Yo creo en los milagros, Selena…


Cada vez que escucho música en la radio, cualquiera sea, pienso en ti, Selena. Pienso en lo feliz que serías si estuvieras aquí. Cómo nos alegrarías ahora, con qué nos sorprenderías, con qué nos deleitarías. En mi mente suceden miles de imágenes en las que tú eres la única protagonista, la única que alegra mi corazón y las almas de todos … Me contenta imaginarme cerca de ti disfrutando de un concierto tuyo, verte sonreír, siendo receptor de algún saludito tuyo, verte feliz recibiendo premios, verte en la actualidad paseando tu figura por todo el mundo, imaginando en el lugar en el que estarías ahora, qué diferente y hermoso sería si estuvieras aquí ... A veces me imagino estar en Corpus Christi y poder compartir contigo tu fama, tu áurea en la ciudad que te vio crecer y triunfar. Y lo haría mirándote de lejos, para no molestarte, para ser sólo feliz viéndote feliz ... Cuando escucho cualquier música que me pone bien, imagino que tú estás allí también disfrutando, riendo, participando, estando feliz con mi felicidad, estando feliz porque tú también estás contenta haciendo lo que a ti te gusta … Es que no me resigno a tu suerte, a nuestra suerte, a la suerte de la humanidad toda … Por eso, en cada tema que escucho me imagino verte, tu imagen siempre se presenta a mí y me alegra, me alegra saber de que algún día te encontraremos, de que en realidad no te has ido, de que estás allí contenta sabiendo que estamos recordándote con Amor, poniéndonos a prueba hasta dónde te queremos, cuánto daríamos por ti…

Yo creo en los milagros, dice un tema de Los Ramones, y yo me aferro a esa ilusión, a esas palabras, a eso tan humano que es creer en algo, en no sucumbir a la realidad, a la resignación, a la tristeza, al llanto. Yo sé que es más fácil aceptar tu partida, Selena, aceptarla sin más y dedicarme a otra cosa, a mirar a otras artistas, a ser feliz con lo que hay por ahí. En ser egoísta y pensar sólo en mi suerte y olvidarme de la tuya … Pero no, Selena, no!! Yo no puedo dejarte. Yo no quiero perderte. No quiero yo dejarte sola como aquel día. No quiero que hoy sientas lo que sentiste aquel día. Yo no puedo levantarme todos los días y vivir mi vida como si nada hubiese pasado, como si tu aparición en este mundo hubiese sido el paso fugaz de una artista que nos dio todo lo que nos pudo dar. No. No puedo ... No puedo porque conquistaste a tantos corazones que has dejado una huella imborrable en la gente que ha sabido apreciarte. Yo te he conocido después de todo lo sucedido y me lamento no haberte apreciado antes. Maldigo no haberme dado cuenta, no haber interpretado esa señal cuando involuntariamente vi la actuación tuya en el video “Bidi bidi bom bom”. No puedo entonces hacer como si nada hubiese pasado, porque desde que te vi para mí ya no existió nada más. Todo lo que escuchaba pasó a segundo plano. Todo lo que acaparaba mi atención dejó de tener importancia. Todo lo que era importante dejó de serlo. Porque desde que te vi todo el mundo se tiño de tu figura, de tu voz, de tu talento, de tu frescura, de tu risa, de tu personalidad. Desde que te vi entendí el valor de la vida, el valor de la gente que hace algo por el bien de todos los demás. Y tú sólo le diste Amor y alegría a esta humanidad que parece estar condenada. Una humanidad que no supo cuidarte y permitió que otros te lastimaran y te lastimen sin piedad…

Por eso no puedo dejarte Selena, porque nunca dejaste de llamar mi atención desde que oí por primera vez tu nombre. Si creyera en la reencarnación, pensaría que en otra vida te he conocido, que eras parte de mí, porque siempre me sentí tocado y dolido por lo que ha sucedido contigo. Nunca dejé de sentir congoja, perplejidad, dolor, una gran identificación con lo que te ha sucedido. Creeme, Selena, que eras sólo un nombre para mí en aquel momento, nada me emparentaba contigo y sin embargo me sentí muy mal por lo que te había sucedido, por lo que habías pasado. Así me acerqué a ti, al principio supuestamente por la curiosidad por no entender cómo a alguien de tan sólo 23 años en plena fama le pudiera pasar semejante cosa. Nada sabía de ti. Ni siquiera tenía imágenes tuyas ... No sabía nada de tu música, ni todo lo que representabas para tanta gente. Y sin embargo, esa ecuación, esa terrible ecuación que se simbolizaba en “muerte”, “mujer joven”, “mujer en plena fama”. “mujer muy querida”, “carrera meteórica”, “balazo en la espalda”, “presidenta del club de fans”, “Un motel”, me dejaba perplejo, no entendiendo jamás cómo todo eso se podía dar al mismo tiempo, cómo todo eso podía sucederle a una persona. Y aunque supiera que había otros males en el mundo, eso que te había sucedido era lo que más me había impactado, lo que más me hacía buscar una explicación, lo que hacía que quisiera buscarte sin saber supuestamente por qué, sin saber siquiera cuál había sido el gran secreto de tu éxito, el gran secreto del Amor que generaste en tanta gente…

No puedo dejarte, Selena, yo no me puedo quedar tranquilo dejándote sin dar parte de mi ser para evocarte, para rendirte todos los honores … Porque en un punto me siento identificado con tu vida, con tu sacrificio, con vivir toda una vida en pos de un sueño familiar, poniendo la mejor sonrisa desde tan pequeña, cuando tú tal vez no pediste esa representación, ese destino en la vida, ese lugar en el mundo. Pero tu Amor, tu generosidad, tu capacidad de dar sin esperar, tu cariño a tu familia hicieron que no dudaras en tomar ese micrófono a los 8 años y pusieras esa mejor sonrisa. En tu mente de niña soñadora jamás dejaste de pensar en tu gran sueño. Todas las noches soñaste en ser una gran diseñadora, una gran artista, esa mujer que quería ser querida tal cual era por todos y por todo. Tuviste que postergarlo, pero nunca dejaste de hacerlo del todo, pues cada vez que le cantabas a tu familia, cada vez que les brindabas tu dulce voz a la gente que te iba a ver en aquel viejo restaurante de tu padre, aprovechabas para sorprenderlos, para encantarlos, para dejar sorprendido a un público que tal vez no esperaba ver nada especial en tu representación, que sólo esperaba una voz de niña encantadora que generaba ternura con su aparición. Pero allí pensabas en todo lo que querías ofrecer y cómo querías que lo recibieran, y ese público se quedaba sorprendido y maravillado luego de escucharte …Sería una constante en tu vida esa sensación. Jamás dejaste de sentir eso con el tiempo, pues toda tu esencia estaba en cada canción que le cantabas a tu público, sea en una reunión familiar, sea en el Astrodome, sea en cualquier escenario en el que pudieras expresarte. Así aprendiste a ser una artista en serio, por el camino nada fácil y muy arriesgado. Pues nunca te contentaste con hacer una actuación aceptable, algo estándar, algo que fuera fácilmente aceptado por la gente sin más. No te limitaste a hacer tu función de cantar y nada más. Ni la dirección férrea de tu padre impidió que tú le dieras ese toque personal a tus interpretaciones, a tu manera de presentarte al público. La mejor expresión de aquella distinción es cómo impusiste la moda de los boustiers: era una movida muy arriesgada, pues implicaba la reacción de tu padre y la curiosidad de la gente ante esa forma de mostrarse. Y eso te daba temor. Y aun con mucho miedo en tu interior, jamás lo demostraste a tu gente ni a tu familia. Lo hiciste como algo natural, como algo lógico, como algo que debía aceptarse sin mayores preguntas … No hay peor cosa que hacer lo que uno quiere con temor y esperando ansiosamente la mirada de aprobación de los demás antes de realizarlo. Eso muchas veces lleva al fracaso y hasta a la desgracia a la gente que lo hace. Y tú lo sabías, Selena, lo sabías. Por eso primero hacías lo que tú deseabas y buscabas la aceptación por tu imposición y nada más. Una imposición que hiciera que todos se maravillaran y aceptaran. Que todos se quedaran aceptando lo que tú les ofrecías, que sólo se limitaran a fijar tu mirada en ti y nada más. Y que todos te quisieran por eso, por cómo eras, por cómo actuabas, por cómo dabas Amor. Querías que en cada concierto te amaran por lo que eras en cualquier lado, en cualquier circunstancia, ante cualquier escenario y ante tu gente. Tú buscaste aceptación con tus propias armas y vaya si lo lograste!!! Y esos boustiers fueron una de las cosas más aceptadas por la gente, la mejor expresión de tu arrolladora personalidad…

Por todo ello, no puedo olvidarte, Selena, no puedo dejar de pensar en ti. Yo sé lo que has sufrido, lo que has vivido. Sí, lo sé. Yo no pude verte en tus épocas de gloria, ni siquiera cuando eras una cantante tejana en ascenso. Pero no hace falta haberte visto, haber estado presente en tus actuaciones en concierto, en televisión, en festivales, haber estado allí en los reportajes que ofrecías, estar en cada colegio en el que le dabas esperanza y alegría a tantos niños, para saber lo que has tenido que pasar para llegar a ser simplemente Selena. Yo sé todo lo que tuviste que sufrir. Yo sé lo que es vivir de niño y actuar como un adulto responsable. Yo sé que lo que es vivir una adolescencia postergando tanto Amor para dar y recibir en pos de un objetivo familiar. Yo sé lo que es vivir casi sin tener privacidad, callando los sueños, los miedos, las alegrías, las tristezas, callando cualquier sentimiento para mantener la armonía a tu alrededor, para que todo esté bien, para que todos sean felices. Creeme, Selena, que sé lo que es ser la figura excluyente dentro y fuera del escenario, ser la alegría para tanta gente y para toda tu familia. Creeme, Selena, que sé qué se siente estar en una situación en la que el equilibrio es uno y sólo uno. Creeme, Selena, que sé lo que es saber que uno tiene que hacer un gran esfuerzo para hacer valer su personalidad. Creeme, Selena, que sé de lo difícil que es apartarse de un lugar cuando uno está en el medio de todo. Creeme, Selena, que sé de lo difícil que es cuando a veces uno quiere decir no, cuando uno quiere hacerse de un tiempo para uno, cuando uno no quiere dejarse llevar por la desesperación general. Y tú lo hiciste, con mucho esfuerzo, no sin tener que dejar muchas cosas en el camino, exponiéndote a muchos peligros que muchas veces querías y creías controlar. Creeme, Selena, que te entiendo, porque siempre manifestaste y dejaste en claro que en la vida no hay tiempo que perder, que todo tiempo libre debía ser aprovechado hasta lo máximo para cumplir con lo que se ha soñado toda la vida, con todo lo que uno ha anhelado ser, con todo lo que uno quiso ser. Y que todo aquello no tenía ni un fin ni un límite. Y que siempre había más, que siempre había más objetivos y sueños que cumplir. Que la vida, vaya ironía, es corta, y que no hay que darse lujos para desaprovecharla. Todo te costó mucho, Selena, y cuando la suerte comenzó a acompañarte, no dudaste en aprovechar todo hasta lo máximo, de poner toda tu energía para llevarte el mundo por delante… Todo eso se lo expresaste alguna vez a Verónica Castro en Furia Musical en un reportaje en el que tal vez ella nunca llegó a entender el alcance de tamañas palabras, de tan nobles objetivos, de tan genuinas ambiciones…

Por eso no puedo olvidarte, Selena, no lo quiero hacer. Porque tú diste demasiado y recibiste poco a cambio, porque estuviste poquito tiempo en este mundo y no tuviste tiempo de cosechar lo que sembraste. Tú no merecías este final. El mundo te vio partir sin siquiera reaccionar, cuando las lágrimas comenzaron a ser tardías, cuando ya no se podía hacer nada. A veces pienso que a 15 años de tu partida mucho proponen esa resignación, nos explican que todo lo que tú les diste está en los discos, en la música, en los conciertos, en algún mensaje expresado en vida. Y que sólo nos queda agradecerte cada tanto en algún aniversario, en algún hecho que nos lleve a tu recuerdo. Nada más errado!! Tú eres mucho más que un Mirador, un Gravesite, un Museo, un par de temas bonitos ... Tú eras un ejemplo en vida, un camino a seguir!! Por eso no puedo dejarte, no puedo contentarme, no puedo conformarme. Para mí no te has ido (diría otra palabra, la podría decir, pero no lo quiero hacer), para mí estás presente, para mí hay que devolverte aquello que tú nos has impregnado en el Alma. Yo no puedo olvidarte, Selena, pues estás en mi corazón, vives en él, estás en él. ¿Cómo entonces olvidarme de algo que está dentro de mí? ¿Cómo desprenderme de algo que me pertenece? ¿Cómo desprenderme de algo de mí que es tuyo enteramente? ¿Cómo olvidarme de tu Amor, Selena? No, no puedo. Por eso, no puedo abandonarte, no quiero abandonarte. No puedo olvidarme de lo que hiciste, de las huellas que dejaste en este mundo. Por eso, quiero resaltar aquello que dejaste, no dejar que lo que has hecho se lo lleve el viento, se olvide, se reemplace. Me sería fácil sustituirte y dejarme llevar por otros cantos, por otros artistas, por otras voces … ¿Pero cómo hacer si cada vez que escucho alguien de otro artista yo pienso en ti? ¿Cómo hacer cuando escucho cualquier música, cualquier artista, veo actuar a tantos y sólo pienso en ti, Selena? ¿Cómo hacer cuando sigo buscándote y sigo deseando que seas feliz? ¿Cómo hacer cuando recuerdo de tu emoción cuando recibiste el premio a la mejor cantante regional méxico-americana en Premios Lo Nuestro en 1993, y vivo y siento esa emoción? ¿Cómo hacer cuando recuerdo de tu Grammy cuando veo los actuales Premios Grammy y, más que nada, cuando veo con tristeza los Latin Grammy? ¿Cómo hacer cuando no puedo entender ni explicar por qué no estás aquí? ¿Cómo hacer cuando siento que si tú estuvieras aquí todos deberían apartarse y observar, observarte actuando, observándote en un evento, observándote en un Festival, observándote en un reportaje? ¿Cómo hacer cuando sigo deseando que todos aquellos ojos sólo se dirijan a ti asombrados y subyugados? ¿Cómo hacer cuando lo único que deseo que lo más amado esté aquí? ¿Cómo hacer cuando lo único que quiero en el mundo es que estés aquí, Selena? ¿Qué debo hacer para que eso sea posible? ¿Cómo hacer para que aquello que deseo se haga realidad? ¿Cómo hacer para que ese milagro se cumpla? ¿Cómo hacer para que sonría y piense en ti, Selena, cuando escucho “I believe in miracles” de Los Ramones?

Por eso, Selena, yo no puedo olvidarme, yo no quiero olvidarme. Yo quiero hacer algo por ti todos los días. Yo quiero ofrendarte mi vida todos los días. Yo sólo quiero darte aunque sea parte de mi vida para darte vida. Yo sólo quiero volver a verte sonreír. Yo sólo quiero ser como aquella persona que ve un pájaro herido, lo toma, lo lleva a su casa, lo cura, lo rehabilita, lo reanima, le da fuerzas, le da energía y cuando lo ve bien, lo lleva al campo y lo suelta para que viva, para que haga su vida, para que realice aquello que desea hacer. Y aunque se nos escape una lágrima, no hay nada más bello que ver aquello que tanto queremos feliz y libre, contento de poder hacer aquello que tanto quiere, sentir ese cosquilleo en el cuerpo que le indica que siente la vida, la disfruta, la vive, la contagia a los demás. Así eras tú, Selena. Así eras en la vida, en los conciertos, con tu gente, con tu familia. Yo sólo quiero darte parte de mi vida para que vuelvas a volar, para que vuelvas a ser libre, para que vuelvas a sonreír, para que puedas hacer todo lo que querías realizar. Para que tu cabeza inquieta nunca tuviera descanso y eso te hiciera feliz, feliz de poder volcar todas tus ganas y toda tu energía para tu gozo y para el bienestar de los demás…

Siempre recuerdo en el concierto de San Antonio en 1991 la imagen de un padre alzando a su hija, y señalándote a ti como la expresión de la alegría, de la voz, de la felicidad. Siempre recuerdo la alegría de aquel hombre que recibió la toalla que tú arrojaste al público a tu salida del Houston Astrodome en 1995. Y pienso qué sería de ellos en la actualidad. E inmediatamente pienso en ti, en qué sería si ellos te volvieran a ver ahora. Yo quisiera que ellos vuelvan a sentirse felices. Yo quisiera que tú estuvieras aquí…

Yo sólo estoy aquí por ti, Selena. Yo sólo estoy aquí para que veas el fruto de tu Amor…

Simplemente te quiere, te extraña y te espera deseando que se cumpla el anhelado milagro…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
















No hay comentarios: