Siempre te llevaré conmigo, Selena…




Ayer después de un largo tiempo del que me la habían regalado, usé una de las remeras que había confeccionado Selena. Siempre había soñado con tener la “t-shirt” con la inscripción “Selena” en letras destacadas en color azul que Selena llegó a usar en promoción para sus boutiques inauguradas en Corpus Christi y en San Antonio. Aún hoy uno puede reírse con nostalgia y con varias lágrimas en los ojos aquella promoción que hiciera Selena para el programa “Padrísimo” luciendo esa remera en la que repetía una y otra vez el aviso por los equívocos que hacía al olvidarse la letra o al pronunciar mal una palabra. Pero como fuera en ella un sello, un emblema, siempre remataba esos momentos con una carcajada, con la mejor predisposición, con la misma alegría. Esas imágenes, esos momentos que reflejaban acabadamente los sueños de Selena los asocio con esa remera llamativa que ella luciera. Siempre quise tener y siempre quise lucir esa remera, pues es como llevar esos sueños de Selena que llegaron a plasmarse y a verse reflejados en sus diseños que logró prodigar. Podía tener muchas remeras sobre su figura y hasta con mejores diseños, pero yo quería tener ésa, esa “t-shirt” que ella llegara a lucir para promocionar su gran creación, su gran sueño, su gran hija que fuera “Selena Etc.”. Por suerte, mi entrañable amiga ElsaSel, sabiendo lo que siento por Selena y sabiendo qué es lo que más me llega y me emociona de ella, me regaló esa remera de la cual tanto demoré en usarla, pues cuando la recibí era invierno, por lo que la guardé cuidadosamente hasta que llegara el verano y pudiera lucirla con todo orgullo, con todo Amor. No la iba usar en pleno invierno … No la iba a usar por debajo de otra prenda. Tampoco la quería usar en todo momento por miedo a que se me arruinara o se me resquebrajara, o que se me llegara a perder. Como todo lo que tiene que ver con Selena, esta remera la cuido como lo más valioso que tengo, pues es de esas cosas que no tiene precio. Es acaso lo más valioso que yo poseo, por lo que por nada del mundo la cambiaría, la vendería o la dejaría de lado. Desprenderse de algo relacionado con Selena es como despojarse de algo de nuestro cuerpo, de nuestra Alma. Nos dolería como si nos arrancaran el mismísimo corazón…

Dudé mucho el momento de usarla, por aquello de que no se me dañara, de que no se me fuera a arruinar. Y si bien me decidí a usarla en uno de esos días típicamente calurosos de Buenos Aires, en el que sol abrasador y la humedad agobiante hacen insoportable el día desde muy temprano, aproveché para ponérmela en uno de esos días en los que no estaba bien de ánimo por una cosa que me había deprimido muchísimo. Esa cosa me tuvo a mal traer, pero en definitiva no dejaba de ser algo nimio que pronto olvidaría o dejaría de dolerme. Además, cualquier cosa que me sucediera comparado con lo acontecido con Selena era nada, por lo que aproveché ese momento para ponerme la remera de Selena para acaso sentir lo que era más importante para mí y para sentirme protegido por ella, y a su vez, proteger a Selena llevando conmigo una de sus prendas más lindas y queridas. También llevar su remera es como estarle permanentemente agradecido, ya que desde que conocí a Selena, y pude apreciar su voz y actuación, y quedarme impactado por su enorme talento, mi vida cambió absolutamente. Antes de conocer a Selena yo vivía obsesionado por cosas que no tenían ningún sentido ni valor. Vivía trabajando y vivía totalmente obnubilado en el medio de hacerme mucha mala sangre por el volumen de tareas y por todas las actitudes miserables de mucha gente que vive permanentemente pensando en cómo llegar a ser “alguien” en la vida haciendo el mal, buscando perjudicar al otro, chusmeando y queriendo saber cosas de los demás que no corresponden. En realidad, ver esas cosas es observar lo que pasa en cualquier ámbito, en cualquier lugar, en el mundo mismo. Siempre detesté eso, pero siempre me costó salir de ese atolladero. Soy demasiado principista y me cuesta creer que la gente sea tan poco noble en sus actitudes. Aunque hagan algo reprobable, siempre espero que sean sinceros en sus planteos, y no decir una cosa y hacer otra, o moverse en la vida por conveniencias y no por convicciones. Pero cuando conocí a Selena todo eso que me rodeaba y que me resultaba tan pesado asimilar pasó literalmente a un segundo plano. Un poco porque sabiendo lo rico pero también lo trágico de la vida de Selena, veo que todo lo que ocurre a mi alrededor carece de valor alguno y no merece mi atención, o al menos sólo tiene sentido una atención secundaria, coherente con la importancia que realmente tiene semejante cosa. Otro poco porque tengo un tiempo importante para dedicarle a algo positivo, como es recordar a Selena y hacerle sentir que nunca estará sola teniendo el cariño de su gente. Y lo más importante: que desde que pude ver la dimensión de artista que era Selena y lo fantástica que era como persona, ella, aún no estando entre nosotros, me cambió la vida y me hizo más feliz. Con ella aprendí a encarar cada actividad con una sonrisa, ver el lado bueno de cada cosa aunque yo sea un negativo por naturaleza y un pesimista por vocación. Con Selena me permito sonreír, disfrutar, reír con ganas como lo hacía ella. Con Selena reafirmé aquel máximo principio de que nada es imposible, de que todo se puede lograr. Y es notable: en ese día en el que me puse por primera vez la remera, me pidieron un favor. Me pidieron una tarea que en un principio yo no sabía cómo resolver. Al principio, creí que nunca lo lograría. Era temprano y yo seguía con el ánimo por el piso. Pero me puse a trabajar y a investigar, e increíblemente en poco tiempo había solucionado el problema. Recuerdo que en cuanto pude ayudar a esa persona con su inconveniente no pude evitar decirle: “¡Lo pude resolver! Como habrás podido ver, nada es imposible. ¡Todo se puede lograr si uno se lo propone!”. Y una vez más al decirle esas palabras, recordaba a Selena e imaginaba que si estuviera en algún lugar viendo esta situación, ella se reiría con total satisfacción y ternura, observando cómo su Legado sigue vigente…

Como más de una vez manifesté, tal vez sea raro exhibir algo de Selena aquí en Buenos Aires. Lamentablemente ella llegó a tener cierta notoriedad aquí por su tragedia y por la difusión de su película. En su momento llegó a conocerse algo de ella más que nada en otras ciudades importantes del país, como Córdoba y Santa Fe, pero aquí en esta grande y alocada ciudad no pudo apreciarse mucho, más que nada porque los grandes medios de comunicación no llegaron siquiera a mencionarla en su momento. Todo fue después, después de aquel nefasto día. Por eso siempre me apena cuando muchos me preguntan por ella y quieren saber más de lo que significaba Selena, que ellos sólo tengan como referencia a la película, a la tragedia y a la protagonista del filme, Jennifer López. Me apena pues no tengo dudas de que Selena hubiese llegado a ser muy conocida aquí y en todo el mundo. Me apena pues con todo lo que Selena supo hacer y difundir, sólo se recuerde lo peor. Que con tan bello Legado, ella esté más presente en los casos policiales y trágicos. Que se asocie más a Selena por lo que motivó a que no esté entre nosotros que por su música, por su voz, su carisma y su enorme talento. Me apena porque vi a Selena decir en más de una oportunidad que vendría a la Argentina. Me apena porque hoy Selena sería la artista latina más importante del mundo. Me apena porque con ella todo sería distinto y la música hubiese tenido otra dirección con su presencia, con su música, con su repertorio, con su personalidad, por su versatilidad. Es penoso ver que la persona que tenía tanto para dar se haya quedado en el camino sin poder disfrutar de hacer todo lo que tenía pensado realizar y de cosechar todo lo que hubiera sembrado. Selena es como su canción “Como la Flor”. También es como “Fotos y recuerdos”, “Yo fui aquélla” o “Dreaming of you”. Y sobre todo “A boy like that”. Es ver lo que cantó Selena y ver su vida, su destino. Del mismo modo que ver a Selena en el escenario, que era verla a ella genuinamente expresando lo que vivió, lo que estaba sintiendo, todo lo que soñaba, todo lo que pretendía de su vida. Tal vez por eso nos llegue tanto cuando la vemos interpretar. Con Selena es imposible separar la cantante de la persona. Con Selena es imposible no verla y no gozar de su presencia pero a la vez no llorar por su destino. Viendo a Selena es imposible no ver su vida, sus padecimientos, sus alegrías, sus sacrificios, sus sueños, sus anhelos. La espontaneidad y la actitud genuina de Selena así lo confirmaban, más allá de que para calmar a cierta gente, “horrorizada” por su vestimenta, tuviera que decir que una cosa era ella en el escenario y otra cosa lo que era en la vida doméstica…

Tal vez por todo eso es que cuando uno termina apreciando a Selena no se la quita de su vida jamás, porque además de que no se puede dejar de olvidarla, tampoco uno quiere ni abandonarla ni dejarla sola. De allí tal vez el valor de tener algo suyo, de cuidar cada cosa que le pertenece como si fuera oro, de exhibir su vida y su Legado con total orgullo. Durante el día exhibía mi remera de “Selena Etc.” con la satisfacción de saberme su admirador y de manifestar con orgullo mis sentimientos hacia ella. Y me movía tanto en el trabajo como en al calle sin importarme si sabían de qué y de quién se trataba. Me movía como sabiendo de qué se trataba todo esto sin tener que dar ningún tipo de explicación. Y mientras paseaba su creación por las calles acaso imaginaba si Selena habría pensado en que sus creaciones iban a verse y lucirse por todo el mundo tanto en aquellos tiempos como en el futuro. No dudé en pensar que Selena soñó una y mil veces en que la humanidad toda exhibiría todo lo que ella crearía y todo lo que se le ocurriría hacer producto de una mente con toda clase de iniciativas y plagada de imaginación. No pude evitar entristecerme por ver que la triste realidad nos muestra una y mil veces que a Selena se la llevaron y que ella no pudo ver nunca el alcance de lo poco que pudo hacer frente a tantas cosas que quería realizar. Pensé que Selena se había ido sin ver cuál sería el resultado de su emprendimiento, si acaso se cumpliría lo que se había propuesto como meta al lanzar “Selena Etc.”. Y me imaginé cómo se sentiría Selena hoy si acaso ella pudiera apreciar que, a pesar de todo y a pesar del paso del tiempo, hay gente de tan lejos exhibiendo con orgullo y placer lo que había planificado y soñado. Pensé si acaso la gente aquí podía descubrir o redescubrir sus creaciones, les gustaría probárselas y acaso querría tener todas aquellas cosas que supo lograr en vida. Me imaginé a gente solicitando sus prendas, averiguando más de sus creaciones por Internet. Me imaginé si por esas cosas de la vida muchas de las vestimentas que Selena había creado se convirtieran en moda nuevamente y desde tierras en las que nunca se la pudo ver. Lo pensé y lo desee. Deseaba que como nunca a Selena se le hiciera justicia exhibiendo sus ideas, comprando sus productos, revalorizándola como diseñadora. Desee como nunca que su nombre volviera a estar en primer plano, en ese lugar que nunca debió ser abandonado, y que en muchos lugares, gracias a su gente, se resiste a abandonarse cada vez que sale un cd o un dvd nuevo con más de sus hermosas interpretaciones y actuaciones…

El que ama a Selena no puede abandonarla nunca y desea lo mejor para ella. Nada más orgullo da poder decirle a todos lo que Selena significa para uno y hacerle ver a la humanidad toda ante la artista con la que nos encontrábamos allá por 1995. En mi trabajo vivo seleccionando fotos para ponerlas como fondo de pantalla de mi computadora, y las voy cambiando periódicamente. Nada más me da placer poder exhibir lo que es más importante para mí y poder ofrecerle a todos diferentes imágenes de ella en concierto, posando, sonriendo o en diferentes momentos de su vida. Nada más hermoso decirles a todos que ella es lo más lindo y lo más importante para uno, y que es una artista y una mujer que merece exhibirse y valorarse. Nada más lindo explicarles con pasión que Selena era diferente, única e irrepetible. Nada más lindo poder decirles que frente a tantas actitudes mezquinas, frente a tantos problemas que uno se hace sin sentido, frente a tantas tonterías que se hablan y que se hacen todos los días, uno está regando una plantita, le da vida para que siempre esté vigente y siempre esté cuidada. Nada más lindo que dar Amor, todo el Amor al recuerdo de una persona. Nada más lindo que ocupar la vida en hacer el bien por alguien en vez de hacer el mal a tanta gente. Es hermoso ocupar el día y la mente en hacer cosas buenas y no en dañar como única forma de relacionarse. Es bueno querer que alguien que ya no está entre nosotros reciba aquello que ella supo prodigar a tanta gente. Alguna vez Selena a la salida de un concierto dijo que lo que más valoraba era lo que recibía de la gente. Y eso es lo que todo el que ama a Selena le sigue ofreciendo para que ella lo siga recibiendo, donde quiera que esté… Por eso el orgullo de lucir sus remeras, de exhibir sus fotos, de comprar sus discos, de tener sus cds, de cuidar sus dvds, de verla actuar en cualquier circunstancia, de retener una y otra imagen, sus palabras, sus pensamientos. Es que uno se resiste a su ausencia, uno la sigue queriendo, y la querrá por siempre y para siempre. Al tener cualquier cosa de Selena, uno siente que la lleva consigo, que la tiene en su corazón. Y que ese Amor que uno recibe de ella lo plasma en su recuerdo, en trasmitir su Legado. Y nada de eso alcanzará. Siempre será poco. Porque falta ella. Y mientras ella no vuelva querremos tenerla siempre consigo, llevarla a todos lados, tenerla y sentirla siempre presente. La acompañamos y nos acompaña. Le damos el Amor que ella nos supo brindar. La recordamos como ella quería ser recordada. Y si no alcanza con tenerla y llevarla consigo en nuestros corazones y en nuestras almas, buscaremos corporizarla o hacerla visible con un tatuaje, con una remera, llevando sus fotos consigo, cantando a viva voz sus canciones. Haremos todo y siempre nos parecerá poco. Pues fue tan grande el Amor de Selena que siempre sentiremos que no podremos llegar a tributarla como se debe. Pues es tan grande la ausencia y tan enorme el vacío que ha dejado que nunca podremos estar felices sin su presencia. Nunca podremos estar satisfechos al ver que una mujer tan joven, tan emprendedora y tan talentosa como Selena no pudo lograr todo lo que se propuso, ni recibir toda la gloria y todo el Amor que ella mereció largamente recibir…

Tal vez todo eso responda a la consabida pregunta que nos hacen muchos, un poco por contrariedad, otro poco por reproche. Cuando alguien nos deja, cuando alguien se va como se fue Selena, el ser humano tiende a dar vuelta la página, quiere seguir viviendo sin tener esa imagen y esa sensación de derrota, sin tener ese sentimiento de desolación y sin todas las sensaciones que nos provoca semejante ausencia y que están asociados a la partida trágica de una persona. A veces está bien pasar a otra cosa, pues uno tiene que seguir viviendo. Pero eso no quita que uno deba olvidarse y no valorar como se debe a aquello que nos dejó tanto. Incluso hay personas muy mal intencionadas y pobres de espíritu que creen, quieren hacer creer y hasta fomentan la imagen de derrota de Selena para asociarlas con la “mala suerte” y con malos augurios. Hay otros que hasta se mofan de ella y exhiben esas imágenes que no queremos ver para certificar su suerte y que ése es el resultado final de lo hecho, de lo actuado, y que eso es lo que nos terminaremos llevando de ella. Otros hasta se han hecho eco de las barbaridades que supo difundir la asesina, con la anuencia y complicidad de tanta gente con la excusa de “querer saber la verdad”, y han puesto en duda la honestidad de Selena y de su familia, para así ponerla a ella en el banquillo de los acusados y a dudar de todo lo que ha hecho su familia. Así convierten a la víctima en victimario, y a éste en víctima. Y si bien las cosas no son blanco o negro, si bien nadie es dueño de la verdad, si bien podemos disentir o tener diferencias con cómo se manejaron las cosas de Selena desde su familia, si bien es necesario más que nunca ahora tener una “tercera posición” frente a la historia de Selena, y no aferrarse a una posición o a otra como si fueran verdades irrefutables, nunca hay que olvidar lo lindo que nos dejó Selena, que ella fue la única protagonista de su historia y que es ella la verdadera víctima, pues increíblemente a 15 años de su partida ella es la única que no está entre nosotros y la única que recibió el dolor, el peor dolor que la alejó de sus sueños, de sus proyectos, de sus grandes anhelos, de todo lo que pensaba hacer con su vida. Ella recibió la traición, ella fue la víctima de tantas ambiciones, de tantas rivalidades y de tantos egos tontos. Por ser así tan buena y tan auténtica, quiso ella solucionar los problemas que tenían otros. Aunque a ella le afectara, ella debió correrse y no permitir exhibirse como el blanco preferido de tanta locura, de tantas ambiciones, de tanta insensatez … “Por ser bueno…”, diría el tango. Por ser tan bondadosa y tan genuina, Selena recibió la cachetada de la realidad de este mundo. Tal vez Selena pensó que esto lo podía solucionar como lo había hecho cuando decidió casarse en secreto con Chris ante la negativa de su padre a que siguiera su noviazgo con él. Tal vez Selena no vio que, por más grave que fuera el problema, una cosa es tener un problema con su padre y otra con una persona “de afuera”, por más “amiga” que fuere. Tal vez en su necesidad de confiar en alguien más que no fuera alguien de su familia, Selena quiso creer que con esa persona sería lo mismo que con su familia, y que ella buscaría lo mejor para ella y nunca le haría daño … Tal vez en un minuto y ya tarde Selena se dio cuenta de lo que es este mundo y sus habitantes. Tal vez Selena no debió haber vivido en una burbuja con tanta protección. A la larga eso es siempre pernicioso y peligroso. Aquel incidente por el noviazgo de Chris fue un aviso del cual nadie notó la dimensión e importancia que tenía. En aquella oportunidad todo quedó en familia y todo siguió “viento en popa”. Pero el problema más profundo no estaba resuelto, nadie dio cuenta de ello y Selena quedó tan expuesta y tan sola… Y nada se pudo hacer…

Tal vez eso sea lo que consciente o inconscientemente sintamos cuando evocamos a Selena. No podemos sólo tributarla obviando su suerte, todo lo que quedó en el camino, sin poder evitar pensar lo que hubiera sucedido si todo hubiese sido diferente y como correspondía. Uno no puede evitar saber que esa mujer que dio tanto se quedó sin nada. Uno no puede evitar pensar que Selena apenas estaba asomando su cabecita luego de tantos años de espera, de tantos años de éxitos y de sinsabores, de postergaciones, de sueños contenidos, de alegrías postergadas. Tal vez sea todo eso lo que nos mueve a tener cada cosa de Selena, de exhibirla y de llevarla con todo Amor. Tal vez porque de esa manera mantenemos vivo su recuerdo y le seguimos manifestando todo nuestro afecto, ese afecto que Selena tanto valoraba. Tal vez porque a falta de no poder expresarle todos nuestros sentimientos, de no poder abrazarla, de no poder darle nuestra mano, de no poder darle un beso, de no poder agradecerle, de no poder manifestar nuestro cariño a alguien presente y exitoso, al menos podemos darle y manifestarle todo lo que significa ella para nosotros y transformar esa imagen de derrota, de dolor y de duda en algo victorioso, lleno de Amor y de certeza, certeza de ese cariño genuino e incondicional. Tal vez con todos nuestros sentimientos a flor de piel sabremos que siempre Selena estará vigente, será respetada y siempre será exitosa. Tal vez sepamos que con aquello que Selena más valoraba estará siempre vigente y siempre presente. Tal vez con el Amor de Selena podremos mitigar tanta ausencia y tanto dolor…

Mientras tanto, yo paseo con orgullo mi remera de Selena. Es mi mejor manera de llevarla por siempre en mi corazón, mi mejor expresión que no la abandonaré nunca y que la esperaré siempre, pues ella, sólo ella, es la razón de mi vida…

Sólo tengo palabras de Amor para ti, Selena, palabras de un Amor que sólo tú podías dar…

Te quiere, te recuerda, te espera…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)












No hay comentarios: