Todo sea para cumplir tu deseo, Selena…



“Toma, es para ti, ¡¡pero ni se te ocurra abrirlo!! … Ya sabrás el momento de hacerlo”, me dijo Selena mientras me entregaba un cajita que simulaba tener un anillo o algo parecido … Yo me le quedé mirando y ella asintió, tras lo cual me dio un beso en la mejilla, me miró seriamente y tras mi desconcierto ella se sonrió, se dio vuelta y volvió a la fiesta con sus carcajadas y ocurrencias de siempre. Yo me quedé pensando qué hacía allí y por qué Selena vino hacia mí … Había llegado a esa fiesta de casualidad. Era un evento importante que se hacía en la escuela de Los Spurs y Selena era la madrina. Era mediados de marzo de 1995, Selena estaba en su mejor momento y era el ejemplo a seguir para todos. Por eso la ingresaron en el programa de la vuelta de los niños al colegio y recorría el Estado de Texas ofreciendo conciertos y charlas para ese fin. Yo era simplemente un empleado del establecimiento y estaba allí trabajando en el momento en el que vino Selena. Yo la conocía bien como todos los texanos, pero no seguía ni su música ni su carrera. Por eso me sorprendió. Fue un instante, una ráfaga, un momento en el que Selena se apartó de todos los que la rodeaban para decirme esas palabras y entregarme algo … que no debía abrir hasta vaya a saber cuándo … Estuve un largo tiempo mirándola tratando de explicarme lo que estaba pasando hasta que me convencí de que nada más ocurriría … Selena sonreía, hablaba con cuanta persona se le acercaba y firmaba todos los autógrafos solicitados … Finalmente se subió a una tarima y desde allí dedicó unas palabras a todos los asistentes … Me sorprendió verla con un peinado atípico en ella por esos tiempos: atado y con rodete atrás. Habló del esfuerzo, de nunca darse por vencidos, de que es bueno no sólo vivir de los sueños sino de cumplirlos y de la importancia de instruirse para lograr los objetivos, además de tener Amor, mucho Amor en lo que se hace, mucho Amor en sí mismo, mucho Amor para dar … Era la misma Selena de siempre, la que vi muchas veces en la televisión actuando o en una entrevista … Pero había algo en su cara, en sus expresiones, que me hacían pensar en algo … en que algo pasaba en ella, mas no podía saber qué … Al cabo de un tiempo noté que aún permanecía con el estuche en la mano y, como sabía que nada más ocurriría, opté por terminar mis labores y retirarme de allí … Cuando llegué a mi casa, deposité la cajita en un armario. Ni se me pasó por la cabeza en pensar qué tendría adentro. No es que no me asaltara la curiosidad, sino que prefería mantener la expectativa quedándome con la intriga de su contenido … De chico tenía la costumbre de juntar figuritas y podía comprar cientos de paquetes sin abrir su contenido por largo tiempo … Sentía un extraño placer manteniendo el contenido intacto por varios días y todo ello acababa en ese magno instante de ver el contenido de ellos en un determinado día y horario. Tal vez por eso pude guardar el estuche sin asaltarme la idea de ver qué habría adentro … Ya llegaría el momento … Ya llegaría el instante de saber la verdad…

Hasta que llegó el 31 de marzo de 1995 … Yo estaba por irme a trabajar hasta que la exclamación de una mujer me hizo prender la televisión. Pensé en un terremoto, en la llegada de un huracán, en un terrible accidente … Hasta que vi la imagen de Selena y la inconcebible noticia …  Me quedé petrificado mirando la televisión sin mirarla … Tomé conciencia de que aquella mujer que me dio ese estuche ahora no la vería nunca más, ni me explicaría del porqué de su actitud … Tal vez la respuesta a ello estaba en su contenido, pero no pude ir inmediatamente a cerciorarme de ello … Después de un tiempo me senté, apagué el televisor y me quedé un rato largo mirando el aparato apagado. Cuando pude reaccionar, en vez de ir al armario fui al trabajo como si nada, pero afuera nada era como si nada … Llegué al colegio y todo era dolor, angustia, llanto, zozobra, ausencia, desamparo … Gente llorando, gente gimiendo, gente que no podía comprender … Ese día no se pudo trabajar y por varios días todo fue así … Volví a mi casa y recién allí fui al armario. Tomé la cajita, la abrí lentamente y noté que en el interior había un papelito cuidadosamente doblado. Muy lentamente fui abriéndolo hasta que pude leer lo que decía … Quedé absorto cuando pude ver su contenido: “Si has abierto esta caja es porque me ha pasado lo peor. Ve al correo que hay una carta para ti. Espero que me comprendas. Con Amor. Selena”. Quería creer que era una broma, pero sabía que no lo era. Se me pasó por la cabeza la cara de Selena en el momento en el que me dio el estuche, reparé miles de veces en su expresión, me dije varias veces por qué vino hacia mí y me atormentaba pensar que ella me diera a entender lo que podía pasarle. Volví a prender la televisión y vi el instante en el que la asesina se entregaba a la policía luego de varias horas de estar parapetada en el garaje del motel Days Inn luego de cometer ese acto atroz … Me fui a la cama sin comer y casi no pude dormir … Se me venía otra vez la imagen de Selena que me miraba seriamente … Y cuando me vencía el cansancio y el sueño, aparecía Selena que me pedía ayuda y yo no podía entender lo que me estaba diciendo a la vez que me encontraba  inmovilizado para correr en su auxilio … Más de una vez grité en la noche … Más de una vez grité en la oscuridad sin poder entender por qué había sucedido todo este absurdo…

Al otro día por la mañana fui al correo. Esta vez no había momento de expectativa … No había demoras fructíferas para saber lo que me depararía el destino … Esta vez necesitaba saber qué contendría esa carta. Ese instante, ese pequeño momento de mi encuentro con ella pasó a ser lo más importante que me había pasado en la vida … Ahora sentía que mi vínculo con Selena era importante, como si nos conociéramos de toda la vida, como si al ver ese rostro podía entender qué había detrás de aquella artista famosa y tan querida … Ante mi requerimiento, me entregaron el sobre … No tenía remitente … Todavía no podía comprender cómo Selena sabía mi nombre y menos aún con qué fin me escribió una carta antes de que le pasara ese absurdo, ese absurdo que intuía que le iba a pasar … Tomé el sobre pero en esta oportunidad hice el ritual de siempre: fui a mi casa y recién allí procedí a abrirlo. Lo hice cuidadosamente. Me sentía extraño al tener en mis manos algo que Selena me había dejado, tener algo de una persona que ya no vería más, como un mensaje oculto, como unas palabras del más allá, como una canción inédita que se descubre poco tiempo después: “Querido Jorge. Ante todo te pido disculpas. Tal vez te estés preguntando por qué a ti. Tal vez te estés preguntando por qué a mí. Es muy difícil explicar todo. Decidí dejarte la carta a ti porque estaba segura de que podía confiar en ti. Sé que te preguntarás en qué me he basado para llegar a esa conclusión. Sé que dirás que no te conozco, que no eres digno de mi confianza, que tal vez no puedas hacer lo que te pido. Pero sé que lo harás. Lo supe cuando te vi. Me dirás que tenía a mano a gente a quien estaba tratando en ese momento, gente a quien ‘yo conozco’ … Querido Jorge: no siempre a quien tratas cotidianamente es confiable. Muchas veces gente a quien conoces de toda la vida te puede decepcionar con la peor de las traiciones ... Y en aquella oportunidad estaba rodeada de gente con dudosas intenciones aprovechándose de mi fama … Sin ir más lejos, se me acercó alguien para que le diera un saludo a una cámara. Estaba por hacerlo, pero se me dio por preguntarle a quién estaba saludando. La persona comenzó a titubear … Ahí me di cuenta de que me estaba usando para vaya a saber qué fin y usé unas de mis estrategias para zafar de ese embrollo … Como verás, no se puede confiar en todo el mundo, más en estos momentos en el que soy relativamente famosa … Sé que te seguirás preguntando por qué a ti … Porque vi tu mirada, vi tu expresión … Y en una persona un gesto, un movimiento, una actitud valen más que miles de palabras, de expresiones, de sonrisas … ¿No te ha pasado que al ver la expresión de una persona en una foto te da una idea de cómo es? Pues bien: te vi a ti y sé que eres una buena persona. Me dirás por qué no se lo he dicho a mi familia, a mi esposo … No … No podría dejarles este pedido … No podrían soportarlo … No podrían entender lo que hice … No me perdonarían no haber impedido algo si yo lo intuía … ¿Sabías que desde chica tenía terribles pesadillas de las cuales jamás hablé? Creeme: tú serás el primero en saberlo. Siempre soñaba en que iba a morir asesinada … Jamás lo pude contar … hasta hoy … Si estás leyendo esto es porque ya no estoy aquí … Sospecho que ella fue quien lo hizo … ¿Y por qué no hice nada para impedirlo? ¡¡Ay, Jorge!! … La mente humana es tan difícil … Todos tenemos una historia y en función de esa historia actuamos de una determinada manera … Yo empecé con la música desde muy pequeña … No era mi gran vocación … Yo quería ser diseñadora … Pero era el deseo de mi padre y yo lo seguí, con la ilusión de que logrando su sueño lograría el mío … Trabajé duro, me sacrifiqué, di todo, dejé muchas cosas en el camino y lo logré … Nadie me regaló nada … Todo fue el fruto de mi trabajo … Y logré el éxito siendo yo misma, siendo coherente con mi vida, siendo auténtica, siendo sincera … No inventé un personaje … Así como era en la vida, así era en el escenario … Fui de frente en mis acciones y todo en la vida lo solucioné sola … Yo sola …Estudié, trabajé, evolucioné … Tuve miles de obstáculos, tuve avances y retrocesos, más de una vez lloré, más de una vez pensé que no lo lograría … ¡¡Pero lo hice!! … Y cuando lo logré, puse mi cadena de boutiques y me dediqué a mi sueño de ser diseñadora … ¿Entiendes ahora lo que te quiero decir? No iba a tolerar no poder solucionar los problemas por mí misma, no iba a dejar de ser yo para buscar la solución a un problema … No es que yo pudiera con todo … Como verás, cuando tengo que recurrir a alguien, lo hago … Pero es que … Hace dos semanas esa mujer que seguramente me hizo esto me había mostrado un arma … Me dijo que era para protección … Pero yo sabía que era para matarme … Y si no lo hizo ese día fue porque no le di el motivo … Pero supe que tarde o temprano lo haría … También sabía que de nada serviría que alarmara a mi esposo y a mi familia … Yo tenía que solucionar esto y no me iba a permitir usar artilugios y bajezas para lograrlo … Podría haber optado por muchas alternativas, pero todas ellas me llevarían a un escándalo, a tener que actuar de una manera impropia, a que la gente, mi gente, tuviera una imagen de mí que yo no quería dar … Y eso jamás me lo permitiría … ¡¡Jamás!! … Prefiero morir en la mía … Sí, es como lo estás leyendo … Y si lo lees, es porque finalmente no lo he logrado … Y ella sí … ¿Pero sabes qué? Prefiero que me recuerden de esa manera antes que vivir en la penuria de estar envuelta en el medio de palabras cruzadas, juicios, acusaciones, escándalos, falsedades, envidias, celos, mentiras y calumnias … No, no lo soportaría … Yo di Amor y quiero recibir  Amor … Yo quiero dar un ejemplo, no meras palabras vacías … Yo tuve que lidiar con mucha gente que no era digna de mi respeto, pero por mi vida, por mi trabajo y hasta por el solo hecho de tener un plato de comida en la mesa cada noche tuve que soportarlos … Pero lo hice sin perder ni mi personalidad, ni mi dignidad, ni mi imagen … No sólo hay que ser, hay que parecer … Y yo voy a pelear hasta el final por lo que yo creo aunque deje todo en el camino … Espero que lo entiendas aunque sepas mi destino … mi destino cruel … Pero como temía que me pasara esto, quiero que me hagas un favor … Pronto viene mi cumpleaños … El 16 de abril … No sé si llegaré a ese día … No soy de festejar mi cumpleaños por mis creencias religiosas … Pero le prometí a una niña que la recibiría ese día porque tenía un regalo para mí. Quiero que vayas a verla y le expliques lo que me ha pasado ahora que lo sabes por mis palabras. Ahí te adjunto la dirección en la que vive. Confío en que lo harás. Y sé que con ello sabrás qué hacer luego … Nuevamente te pido disculpas, pero a veces las cosas no se pueden cambiar … no por el destino, sino por las convicciones, aunque uno pierda con ello … Con Amor. Selena”.

Al terminar de leer la carta, entendí por qué la gente estaba tan conmocionada y dolida por lo que había pasado. La gente no sólo admiraba a Selena por sus canciones, no sólo sabía de Selena por su difusión en los grandes medios … La gente conocía a Selena y la quería … Para ellos era una chica más que iba por su sueño y lo había logrado del mismo modo que lo hacían los demás con sus quehaceres cotidianos … Selena era su orgullo y el ejemplo a seguir … Pero ahora que había pasado todo esto … No pude dejar de sentir angustia e impotencia y me puse a llorar como un niño por mucho tiempo … A Selena no la conocía y ahora sentía que la conocía de toda la vida … No podía no dejar de hacer algo por ella … Al menos debía cumplirle lo que me encomendó … Como pude, me preparé y me fui a la casa de la niña … No sabía con qué me encontraría … En otras circunstancias ni lo habría intentado … Pero ahora que sabía con qué mujer me había encontrado no podía fallarle … Cuando llegué a la casa temí que no me recibieran al ser para ellos un desconocido, pero para mi asombro la mujer que sería la madre de la niña me recibió. Pensé que la conmoción por lo sucedido con Selena había trastornado y sensibilizado al extremo a todo el mundo. Al explicarle lo sucedido y mostrado la carta de Selena, la mujer me indicó la habitación en la que se encontraba Carla, la niña en cuestión. Concordamos con su madre en que no le mostraríamos la carta, pero sí le diríamos que venía en nombre de ella. Me advirtió que la niña desde que sucedió todo casi no hablaba, que vivía dibujando, pero que casi no mencionaba a Selena ni cantaba sus canciones. Cuando ingresé a la habitación, Carla estaba dibujando. Noté que era una paloma que estaba sujetada a una soga y que sufría por no poder volar … Me acerqué a ella y le dije que venía en nombre de Selena, que ella sabía que pensaba darle un regalo de cumpleaños y que para ello él estaba allí. Carla seguía dibujando sin emitir palabra. Pensé en Selena y salí de mi propio libreto: “No lo pensaba hacer, niña, pero voy a hacer honesto contigo. Selena me dejó una carta con algunas instrucciones. Entre ellas me mandó a verte a ti. Se sentía culpable al no poder cumplir con su palabra. Espero que lo entiendas y no la culpes si tal vez no hizo lo correcto. Es que…”. Carla paró de dibujar, me miró a la cara y extendió su mano, tras lo cual le entregué la carta de Selena que pronto ella empezó a leer. Cuando culminó, se incorporó, fue a buscar algo y volvió hacia mí con una enorme cartulina. Allí se encontraba su regalo a Selena. La había dibujado arriba en su carruaje camino al escenario en el que se desarrolló su último gran concierto personal en el Houston Astrodome … “Yo fui a ver a Selena ese día … Estaba tan linda con su vestido púrpura…”, me alcanzó a decir la niña mientras leía que le había escrito: “Siempre estarás en mi corazón, Selena … Siempre serás mi ejemplo y mi vida … Te quiere mucho. Carla”. Yo la miré a la niña y vi que se le caían tenuemente por las mejillas unas enormes lágrimas. Fui a su encuentro y la abracé. Carla se puso a llorar desconsoladamente. Mientras la abrazaba y le acariciaba el pelo, le decía: “Llora, niña, llora … No guardes tu dolor … Es mejor que lo expreses en vez de vivir con tanta angustia contenida…”. En un momento vi que la madre había abierto sigilosamente la puerta tras lo cual yo le indiqué que me dejara solo con ella por un instante más … Cuando la niña se recompuso, le dije: “Carla. Ahora que has leído la carta, te propongo una cosa. Quiero que cuando Selena esté en su nueva morada, le entregues tu regalo y le prometamos una cosa. Sólo una cosa. No sólo le diremos que su esfuerzo no fue en vano, sino que seguiremos su ejemplo. Que seremos como ella, que seguiremos sus valores, que seremos genuinos, que diremos siempre la verdad, que trabajaremos, que nos esforzaremos, que seremos consecuentes y que aunque no se dé todo lo que soñamos, aunque perdamos más de que lo ganemos, lo más valioso, lo más hermoso que nos puede pasar es haber hecho lo que nosotros pensábamos que era mejor, y cada día y cada noche levantarnos con una sonrisa y dormirnos con la conciencia tranquila. ¿Qué te parece Carla? ¿Lo quieres hacer? ¿Te parece una buena idea? Si todo sale bien, podemos ir a verla el 16 de abril y darle su mejor fiesta de cumpleaños. Sé que esta vez Selena lo va a festejar y con la mejor de sus sonrisas”. La niña se abalanzó sobre mí, me dio un gran beso, se sonrió y me dijo que así lo haría. “No hay duda de que te ha enviado Selena. Tienes su misma expresión, su mismo Amor y sus mismas buenas intenciones. Quiero ser como tú cuando sea grande”, me dijo Carla. “No, niña. No seas como yo. Yo apenas soy un hombre que despertó hace poco y todo gracias a Selena. Tú la viste y supiste apreciar antes que yo. Lo importante, lo verdaderamente importante, es que ahora que los dos sabemos lo que nos dejó Selena, sigamos su camino y no la dejemos nunca sola ... para su bien, para nuestro bien … para que este mundo siga viviendo con su Amor…”, le contesté. En ese momento, alguien dice: “¿Puedo entrar, Carlita?”. Era su madre. La niña fue corriendo hacia ella y la abrazó con una gran sonrisa. “Es que pronto iremos a ver a Selena … para festejar su cumpleaños”, alcancé a explicarle mientras me incorporaba a su encuentro … Mientras me dirigía a ella pensaba en lo que me depararía el destino y no pude dejar de sonreír … en el medio de tanto dolor … Nada es casualidad en la vida … Por algo Selena vino a mí … Por algo Selena entró en mi vida para siempre … Ahora sólo me queda retribuirle el resto de mi vida todo lo que ha hecho ella por nosotros en tan sólo 23 … casi 24 años … Espero poder hacerlo … Depende de mí … Depende de nosotros … Depende de todo una humanidad que esté dispuesta a seguir su camino a pesar de todo … a pesar de todo lo que nos depara este cruel destino…

(Siempre me pregunté para qué Selena fue al Days Inn aquel nefasto 31 de marzo de 1995. Podemos hablar de inocencia, podemos hablar de tozudez, podemos hablar de ingenuidad, podemos hablar de imprudencia, podemos hablar de inconsciencia. Tal vez tenga razón el padre de Selena cuando dijo en el programa de Cristina, allá por julio de 1995, que Selena era una guerrera que peleaba por lo suyo y que ese día no hizo la excepción … También recordé aquella gran miniserie “Yo, Claudio”, en la que antes de ser asesinado, el Emperador Claudio, aun sabiendo lo que le ocurriría, optó por dejar que los acontecimientos se dieran porque él consideraba que ya había hecho todo lo que debía hacer … Si hay algo que admiro de Selena es haber mantenido sus convicciones, sus ideales y su pasión en el medio de un mundo en el que imperan las conveniencias, las traiciones y la falsedad … Uno podría decir muchas veces que Selena tenía que haber calculado más, que debió especular más, que debió haber entendido que a veces hay que ocultar mucho las convicciones ante los demás para mantenerlas, que hay que hacerse el tonto para que los “vivos” no lo noten, que a veces hay que hacer el mismo juego de ellos para que no nos dañen más de lo que ya lo hacen de por sí … Pero pedirle eso a Selena era muy difícil … Ella era pasional, auténtica, única, irrepetible … Por eso la entendemos … Se fue de este mundo con sus convicciones, ideales y Amor intactos … Nada se puede decir ante ello … Sólo decirle que la queremos y admiramos mucho, y que haremos lo indecible para ser como ella aunque jamás lleguemos a estar a su altura…)

Selena: sabes lo que cuesta ser cómo tú, pero qué no daría por serlo…

Te quiere mucho…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)




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