Ese día tan triste … Ese día en el que tú cambiaste mi vida, Selena…


Cuando veo el armario en el que guardo todo lo que tengo de Selena me agarra una gran nostalgia y tristeza … Pero también recuerdo cómo llegué a ella … Hay una frase que dice: “Lo bueno no se valora hasta que se pierde” … Hasta ese fatídico 31 de marzo de 1995 yo no le prestaba atención a Selena … Por el contrario, yo sentía hasta fastidio por ella … Creía que era una artista superficial que había pegado en la gente por un par de hits … No sabía de dónde venía … Apenas supe de Selena cuando aparecía en todos los canales de televisión y en las estaciones de radio … Yo trabajaba en un taxi y cada vez que en la radio escuchaba sus canciones cambiaba de estación … “Ya se le pasará el cuarto de hora y nadie sabrá de ella”, pensaba. Hasta que escuché esa noticia … Estaba en mi casa … Recuerdo que me quedé pegado a la televisión durante un largo tiempo y después la seguí en el taxi cuando me fui a trabajar … Confieso que en un primer momento lo único que me movió a seguir lo sucedido fue por un cruel sentimiento de morbo … Ese sentimiento horrible que todos tenemos y pocos reconocen … Es que era inevitable para mí sentirlo a medida que avanzaban las novedades de lo sucedido … Era esa Selena a quien no toleraba … Era esa Selena, esa artista joven y famosa a la que de pronto le pasaba algo que era difícil de entender y que genera algo hipnótico, no sólo a mí sino a muchos … Asesinada en una habitación de un motel en manos de la presidente de su club de fans y gerenta de su boutique “Selena Etc.” … ¿Quién no se iba a enganchar con ese entramado de sentimientos de difícil explicación? Pensé como tantos que estábamos en presencia de algo grande, turbio y de connotaciones pasionales que en cuanto se supieran generarían conmoción … Pero a poco que fueron llegando las noticias, esa conmoción la noté no en las nuevas “revelaciones” que llegaban de algún periodista, conocido y especialista en espectáculos o casos policiales … No … La conmoción vino de la gente … Las pantallas de televisión fueron cambiando de escenario … Las radios empezaron a tener otras voces … De ver desfilar a artistas, periodistas y especialistas que mostraban su pesar por lo conocido, o sus primicias por lo que había sucedido, empezamos a observar movilizaciones en todas las ciudades del Estado de Texas de gente que quería ir a Corpus Christi para despedirse de Selena, para mostrar su Amor a su ídolo y expresar su inmenso dolor … Todo cambió en mí a partir de ese momento … Sentí que había perdido la oportunidad de conocer a alguien que era el ejemplo, el camino y la guía para tanta gente … Sentí culpa por haber sido tan prejuicioso e injusto … Pude ver y escuchar lo que decía esa gente … Ellos, a falta de Selena, pasaron a ser los protagonistas … No porque lo quisieran ser … Tuvieron que ocupar ese lugar que nunca desearon … Para rendirle su homenaje a Selena … Tiempo después supe que Selena había dicho que sólo deseaba en la vida que la quisieran y que la recordaran con Amor cuando ya no estuviera en este mundo … Son palabras que al leerlas o escucharlas me generan un sentimiento de inmenso dolor … Pensé en si Selena podría imaginarse que ese recuerdo se diera tan pronto y en la incredulidad de que se nos fuera con 23, casi 24 años, imaginarse si Selena sabría lo que le iba a suceder … Pensamientos mágicos que surgen ante casos tan inexplicables … Me costaba creer que esa multitud fuera a despedirse de Selena … Y más me costó creer que se empecinaran en verla … ¿Para que la querrían ver? ¿Acaso la quieren ver en ese estado?, pensaba. Y sí, aunque yo no lo pudiera entender en ese momento, los fans y admiradores de Selena la querían ver, aunque tuvieran que verla de un modo tan distinto de lo que estaban acostumbrados … Todo me parecía surrealista … Veía a una chica que decía que había venido de muy lejos, que sabía que estaban velando a Selena a cajón cerrado y que ella no se iría de ninguna manera sin verla … Fue tal la presión que el padre de Selena accedió a abrir el cajón … Pensó en toda esa gente que la quería … Pero no pensó en los buitres que estaban agazapados esperando una instantánea, una imagen que alimentara el morbo … Ese morbo que sentía en un principio y que para ese entonces había desaparecido … En ese momento estaba conmocionado … Y empecé a darme cuenta de que para todos los asistentes en Corpus Christi no sólo había muerto de un modo absurdo una artista joven … Había muerto para ellos una hermana, una vecina, una mujer trabajadora, una simple muchacha que como todos había luchado por tener su oportunidad y que al final lo había logrado … Pero como la metáfora de un final de aquellas personas que viven en la derrota, en la postergación y en vivir de los sueños, esa historia de hadas, ese lecho de rosas, esa vida de cenicienta, nada podía terminar bien, como la vida de todos los que viven en la vida con trabajo, lucha, honestidad y transparencia … Para muchos no había muerto una artista más … Había muerto alguien que los llenó de alegría e ilusión … Alguien que les había dicho que nada era imposible y que todos los sueños se podían cumplir … Aquella chica que se resistía a irse de Corpus Christi sin ver a Selena era un ejemplo vívido de lo que sentía todos en Texas … Era la resistencia a la resignación, la lucha ante ese destino cruel, apegarse a ese camino … No ceder ante lo impiadoso del destino … Había que aceptar la pérdida … Pero no había que aceptar la derrota, en un desafío a esa canción de Selena, “No me queda más” … No había más para decir…

Desde ese día me convertí en un fan más, en un devoto, en un admirador de todo lo que había hecho Selena … E hice lo que hicieron todos … Compré todos sus discos, compré sus souvenirs, fui uno de los que hizo la cola para comprar su disco póstumo en inglés, fui a Houston a presenciar el juicio a la asesina sólo esperando que saliera con la perpetua de allí, fui al Gravesite para encontrarme con Selena … Creo que hasta el momento de ir a verla sólo busqué tener todas sus cosas porque creía que era lo único que me haría sentir cerca de Selena … Pero cuando estuve allí … Fue un sentimiento muy fuerte … Me arrodillé frente a su tumba, estuve un largo rato llorando hasta que pude decirle … “Hasta que te ocurrió aquello te ignoré, te desprecié, te subestimé … Fui prejuicioso y creía tenerlo todo claro … Era escéptico y me mofaba de todo lo que pasaba a mi alrededor … Hasta que pasó lo que pasó y supe lo que realmente eras … Me perdí la oportunidad de conocerte y de apreciarte en vida … Pero al menos lograste que cambiara mi perspectiva de las cosas … Selena: cambiaste mi vida y para bien … Hiciste de mí una buena persona … Al menos tu breve paso por el mundo no fue en vano … Te quiero mucho, Selena, y quiero que sepas que siempre te recordaré con Amor, aunque no te haya conocido … Si soy alguien en la vida es gracias a ti … Espero que, donde quieras que estés, puedas sentir lo tanto que te quiero…”. No pude seguir … Estallé en llanto … que sólo fue interrumpido por una leve brisa que me acariciaba el cuello, lo envolvía para irse rápidamente de allí … Supe lo que significaba ello … Una leve llovizna fue envolviendo mi cuerpo y me dejé atrapar por ella en un tiempo que fue inmedible para mí … Me sentí en otra dimensión … Sentí a Selena tan cerca, tan cerca, pero tan lejos … Cuando la briza y la llovizna abandonaron el Gravesite, me reincorporé en un mar de lágrimas y deposité mi ramo de flores blancas … “Tómalas en la noche, cuando nadie te vea … Tómalas para sentirte acompañada … Para sentir el Amor de tanta gente … Tómalas cuando ya me haya ido…”.

Cuando terminé de decirle esas palabras, me sonreí, alcé mi mano y a modo de saludo le recité: “Mil abrazos y mil besotes. Cuídate muchísimo. Nos veremos muy pronto. Hasta luego. ¡¡Chau!!”. Tras lo cual me di vuelta y me fui lentamente sin mirar atrás … Por un momento me ilusioné con que Selena vendría a decirme que nada era cierto, que nada de lo que ocurrió sucedió realmente, que todo fue un sueño, una burda pesadilla … Pero sabía que eso nunca sucedería … Porque eso que vivía, lamentablemente, era la realidad … la más cruda realidad … Ya afuera del Gravesite, sentí un aire nuevo … No sé si mejor … Pero era nuevo … No todo estaba perdido … Dependía de mí … Selena había dejado una marca indeleble en mi corazón y en mi Alma … Tenía que mantenerla vida … Y la única manera era siendo como ella, actuando como ella, siendo ella misma … Tenía mucho por hacer, transitar un largo camino … Terminar su Obra … Si al menos lo intentaba todo el esfuerzo, el trabajo, el talento, la dignidad y la voluntad de Selena seguiría su camino y nada lo detendría … Y si todos los que amamos a Selena seguían su camino podríamos lograr ese sueño de Selena … Hacer de este un mundo mejor … Sí, era un nuevo aire … Pero dependía de mí que lo siguiera siendo … Sé que eso es lo que querría Selena … Sé que eso la terminaría por sentirse una mujer feliz…

(A cada uno de nosotros nos llega la verdad de diferente manera … Y a cada uno de nosotros en un momento determinado nos cae la realidad de lo que realmente somos … Durante mucho tiempo creí tenerlo todo claro … mi vida, mi historia, mis sentimientos … Mis gustos, mis placeres, mis objetivos … Quién soy, quién realmente quiero ser … Creí saberlo … hasta que conocí a Selena … Ahí supe que lo que realmente quería ser … era ser como ella … Y allí supe lo que era y que no estaba solo … Que tenía a Selena … Sólo me queda transitar lo que me queda de vida haciendo lo que quiero y deseo ser … Me queda transitar el camino de Selena … Ya no me siento más solo … También sé que Selena tampoco lo está … Me queda transitar el camino, su camino hasta encontrarme con ella … que es encontrarme conmigo mismo … para fundirme en un gran abrazo … y ser entera y eternamente feliz…)

Ahora sé cuál es mi camino, Selena … Ahora sé que sólo quiero ser como tú…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

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