Uno cree saber todo … Pero no sabe nada…
¿Acaso todo lo que vemos es real? ¿O eso que vemos hoy ya
no existirá después?
¿Vale más lo que vemos o lo que sentimos?
¿Cuándo caemos en la cuenta de lo pasó realmente sucedió?
Durante dos años supe que Selena se nos había ido…
Pero no lo había aceptado…
Yo estaba convencido de que había entendido lo que pasó…
Tal vez mi mente lo había procesado, pero mi Alma no…
Durante esos dos años luego de la despedida definitiva de
Selena no escuché ni una canción de ella…
No quise verla, no quería recordarla…
Quería borrarla de mi mente, esa mente que sí había
entendido lo que le había sucedido a Selena…
Pero mi Alma, mi corazón no lo habían aceptado…
Y tampoco querían escuchar…
Yo sabía lo que había pasado … ¿Cómo no saberlo?
Estuve desde el 31 de marzo hasta el 3 de abril de 1995 en
vilo…
Vivía pegado a la televisión ese nefasto 31 de marzo escuchando
todas las noticias…
Esperando de que todo fuera mentira…
Luego que se produjera el milagro…
Cuando dieron la noticia que no quería escuchar quedé en
estado de shock…
Y seguí viendo la televisión… como un autómata…
Me quedaba dormido en el sofá … Y cuando podía ir a la
cama me llevaba la radio para seguir escuchando…
Me aferraba al pasado … No quería soltarlo…
Seguir escuchando me hacía no pensar en lo que vendría …
Sólo escuchaba lo que estaba pasando…
Con la música de Selena de fondo veía cosas, escuchaba
cosas propias de una película de terror…
Pasé de estar en vilo por la suerte de Selena a estarlo
por lo que pasaría con la asesina parapetada en su camioneta ubicada en el
garaje del Days Inn..
No sabía qué desear para ese entonces … Por un momento
quería que se disparara de una buena vez … Aunque sabía que jamás lo haría…
Cuando la atraparon vino la otra odisea … Las
especulaciones…
Y en el medio de ellas prepararse para el Funeral…
No podía entender que alguien quisiera ir a despedirse de
Selena…
¿Cómo hacerlo? Yo no lo podía entender…
Seguí encerrado en mi casa sin poder dejar de mirar la
televisión … O escuchar la radio…
Vaya a saber qué esperaba … Esperaba que todo fuera una
pesadilla de la que pronto despertaría…
Pero el lunes 3 de abril supe que no era ni un sueño, ni
una pesadilla lo que vivía…
Todo era verdad … Y allí estaba Selena rodeada de gente
que la lloraba y despedía…
Sin saber ella jamás de qué se trataba todo eso…
Yo tampoco…
Cuando al final se la llevaron apagué la televisión y me
quedé horas mirando fijo la pantalla en negro…
Cuando caí en la realidad estallé en llanto…
Grité, mugí, me tiré al piso … Entré en un ataque de
histeria…
Viví meses con ataques de pánico … en una época en la que
no se sabía qué era tener ataques de pánico…
Como tampoco sabíamos qué era realmente ser un psicópata …
En aquella época se pensaba que un psicópata era un ser malévolo que
aterrorizaba a la gente persiguiéndola mientras sus ojos se inyectaban en
sangre…
Ahora sabemos que un psicópata puede ser una persona
común … Que parece normal, servicial, trabajador, bondadoso, afable … Lo que
era precisamente la asesina…
Tarde nos dimos cuenta de cómo eran las cosas…
Durante dos años no quise escuchar más nada de Selena …
Todo lo relacionado con ella me daba dolor …
Todo aquello que me daba tanta alegría ahora me daba
profunda tristeza…
Si se me venía a la mente Selena pensaba
irremediablemente en el nefasto 31 de marzo…
No podía escuchar sus canciones … Menos ver sus videos…
No miraba ni la televisión ni escuchaba la radio…
Porque sabía que hablarían de ella … Y yo ya no quería
saber más nada de ella…
Hasta que supe allá en 1997 que se haría la película
sobre Selena…
No iba a verla … No tenía sentido…
Pero algo sentí en ese momento…
Mi corazón y mi Alma decían: “Es cierto. Selena ha muerto”…
Recién allí supe que todo había terminado…
Recién allí supe que una etapa de mi vida se iba para
siempre…
Finalmente vi la película … Pasaron por mí toda clase de
sensaciones…
Reí, canté, maldije, me emocioné y volví a llorar como
dos años atrás…
Cuando pude salir del cine, noté que una etapa de mi vida
quedaba atrás…
No sabía lo que me esperaba, pero sabía que ya nada sería
lo mismo…
Fue muy doloroso aceptarlo. Pero lo hice…
Pude volver a escuchar sus canciones … Pude volver a ver
a Selena…
Con el tiempo entendí que la mejor forma de recordarla es
ser como ella…
No digo que me haya ido muy bien en la vida. Pasé muchos
sinsabores…
El precio de ser como Selena … Es un precio alto que se
debe pagar…
Pero estoy orgulloso de ser como ella…
Tal vez se pierda más de lo que se gana…
Pero no hay nada más hermoso que vivir la vida con
dignidad…
Vivir siendo sincero, honesto, responsable, auténtico,
trabajador, talentoso, tenaz…
Vivir siendo como Selena…
Aunque mucha gente no lo entienda … Aunque la humanidad
sea impiadosa con uno … Como lo fue con Selena, al menos una persona…
Pero siempre habrá alguien que la recordará y se sentirá
orgulloso de ser como ella…
Mirar con la frente bien en alto … Convencido de sus
ideales y del camino elegido…
Y esperando … Siempre esperando que todo esto sea un mal
sueño … O al menos que al final del camino nos espere Selena para decirnos que
nada fue en vano…
Sólo eso espero…
Aceptar la realidad … La densa realidad…
(Es difícil aceptar algo tan doloroso. Más aún cuando uno
siente que ha sido parte de algo que se asemeja al paraíso mismo. Estar en un
lugar que uno lo siente propio formando parte de una comunidad que se siente
feliz con su trabajo, con sus ideales, con sus valores … Esta sensación se
tiene pocas veces en la vida y dura muchas veces poco tiempo … Pasa en muchos
ámbitos … Y pasó con Selena … No es fácil salir de una pérdida tan grande,
sobre todo si se fue tan feliz … Nunca se acepta … Es difícil elaborar el duelo
… Y aunque se termine aceptando, siempre quedará un resquicio … algo que nos
dejará huérfanos … El dolor siempre será inmenso … Y sólo se superará
recordando con Amor esos buenos tiempos y a la persona que nos dejó pese a su
voluntad … Es la mejor forma de enfrentarlo … Es la mejor forma de superarlo …
Es la mejor forma de retribuir algo del Amor que ese ser tan maravilloso como
lo fue Selena nos supo dar…)
Y aunque sea duro aceptarlo, siempre superaré tu ausencia
recordándote con Amor, Selena, como siempre quisiste…
Te quiere mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
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