Es cierto lo que escribí un día cuando ya no podía más con mi propio silencio …
“Sigo aquí. En las manos traigo un corazón que me pide
vivir lo mejor que pueda…”.
Tal vez para muchos y para mí mismo eso sea insuficiente.
¿Qué es en definitiva hacer lo mejor que pueda? Parece algo tan vago, tan
ocioso, tan impropio de mí y de mi relación con Selena … Sobre todo de Selena …
¿Pero qué fue de mí cuando me la arrebataron? Un ente, un Alma sin vida,
alguien a quien ya no le veía sentido a su propia vida … Recuerdo ir sin rumbo
por la calle y sentir de pronto una sensación de vacío, que se me paralizaba el
corazón, que miraba sin mirar, que hacía cosas sin saber … No es terrible la
soledad … La soledad pasa a ser terrible cuando das cuenta de que compartías tu
vida con alguien a quien amabas, que lo hacías con alguien que sabías estaría
toda tu vida al lado tuyo, con alguien que te daba la vida y la energía para
encarar cada mañana como si fuera la primera, como si fuera la última … Más de
una vez Selena se mofaba de mí por mi silencio … Alguna vez llegó a decirle a
una amiga riéndose a carcajadas y haciendo el gesto típico de alguien que
quiere hacer reaccionar a otro: “¿Pero es que está muerto o qué?” … Nunca
podría imaginarme este final, este destino … Yo lo tenía todo … Y de pronto…
“Todo lo que hice fue por ti, lo poco que quedaba lo perdí…”.
No sé si me plantee alguna vez salir de la oscuridad … Se
sumergí en ella y ya nada más me importó … Se me dirá que me volví a casar, que
formé familia, que pude encarrilar mi vida … No … Sólo seguí por inercia … Al
menos al principio … Me aferré a las ropas de Selena, las guardé en una bolsa
para cada tanto abrirla y sentir el perfume … Sentir su presencia … Pero el
tiempo pasó, la realidad cayó y lo poco que me podía quedar de Selena se me
escurrió entre las manos … Me sentí un cobarde, un inútil, un incapaz … ¿Qué
podía hacer? Me quedaba tirado en la cama, mirando para arriba dándome ánimo con
una cerveza o con una pastilla … Podía estar corriendo como un chico para
llegar puntual a ver un partido de fútbol y reír a carcajadas con un programa
de televisión, para luego caer en la mayor
de las depresiones … Nada tenía sentido … No podía seguir así, pero
seguía … Deseaba cada día despertar de una pesadilla y volver a ver a Selena
que me esperaba con una sonrisa … Pero eso me hacía recordar la última mañana
de aquel nefasto 31 de marzo … Sólo que esa vez no era una sonrisa … Era un
grito … de susto … de sorpresa … Es que ella había olvidado que estaba mi padre
de visita en casa … Cuando desperté yo también, Selena me explicó lo sucedido y
me pidió que siguiera durmiendo, que todo estaba bien … Y yo seguí durmiendo …
Había olvidado lo del día anterior y mi pedido de que no volviera a ver a esa
mujer … Selena se me escurría entre las manos y yo no lo había advertido …
Nadie vio venir el peligro … Y estaba tan cerca … No vimos las señales, que
para muchos era evidente, pero para mí y para la Familia Quintanilla … sólo se
trataba de un robo … ¿Qué mayor daño podría hacer? … No lo pude advertir … Ni
cuando saqué a Selena de las garras de esa mujer el día anterior, ni cuando
Selena me contó que ella le mostró un arma que había comprado “por protección”
dos semanas atrás … No lo vimos … Esa mujer era de nuestra confianza … La
conocíamos bien … O creíamos conocerla … Todavía teníamos que procesar su
accionar … No era fácil pasar a darle la espalda a alguien a quien todos la
consideramos parte de la Familia … Estábamos en eso … Y la mejor expresión era
seguir insistiendo en que nos devolviera esos benditos documentos … Era nuestra
forma de darle una oportunidad … Una oportunidad de que nos demostrara que todo
era un malentendido y que, en definitiva, el señor Quintanilla, una vez más,
exageraba … Pero eso era lo que queríamos ver … Porque en realidad yo sabía que
ella jamás los devolvería y que lo que hacía Selena era inútil … Era mejor
dejar todo en manos de un abogado … ¿Pero cómo convencía a Selena? Ella cuando
quería podía ser tan terca como el padre … Quisimos seguir actuando con
normalidad cuando nada lo era … Debí haber reparado más en ese día en el que
esa mujer le mostró el arma a Selena … No se trataba de pensar que sólo era una
mujer que estaba loca de remate … No estaba loca … Sabía lo que hacía … Y
nosotros no supimos reaccionar … Terminamos girando a su alrededor cuando
pensamos que lo teníamos controlado…
“Todo el día vivo para ti con las cosas que no van a
pasar…”.
