La única persona que puede hablar de ti eres tú, Selena…


En aquel triste juicio hecho a esa persona que le quitó los sueños a Selena, el defensor de la acusada buscó conmover al Jurado diciendo que seguramente si Selena apareciera tras la puerta de ingreso al lugar en el que se efectuaba el juicio, seguramente la abrazaría y la perdonaría. Y no sólo eso: demostraría que ella siempre estuvo de su lado tratando de protegerla y de defenderla, confirmando el accionar de Selena en aquel nefasto día, en el que ella hasta acompañó paradójicamente a la asesina al hospital … Cuando terminó su alocución, el Fiscal muy atinadamente le respondió que seguramente si Selena apareciera por la puerta indicada por el defensor, lo único que indicaría que tal juicio no existiría y nada de lo que estaba pasando en esos dolorosos días en Houston no tendrían razón de ser, pues Selena estaría entre nosotros…

A todo ello siempre se me ocurrió agregar que nadie sabría qué haría Selena si apareciera en algún lado, en alguna circunstancia, en cualquier momento. Se me ocurre que nadie está en condiciones sensatas de decir qué diría, qué pensaría, qué diría de la asesina, qué diría de lo que le sucedió. Tampoco me imaginaría si estaría alegre, triste o enojada, o muy seria, como me lo sugiere aquel rostro rígido que se nos presentó al final. Creo que nadie está en condiciones de ponerse en el lugar de Selena para interpretar qué diría, que nos querría decir, cómo reaccionaría, qué realmente pensaría. Y mucho menos imaginarse cuáles serían sus movimientos, sus actitudes…

Creo que todos cuando vivimos esta experiencia tan triste de Selena, quiere aferrarse a algo, imaginarse que nada ha sucedido, que Selena aparecerá de todos modos, o que está presente en nuestras vidas a través de todo lo que ha generado. Difícilmente podamos imaginarnos que uno o que cualquier persona puede dar seguridad de su pensamiento, de cómo se siente ahora, si es que está en algún lado. La realidad, la triste realidad, nos indica que Selena no está entre nosotros, que no hay manera de que ella nos pueda decir algo, que no hay manera de viajar en el tiempo para impedir toda la locura que se ha hecho con ella. Que cualquier interpretación que hagamos de su sentir y de su pensamiento, siempre estará distante de su razonamiento y de sus sentimientos. Si no hemos podido siquiera poder saber qué pasó aquel nefasto día, ¿cómo podríamos saber qué haría hoy, qué diría hoy, que pensaría, dónde estaría, qué mensaje nos querría dar? ¿Quién está en condiciones de representar su Legado de Amor si asistimos al paulatino abandono de él por parte de los que tienen el deber y la responsabilidad de hacerlo? ¿Quién ha tratado de preservar su imagen ante tantas mentiras e intromisiones de su vida privada han hecho? ¿Quién ha tratado de ser lo suficientemente sincero como para aclarar lo que sucedió aquel nefasto día?

Selena ha vivido una vida dura, ha padecido muchas cosas para hacerse un nombre y un lugar dentro de la música. Todo lo logró a base de voz, talento, carisma, pasión, personalidad y mucho sacrificio. Nadie le regaló nada. Todo se lo ganó ella. Siempre tuvo la mejor cara ante tanta adversidad. Siempre se ganó al público a través de lo que generaba en el escenario. Jamás trató de inventar cosas, de armar escándalos, de hablar de romances, de meterse en la vida de los demás, ni hablar de su vida privada para obtener notoriedad. Selena se ganó el Amor de su gente con su canto, con su don de gente, con su respeto al público, con su cariño. Y siempre apartó su vida personal de la pública. Siempre dijo que tenía tiempo para atender a los fans, que sólo pedía que esperaran un ratito cuando estaba con su familia o ante el deseo de estar en su intimidad. Selena supo respetar y ser respetada. Como nadie logró no sólo ser popular sino ser querida. Logró lo que muy pocos logran y obtienen, y fue de su exclusivo mérito. Algo que muchos desean pero no pueden alcanzar…

Muchas veces me pregunto sobre Dios, sobre la justicia, sobre nuestra misión en el mundo, por qué y para qué estamos aquí cuando veo el destino de Selena, cómo se nos fue de este mundo, cómo pudo ser privada de ser feliz, de vivir, de hacer lo que más deseaba, cómo no se le permitió ganar y perder, acertar y fallar. Me pregunto cómo a un ángel como Selena se le ha quitado de este mundo en manos de alguien tan frío, despiadado y calculador, una persona absolutamente psicópata, que aplicó por su propia condición neurótica la inteligencia para manipular, para llamar la atención desde el anonimato, para hacer sentir culpable a Selena y a todo los que estaban a su alrededor, para ganarse la confianza de toda una familia con el único objeto de saber lo suficientemente de cada uno de sus integrantes para conocer más de ellos para manipularlos, para poder saber cómo atacarlos, como defenderse de ellos, dónde golpearlos, cómo hacer que ellos actuaran de acuerdo a su propia necesidad. Cuando veo todo esto me pregunto por qué se aplica más la inteligencia para hacer el mal, para manipular, para ejercer la violencia, para quitar la vida al otro. Me preguntó por qué parece más fácil odiar, dominar, cobrar notoriedad desnudando miserias. Me preguntó por qué es más difícil lograr el éxito y el respeto con honestidad, con decencia, con trabajo, con ser un buen ejemplo para los demás. Me pregunto por qué toda una vida sacrificada y honesta se borra de un plumazo con una actitud malévola, miserable y despiadada. ¿Por qué Selena se tenía que ir y se tenía que ir así? ¿Por qué alguien como Selena no pudo llegar a ser la gran estrella reconocida en todo el mundo, por qué no pudo hacer todo lo que había soñado, por qué no pudo vivir? Y peor aún, ¿por qué Selena tenía que irse de este mundo y soportar que luego esté en boca de mucha gente a través del escándalo y de investigar impunemente su vida privada? ¿Por qué tanto Amor fue terminado a disparos que nunca cesan, con un odio que siempre parece más duradero que todo el cariño del mundo?

A veces cuando escucho y veo cómo mucha gente opina, cómo mucha gente supone, cómo cada uno se siente con autoridad para meterse en la vida privada de Selena, y para ponerse a analizar sobre lo hecho y lo no hecho, me pregunto si alguien se acuerda que en esta terrible historia hubo una víctima, sólo una víctima, y que esa persona a quien han lastimado tanto no nos puede decir nada, no nos puede dar su parecer, no nos puede decir qué pasó aquel nefasto día, no nos puede decir qué haría si tuviera oportunidad de ver a su asesina, qué le diría a su familia, qué le explicaría a su esposo, con qué calmaría y consolaría a sus fans. Pero por sobre todo, Selena no puede defenderse de las barbaridades que se dicen de ella, no puede decir cómo querría que la recordaran, que querría que hicieran para sentirse homenajeada, tributada y amada. Nunca lo sabremos porque insólitamente Selena nos dejó y nunca nos podrá transmitir sus pensamientos. Y aunque quisiéramos pensar que nada ha sucedido, una decisión insólita nos dio esa terrible posibilidad de ver una última imagen, una imagen que seguro Selena no quería que se viera. Una imagen que ella no pidió mostrar. Una imagen que demuestra que Selena nada puede hacer frente a aquellos que opinan, blasfeman, interpretan. Selena está allí sin poder hablar. Todos los partícipes de esta historia pueden dar su opinión, defenderse de lo que dicen los demás, demandar, enojarse, ponerse contentos, abrazar, amar, gritar, o simplemente hablar. Selena no. Y eso es lo más triste de todo. Lo que más querríamos que suceda no es posible que vaya a ocurrir. Y ésa es la tristeza que nunca podremos sacar de nuestras vidas, de nuestras almas, de nuestros corazones…

Siempre recuerdo lo terriblemente feo que es cuando uno es noticia por una acontecimiento en un lugar, y al poco tiempo ser notorio por algo tan triste y lamentable. Por estas épocas hace 15 años Selena deslumbraba en el Houston Astrodome otra vez, y toda la ciudad hablaba de ella, quedaba subyugada por ella, quedaba sorprendida y extasiada por ella. Tan sólo unos meses después también se hablaba de Selena, pero ella no era la protagonista. Ya no brillaban su figura, su voz, su personalidad, su carisma, su estampa. Ya no primaba el Amor. Ya no había risas, ya no había cariño. Ya la gente no se abalanzaba sobre Selena para besarla, para agradecerle, para expresarle su cariño, para pedirle un autógrafo. Ahora la gente se abalanzaba para sacarle una declaración a la asesina, para encarar al Jurado, buscar una explicación en los abogados y en los periodistas. Se abalanzaba para expresar odio, lamento, consternación, llanto, impotencia. De golpe Houston vivió dos escenarios en pocos meses. En uno, la protagonista era Selena. En el otro, las figuras eran todas las personas que eran opacadas por la misma aparición de Selena. En este otro escenario, se veían jueces, analistas, una familia destruida tratando de recomponer algo imposible de lograr, y otra familia con una gran puesta en escena defendiendo hasta el paroxismo algo indefendible. En ese mismo otro escenario, los que firmaban autógrafos eran los periodistas…

Me pregunto hoy en día qué hizo Selena para merecer esto. Me pregunto si es posible que una persona sea sometida a una vida típica de cenicienta con la terrible diferencia de que le quitan de un disparo el zapato que se pudo calzar, o que en realidad llegó a poder calzar por tan sólo un segundo ... Y que no contentos con lo hecho, le quitan todas sus pertenencias que se supo ganar con Amor y sacrificio, y ni siquiera le devuelven a su familia todo lo que les pertenece por derecho propio. Y encima hablan mal de ella y mienten descaradamente con el pretexto de decir “la verdad”. Me pregunto si una vida armada con tantas privaciones, con tantos sacrificios, con vivir cada día ganándose el pan con el sudor de su frente tenga este final. Me pregunto si nos alcanza toda una vida nuestra entregada a Selena para devolverle todo lo que ella nos dio sin que se lo pidiéramos. Me pregunto si el paso del tiempo, la necesidad de parar de sufrir, el argumento de “hay que salir adelante”, justifica el ir abandonando todo lo que ella construyó, si acaso está bien encerrarse en el dolor, en el llanto, en el cariño, en el Amor propio para recordar a Selena, y no hacer algo para reparar tanta pérdida, tanto dolor, tanta locura, tantos errores. Me pregunto si no habría que hacer algo por el honor de Selena cuando la asesina, no contenta con lo que hizo, sigue destilando su odio hablando, disparando, blasfemando. Me pregunto si uno puede estar tranquilo sabiendo que esa mujer y su familia tienen cosas de Selena y las exhiben con aire desafiante a la Familia Quintanilla, a los fans, a todo el mundo … y a Selena. Me pregunto por un instante qué diría Selena si estuviera aquí. ¿Acaso no le molestaría? ¿Acaso no nos pediría que hiciéramos algo por ella? ¿Acaso no haría lo que suponemos que realizaría a juzgar por sus acciones reveladas en su corta vida?

Yo creo que deberíamos pensar más en Selena y no tanto en especular en lo que podría llegar a decir. No sé si tiene sentido tratar de buscar alguna señal de ella como si estuviera entre nosotros. Permitámonos, eso sí, soñar con los milagros, con que por ahí ella aparece y nos da la posibilidad de expresarle todo lo que quisiéramos decirle, y que nos guardamos por 15 años. Tratemos de imaginarnos esa posibilidad y brindémosle todo el cariño y el Amor que mereció recibir. Permitámonos soñar en imposibles, pero no busquemos soluciones “terrenales”. Selena no está entre nosotros y no tiene la posibilidad ni por sí sola ni a través de ningún medio de decirnos nada. Si así fuera, ya hubiese hecho algo para defenderse de tantas cosas que se dijeron de ella y que le hicieron. Por eso pienso y reitero, una y otra vez, ante aquello que dijo el Fiscal en aquel juicio en el que Selena estaba pero no era protagonista, que no sé que pasaría si Selena apareciera, no sé qué diría, no sé que haría, no sé cómo reaccionaría, no sé cómo nos miraría, no sé qué rostro tendría. No sé qué haría con los dichos de la asesina, no sé qué haría por lo hecho por su recuerdo a través de sus seres queridos, no sé qué les diría a aquellos que la admiraban y querían tanto … No sé. Puedo imaginármelo, pero no podría ponerme en su lugar, no podría erigirme en su intérprete. Sólo escucharía y dejaría actuar a Selena. No escucharía a nadie que la interprete. Ella es dueña de sus actos. Sólo diría algo en función de lo que ella haría o diría...

Así como yo no entiendo para qué le preguntan a la asesina por lo sucedido aquel nefasto día cuando la respuesta a ello está en lo que ella misma dijo ese nefasto día mientras estaba parapetada en su camioneta, tampoco entiendo por qué muchos no se fijan en lo que Selena misma decía y hacía para recordarla con Amor. Nunca debemos olvidar que Selena estaba sola en este mundo cuando se nos fue y lo peor que podemos hacer es abandonarla, dejarla a merced de todos los que hablan por ella, los que se creen sus intérpretes, los que se sienten con autoridad para hablar por ella. Selena dejó un Legado invalorable y ese Legado habla por ella, dice por ella. Lo peor que le podemos hacer es seguir exhibiéndola, exponiéndola a situaciones en las que no nos puede decir nada. Muchas veces los detractores de la familia, o los que critican determinados recuerdos de Selena, suelen decir, para censurarlos, “dejen a Selena en paz”. Paradójicamente, nunca lo dicen cuando habla la asesina, cuando involucran a Selena en situaciones insólitas y desagradables, o cuando algunos “interpretan” su pensamiento hoy, “donde quiera que esté” … No necesito escuchar a Selena hoy para saber que lo que menos quiere Selena es que la “dejen en paz”, pues ella no quiere que la dejen sola de nuevo, no quiere que la abandonen, no desea que la dejen de querer. Y además quiere que hagamos algo por aquellos que utilizan en vano su nombre. Selena también quiere justicia, pues ella nunca pidió que se metieran en su vida, nunca se metió en la de los demás. “Dejarla en paz” es dejarla sola y eso es lo que menos quiere Selena. No quiere vivir más aquel día nefasto…

Alguna vez alguien dijo que mejor que decir es hacer, y si queremos hacer algo por Selena, si queremos saber qué diría hoy, qué haría hoy, qué se supone que nos expresaría si estuviera aquí, entonces contribuyamos a su recuerdo, hagamos algo por ella todos los días, aprendamos a quererla, démosle el cariño que necesita y erijámonos en sus mayores cuidadores ante todos los que hablan de cosas de las cuales Selena nunca quiso hablar. Aprendámosla a cuidarla y a protegerla, a darle nuestro abrigo, nuestro cuerpo mismo cuando ella no pueda defenderse, cuando ella no pueda hablar … Y si realmente la queremos, no nos podemos permitir guardarnos en nuestro propio dolor, en nuestros propio llanto. Antes que nuestro dolor esté el dolor de Selena. Antes que nuestros sentimientos está Selena. Selena está por encima de todos y de todo. Selena nos necesita. Selena necesita que sea recordada, necesita que siga sintiendo que su Legado está vivo, necesita que no sea un nombre más que se olvida en el tiempo, que se confunde con otros, que se esfuma, que se pierde con el soplo del viento. Selena no se merece eso. Ya bastante sufrió, ya bastante padeció. Reparemos tanto dolor con el Amor que siempre necesitó y quiso recibir…

Aprendamos a dar todo el cariño y el Amor a Selena del mismo modo que lo hizo ella por nosotros…

Yo estoy aquí, Selena, para que recibas todo ese cariño que sólo tú generaste, esperando que algún día tú, solo tú, nos lo puedas agradecer…

Te extraña, te quiere, te regala el corazón todos los días…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)















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