Ya sé que ya no volverás, Selena…



Esto se ha vuelto demasiado doloroso para mí escucharlo o verlo. Han pasado 23 años de la partida de Selena. Los mismos años que tenía cuando se nos fue, cuando nos la arrebataron. Ya no soy el de antes. Ya no siento lo mismo que ayer ... Por eso no lo quiero ver, ni escuchar. Porque sé que Selena está lejos … Y ya no volverá … Distinto era todo antes … Teníamos la fuerza aun en su ausencia porque no podíamos creer que aquello fuera cierto, que lo que había pasado era real … Cuando se fue Selena canalizamos su partida actuando como si estuviera, pensando en que pronto estaría con nosotros para cantarnos, para alegrarnos la vida, para acompañarnos, para darle sentido a nuestra existencia. Era demasiado doloroso pensar en que aquello era cierto … Eran demasiados datos que nos golpeaban como si se nos presentara de pronto una pared en el medio de ir a toda velocidad sintiendo que nada nos podía parar … ¿Cómo entender un asesinato de manos de la presidenta de su club de fans y gerenta de su cadena de boutiques? ¿Cómo entender un tiro en la espalda en una habitación de un motel? ¿Cómo comprender que eso era parte de la historia de Selena? ¿Cómo entender que ese era su final? ¿Cómo comprender que algo así le pasaría a ella? ¿Cómo habíamos llegado a eso? … No … No lo queríamos pensar, pero lo teníamos presente, muy presente … Pero lo guardábamos bien en nuestro inconsciente, no lo dejábamos escapar y tapábamos todo cantando las canciones de Selena todos los días, consumiendo cada libro, cada revista, cada especial, cada programa de televisión que hablara de ella. Los que ya sabíamos de ella queríamos conocer más … Y los que no sabían querían sumarse a la masa de gente que estaba con ella … Todo fue contagioso e imparable … Diría que todo empezó cuando fuimos a despedirnos de Selena en Corpus Christi … La masiva y espontánea convocatoria a darle el último adiós a Selena desbordó las expectativas de su propia familia, de los medios, del Estado mismo, de los Estados Unidos mismo … No había quién no hablara de Selena … Hasta los gringos se sumaron, pues no podían comprender qué estaba pasando y empezaron a interesarse tanto como nosotros … Allí empezó todo, pues se entendió que Selena estaba más presente en nosotros de lo que pensaba, y representaba mejor que nadie a una comunidad como la latina que hasta allí había sido negada y segregada … En aquellos momentos sentíamos una energía que nos hacía invencibles, inquebrantables, imparables … Teníamos una historia que contar y teníamos más para decir … Y todo se dio en cadena … Cuando a los pocos meses de su partida salió el disco póstumo de Selena en inglés sentimos que estábamos asistiendo a la consumación del sueño de Selena, el logro de toda una comunidad que llegaba a lo más alto en base a trabajo, talento, esfuerzo, tenacidad, voluntad, honestidad … No importaba si el sueño estaba inconcluso, que sólo algunos temas se habían terminado, que algunos eran demos que se completaron con coros y arreglos, y que otros eran versiones de viejos clásicos de Selena en español … Lo que importaba era que algo nuevo de Selena salía y eso era motivo de alegría … No había que mirar para atrás … Todo estaba por venir … Había que poner las cosas en su lugar … Había que reparar lo que se había dañado … Había que dejar todo en orden para cuando Selena volviera … Y mientras tanto esperaríamos ese momento con alegría, con música, con esperanza … Había tanto por hacer … Y mientras esperábamos que se diera lo que tanto deseábamos comprábamos todos sus discos, todas sus fotos, todas sus remeras … Y mirábamos cada especial dedicado a su recuerdo … No había dolor, había alegría … Había ganas de ver, de escuchar, de creer … Tan distinto era todo antes … Las cosas han cambiado … En aquellos tiempos y durante largos años creíamos que Selena volvería … Ahora … Todo es distinto … Tal vez haya perdido la esperanza … Tal vez la realidad nos fue arrebatando cada sueño, cada tema, cada melodía … Han pasado los años … Y Selena no ha vuelto, ni volverá…

¿Cómo no va resultar demasiado doloroso para mí escucharlo o verlo? … Tengo ante mí esa serie de televisión que habla de Selena en base al libro de María Celeste Arrarás … Y no lo puedo creer … Para mí eso es el fin … Es como certificar que no hay nada nuevo para decir de Selena … Y lo que haya que decir es viejo, anticuado y falso … Aun así me hace recordar al juicio a la asesina … Fue como el segundo capítulo que vivimos en aquel 1995 sin Selena … Yo fui a Houston e hice vigilia durante noches enteras esperando el fallo justo … No sé si en otras ocasiones hubiese ido, pero en aquel entonces vivíamos en un estado esfervescente y debíamos seguir poniendo las cosas en su lugar …  Todavía seguíamos escuchando el disco en inglés y llorando en cada tema … Y esperábamos terminar el año con esa harpía entre rejas … No sé qué hubiese pasado si la dejaban libre, del mismo modo que no me imagino a la asesina libre bajo fianza en 2025 … Pero hasta eso lo veo diferente … Yo no sé qué pasará en el 2025, pero sí sabía en 1995 que esa mujer no tenía chance … ninguna chance de que quedara libre … Yo lo sabía … Nosotros lo sabíamos … Era cuestión de esperar la sentencia y ya … Cuando escuché que la declaraban culpable, me tapé el rostro y estuve largo tiempo llorando … Fue el único momento que me permití actuar con lo que realmente sentía, con lo que realmente pensaba … Estaba solo … Solo conmigo mismo … Solo con la humanidad … Solo en el medio de la realidad que sentía, pero que no quería ver … Tal vez lloré, porque sentí miedo … Miedo al horizonte … Miedo al futuro … Sabía que a partir de ese momento debíamos afrontar la ausencia de Selena sin nada que esperar, empezando a pensar que a partir de ese momento Selena ya no estaría con nosotros y no volvería … Pero esa sensación se postergó cuando se anunció que se haría una película sobre Selena y que ya se estaba haciendo un casting para elegir a los protagonistas de su historia … Un año y un poquito más para esperar ese momento, y más motivos para pensar y sentir a Selena cada día, cada instante, cada momento de nuestras vidas … Mientras seguíamos consumiendo cada cosa que salía de Selena, seguíamos escuchando su música, y seguíamos escuchándola y viéndola en cada momento, en cada lugar … No nos cansábamos nunca … Y la espera nos potenciaba más … Fue tal vez el último momento que esperamos algo nuevo, algo que nos hiciera alegrar, algo que nos hiciera sentir que Selena estaba allí, a la vuelta de la esquina y que pronto la volveríamos a ver … Fue una prórroga, un permitido para seguir creyendo en Selena y en esperar que algún día volvería para alegrarnos definitivamente nuestras vidas … Fue el último momento en el que pensé que todo había sido una pesadilla de la que pronto, muy pronto, iba a despertar…

Definitivamente, esto se ha vuelto demasiado doloroso para mí escucharlo o verlo … Recuerdo haber ido a la convocatoria del director de la película “Selena”, Gregory Nava, al Alabadome de San Antonio para recrear el concierto de Selena el 26 de febrero de 1995 en el Astrodome de Houston, Texas, para la película … Fue increíble … Imposible describir lo que sentí aquel día … Lo que sentimos todos … Lo que vivimos todos … Fuimos como si efectivamente fuera un concierto de Selena … Cada aparición, cada interpretación, cada momento que recreaba aquel momento fue vivido como si Selena estuviera allí … Fue un hallazgo del director … Veía a mi alrededor … Me veía a mí mismo y podía sentir lo que generaba Selena … O podíamos vivir lo que sentíamos por ella … Amor, respeto, cariño, admiración, empatía …Selena no era sólo la artista del momento … Selena era como un familiar que llegó a lo más alto … Selena era la chica de nuestro barrio que triunfó pero que sigue en su barrio compartiendo las mismas alegrías, las mismas tristezas, los mismos sentimientos … Selena estaba entre nosotros y nos representaba acabadamente … Selena era la misma persona tanto dentro como fuera del escenario … Y lo sabíamos … Ver y sentir aquello fue como volver a vivir aquel concierto … Todavía puedo sentir a Selena interpretando “Si una vez” … Todavía puedo sentir el impacto de su disco medley en inglés … Todavía recuerdo su saludo del final al retirarse … y ya no volver … Selena era la Reina en ese escenario … Pero también era esa humilde chica que veíamos en la calle como cualquiera de nosotros … Fue lo último que sentí con alegría y esperanza de que algún día todo cambiaría, de que las cosas volverían a estar como antes, de que Selena algún día regresaría … Pero a partir de entonces vino la realidad y con ella el paso del tiempo … Y con él ver que Selena se nos alejaba y que cada día, cada semana, cada mes, cada año sería una certificación de que nuestros sueños se estaban esfumando, de que se nos iban los sueños e ilusiones que tuvo algún día Selena para hacer de este un mundo mejor…

Y todo se volvió demasiado doloroso para mí escucharlo o verlo … Al mismo tiempo que salía la película de Selena salía el libro de María Celeste Arrarás … Era lógico que eso sucediera … Aún era tanta nuestra incredulidad por el destino de Selena que hasta desconfiamos de la familia Quintanilla y de su versión de los hechos … “Mezcla de asombro, enojo y llanto”, como se anunciaba la partida de Selena en la película … Había pasado el asombro y el llanto … Pero eso dio lugar al enojo … Y todos le pedían algo más a la familia de Selena … Tanto que empezaron a dudar de que algo ocultaban, de que algo no decían … Era lógico que en ese contexto se esperaba que alguien “de afuera” nos contara lo oculto, lo inexplicable, los “secretos” … Y así surgió ese libro … Fue una pérdida de tiempo leerlo … Era como leer la versión de la asesina … Y ya sabíamos las barbaridades que había dicho, además de la atrocidad que cometió … Tal vez la autora sabía que al estudiar el caso había llegado a las mismas conclusiones que la Familia Quintanilla … Y eso no le daría ni fama ni éxito … Y, sobre todo, no le daría poder … Debe haberle sido más sencillo suscribir los dichos de la asesina que hacían dudar el buen nombre y honor de Selena, y con ello generar el impacto deseado … Si al menos hubiese dicho la verdad … Lo más indignante fue que teminara diciendo que después de leer el libro no la molestaran en la calle para preguntarle por Selena, pues era hora que la dejaran descansar en paz … Siempre me pregunté qué podía entender por “dejarla descansar en paz”, luego de decir tantas mentiras sobre ella … A menos que se crea que hacer un libro con música de Selena de fondo es sinónimo de decir la verdad … Leer eso fue la certificación de que algo difícil se vendría … La lejanía de Selena, las dudas sobre Selena, la resignación sobre la suerte de Selena … Era el principio del fin … Era el comienzo de la densa realidad…

Y cada día se volvió demasiado doloroso para mí escucharlo o verlo … Vinieron los tiempos de determinados reconocimientos y admisión de cosas que ya sabíamos … Con el tiempo el padre de Selena admitió que la asesina era conocida por toda la familia y tratada como un familiar más … Ella fue la que convenció al señor Quintanilla de armar un club de fans … Y su eficiente trabajo la llevó a tal confianza como para merecer el manejo de las finanzas en los negocios de Selena con su sueño de armar “Selena Etc.” para explotar su deseo de convertirse en diseñadora … También el padre admitió que se apresuró en hacer la película, porque era consciente de que era más efectiva su versión de los hechos si los decía antes que nadie … Y claro: no hubiese sido bueno que los Quintanilla se quedaran callados y sólo hablaran para aclarar que lo dicho por María Celeste Arrarás en su libro no era cierto … Todos lo sabíamos, pero no queríamos llegar a esa instancia … Empezamos a acostumbrarnos a los homenajes anuales, a las estatuas, a ver las mismas cosas, a escuchar otras … Ya para cuando hicieron el homenaje en el 2005 en el Astrodome todo me parecía lejano … Lloré, pero ya no la veía a Selena cerca ni sentía aquel sentimiento para cuando se hiciera la película … Selena estaba en una pantalla … El público estaba sentado … Y otras generaciones surgían y que no habían visto a Selena … No quería verlo ni sentirlo … Pero sentía que ese sería el último gran homenaje, porque sería el último hecho con los que estuvieron con ella, vivieron con ella, sintieron con ella … No es que iban a faltar homenajes o reconocimientos, pero no serían los mismos … Allí empecé a sentir cada recuerdo, cada homenaje como algo lejano y distante … Allí empecé a sentir un sentimiento de desolación que no lo pude dejar jamás…

Esto se ha vuelto demasiado doloroso para mí escucharlo o verlo … Hoy veo que está la serie de Selena en base al libro de María Celeste Arrarás … Veo que el padre de Selena no permite una serie en base al libro de Chris y le hace juicio … No hay un nuevo recuerdo sobre Selena …En breve la asesina puede salir en libertad condicional … Queda eso sí, el Amor de todos los que la queremos y querremos siempre, y los reconocimientos como la Estrella en el Paseo de la Fama en Los Ángeles … Pero ya no quiero ver más … Perdí el sueño … Perdí la esperanza … No me queda más … que aguantar bien mi derrota … No, no quiero ver más nada … Todo me resulta doloroso … Prefiero refugiarme en mi Amor ciego hacia Selena … Tal vez con ella pueda sobrevivir … Tal vez con ello pueda soportar la ausencia de Selena … sabiendo que ella … jamás volverá…

(Sé que resultan dolorosos el paso del tiempo, la lejanía, la certeza de la finitud, la injusticia, la pérdida de la esperanza, el fin de la ilusión, la amenaza de un final … Pero está en nosotros no dejarnos vencer por ese sentimiento negativo … Si siguiéramos el camino de Selena tal vez sabríamos que hasta en la peor de las adversidades encontraríamos el motivo para sonreír, para ilusionarnos, para seguir luchando hasta el final … Eso hizo Selena hasta el último minuto de su vida … Y un buen recuerdo de Selena sería ser como ella … Por el bien de Selena … Por el bien nuestro…)

A pesar del dolor, siempre estaré a tu lado, Selena, con una sonrisa, siempre con una sonrisa, como siempre quisiste que te recordaran…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)


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