Ese error es cosa de ayer, Selena...



Qué poco vale la vida ... O qué tanto vale que no sabemos apreciar cada minuto de nuestra existencia ... Nos dejamos llevar por cosas que no tienen ningún valor y pasan por nuestras narices aquellas personas, aquellas situaciones, aquellos momentos que nos hicieron tan felices y que no los sabemos apreciar ... No sabes lo que lamento, Selena, no haber ido a la fiesta de inauguración del Hard Rock Café en San Antonio ... Acababa de entrevistarte aquí mismo en Los Ángeles hace unos meses, en enero para ser más precisos ... Tú eras la estrella pero tal vez no lo sabías ... O no sabías o no querías ver la dimensión de tu éxito ... Creo que ni yo lo sabía ... Y ahora que estoy en un estadio colmado para ver ... nada ... sólo para llorarte y para sentirte más cerca, empiezo a entender lo que eras para nosotros ... Un estadio lleno que esperaba tu presencia y que ahora se ha convertido en un lugar de recogimiento ... Sólo un lugar para poder expresar lo que sentimos desde ayer ... Llamarnos al silencio, al llanto, al enojo, a la congoja ... Hoy era el día en el que te ibas a presentar aquí para dar un nuevo concierto ... En eso pensé cuando me invitaste aquel día de enero ... Me decía: “Tengo mucho trabajo. Tengo que movilizarme mucho. Tengo que acostarme temprano. Tengo que ir a tal o cual lugar. No puedo perderme aquel partido de fútbol ... Ya la veré cuando vuelva aquí. Ya la veré el 1 de abril cuando dé su concierto personal luego de que haga el ya mítico del Astrodome” ... Y llegó el día y tú no estás, Selena ... no estás ... Nada era importante. Nada significativo me retenía ... Fueron excusas, sólo excusas ... Eras una mujer brillante con un enorme futuro y talento. No pensé ni por casualidad que cabía en ti la posibilidad de que te fuera a pasar algo, de que tu linda vida se apagara, de que tu carrera de cantante se truncara, de que tu sueño de diseñadora fuera un mero proyecto inconcluso ... ¿Cómo lo iba a pensar si sólo tenías 23 años? Recuerdo cuando terminamos la nota, y fuiste hacia la cámara y le estampaste un beso a modo de despedida ... Me causó gracia y pensé: “Es aún una niña aunque ya no lo sea. Se nota que quiere jugar y divertirse. Creo que goza más de ello que de otra cosa. Y eso mismo le da fuerza para seguir con todas sus responsabilidades...”. Evidentemente, no erré en mi diagnóstico, pero no supe qué hacer con aquella revelación. Al menos no me hizo ver el valor de cada instante de nuestras vidas, de saber que lo que no se vive hoy no se vivirá jamás, de que hay que hacer lo que a uno le gusta y de que hay que luchar siempre por nuestros sueños y por nuestras convicciones ... No lo supe ver entonces ...  Me lo mostró Selena y yo no lo pude o no lo quise ver. Al menos lo dejé para más tarde. Y ese más tarde terminó siendo nunca ... Miro a mi alrededor y veo la desolación misma ... Cuántos pensarán o sentirán lo mismo que yo ... Pero ya es tarde ... En enero tuve la oportunidad de apreciarlo y no lo supe ver ... Al término de la entrevista ella me invitó a aquella importante inauguración en San Antonio ... Selena ne dijo que cantaría, que daría entrevistas, que se sentiría halagada si tomaba la decisión de ir ... Yo lo dije que sí, pero al final no fui... Le fallé y ahora no la puedo ver más ... Ya no le puedo dar excusas ... Ya no le puedo pedir perdón ... Veo a la gente y no puedo evitar llorar como ellos ... Selena era de esas personas que no se encuentran en la vida tan fácilmente ... Creo que todos lo sabíamos bien pero no lo supimos apreciar en toda su dimensión ... Ya nada será lo mismo ... Nada ... Y todos los que estamos allí lo sentimos así ... Va a ser muy duro superar esto ... El sueño americano se terminó ... Lo que se logre de aquí en más no tendrá ni la misma connotación ni el mismo significado que le había dado Selena ... Lo veo en el rostro de todos ... Lo puedo apreciar en la tristeza de cada una de sus caras ... Hoy sabemos que hay un mundo que seguirá andando sin Selena ... Hoy puedo sentir que un capítulo de nuestras vidas se ha cerrado ... Que todo lo bueno ya pasó  y ahora ... ahora sólo habrá que sobrevivir, hacer lo que se pueda, conformarse, resignarse ... Va a ser muy difícil salir al mundo mañana ... Será difícil de aquí en más vivir un mundo sin Selena...

Cuando nombran a esa asesina, recapacito, tomo conciencia y no puedo dejar de pensar que la tuve tan cerca ... Nunca hubiese imaginado que esa mujer tan servicial, tan atenta, tan considerada con Selena fuera ese monstruo que la dejó sin sueños, sin proyectos, sin fuerza, sin futuro, sin vida ... Recuerdo puntualmente una escena en la que Selena mostró una molestia en su nariz y ella pronto le acercó un pañuelo ... Pensé: “Qué bueno que Selena tenga una asistente tan fiel, tan buena y tan atenta a los requerimientos de ella”. ¡¡Qué equivocado estaba!! Las apariencias engañan ... ¡¡Vaya si engañan!! Esa misma persona que parecía tan inofensiva y de tan bajo perfil allá por enero terminó sumiéndonos en una terrible tristeza en marzo y nos puso en vilo cuando se parapetó en el garaje luego de su brutal e inexplicable acto. Más de una vez desee que se disparara de una bendita vez, pero sabía que no lo haría ... Pero también pensé que cualquiera fuera el desenlace, cuando todo terminara en el Days Inn sería el final para todos nosotros. Por un momento desee que no terminara nunca esa tortura porque sabía que detrás de ello las cosas se transformarían en un verdadero infierno ... Íbamos a tener que asumir que Selena nos había dejado y más de uno se preguntaría: “¿Y ahora qué?”. Eso es lo que veo en todos cuando saco fuerzas que no poseo para levantar la vista y ver con mis propios ojos lo que siento en mi Alma. Se están haciendo los preparativos para hacer aquí mismo una misa en honor a Selena ... De un concierto a una misa ... De la alegría a la tristeza ... De un presente maravilloso a la añoranza ... La gente lo festeja ... Necesita compartir lo que siente, llenar esos enormes vacíos, exteriorizar su dolor ... Todo parece tan surrealista ... Y lo es ... No puedo creer estar aquí viviendo y sintiendo tanto dolor ... Siento que todos tomamos conciencia de lo grande que era Selena, de lo que significaba en nuestras vidas y de lo joven que era ... Ahora de nada sirve saberlo ... Nos faltó saber que podríamos perderla, que tal vez debíamos disfrutar más de su presencia, de cada instante que nos brindaba ... Nos faltó diferenciar lo importante de lo accesorio, nos faltó tomar conciencia de lo que nos hacía felices, no supimos ver cuál era nuestro real camino para recorrerlo ... Nos faltó comprender que aquello que nos supo transmitir Selena debíamos preservarlo y llevarlo a la práctica ... Muchas veces solemos aplaudir y hasta elogiar aquello que hacen los demás ...Pero no solemos hacer en nuestras vidas aquello que decimos que queremos realizar ... Si queríamos a Selena, ¿por qué no seguimos su camino? Si tanto la admiramos, ¿por qué no tomamos sus valores para ponerlos en práctica? Si ella nos demostró que con trabajo, honestidad, verdad, autenticidad y talento todo se podía lograr, ¿por qué no dejamos lo que nos incitaba a hacer lo contrario para abrazar aquello que Selena nos ofrecía con tanto Amor? Hoy veo esas caras y siento que es eso lo que más lamentan. Me veo a mí mismo y en el momento en el que decidí no ir a ver  a Selena en San Antonio supe que decidí no seguir su ejemplo, que me quedé en el camino de la comodidad y que renuncié al ofrecimiento de Selena ... Y la perdí ... Perdí la posibilidad de convertirme en una mejor persona ... Me perdí de ver a Selena feliz...

Aparece el sacerdote que va a ofrecer la misa y todo el mundo calla y lo escucha ... Mi boca querría poder pronunciar ese silencio ... La gente expresa su más hondo sentimiento en ese momento ... Era volver a sentir ese sensación luego de lo que ocurrió todo ayer y saber que aquello nos tendrá envueltos hasta que volvamos a la “normalidad” ... hasta que la “realidad” nos haga volver a andar en este mundo ... La sensación de no querer moverse, de sólo querer mirar el piso y que nunca, nunca, pase el tiempo ... Cada tanto se escucha un llanto, cada tanto alguien grita “¡¡Selena vive!!”, cada tanto se escucha un insulto para esa psicópata a la que me niego llamar por su nombre ... Escucho al cura, pero quisiera no tener que registrar sus palabras ... No quiero escuchar que Selena ahora está con el Señor en paz ... No quiero escuchar de salmos, de dichos, de enseñanzas ... No quiero que me lleven a la resignación, al olvido, al pensamiento positivo, a esperar la recompensa y la justicia cuando ya no esté en este mundo, que sólo veré a Selena feliz cuando me muera ... No quiero escuchar eso porque no quiero pensar que habrá un mañana, que habrá un futuro, que habrá una vida allá afuera sin Selena ... Me resisto a pensar en ello y sé que mucha gente aquí piensa y siente lo mismo ... Pero también todos sentimos que debemos escuchar al sacerdote, que debemos dejarnos llevar por su voz y por su mensaje para poder elaborar el duelo en silencio, para asimilar el dolor, para darnos algo de fuerza para seguir nuestro camino, nuestras vidas ... Todos lo escuchamos porque queremos creer, queremos pensar que va a haber un mañana, queremos desear que veremos a Selena otra vez, queremos despertar mañana y pensar que sólo fue una pesadilla, una terrible pesadilla que pronto terminará cuando despertemos y nos demos cuenta de que nada era cierto y de que podremos ver a Selena tantas veces como queramos ... No puedo evitar entrar en crisis y llorar mientras tomo mi cara con mis manos ... Sólo querría poder volver el tiempo atrás y evitar esto ... Sólo querría volver a la entrevista que le hice en enero y decirle que sí iré a verla a San Antonio, que sí iré a donde quiera que vaya, que tenga cuidado de cierta gente, que se dé cuenta de que es más exitosa de lo que se supone y que debe cuidarse de los que por allí le envidian su fama ... O, mejor dicho, de los que la envidian por ser tan querida ... Sólo eso querría ... Y sé que muchos deben desear algo similar a mis pensamientos ... Siento que Selena aun siendo tan joven estuvo tanto tiempo con nosotros y sólo tomamos conciencia de su dimensión como artista hace muy poquito ... Y creo que ahora nos damos cuenta de lo que la necesitábamos como persona ... Y ahora ... ahora es tarde ... Necesito escuchar porque necesito creer, necesito creer porque debo tener fuerzas para seguir, debo tener fuerzas para afrontar lo que se me viene ... Terminamos de decir “Amén” y hubo un instante de desamparo, de desconcierto, de dolor ... Alguien de pronto grita “¡¡Viva Selena!!” y un coro de “Vivas” lo acompaña ... Luego una mujer comienza a cantar “Amor prohibido” y todos la acompañamos ... Pasan varios minutos en los que sólo cantamos para no llorar más, para sentir a Selena con nosotros, para vivir de algún modo ese recital que no fue ... Ahora el dolor y los llantos van ganando a los cánticos ....Volvemos al silencio ... Sé que en breve todos comprenderemos que debemos irnos para empezar a asimilar el mañana, imaginarnos cómo será y sentir que Selena será un recuerdo cada día al despertar...

Llego a mi casa y noto que tengo muchos mensajes en mi contestador ... Algunos son del medio en el que trabajo ... Otros de muchos periódicos, radios, canales de televisión ... Ya se habrán enterado de que había entrevistado a Selena hace unos meses aquí ... Y seguro que esperan que les dé mi testimonio, mi parecer, que les diga qué impresión me dio Selena, si había visto a su asesina, si había sospechado algo, si tenía una suposición de lo que había pasado ... Cuando empiezo a escuchar los mensajes lo puedo corroborar ... Siento una gran pena ... De pronto siento que paso a ser un protagonista de la historia de Selena, un testimonio, alguien de “importancia” que les puede transmitir algo ... Me dio tristeza porque la única protagonista de su historia es Selena, sólo ella ... No ha terminado el día y ya tengo la mayor expresión de vivir una vida sin Selena ... No puedo evitar echarme al sillón y largarme a llorar ... Me siento desdichado, desamparado ... Y, peor aun, siento pena por la suerte de Selena ... Siento que si estuviera a mi alcance trocaría mi vida con la de ella para que pueda vivir la suya ... Y siento que muchos harían lo mismo que yo ... Pero también siento que la fuerza, el deseo y el Amor de muchos fue menos que el odio, la posesión y el resentimiento de una sola persona ... De pronto suena el teléfono. Algo me hace levantar y atender la llamada, aun cuando lo más lógico sea dejar que el teléfono suene para que alguien me deje el enésimo mensaje ... Lo atiendo ... Es alguien de una radio de Alaska ... No sé cómo averiguaron tan rápido mi contacto con Selena ... Tratan de que hable sobre mi experiencia con ella, pero con su pregunta me dan ganas de contestarles. El señor que me llama me pregunta qué significa esta pérdida para la comunidad latina ... Hago una pequeña pausa, respiro hondo y le digo: “Para todos nosotros esta pérdida no tiene un significado, no tiene un valor. Toda la comunidad latina está de luto porque se le ha ido su hija más preciada, su mayor ejemplo, su ídolo como artista y como persona. Y es tan fuerte ese sentimiento que se siente en todo el país, desde tu Estado al mío, de la costa este a la costa oeste, de norte a sur. Hasta el que menos sepa de Selena esta noticia no le será inadvertida, porque se dará cuenta de que Selena no era una artista más, no era una chica más del momento ... Selena era La Artista ... Selena era La Mujer ... Selena era Una de los Nuestros ... Selena era Nuestra Hija, Nuestra Madre, Nuestra Hermana ... Selena era todo ... Y ahora nos quedamos sin ella, sin nada ... Sólo espero ahora que nadie se olvide de su risa, de sus ganas de vivir, de dar todo a cambio de nada, de su ejemplo ... por el bien de todos nosotros ... Espero que nosotros estemos a su altura a la hora de recordarla aunque nunca llegaremos a hacer en nuestras vidas lo que Selena sólo hizo en 23, casi 24 años ... Sólo eso espero...”, y hago un largo silencio sin evitar mi llanto. El señor del otro lado comparte mi dolor hasta que me da las gracias, me da su pésame y cuelga. Me quedo un largo rato viendo la nada misma sin poder ni querer moverme hasta que me vence el sueño y me voy quedando dormido en el sillón. Mientras me duermo me pregunto qué será de mí cuando despierte al otro día y sólo puedo contestarme que sólo deseo que al levantarme me dé cuenta de que todo fue una pesadilla, de que al encender la radio o la televisión sólo vea a Selena cantar o escuchar su contagiosa risa ... Sólo deseo eso ... Sólo deseo que nadie me quite el sueño de ver a Selena triunfar ... de que nadie me quite el deseo de ver a Selena feliz...

(Si supiéramos el valor de cada minuto de nuestras vidas, de cada acto, de cada gesto, de cada sentimiento ... Sé que es imposible vivir con esa conciencia y que está en nuestra naturaleza evadirnos, pensar en la nada misma, no hacernos cargo de todo lo que nos pasa o de los que les pasa a otros ... Pero también está en nuestra naturaleza hacernos responsables de nuestros actos, asumir nuestros errores, pedir disculpas cuando corresponda, no olvidar nunca el momento en el que fuimos felices, ser fieles a nosotros mismos, a nuestras ideas, y mostrarnos tal cual somos ... Pero sobre todo no olvidar ... Así era Selena ... Selena nos mostró que había un mundo posible ... Si tanto la añoramos sería bueno seguir ese ejemplo, por más duro que sea transitar su camino ... Si no lo hacemos por pereza, porque nos parece idílico, porque pensamos que seguirlo nos da de bruces con la “realidad de este mundo”, entonces no estamos a la altura de su recuerdo y sólo seremos un ave de paso en esta mediocre humanidad ... Selena nos demostró que no vino a este mundo para ser alguien más porque ella siempre deseó ser feliz y ver felices a los demás ... Sería bueno que tomáramos conciencia de ello y hacernos cargo si no podemos o no queremos hacerlo...)

“20 años no es nada”, dice el tango ... Ha pasado mucho tiempo, Selena ... el suficiente como para sentir que nos haces tanta falta en este mundo desquiciado...

Te extraña y te quiere mucho...


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

No hay comentarios: