Son momentos. Son instantes … Creo que si viviéramos
pensando que el minuto que vivimos puede ser el último, pues siempre algo
imponderable puede pasar, nos volveríamos locos … Por algo dispersamos nuestra
mente toda la vida pensando en otra cosa … Sea divirtiéndonos, sea
entristeciéndonos, sea pensando en grandes cosas o hablando de lugares comunes,
procuramos evitar pensar en nuestro destino, en nuestro fugaz paso por este
mundo … Pero recuerdo ese instante, ese momento en el que entrevistando a
Selena en el Aladome, en el que ella dio un concierto para la escuelita de los
Spurs en San Antonio, me dijo que estaba muy cansada … Y me lo dijo seria
mirándome a los ojos … Yo no le di mucha importancia en ese momento. Estaba
metido en la entrevista y sólo quería que me hablara de la experiencia de ser
una de los referentes para la campaña de la vuelta de los niños al colegio,
quería que me hablara de su presente, quería que me hablara de sus proyectos,
quería verla feliz contándome su vida dichosa … No reparé en ese instante ni le
di relevancia … Ya estaba acostumbrado a entrevistar a Selena, la conocía de
hacía muchos años y nada malo podía sucederle … Si estaba allí conmigo no había
nada de qué preocuparse … Si Selena no quería hablar, te lo hacía saber y te
pedía que tuvieras un poco de paciencia, que ya te iba a dar la entrevista …
Pero allí estaba y Selena estuvo como siempre … Simpática, agradable, hermosa,
de buen humor … Pero ese instante … Era 18 de marzo de 1995 … Esa fecha la
terminé recordando como ese nefasto y próximo 31 de marzo … Cuando sucedió lo
que todos sabemos allí pensé y reparé en ese instante, y conforme pasó el
tiempo y fui enterándome de lo que venía pasando, pensé que ese “estoy muy
cansada” no era producto de un sentimiento pasajero ni de algo físico … Yo la
veía así, pero ni se me pasó por la cabeza que podía haber algo más … Que debía
haber algo más … Se me pasaron tantas cosas por la cabeza … Tal vez Selena
estaba preocupada … Tal vez me quería decir que no estaba bien para poder yo
preguntarle por qué y ella atreverse a decírmelo … Tal vez Selena no estaba
cansada … Tal vez estaba agobiada … Tal vez Selena quería estar lejos de allí,
pero no podía …Sus compromisos, sus conciertos, su familia, su propia historia …
Reparé en que apenas un mes y medio atrás las cosas eran diferentes ... Cuando
fui a cubrir su concierto en el Villa Real Convention Center en McAllen en
febrero Selena estaba feliz y hasta me hizo entrar al escenario mientras
cantaba. Me sentí halagado por ese gesto y recuerdo que la abracé mientras
saludaba al público que me vivaba, y al camarógrafo que me acompañaba y
registraba el momento … Allí sentí en una mínima expresión lo que vivía Selena
desde que era muy pequeña y entendí la presión que vivió durante su vida … su
corta vida … Pero allí Selena estaba feliz … Era una mujer vivaz y alegre … Se
la veía jovial, lozana, distendida … Reparé que allí tenía el pelo suelto … Y
lo reparé en el recuerdo porque en todas sus presentaciones de marzo tuvo el
pelo llamativamente recogido … ¿Era una señal? ¿Algo nos estaba queriendo decir
Selena pero no se atrevía o no quería o no podía? Nunca lo sabré … Porque no se
lo pregunté … No reparé en ese detalle, en ese instante … En ese momento en el
que me dijo seriamente que estaba muy cansada…
Ha pasado el tiempo … El mismo tiempo que Selena estuvo
entre nosotros … Uno va curándose de sus heridas … Y vuelve a los pasatiempos,
a la vida corriente, a las “ocupaciones” y “preocupaciones” de siempre … Para
no pensar en lo importante … Para no pensar en el sentido de nuestras vidas, en
la finitud de nuestra existencia, en que así como el mundo estuvo millones de
años sin nuestra existencia permanecerá otros millones más cuando nosotros
volvamos a esa inconciencia, para que el mundo también acabe y tal vez todo
deje de tener sentido … Creo que por estas cosas no reparamos en esos instantes
… La vida tiene esos misterios que nos resultan absolutamente perturbadores …
Cuando Selena se nos fue y se nos fue de ese modo viví apesadumbrado … Y dejé
de creer … De creer en algo o en alguien … Nada bueno nos puede pasar si el
destino de Selena fue el que le tocó … Ningún fin superior, supremo o divino
justifica que le haya pasado eso … Selena era antes que nada una buena mujer …
Una excelente persona … Una artista excepcional … Hizo todo lo que correspondía
a un buen ser humano … Ganarse el pan con trabajo, honestidad, esfuerzo, tesón,
constancia … Selena no se metía en la vida de otros, no hablaba mal de nadie,
era auténtica, nunca mentía, era franca, era sincera … Hizo todo lo que debía
hacer una persona decente … Hizo todo lo que Dios pide a sus fieles … Y tuvo el
destino que tuvo … Tal vez nuestra llegada al mundo, nuestra vida y nuestra
muerte no dependan de ningún factor externo ni de nada superior … Tal vez
dependan de nosotros mismos … Y de reparar en esos instantes, en esos mensajes,
en esas señales que nos deja la vida, y que nosotros tenemos que estar atentos
y actuar en consecuencia … La vida es efímera y llena de misterios que nosotros
debemos descubrir … Y eso lo supe cuando vi ese rostro de Selena, escuché esas
palabras y no hice nada, absolutamente nada … Quise creer que no había de qué
alarmarse, pero mi Alma no coincidía con ese pensamiento … No quise ver qué
había detrás de ese rostro y de esas palabras … Tuve miedo y no lo quise
enfrentar … Muchas veces creemos que no enfrentándonos a los grandes problemas,
no atender las señales que nos están diciendo algo, es evitarlos … Pero no es
así … Todo vuelve … Y nos marca el error … El error fatal … Con el tiempo
muchos cercanos a Selena vieron esos gestos, esas señales, esas palabras, esas
caras … Chris hasta escuchó cómo Selena le dijo que esa mujer le mostró el arma
apenas dos semanas atrás … Para la época en la que yo la entrevisté esa vez en
la escuelita de los Spurs … Esa última vez …Todos vimos y escuchamos esos
mensajes … Todos la vimos caer … sin poder llorar … en ese momento … para
sucumbir en el mayor de los dolores después … Nada volvió a ser lo mismo …
Tuvimos que seguir viviendo … Tuvimos que seguir padeciendo … Yo volví a mi
vida … Yo volví a reír …Yo volví a sentir … Yo volví a “la normalidad” …Pero
desde hace 23 años, los mismos años que tenía Selena cuando partió, me persigue
esa cara agobiada, esos ojos tristes, esa mirada perdida y esa voz en ese
instante, en ese pequeño instante que me decía: “Estoy muy cansada”…
(Siempre que pensé en la posibilidad de volver el tiempo
atrás para evitar el trágico destino de Selena, nunca lo imaginé tratando de
hacer un acto heroico para evitar lo sucedido ese triste y lluvioso 31 de marzo
de 1995 … Siempre lo imaginé acercándome a Selena para advertirle de esos
mensajes, de esas pequeñas cosas, de esos instantes, de esas señales que pasan
por nuestras narices y que no la queremos ver por miedo a enfrentarlas … Y con
esa advertencia lograr que Selena actúe y evite su trágico final … No
alcanzaría el acto heroico … En el mejor de los casos postergaría el desenlace,
pues si Selena siguiera sin tomar conciencia de esas señales, la historia se
repetiría … Tenemos que estar atentos, tenemos que ser conscientes, tenemos que
entender que el destino depende de nosotros mismos, y de nuestra percepción y
acción en esos instantes, en esos instantes que determinan y marcan a fuego
nuestro destino…)
Y mientras tanto, cada instante de mi vida está dedicado
a tu recuerdo, Selena … Y cada instante es ser como tú, Selena, sólo como tú…
Te quiere mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario