¿Qué hacer con tanto dolor, Selena?

 

Cuando supe la noticia, no lo podía creer. Pasaron por mi mente muchas cosas … Sabía que el destino era inexorable … Pero para todos aún no … Llegaban las noticias de Corpus Christi … Selena estaba grave … Le habían disparado … Pero nadie confirmaba lo que todos presumíamos … No lo podía creer … Nadie lo podía creer … No tenía esperanzas … Nunca las tuve con nada … Pero tal vez siempre esperé que algún día me levantara y me encontrara con una realidad distinta, bien distinta … Pero cada día pasaba algo que me corroboraba que no estaba tan equivocado en mi apreciación … Muchas veces me tildaron de negativo … Otros de ser fatalista … Todos de ver el lado malo de las cosas … ¿Y acaso lo que estaba sucediendo con Selena no certificaba que tenía razón, que tenía siempre razón? Nada es bueno en este mundo. La humanidad ha demostrado siempre que no ha generado más que muerte, envidia, destrucción, odio … ¿Es esta la llamada “civilización”? La misma que permitió tantas calamidades. La misma que estaba permitiendo que se nos vaya Selena…

No quise ver ni escuchar más … Salí a la calle … A caminar … Sin rumbo … Huía … Huía de la realidad … Huía de la agonía … Huía del destino inexorable … Salí a la calle sin mirar a nadie … No quería verlos … No quería verme … El dolor de todos … El dolor mío … Ya bastante tuve en mi vida … Me guardé todo …. Cambié mi llanto por enojo … Expresé mi dolor en silencio … Enojado con todo … Enojado con la vida, con mi familia, con mis amigos, con mi entorno … No quería ver esos rostros … No quería ver el futuro … Lo que sobrevendría … ¿Para qué? Para ver la mezcla de gente dolida sinceramente con la que se acerca por conveniencia, por morbo, por estar ahí cuando no se estuvo antes, cuando había alegría, esperanza, vida … “Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi tormento. Todo es mentira, mentira ese lamento … Hoy está solo mi corazón…”, cantaba Carlos Gardel … Y eso era lo que sentía, sabía lo que vendría y no lo quería siquiera ver ni sentir … Gardel terminó también trágicamente su vida pero no de esta manera … Tan … No lo puedo describir … Salí … No podía ni con mi Alma … No quería ver el desenlace … Si al menos no me hubiese enterado de nada … Pero me había enterado … Ya sabía lo suficiente … Salí a la calle … Si por mí hubiese sido hubiese cruzado continentes caminando … Quería salir para nunca más volver … Quería despedirme de todo … No quería escuchar el final … Lo sabía … Pero no lo quería escuchar … Salí sin saber qué hacer …. Salí sin saber qué hacer con mi propia vida…

Pensé en la injusticia de esta vida, de este mundo … ¿Para qué estamos aquí? ¿Para qué? ¿Por qué nacemos? ¿Por qué morimos? ¿Quién nos puso en este lugar? ¿Con qué motivo? No se trata de que mi vida, mi felicidad, mis deseos, mis expectativas, mi futuro, dependieran de Selena … No … Eso dejémoslo para los enfermos …Dejémoslo para esa mujer que parece ser la asesina … No … Pero hay cosas en la vida que nos hacen más llevadero todo … Lo que nos da esperanza, lo que nos quita una sonrisa, lo que nos levanta cada día con una energía especial …Eso era Selena para mí … Ella le daba un sentido a esta vida … No necesitaba ni de un Dios, ni de algo sobrenatural, ni de pensar que haciendo las cosas “convenientes” tendría en otra vida, en otra existencia, algo mejor para disfrutar … Selena era mi pasado, mi presente, mi futuro … Selena me decía que mi trabajo, mi esfuerzo, mi tenacidad tendrían recompensa … Selena me hacía ver el valor de la honestidad, de la autenticidad, del talento, del esfuerzo … Selena me hacía ver que la vida tenía un sentido y que dependía de mí lograrlo … Selena no nivelaba para abajo … Selena nos hacía ver con su propia vida el valor de hacer un esfuerzo para ser feliz y hacer felices a los demás …. El que cree que Selena era sólo “Como la Flor”, “Si una vez” o “Bidi bidi bom bom” está muy equivocado … Selena era un modo de vida …. Selena era una gran persona … Detesto hablar de ella en pasado … Pero es que … Ya perdí las ilusiones … Pero no quiero escuchar el final, que ya sé … Por eso no quiero volver … Salí para no volver más … Porque sé que a la vuelta seguiré siendo un ser desdichado … Y eso … Eso no lo quiero volver a sentir…

¡¡Qué injusta es la vida!! ¿Por qué a Selena? ¿Qué hizo ella para merecer esto? ¿Qué hicimos nosotros para recibir semejante afrenta? Podía ver el dolor de cada uno a medida que pasaba por las calles … Podía escuchar el silencio, el sentimiento de desolación, de derrota, de desconsuelo … ¿Cómo explicar todo esto? ¿Cómo asimilarlo? ¿Cómo entenderlo? ¿Me van a decir que Dios se la llevó para alegrar el cielo? ¿Y nosotros, qué? Y Selena, qué? Si fuera así, ¿también permitió que se vaya de esa manera? No … No lo puedo entender … ¿Qué me queda en la vida si no puedo ya creer en nada? … No necesitaba de alguien sobrenatural para creer que alguna vez podría ser feliz …  Ya tenía a Selena … En ella creía … Con Selena creía en mí … Pero si a Selena le pasa esto, ¿qué me queda a mí? No sirve trabajar … No sirve ser auténtico … No sirve tener talento … No sirve esforzarse … No sirve intentar ser mejor en todos los aspectos de la vida … No sirve ser mejor persona … ¿Para qué intentarlo si después viene alguien sin nada de esos atributos y te quita todo? … ¡¡Todo!! Nivelamos para abajo … Da lo mismo ser bueno que malo …. Da lo mismo creer que no creer … Da lo mismo esforzarse que no … Porque después viene cualquier psicópata, cualquier malvado, cualquier bueno para nada y se lleva todo el premio que uno se ha ganado con tanto esfuerzo y dedicación … Querría no seguir pensando en esto … Querría que alguien me dijera “¡¡No lo vas a creer!! ¡¡Selena está viva!! ¡¡Se ha salvado de milagro!!”. Querría no pensar en el destino inexorable … Pero sucederá … Salvo que alguien de pronto dijera que todo era una burda mentira, las heridas quedarán y nunca cicatrizarán … Incluso aunque dijeran que la han herido pero se ha salvado … Porque ese mismo acto ya ha cambiado nuestras vidas para siempre…

Me fui de casa sabiendo que a Selena la han baleado … Y vuelvo sabiendo con qué me encontraré … Soy un cobarde … Porque ni siquiera me da el valor para huir y no regresar jamás …  Tanto soñé con irme a una isla desierta, y que nadie sepa de mi existencia y de mi muerte … Me siento un muerto en vida … “Cuando un hombre pierde sus ilusiones. Cuando un hombre deja ya de sonreír. Y en su alma no existen más pasiones. Es un hombre sin ganas de vivir. Cuando mira el mundo indiferente. Cuando deja el tiempo transcurrir. Vive muerto y en su alma adormecida. Ya nunca más podrá sentir cerca de él”, cantaba Sandro en aquella canción que me estremecía siendo muy pequeño … Hoy lo estoy viviendo … Me permito mirarlos. Me permito mirarme. Y lo puedo sentir … Hoy 31 de marzo de 1995 todo ha terminado … Ya nada será lo mismo … Habrá que asumir la realidad … Esa densa realidad…

Llegué a mi casa. No prendí la televisión ni la radio … ¿Para qué? Quería tener ese secreta esperanza de que tal vez … No quería certificar lo obvio, lo inexorable … Si tan sólo pudiera oír tu voz, Selena … Si tan sólo pudiera escuchar algo … Pero ya sabía que las cartas estaban echadas … No hay peor cosa que sentirse impotente ante el destino cruel … ¡¡Cómo querría que todo dependiera de mí, que yo tuviera la posibilidad de torcer el destino, de cambiar la realidad, de volver el tiempo atrás, de … volver a ser feliz!! … Estaba muy triste … Debía enfrentar lo que se venía … Pero no tenía fuerzas … Seguramente cuando certificara lo que ya sabía mostraría mi lado más cínico y sacaría a relucir todo mi enojo … El enojo es la otra cara del dolor … El enojo es la otra cara del llanto … No quería enojarme más … Pero tampoco quería escuchar ninguna noticia … Tampoco quería escuchar ningún tema de Selena … Ya bastante tenía conmigo … Me senté en el sillón del living de mi casa a la espera de un milagro sabiendo que nunca vendría … Y mientras tanto retumbaba en mis oídos ese tema de Sandro: “Cuando un hombre cobija la tristeza, y en su alma se anida el dolor, es que el mundo ha golpeado con fiereza, y ha matado de a poco su ilusión. Si se apaga la chispa de su vida, y su estrella elegida se perdió, se ha perdido también junto con ella la esperanza que ya jamás encontrará…”. Y me puse a llorar … A llorar sin consuelo … Ya nada podía esperar … Sólo ver y sentir cuál sería mi propio destino…

(Hay días particularmente tristes que te hacen perder toda esperanza. Hay hechos que te hacen ver la finitud de nuestras existencias. No sé para qué estamos en este mundo y por qué … Más en estos tiempos en los que nos muestra qué frágil es el ser humano … Tal vez lo único que nos queda es ser lo mejor que se pueda … Y reflejar con nuestros actos lo que más nos representa … Sólo hay algo que me mueve a seguir adelante … Sólo hay un motivo por el cual querría ser recordado … Y es el haber hecho todo lo posible para hacer un recuerdo digno de Selena, una mujer que cambió mi vida, un ser que me hizo ver el lado de mi existencia que nunca quise reconocer…)

Y aun en el mayor de los dolores y de la desolación, yo seguiré siempre aquí para recordarte y para agradecerte, Selena…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez

(Buenos Aires, Argentina)



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