Sólo un acto de sinceridad, Selena...



Miranda terminó aquel concierto y fue directamente a su camarín. No quiso recibir ni a su familia ni a sus fans. Se sentía estafada y, peor aún, sentía que había estafado a muchos en los últimos tiempos. Hubo algo en ese concierto que le revotó en su mente y no se lo pudo sacar en toda la noche. Aquel grito de una fan en el que le ventilaba sus supuestos amoríos con Brian, un joven actor de moda, y que le recriminaba el abandono de su anterior novio, John, fue el indicativo para Miranda de que ella estaba en el camino equivocado y de que todo era una farsa, una absurda farsa de la que ella formaba parte. Sintió que había cantado pésimo esa noche, pero que sólo ella lo había notado, ya que sus fans igual deliraban o le gritaban cosas que no tenían nada que ver ni con el concierto, ni con su música, ni con lo que ella hacía o era realmente. Ahora podía entender, salvando las distancias, lo que sentían Los Beatles cuando hicieron aquellos conciertos de la “Era de la Beatlemanía”, sobre todo en Estados Unidos, en el que nadie los oía porque todos gritaban algo que ellos no entendían y que no tenía nada que ver con lo que querían mostrar, pero sintiendo que en toda esa locura ellos tuvieron que ver siguiendo ese juego, el juego de la bendita fama. “¿Pero qué hecho con mi vida? ¿Quién soy yo realmente? ¿Es esto lo que quiero mostrar? ¿Soy feliz mostrando lo que no soy?”, se preguntaba Miranda en la oscuridad del camarín, el lugar en el que ella se refugió y en el que ni siquiera quiso prender la luz por la vergüenza que sentía y por la impresión que le generaría si se mirara la cara en esas condiciones. “¡¡Vamos, Miranda!! ¡¡Abre la puerta!! ¿Te sientes bien? ¡¡Aquí te estamos esperando todos!! ¡¡Has logrado romper un nuevo récord de asistencia de público y muchos aún aúllan tu nombre!! ¡¡Vamos, sal de una vez que te estamos esperando!!”, le decía una voz mientras golpeaba insesantemente la puerta de su camarín. “¡¡Ya voy, padre!! ¡¡Diles que en un rato saldré!! Necesito descansar un poco...”, le dijo Miranda, más para sacar a su padre de encima y para que no insistiera con su llamado. Cuando él mostró su conformidad, Miranda pensó en que su padre, en su rol de manager y de protector de su imagen y de sus bienes desde que era pequeña, se había olvidado de lo que le había enseñado y que ahora sólo el aroma del dinero lo llevaba por caminos oscuros e insospechados ... Miranda aún recordaba las palabras de él cuando siendo niña la incentivó a entrar en el negocio de la música ... “¿Acaso no quieres ser como Selena? Ya has visto cómo cantaba, cómo actuaba, cómo la queríamos todos ... Si no tienes su nombre es porque nadie imaginó en darle un homenaje en vida ... Al menos casi nadie ... Pero veo lo que te gusta cantar, lo que te gusta actuar desde que has visto a Selena aunque sea en videos ... Si quieres ser como ella, ¡¡adelante!! ¡¡Yo te ayudaré!!”. Miranda miraba la puerta e intuía a su padre ansioso con su salida advirtiéndole lo que debería decir a la prensa ... “Ya sabes ... Recuerda decir que te llevas de maravilla con Nichole y con Catherine ... Que son tus grandes amigas de siempre, y tus compañeras de aventuras en la música y en la actuación ... y que tal vez hagas un disco o protagonices una serie o película con alguna de ellas ... Y enfatiza tu rivalidad con Ingrid y con Linda ... Sabes que eso le gusta a la prensa y a los fans. Y habla muy bien de tu novio ... ¿Sabes quién es tu novio ahora, no? Y muestra tu rencor por el anterior ... Sí, ya sé que nada es cierto ... Pero el ‘negocio de la música’ es así ... Espero que lo entiendas ... Ya verás el fruto de todo lo que estamos haciendo ... ¡¡Después podrás hacer lo que quieras!!”, intuía Miranda lo que diría su padre, y sintió una mezcla de pena y de rabia. Miranda ya estaba harta de eso y aquel grito de esa fan aún retumbaba en su cabeza. Miranda se incorporó y se abalanzó contra la puerta, la abrió y se encontró con una nube de micrófonos y de luces que la encandilaban y le impedían ver más allá de sus propias narices. Sintió que se había transformado en eso ... En una persona ciega en un mundo de ciegos ... En una figurita que sólo debía mostrar una sonrisa cuando no sentía alegría, que antes de abrazar a alguien debía preguntar si podía hacerlo y que debía posar con gente que le indicaban otros y que ella no conocía ... Su padre se sorprendió por la salida sorpresiva y sin aviso de Miranda, y cuando se apresuró a su encuentro para darle las últimas indicaciones, ella se adelantó y le dijo a toda esa gente que gritaba y que hablaba sin parar a su alrededor: “Lo siento mucho. Hoy no haré declaraciones. Salí yo misma a aclararlo para evitar especulaciones ... Creo que tuve una mala noche y agradezco a mis fans su tolerancia. Ya hablaré en su momento. Espero sepan comprender ... ¡¡Buenas noches!!”. Luego se fue en busca de su limousine perseguida por miles de periodistas, de fans, de cámaras, de micrófonos y de gente que la ametrallaban con las mismas preguntas de siempre, buscando las mismas respuestas de siempre y esperando los mismos gestos de siempre, como si no registraran lo que había dicho, como si no entendieran lo que había querido transmitir, y como si no comprendieran que ella quería tiempo, sólo tiempo, que la miraran a la cara y entendieran lo que le pasaba ... Pero Miranda sabía que eso no sucedería, que nunca sucedería ... Ella estaba metida en esto y la única que podía salir era ella, sólo ella ... Por lo pronto buscó al chofer de su limousine y en cuanto llegó a él le dio la orden de emprender rápido el camino a casa haciendo oídos sordos a los gritos de su padre tratando de que volviera sobre sus pasos ... Por lo pronto, especuló con que su padre no podría evitar frenarse para tranquilizar a todos con el fin de que nadie criticara a su hija en los portales de diarios y de internet, y de que los tuits no fueran tan lapidarios con ella ... “No se preocupen. Mi hija está con fuertes dolores de cabeza, está muy estresada y cansada, pero pronto volverá con ustedes y les dará todas las notas que quieran”, podía intuir Miranda que estaría diciendo su padre mientras ella se marchaba del lugar. Cuando la limousine partió de aquella locura, Miranda apagó el celular para evitar que su padre, la prensa o quien fuere la interrumpiera, y sólo contempló el cielo y las estrellas. “Hace tanto tiempo que no veo ese paisaje tan hermoso”, pensó Miranda, y pidió al chofer que se detuviera en un costadito de la costanera y que la dejara un ratito sola mirando las estrellas y el mar. “Supongo que muchas veces Selena debe haber estado en mi lugar sin necesidad de estar en esta farsa en la que estoy siendo y mostrándose tal cual era ... Ella se merecía todo y apenas pudo ver algo de su éxito ... Yo estoy por llegar a la edad en la que le sucedió aquel absurdo, llegué a la fama y al éxito antes que ella, y sin embargo me siento tan desdichada ... Y ella estaba tan contenta con menos que esto ... Estaba tan feliz siendo lo que era sin tantas mentiras, sin tantas falsedades, sin tantos inventos ... Al final todos la veneramos, pero en vez de seguir su ejemplo, seguimos el camino de su asesina”, se dijo Miranda. Se sentía triste y echó a llorar un buen rato, pero cuando pudo detenerse y se detuvo en una de las estrellas que protagonizaba ese hermoso cielo, la observó e intuyendo que en ella estaría Selena, le dijo: “No te preocupes, Selena ... Ya saldré de esto y no estaré más triste ... Te lo prometo ... ¡¡Te prometo que jamás nos olvidaremos de ti!!”. Miranda se incorporó y volvió a su limousine. El chofer le indicó que había llamado su padre y que quería hablar con ella urgente. Miranda hizo una mueca y sólo le dijo que le avisara que lo vería pronto en casa.  Mientras se acercaba a ella, se sentía temerosa y muy nerviosa, pero trató de mantener el temple ... Sabía que las cosas no volverían a ser como antes y que su padre debía entenderlo aunque no le gustara ... Cuando llegó a su hogar, su padre la estaba esperando enfurecido. Iba a decirle que debía disculparse, que debía hablar rápido con los medios para tranquilizarlos a todos, que debía confirmar su noviazgo y sus peleas, que debía ... “Recuerdas que empezamos esto por Selena, ¿no?”, le recordó Miranda. Su padre se quedó mudo con cara de no entender lo que estaba pasando ... “Sí, yo empecé a cantar y actuar, y tú me mostraste aquellos videos de Selena ... Fue allí cuando quedamos en que comenzaría mi carrera seguiendo sus pasos para llegar a la cima. ¿No habíamos quedado en eso?”. Su padre iba a decirle que sí, pero que eso no tenía nada que ver con todo lo que había pasado esa noche, cuando su hija le dijo: ¿Es que no entiendes o no quieres entender? Dime en qué me parezco a ella. Dime cuáles son los pasos que estoy haciendo para seguir su camino. No sé si canto mejor, si acaso mis temas son más o menos exitosos que los de ella ... pero es peor notar que a nadie le importa eso ... En mis comienzos como ahora parece que sólo importan las polémicas, con quién supuestamente soy amiga, con quién no, quién es mi novio, quién no, sacarme fotos que provoquen revuelo, meterme en proyectos que sólo mejoren mi imagen ... ¡¡y ni siquiera es cierta la mayoría de las cosas que estamos diciendo!! Dime ... ¿es esto lo que hacía Selena? ¿Selena llegó al éxito con estas cosas que me generan repulsión? Hoy fui un desastre. ¿Y sabes por qué? Porque los fans sólo gritaban por mis cosas personales, por mis supuestas declaraciones, por las fotos que me saqué, por lo que supuestamente le dije a mi “novio”, por lo que le dije a mi “ex”, si me peleé por tal o cual ... ¡¡Nadie me gritó aunque sea para mal por lo que estaba haciendo en el escenario!! ¿A ti te parece bueno eso? Antes me parecía divertido, ¡¡pero ahora no!! Yo sólo vi a Selena hablar de su “ex novio” cuando interpretaba la canción “¿Qué creías?”. Y sólo la vi actuar en la telenovela “Dos mujeres, un camino”. Pero fuera de esas actuaciones ella se presentaba como era en la vida. Siempre dijo que si tenía que actuar, debía ser interpretando personajes que se parecieran a ella misma. Cuando actuaba era Selena, tal cual como se mostraba con sus fans ... Siempre fue así ... ¿Por qué yo tengo que ser distinta a ella si Selena era el ejemplo de todos? Dime, padre ... Dime padre por qué ella triunfó y fue tan querida sin mentirle a nadie, sin dar una imagen tan distinta de ella. Yo me siento una desdichada y yo a Selena la veía tan feliz actuando, en su casa, en su boutique, en las entrevistas, con su vida ... A menos que pienses que su asesina tenía razón con las barbaridades que dijo de ella, sabes que Selena llegó al triunfo con trabajo, dedicación y siendo auténtica ... ¿Por qué no puedo ser cómo ella? ¿Por qué seguir con esta farsa? ¡¡Dime, padre!! ¡¡Dímelo tú, si puedes!!” ... Su padre se quedó estático ... Le había nombrado a Selena, y contra ello y contra ella no se podía hacer nada ... No tenía argumentos ... o al menos lo poco que le podía decir sería contraproducente ... “Pero, Miranda, hija mía ... Los tiempos han cambiado ... ¡¡Las cosas no son iguales que hace 20 años!! No sé si Selena podría lograrlo ahora como antes...”, intentó decirle su padre ... “¿Y por qué la gente la recuerda y la quiere? ... Y sobre todo, ¿por qué la gente la añora? ¿No será que la gente quería tener una artista como ella, quería a alguien que se mostrara como uno de ellos? ... Yo gano más que ella, hasta me sigue más gente ... ¿Pero sabes? No siento que la gente me quiera de esa manera ... Y yo no me muestro de la misma manera ... ¿Y sabes qué padre? Me pregunto si me mostrara tal cual soy sería tan popular como ahora ... Y me pregunto si es bueno ser tan popular con tantas mentiras y tantos inventos ...”, le dijo Miranda clavando su mirada en los ojos de su padre ... “Es que ... Eso es necesario, hija ... No se puede avanzar si no sigues ese camino ... Te puedo asegurar que Selena también debería seguir ese camino hoy día ... Hasta para mostrar una imagen diferente hay que hacerlo con estos parámetros o con imágenes que sean ya conocidas e inofensivas ... Ya has visto el cambio de Jennifer ... Se cortó el pelo, mostró fotos de ella desnuda, escupe en el escenario, apareció en revistas supuestamente más contestatarias y rebeldes ... Pero, ya sabes, es parte del negocio todo ese supuesto cambio de look ... Creció y la imagen angelical que tenía ya no le alcanzaba ... Pero ella, como todos, sabe que eso no afecta a nadie en la actualidad ... Si quieres, hija, puedes seguir ese camino ... Yo no lo cuestionaré ... Pero yo te recomiendo que sigas el de ahora ... La chica buena con guiños provocativos es aceptado por todos...”, trató de explicarle su padre ... “¡¡Pero al diablo con todo ello!! ¡¡Yo quiero ser yo, como era Selena!! ... Ni siquiera pretendo parecerme a ella ... Yo no tengo ni el talento ni el carisma de Selena, ¡¡pero quiero que el público me quiera y me aclame por lo que soy, no por lo que parezco que soy!! Detesto hablar de cosas que no me interesan y de hablar de mi vida privada, ¡¡que encima es inventada y redactada por otros!! Selena no hablaba de su vida ni mal de los demás ... ¡¡Yo vivo haciéndolo!! ¿Y para qué?...”, exclamó Miranda hasta que su padre la interrumpió: “ ¿Es que no entiendes, Miranda? ¡¡Tú no entiendes nada!! ¡¡Selena está muerta!! ¡¡La mataron!! ¿Y sabes por qué? ¡¡Por ser como era!! Creyó que podía lograr todo en este mundo siendo tan buena y auténtica ... ¿Y sabes qué, Miranda? ¡¡No se puede!! ¡¡Entiéndelo!! ¡¡No se puede!! ... ¿Si te estoy tratando de decir que este mundo es una mentira? ¡¡Sí, lo es!! ¿Que hay que ser falso y mentiroso? ¡¡Por supuesto!! ¿Que hay que esconder los sentimientos verdaderos? ¡¡No te quepa la menor duda!! ¿Qué crees que la gente sintió con su muerte? ¡¡Que habían perdido!! ¡¡Que su camino era inviable, que la humanidad te devora!! No, Miranda ... Te lo digo con todo el dolor del Alma ... Selena no ganó, Selena perdió ... Su ejemplo es lindo, pero queda en lo ideal ... Esto es así, Miranda ... Sé que está mal que te lo diga, pero para triunfar no se puede seguir los pasos de Selena ... Quédate con su música, quédate con su baile, quédate con lo que dejó con sus discos ... Pero no más ... Ya sabes su final ... Las cosas son así ... y son definitivamente así desde que ella murió ... Ahora las reglas son éstas y contra ellas no se puede escapar ... Espero que lo puedas entender, hija ... Algún día comprenderás...”. Su padre extendió sus brazos y Miranda se acercó dejándose abrazar sin dejar de tener sus ojos bien abiertos mirando la nada misma ... Sabía que no podía seguir discutiendo, que de nada serviría convencer a su padre y a todo lo que venía tras él ... “No te preocupes, hija ... Mañana será otro día ... Les diré a todos lo que tú me has dicho ... Que tuviste un mal día, que te disculpas de todo y que mañana les hablarás con más tranquilidad ... ¿Te parece?”. Miranda asintió en silencio ... “Ahora sé una buena chica y ve a descansar. Todos tenemos nuestras crisis. Ya verás que mañana te reirás de lo que pasó hoy”, terminó de decirle su padre. Miranda, acaso siguiendo su actuación de siempre, decidió darle su mejor sonrisa y abrazó a su padre para que se quedara bien tranquilo y que pensara que aquello era sólo pasajero ...Mañana sería otro día ... Sabía que debía seguir el juego que ella misma había comenzado ... Por eso pensó que debía descansar, y estar lo más lúcida posible para poder decirles a todos lo que le pasó y lo que iba a pasar ... Al fin y al cabo era una crisis, como dijo su padre, y que de las crisis se aprende y se supera ... Miranda subió a sus habitaciones y volvió a la oscuridad que la ayudara a meditar y reflexionar, a verse a sí misma y pensar en cómo quería verse al otro día. Cuando se acostó, sólo tenía en su mente aquel cielo estrellado y a Selena en la estrella más brillante. Miranda quería sentir al otro día la misma alegría que sintió en ese momento en el que estaba sola, bien sola lejos del mundanal ruido, y de ese mundo sin sentido y sin rumbo. Recién allí, Miranda se dejó llevar por el sueño esperando la llegada del otro día, le llegada del gran día...

Miranda sorprendió a su padre ya levantada cuando subió a despertarla ... Y no sólo eso ... Lo sorprendió cuando le dijo que había convocado a todos en su casa para lo que tenía que decirles. Su padre se tranquilizó al verla tan ávida por aclarar todo y tener su mejor semblante ... Al revés de Miranda, él no había dormido bien ... Estuvo largo tiempo chequeando las repercusiones en todas las redes sociales de su actitud a la salida del concierto y muchos eran comentarios lapidarios. También sabía que a los medios, sponsors y auspiciantes les inquietaba la salida poco elegante de Miranda y temía que ellos pensaran que fuera llevada por el mal camino. Igualmente, ellos trataron de tranquilizarlo afirmando que de última podía aparecer de nuevo como amiga de Jennifer con un nuevo look que ya demostraba tener muy buena repercusión y que todo podía seguir con el mismo éxito de siempre ... Cuando vio que llegaba su casa todo el mundo, miró a su hija y los pulgares en alto de ella lo hizo pensar que lo del día anterior efectivamente había sido un mal momento del que ahora Miranda lo iba a recomponer. Se encargó de recibir a todos en el amplio hall de su casa para que estuvieran cómodos al recibir las explicaciones de su hija. Cuando todos se acomodaron, las cámaras estaban fijas en ella y la expectativa estaban puestas en Miranda, ella empezó por agradecer su presencia, les pidió disculpas por su salida intempestiva del día anterior y les dijo: “Debo confesarles que ayer entré en crisis y reflexioné ... Reflexioné mucho ... No es fácil ser una artista exitosa y muy joven ... Y es más difícil transitar un camino que tal vez no sea el propio ... Ayer me di cuenta de que me estaban diciendo cosas que no tenían nada que ver conmigo, con lo que soy y con lo que pienso ... Y eso es responsabilidad mía ... Yo quería triunfar pero no al precio de dar una imagen que no es la mía ... Me encanta ser exitosa y querida ... No reniego ni renegaré jamás de ello ... Pero tal vez me encantaría ser exitosa y querida por lo que realmente soy, por lo que realmente pienso, por lo que realmente quiero transmitir ... Y si eso lograra, aunque sea menos exitosa, sería más feliz aún ... ¿Saben? Ayer hablé mucho con mi padre ... Y él me ayudó a pensar y a poder decirles lo que pienso hoy ... Ayer me acordé de Selena ... de Selena Quintanilla ... Creo que todos la admiramos mucho ... Los que la han visto como aquellos que, como yo, no la hemos visto en persona ... Yo soy artista gracias a ella ... Yo he querido cantar gracias a Selena ... Ella siempre fue mi referente y mi ejemplo ... Y seguí y me esforcé mucho pensando en todo lo que Selena había logrado con mucho esfuerzo, además de su talento natural ... Pero ayer me di cuenta de que le fallé, de que hice cosas que Selena nunca hubiese hecho, que Selena no hubiese accedido a hacer ... Selena fue admirada como artista y muy querida por lo excelente persona que fue ... Ella no inventó un personaje ... Selena era la misma persona auténtica dentro y fuera del escenario ... Y por eso fue tan amada y respetada ... Siempre dije que quería seguir su camino ... Ayer me di cuenta de que no lo estaba haciendo ... Eso quería decirles hoy ... No quiero que mi vida privada sea más importante que lo que ofrezco, quiero hablarles con la verdad y con lo que siento ... Yo no tengo ni amigos ni enemigos en el mundo del espectáculo ... Hoy no tengo novio y no es lo más importante si lo tendré mañana y quién es ... Hoy es importante mostrarles lo que soy y que me admiren por lo que les puedo mostrar ... Les prometo que me esforzaré más y más, que les daré lo mejor y que en todos los actos de mi vida esté presente la figura de Selena ... Sé que tal vez muchos de ustedes piensen como yo que Selena era una persona maravillosa, pero que por el final que tuvo tengamos que pensar que su camino no es el de los mejores para seguir ... Yo no lo creo así ... Yo sólo les quiero demostrar que su camino es posible ... Alguna vez leí que Selena había declarado que sólo quería que la recordaran con Amor ... Yo quiero lo mismo ... por mí y por Selena ... Es todo lo que tenía para decirles ... Espero que lo hayan podido comprender ... Muy buenos días ... Y que Dios los bendiga...”. Miranda pudo apreciar un silencio casi sepulcral ante sus declaraciones. Ni quiso mirar a su padre ... Se dio vuelta como para irse conteniendo el llanto, pero un fuerte golpe de palmas la estremeció y la detuvo ... Ese golpe de palmas muy lento al principio comenzó a ser cada vez más fuerte y rápido. Cuando Miranda se dio vuelta vio que el presidente de su discográfica era el autor de semejante aplauso. Ella lo miró, y el sólo le respondió con una sonrisa y un asentimiento en su rostro ... “Tienes mucha razón, Miranda ... Es hora de hacer que el sueño de Selena sea posible ...¡¡Yo te sigo en ese camino!!”, dijo uno de los ejecutivos de la más importante cadena televisiva y acompañó con otro aplauso. Miranda no podía creer lo que veía y escuchaba ... Uno a uno de los asistentes se sumaban al aplauso, a la aprobación y a la ovación ... Una de sus fans que se había infiltrado entre los asistentes, se abalanzó sobre ella y le dijo: “Siempre te quise, Miranda, y ahora te quiero mucho más. ¨¡¡Yo te voy a ayudar!!”. Miranda la abrazó y rompió en llantos. Todos se quedaron en sus lugares sin dejar de aplaudir y de gritar por la decisión de Miranda. Todos entendieron acaso que se había terminado ese mundo de farsa, y que nacía una era de Amor y de entendimiento, una época en la que por fin se seguiría el camino de Selena, algo que parecía tan admirado, tan evocado, pero también tan poco transitado ... El padre de Miranda se acercó ... Ella iba a pedirle disculpas por su “engaño”, pero él tapó su boca con el índice de su mano derecha ... “No tienes nada que explicarme ... Nos has dado una gran lección a todos ... Estaré siempre presente para ayudarte y sólo haré lo que tú me pidas ... Sé que lo que harás será lo mejor para ti y para todos...”. Miranda se abrazó a su padre en el medio del llanto y del agradecimiento ... Cuando pudo abrir los ojos pudo ver en el medio de las luces y de los flashes aquel cielo estrellado y en el medio de él a esa estrella gigante ... Ahora sí podía ver a Selena ... No era intuición ni esperanza ... La podía ver ... Ella estaba sonriendo ... La podía ver ... Selena también le estaba agradeciendo ...También le estaba dando su mejor aplauso ... Miranda pudo comprender que Selena ahora sí descansaría en paz ... sabiendo que su camino volvería a ser transitado ... que su camino de Amor, honradez, trabajo y verdad volvería a ser venerado y ser motivo de orgullo ... Ahora la humanidad volvería a sentirse orgullosa de ser como lo que siempre fue, con lo que Selena les mostró, con aquello que Selena supo sacarles con su mejor sonrisa y cariño ... Miranda supo que había hecho el mejor acto de su vida ... Ya nada volvería a ser lo mismo ... Y que todo lo que iba a venir, iba a ser mejor, mucho, mucho mejor...

(Siendo como uno es ... Viviendo y dejando vivir ... Transitando el camino de la verdad, del trabajo, del esfuerzo, de la justicia, del talento, del trabajo en equipo ... Transitando el camino de la honradez y de la autenticidad ... ¿Es imposible? No ... Selena lo hizo posible ... con Amor y siempre con una sonrisa ... Es sólo cuestión de querer transitar ese camino ... Es sólo cuestión de tener la valentía de hacer el camino más difícil para ser de éste un mundo mejor ... para ser de ésta una humanidad mejor...)
Siempre querré, Selena, que se te recuerde con Amor, con el mismo Amor que sólo tú pudiste dar...

Te quiere mucho...


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

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