¡¡Quiero que me cuentes más!! Quiero que me digas qué será de mí este año”. Fue uno de esos momentos en los que quería que me tragara la tierra, pero no lo podía hacer. Por algo estaba allí. Estaba por Selena. Quería, pero no podía. ¿Cómo ser equilibrado y razonable con algo tan desestabilizante y perturbador? ¿Cómo se siente uno cuando quiere decirle todo a alguien por su bien, pero no lo puede hacer pues eso sería peor? Volví a tomar sus manos y Selena me dijo: “No temas. Yo sé que me darás buenas noticias. Y si no fueran tan buenas, ¿qué malo me puedes decir? ¿Que no tenga tanta popularidad, que tal vez tenga que esperar un poco más para mi consagración mundial, que tenga que tener más paciencia con ‘Selena Etc.’? ¡¡No hay problema!! Sabré esperar. Estoy aprendiendo el valor de lo que es vivir y gozar cada día como si fuera el último…”. Creí que me iba a desmayar allí cuando comencé a relatarle lo que vendría luego del Astrodome: “Bueno. Por lo que veo, tendrás un par de Festivales importantes en marzo. Irás a Noches de Carnaval. Irás al Festival de Calle 6. Veo que participas de una campaña en pro de que los niños vuelvan al colegio. Sé que por ello darás un concierto en la Escuela de los Spurs de San Antonio. ¡¡Qué bueno, porque creo que en el futuro habrá muchos argentinos que harán historia en ese club!! También harás un concierto en Chicago. Tendrás una temporada agotadora entre todo esto y tus actividades en Selena Etc., que para ti es muy importante, pues es tu proyecto y sueño personal … Bueno, vendrás aquí como conductora en un especial de ‘Padrísimo’ y…”. Selena me miró inquieta ante mi pausa. Yo no podía seguir ... Sentía que estaba en un laberinto sin salida. Miraba su mano, la miraba a ella, miraba a la conductora de ‘Padrísimo’, miraba a la persona que ya me pedía con la mirada que ni se me ocurriera decir más nada, y dije: “Perdón, Selena, no puedo seguir. Ya es tarde”. Le di un beso y eché a correr para la salida. Hilario Navarro me siguió y les hizo un gesto a Selena y a los demás aclarándoles que estaba todo bien, que no se preocuparan, que ya debían irse para el “otro programa”…

En cuanto salí del estudio me puse a llorar largamente. La persona que me acompañaba trataba de consolarme: “Sabes que no puedes hacer nada. Te dije que no te acercaras. Que iba a ser peor. ¿De qué sirve que hagas esto? El destino es así de cruel. Nadie quiere que pasen cosas malas, pero esas cosas suceden. Sabes que esto no viene de casualidad. Surgen por muchas cosas. Aunque tú pudieras evitar lo peor, eso no quita que lo malo sucederá inexorablemente. ¡Acéptalo! ¡Ésa es la realidad! Verás que me darás la razón…”. “¡¡Qué me importa la realidad!!”, le dije con la voz desgarrada. “¡¡Al diablo con ella!! ¿De qué me sirve aceptar el destino? ¿No te das cuenta? ¿Acaso no la has visto? ¿Acaso no te ha conmovido? ¿Acaso no te da pena de saber que ese encanto de artista y de mujer nos dejará pronto? ¿Qué puede pasar si alteramos las cosas? ¿Qué las cosas sean peores? ¿Y qué peor cosa es que este mundo no tenga a Selena? ¿Qué peor cosa puede ser que esa mujer de 23 años se vaya sin comprender por qué el destino ha sido tan cruel con ella? Y me eché a llorar de nuevo sin parar. Hilario entendió mi genuino dolor y me abrazó, para que mi angustia tuviera algo de contención. “Yo sé muy bien por qué sufres. Si te traje aquí es porque quería que al menos la vieras y hasta conversaras con ella. No creas que soy tan ingenuo. Sabía que lo intentarías y hasta sabía que querrías alertarla. Tal vez yo también quiero ver si Selena puede torcer ese destino. Tal vez me equivoqué en pensar que esto sería lo mejor para todos. Tal vez por eso yo también quiero remediarlo. Pero lo que suceda ya corre sólo por cuenta de Selena. Nadie puede impedir que suceda lo irremediable salvo que sea ella quien lo pueda detener. ¿Me entiendes ahora?”. Yo asentí pero seguía llorando. El tener tan cerca a Selena y apartarme así de ella me había puesto peor. Hice un gesto a Hilario para que nos fuéramos hasta que escucho a alguien que me dice: “¿Pero qué pasa contigo? ¿Por qué te fuiste así? ¿Acaso no querías despedirte de mí? ¿Tan mala impresión te causé?”. Me di vuelta y pensé en que si había algo que Selena no quería era sentirse no querida, que había defraudado y que la gente le diera la espalda. Corrí hacia ella y la abracé fuerte y le dije: “Perdóname, Selena. Lo siento muchísimo. No quería irme así. Tú no te lo mereces. Lo que pasa es que Hilario me dijo que…”. “¿Qué viste en mi mano que no te gustó?”, me interrumpió Selena. “Tú me dijiste que hay que dejarse llevar por la intuición. Yo sé lo que son ciertas miradas. ¿Qué es lo que viste en mi mano?”, mirándome con ternura y yo me desarmé…

No quería levantar mi vista para verla. Definitivamente no le podía decir todo. Tampoco nada. “Es que no vi más nada allí. Eso es todo. ¡No hay más nada en tu mano! No hay rastros. Tal vez hagas una pausa. ¿Quién sabe? Tal vez sea curioso lo que sucede. Pero suele ocurrir que uno no puede ver ciertas cosas. A veces hay que estar muy atento para ver todo lo que va a pasar. No todo se manifiesta tan claramente. Es cuestión de buscar los tiempos y aprovechar los momentos…”. “¿Pero tú me dices que hasta marzo ves todo claramente y luego ya no ves nada? Dime. ¿No sabes cuál será mi próximo concierto personal luego del Astrodome? Yo lo sé. ¿Acaso tú no lo puedes ver o sólo tienes la bola de cristal hasta marzo?”, y volvió a echar una de sus carcajadas como para distender el momento. Yo aproveché ese instante para decirle seriamente pero a la vez en forma calma: “Yo sólo vi que hay problemas. Tal vez no sean importantes. Tal vez puedan solucionarse. Sólo puedo darte un consejo. Cuídate. Cuídate mucho. Repítetelo. Dilo incluso al público en tus conciertos. A veces lo malo no viene de donde uno supone. A veces los disgustos vienen de donde menos se espera. Presta atención a eso. Siempre piensa si los que te dicen querer dan todo por ti como tú les das a ellos. Y no te quedes sola. ¡¡Nunca lo hagas!! Cuando no sientas salida, cuando no sepas qué hacer porque algo te perturba recurre a tu esposo, a tu familia y diles lo que pasa. Siempre será lo mejor. Ellos lo entenderán a pesar de si a veces no aceptan tus decisiones. Acuérdate cuando te casaste en secreto. Acuérdate de la gente que te quiere mucho. Para ellos eres mucho más que una artista consagrada. Para ellos tú eres una gran persona, un familiar más, una mujer muy querida, como una hermana, como una hija, como una madre, como una novia. ¡¡No lo olvides nunca!! … ¡¡Ah, me olvidaba!! Tú el mes entrante grabarás dos temas: “A boy like that” y “Puede ser”. Cuando los grabes piensa bien en esas letras, medita en lo que estás cantando. ¿Quieres saber más de tu destino? Escucha esas letras, sobre todo la de “A boy like that”. Es todo lo que te puedo decir…”.

Justo en ese momento apareció Don Abraham Quintanilla preguntando por Selena. “¡¡Aquí estoy, Daddy!! ¡¡Ya voy contigo!!”. Y antes de que se lo preguntara su padre, ella se adelantó y le dijo: “Es que estoy con un encantador admirador de la Argentina que quería conocerme y pedirme un autógrafo…” y me guiñó un ojo. Al padre de Selena se le abrieron los ojos, me extendió su mano y me dijo: “¡¡Un admirador de tan lejos!! Tengo una noticia buena para ti. No faltará mucho para que Selena los visite por allí. Así que espero que nos vuelvas a ver cuando estemos por aquellas tierras. ¡¡Oye, Selena!! Si no le has firmado el autógrafo, ¿por qué no lo haces aquí? Al muchacho seguro que le encantará…”. Selena tomó la foto y dijo: “¡¡Ey!! Ésta es una de las fotos del disco en inglés. Aún no sabemos cómo se llamará, ¿no?”. Don Abraham le dijo que no, que aún era prematuro, pero afirmó que el título seguramente será uno de los temas que había grabado. “A mí me gustaría que se llamara ‘Dreaming of you’ … ¿Tú que piensas?”, me dijo Selena mientras firmaba la foto. “¿Y qué dices de lo que ha dicho mi padre? ¿Nos veremos allí en Argentina?”. “Depende de ti, Selena”, le dijo mirándola fijamente, acaso afirmándole con mi mirada lo que le había dicho antes. “Bueno, ¡¡ya está!! ¿Te gusta la foto?”. Miré esa foto que tantas veces la había visto y afirmando a cuanto me quisiera escuchar que era una de mis preferidas, y le dije. “Sería lindo que fuera una de las fotos del disco, que bien podría llamarse ‘Dreaming of you…”, y detuve mi habla por el llanto que me provocaban sus palabras en el autógrafo: “Mil abrazos y mil besotes, Sergio. Cuídate muchísimo y nos veremos muy pronto. Hasta luego. Chau. Con mucho cariño. Selena. 12 de febrero de 1995”. No pude dejar de emocionarme, señalé la foto y le dije: “Me gustaría que retengas estas palabras. Me gustaría que las digas al despedirte en el concierto del Houston Astrodome y que no las olvides nunca en cada cosa que emprendas” … “Las recordaré, claro que las recordaré”. Y antes de que me preguntara algo más que no pudiera contestarle, la abracé fuerte mientras aprovechaba para llorar y que no me viera. Y mientras la abrazaba y no la soltaba, Selena me dijo: “No te preocupes, Sergio. Tendré en cuenta tus palabras. Nada es casualidad en la vida, Por algo tú estás aquí: espero que pronto me digas qué más dicen las líneas de mis manos. Espero que la próxima vez lo tengas todo mucho más claro, o tal vez mejor: que la realidad haga que ni necesite que me predigas el futuro…”. Allí la abracé más fuerte y le dije: “¡¡Dios te oiga, Selena. Ojalá te esté escuchando!!”.

Me aparté de ella y sonreímos. Sentí que ella lo sabía todo. Tal vez sólo esperaba que alguien se lo dijera. Hilario me dijo que teníamos que irnos y yo le di un saludito con la mano muy fiel a su estilo. Ella se fue con su padre camino al estudio de q-productions y en todo momento no dejamos de darnos vueltas y de saludarnos. Cuando ya no la pude ver más, le grité. “¡¡Cuídate muchísimo, Selena!!”. “¡¡Claro que sí!! Nos veremos muy pronto. ¡¡Pues no quiero que tengas de mí sólo una foto y un bonito recuerdo!!”. Hilario me contuvo y me dijo: “¡Ya está, ya está! Hiciste todo lo que pudiste, y todo lo que te podía permitir y más. Sólo esperemos que Selena haga lo suyo. ¡Ya descansemos de una vez!”. Y me fui con él, en el convencimiento de que había hecho todo lo posible y rogando que Selena estuviera allá cuando volviera…

Cuando me iba yendo del lugar y recordaba cada instante que viví con Selena no podía dejar de llorar. No podía y no quería. Dejaba que mis lágrimas se derramaban por mis mejillas sin querer quitármelas. Quería que mi dolor y mis sentimientos por Selena estuvieran bien expuestos, que fueran el fiel reflejo de lo que pasaba por mi corazón, por mi cuerpo y por mi alma. Hilario ya no me miraba con rencor, me miraba con pena. Viéndome, quería él mismo deshacer lo que había hecho. Ahora éramos dos errantes que esperábamos un milagro. Y que ese milagro lo hiciera Selena. Miré una y otra vez la foto, y leí mil veces sus palabras. Rogaba a cuanto Dios hubiera por allí, aparte del que estaba conmigo, que viera mis lágrimas, que viera mi dolor, pero fundamentalmente viera a Selena. Y que se apiadara de ella. Desee como nunca que me lleve a mí, pero que nunca se la lleve a ella…

Ojalá que cuando vuelva Dios haya tomado una decisión, una decisión que la haga cuidar a Selena y que algún día, un día, yo le pueda devolver la foto y que me complete el autógrafo diciéndome: “¿Viste, Sergio? Cumplí lo prometido y aquí estoy. No soy para ti ni para nadie sólo fotos y recuerdos…”.

(¡¡Dios mío!! Haz realidad mis sueños. ¡¡Dios mío!! Devuélvenos a Selena. Dale una nueva oportunidad. ¡¡Dale la posibilidad de vivir todo lo que no pudo y mereció!!)

Sólo tengo hoy lágrimas para ti, Selena…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)






Dime, Selena…


Dime, Selena, ¿cómo andas? ¿qué haces por allí? ¿Está todo bien? ¿Por qué no nos lo vienes a contar? ¿Acaso no sabes que te extrañamos? ¿Acaso no sabes que te esperamos? ¿Acaso no sabes que para nosotros tú no te has ido y que te seguimos esperando como una madre espera a su hijo cuando ha salido a la noche y aún no vuelve? Tal vez deberías saber, Selena, que la gente por aquí nunca asimilará tu partida pues aún no entiende cómo te has marchado, cómo te pudiste ir en un momento en el que la vida te sonreía, la gente te amaba, la gloria te acompañaba y tus sueños se cumplían uno a uno sin detener su marcha jamás. Ninguno de nosotros ha pensado ni ha querido pensar que tu voz se ha ido para siempre. Nosotros seguimos esperando que tú vuelvas para certificar que nadie como tú podría irse de este mundo, para asegurar que Dios no dejaría ir de este planeta a alguien tan divino y tan angelical como tú, Selena…

Dime, Selena, ¿cuándo pasarás por aquí, cuándo nos dirás dónde estás, qué es lo que ha pasado contigo, por qué estabas tan sola aquel día, qué buscabas detrás de esas nubes negras que amenazaban una gran tormenta? Dime, Selena, ¿estás sola? ¿con quién compartes tus sueños, tus alegrías, tus tristezas, tus risotadas, tus ganas de vivir y de compartir? ¿Has preguntado por qué estás allí y no aquí? ¿No nos extrañas? ¿Sientes miedo, angustia, temor, soledad? ¿O acaso fuiste a buscar paz, felicidad, armonía, libertad? ¿Sabes, Selena? Daría todo por escucharte, por saber que estás efectivamente allí, que algún día te aparecerás ante nosotros para decirnos lo que ha pasado contigo y lo que sucede en la actualidad, para decirnos que nos quedemos tranquilos pues estás feliz donde estás y que tú has elegido ese destino. Muchas veces me he imaginado salir de mi departamento y encontrarte esperándome con una sonrisa de satisfacción y complicidad, esperando mi reacción y esperando a que vaya por ti para abrazarte y para decirte todo lo que siento por ti y para que me cuentes todo, todo, y no soltarte hasta que tú me asegures de que tú estás bien y de que estás feliz. ¿Sabes, Selena, lo que se te extraña? ¿Sabes, Selena, lo que se espera por ti? ¿Sabes, Selena, que nadie podrá dejar de llorarte si no vienes tú a decirnos lo que nosotros queremos escuchar, que es tu palabra? Nosotros no queremos palabras de consuelo, no queremos que nos digan palabras que nos dejen contentos pero que no reflejan lo que sucede contigo. Simplemente, Selena, se espera que nos vuelvas a hablar, nos puedas decir que estás feliz donde quieras que estés, que estás feliz porque te extrañamos y estás feliz porque en breve tú volverás… Y si no fuera así, que nos digas lo que sientes hoy, y lo que has vivido y sentido en todos estos años…

¡¡Dime algo, Selena, por favor!! Ya no puedo tolerar tu partida. Yo sólo quiero que estés aquí. Nadie al verte puede imaginarse y aceptar un destino tan triste y tan doloroso. ¡¡Dime que nada es imposible y que tu presencia viene a certificarlo!! Dime que nada es cierto, que nada te ha sucedido, que sólo te marchaste por un tiempito pero que no nos preocupemos. Dime que te sientes bien, que tu Alma no se ha quebrado, que aún conservas ese temple y esa energía que te hacían única e irrepetible, y que contagiaba al resto para seguir tu mismo camino. Dímelo, pues la vida sin ti no es lo mismo, no tiene el mismo valor, nada tiene sentido. Dime, Selena, que no es cierto, que todo fue una pesadilla, que estamos viviendo esa pesadilla que tú tenías recurrentemente y que te hacía despertar sobresaltada. ¿Recuerdas, Selena? Dime que estamos soñando todo, pero cuando despertemos estarás tú allí sonriéndonos feliz, contenta y satisfecha de estar dando todo de ti, paseando tu talento y tu fama, pero fundamentalmente demostrando que estás plena y bien contigo misma, cumpliendo todos tus sueños, dando toda tu energía para ir cumpliendo sin prisa pero sin pausa cada uno de tus proyectos y anhelos. ¡¡Dime, Selena, que estás allí!! Me moriría si pensara que ya no estás, que fuiste un suspiro, un aire fresco en pleno verano, una flor en primavera, una hoja en el otoño, una hermosa nieve en la montaña. Me moriría de pensar que esa imagen final es cierta y que nada se puede hacer. ¡¡Dime, por Dios, Selena que no es cierto!! Si tienes la posibilidad de hacerlo, si tienes a Dios cerca para ayudarte, detén el tiempo, páralo, haz que no siga contando las horas, los minutos, los segundos. Pues cada segundo que pasa es una eternidad de tiempo sin ti, un tiempo enorme sin poder disfrutar de ti, sin verte allí con tu voz, con tu talento, con tu belleza, con tu presencia. Este mundo sin ti, Selena, no tiene sentido, es insoportable, inaudito, desolador. ¡¡Por eso necesito que me digas algo, Selena!! ¿Acaso no ves mi angustia, el llanto de tanta gente, el Amor de tantos que no pueden entender aún qué pasó y que sólo esperan que tú vuelvas pues no pueden admitir que te has ido? ¿No ves que todas esas Almas sólo esperan que tú les hables, que nunca se sentirán tranquilos hasta que tú les demuestres que nunca te irías de ellos de esa forma? ¿Que tú tenías el Amor, la entereza y la inteligencia como para prevenir cualquier locura, cualquier negligencia, cualquier tontería y cualquier necedad que se pudiera cometer contra ti?… Por eso, Selena, deten el tiempo, haz que el reloj no marque más las horas, pues me voy a enloquecer … sin tu Amor…

No bastan las palabras de consuelo que prodigan los demás, Selena. Acaso no basten porque no importan. Importan tus palabras, tus mensajes, tu optimismo, tus fuerzas, tus ganas, tu energía. Yo sé que por allí no te gusta que te diga esto, pero es lo que siento y lo que siente mucha gente: en tu historia, lo único importante eres tú. Tú forjaste tu destino, tú llamaste la atención de tu padre al cantarle esas canciones, tú y tu carisma llamaron la atención al público, tu voz cautivó a la gente, tus espectaculares apariciones en el escenario te hicieron incomparable e inimitable. Con el tiempo el público aprendió no sólo a admirarte sino a quererte, a cuidarte, a manifestarte toda clase de Amor y de afecto. Sólo te querían a ti, sólo requerían tu presencia. Esa misma gente que vio en ti su mayor representante no puede entender que de todos los protagonistas de tu historia, la más importante, la que generó semejante admiración y cariño, no esté. Y que se haya ido de ese modo ... Todos los que te supimos amar no lo podemos entender, y por eso sólo sirven tus palabras y tu presencia. Nunca nos consolará pensar que podremos recordarte por tu música, que algún día nos encontraremos contigo en otro mundo, en otra dimensión, en otras circunstancias. No nos podemos consolar con recordarte con alegría, pues muchas veces lloramos al verte y al recordarte. Tampoco nos contentará con pensar que por allí lo que hacemos refleje tus sentimientos y que seguramente te saquemos una sonrisa de satisfacción. Acaso lo único que me consuela es saber que alguna vez dijiste que lo único que querías es que te recordaran con Amor. ¿Y sabes, Selena? Eso es lo que hacemos. ¿Pero sabes, qué también, Selena? Cuando te vemos, cuando disfrutamos de ti, siempre, absolutamente siempre, se nos dibuja una mueca de tristeza, de incredulidad, de honda desolación, porque nos damos cuenta de que tenías todo para dar y toda la energía para hacerlo. Porque viéndote se nos viene a la mente aquel nefasto día y no queremos creer que pudo haber sido cierto. ¿Entiendes, Selena, por qué necesitamos que nos hables? Para que nos digas que nadie pudo haberte hecho tanto daño, para certificar que nada es imposible a la hora de que vuelvas con nosotros, para decirnos que nada te pudo haber pasado, que nada de esto te pudo haber sucedido…

Dime, Selena, ¿qué sientes, qué sueñas cada día, qué extrañas de aquellos tiempos, qué pasa por tu corazón, que sientes en tu piel? ¿Acaso lloras cuando ves los homenajes que te hacen, los recuerdos que te prodigan, todo lo que se dice de ti? ¿Qué sientes al recordar aquel nefasto día? ¿Sientes pena, rencor, odio? ¿Qué querrías decirle a esa mujer? ¿Le darías la espalda? ¿Acaso la perdonarías? ¿Acaso querrías hablarle para que te explique por qué te sigue haciendo tanto daño con su filosa y odiosa lengua? ¿Querrías que se quede encerrada para siempre? ¿Querrías decirle lo que tú sientes ahora o querrías decirle lo que quisiste expresarle aquel horroroso día y no le pudiste decir? ¿O acaso no querrías decirle nada y sacártela de tu mente, porque no quieres pensar ni admitir que alguna vez tú y tu familia confiaron en ella? ¿No tienes ganas de correr, de escaparte de donde estás para decirnos algo, para hablar con tu familia, con tu esposo? ¿Acaso no quieres llorar con ellos? ¿Acaso no querrías compartir tu dolor y decirles lo que pasó? ¿O acaso ellos lo saben? ¿No quisiste correr cuando cerraron “Selena Etc.” porque tú misma sabías que era la confirmación de que tú no estás aquí y de que tus sueños se los ha llevado el viento, esa tormenta que también se llevó a ti? ¿Acaso quisiste correr para acompañarlos en esa dolorosa decisión, estuvieras o no de acuerdo, para que no se sientan culpables de aceptar y hacer aceptar esa dolorosa realidad? ¿Qué piensas de tu familia? ¿No querrías hablarle a A.B.? ¿No querrías decirle que no se lastime más con sus tatuajes, que sabes que él fue de los que jamás aceptó que te hayas ido, que le costó horrores volver a la música porque hacerlo sin ti era inaceptable y la aceptación de una derrota difícil de asimilar? ¿No querrías aconsejarlo, acompañarlo, decirle que estás con él para que componga aquellas canciones que sólo pensaba para que tú las cantaras? ¿Qué se inspire en ti a la hora de hacer algo? ¿No querrías alegrarle la vida con tus ocurrencias para que él no esté más enojado con la vida y con el mundo por lo que te ha sucedido, para que no se pelee más y para que todo lo vea con tus ojos llenos de tu Amor? ¿No querrías acompañar a Chris, no querrías llenar su corazón con tu presencia, con tus sueños, con tus planes y con tus ganas de vivir? ¿Acaso no te das cuenta, Selena, que él aprendió a vivir contigo y que sin ti se quedó como un hijo huérfano, sin poder ser nunca enteramente feliz, extrañando a la mujer que le dio todo lo que necesitaba y todo lo que buscaba, que le dio paz y tranquilidad en su alma, y que un día se quedó sin nada, como si una mala persona le quitara el juguete más preciado a un niño? ¿Acaso no querrías llenar el enorme vacío que siente tu madre que premonitoriamente dijo aun estando tú presente que sin ti no podría vivir, y que vive todas las noches llorando por tu ausencia mordiéndose la lengua en estos 15 años para no tener que expresar todo su dolor y toda su desolación públicamente? ¿Acaso no querrías que tu hermana vuelva a tener a la persona a quien le podía contar todas sus intimidades y con la que podía sentirse acompañada contándole sus más hermosos secretos que sólo podía entender una hermana y, sobre todo, una mujer? ¿Acaso querrías aparecer ante tu padre para que al verte no pueda armarse más con su coraza, se afloje de una vez y se ponga a llorar contigo como no lo pudo y no se permitió hacer en estos 15 años? ¿Acaso no lo querrías, Selena?

Tal vez, Selena, querríamos escucharte porque te fuiste aquel día sin que nunca se escuchara tu palabra, sin que nada pudiéramos oír de ti para saber qué era lo que pasaba, qué era lo que sentías, cuáles eran tus dudas, qué era lo que querías hacer realmente. Nos quedamos, Selena, sin ver de ti alguna señal, algún vestigio, algún mensaje que nos permitiera ver, intuir y tener la certeza, aunque sea con el tiempo, de qué era lo que pasaba por tu mente y por tu Alma en aquellos días de marzo de 1995. Cuando vemos tus imágenes de aquella época buscamos en ti alguna señal que nos indique que algo estaba ocurriendo, que algo iba a pasar. Vemos esas hermosas imágenes de tu aparición en “Padrísimo” el 8 de marzo y sólo vemos en ti alegría y belleza. Te vemos conduciendo un especial de ese programa y vemos que la conductora, que estaba circunstancialmente en Los Ángeles, te felicitaba y deseaba que ésa no fuera la última vez que condujeras ese programa … Y fue la última vez ... Rastreamos una y otra vez tus apariciones, y seguramente encontraremos alguna imagen perdida en el concierto de Chicago o en algún reportaje en Corpus Christi o San Antonio que nos indique claramente que algo te preocupaba, que la sonrisa no era la misma, que algo te perturbaba. Pero nunca sabremos si eras tú la que sentías todo eso o sólo son ideas de nosotros al ver esas imágenes con la seguridad de lo que vendría después. Ese después que aún hoy no se puede entender que ha sucedido y que te privó de todo ... Y nos quedamos sin tu voz y sin tus pensamientos ... Te vemos grabando tu disco en inglés en camino a la conquista de todo Estados Unidos y el mundo entero, nos dormimos con la seguridad de que ibas por rumbo seguro y nos despertamos con que te desviaste hacia esa horrorosa habitación del Days Inn para encontrarte con un destino que nunca buscaste y que nunca esperaste. Aún hoy esperamos una respuesta a esa decisión y a ese destino. Tal vez sea eso lo que nunca nos hará descansar en paz ni a ti ni a nosotros. Tal vez por eso buscamos que tú nos lo vengas a decir, Selena, pues tú, sólo tú, tienes la verdad. Acaso lo que siempre buscamos cuando te recordamos es que esa verdad alguna vez salga a la luz y salga de tu boca…

¡¡Dinos algo, Selena, dinos algo, aunque más no sea para llorar juntos, para no sentirnos tan solos, para no resignarnos a un mundo sin ti!! Dinos algo para no sentir ese desgarrador dolor de ver que una mujer de tan sólo 23 años se nos ha ido de nuestras manos sin poder reaccionar, sin poder expresar todo el sentimiento, todo el dolor y toda la desazón que eso ha generado. Creo que ninguna de las lágrimas que hemos derramado expresa la dimensión de nuestros sentimientos, que sólo se expresarían con una palabra tuya, con una aparición tuya. Pues todo el sentimiento que hemos expresado acaso explica lo que a nosotros nos duele, todo lo que genera tu ausencia. Pero nuestro dolor, ¿acaso puede expresar tu dolor, tus sentimientos, tus lágrimas, tus sueños, tus sentimientos, tus dulces proyectos, tu Amor, tu ternura, tus risas, tu energía, tus ambiciones, tus ganas de vivir? No, estoy seguro de que no, a pesar de que tu ausencia, Selena, me ha hecho llorar como no lo he hecho nunca. Porque en definitiva tú sola sabes todo lo que sentías, todo lo que querías, todo lo que anhelabas. Ojalá pudiera ponerme en tu piel, en tu Alma, en tu corazón para saber lo que sentías verdaderamente. Ojalá pudiera estar en tu cuerpo, Selena, para saber y sentir la dimensión de tus sentimientos, para poder sentir en toda su expresión todo lo que significa tu ausencia. Creo que buena parte de nuestro dolor y de nuestra angustia que pervive con el paso del tiempo tenga que ver con saber que no nos mueve un sentimiento egoísta cuando rogamos para que vuelvas. Porque ya no se trata de que vengas para que nuestra soledad deje de sentirse, no es que nosotros queremos que estés para que nos cantes nuevas canciones, no es que queremos que tú nos soluciones los problemas de nuestras vidas. Sólo queremos, Selena, que tú vuelvas para que vivas tu vida, para que continúes tus sueños de una mujer de 23 años con todas las ilusiones y todas las certezas. Hoy nada me haría más feliz de saber que estás allí contenta y satisfecha, más allá de lo que hagas o de lo que pienses hacer. Aunque mañana vinieras a decirme que estás aquí pero que has decidido hacer otra cosa pues ello te hace feliz, yo sería la persona más contenta de la Tierra. Nada me pondría más feliz que viéndote a ti feliz, Selena…

Ven, Selena, ven a ver lo que has generado. Ven a ver a cuántas personas más has emocionado. Ven a ver cuánta gente de diferentes tierras, culturas y gustos musicales se ha encantado contigo. Ven a decirnos lo que te provoca ver que haya tanta gente que te hace homenajes sin haberte conocido y que sólo se movilizan por lo que tú les despertaste con tu voz, con tu talento, con tu Amor, con tu carisma, con tu versatilidad. Te sorprenderás de ver tributos de gente amante de tantos y tan diferentes gustos musicales ... Hoy veía un video tributo dedicado a ti con tus imágenes y música de Green Day. Era conmovedor no sólo el video sino los fundamentos que daba el que lo hizo. Él decía que la canción que puso como ambientación al video encajaba perfecto a ti, Selena, pues él pensaba que nadie de las actuales artistas consagradas era como tú, pues si había algo que te distinguía a ti de ellas era que tú eras diferente, que como tú no había nadie, que tú no tenías igual. Es curioso ... Yo también hice un escrito en homenaje a ti inspirado en un tema de Green Day. Y fue uno de los escritos más lindos que hice. He visto blogs enteramente dedicados al rock en los que han dejado un espacio en homenaje a ti, en los que te dedicaban sus mejores palabras y elogios y en los que te definían como artista de una forma en la que pocos podrían hacerlo. He visto gente muy diferente a ti decir que cantaba tus canciones a viva voz y lamentarse sinceramente por tu ausencia. Y veo cómo muchas cantantes consagradas coquetean con esas músicas y con otras con gran éxito cuando tú ya lo habías empezado a hacer 15 años atrás .... ¿Entiendes, Selena, entonces nuestras invocaciones, nuestros pedidos? Cuando vemos estas manifestaciones de cariño y de reconocimiento es cuando comprobamos que si tú estuvieras aquí, tú podrías hacer todo esto y mucho más con total naturalidad. No tendrías igual. Serías lo que claramente se percibía y se intuía allá por 1995 … La artista más consagrada y más querida del mundo. Si hoy estuvieras aquí, no tendrías que ir tú a los demás para cantar cualquier tema de diferentes géneros musicales. Los demás se acercarían a ti para pedírtelo … Por eso, Selena, ven a decirme por qué no estás aquí para hacer lo que te marcaba el destino, lo que seguro estarías haciendo ahora con todo éxito. Dime, Selena, por qué no estás aquí para certificar que eres sin duda la N° 1, la mejor, sin necesidad de que lo tengamos que decir ahora nosotros con lágrimas en los ojos…

¡¡Dinos algo, Selena, dinos algo para seguir creyendo y para no sentir ese vacío de tu ausencia!! Jamás voy a aceptar tu ausencia para siempre, jamás aceptaré que el mundo te ha abandonado. Alguien tan hermoso y tan divino como tú no se pudo haber marchado de esa manera. Alguien que tiene tanto Amor no queda reducido a la nada misma. Alguien que tiene un gran corazón no recibe ese cachetazo del destino, el engaño más horrendo, la maldad expresada de modo inequívoco en una sola persona. Una persona como tú, Selena, tiene que estar en algún lugar siendo feliz. Alguien tan hermoso en cuerpo y alma debe tener su lugar al que pronto encontraremos. Alguien que fue un ejemplo como artista y como persona no se va en silencio como avergonzada por algo. Alguien como tú, Selena, va a volver y nos dirá algo. Yo sé que eso va a ocurrir. Si hay un Dios que creó este mundo y este universo, y que creó algo tan divino como tú para certificar su existencia, entonces seguro que tendrá la misma inspiración para traerte aquí, para darnos una señal y para hablarnos con la misma felicidad de siempre. Yo no puedo concebir que este mundo se creó porque sí. Por algo se creó y por algo estamos aquí. Del mismo modo, yo no puedo aceptar que tú hayas sido concebida para marcharte sólo a los 23 años. Perdería la fe en todo si esto fuera cierto. Pero yo soy creyente, yo creo en la vida, yo creo en tu Amor, Selena. Por eso, yo creo en que un día tú regresarás y nos volverás a dar todo de ti para nuestra felicidad, pero por sobre todo, para tu felicidad. Yo sé que será así, pues si no lo fuera, ni el mundo ni el universo tendrían sentido. Este mundo y este universo sin tu Amor, Selena, no tienen razón de ser. Por eso, yo te sigo esperando para que tú nos digas algo, para que expreses tu Amor infinito. Por eso yo te sigo esperando porque sé que tu presencia y tu voz darán sentido a un mundo desdichado sin ti…

Ojalá así sea, Selena, y mientras tanto, aquí estaré escribiéndote y recordándote hasta que tu presencia, tu voz y tu Amor hagan inútiles y vanos mis ruegos, mis palabras, mis homenajes, mis recuerdos y mis invocaciones…

Simplemente te quiere con toda el Alma y te espera todos los días…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)









Yo siempre seré aquélla, yo siempre seré Selena…


¡¡Qué nerviosa que estoy!! Recién ahora caigo en que estoy aquí en el Houston Astrodome y que estoy por dar otro concierto de los que ya empecé a acostumbrarme a brindarlos con tanto público y con tanto afecto … Es que acaban de decirme que rompimos el récord del año pasado y allí entendí que estaba en este hermoso lugar del que sólo me traen lindos recuerdos. Y que no se crean que estoy distraída o que no me tomo en serio las cosas. Soy muy profesional y detesto llegar tarde a los conciertos o de no ofrecer todo de mí arriba de un escenario. Lo que sucede es que durante todo el día estuve abocada como nunca a las preliminares del concierto. Como nunca vi tanta gente pendiente de este evento, tan pendiente de lo que vamos a hacer, tan al tanto de lo que estamos haciendo, tan interesada en lo que realizaremos en el futuro. Para mí es muy fuerte saber que este concierto será transmitido en vivo para tanta gente. Ya para mí es una gran emoción saber que hay cerca de 65.000 personas en el estadio. Y también eso conlleva una gran responsabilidad … ¡¡que me tiene los nervios de punta!! Pero saber que encima lo que hoy haremos en el espectáculo lo verá tanta gente al mismo tiempo no me genera sólo el lógico nudo en el estómago, sino sensaciones muy fuertes, muy vívidas, que van mucho más allá de lo que sintamos todos, el grupo, mi familia y todos los que nos han ayudado. Para mí este momento es muy especial. Sé que en todo momento estará no sólo gente de Estados Unidos viéndome, sino de México. Por eso tengo pensado dirigirme a ellos cada vez que les dedique una canción, un saludo, un agradecimiento. Me siento contenta y muy orgullosa. Contenta porque después de tanto tiempo y de tanto esfuerzo, los muchachos y yo hemos llegado a un lugar del que no nos habíamos imaginado que podríamos llegar. La verdad es que todo fue tan rápido y todo fue tan impensado que el ver el resultado luego de un tiempo le da la razón a mi padre, a su arenga y a sus palabras. Cuando éramos niños pensábamos que él había enloquecido, que nos estaba metiendo en algo del cual quién sabe a dónde iríamos a parar. Y hubo momentos en los que esos miedos parecían hacerse realidad. Hubo un tiempo en el que no la pasamos para nada bien. Pero él siempre nos inculcó el valor del esfuerzo, el trazarse metas y hacer todo lo posible para lograrlas. Aún recuerdo cuando nos llevaba en auto a los barrios más caros, nos mostraba las mansiones y nos decía: “¿Ustedes quieren lograr tener esas casas? ¡¡Esfuércense y verán cómo lo lograrán sin dudar!!”. Él siempre nos dijo que nada era imposible. Que si creíamos en nuestras fuerzas, en nuestra fe y luchábamos para llegar a los objetivos propuestos nada impediría lograr nuestros propósitos. ¡¡Y vaya que lo estamos logrando!! ¡¡Y aún nos falta mucho por hacer!! Eso me da mucha alegría. No sólo por mí, sino por todos, pues toda la banda tuvo dedicación y mucha disciplina para llegar al objetivo más deseado. No sólo es mérito mío. Pero debo confesar que en lo personal estoy muy orgullosa. Orgullosa porque pude lograr que la gente se fijara en mí, que me quisiera, que me diera todo su cariño y todo su Amor. No es fácil lograr eso. Lo supe desde muy pequeña cuando me enfrenté a un público con miedo a si lo que estaba haciendo no era muy bueno, con temor por si lo que estaba cantando no les iba a impactar, a si aquellas letras en las cuales muchas de ellas no entendía y las aprendía por fonética no les iba a emocionar y si por allí no se iban a sentir identificados conmigo. Hoy me enorgullece ver que todos se emocionan conmigo, hoy se sienten identificados con mi canto, hoy ven en mí su representante, su hermana que logra lo que ellos han deseado toda la vida para con ellos. A veces pienso si la gente no me da mucho más de lo que yo les doy. A veces confieso que me da hasta cierta vergüenza no hablar tan fluido el español y que en el ámbito familiar me siga manejando en inglés. Pero nadie podrá negar que en estos últimos tiempos he aprendido a hablar el español en forma notable. Hace tres años cuando fui a México con mis éxitos “Como la Flor” y “La carcacha” apenas si podía pronunciar las palabras más elementales en español. Hoy les hablo en su idioma y todos me entienden bien. Pero sé que tengo que darles más, mucho más, porque ellos siempre me dieron su cariño, siempre tuvieron una sonrisa para conmigo, siempre supieron entenderme, y me dieron todo su Amor y comprensión. A ellos les debo todo. ¡¡A ellos les voy a dar mi mejor concierto!!

¡¡Uy!! ¡¡Se acerca la hora del concierto!! Todavía tengo que peinarme, maquillarme, ponerme el vestido. ¡¡Me tengo que apurar!! Que no se malinterprete. No es que no haya preparado nada. No es que llegué tarde o me dejé estar. Tampoco tengo aires de diva y voy a hacerme desear tomándome todo el tiempo del mundo para prepararme. ¡¡De ninguna manera!! Se sabe que mi familia no me lo permitiría. Tampoco las autoridades del Houston Astrodome ni la televisión. Pero por sobre todas las cosas, yo no me lo permitiría. Sé quienes me esperan y qué desean de mí. No es una cuestión de compromiso. Es una cuestión personal. Yo quiero siempre darles más de lo que esperan, sorprenderlos, que se emocionen por lo que les ofrezco y que se encanten por saber que soy una más pero que también soy diferente, bien diferente de cualquier artista. No está mal sentirse la mejor y la más querida. En mi fuero más íntimo me siento bien conmigo misma, satisfecha, feliz, por lo que hice, por lo que soy, por lo que represento, por todo lo que quiero hacer y que sin duda lograré. Por eso me tomo muy en serio todo, por eso mi cabeza trabaja noche y día pensando en todo lo que quiero hacer para mí y para el grupo. Hoy me sentí muy bien al poder ensayar varias veces el concierto antes de ofrecerlo en poco tiempo. Me divertía ensayando los pasos de baile, probando mi voz y el sonido cantando algunas de las canciones, sobre todo las del Disco Medley con los que los sorprenderé a todos al principio del concierto. Una y otra vez cantando, una y otra vez bailando con Don Shelton y con Freddie Correa, una y otra vez moviéndome a uno y otro lado del escenario para estudiar bien el terreno y no cometer ningún error de cálculo al estar frente al público y frente a las cámaras. Incluso en un momento del ensayo impedí con mi mano que una de las cámaras me viera hablando con mi padre que me estaba dando una indicación sobre lo que debía tener en cuenta en función de lo ensayado. Es que quiero que todo sea una sorpresa, que sea algo que no se sepa, que no sea previsible, ya visto, ya expresado. Conmigo todo tiene que ser bueno y novedoso, impactante, original. Conmigo todos tienen que exclamar de sorpresa y de alegría. Yo soy Selena y no puedo a esta altura permitirme hacer más de lo mismo, algo rutinario, algo que ya lo hayan visto miles de veces. Eso no es lo mío, ése no es mi sello, ése no es mi estilo. En cada actuación, en cada presentación, sea de las grandes como ésta, sea en una pequeña, sea en una humilde convocatoria benéfica, sea en algún programa de televisión, sea en un gran festival, yo tengo que impactar no sólo con mi voz sino con mi presencia. Por eso mis vestidos los elijo después de pensarlo muy bien, y recién lo doy a conocer cuando ya sé que será ése y no otro el vestido elegido. El que elegí hoy, uno hermoso de color morado, es de una idea y creación mía para la ocasión y recién lo anuncié a la televisión después de habérmelo probado mil veces y de saber que me quedaba perfectamente…

A veces medito sobre qué piensan de mí los que me admiran, por qué logré cosas que hace un tiempo hubiese jurado que nunca lograría ... Cuando hace un ratito tuve que recibir a algunos fans que habían ganado en un concurso del programa “Onda max” no sólo boletos para el concurso, sino la posibilidad de verme un ratito antes del show, me sentí muy halagada de que me regalaran flores y bombones. Es gente que me da su afecto con todo respeto y con un agradecimiento que me conmueve y me gusta. Toda esa gente tiene sus familias, sus afectos y sus vidas, y aun así me tienen en sus corazones como si yo fuera una más de esas familias, como si fuera una de las personas más queridas, que está entre sus más grandes afectos. Es indescriptible la sensación de sentirse tan querida y tan agradecida. Es a veces difícil de manejar situaciones en las que uno ve y siente lo que una representa para todo ese público. Supongo que he logrado un sentimiento particular con todos que va más allá de un estadio lleno, de una admiración por un éxito, por una linda canción. Para ellos yo no soy una artista más, soy un familiar, soy un afecto, soy su amiga, su hermana, su madre, su hija, su esposa, ¡soy todo! Y para mí nadie es desconocido. Yo los conozco a todos, yo sé lo que sienten, yo sé lo que esperan, sé qué pasa por sus mentes y por sus corazones. Entre ellos y yo hay una comunión de Amor y de cariño que nunca se quebrará, que nunca se olvidará y que siempre se mantendrá a pesar de todo lo que pase, a pesar de los avatares del futuro, de lo que me espera de la vida, de lo que me depare el destino. Supongo que por eso pude lograr un éxito tan rotundo en México. Tal vez por eso logré ser tan exitosa en Texas a pesar de ser tan pequeña y de lo difícil de lograr el reconocimiento siendo mujer. Tal vez por eso pude quebrar esa barrera que parecía infranqueable para todo grupo tejano para llegar el triunfo del otro lado del Río Bravo. Tal vez haya sido eso. Aun hoy recuerdo cuando a los 14 años Johnny Canales me había entrevistado y me pedía hablar el español para el público de México luego de decir en inglés que habíamos pintado nosotros mismos nuestros vestidos. Yo quería esconderme en un cajón porque sabía que haría un papelón, pretendí hacerme la desentendida continuando la entrevista en inglés, pero ante su insistencia sólo atiné a decir “los pintaron” y a echarme una de mis clásicas carcajadas. Siempre las risotadas fueron para mí una buena excusa para cambiar un clima tenso que me asfixiaba ... También recuerdo haber ido a Tamaulipas, México, a los 16 años y dar mi mejor versión de “La bamba” a un público que casi no sabía quién era esa niña que les cantaba y bailaba con tanta gracia. Sí, supongo que hace rato logré lo que disfruto hoy. Nada es casual en la vida. Y la gente no le regala Amor a cualquiera. Se lo da a alguien a quien también le ofrece todo su cariño en cada presentación…

¡¡Ya lo tengo!! Me soltaré el pelo. Dudé en hacerlo pero hoy quiero que me vean así. En estos tiempos tengo ganas de usar el pelo atado, como de hecho lo lucí hoy en todo momento, como lo tuve en los ensayos, en las entrevistas, cuando atendí a la gente, cuando salí a los pasillos del estadio y sorprendí saludando al público que estaba entrando para ubicarse para el concierto. Pero me reservo para el mes entrante lucir el pelo atado. En marzo me esperan Festivales importantes como el de Noches de Carnaval y el de Calle 6. También debo ir a conciertos benéficos como el de la Escuela de los Spurs y a conciertos con otros artistas texanos como el de Chicago. Pero éste es un concierto mío, que tendrá el invalorable aporte de Emilio Navaira y de su Grupo Río. Y en este concierto mío ya tengo mi vestido que lo quiero lucir con esa imagen de la cual todas ya están bien acostumbrados. Mi pelo suelto y mi flequillo. Espero que no haya tanto viento o que el giro del escenario no me haga volar mucho mi pelo, porque ya me veo tocándomelo constantemente para que no se me pare ni se me desarregle. Tal vez podría usar mi peinado más elaborado y con más vuelo como en los conciertos de la Feria de Monterrey, pero ya no hay tiempo para eso. Además, yo quiero usarlo hoy así. Ya habrá tiempo para cambiarlo. Quizá lo haga para cuando presente mi disco en inglés. Quizá para mi próxima presentación personal que será el … ¿31 de marzo? ¡¡No, no puede ser!! No es en marzo. Debe ser en abril … Sí, ¡¡eso es!! ¡¡1 de abril!! Quizá use ese peinado para ese concierto. O quizá para cuando tenga que pasearme por el mundo ante públicos tan diversos, y con otros tiempos y culturas. Pero ante mi gente quiero que me vean como ya están acostumbrados. Quiero que hasta en el aspecto no noten que he cambiado en lo esencial. Que sigo siendo la misma Selena de siempre, a pesar de que ya no soy la pequeña promesa. Sé que soy una realidad, y que esa realidad me llevará a quién sabe qué caminos. Una muestra para ellos será el inicio del concierto. Pero no quiero que ellos piensen que mi vida cambiará, ni que seré otra persona y otra artista porque la música me lleve a otros ámbitos y a otras culturas. Para ellos yo seré la Selena de siempre. Nunca los defraudaré, siempre seré la mujer que vive feliz con su familia en Corpus Christi, no renegando de sus orígenes ni lo que representa para tanta gente. Yo quiero ser la más grande artista, pero también quiero ser feliz. Y fundamentalmente yo quiero que me quieran. Por más éxito que tenga, si no tengo mis afectos no puedo vivir. Por más que tenga éxito en el mundo, si no puedo cumplir con todo lo que soñé desde muy pequeña me sentiré desdichada. Mi gran éxito es poder lograr ser feliz con todo lo que anhelado para mí y para todos los que me quieren de verdad…

No lo voy a decir a nadie públicamente. Me lo diré personalmente y esperaré que me lo digan los demás cuando me vean. Pero ahora que ya estoy preparada para salir puntualmente al escenario como siempre, me veo hermosa. Creo que nunca me sentí tan linda como hoy. Siento que hoy será una gran noche, una noche de la cual se hablará mucho y que pocos olvidarán. Presiento que hoy será el inicio de muchas cosas importantes en mi vida. Quizá hoy se cierre una etapa en mi vida y empiece otra bien diferente. Lo sentí en todo momento al estar preparándome aquí en el Houston Astrodome. Hoy tomé plena conciencia de que estoy en vísperas de algo bien importante, de que estoy en las puertas del gran éxito, en el que mi nombre será conocido en todo el mundo y que ya no habrá fronteras para mí. Hasta ahora siempre fui consciente del avance de mi carrera pero siempre pensé que aún me faltaba mucho para llegar. Hasta no hace mucho relativizaba lo que vivía, dudaba sobre si lo que estaba viviendo era tan importante como para imaginarme si esto me ponía tan cerca del éxito mundial. Quizá quería relativizar todo para no ilusionarme mucho, para no sentirme desilusionada y defraudada. Sufrí mucho cada paso y cada avance. Tuve que dejar muchas cosas en mi niñez y en mi adolescencia, y traté de que no me dolieran demasiado los traspiés pensando en los grandes objetivos, en todo lo que iba logrando día a día por poco que fuera. Siempre quise tener los pies bien puestos sobre la tierra para no ilusionarme de más, para no sentirme dolida si había puesto muchas expectativas inútilmente por algo que estaba más lejano que lo que marcaban la realidad y mis ganas. Pero ahora que veo que todo se va haciendo realidad, ahora que siento que mi disco en inglés saldrá después de tres largos años, de que algo les podré adelantar hoy, de que todo lo que toco se hace posible, de que tengo a la gente de mi lado, de que las grande cadenas televisivas hispanas me buscan y me consideran, de que ya los medios “gringos” me entrevistan porque ven que soy un suceso digno de atender, entonces me permito pensar que nada me detendrá, que no tengo que ocultar mi satisfacción por lo logrado y por lo que lograré. Ya cuando decidí abrir Selena Etc. lo hice más con la idea de aprovechar mi éxito para echar a andar mi gran sueño de ser diseñadora, que por la seguridad de mis éxitos mundiales. Ahora ya siento que lo lograré y de que nadie me detendrá. Hoy les demostraré a todos lo que es ser Selena y de lo que significa ello. ¡¡Les daré un concierto del que no se olvidarán jamás!!

Mi padre ha tocado mi puerta y me ha dicho que es hora de salir. Y por suerte se retiró para que yo misma decida el momento de ir en dirección para el escenario. Me da mucho gusto de que mi padre confíe en mí y de que respete mis tiempos, a sabiendas de que no demoraré mucho. Sabe que me pongo muy nerviosa antes de cualquier concierto, que necesito mentalizarme y encarar este instante sola sin que nadie alimente mis dudas y mis certezas. Sabe que necesito estar sola para encarar esa puerta en el que se puede escuchar y sentir la expectativa de la gente, respirar hondo, tomar fuerzas de ese Amor y de ese cariño para no tener más miedo y para no sentirme más sola. Con el tiempo me he dado cuenta de que en el escenario es en el único lugar en el que me siento yo misma y me siento tan amada. Reconozco que no dije toda la verdad en el Show de Cristina. Por conformar a la gente mayor que no veía con buenos ojos mis apariciones “provocativas” en el escenario con mis bustiers, dije que una cosa era yo en el escenario y otra en la vida, y que ambas personas eran bien diferentes. Si bien lo que quise transmitir era que en mi vida hogareña soy una mujer normal, como cualquiera, no es cierto que soy distinta en el escenario respecto de la vida. ¡¡Soy la misma!! Esa que ven en el escenario soy yo misma, yo soy aquella que expresa con Amor las canciones tristes, con una amplia sonrisa las canciones alegres y con pasión cuando transmito todos mis sentimientos. Soy yo y no otra. Soy yo en la vida, ni más ni menos. Yo soy hasta transmitiendo más de lo que me permito expresar pública y privadamente. Soy yo aquella que sólo en el escenario se permite decir todo lo que siente por su Alma y por su cuerpo. Por eso para mí es tan importante cada concierto: es mi vida en el escenario. Y tal vez por eso me quiere la gente, porque en definitiva soy auténtica, sabe que no le miento y que nunca los engañaré ni defraudaré. Llevo una gran responsabilidad en mis espaldas, pero no me pesa, pues hago lo que quiero y lo que siento, y recibo el mismo afecto que transmito. Más no puedo pedir. Sólo tengo que agradecerle a Dios y a la vida por lo que me ha dado en tan poco tiempo…

Son tantos los nervios que recién me doy cuenta de que me han anunciado en el estadio. La presentadora me dio un beso y me invitó con una amplia sonrisa a entrar. Las cartas ya están echadas. Otra vez siento ese bendito nudo en el estómago. Miro para abajo y enfilo para el carruaje sin mirar aun lo que me espera. En ese instante pienso en aquel reportaje que me hiciera Verónica Castro en Furia Musical y fijé mi pensamiento en aquel momento en el que le dije que hasta en los momentos libres hacía cosas para mi boutique o para mis próximos discos y presentaciones. Recuerdo ese momento en el que le dije todo lo que soñaba y todo lo que anhelaba. Le expresé con toda sinceridad cuáles eran mis objetivos y como nunca expresé públicamente que no podía estar sin hacer nada, sin hacer algo constructivo para mí, para mi carrera y para mis sueños. Tal vez haya dado una impresión como si mis afectos estaban dejados de lado. Al menos Verónica me dio esa impresión … ¡¡Nada más equivocado!! Mis afectos están junto conmigo, con mi música, con mi carrera, con mis sueños. Sin ellos no podría vivir, sin ellos no podría continuar. Ellos saben que éste es mi momento y que hay que aprovecharlo. Mi momento es también el de ellos. Y después vendrá los demás … Un hijo … Sí, lo pensé … ¡¡vaya si lo he meditado!! … Pero quiero esperar un poco … Hay tiempo … Levanto mi vista y veo a esa gente que sólo grita por mí y viva mi nombre. Yo les doy mi mejor sonrisa y lanzo mi primer saludo. Siento que el carruaje echa a andar para depositarme en el escenario. Ya no tengo dudas, ya no tengo temor. Como fondo escucho la guitarra de mi esposo a modo de acompañamiento de mi entrada. Pero lo que más escucho es a la gente. Es ella la que me da confianza. Es ella la que me da su Amor, su cariño y su confianza. Es ella la que me da compañía cuando a veces me siento sola … ¡¡Uy!! ¡¡Lo que me temía!! El viento me empezó a levantar el flequillo. Ya me veo que estaré todo el concierto tratando de arreglármelo. Pero no importa. Está toda esa gente que espera de mí lo mejor. Y aquí estoy yo para darles todo de mí, como si fuera la última vez … ¿Quién sabe cuándo volverán a verme? ¿Quién sabe dónde me llevará el destino? Por eso les daré el mejor concierto para que no se olviden nunca de mí, para que se lleven siempre de mí el mejor de sus recuerdos de una artista que dio lo mejor de sí en forma genuina y honesta. Para que se acuerden de mí con Amor aunque me vean mil veces más o no lo puedan hacer nunca más por esas cosas de la vida, teniéndose que contentarse con sólo escucharme por radio, en un disco o verme por televisión, o teniendo de mí sólo una fotos y reteniendo en sus mentes miles de recuerdos … Espero que no sea así, espero que siempre para todos haya una vez más. Así lo espero. Así lo ruego … Bueno, mis amigos y custodios de siempre me han bajado del carruaje y me han acompañado con cuidado al escenario. Ya es demasiado tarde para lágrimas y para arrepentimientos. Ya es hora de empezar y de ser la Selena de siempre … “How are you doing Houston, Texas?”.

(Yo sólo quiero recordarte, Selena, por lo que fuiste, por lo que generaste, por lo que soñaste, por lo que sentiste … Yo sólo quiero recordarte por tu Amor, por tus sentimientos, por lo que dejaste en nuestros corazones … Yo sólo quiero que sientas a través de nuestros recuerdos … Yo sólo quiero que te sientas amada, pues tú, Selena, te mereces todo nuestro Amor, el mismo que tú generaste…)


Y sabes, Selena, que nunca te dejaré sola, ¡¡nunca!! Y que siempre tendrás a mi corazón como compañía…

Simplemente te quiere con tanto Amor…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)