El día que descubrí que vivía en la mentira, Selena...


“¡¡Te felicito, Victoria, qué lindo libro has escrito!!”. “¡¡Cuánta emoción, cuánto sentimiento!!” “¡¡Es como si estuviera allí mismo!!”, me dijeron unos cuantos amigos después de haber escrito mi libro sobre Selena. Yo me sentí orgullosa en un principio. Pero luego sentí un gran vacío, una gran decepción ... Decepción conmigo misma ... Decepción en lo que me había convertido ... Estaba tan lejos de aquella niña que se había vestido como Selena para presentarse al casting para la película que se estaba haciendo sobre su vida ... Tenía tanta ilusión, estaba tan contenta ... Todavía no era consciente de que se nos había ido ... Todavía la seguía teniendo presente ... Todavía me hacía sentir alegre, me daba mucha ilusión ... Pero al verme 20 años después sentía que no había aprendido nada de ella, que no seguí su  camino ... Ni siquiera haciendo un libro sobre ella hizo que me acercara a Selena ... Me pregunté si acaso hice ese libro por culpa, por sacar de mí lo que realmente sentía, lo que realmente anhelaba, lo que realmente pensaba ... Era curioso ... Yo hice un libro sobre mi visita al museo de Selena ... No había ido nunca allí en estos largos años ... 19 para ser más precisos, pues en realidad un año atrás había ido, y todo lo que me generó estar allí hizo que con la velocidad de un rayo escribiera mis sensaciones, lo plasmara en un libro y generara tan buena aceptación en tanta gente ... Sí ... Fue una exteriorización ... Una gran exteriorización ... Pues ni pensé en lo que iba escribir ... Sentí la sensación y lo hice ... Fui describiendo todo lo que había en el museo ... Todo ... Y con cada cosa que describía, los vestidos, su auto, sus premios, sus discos, casi mágicamente fui describiendo su vida, sus sueños, sus logros, sus pensamientos ... Me di cuenta de lo que había generado con los comentarios de todos aquellos que habían leído mi libro ... Todos hablaban de mi habilidad para poder hablar de Selena describiendo el museo, de cómo con la excusa de mi visita pude describir acabadamente la vida y obra de Selena ... Fue curioso ... Fue raro estar en un lugar en el que otros interpretan lo que has escrito, tus intensiones, tus finalidades ... Eso que se llama la “intelectualización”, lo que los demás piensan de lo que has escrito, de tus sentimientos, de tus pensamientos, de tus vivencias ... Puede que a veces exageren ... Puede que a veces no acierten con tus intenciones ... Pero es interesante ... Y aportan ... Porque a partir de esos comentarios elogiosos, de aquellas interpretaciones, de aquellas explicaciones, me di cuenta de que si fui al museo, si necesité escribir sobre aquella visita, si terminé escribiéndolo y tuvo esa aceptación es porque algo pasaba conmigo, algo no estaba funcionando ... Tal vez necesitaba ir a encontrarme con Selena para encontrarme conmigo misma ... Con aquella Victoria que tenía tantas ilusiones de ser como Selena ... Tal vez sabía que en estos últimos 20 años me convertí en una mentira, creí ser feliz con el disfraz que me fui armando con el paso del tiempo, quise creer que en lo que me había convertido era real y me hacía feliz, y nada más distante de la realidad que eso ... Al ver mi vida sabía que no era así ... Y tal vez por eso hice lo que hice ... Para sacarme ese burdo disfraz ... Para no vivir más de la mentira ...

¿En qué me había convertido? Veía mi libro y veía mi vida, y eran como dos mundos diferentes ... Como si se tratara de dos personas diferentes ... Tal vez mi vida era la metáfora de lo que nos había pasado en estos 20 años sin Selena ... Muchas veces he criticado a las artistas de los últimos tiempos, que para llegar a ser famosas recurren a la bajeza, a la falsedad, a la mentira, a la calumnia, al escándalo, a la exhibición de sus cuerpos como si fueran maniquíes de vidriera, algo digno de un mundo machista y degradador de las mujeres ... Tantas veces lo dije, tantas veces lo critiqué, tantas veces lo señalé ... ¿Y yo qué había hecho con mi vida? ¿En qué había quedado mi sueño de ser como Selena? Todos los días iba a un empleo corriente, rutinario, vulgar, monótono, nada creativo, nada feliz, en el que lo único que hacía era contentarme mirando lo que hacían los demás, viviendo de habladurías, haciendo internas con o contra mis compañeros de trabajo para pasarla mejor o para tener mayor ascendencia en mis supuestos juegos de poder ... Y cada tanto, muy cada tanto sacaba a relucir mi talento, mi felicidad, mis ilusiones, mi verdadera personalidad haciendo algún chiste, haciendo alguna monería, bailando, cantando ... o como en este último tiempo, escribiendo ... ¿No es acaso esto último lo que hacía Selena? ¿No es acaso esto último lo que me acercaba a Selena? ¿Por qué la dejé de lado? ¿Por qué no quise en estos últimos 20 años sacar a relucir este lado de mi personalidad, mi verdadera personalidad, si es lo que me generaba tanta felicidad? ¿Por qué quise engañarme y engañar a los demás mostrándome de una forma que me hacía sentir tan lejos de mí? ¿Tuve que escribir un libro para darme cuenta de ello? Tal vez ... Después de 20 años me di cuenta de que tapé mi dolor por la partida de Selena haciendo todo lo contrario a ella ... ¿Y por qué me pasó eso? ¿Cuándo comenzó? ¿Si yo estaba tan feliz en aquellos días de casting? ... Después lo pensé bien ... Me di cuenta de que me mentí cuando creí sentir tanta tristeza al no ser seleccionada como Selena para protagonizarla en aquella película ... ¡¡Sentía tristeza, claro!! ... Quería hacer de Selena ... Quería trascender ... Pero tal vez el gran dolor que sentía no fue sólo al no ser seleccionada ... Tal vez había algo más ... Debió pasarme otra cosa ... Sí ... Había algo más ... Al no ser seleccionada di cuenta de que ya no tenía a Selena ... Ya no tendría consuelo ... Ya no tendría ilusión ... Ya no la tendría presente ... Sí ... Parecía que mi dolor y mis llantos sólo se debían a ello ... Pero no ... También se debía a otra cosa ... a algo más importante, mucho más importante ... Supe lo que significaba la palabra “muerte” ... y supe mi finitud ... Y di cuenta de que Selena no era inmortal ... Esa fue la causa de mi dolor ... Ese fue el origen de mi mentira ... Supe allí que mi vida jamás sería la misma ... Y comencé a entender que la única manera de salir de tanto dolor era negándolo ... Y era vivir de la mentira ... Y casi sin proponérmelo construí mi vida con los valores contrarios a Selena ... Aprendí a ser mentirosa, corrosiva, hiriente, falsa, destructiva ... Y cuando alguien quería marcar en mí alguna virtud cercana a Selena reaccionaba con rechazo ... Recuerdo que alguien destacó cuando tenía 15 años mis dotes artísticas ... Sólo lo miré y le dije con seriedad que no me venga con sandeces ... ¡¡Pobre chico!! ... Lo traté como si sus intenciones fueran de cortejo y en realidad sólo quiso destacar algo que era inevitable que lo expresara y que yo me empeñaba en negar ... Me iba convirtiendo en una sombra de mi misma ... Pero aquella actitud era la única manera que había encontrado para sobrevivir a este mundo insensato y cruel ... Después de la partida de Selena me sentí vulnerable, sola, triste ... Y pensé que la mejor forma de superarlo era mimetizarme con todo lo que quedó de ese mundo sin Selena, de esa humanidad que decidió dejarla sola y sacársela de encima ... Se suele decir que los niños perciben mejor que nadie las cosas ... Digamos que yo me di cuenta mejor que nadie lo que significaba para muchos de nosotros la partida de Selena ...  Y de las consecuencias, de nuestro futuro, de en qué manos nos quedábamos ... Y en vez de querer cambiar el mundo como lo había hecho Selena, busqué mimetizarme con él, tomando de la humanidad lo peor y convertirme en más de lo mismo por despecho, por dolor, por bronca, por enojo ... Fui sacando lo peor de mí sin darme cuenta de que me alejaba de mí y me alejaba de Selena ... Sin darme cuenta de que con ello le daba la razón a esa nefasta que le hizo tanto daño, y le sacó y nos sacó todos nuestros sueños y nuestros anhelos ... Terminé siendo una más que terminó contribuyendo y convalidando a aquellos que nos decían día a día que no valía la pena hacer nada con Amor, dedicación, trabajo y honestidad ... Que todo esfuerzo en ese sentido era en vano ... Que siempre ese camino elegido nos llevaría a la derrota, como a Selena ... Que había que dejar “descansar en paz” a Selena ... Viví de la mentira por 20 años ... Pero no se puede vivir eternamente de la mentira ... Y menos aún mentirse a sí mismo ... A la larga la verdad sale a la luz ... Y en mi caso salió cuando escribí ese libro ... O más bien cuando decidí reencontrarme con Selena ... Cuando decidí volver a ser aquella niña que vivía feliz ... con la vida de Selena...

Un día llegué a mi casa y busqué en el sótano aquel viejo arcón en el que había dejado mis cosas más preciadas. Entre ellas el vestido de Selena. Cuando lo encontré me emocioné al verlo intacto, inmaculado ... Reviví en un instante lo que sentí al vérmelo puesto, mi alegría, mi sonrisa, mi voz cantando una y otra vez las canciones de Selena ... Era una niña inocente ... Era una niña feliz ... El futuro estaba en mis manos y todo era para mí suma felicidad ... Recordé esa larga tarde de sol con tantas niñas luciéndose bellas como Selena y sentía que todas estábamos identificadas con la misma persona, con la misma artista, con los mismos sueños, con el mismo ideal ... El futuro estaba en nuestras manos ... ¿Quién lo habría de quitar? ... De pronto, hubo algo que me hizo bajar de mi nube de ensueños ... Noté un pequeño bulto en el vestido y al tratar de saber de qué se trataba, para mi gran asombro noté que había una hoja escrita en uno de los bolsillos ... Al tomar la nota y abrirla, llevé rápidamente mi mano a la boca tratando de evitar estallar en llanto ... Rápidamente supe que era una pequeña carta que le había escrito a Selena con la promesa de llevársela a su morada cuando el casting hubiera terminado ... Nunca se la llevé ... La había olvidado por completo ... Pero ahora la recordaba bien ... Cuando me di cuenta de que ya nunca tendría a Selena decidí no decirle a mis padres de llevarme al gravesite de Selena ... Ya había decidido consciente o inconscientemente ir por otro camino ... Había decidido no encontrarme con Selena ... Había decidido no despedirme de ella ... Tomé la nota y decidí leerla: “Querida Selena. ¡¡No sabes lo contenta que estoy tratando de ser como tú!! No veo la hora de que se termine todo para encontrarme contigo. ¡¡Tengo tantas cosas para decirte!! Te extraño pero sé que pronto nos vamos a encontrar ... Muy pronto ... Ahora sólo quiero ser seleccionada para interpretarte y luego querré ser como tú en todo sentido ... Sé que estás en algún lugar ... Pronto te encontraré ... ¿Sabes? Yo creo que todo es una mentira ... Yo sé que estás en algún lugar que pronto encontraré ... Mientras tanto, haré de ti y seré como ti en todos los sentidos ... ¡¡En todos!! ... Trabajaré mucho, me esmeraré, seré paciente, seré testaruda, diré siempre la verdad, nunca engañaré ni hablaré mal de nadie ... Es mi forma de estar cerca de ti ... Es como yo soy y seré ... Es como eres tú ... ¡¡No te dejaré sola, Selena, nunca!! ... Y si algún día ves que hago algo que no estoy haciendo bien, no tienes más que decírmelo ... ¡¡Te quiero mucho!! Mil abrazos y mil besotes ... Nos vemos pronto ... Con todo mi Amor ... Victoria”. Terminé de leerlo y sólo atiné en silencio a sentarme en el piso sin pronunciar palabra ... Sólo mirar la pared ... Y a través de ella mirar mi vida pasar en estos últimos 20 años  ... Y en lo que me había convertido ... Cuando la “película” terminó, cuando las imágenes dejaron de proyectarse delante de mi vista, puse mis manos sobre mi cara y empecé a llorar con fuerza, con furia y con suma tristeza durante un buen tiempo ... Estaba expresando todo aquello que no quise exteriorizar por tanto tiempo ... Me sentía una miserable ... Sentí que al fin y al cabo Selena vio esa nota y me hizo notar su enojo llevándome a escribir ese libro y con ello darme cuenta de lo que había hecho por ella y conmigo misma en estos últimos 20 años ... Nada tan evidente como ese contraste de aquella niña con la mujer que trataba de volver a recuperar su alegría e ilusión perdidas ... Cuando pude recobrar mis fuerzas, tomé mi vestido, volví a guardar la nota en el bolsillo y partí para hacer lo que no había hecho en estos últimos años ... Había dado un primer paso: ir al museo y escribir sobre Selena ... Ahora debía dar el otro paso, el paso más importante: encontrarme con Selena ... Encontrarme con mi espíritu ... Encontrarme con mi ilusión perdida...

Cuando llegué al gravesite, sentí dolor, vergüenza, soledad, tristeza ... Pero me mostraba impertérrita, dura, casi insensible ... Me sentía como dos personas habitando en el mismo cuerpo ... Esa coexistencia que estuvo en mí por 20 años ... Me arrodillé frente a Selena y estuve por un buen tiempo en silencio ... El día estaba gris y ventoso ... Cada tanto veía que algún gorrión se apoyaba en la morada para pronto partir a su destino ... Casi sin proponérmelo comencé a hablar: “Al fin vine, Selena ... ¿Qué puedo decirte? Me da pena estar frente a ti en este momento ... Te mentí y me mentí ... Te traje mi nota postergada por 20 años ... Era una cartita de una niña feliz ... La que tienes frente a ti es la misma niña, 20 años más tarde, que no supo superar tu partida ... Que sólo vivió engañándose y engañándote ... ¿Sabes, Selena? No he formado una familia ... Hace tiempo que tengo un novio al que quiero mucho pero tengo miedo de casarme y de tener hijos ... ¿Sabes, Selena? Hace tiempo que me recibí en Licenciada en Ciencias de la Educación pero salvo algún que otro proyecto no he hecho nada para avanzar con lo que estudiado ... Sólo hacer tesis ... Sólo hacer cursos de posgrado ... Llego a un objetivo pero no puedo avanzar ... O mejor dicho, no quiero avanzar ... ¿Sabes, Selena? Le tengo miedo al futuro ... Y creo que por eso vivo boicoteando cualquier posibilidad de que me lleve a la felicidad plena ... ¿Y sabes, Selena, cuándo me di cuenta de todo ello? Cuando descubrí hace poco esta cartita que te traje y que había escrito hace 20 años y que nunca quise traértela ... Porque descubrí por qué no fui seleccionada, o al menos descubrí lo que pasaba por mí en ese momento ... Yo no quería ganar, Selena ... Inconscientemente no quería ganar ... Porque sabía que ya no estabas y que jamás estarías conmigo ... Aunque lo disimulara tenía una profundísima tristeza ... Y ganar ese casting me traería una alegría que no quería tener ... ¿Cómo estar contenta si tú no estabas? ¿Cómo contentarme con hacer de ti si tú no estabas para felicitarme con tus abrazos, tus ánimos y tu sonrisa? ¿Cómo aspirar hacer una carrera artística aprovechándome de tu desgraciado destino? No ... No lo podía hacer ... Recién ahora lo veo todo claro ... Cuando volví a ver esas palabras que te dediqué ... Y allí no sólo recordé lo que vi ... sino también lo que realmente sentí ... Yo estaba triste pero lo disimulé ... Hice todo lo posible por perder y recién allí pude manifestar lo que realmente sentía, con la excusa de que había perdido el casting ... Por eso no me fue tan difícil convencer a mis padres de no verte, por eso nadie se sorprendió de mis silencios, de mis actitudes, de todo lo que fui construyendo en los últimos años ... Fui una gran simuladora ... Simular estar alegre cuando estoy triste, mostrarme dicharachera cuando por dentro vivo con furia y amargura, mostrarme entusiasta cuando desde que te fuiste siento que no hay futuro ... ¿Entiendes ahora Selena lo que siento? ¿Entiendes Selena lo que me pasa con mi vida? Que empiezo las cosas pero no las termino ... Comienzo un camino pero no completo su trayecto ... Temo que me pase como a ti, Selena ... Desde que te fuiste quise creer que nada que se haga con buenas intenciones llega a buen puerto ... Porque si lo quisiera creer, ¿por qué tuviste ese macabro final? Tú no te merecías eso ... Y si a ti eso te pasaba, yo no podía tener un mejor final ... Por eso no quise ganar en el casting. Por eso terminé mis estudios pero no me perfeccioné ... Por eso encontré a mi Amor pero no armé con él una familia ... Por eso me contenté con un trabajo sin perspectiva y con una mentalidad en la que prospera la desidia, la mentira, la crueldad, el estatismo, la injusticia ... No puedo construir un futuro sin tenerte a mi lado, Selena ... No puedo creer que vivamos felices sin ti ... Sé que es tonto, sé que es absurdo, sé que es fantasioso ... Me dirás que la vida continúa y que no hay que detenerse ni aun con lo más doloroso que nos pueda pasar ... ¿Pero sabes, Selena? ... Somos de una generación, somos de una comunidad, somos de una raza que creció, vivió y soñó con tus valores ... Somos personas que pensamos en un futuro feliz contigo ... Nos imaginábamos cumpliendo nuestros sueños contigo, fuimos con la idea de que en la vida nada es imposible, de que todo se puede lograr ... Pero contigo como estandarte ... No podíamos concebir un futuro sin verte primero a ti conquistando el mundo, siendo feliz con todo lo que habías anhelado, y por lo que tanto luchaste y te esforzaste ... Cuando me enteré de lo que te pasó, caí en la mayor de las tristezas y sólo la fui superando o creyendo superar mintiendo y mintiéndome ... Y aquí me ves ... Triste, avergonzada, sin nada que pueda ofrecerte que me haga sentir orgullosa y feliz ... ¡¡Te extraño, Selena!! ... Pero sé que jamás te voy a poder encontrar, porque nunca supe cómo buscarte ... Perdóname, Selena ... No supe estar a tu altura ... No supe superar tu muerte ... No supe encarar mi vida con tu ejemplo ... Perdóname, Selena ... Ya no me queda más que decirte” ... Cuando terminé de contarle mi pena, miré al piso y me sentí devastada ... Apenas corrían unas lágrimas por mis mejillas, pero todo el dolor que sentía lo había exteriorizado ... No tenía más para decir ... No tenía nada que esperar ... Sólo esperaba tener el valor de incorporarme, despedirme de Selena y encarar mi futuro que sería el mismo que había construido hacía 20 años sólo que sin maquillaje ni nada que disimular...

Cuando estaba ya por cumplir mi cometido, una pequeña ráfaga de viento soltó mi notita a Selena de mis manos haciendo que dé unas volteretas en el aire hasta caer a unos pocos metros de mí ... Alcé mi mano para tomarla y algo hizo que me detuviera en el final de aquella carta: “Yo sé que estás en algún lugar que pronto encontraré ... Mientras tanto, haré de ti y seré como ti en todos los sentidos ... ¡¡En todos!! ... Trabajaré mucho, me esmeraré, seré paciente, seré testaruda, diré siempre la verdad, nunca engañaré ni hablaré mal de nadie ... Es mi forma de estar cerca de ti ... Es como yo soy y seré ... Es como eres tú ... ¡¡No te dejaré sola, Selena, nunca!! ... Y si algún día ves que hago algo que no estoy haciendo bien, no tienes más que decírmelo ... ¡¡Te quiero mucho!!” ... Cuando volví a leer aquello, pensé que tal vez estaba a tiempo ... Pensé que tal vez Selena me había escuchado y me estaba dando una señal ... Tal vez Selena me estaba dando una nueva oportunidad ... No dudé un instante ... Me incorporé rápidamente con una sonrisa y le dije a Selena: “Volveré pronto, Selena ... Muy pronto ... Para no dejarte sola ... Volveré para cumplir con tu sueño, mi sueño ... Volveré para darte buenas nuevas ... Volveré para que juntas volvamos a reír”. Me fui alejando dando varios besos y saludos al aire a Selena. Cuando crucé la puerta de entrada a la morada de Selena, me esperaba un nuevo camino ... Y ese camino iba a tener un buen final. Me lo había prometido ... Se lo había prometido a Selena ... Y esta vez, esta vez, no le iba a fallar...

Al poco tiempo terminé mi última tesis y me dediqué de lleno a trabajar en lo que había estudiado ... Trabajé duro y por suerte hubo gente que confió en mí para cambiar la educación en todos los niveles de estudio ... Mientras ello ocurría, renuncié a mi trabajo ... Ya no podía seguir conviviendo en la mediocridad y en un ambiente en el que da lo mismo trabajar que no y en el que lo más importante es saber quién es más hábil para sacar ventaja en provecho de los demás, y que encima te feliciten y te “respeten” por eso. Por suerte mi novio me apoyó en mis decisiones y yo sé lo agradecí con aquello que más anhelaba, y que por respeto y por temor no se atrevía a decirme por no saber cómo reaccionaría ... Acepté casarme con él y al poco tiempo tuvimos una niña a la que obviamente le puse Selena ... Selena Victoria fue su nombre completo ... Pensé que en ese contexto era la mejor combinación de nombres que podía tener ... Después de tanto tiempo me sentí plena y feliz ... Estaba haciendo lo que quería y creía en que podía lograr lo que me propusiera ... Era la primera vez que sentía que había un futuro ... De pronto me encontré con que era feliz ... Y que con mi felicidad alegraba a los demás ... Volví a sonreír , a reír de verdad ... Descubrí que podía tener la sonrisa, la alegría, los sueños, la tenacidad y la visión de Selena ... Había encontrado a Selena ... Me había encontrado a mí misma ... Nada podría detenerme ... Sólo debía transitar el camino ... Sólo debía seguir el camino de Selena ... Y más allá de que pudiera verla o no, sabía que la tendría siempre a mi lado con una sonrisa y dándome ánimo para que siguiera adelante, para que no me detenga, para que cumpla con todo lo que me había propuesto en la cabeza...

Cuando volví al gravesite, no fui sola ... Fui con mi esposo y con mis dos hijas ... Iba a empezar a contarle lo que había pasado en ese último tiempo, pero empecé a reír ... Sólo pude reírme con ganas ... Como lo hacía Selena ... Sabía que ella estaba del otro lado riéndose del mismo modo ... No había más para decir ... Se había cerrado un capítulo en mi vida ... Había empezado otro, en el que Selena estaba al lado mío en todo momento y en el que al final, al final del camino, la tendría presente para decirle “gracias” y para abrazarla fuerte, bien fuerte ... Un capítulo en el que sólo vivía para que llegara ese momento, ese momento en el que por siempre y para siempre viviríamos felices con el fruto de lo que habíamos sembrado...

(No hay nada más hermoso que poder ser como uno quiere ser ... No hay nada más lindo que sentirse bien con lo que uno es ... El camino no es fácil ... Hay muchos escollos y muchos que nos ponen innumerables trampas para que uno no se sienta bien con lo que se tiene sin necesidad de mimetizarse con los demás, sin necesidad de aceptar una realidad en la que uno no es feliz y necesitando de la ayuda de aquellos mismos que no quieren que uno no los necesite para sentirse bien ... Pero lo más importante es no mentirse, es no postergarse, es no mimetizarse con lo mediocre ... Y lo más importante es seguir con los valores en los que uno cree aunque durante toda la vida nos hagan creer que somos unos perdedores ... El día en el que nos convenzamos de ello, habremos triunfado y nada nos detendrá ... Por eso sigo el camino que me dejó Selena ... Porque ella jamás me defraudará y con ella seré siempre feliz, simplemente porque seré aquello que quise ser, o al menos seré aquello que intenté ser...)

Gracias, Selena, por todo lo que me diste en estos poquitos años...

Te quiere mucho...


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

No hay comentarios: