Tal vez, Selena, lo que más nos apene de ti es que habías
hecho tanto y tenías tanto para dar que uno siempre, absolutamente siempre,
tendrá esa sensación tremendamente agridulce en nuestra boca, esa sensación de vacío
de no haberte podido disfrutar en toda tu plenitud, en no haber asistido
felices cómo llegabas a lo más alto, cómo disfrutabas de tu vida…
Amor, personalidad, gracia, carisma. Todo eso irradiabas en
tus presentaciones dentro y fuera del escenario. Tú eras lo más importante, tú
eras la estrella, sin duda, y sin embargo tú hacías sentir a tus admiradores
que los importantes eran ellos, los que merecían la atención eran tus fans, tu
gente, esa gente que te seguía en cada presentación, que compraba tus discos,
que quería recibir aquello que sólo tú les dabas con tanta dedicación, con
tanto Amor…
Cuando uno se convierte en admirador tuyo, Selena, pasa a
quererte con la misma intensidad con la que tú les ofrecías todo tu Amor, todo
tu cariño, toda tu bondad. Y eso no es que haya sucedido luego de que hayas
partido. Sucedía desde mucho tiempo atrás, con cada muestra de afecto que aún
hoy se manifiesta…
Lo que uno siente por ti, Selena, es Amor puro, pues no eres
una artista más que cumple ese ciclo que hace cualquier cantante común: llegar
al N° 1, realizar un par de hits, usufructuar el éxito, vivir encerrada en
mansiones, cada tanto tener un gesto de gratitud a los admiradores por escrito
o por imágenes, mostrar en revistas lo feliz que eres en familia e ir cada
tanto de gira para que tus fans te vean desde lejos. No. Tú no eras así,
Selena. Tú eras una artista auténtica, tú eras la misma tanto en el escenario
como en el trato a tus fans, a los periodistas, a todo el mundo. Tú eras
auténtica, te habías ganado el lugar a base de mucho trabajo y mucho
sacrificio. Nadie te regaló nada. Nadie te ayudó. Tú te ganaste el lugar. Tú
eres la Reina no por imposición de tu familia, no porque así hayan querido los
medios de comunicación, no porque se le haya ocurrido a tu disquera en una
amplia campaña de difusión. Tú eres la Reina para la gente, propios y ajenos a
ti, admiradores o no de ti. Tú eres la Reina sin discusión. Y ese lugar jamás
será ocupado porque el corazón no suele cambiar de Amor así porque sí…
Cuando uno te quiere, Selena, no te reemplaza por nadie. No
quiere a nadie más que a ti. Yo sé que todos tenemos la necesidad de querer, de
amar, y en esa necesidad buscamos a otros amores, a otros artistas, a otros que
acaso nos alivien nuestro dolor y nos sirva de paliativo, de consuelo frente a
tu ausencia. Pero, ¿cuánto puede durar ese engaño? ¿Cuánto nos puede durar
autoengañarnos? ¿Acaso podemos entregarle a otra artista el Amor que te hemos
entregado a ti? ¿Acaso podemos sentir lo mismo por otra artista que lo que
sentimos contigo? ¿Acaso hay algún artista que entregue tanto Amor, tanto
cariño, tanto talento, tanta personalidad, tanta pasión como la entregabas tú?
No. Es imposible que eso suceda. Es más. Jamás sucederá, porque tú cambiaste
nuestra vida para siempre, dejaste una huella imborrable en nuestra Alma…
Selena: yo te sigo queriendo y también te sigo esperando.
También espero que tú vuelvas por aquí. Se te extraña. No podemos resignarnos a
que tú no vas a volver. Y creo que aunque en lo más íntimo de nuestro corazón y
con todo el dolor del Alma sepamos que así será, contigo dictan sólo las leyes
del Amor, del cariño. Las leyes que tú dictaste y que nosotros aceptamos sin
ninguna condición. Por eso, cuando uno te quiere, no puede reemplazarte.
Sencillamente, no quiere reemplazarte. No desea querer a otra persona. Sólo
quiere que tú al menos estés con nosotros y que seas feliz. Mira, Selena: con
tal de ver y de sentir que estás entre nosotros, ya ni te pido que nos brindes
un nuevo concierto, ni que nos cantes un nuevo tema. Sólo te pido que vivas y
que seas feliz…
A veces me pregunto si hay alguna forma de querer a alguien
como se te quiere a ti. Y eso es imposible. Contigo uno se entrega de la misma
manera que tú lo hacías con nosotros en el escenario. Nos dejaste una marca
imborrable en el corazón. Y esa sensación, esa huella en nuestros más altos
sentimientos, la tendremos de por vida. Por eso, nunca se me ocurriría pensar
en otra artista. Por eso, ni estaría en mis pensamientos ni en mis deseos
buscar a otra cantante que me trate de encantar como tú lo has hecho conmigo.
Porque contigo he experimentado el mayor de los sentimientos y no quiero
vivirlo con nadie más, pues nadie podría hacerlo y yo tampoco quiero buscarlo.
Ya lo he encontrado y sólo quiero compartirlo contigo…
Cuando uno siente eso por ti, Selena, siempre tendrá hacia
ti esa admiración que pocos entienden, que pocos quieren aceptar. Se nos
cuestiona nuestro Amor porque tú no estás. También se nos cuestiona nuestra
tristeza porque eso ya pasó hace tiempo. Se nos pide que no sintamos lo que
efectivamente sentimos todos los días por ti, Selena. Y no entienden que lo
nuestro es Amor, y que ese Amor siempre se manifestará pese a que tú no estés.
Y nuestra tristeza siempre estará porque … ¿cómo explicar que una persona como
tú que irradiabas tanta alegría, tanta simpatía, tanta bondad, tanta entrega,
tenga ese final? ¿Cómo explicar tu partida? ¿Cómo entender que te hayas ido de
esa manera cuando nada lo indicaba, no había motivo, no había razón? ¿Cómo explicar
ese nefasto día en el que ni siquiera nos pudiste decir Adiós?
Por todo esto, Selena, yo seguiré aquí por ti y para ti.
Para expresarte mi admiración, mi respeto, mi cariño. Porque si realmente se te
quiere, lo mínimo que se puede hacer por ti es demostrarte que te recordamos,
que te amamos, que nunca te vamos a olvidar. Que te seguiremos queriendo. Que
te demostraremos una y otra vez que era infundado tu temor ante cada salida en
el escenario. Que ese pequeño temorcito de que tal vez el público no te fuera a
aceptar, que no te quisiera, que no siguiera tu música, que no cantara tus
canciones, que no te acompañara en tu canto, no tenía sentido. Aunque tal vez
ese temorcito fuera un gran motivador para que dieras todo en el escenario,
para que hicieras todo para conquistar a cada uno de los que asistía a tus
conciertos ... Fíjate, Selena, cómo pasa el tiempo y cómo todos seguimos
coreando tus temas, cómo te expresamos todo nuestro cariño, cómo ofrecemos
nuestros corazones que pertenecen sólo a ti…
El poder de tu Amor es tan grande, Selena, que aun a 27 años
de tu ausencia sigues generando lo mismo que cuando tú estabas entre nosotros.
Es que tú estabas más allá de tu música, más allá de nuestros gustos musicales,
más allá de nuestras vidas, más allá de todo. Yo siempre y durante toda mi vida
escuché otra música. Eso no me impedía ver otros artistas y escuchar otra
música. Y sin embargo, nadie me generó tantas sensaciones como las has generado
tú, Selena. En ti encuentro todo lo que tiene una artista de verdad, una
artista que puede cautivar a cualquier espectador, a cualquiera que sepa
apreciar a una gran cantante. Y tú eras mucho más que todo eso. Tú estabas más
allá de todo y de todos. Tú estabas más allá de la música, tu sola presencia
cautivaba a todos. Tú tenías un áurea especial que se irradiaba por cuanto
lugar frecuentabas. Tú dejabas boquiabierto y sin habla a todos los que te
veían. Tú, solamente tú, iluminaba por sí sola el lugar en el que estabas.
Entrabas tú y todo el mundo se quedaba callado contemplándote, admirándote. Tú
acaparabas toda la atención. Tú avasallabas con tu presencia. Tú eras como
Atila: donde tú pasabas no crecía otra cosa. Quedaba tu marca, quedaba tu
espacio, quedaba tu figura y nadie pensaría en otra cosa más que en tu paso
hecho con tanto Amor…
Siempre he notado que muchos, incluso yo mismo, no
pensábamos que íbamos a encontrar en ti algo distinto de lo que estábamos
acostumbrados a ver. Yo recuerdo haber visto la película que se hizo en tu
recuerdo, y cuando tuve la oportunidad de verte a ti en aquel mágico día en el
Astrodome, tuve la osadía de pensar que tal vez en esa entrada no iba a ver
algo distinto de aquellas imágenes espectaculares que protagonizó Jennifer
López. Pensaba que ahora vería a la original, pero que eso no me garantizaba
que vería algo muy diferente de lo que había visto en la película. Que el único
motivo para verte era precisamente observar a la original, qué era lo que hacía
esa cantante que era tan popular. Tal vez cometí el pecado de pensar que eras una
artista más y que si llenabas un estadio con 65.000 personas era sólo porque
tenías un par de éxitos y nada más. Que en definitiva eras la artista del
momento y que tenías una gran difusión … Cuando vi esos nueve minutos que duró
el Disco Medley me quedé sin aliento. No podía creer lo que estaba viendo.
Jamás había visto una artista con semejante voz, carisma, personalidad,
movilidad, pasión y talento. Jamás vi una artista con semejante autoridad en el
escenario. Jamás vi a una artista tan auténtica. Allí entendí la dimensión de
tu éxito. Ahí entendí por qué eras tan querida por tu gente. Allí comencé a
quererte y a apreciarte. Y después de verte cantar “Si una vez”, sólo me
quedaron palabras de Amor y agradecimiento. Y todo esto lo generaste sin que tú
estuvieras presente … físicamente … Sin que te pueda decirte personalmente lo
que me has generado. Sin que pueda acercarme tímidamente a ti para darte las
gracias por habernos dado tanto, por haberte yo dado a cambio tan poco….
Pero eso no quita, Selena, que no pueda expresarte hoy todo
lo que has dejado en mí, la marca que has dejado en mi Alma y en mi corazón. En
la actualidad, en estos tiempos difíciles en los que tú no estás, es cuando los
que te queremos de verdad debemos expresarte todo nuestro cariño, todo nuestro
Amor. Es más fácil escudarse en tu ausencia, en que todos debemos seguir
nuestras vidas, como hacen muchos, para justificar que ya no te quieren tanto,
que tal vez nunca te quisieron en la dimensión en la que tú te lo merecías, en
la que tú los querías. Para los que realmente te queremos no hay barrera de
espacio y tiempo que justifique no hacer todo por ti. Si tú has logrado dar
todo a cambio de nada en tan sólo 23 años, ¿por qué no podemos hacer lo mismo
por ti? Si realmente te queremos, ¿qué nos impide hacer todo lo necesario para
que se te recuerde como te lo mereces, que se te quiera con el mismo Amor que
tú brindaste, que se siga tu Legado de Amor? Si realmente te queremos,
¿podríamos querer a otra persona al poco tiempo de tu partida? Si realmente se
te quiere, ¿qué nos impide cuidar todo lo que tú has creado? Si realmente te
queremos, ¿qué nos impide cuidar como tesoro cada pieza que cantaste, cada
concierto que brindaste, cada aparición tuya en entrevistas, en charlas, en
fundaciones, en colegios, y difundirlo para que todos te aprecien? Nada, porque
el poder del Amor, el poder de tu Amor, no tiene peros, no tiene excusas, Y si
todo esto estuviera en manos de tu gente, estaría a buen resguardo. La
dimensión de tu figura jamás se olvidaría y a nosotros sólo nos quedarían
palabras de agradecimiento, palabras de Amor, y la satisfacción de que te
estamos recordando y tributando como te lo mereces, con un homenaje que esté a
la altura de lo gran artista que has sido, Selena…
Siempre diré que lo más difícil, lo más devastador, lo más
implacable, es el paso del tiempo. El tiempo es como ese viento que erosiona la
tierra, que va deformándola hasta hacer desaparecer las rocas, los lagos, los
ríos. Que arrasa con todo lo que encuentra en su camino, que no tiene
contemplación. Que no tiene piedad, que no distingue, que carcome todo sin
piedad. Soy consciente de ello, pero también soy consciente de lo que me dicta
el corazón, que pertenece a ti, Selena. Y mi corazón me dice que estaré aquí
para recordarte con Amor, para que sepas que mucha gente todos los días te
devuelve todo lo que has generado con tanto cariño, cantando tus canciones,
recordándote, extrañándote, llorando tu ausencia, porque saben lo que tú
representabas, porque nadie les dará lo que tú les ofreciste, porque no
tolerará saber lo sola que estabas ese día nefasto y lluvioso. Que mientras
trabaja, que mientras canta, que mientras contempla el cielo, que mientras vive
su vida, siempre, absolutamente siempre, dejará un lugarcito en su corazón para
recordarte, para tenerte siempre en su memoria, para sentirte desde lo más
profundo de nuestros sentimientos, con todo el dolor del Alma, con todo nuestro
Amor, ese Amor que sólo tú podías dar…
Eso es lo que procuro hacer todos los días, para que ya no
sientas más ese temorcito, para que puedas dormir tranquila con el amparo del
Amor de tanta gente, para que te sepas siempre querida y viva … en nuestros
corazones…
Te quiere con toda el Alma y siempre, absolutamente siempre,
estará aquí recordándote, queriéndote, extrañándote…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario