Todas las noches, todos los días, estás presente, Selena


Todos los días, Selena, me acuesto escuchando tu música, escuchando tu dulce voz, dejando que seas tú la que me dé la caricia para que yo me duerma tranquilo, para que me deje llevar por el sueño con una sonrisa de felicidad. Recurrentemente busco poner el tema “I could fall in love”, por lo que siempre es el primer tema que escucho en esas largas noches. Tal vez la elijo porque es una de tus últimas grabaciones, tal vez porque veo en esa hermosísima canción tu sueño hecho realidad, tal vez porque percibo y siento esa dulce voz que cautiva y llena de luz y amor mi vida. Con esa melodía y con ese divino canto a nada me resisto. Ya no pienso más. Ya ningún problema ocupa mis pensamientos. Sólo tu voz, tu sentimiento, tus pensamientos, tu vida, tu amor, tu tremendo carisma ocupan mi cuerpo, mi alma, mi vida. Y como me siento tan pleno, tan feliz, tan vivo, sólo me dejo llevar por el encanto de tu música para seguir viviendo la vida como tú me enseñaste, Selena. Como tú y sólo tú me la podías transmitir…

Creo que si hay algo por lo cual yo no puedo olvidarte, por lo cual nadie puede olvidarte, Selena, es por el sentimiento que nos has dejado. Nos llenaste de Amor, nos llenaste de vida, nos diste el valor de las cosas. Yo antes creía que lo importante era cumplir con determinadas obligaciones. Hoy puedo decir con orgullo que contigo me he hecho más humano, más feliz, viviendo la vida hasta lo máximo, valorando cada minuto de mi vida, poniéndole una sonrisa a todo, aun en la adversidad, aun ante tanta envidia, ante tanto encono, ante tanta locura. Aprendí de ti, Selena, a que se puede hacer todo si se tiene voluntad y cariño, si se pone empeño y amor, si se pone una dosis de personalidad a cada cosa que se hace. Aprendí a valorarte, Selena, como artista y como persona, y eso me llena de vida y de orgullo. Mi vida, desde que te conozco, cambió y por eso estoy tan agradecido…

Sé que no todo es felicidad. Tú lo sabes bien, Selena … En nuestro camino siempre se nos cruzará una lágrima, se nos despertará la añoranza, nos sentiremos impotentes ante tu ausencia. Pensaremos que sin ti la vida no es la misma, que un mundo sin ti es como una tarde sin sol, un parque sin niños, un Amor sin risa, una vida sin pasión. Sin ti, Selena, nada es lo mismo, nada es igual. Pero sé que estás presente. Estás en mis sueños, estás en cada canción, estás en cada sonrisa que emito, estás en cada manifestación de afecto que hago, estás en las risas y en el llanto, estás en cada minuto de mi vida. Estás presente cuando me ayudas a dormirme cantándome “I could fall in love” o “Dreaming of you”. Estás presente siempre. Tú no te has ido simplemente porque estás presente todos los días en la vida de mucha gente. Y ésa es tu mayor virtud. Una virtud que pocos logran porque no todos tienen Amor, no todos tienen talento, no todos tienen algo para dar en la vida. Una persona como tú, Selena, nunca se va. Una persona que canta como tú, Selena, siempre está presente. Una persona que interpreta como tú, Selena, conquista todos los corazones. Una persona que tiene tan nobles sentimientos como tú, Selena, vive en los corazones de todas las personas que te aman y admiran. Y tú, Selena, vives en mi corazón…

Tu dulce voz me remite a esas imágenes, a esas interpretaciones, a esos conciertos que nos supiste ofrecer. Y acaso siempre sueño que tal vez pueda verte, acaso pueda encontrarme contigo, acaso pueda vivir y experimentar aquello que veo en tus increíbles actuaciones. Cuando te veo, me veo allí tratando de compartir contigo tus canciones, de participar de tu fiesta, de ser uno más que te manifiesta mi admiración y todo mi cariño. Cuando me voy durmiendo te veo cantando esas canciones y nada más puede ser más placentero y hermoso. Sé que sólo estaré para decirte que haré lo posible para que todos valoren por lo que has hecho, para que todos te quieran como yo te quiero. Yo no me puedo quedar con todo tu amor. Yo no voy a permitir que tu Amor se muera contigo, ni conmigo. Yo quiero que tu Amor se impregne en cada una de las personas que te conozca. Yo quiero que todos reciban tu Amor. Yo quiero que vivas por siempre en los corazones de la gente. Una persona como tú merece el cariño eterno. Y todas las personas con Amor merecen recibir tu Amor…

Me voy durmiendo y en un punto me resisto a hacerlo. Quiero seguir recibiendo lo que tú nos transmitiste. Quiero verte una vez más. Quiero escucharte una vez más. Quiero sentirte una vez más. Escucho “¿Qué creías?” y me imagino allí parado en el escenario de Odessa, Texas, recibiendo tu reprimenda e invitándome a salir de allí. Me imagino callado y tímido, no sabiendo qué hacer, deseando por un lado escapar de allí por la vergüenza de estar en el centro de tantas miradas, pero a su vez contemplarte con Amor y admiración. De sentirte tan cerca pero ni animarme a acercarme, deslumbrado por el áurea que generas con tu sola presencia. Soportaría estoicamente cada una de tus palabras, cada una de tus miradas desafiantes, cada una de tus agarradas de las solapas pidiendo explicaciones. Estaría muerto de miedo pero nadie me sacaría de allí hasta que termine la canción, hasta que tú digas “Un fuerte aplauso para mi ex novio”. Y allí, sólo allí me acercaría para darte un tímido beso, para sacar toda la fuerza del mundo para darme valor para decirte “Gracias, Selena, por todo lo que nos das”. Quisiera poder decirte con la mirada todo lo que sentimos por ti, para que sepas que lo que generas en la gente es mucho más de lo que tú te imaginas. Querría expresarte que tú has llegado para quedarte para siempre, a pesar tuyo, a pesar mío. Que una persona que canta así, que interpreta así, sólo está para ser querida … para siempre…

Mi propio sueño me hace ceder en mi cariño y en mis pensamientos, pero no … Quiero seguir escuchando tu voz, quiero seguir sintiendo tu Amor. Quiero seguir experimentando el sentimiento que tú creabas. Quiero compartir ese sentimiento con todos los que te han amado y querido, con todos los que te han sabido disfrutar, con todos los que han cantado contigo, con todos los que te supieron querer, con todos los que supieron compartir tus sentimientos. Me imagino por un instante en aquel emocionante recibimiento en el programa “Siempre en Domingo”, en el que lucías un increíble pantalón y bustier rojo. Me imagino corriendo para verte más cerca. Incluso me veo allí, en esos delirios míos de querer volver el tiempo atrás, corriendo aparentando ser un fotógrafo que se acerca al escenario para tomar una buena foto, la mejor que pueda captar tu risa, tu emoción, la sorpresa, tu sentimiento mientras cantabas “Amor prohibido”. Me imagino siendo uno más que se sacaba el sombrero como reverencia, como manifestación de suprema admiración. Me imagino cantando a viva voz cada palabra de la canción junto con todos los asistentes al concierto. Quisiera sentir lo que habías logrado con la gente, Selena. Quisiera ver cómo todo México cantaba y se emocionaba contigo, cómo todo los latinos se sentían representados por ti. Quisiera observar que, a pesar de que aún te costaba hablar el español, le diste a cada palabra el énfasis, la entonación, la pasión, el sentimiento como pocos lo habían logrado. Le demostraste a todo México que no sólo es cuestión de hablar bien el español. Es también interpretarlo bien, sentirlo bien. Y eso, Selena, lo has demostrado con creces. Tan alto fue tu logro que no sólo quedó subyugado el amante de la música tejana. Todos terminaron admirándote fascinados por tu forma de expresar, de vivir, de sentir. Me imagino eso y no quisiera irme jamás de aquel escenario, de aquella noche. No quiero dejar de escuchar esas manifestaciones de Amor. No quiero dejar de gritar por ti, Selena, no quiero dejar de cantar … No quiero dejar de escucharte….
Recorro en mi mente cada una de tus interpretaciones, cada una de las imágenes, cada uno de tus movimientos. No puedo olvidarme de lo grande que has sido como artista. Que nadie podrá igualarte. Y que nunca tendrá sentido que alguien se compare contigo porque tú no tienes comparación. Eres única, irrepetible, inigualable. Y lo demostraste siempre. No siempre una gran artista demuestra sus mejores virtudes en su mejor momento. Una gran artista, en realidad, demostrará sus condiciones siempre. Por eso recuerdo ese inicio del concierto de San Antonio en 1991, cuando estabas por cumplir 20 años y le ofrecías a tu gente un concierto de tres horas con toda clase de canciones en español y en inglés. Eras una estrella tejana que comenzaba a escucharse con más asiduidad en México. Pero poco importaba eso: lo que importaba era cómo deslumbrabas, cómo te movías, cómo sorprendías con tus interpretaciones. Y un buen artista capta la atención de todos desde que aparece en el escenario. Me imagino verte cantando “Set me free” y quedarme fascinado con esa brillante interpretación en inglés, tu baile, tu ida a uno y otro lado del escenario, la energía que contagiabas, la capacidad y el dominio del escenario que tenías, la facilidad que tenías para hacer partícipe al público de tu canto. Me imagino verte tan joven y tan talentosa, tan segura, tan bella, tan poderosa. Me imagino verte y saber que estoy ante la presencia de una artista que no tiene límite, que no tiene techo, que no tiene horizonte. Me imagino saltando, cantando, gritando, queriendo llevarme parte de tu energía para sentirla siempre, para contagiarme de ella todos los días, queriendo compartir tu sueño de cantar tu disco en inglés, siendo partícipe y testigo de tu evolución como artista, de convertirme en un admirador a la distancia, contemplando con cariño tus canciones y participando contigo sólo con lo que brindabas en el escenario, sin ir más allá, sólo admirando aquello que nos permitías admirar. Para brindarte desde una tribuna en un concierto todo mi Amor y aprecio, eso que tanto necesitabas, eso que tanto querías…
Se hace una pausa entre canción y canción, y recuerdo tus pausas, tus silencios, tus invitaciones a compartir tus canciones, tus sentimientos, tu pasión. Y en ese silencio recuerdo tu sonrisa en esa pequeña pausa mientras cantabas “Como la Flor” en Festival Acapulco. Penetra en mis oídos tu pequeño susurro cuando acercaste tu boca al micrófono, pusiste la mano en el pecho, y dijiste casi imperceptiblemente “Pero…”. Me imagino estar allí y ser partícipe activo de tararear “Ay, ay, ay” para arrancarte una sonrisa, para que puedas dar rienda suelta a tu satisfacción de que el público te acompañara una vez más. Y de que pudieras interpretar como nunca aquella canción. Me imagino verte tan linda, tan expresiva, tan moderna, tan exultante, tan enorme artista, que aun con mi gran y enorme timidez no pudiera no poder participar del sentimiento de todos. No podría no poder manifestarte abiertamente y a cara descubierta mi enorme admiración hacia ti. ¿Cómo no hacerlo si aun hoy me asombro de todo lo que hago por ti para devolverte algo de todo lo que me has dado en tan sólo 23 años? Sí, me animaría subirme al escenario. Estoy seguro de que dudaría. Estoy seguro de que más de una vez diría: “No, mejor no subo, me da vergüenza, mejor me quedo aquí en el anonimato”. Pero no!! Ante el miedo de que se termine la canción y ante la frustración que me generaría no poder manifestarte lo que has dejado en mi corazón, subiría, no sé cómo, pero subiría … Subiría y luego me quedaría paralizado ante tu presencia. Sé que no volvería atrás. Sé que no querría volver atrás. Sé que esperaría tu aceptación, tu gesto de aprobación para poder acercarme a ti. Y seguro que balbucearía, que te abrazaría y que te daría un beso. Trataría de decirte algo, pero me gustaría que te dieras cuenta de lo que siento más por mi mirada. No querría interrumpir tu canción. No querría ni por asomo ser protagonista de tu concierto. Me imagino poder tener la oportunidad en unos segundos de ser uno más que te exprese su admiración, de ser uno más que te diga que te quiere y que te dé la seguridad de que toda la gente te quiere. Querría que te dieras cuenta de que hay mucha gente que daría todo por ti y que por ello te pediría que te cuidaras mucho. Por el bien tuyo. Por el bien nuestro. Por tu felicidad y por la nuestra….
Definitivamente, no me puedo dormir sin antes despedirme de ti imaginándome estando presente en el concierto del Astrodome el 26 de febrero de 1995. Me imagino extasiado luego de aquel memorable concierto y recorriendo todas las tribunas del estadio para gritarte, para agradecerte, para contestarte cada uno de tus gestos, para devolverte cada uno de tus saludos, para ser la persona que pudo tomar la toalla que tú arrojaste al público en agradecimiento a tanto cariño. Me imagino aplaudiéndote de pie, pidiéndote que no te vayas, que cantes una canción más, que no olvides tus palabras de despedida, que yo prometo cuidarme pero que para vernos pronto tienes que cuidarte tú también. Me imagino corriendo a la par del auto que te llevaba a tu camarín quedándome sin aire, pidiendo permiso a cada una de las 65.000 personas que estaban allí ese día para poder expresarte todo mi cariño, para decirte que mi corazón es suyo, que lo conquistaste desde el mismo inicio del concierto cuando me deslumbraste con tu Disco Medley, que mi corazón se paralizó por un instante cuando te detuviste en uno de tus tantos silencios interpretando “Si una vez” dejando que sólo escucháramos tu respiración. Seguiría corriendo para decirte que siempre luzcas tu pelo largo con flequillo, para decirte que eres única, que eres inigualable, que nadie será como tú, que nadie podrá generar tanta emoción como lo generaste tú, que nadie podrá conquistar tantos corazones como tú. Quisiera correr y correr para no olvidarme de decirte todo lo que siento por ti, para que te quede grabada aunque sea una palabra de todas las que te he dicho. Quisiera llegar hasta la última tribuna a la que tú saludaste y ser yo el motivo por el cual te detuviste para asomarte una vez más tu cabeza a la tribuna para dar tu último saludo antes de ingresar a tu camarín. Y que lo recuerdes siempre, siempre. Que sepas que siempre tendrás el corazón de tu gente y que el paso del tiempo jamás borrará tanto Amor…
Me duermo finalmente no sin recordar esas palabras que dijiste alguna vez, tan proféticas como tan ciertas, en un video casero dirigido a tus compañeros de ruta, tus queridos “Los Dinos”: “Detesto que digan que soy la mejor porque detesto que me digan la verdad”. Y me dormiré con una sonrisa cuando recuerde tus palabras recibiendo un premio en los TMA cuando sólo tenías 16 años: “Agradezco a Los Dinos porque sin ellos yo no sería nada. Si ellos ganan, yo gano. Y si ellos pierden, yo no los conozco!!”.
…Y sé que mañana sentiré lo mismo. Sentiré la misma sensación, el mismo sentimiento. Selena: tú viniste para quedarte a vivir por siempre en mi corazón. Yo sólo estoy aquí para agradecértelo y para que vivas ante cada latido mío, que es el tuyo. Y para que sepas que cada latido mío es producto de tu Amor…
Yo sólo estoy aquí, Selena, para decirte que lo tuyo no fue en vano…
Te quiere con toda el Alma…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)


No hay comentarios: