El otro día observaba la presentación de Selena en el
programa "Un nuevo día" el 3 de noviembre de 1994 interpretando
"Si una vez". Si alguien me pregunta en qué concierto o en qué lugar
en el que haya cantado Selena la he visto más linda y en su total plenitud me
atrevería a decir que fue en aquella presentación televisiva. Uno la veía más
madura, más segura, con una voz increíble y con una personalidad y una
seguridad tan grandes que uno no podía dejar de quedar rendido a sus pies ante
semejante figura, ante semejante artista ... Nadie será como ella, de eso no
tengo ninguna duda...
Tal vez lo que hoy quiero decir es que la pérdida es tan
grande, el dolor es tan intenso, nuestra impotencia es tan inmensa que siempre
vamos a querer buscar una respuesta, un por qué, un motivo para entender por
qué Selena no está hoy en el mundo gozando de una popularidad y de una
admiración de la que llegó a gozar sin lugar a duda en vida y por qué hoy no
podemos gozar de su talento, de su buena persona, de su tremenda voz. En
definitiva, por qué no podemos hablar de ella, sólo de ella...
El increíble final, la violencia del final, ese epílogo
imprevisto, absurdo, irreal, nos cambió de eje. Entonces Houston, que era el
centro de una presentación maravillosa, espectacular, inolvidable de Selena en
su concierto en el Astrodome el 26 de febrero de 1995, pasó a ser el escenario
de algo bastante triste y desagradable. Entonces, todas las cámaras que otrora
seguían una y otra vez los movimientos de Selena en el escenario, luego seguirían
frenéticamente a abogados, periodistas, a la asesina, a gente que nada tenía
que ver con aquella magia de Selena, gente que ni le llegaba a los talones. En
pocos días pasamos de la alegría al llanto, del paraíso al infierno, de Selena
a la innombrable asesina ... Y entonces cuando veíamos con gracia cómo Selena
le pegaba un suave empujoncito a un hombre que tomaba con su cámara el
concierto para tener un lugarcito para saludar a su público, ahora veíamos los
empujones, el nerviosismo, la agresividad de un montón de gente para entrar a
uno y otro lugar, para obtener la nota, para agredir, para obtener la
exclusiva, para tomar imágenes de gente que en otros momentos más lindos nunca
hubiesen tenido ese protagonismo, ese trato, esos primeros planos. Habían
cambiado los tiempos. El Amor y la magia se habían ido. El odio y la
mediocridad se habían apoderado de Houston. Otro era el escenario...
Y la incomprensibilidad de lo ocurrido también nos cambió
el eje a nosotros. Y hoy estamos en el desconcierto de cómo recordar a Selena.
Porque si hoy estuviera con nosotros gozaríamos de su música actual, de su
música pasada y esperaríamos con ansias lo que vendrá. Pero sabemos que no es
así y es conmovedor ver cómo la gente, la gente que ama de verdad a Selena,
busca en todos lados alguna presentación nunca vista de Selena, busca alguna
grabación pocas veces escuchada, busca algún disco ya olvidado, o compra el
nuevo disco con las primeras interpretaciones de Selena inéditas, y lo comparte
con otros y lo exhibe en todos los medios a su alcance para que otro admirador
de Selena tenga la posibilidad de ver "algo nuevo" de Selena...
Pero es lógico que querramos más y a veces perdamos de
vista que lo de Selena fue tan rico y tan vasto que no es necesario buscar
nuevas versiones ni nuevas interpretaciones de sus temas. Las canciones de
Selena son hermosas porque las interpretaba ella. Las interpretaciones de
Selena son únicas porque sólo ella podía cantarlas así con esa voz, con ese
énfasis, con la expresión de su cara y de su voz en cada palabra que hacía
estremecer hasta el más insensible, hasta el más distante, hasta el más frío de
alma y espíritu. Y más nos asombramos cuando nos enteramos de que esa joven
mujer que nos cautivaba, nos impresionaba, nos enamoraba, no sabía hablar
correctamente el español. Esa contrariedad acaso nos haga enaltecer su
capacidad de canto, de interpretación, de profesionalismo, de pasión, de
talento...
Y también la impotencia nos haga caer en el error de que
es más importante hablar de nosotros mismos con nuestra admiración, nuestras
demandas, nuestras dudas, nuestros llantos, nuestros pedidos de explicaciones
por lo que pasó. A veces por querer legítimamente expresar toda esas
sensaciones perdamos nuevamente el eje, y caemos una y otra vez en el error de
hablar de nosotros, de exteriorizar nuestros más puros sentimientos como
también nuestra ofuscación, nuestra frustración. Y así perdemos mucho tiempo,
mucha energía que deberíamos dedicarla pura y exclusivamente a nuestra Selena.
A veces no nos damos cuenta de que estamos dejando a Selena a un lado, con todo
el riesgo de lo que ello implica. Y si bien es cierto que por ese triste final
es lógico que expresemos todo lo que ello genera, que también es razonable que
busquemos una explicación, que es lógico pensar que los admiradores de Selena
son los verdaderos sostenedores del recuerdo de Selena y lo que hizo que ella
fuera grande, el sólo quedarnos en esto nos hizo perder de vista por qué
estamos aquí. Incurrimos a veces en el mismo error que cuando creemos que la
única forma de mantener viva la música de Selena es buscar nuevas versiones
hechas por otros o con nuevas interpretaciones de otros artistas. Y si bien
esto contribuye a su recuerdo, lo cierto es que Selena es una fuente inagotable
y sólo basta con escucharla para saber que ella es capaz aun hoy con su voz
emocionarnos una y otra vez, sin que nos aburra nunca.
Por eso, en definitiva, me quedo con esa imagen que
Selena nos dejó en el programa "Un nuevo día". No sólo por sus
interpretaciones sino por sus palabras, por su trato con los conductores, por
su deferencia con la gente. Aún hoy recuerdo sus palabras. Cómo ella escuchaba
los pedidos de la gente. Cómo devolvía con su sonrisa y su carisma los elogios
que le prodigaban. Cómo recordaba lo que la gente requería de ella. Recuerdo
que cuando dijo que iba a cantar “Amor prohibido”, pidió a los conductores que
le volvieran a decir qué persona pidió ese tema. Resultó ser un tal Abraham y
entonces Selena le dedicó dicho tema con su mejor sonrisa...
Cada vez que recuerdo a Selena quiero recordar
precisamente a Selena. Recordar su voz, recordar su pasión, recordar su
carisma, recordar su talento, recordar lo extraordinaria artista que fue. En
definitiva, recordarla a ella. Y depositar en ella todo mi Amor, ese Amor que
sólo ella podía dar. Depositar mi cariño, dar todo lo bueno de mí. Y ser en
definitiva el instrumento para que todo ello sea posible, para que sea
recordada por siempre y para siempre...
Es lo que Selena espera de nosotros, es lo que Selena
esperaba ver en el futuro y que no pudo vivir para verlo, para gozarlo. Pero
para eso estamos nosotros, para recordarle que estamos aquí para decirle que lo
suyo no fue en vano, que tuvo sentido, que ella está cosechando el Amor que
supo sembrar. Que ella sigue teniendo a la gente que la cuida, que la quiere
proteger, que la admira, que la ama...
Si estamos aquí es por Selena. Ella hizo posible todo
esto. Ella lo construyó y sólo ella es capaz de generar tanto Amor, ese Amor
que tenemos y se lo dedicamos a ella todos los días...
Y estaremos aquí esperándola, extrañándola, tendiéndole
nuestros brazos para cuando ella se reencuentre con nosotros...
Selena: todo lo que yo hago es sólo para ti. Mi corazón
está dedicado a tu recuerdo...
Te quiere mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
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