Ese fue el pensamiento que me atormentó durante años y
que no lo podía expresar … ¿Cómo seguir si era eso lo que pensaba? Tanto Amor,
tantos sueños, tantos proyectos … Los éxitos profesionales, nuestra nueva casa,
nuestra convivencia, nuestros primeros hijos … Todo estaba por verse y hacerse …
en nuestra madurez … Lo pude percibir cuando hicimos ese viaje a Jamaica, en
una suerte de luna de miel atrasada … La pasamos tan bien … Nos amábamos …
Éramos enteramente felices … Lo teníamos todo … Ambos sentíamos vivir una vida
de ensueño … Selena, porque podía vivir aquello que por años no pudo hacer … Yo,
porque pensé que jamás sería feliz y que nunca tendría un Amor verdadero … Y se
dio de la forma más inesperada … Con Selena buscándome y tomándome de la mano
en un avión en camino a uno de los tantos viajes de gira a México … No … No
podía seguir y no quería seguir … De nada me servían ni mis amigos, ni mi
familia, ni la familia de Selena … Yo sólo quería a Selena para seguir viviendo
esas cosas que inexorablemente iban a pasar producto de nuestro Amor … Y eso me
atormentaba y me martirizaba … Hubo momentos en los que quería borrarla de mi
mente, poder despertarme sin el dolor de su ausencia, de una vida sin sentido y
sin futuro … Hasta que un día desperté y volví a pensar …
“Ahora tengo que aceptar que nada es para siempre … No
paro nunca en un mismo lugar … tratando de dejar lo malo atrás … Sigo aquí. En
las manos traigo un corazón que me pide vivir lo mejor que pueda…”.
Y decidí seguir el camino de Selena lo mejor que pueda …
Que no es poco … Al menos decidí intentarlo … Nada me devolvería a Selena …
Sabía que lo único que me esperaba era el dolor de su ausencia cada día … Pero
podría hacer el bien, podría mejorar como persona, podría reír como lo hacía
ella … Ese día me levanté y caminé sin un rumbo fijo, pero firme en mi idea …
de vivir, de soñar, de respirar … de sentir que aún estaba vivo … De hacer lo
mejor que pueda … por Selena … No supe hacerlo antes … Pero estaba aún a tiempo
… Nada sería como antes, pero tampoco debía ser como lo que viví desde ese
triste día … No me propuse caminar en busca de Selena … Sólo decidí seguir su
camino para al menor recordarla y sentirla como ella hubiera querido … con Amor
… Y para que no se mofe de mí al verme tan quieto que parecía muerto…
Ese día pude sonreír … Había pasado un largo tiempo …
Unos meses después me encontré con una canción … Se las mostré a mis compañeros
de banda como un tema más … Me propusieron incluirla en mi álbum … hecho unos
años después de la ausencia de Selena … Recién cuando la vi incluida en el
disco “Resurrection” y la escuché pude llorar en silencio y soledad para luego
festejar con mis compañeros mi vuelta a la música … mi vuelta a la vida … Había
podido sacar eso que estaba dentro de mí que me bloqueaba y me impedía seguir …
Desde ese momento pude hacerlo … lo mejor que he podido … Espero que Selena se
sienta orgullosa de mí … Sólo deseo que al menos me mire con ternura … donde
quiera que esté…
(Muchas veces hacemos lo que podemos … A veces no nos
animamos a expresar lo que realmente sentimos en toda nuestra vida … Se hace lo
que se puede a veces para remediar tanto dolor, para sobrellevar este mundo que
suele ser muy cruel con nosotros … Pero si queremos ser gente plena y feliz,
sólo hay que seguir la huella que nos dejó Selena … Ella no pudo vivir
plenamente su felicidad … Podríamos intentarlo nosotros para que al menos Selena
pueda llegar a la plenitud con nuestra felicidad siguiendo su camino…)
Yo hice toda mi vida lo que pude … para sobrevivir … Tal
vez sea la hora de ser enteramente feliz siendo como tú, Selena, sólo como tú…
Te quiere mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
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