Elaborando el duelo eterno, Selena...



Cuando veo esos debates inútiles en la televisión, en los que panelistas, conductores y público discuten hasta el hartazgo temas que en definitiva no les interesa a nadie, apago rápidamente el aparato o cambio abruptamente de canal ... Y no es sólo porque esas peleas artificiales e inventadas me molestan sobremanera ... Lo que pasa es que cada vez que veo esas imágenes recuerdo lo que fue ver aquel programa de Cristina en lo que sería el primer día del juicio a esa asesina ... Hace ya 20 años ... Y ver aquel espectáculo era aquello que no quería ver pero que inexorablemente tuve que ver ... Aún tenía la ilusión de que algo me haría esperanzar, algo me haría movilizar, algo me haría calmar el dolor que tenía ... Pero no fue así ... Al contrario, ver ese programa era observar el retrato vivo de lo que nos dejaba este mundo sin Selena, a pesar del esfuerzo de Cristina para que no fuera así ... Dejaba ver las miserias, dejaba ver las especulaciones, dejaba ver el show montado detrás de saber “la verdad”, dejaba ver la verdadera cobertura del juicio a esa insensata, dejaba escuchar cosas que yo no quería escuchar ... Escuchar más de una vez que “todos tenemos derecho a una defensa justa, todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario, el juez no se dejará condicionar por las presiones” era algo tan obvio como que no me interesaba en absoluto ... A mí no me importaba probar la culpabilidad de esa asesina, yo no quería juicios justos, ni las meticulosas selecciones del Jurado para evitar que se le infiltraran latinos fanáticos de Selena para garantizar la “imparcialidad” ... Me importaba muy poco tener en cuenta que no había que repetir la farsa del juicio de O.J. Simpson ... No me importaba ... Yo me sentía representado por lo que decían muchos en el programa de Cristina ... De esos que querían que la asesina pague con creces lo que hizo … Hasta me dio cierta gracia escuchar a alguien que decía que era lógico el “juicio justo” pero que todos sabíamos que esa persona era culpable ... Entonces,  ¿para qué tanta solemnidad, para qué demostrarle al mundo que esta vez sí haremos las cosas como debían ser? A mí no me importaba si antes las cosas se hicieron mal ... Nada de lo que se hiciera en el juicio a la asesina iba a compensar lo grotesco del caso Simpson ... Y nada nos devolvería a Selena ... Y la magia y el Amor que ella nos dejó se fueron ... Yo lo podía comprobar viendo el Show de Cristina ... El sueño se había acabado ... Los días felices se fueron como pompas de jabón ... Ahora vivíamos la vida como si todos los días nos levantáramos con una resaca luego de una gran borrachera ... Viendo los efectos del daño causado ... Ver a Houston dando un espectáculo tan triste en el que se ventilaban miserias, especulaciones, habladurías ... Un espectáculo tan distinto del que diera Selena en su último gran concierto ... Un espectáculo en el que con la excusa de investigar el crimen se hablaba de la vida privada de Selena, se buscaba mugre para que los buitres disfrazados de periodistas, investigadores y analistas escarbaran, comieran, se vieran satisfechos y así pudieran verse contentos por “su éxito” ... Y eso me daba repulsión ... Pero no lo podía dejar de mirar ... Todavía pensaba que tenía que ver el último capítulo, ese capítulo que me aliviara pero que nunca aplacaría mi dolor ... Pero para ello tenía que soportar ver cómo las víctimas se convertían mágicamente en victimarias, y la asesina en una pobre víctima de las circunstancias y de la familia de Selena ... Y la Familia Quintanilla, José Behar y todo lo que rodeaba a Selena obligada a dar explicaciones, como si ellos fueran los responsables, como si ellos fueran los asesinos ... Ellos recibían toda clase de acusaciones sin sustento, todo a base de especulaciones y de malas intenciones ... Con total impunidad y sin que nadie quisiera o pudiera frenarlo ... Pero eso sí: esos mismos que promovían el linchamiento a las “víctimas” pedían un juicio justo a la asesina ... “porque todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario” ... Aunque todos supiéramos que esa persona era la culpable de la absurda partida de Selena ... La culpable de nuestra más profunda tristeza...

Viendo ahora aquel programa de Cristina puedo ver a cierta distancia la locura en la que vivíamos, el desconcierto, el absurdo de vivir en el limbo sin comprender por qué y para qué teníamos que pasar por esto ... Hoy a la distancia la cobertura del inicio del juicio por parte de María Celeste Arrarás hasta parecía lógica. Era como un aire de “razonabilidad” frente a la tensión y al clima de nervios que se vivía en el estudio ... Pero claro, ese “aire de calma” era un viento helado que en vez de darnos paz nos anestesiaba, nos ponía en un plano en el que no nos sentíamos ni cómodos ni representados ... Era como estar en otro planeta ... Esa “razonabilidad” que nos transmitía la periodista era tan ajeno en aquel momento que más de una vez me decía en aquel momento: “¿Pero de qué me habla esta mujer? ¿Qué me importa la estrategia de la defensa? ¿Qué me importa si la asesina está de buen humor? ¿Qué me importa saber todos los vericuetos legales y jurídicos que elaborarán las partes interesadas para diseñar “sus estrategias”? ¿Qué me importa? ¡¡No es eso lo que me importa!! ¡¡Yo quiero dormir en paz!! ¡¡Quiero que Selena descanse en paz!! ¡¡Y nunca lo hará si se habla de cosas tan ajenas a ella!! … Si se especula con las miserias, con las mentiras, con “informaciones” que no son ciertas pero que venden y mucho … ¡¡Terminemos con esta farsa!! Quieren un juicio justo, un juicio serio y es un circo más con muchos ganadores, que son los que se llenan de dinero a expensas del dolor de la gente ... Y todos nosotros estamos llorando por Selena ... ¡¡No quiero justicia de estos jueces!! ¡¡Yo no quiero esta farsa!! ¡¡Yo quiero que encierren a esa persona de una vez y que se pudra en la cárcel!! ¡¡Que pague algo por el daño que nos ha hecho, que le ha hecho a Selena!! … Y que yo pueda alguna vez dormir tranquilo…”. Recuerdo haber arrojado un florero al piso cuando escuchaba a uno de los “especialistas” hablar de lo que iba a “suceder” en el juicio ... Y recuerdo haber llorado desconsoladamente por horas ... Yo quería que todo esto terminara de una buena vez ... Yo quería poder dormir tranquilo alguna día ... Yo quería que Selena pudiera dormir en paz fuera de esta miseria, de este burdo, de esta maldad que nos ha ganado una nueva partida...

Veía al Señor Quintanilla molesto y nervioso ... Más de una vez dijo que estaba preparado para lo que se viniera, pero se lo veía alterado ... Si no fuera ya suficiente con que le quitaran a su hija, ahora parecía que debía soportar las acusaciones, las blasfemias, las calumnias y la miseria de tanta gente ... Todo se había convertido en algo grotescamente tenso, con un ambiente que cortaba el aire mismo ... Cristina sabía que él se iría del aire del programa en cualquier momento y apeló a todo lo que tenía a mano para retenerlo ... Dejar en claro que estaba con él, preguntarle lo justo para que él se explayara, recalcar que él comenzó a ser injustamente el “personaje odiado” de esta historia, enfatizar que muchos se aprovecharían de este espectáculo bochornoso ... Después sabría que el Señor Quintanilla estaba furioso con que se invitara a unas periodistas para hablar de un libro que habían publicado sobre Selena y que Cristina trataba de mantenerlo el mayor tiempo posible sin anunciarlas ... Cuando fue inevitable ese momento, Cristina se lo dio a entender diciéndole que sabía que debía irse, y que ella lo entendía sin dejar de agradecerle su presencia y su confianza ... El señor Quintanilla ni siquiera le contestó ... Fue su forma de mostrarle su disgusto ... Luego, con la excusa de que había poco tiempo Cristina apenas le dio un tiempito para que las periodistas explicaran lo que habían escrito ... Una de ellas, entendiendo lo que había pasado en los cortes publicitarios, sólo aclaró que ella había escrito ese libro “no autorizado” con testimonios de los que conocieron a Selena, pero que no buscaron hacer algo con la Familia Quintanilla, en clara alusión a que no iban a permitir que le condicionaran el contenido del libro a cambio de una autorización ... Y si bien yo entendí ese argumento, la sensación que tenía es que todos estaban queriendo aprovechar ese momento para “hacer su Agosto” ... No era el momento de publicar libros sobre Selena ... La gente apenas se movilizaba para atesorar sus cosas, para comprar sus discos, para escuchar su música como si nada hubiese pasado, como si todo fuera una pesadilla de la cual pronto nos despertaríamos ... No estábamos para asistir a que nos explicaran nada de Selena ... Todos lo teníamos muy claro ... Nosotros la habíamos vivido, compartíamos su éxito, su felicidad, su triunfo ... Ahora vivíamos su ausencia, su dolor, su derrota ... Nadie quería que nos explicaran nada de Selena, no queríamos saber cómo sería el juicio, no queríamos entender que Selena empezaba a ser un recuerdo cada día al despertar ... No ... No estábamos preparados para ello ... Apenas si podíamos encender la televisión, la radio, y escuchar, ver ... y sólo esperar que la declararan culpable a esa persona, si se la podía llamar así ... Sólo eso estábamos esperando ... Para después allí empezar a elaborar el duelo ... para empezar a aprender a vivir este mundo sin Selena...

Aquel programa de Cristina terminó siendo un collage representando las sensaciones que pasaban por todos nosotros ... Ver al señor Quintanilla desde Houston explicando y aclarando una y otra acusación, una y otra calumnia ... Ver a José Behar desde Los Ángeles tratando de explicar los movimientos de Emi Latin que a nadie interesaría si no hubiese sucedido el absurdo del 31 de marzo ... Y tener que explicar que no buscaban explotar a la artista y que todo lo que se hizo fue en su beneficio ... Mientras hablaba aparecía la figura del Señor Quintanilla que lo escuchaba con las manos cruzadas y en silencio ... Imaginaba que se avecinarían problemas, y que nuevas peleas vendrían por los derechos y por los contratos ... Una realidad que nos mostraba que los momentos idílicos se iban esfumando para ser reemplazados por la realidad del dinero y de defender los intereses ... Podía ver la cara de temor de José Behar al dar su saludo y solidaridad hacia la Familia Quintanilla sin que el padre de Selena le dijera nada ... Podía pronunciar ese silencio del Señor Quintanilla y lo podía graficar con la cara de José Behar ... Una pena ... Una inmensa e inexorable pena producto del devenir de aquellos acontecimientos trágicos ... Podía prever una inevitable distancia entre ellos y me generaba dolor ... Yo sabía que José Behar hizo todo por Selena, desde la contratación para Emi Latin hasta presionar a sus superiores para que hicieran el disco en inglés que se lo venían postergando por el éxito en español de Selena ... Siempre el dinero por encima de los sueños ... Suponía que, ante la densa realidad, el padre de Selena le sacaría a relucir la mezquindad de la compañía discográfica por dilatar por años el soñado disco en inglés, y el que tenía que poner la cara y acusar los golpes era el pobre José Behar, que era el que menos lo merecía, como tampoco se merecía el trato que se le diera en la película “Selena” ... Pero esto terminó siendo una de las tantas consecuencias del acto de esa nefasta que en aquellos días encima debíamos asegurarle un juicio justo e imparcial ... Así vivíamos las consecuencias de este mundo sin Selena...

Y en el medio de la locura miraba son comprender para qué estaban en el programa los Barrio Boyzz en directo desde Nueva York ... Era tan absurdo todo que Cristina tuvo que darle un motivo para que estuvieran en su show ... que le contaran algo divertido sobre Selena para alegrar su programa ... Y nadie tenía ganas de escuchar siquiera una anécdota que nos hiciera recordar los “buenos tiempos” ... Ni ellos tenían ganas de decir algo divertido en aquellas circunstancias … No era ese el momento ... Todos estaban como estábamos todos, empezando por el Señor Quintanilla ... Con esa sensación que bien se graficara en la película “Selena” ... Con esa mezcla de asombro, enojo y llanto ... Y los Barrio Boyzz lo sabían y lo sentían ... ¿Qué podían decir? ... Era más lógico que recrearan la actuación en honor a Selena que hicieran en la entrega de los Premios Lo Nuestro apenas poco después del asesinato ... Pero terminó siendo su aparición un eslabón en la cadena de locura en la que vivíamos ... Y en esa cadena de locura parecía más lógico que apareciera Martín Gómez, aquel modisto que contratara Selena para su boutique “Selena Etc.” y que se fuera unos meses antes por sus discrepancias con la asesina ... Su alegato desesperado, su discurso a las apuradas por falta de tiempo en el que recalcaba el monstruo que era la asesina, dando todas las características de que estábamos en presencia de una psicópata sin darnos cuenta aún de ello, y que él se lo había advertido tanto a Selena como a su padre, parecía ser algo que al menos nos alentaba a pensar que ni nos molestáramos en los “juicios justos”, en la “inocencia hasta que se pruebe lo contrario” y en el “sufrimiento de la asesina” que la llevó a esto por “culpa del padre de Selena” ... Sin embargo, y para mi asombro luego de que Cristina le enfatizara al Señor Quintanilla lo que acababa de decir Martín Gómez, aquél apenas mostró un cierto interés, ponía escusas para contestar con el pretexto de que no había entendido la pregunta, para terminar diciendo que esa declaración apenas era un pequeño dato para que él diera cuenta de lo que les estaba haciendo esa asesina ... Nunca comprendí esa frialdad del padre de Selena ... Tal vez su bronca por las acusaciones hacia él le hicieron no confiar más en nadie y ver en Martín Gómez un oportunista más que se quería aprovechar de esa desgracia ... O tal vez no quiso darle más protagonismo que hubiese ido en detrimento de su accionar antes del nefasto 31 de marzo ... Nunca lo sabré ... Pero siempre pensé que si todo lo que dijo el modisto de Selena era cierto, una forma de premiarlo era volver a contratarlo para seguir con los diseños para “Selena Etc.” y así mantener viva a Selena a través del tiempo en todos los países y con su gran sueño concretado ... Pero eso nunca lo haría el Señor Quntanilla ... El negocio de la moda no era su tema y después de lo sucedido nunca confiaría en nadie que no fuera su familia ... Ya tuvo bastante con haber confiado en esa psicópata que le ofreció ser la presidenta de su club de fans apenas 4 años atrás...

Cuando todo terminó apagué el televisor y me quedé un largo rato en silencio mirando la pantalla en negro … Se vendrían dos o tres semanas de eterna tortura en la que lo único que importaba era el veredicto, un solo veredicto … De indignarnos por escuchar ciertas cosas, de ver gente que se sumaba al espectáculo triste de esperar en las calles para poder exteriorizar su euforia una vez que declararan culpable a esa psicópata … Yo me sentía triste … Había que esperar mucho, había que soportar demasiado para poder elaborar el duelo, para poder procesar algo que nunca terminaríamos de asimilar … La pesadilla había empezado el 31 de marzo pero no terminaría con la declaración de culpabilidad de la asesina … No … No terminaría allí … Sentía que desde ese nefasto día esa psicópata le disparaba una y otra vez a Selena ... Todos los días … Y por extensión nos disparaba a todos nosotros … Con el tiempo me di cuenta de que mi sensación me decía la verdad … Hoy al ver esos programas de falsos debates, con artistas que se hacen famosos con escándalos, haciendo daño y declarando guerras inexistentes, me doy cuenta de que la asesina ha triunfado aun cuando esté en prisión … Y nosotros viviendo la tristeza eterna por sentir que ese sueño de Selena jamás se cumplirá ni con ella ni con nadie … Pude comprobar que el sueño había terminado, y que sólo nos quedaría para siempre vivir la pesadilla de vivir sin Selena, de vivir sin su esperanza, sin su alegría y sin su Amor … Hoy a 20 años noto que lamentablemente he tenido razón…

(Es difícil seguir cuando uno no puede entender por qué se dieron ciertos acontecimientos, por qué Selena tuvo este destino, por qué el mundo es tan injusto, por qué debemos superar y hasta soportar situaciones que no deberíamos tolerar, por qué debemos ser piadosos con gente que nunca lo sería con nadie ... Creo que sólo por Selena, por el Amor de Selena, por el Legado de Selena, por el tesón de Selena, por las ganas de Selena, por la historia de Selena debemos seguir a pesar de todo, a pesar de que nunca elaboraremos el duelo ... Sólo hacerlo por Selena, sólo hacerlo por su recuerdo ... Suficiente motivo para tener fuerzas y seguir ... Suficiente motivo para seguir luchando y creyendo por un mundo mejor ... Por un mundo que imaginó y comenzó a crear Selena...)

Siempre estaré contigo, Selena ... Porque eres la única persona en la que puedo confiar ... Porque eres la única persona que me ha dado el Amor y fuerzas suficientes para poder seguir en este mundo tan hostil...

Te quiere mucho...


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

No hay comentarios: