Tú fuiste aquella, Selena


“Yo fui aquella quien te amaba
”cuando tú necesitabas amor.
”Yo fui aquella quien te abrazaba
”cuando tú sentías mucho dolor.”

Cuando escucho estas palabras de una de las canciones más conocidas de Selena, no puedo evitar ponerme en la piel de Selena y sentir una profunda tristeza. Sobre mi cabeza innumerables imágenes aparecen: de una Selena contenta, hermosa, feliz, irradiando alegría por doquier, paseándose en el escenario con su gracia, con su voz, con su talento, con su brillo, con su áurea, con su personalidad, con su tremenda figura. Hago el recorrido de Selena y me encuentro viéndola cantar y saludar a su público tocándolo, dándole su mano, tirándole besitos en el brillante concierto de Odessa, Texas, en 1994. No puedo evitar emocionarme cuando advierto ese cartel que dice “Te amamos, Selena”, y ella leerlo y acariciarlo, como muestra de afecto, de agradecimiento, de Amor. Sigo el recorrido y veo su brillante interpretación de “Como La flor” en Festival Acapulco y veo la comunión de Selena y su público, el dar lo mejor de sí de Selena, y las muestras de afecto y de respeto de un público que ni siquiera era estrictamente suyo, pues era un festival en el que participaban muchos artistas. Tal vez en ese recorrido advirtamos aquello que decía el comienzo del tema de “Yo fui aquella”. Selena fue aquella persona que nos dio todo cuando tanto necesitábamos recibir algo más de un artista. Selena nos dio sin esperar nuestra reacción. Selena nos sorprendía, nos cautivaba, nos colmaba, nos enamoraba, nos hacía reír, nos hacía llorar, nos envolvía en un mundo hermoso y dulce, en un mundo en el que la fantasía se convertía en realidad, en un mundo enteramente suyo en el que si ingresábamos a él no nos íbamos a ir de él jamás, no lo íbamos abandonar … Nos sumergiríamos en esa mágica felicidad que sólo Selena nos podía ofrecer…

No hace mucho leía lo que sentía un fan de Selena. Escribía que no podía dejar de llorar cada vez que veía algo lindo de Selena, que no podía evitar desear que volviera, que tenía sueños horrorosos por su increíble partida. Me sentí tremendamente identificado con él, porque por más que tratemos de recordarla con alegría, por más que cada vez que nos emocione con su interpretación sintamos la necesidad de expresarle todo nuestro cariño con nuestras evocaciones, con nuestros recuerdos, con nuestros escritos, con toda clase de manifestaciones de Amor y de afecto, siempre nos sobrevendrá esa mueca de dolor, de tristeza, de desconcierto, de desconsuelo. Porque cuando queremos buscarla, queremos escribirle, queremos abrazarla, queremos darle un beso, queremos al menos darle las gracias, nos encontramos con que no está, que no la vamos a encontrar, que nos quedaremos con la impotencia de no poder hacer nada, y así no sólo lloraremos, sino que aquel día nefasto vendrá una y otra vez, y ese sentimiento de dolor que sintió Selena aquel día se hará carne en nosotros y se nos aparecerá en diferentes imágenes, de diferentes formas y sobrevolará en nuestras cabezas aunque nosotros no querramos, no deseemos, lo neguemos, miremos para otro lado. Yo siempre he evitado nombrar determinadas palabras que tengan que ver con Selena. Hay términos e imágenes que evito ver, pronunciar, esbozar … Pero es inútil. Siempre una mueca de dolor, de desconcierto, de frustración, aparecerá cada vez que veo algo sublime de Selena. Y aunque no pronuncie esas palabras, aunque no vea esas imágenes, siempre estará presente aquello. Entonces esas pesadillas de aquel fan de Selena estarán también presentes en mí y no podré evitar hablar de aquello. Aún hoy estoy sorprendido de haber escrito con detalle aquel sentimiento de dolor de Selena aquel día. Pero supongo que a todos nos envuelve ese dolor. Es que queremos revivir aquello y desear que no sea cierto, que tenga otro final, otro desenlace. Supongo que ese sentimiento lo debe haber sentido el padre de Selena … Siempre me pregunté cómo decidió en algún momento exhibir a Selena en esa situación, cómo no pensó que iba a ser más doloroso ver esas imágenes, esa realidad. Y más allá de que la razón que él dio es que le molestaba mucho que dudara mucha gente sobre lo que había pasado, y que con esa actitud disipaba todas las especulaciones, yo sé que en su fuero más íntimo el padre, dolido como estaba, mostrando entereza por fuera pero estando destrozado por dentro, tomó esa decisión, acaso pensando que por ahí esa gente tenía razón, que él estaba equivocado, que nada de lo que había vivido y padecido aquel día era cierto: que en realidad Selena no se había ido, que Selena no estaba allí. Estoy seguro de que don Abraham Quintanilla quiso aferrarse, aunque sea por un instante, a esa posibilidad, a esa ilusión, a esa felicidad de ver a su hija viva para abrazarla y no soltarla jamás…

Creo que con Selena siempre convivirá la felicidad con el dolor. Siempre será así, aunque lo evitemos, pues es imposible aceptar lo que ha sucedido. A pesar del paso del tiempo, a pesar de todo lo que se ha dicho, de todo lo que se ha aclarado, de todo lo explicado, las heridas no cierran y no cerrarán jamás. Esas heridas son tan inmensas como las dudas y siempre sentiremos esa sensación de que aquello bien se pudo haber evitado. No podemos dejar de sentir con dolor la soledad de Selena, el sentimiento de vacío, el abrupto final en el mejor momento de su carrera, de su vida ... Tantos sentimientos para dar dejados de lado ... Tanto talento quitado en manos de alguien que tiene la dicha que no tiene Selena, que es la dicha de vivir. Y que no aprovecha la posibilidad que le ha dado Dios para hacer algo bueno y provechoso. Ni siquiera aprovechó esa vida para al menos dar una imagen de arrepentimiento, de al menos reparar algo del mal que ha hecho ... Muy por el contrario, ha tomado ese tiempo para dispararle una y otra vez a Selena con esas malditas palabras ... No hay nada más triste y odioso que una persona mediocre que se cree triunfante habiendo triturado las ilusiones de alguien tan talentoso, tan querido, tan amado, y de gozar con el lamento de una familia huérfana para siempre. Y uno asiste impotente ante tan densa realidad sin poder siquiera esperar alguna respuesta de allí, pues de esa persona nada se puede esperar más que odio y resentimiento. De esa persona está todo dicho…

De allí que cualquiera que ame de verdad a Selena no dejará de sentir que siempre le faltará algo, que nunca será enteramente feliz, que siempre llorará por tamaña ausencia. Es que no se ha ido cualquier persona. Se ha ido Selena. Se ha ido la mejor artista latina de los últimos tiempos. Se ha ido una de las mejores cantantes del mundo. Se ha ido una linda persona, una mujer entrañable y querida como nadie … Ella expresaba las canciones como nadie podría hacerlo. Ella expresaba esos sentimientos como nadie. Selena nos representaba acabadamente en todo sentido. Nos sentíamos identificados con ella. Selena nos hacía sentir orgullosos de ser latinos. Una vez que adoptamos a Selena no queremos a otra a cambio. No queremos escuchar a otra artista. No queremos ver a nadie que no sea a ella. Sólo queremos apreciarla a ella, sólo queremos escucharla a ella, sólo queremos que sea ella quien nos sonría, quien nos hable, quien nos alegre, quien nos escuche. No importa siquiera si la hemos conocido hace 15 años o hace unos meses. No importa. Sólo queremos que ella viva, que sea ella quien nos represente, que no nos deje, que esté ahora mismo irradiando su alegría, su optimismo, su don de gente, sus sueños, sus anhelos. Queremos vivir un mundo con Selena, Sólo así seríamos enteramente felices. Sólo así tendríamos una sonrisa todo el día, toda la vida….

“Y ahora que yo te necesito,
”no te puedo encontrar.
”Quizás todo ha cambiado.
”Quizás me has olvidado.
”Pero quiero que recuerdes
”que siempre fuiste todo para mí.”

El otro día veía un programa en el que estaba el ex manager de la cantante Gilda, que murió en un accidente en 1996 a la edad de 35 años junto con su madre y su hija. Aquí en Argentina muchos hemos conocido a Selena a través de Gilda, porque no tuvimos la fortuna de haberla conocido aun cuando ya Selena pensaba venir por estas tierras y era inevitable que así fuera por la fama que iba adquiriendo en toda América. Cuando escuché a esta persona, que estuvo tan ligada a Gilda, y veía cómo se desentendía de todo lo vivido en los buenos tiempos y cómo con la excusa de hacerla más “humana” a Gilda, y con la intención de derribar ciertos mitos alrededor de ella, desnudaba cosas de ella que tal vez no hubiese querido que fueran reveladas, sentí una gran indignación. Pensaba que, más allá de ciertas verdades que estaba diciendo allí, decía cosas personales de Gilda, de las cuales ella no podría refutárselas nunca. Me indignaba el sólo hecho de saber que Gilda no podría contestarle, que su voz nunca estaría presente y que si estuviera aquí se sentiría muy desilusionada de alguien que, para justificar su presente, tenía la necesidad de no sólo desligarse de su pasado sino de endilgarle cosas con la excusa de exhibirla ante el público como una persona “normal”, con “lo malo y con lo bueno”. Es triste ver cómo la gente borra con el codo lo que ha escrito con la mano, cómo el paso del tiempo justifica cualquier acto, promueve el olvido, habilita a que cualquiera convierta en bueno al malo y al malo en bueno. Lo hemos visto con Selena. Cuántos periodistas, cuántos escritores, cuántas personas, con la excusa de “explicar” lo que sucedió aquel nefasto día, han intentado poner a la asesina como una víctima, como una inocente. Alguna vez leí una nota de un periodista mexicano, que terminó siendo profético, más allá de que no estuviera muy de acuerdo con su apreciación. Él decía que luego del estreno de la película “Selena” ya nada sería lo mismo. Según él la película había puesto tan “humana” a Selena, que a partir de allí ya nada sería lo mismo en su recuerdo y tributo. Ya no se hablaría del mito. Ya no se hablaría de la leyenda. A partir de allí, Selena sería una persona más, y los recuerdos y la exaltación de su figura se apagarían con el tiempo. Si bien mucho se puede discutir de estos dichos, algo de razón ha tenido. Tal vez a Selena la han dejado expuesta a muchas cosas que no merecían ser exhibidas. Tal vez debió haber recibido más homenajes que los efectuados, todos circunscriptos a los “grandes aniversarios”. Tal vez por egoísmo, dinero y disputas inconcebibles a la hora de recordar a Selena, no se ha mostrado toda la obra que ella ha realizado, todo el legado que nos dejó. Hoy en día se han abandonado muchas cosas de ella. Selena Etc., su tienda, su sueño personal, ya no existe; otro negocio se encuentra allí. Todo su Legado de Amor no está al alcance del gran público que nunca la olvidó, que daría hasta lo que no tiene por ella, que buscaría protegerla, que trataría de brindarle todo el cariño que Selena merece y siempre necesitó, como el agua, como el aire que respiramos… Cuando uno ve interpretar una y otra vez sus canciones en el famoso concierto del Houston Astrodome del 26 de febrero de 1995, uno no puede evitar emocionarse ante tamaña artista sin igual. Y esa emoción nos lleva a agradecerle de por vida por lo que hizo, por lo que nos dejó. No importa los vericuetos de su vida, no importa si era “más o menos” normal en su vida privada. Importa lo que nos dejó, importa la marca que nos dejó en nuestras almas y en nuestros corazones cada vez que la vemos y la escuchamos. Eso es lo que el artista nos quiso dejar y quiere que lo recuerden por eso. ¿Y qué mejor que demostrarle a Selena todos los días ese Amor, ese cariño, ese corazón marcado? ¿Qué mejor que verla un día, mirarla a los ojos con emoción y decirle “esto hice por ti, nunca te olvidé, sólo quiero darte las gracias”? Y qué lindo sería que todos lo pudieran hacer si se diera ese tan ansiado milagro sin tenerse que justificar por nada…

Cuando escucho esas palabras de esa canción, no puedo evitar pensar que es eso lo que Selena haría si estuviera en algún lugar y tuviera la oportunidad de observarnos, de contemplar lo que se hace por ella. Seguramente buscaría ver cómo se la recuerda, qué se dice de ella, qué justicia hacemos por ella después de todo lo que le ha sucedido. Selena fue aquella artista que dio todo. Selena fue aquella que nos brindó su canto, su música, sus sentimientos, su pasión, su ternura, su impronta. Ahora es ella la que nos necesita. Es ella la que nos quiere encontrar. Yo quisiera que ella no pensara que ya todo ha cambiado, que muchos se han olvidado. Yo no quisiera que Selena nos tenga que recordar que para ella su público lo fue todo. Me gustaría que Selena no piense que el paso del tiempo ha cambiado el Amor de los que siempre dijeron haberla querido. Me gustaría que nadie se sienta con autoridad para pensar qué pensaría Selena si estuviera entre nosotros, sino más bien cómo actuaría Selena si estuviera aquí, qué haría, que desearía hacer, qué le gustaría que estuviera presente, qué gestos le gustaría recibir, qué le fastidiaría, que no aceptaría de ninguna manera, qué querría que hicieran sus seres más queridos, su gente, el mundo entero. Me gustaría que todos recordaran a Selena por ella misma y no por lo que a nosotros nos agradaría más. Me gustaría que ella no notara que muchos han cambiado, que no la tienen en el centro de sus recuerdos, de sus afectos, de sus amores. Me gustaría, aunque sea por un instante, que imaginen a Selena apareciendo de improviso hoy y ver cuáles serían sus reacciones con este presente, con esta realidad. Y que con saber cuál serían sus reacciones hicieran todos los días algo para arrancarle una sonrisa de satisfacción a Selena, una carcajada de esas que solía expresar. Nada sería más lindo ver que Selena fuese feliz con todo lo que hacemos por ella, que no la olvidamos, que la seguimos queriendo, que no la hemos abandonado. Que sólo vivimos por y para ella. Para que Selena se siga sintiendo querida y presente en toda su gente, en toda su familia, en todos los que la dicen querer…


“Yo fui aquella
”que pensaba en ti cada momento.
”Yo fui aquella
”que te vio partir como los vientos.
”No puedo comprender por qué me dejaste.
”No puedo comprender por qué me lastimaste.
”No importa el dolor.
”Tú sigues siendo mi amor.”


Y para que Selena nunca sienta eso, para que Selena siga siendo la Reina indiscutible, para que Selena siga siendo nuestro Amor, para que nosotros la tengamos como nuestro único Amor, siempre tendremos que hacer algo por ella, todos los días. Y así será al menos de mi parte. Cada uno en lo que puede, cada uno en su lugar. Pero todos con el corazón abierto, con los corazones que sólo le pertenecen a ella. Porque siempre será poco lo que hagamos por Selena al lado de lo que ella ha hecho por nosotros en 23, casi 24 años. Todo nuestro esfuerzo tendrá que estar dirigido para que todo el mundo sepa quién fue y quién es para nosotros Selena. Que todo el mundo tenga el derecho y el deber de ver todo lo hizo, todo lo que nos dejó. Que nunca dejemos de hacer todo lo posible para que su obra sea difundida, que todos vean todos sus conciertos, todos sus videos, todos sus reportajes, todos sus premios, todas sus declaraciones. Porque Selena no es de sólo una persona, Selena es de todos. Ella se brindó a su público como nadie. Y éste se brindó a ella como nadie. Ése es nuestro mejor homenaje. Que todos los días hagamos algo por ella, que nuestros sentimientos se brinden a ella sin ningún límite. Que todo lo hagamos por y para Selena. Que nunca olvidemos quién nos marcó nuestros corazones para siempre y los hizo suyos. Para darle nuestro mejor tributo eterno…


Sólo quiero lo mejor para ti, Selena … Porque tú fuiste aquella, aquella artista indiscutible, inigualable, única, irrepetible. La única que robó legítimamente mi corazón y lo hizo suyo para siempre…


Te quiere con toda el Alma...


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)














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