Y ese día me quedé en casa, Selena…


Y ese día me quedé en casa … Ese nefasto día … No se trata a esta altura de que me culpe por ello … Pero sí tomé conciencia del valor de una decisión y de atender a los síntomas … No me tengo que ir muy atrás en el tiempo … Podría hacerlo y repasar varios hechos que uno no vio o no quiso ver … Pero no es necesario … Ese 30 y 31 de marzo de 1995 fueron acaso ejemplos emblemáticos de una serie de errores que nos llevaron a la tragedia … No lo vi … No lo quise ver  ... Tenía temor … Tenía terror … No lo supe manejar … Me dormí … No quise despertar … Quería creer que dentro de lo problemático todo era normal … Y no era así … Yo lo sabía … Selena lo sabía … Todos lo sabíamos … Pero el 30 de marzo estaba nervioso y algo en mí sentía que esto no iba a terminar bien … Pero esa noche nos tomamos de la mano con Selena, nos dijimos que nos amábamos y nos dormimos esperando un nuevo despertar, un nuevo día en el que todo iba a ser como siempre … Un día más en nuestras vidas … Un día más en el que todo seguiría igual … Y me dormí…

… Y me quedé en casa esa mañana del 31 de marzo no haciendo nada para que Selena no partiera a su cruel destino…

Lo más triste es que ni siquiera puedo decir que me quedé tan dormido que cuando desperté ya era tarde y Selena ya había partido…

De nuevo las señales aparecieron y no dimos cuenta de ellas … Una vez más…

Las veces que me dije: “¿Por qué seguí durmiendo cuando Selena me despertó ese nefasto día?”.

Es como si el Destino nos avisara y nos advirtiera una y otra vez, y nosotros no reaccionábamos…

Y me quedé en casa … Selena esa mañana del 31 de marzo pegó un grito ensordecedor … Yo me desperté sobresaltado … Noté que ella se había asustado porque al querer salir sigilosa de casa había olvidado que mi padre estaba en nuestra casa de visita desde el día anterior … Se asustó muchísimo, gritó y luego se rió … Se rió como esas veces en las que estaba muy nerviosa … Luego me dijo que no me preocupara, que siguiera durmiendo que ella estaba ordenando unas cosas en el armario … Yo le creí o le quise creer. Y seguí durmiendo. No pensé en lo que había pasado el día anterior y las veces que tuve que decirle a Selena que no la fuera a ver de nuevo a esa mujer … Que no tenía sentido … Que nunca le daría esos papeles…

Preferí quedarme en casa y seguir durmiendo…

No quise pensar en que Selena hasta último momento del día anterior buscó la manera de volver a verla. La dominaba la ansiedad … Quería esos papeles para resolver sus problemas impositivos … Ya no lo podía controlar … Y esa mujer lo sabía … Y buscaba cualquier artilugio para que volviera al motel en el que estaba alojada … Lo hablamos esa noche del 30 … Lo tuvimos que hablar porque una vez más esa mujer la había llamado diciéndole que la habían violado y que quería que la acompañara al hospital para ser revisada … Sabíamos que mentía escandalosamente … Sabíamos que hasta estaba utilizando cualquier excusa para que volviera … No nos preguntamos para qué … Debimos hacerlo … Y aun así Selena tanteaba la situación y me decía que tal vez debía ir para ponerla en evidencia de su mentira … Yo le dije que era absurdo, a lo que ella asintió y no habló más del tema … Pero el no hablarlo no quería decir que ya no se estuviera pensando en ello … Evidentemente, Selena siguió pensando en cómo volver a ese lugar…

Y yo me quedé en casa dormido…

Si Selena se quedó pensando en cómo iba a hacer para ver a esa mujer al otro día, yo debí haber pensado en lo que había pasado ese día. Si Selena varias veces pidió volver y yo le rogaba que no lo hiciera otras tantas … ¿Por qué no pensé en que lo intentaría en cuanto me distrajera? En cuanto a mí … ¿Por qué no reparé en que estaba preocupado y en desentrañar qué era lo que me preocupaba? ¿Acaso no empecé a pensar en que estábamos ante un peligro y que esa mujer podría hacernos más daño de lo esperado? ¿Por qué no reparé en que el día anterior, cuando esperé afuera en el motel que Selena se reuniera con esa mujer para recuperar infructuosamente esos benditos papeles, no aguanté y  los 15 minutos irrumpí en la habitación de esa pérfida para pedirle a Selena que nos fuéramos de allí? No era mi estilo hacer ese tipo de cosas … ¿Qué me había impulsado a hacerlo? Mi mente hubiese contestado que ya no tenía sentido insistir, que esa mujer jamás devolvería esos benditos papeles … ¿Pero mi inconsciente qué hubiese contestado? ¿Hubiese dicho que temía que pasara lo que sucedió al otro día? ¿Que ya dos semanas antes en una misma reunión esa mujer le mostró un arma  y su argumento fue que la compró por protección? ¿Que si esa reunión no terminaba en un acuerdo esa arma la hubiese usado contra Selena? Es probable … Pero lo cierto es que nunca llegó a mi consciente y nunca me lo plantee … Ni me lo quise plantear…

Opté por quedarme en casa mientras Selena salía de ella para no volver más…

Salir después de casa no sirvió de nada como no sirvieron ni las advertencias ni las señales … Ocupamos nuestras mentes en otras cosas para no pensar en lo esencial, que es invisible a los ojos y que está tan cerca … La última foto que tengo de Selena es una muestra de ello … La tomó mi padre el día anterior al nefasto … Le pareció divertido ver a Selena ocupada en hacer deducciones de impuestos y sacando cuentas … Dijo: “Está bueno verlos actuar como adultos y responsables” y dejó sellado el momento … Selena actuando y yo observando… Selena ocupada y yo mirando … Selena seria y yo riendo…

Los dos estábamos en casa…

Y yo me quedé en casa ese 31 de marzo de 1995 … No vi las señales, no quise escuchar mi voz interior, no me dejé llevar por mi intuición…

Y cuando salí de casa fue tarde, muy tarde…

(¿Cuántas veces nuestra voz interior o nuestros pensamientos nos dicen que debemos actuar y no lo hacemos? ¿Cuántas veces las evidencias nos dicen que debemos hacer algo y nos quedamos quietos sin hacer nada? Ese miedo otra vez … Miedo a los demás … Miedo a nosotros mismos … A veces nos obnubilamos por un pensamiento, por una persona, por algo que nos suena encantador … Y no actuamos como lo que realmente somos y pensamos … Y nos da miedo expresar desconfianza en algo o alguien a quienes creíamos … La Familia Quintanilla confió mucho en una mujer que los había defraudado y, a pesar de todas las señales, no quiso pensar que esa persona podía hacer lo que hizo. Si hubiesen actuado con ese sentimiento, otro hubiese sido el destino … Pero hay que reconocer que no es fácil tomar una decisión así … Lo que nos enseña todo este triste final es que cuando hay algo que no nos gusta, que ya no nos genera confianza, que ya no creemos, debemos actuar en consecuencia. Siempre dejaremos algo en el camino pero peor es no actuar y perder todo por ello. Por más doloroso que sea, debemos actuar con nuestros pensamientos y nuestra intuición para no tener que lamentarlo después, cuando todo sea demasiado tarde…)

Yo siempre estaré despierto por ti, Selena. Tu recuerdo me genera movimiento. Tu recuerdo me genera acción. Tu recuerdo me genera Amor. Y eso es uno de los principales motivos que me mantiene vivo…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

No hay comentarios: